2 de diciembre de 2018
TECNOLOGÍA AERONÁUTICA
Louis Bleriot
La Primera Guerra Mundial dio un empuje decisivo al
diseño y mejora tecnológica de las aeronaves. En el periodo de entreguerras se
fabricaron aparatos que podían alcanzar los 3000 metros de altura y desarrollar
potencias superiores a los 200 CV.
En esta época destacan algunos vuelos históricos,
como la travesía de Atlántico de los británicos John William Alcock y Arthur
Whitten en 1919, o el de Charles Augustus Lindberg, que realizó la travesía del
Atlántico Nueva York-París en solitario sin escalas en 1927, a bordo del Spirit
of St. Louis.
También es digno de mención el primer vuelo del
autogiro de Juan de la Cierva en 1929. A partir de 1930 comenzaría un imparable
desarrollo de la aviación comercial.
Biplano Lohner L. de la Marina Austro-húngara
La Aeronáutica Militar
En 1912, el Ejército alemán estimó que el arma
aérea podría llegar a ser un elemento fundamental en los futuros operativos
militares, por ello incorporó a la fuerza de combate aeroplanos para reforzar
sus dirigibles. Así, la primera utilización práctica de la incipiente industria
aeronáutica fue la militar.
Los primeros aviones militares fueron los biplanos,
es decir, con dos alas. El motivo estribaba en que los motores de combustión
interna a principios del siglo XX aún estaban poco desarrollados, y además de
aportar poca velocidad eran propensos a variados fallos, como el desgaste de
piezas o fatiga de materiales poco estudiados. Por ello, la única forma de dar
mayor sustentación al aeroplano a menor velocidad era ampliar la superficie de
contacto con el aire, construyendo dos alas paralelas en lugar de una sola.
Con el desarrollo de nuevos motores más potentes y
seguros, fue imperando el monoplano, es decir, de una sola ala, que permitía
mayor velocidad al existir menor superficie de contacto con el aire.
El famoso dirigible Graf Zeppelin
En el periodo que duró la guerra, las necesidades
militares estimularon a los diseñadores a construir y probar nuevos motores,
materiales y estructuras, con objeto de dar respuesta a la necesidad de equipos
de reconocimiento y bombardeo.
Puede decirse que, durante el conflicto, se
construyeron más aviones que durante el espacio de tiempo transcurrido desde
que se realizara el primer vuelo.
La Aeronáutica Comercial
Los descubrimientos realizados durante la posguerra
en aviación militar fueron enseguida utilizados con fines comerciales. Además,
gran parte de los excedentes de la aviación militar vendidos, y generalmente
adquiridos por los propios aviadores, empujó a éstos a diversas actividades
comerciales que les generara ingresos económicos, tales como transporte de
pasajeros, exhibiciones, fotografía aérea, publicidad, etc.
Próximo a finalizar la guerra, en 1916, se creó en
Estados Unidos el servicio de correo aéreo, en lo que fue la primera aplicación
comercial de los aeroplanos.
En 1920 estaban en funcionamiento las primeras
líneas aéreas para correo y pasajeros: Cayo Hueso - Florida - La Habana; y
Seattle - Washington - Vancouver (Canadá). El servicio transcontinental de
correo aéreo regular entre Nueva York y San Francisco se inauguró en 1921.
En 1926 se inauguraron más de una decena de líneas
aéreas nacionales en Estados Unidos, y se establecieron enlaces entre éste,
Canadá y países de América Central y del Sur. A esta aplicación postal le
siguieron rápidamente otras, como el transporte de mercancías y regulares de
pasajeros, al principio a cortas distancias, y más tarde a media y larga
distancia conforme se incrementaba la seguridad y confianza en este medio.
Los nuevos retos
Simultáneamente se iban derribando metas, y cada
vez se proponían otras más lejanas, reduciendo notablemente las distancias
comerciales entre poblaciones y países.
En la segunda y tercera década del siglo XX se
planteó llevar a cabo un proyecto ansiado por muchos aviadores: enlazar Europa
y América por avión. Los primeros vuelos transoceánicos se iniciaron con el
NC-4, un hidroavión que partió de Long Island el 8 de mayo de 1919, y finalizó
en Plymouth, Inglaterra, el 31 del mismo mes, realizando varias escalas en su
recorrido: Terranova, en Canadá; islas Azores; y Lisboa, en Portugal.
El primer vuelo trasatlántico, pero esta vez
directo sin escalas, fue iniciado a bordo de un biplano Vickers el 15 de junio
de 1919, pilotado por los británicos John Willian Alcock y Arthur Whitten
Brown, desde Saint John's de Terranova hasta Clifden, en Irlanda. Invirtieron
en el viaje poco más de 16 horas, ganando el premio de 50.000 dólares que
otorgaba el London Daily Mail.
El hidroavión Plus Ultra
España también fue protagonista en la acometida de
estos nuevos retos. El día 26 de enero de 1926, el piloto y comandante español
Ramón Franco y su tripulación, inició como jefe de expedición el viaje
trasatlántico en Palos de Moguer, a bordo del Plus Ultra, un hidroavión Dornier
Wall. Alcanzaron Buenos Aires el 7 de febrero, tras realizar varias escalas y
sufrir algún accidente. El propio Ramón Franco, tras sumarse al alzamiento
nacional de 1936, perdería la vida en 1938 al caer su avión al mar.
La primera travesía trasatlántica sin escalas, pero
totalmente en solitario, la llevó a cabo el aviador estadounidense Charles
Augustus Lindbergh entre el 20 y el 21 de mayo de 1927, desde Nueva York hasta
París, a bordo del Spirit of Saint Louis, un monomotor diseñado y construido
dos meses antes siguiendo las propias instrucciones de Lindbergh.
El aparato estaba construido con aluminio y madera
de balsa, y estaba equipado con un motor Wright Whirlwind J-5C.
El "Bremen" después de la travesía
transatlántica
Lindbergh invirtió 33 horas y media y recorrió algo
más de 5.800 km. Anteriormente, otros aviadores habían conseguido sobrevolar el
Atlántico, pero Lindbergh lo hizo totalmente solo, manteniéndose despierto
durante todo el tiempo que duró la travesía.
El éxito de su viaje le proporcionó un premio de
25.000 dólares y gran popularidad mundial. La hazaña fue muy nombrada y reconocida
en la historia de la aviación.
El Spirit of St. Louis en el interior del Museo
Nacional del Aire y el Espacio de Washington D.C.
Hasta 1928, ningún aviador había conseguido
realizar vuelos transoceánicos en dirección Oeste, debido a los vientos
contrarios.
Fue el 12 de abril de ese año, cuando se inició el
primer vuelo, entre Dublín y Greenly Island. Lo llevaron a cabo el capitán
alemán Hermann Köhl, el también alemán varón Gunther von Hünefeld, y el capitán
irlandés James Fitzmaurice. Realizaron un trayecto de 3.564 km.
Buen número de aviadores se propusieron en este año
ser pioneros en realizar nuevos trayectos. Se pueden citar:
Charles Kingsford-Smith, Charles T.P. Ulm, Harry W.
Lyon, y James Warner, que realizaron la Southern Cross con escalas desde
Oakland (California) hasta Sydney (Australia), en un recorrido superior a los
11.900 km.
Amelia Earhart, Wilmer Stultz y Louis Gordon, que
emprendieron el 17 de junio el cruce del Atlántico entre Bahía de Trepassey
(Terranova) y puerto Burry (Gales).
Arturo Ferrarin y Carlo P. Del Petre, capitán y
comandante del Ejército italiano, respectivamente, que realizaron un vuelo sin
escalas desde Roma hasta Genipabu (Brasil), en un recorrido de 7.186 km.
Las hazañas de Lindberg y sus predecesores Alcock y
Whitten, reforzadas con los ejemplos de otros aviadores que les emularon,
aportaron confianza y fiabilidad a los aeroplanos en viajes directos a larga
distancia.
Las empresas civiles de transporte comenzaron a
demandar aviones para sus primeras rutas aéreas, y de esta forma aparecieron
los primeros aviones de transporte de carga y pasajeros, algunos de ellos
míticos, como el Douglas DC-1 y el Boeing 247, primeros de una serie que
continuaron hasta la actualidad.
Antes de la existencia de instalaciones de
aterrizaje y despegue, los hidroaviones fueron las aeronaves más demandadas La
joven aviación comercial no estaba dotada en sus inicios de adecuadas
instalaciones para el despegue y aterrizaje, por ello los aviones más
demandados durante años fueron los hidroaviones, que además de suplir el
problema de inexistencia de pistas, aportaban seguridad en los vuelos a través
del mar.
Fuente: https://www.lasegundaguerra.com