Por Oerellitra
Al
principio del año 1912 no se conocía aun en la China la aviación más que por
las demostraciones efectuadas por aviadores asilados: un francés que se mató en
vuelo sobre Shanghái y un chino que terminó trágicamente su vida en Cantón.
No
escapó sin embargo al entonces presidente de la república, inteligente y
entusiasta de todo progreso el interés de la Aviación, y aconsejado por uno de
los más notables representantes que Francia haya tenido en China. el General Brissand-Desmaillet,
decidió dotar al ejército chino de un primer centro aeronáutico, instalándolo cerca
de Pekín. A la casa Caudrón se le hizo el primer pedido de 12 aparatos G-3 biplazas
provistos de motores Gnome de 80 y 50 HP, y Anzani 45 HP. Esta primera
tentativa fue coronada por el éxito, y los primeros aviones recibidos hicieron
su debut empleándoles contra los bandidos sublevados de la provincia de Shansi.
El entusiasmo provocado en el ejército chino por la aparición de las primeras
máquinas voladoras dio origen a numerosos proyectos que, desgraciadamente por falta
de medios financieros suficientes y de estabilidad política, no pudieron llevarse
a cabo.
Los
primeros aparatos quedaron rápidamente fuera de servicio, siendo lo peor de
todo el que su reemplazo no estaba asegurado. Sin embargo, se llegó a formar un
cierto número de pilotos, y de 1914 a 1918 los vuelos que se llevaron a cabo fueron
practicados temerariamente sobre aparatos ya anticuados y diversas veces reparador
con elementos un poco primitivos.
En
1918, bajo el ministerio del Genera Ching. la Compañía Vickers se comprometió a
entregar 100 aviones de su marca, previo contrato, creándose, como consecuencia
de ello, un órgano especial de Aeronáutica cuyo director fue el General chino Ting-Tsin.
teniendo como consultor técnico al Coronel Holt, del Ejército inglés. A esta
organización nuevamente creada, vino a asociarse un cupo de instructores
ingleses enviados por la compañía Vickers.
Fácilmente
se comprende el enorme trabajo que representaba para una aviación naciente, el
utilizar sin experiencia previa alguna, 100 aviones Vickers bimotores, sobre una
línea cuya necesidad no se dejaba sentir imperiosamente, y cuyo establecimiento
fue en extremo oneroso. Así, pues, bien pronto se decidió que Inglaterra mandara
40 aviones de los solicitados y que los 60 restantes fueran de una marca y un
tipo más fáciles de manejar, y de modo que respondieran mejor a las necesidades
reales: Avro o Vickers. Vulcan 100 HP, Rolls Royce.
Al
llegar a este momento, Francia perdió en China la plaza que Caudrón le había proporcionado
en el origen de la aviación, e Inglaterra pasó a tener la alta dirección en la aeronáutica
china. De hecho, la línea de Pekin-Shanghai fue explotada en trozos durante un
mes próximamente.
La
guerra civil iba causando estragos en China, llegando a un estado endémico,
motivo por el cual los Generales en lucha, los unos contra los otros, idearon
bien pronto el utilizar por su propia cuenta, ante un Gobierno impotente, los aparatos
enviados por Inglaterra, a pesar de las glandes protestas de esta nación, que
sólo se había propuesto organizar en China una Aviación comercial. Los Generales,
como decimos, aprovecharon la ocasión de utilizar esta nueva arma de guerra aérea,
y la Aviación comercial vino a ser así una Aviación militar, de corta duración,
en manos de los beligerantes.
Los
aparatos repartidos en diferentes ejércitos, fueron empleados, a pesar de la
falta de piezas de recambio, limitándose los mecánicos a reparar los aviones
averiados, desmontando lo que quedaba útil de otro.
En
1923, el Mariscal Tchang-Tso-Lin, gobernador de la Manchuria, quiso organizar
una aeronáutica militar moderna, llamando para ello al Coronel S. K. Yao. que
hacía diez años había salido de la Escuela espacial militar de Saint-Cyr. Este
jefe encontró a su llegada un solo constructor inglés y algunos aparatos Avro y
dos Handley-Page en mal estado. El Coronel Yao empezó pidiendo 12 Breguet y 6
Caudrón C-59, organizando una Escuela de vuelo con instructores chinos y dos franceses.
Los aviones franceses recibidos fueron armados y repartidos en tres escuadrillas,
reforzadas con algunos aparatos ingleses antiguos. En 1924 se hace un nuevo
pedido de 40 Breguet, de 10 C-59, 10 G-3y 20 anfibios.
Pronto
el Raid Pelletier d'Oisy atrajo la atención sobre el Breguet 19 del que se pidieron
10 ejemplares.
En
el otoño de 1924 se reproduce la guerra civil entre los dos jefes militares de
más prestigio en la China del Norte. Las hostilidades terminaron en enero de 1925,
con la victoria del Mariscal Tchang-Tso-Lin. debiéndose atribuirse en gran parte
este triunfo a los servicios de la aviación.
En
1925, llegaron a prestar servicio 5 escuadrillas, contándose ya con 40 pilotos
chinos y 42 alumnos que marcharon a Francia a instruirse y perfeccionarse en su
especial cometido.
En enero de 1926 tuvo que intervenir esta nueva arma en otras hostilidades, y esta vez de una manera inopinada y eficaz, a pesar de operar los aviones de bombardeo con frío de 20 grados bajo cero.
Fuente:
AÉREA, Revista Ilustrada de Aeronáutica, Año IV, julio 1926, N° 39 - Hemeroteca
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