Por Zuzana
Janočková*
Aunque
la realización de ataques militares aéreos, en sus diferentes formas aunque
casi siempre a modo de cometas voladoras inflamables, data desde la Edad Media,
no se convirtieron en una operación táctica estándar hasta el siglo XX, con el
desarrollo de la industria de la aviación.
El
primer ataque aéreo moderno documentado se produjo durante la guerra entre
Italia y Turquía en noviembre de 1911, cuando el piloto italiano Giulio Gavotti
lanzó cuatro bombas sobre objetivos turcos en Libia. Sin embargo, los ataques
aéreos sobre zonas densamente pobladas todavía supusieron una novedad durante
la Primera Guerra Mundial. El ejército alemán utilizó dirigibles Zeppelin y
bombarderos que llevaron a cabo incursiones sobre Lieja, Amberes y París, con
un ataque aéreo masivo sobre Londres que duró desde mayo de 1915 hasta 1917.
En
total Alemania utilizó 115 dirigibles durante más de 50 ataques aéreos.
Curiosamente, los soldados alemanes trataban de no sembrar la alarma (y, por tanto,
el pánico), por lo que la alerta a la población tenía lugar mediante policías
en bicicleta provistos de un silbato.
Batallas
aéreas durante la Segunda Guerra Mundial
Desde
la Primera Guerra Mundial, los bombardeos aéreos se han convertido en una de las
formas más frecuentes de ataque militar. Durante el periodo de entreguerras, se
lanzaron bombas desde el aire sobre Irak, China y Europa.
Uno de
los peores incidentes fue el infame bombardeo de la ciudad vasca de Guernica en
1937, durante la Guerra Civil española. Los ataques fueron llevados a cabo por
la Luftwaffe alemana, aliada del General Franco. El incidente inspiró la famosa
obra de arte pintada por Pablo Picasso.
Durante
la Segunda Guerra Mundial, muchas ciudades y objetivos militares fueron objeto
de bombardeos aéreos. La ciudad polaca de Wieluń fue la primera en ser
bombardeada, seguida de muchas otras poblaciones, siendo el más famoso el
ataque naval y aéreo de Japón contra el puerto americano de Pearl Harbour que
provocó la entrada de los Estados Unidos en el conflicto bélico. También son
conocidos los bombardeos sobre Hamburgo, Colonia y Dresde, además del ataque a
la refinería Apollo realizado por las fuerzas aliadas en Bratislava. Los
ataques aéreos alemanes tuvieron como objetivo, entre otros, Varsovia,
Stalingrado (actual Volgogrado), Leningrado (actual San Petersburgo), Belfast y
Londres.
En
comparación, los ataques aéreos producidos sobre Londres entre 1915-1917
produjeron unos 700 muertos y 2.000 heridos, a diferencia del “Blitz”, que mató
a más de 20.000 personas en el período 1940-1941. Sin embargo, el bombardeo más
destructivo de la historia de la humanidad fue la llamada Operación
Meetinghouse de las Fuerzas Aéreas del Ejército de Estados Unidos sobre Tokio
en marzo de 1945, que dejó unos 100.000 civiles muertos y más de un millón de
personas sin hogar. Más tarde esta triste marca fue superada por el lanzamiento
de la bomba atómica sobre Hiroshima.
Sirenas
antiaéreas
Las
sirenas antiaéreas son un fenómeno relativamente nuevo. Aunque ya existían
desde 1799, cuando el filósofo natural y físico escocés John Robison inventó la
sirena antiaérea, estas sirenas no se utilizaron durante la Primera Guerra
Mundial. Sin embargo, durante la Segunda Guerra Mundial ya alertaban sobre
ataques aéreos e instaban a la gente a escapar a los refugios o a las
estaciones de metro de Londres. Así, a medida que se desarrollaba la industria
de la aviación, también lo hacían los mecanismos de alerta, de manera que entre
1938 y 1939 Gran Bretaña ya contaba con un sistema de sirenas antiaéreas.
Las
sirenas antiaéreas dieron el primer aviso de alerta en Londres en septiembre de
1939. Eran sirenas eléctricas y emitían dos señales: una señal de alerta
creciente y menguante y un tono constante que significaba que la gente podía
salir de su escondite. Posteriormente se instalaron sirenas en casi todo el
mundo como consecuencia de la tensión en aumento por la Guerra Fría, tanto en
el bloque oriental como en el occidental (sirva como información que las
sirenas sólo se utilizan para avisar de los tornados en los Estados Unidos
desde la década de 1970).
Las
sirenas antiaéreas también sonaron en los bombardeos de la OTAN en Bosnia en
1995 y en lo que ahora es Serbia, Montenegro y Kosovo en 1999, que, junto con
el bombardeo del ejército ruso de la ciudad chechena de Grozny en la década de
1990, fueron, afortunadamente, los últimos ataques aéreos militares a gran
escala en Europa.
Las
pruebas del sistema de alerta pública que de tanto en tanto se realizan en
Eslovaquia pueden suponer un cierto inconveniente para muchos; sin embargo, en
cierto sentido, no dejan de evocar una época terrible de la historia en la que
los ataques aéreos militares eran un recuerdo vivo y una amenaza potencialmente
real. Es imposible cuantificar con precisión cuántas personas salvaron su vida
gracias a la alerta temprana de las sirenas antiaéreas, pero a día de hoy, su
sonido sigue siendo un símbolo de un episodio de la historia que nadie desea
revivir.
*Zuzana
Janočková trabaja en el departamento de marketing de Telegrafía. Su
responsabilidad principal es supervisar Google Ads y Facebook. El marketing
online es cambiante, lo que le proporciona la oportunidad de expandir
constantemente sus conocimientos y aplicarlos en entornos reales. Después de
trabajar, le gusta relajarse en el gimnasio y ver buen cine.
Fuente: http://www.sirenaselectronicas.com