Por
José Warleta Carrillo
Nació:
El 23 de Mayo de 1894 en Madrid
Murió:
El 28 de septiembre de 1924 en El Fondalillo (Tetuán, Marruecos)
Ocupación:
Aviador militar.
Hijo
de Alfonso Carrillo y Sánchez de Tovar, artillero, que llegó a General de Brigada
de Artillería, y de María Durán Pruna, optó por la carrera de las armas e
ingresó en la Academia de Artillería el 1 de septiembre de 1909. En junio de
1914 salió de la Academia como Primer Teniente, destinado al Cuadro Eventual de
Ceuta, al que se incorporó el 5 de julio.
El
día 22 del mismo mes pasó en comisión al Regimiento Mixto de Artillería de
Ceuta, al que fue destinado de plantilla por Real Orden Circular (ROC) de 21 de
septiembre. En este destino permaneció hasta fin de marzo de 1917, fecha en que
pasó a la Comandancia de Artillería de Ceuta. En febrero de 1918 volvió al
Regimiento Mixto, en el que estuvo destinado hasta fin de julio. Durante estos
cuatro años de Teniente en Ceuta, prácticamente coincidentes con la Guerra Europea,
España y Francia limitaron todo lo posible las operaciones de pacificación de
sus respectivas zonas del Protectorado de Marruecos. Los Generales Marina y
Gómez Jordana, que ocuparon sucesivamente la Alta Comisaría, obedeciendo las directrices
del Gobierno, intentaron atraerse al Raisuni, obteniéndose algunos resultados.
En mayo de 1916, Carrillo permaneció en Laucien con su batería mientras Gómez
Jordana hablaba con el Raisuni. Al mes siguiente estuvo presente en la
operación del Biut, haciendo fuego sobre el enemigo. En esta operación, el
Raisuni apoyó con su harca al Ejército español.
En
septiembre de 1918, Carrillo se incorporó al Regimiento de Artillería de
Posición de Segovia, pero, ascendido a Capitán en noviembre, pasó destinado al
10º Regimiento de Artillería Pesada de Huesca. En verano de 1919 cambió de
nuevo de destino, incorporándose esta vez al 6º Regimiento de Artillería Ligera
en Valencia. Durante seis meses estuvo en comisión en Trubia para estudiar la
fábrica de artillería y sus procedimientos de fabricación.
En
julio 1919, el General Francisco Echagüe Santoyo había sido nombrado director
del Servicio de Aeronáutica Militar, cuya rama de Aviación procedió
inmediatamente a modernizar, adquiriendo aviones del stock de guerra de los
aliados. Convocó un curso de pilotos para un centenar de oficiales, y varios
cursos de oficiales observadores. Por Real Orden de 2 de septiembre de 1920, el
Capitán Carrillo fue designado para uno de estos últimos. Incorporado al
aeródromo de Cuatro Vientos el día 14, terminó su instrucción de observador a
fin de año.
El
5 de enero de 1921, Carrillo estaba de nuevo en África, incorporado a la 1ª
escuadrilla de Marruecos en el aeródromo de Tetuán. Desde fines de 1918, las
cosas habían cambiado en Marruecos. El Raisuni se estaba manifestando cada vez
más como un entorpecimiento en vez de un aliado y el Gobierno reaccionó contra
él, que se marchó de Ben Karrich a Tazarut. En enero de 1919, el General Dámaso
Berenguer fue nombrado alto comisario, de momento con carácter civil; en agosto
recibió también el cargo de inspector del Ejército de África. Berenguer, que
comenzó a someter cabilas, ocupó Xauen en octubre de 1920.
El
alto comisario creía en la efectividad de la aviación, pero no contaba sino con
tres escuadrillas en lento proceso de modernización y con escaso material. A
fines de noviembre de 1920, la 1ª escuadrilla (Tetuán) tenía sólo un bimotor
Farman F.50, tres Breguet 14 y dos de Havilland, pero (como se quejaba
Berenguer), uno de los Breguet no tenía motor y los motores del Farman iban
mal. La 2ª escuadrilla (Zeluán, Melilla) tenía cuatro o cinco de Havilland. La
3ª escuadrilla (Larache) disponía de cuatro de Havilland, dos de ellos en
reparación.
Cuando
Carrillo llegó a Tetuán, la 1ª escuadrilla era mandada por el Capitán Apolinar
Sáenz de Buruaga. En los seis meses que estuvo en ella, Carrillo hizo cincuenta
y un vuelo, con cuarenta y nueve horas en el aire. De los vuelos, veintidós
fueron de bombardeo y catorce de reconocimiento. Se consideraban especialmente
meritorios los vuelos “fuera de planeo”, es decir, aquéllos en que una parada
de motor no permitiría regresar a las líneas propias. De éstos, Carrillo
realizó en ese período cuatro de reconocimiento de Gomara, cuatro de reconocimiento
de Beni Arós y cuatro de bombardeo de Tazarut. Asistió cooperando en vuelo a
las acciones de Kaaseres, Targa y Tiguisas (Gomara) el 13 y 14 de abril; a las
de Yebel Magó y Garmuzin (Ajmas) el 1 y el 4 de mayo, y a la de las crestas de
Beni Lait los días 25, 27 y 29 de junio.
El
3 de julio, Carrillo dejó Tetuán, marchando destinado al aeródromo de Cuatro
Vientos, donde se incorporó el día 7. Su ausencia de África iba a ser muy
breve.
El
19 de julio se celebró el llamado Raid Burgos, en el que numerosos aviadores
confluyeron en vuelo en la ciudad castellana. La razón era el centenario de la
catedral, celebrado con presencia de los Reyes. Carrillo fue de observador en
uno de los aparatos y en los días siguientes participó en los vuelos que allí
tuvieron lugar. La noticia del Desastre de Annual sorprendió en Burgos a la
mayoría de los aviadores disponibles que no estaban en África. Carrillo, de
observador del Capitán Manzaneque, llegó de vuelta a Cuatro Vientos el lunes
25.
Mientras
tanto, el aeródromo de Melilla (Zeluán) había quedado aislado en la noche del
sábado al domingo, perdiéndose los aviones de la 2ª escuadrilla de Marruecos,
que mandaba el Capitán Fernández Mulero. El mismo domingo 24 había llegado a Melilla
un avión civil Bristol Tourer pilotado por el Mayor inglés Hereward de
Havilland con el periodista Espinosa, de El Liberal, de pasajero. No estando
disponible Zeluán, había tomado tierra en Rostrogordo. Al día siguiente, de
Havilland y Espinosa estaban de vuelta en Madrid. Carrillo y Manzaneque no
perdieron el tiempo. En vista de que Melilla no tenía ningún campo de
aterrizaje de dimensiones adecuadas para los aviones normales del servicio,
vieron en el ligero Bristol Tourer la única manera de incorporarse a Melilla
cuanto antes. Aunque no se conocen los detalles de su gestión (parece que
vieron al Mayor de Havilland en el hotel Palace), lo cierto es que los dos
aviadores españoles salieron con el Bristol hacia Granada el martes 26.
Desgraciadamente, se vieron obligados a tomar tierra por falta de luz en
Calzada de Calatrava, sufriendo el aparato rotura de tren de aterrizaje y
hélice.
El
día 29, reparado el avión, volaron de Granada a Melilla. Antes de aterrizar
sobrevolaron la línea de posiciones buscando la columna del General Navarro,
que ese día llegaba, en retirada, a Monte Arruit. Al día siguiente, Manzaneque
y Carrillo, único elemento aéreo disponible en la plaza, realizaron tres vuelos
para aprovisionar Monte Arruit y Zeluán. El día 31 hicieron otros tres vuelos
con el mismo fin. Dada la limitada capacidad del Bristol, unos cincuenta kilos
de carga por vuelo, el efecto era principalmente moral. El lunes 1 de agosto,
Manzaneque y Carrillo sobrevolaron el aeródromo para probar el lanzamiento de
municiones con paracaídas, con buen resultado. Ese día, Carrillo realizó otro
vuelo, esta vez pilotando el avión el Capitán Fernández Mulero, para
aprovisionar el aeródromo de Zeluán y Monte Arruit, arrojando siete sacos. En
otro vuelo arrojaron tres sacos sobre la fábrica de harina de Nador. Fueron
tiroteados y volvieron con dos impactos en las alas.
El
martes 2 aterrizó en el campo de la Hípica, preparado aceleradamente, una
escuadrilla de cinco de Havilland DH.4 procedente de Tetuán y mandada por el Capitán
Sáenz de Buruaga. Inmediatamente, los recién llegados se entregaron a la penosa
misión que hasta entonces realizara el solitario Bristol. Ese día, Carrillo
hizo dos vuelos de aprovisionamiento. Desgraciadamente, Zeluán cayó al día
siguiente y el martes 9 se perdió también Monte Arruit. Manzaneque y Carrillo
quedaron integrados en la escuadrilla de Buruaga. En septiembre comenzó la
ofensiva española para recuperar lo perdido, cooperando la escuadrilla en las
acciones. Disponiéndose de más aviones, regalados al servicio por las
provincias españolas, en octubre y noviembre llegaron a Melilla dos escuadrillas
más de DH.4, formándose el 2º grupo de Marruecos, más conocido como Grupo
Rolls. Desde el 18 de octubre se usó un nuevo aeródromo en Tauima (Nador),
perfectamente adecuado. Las escuadrillas cooperaron en las operaciones. En la
ocupación de Yazanen y Tifasor (11 de noviembre) se empleó por primera vez la
ametralladora de observador. En la operación sobre Ras Tikermin (22 de
diciembre), los aviones actuaron por primera vez con la táctica del vuelo bajo
con relevos, siendo derribado un aparato y herido un piloto.
En
los siete primeros meses de 1922, Carrillo, como observador de la 1ª
escuadrilla del 2º grupo (Rolls), hizo en Nador noventa y seis vuelos, totalizando
noventa y tres horas cincuenta y cinco minutos. El avance del Ejército
continuó, ocupándose Tugunt (30 de marzo) y Dar Quebdani (8 de abril). El 9 de
abril, Carrillo voló de Nador a Tetuán, bombardeando a su paso frente al Peñón
de Vélez y regresando el mismo día a Nador.
Para
la ofensiva contra el Raisuni en la zona occidental, el alto comisario general
Berenguer y el comandante general de Larache General Sanjurjo requerían el
máximo apoyo aéreo posible. En Melilla se preparó una escuadrilla
expedicionaria compuesta por personal y aviones del Grupo Rolls. Esta unidad,
mandada por el Capitán Manzaneque y en la que figuraba Carrillo, debía reforzar
a las cuatro escuadrillas de Breguet 14 de Tetuán y Larache y voló el 24 de
abril de Nador a Tetuán y Larache. De paso, bombardeó Tazarut. En esta zona,
Carrillo hizo veintiocho vuelos, con treinta y seis horas treinta y nueve minutos
en el aire. Tazarut, de donde el Raisuni había escapado, fue ocupada el 12 de
mayo. Terminadas las operaciones, Carrillo voló a Tetuán el 8 de junio y a
Melilla al día siguiente.
El
31 de julio, Carrillo embarcó en Melilla para la Península. Podría disfrutar de
un merecido permiso de verano.
El
5 de septiembre, de vuelta del permiso, Carrillo se incorporó a la Escuela
Elemental de Pilotos en el aeródromo de Getafe. Al fin iba a satisfacer su ardiente
deseo profesional. El jefe del aeródromo era el Capitán González Estéfani y los
profesores de vuelo los Tenientes Gómez Spencer y Rodríguez Díaz de Lecea, justamente
conocidos por su competencia. Como dato de la juventud del Servicio de Aviación
en aquellos años puede decirse que Spencer y Lecea habían aprendido a volar
apenas dos años antes. Realizadas las pruebas reglamentarias sobre Avro 504K
con motor Le Rhône 80 cv, Carrillo obtuvo el título de piloto elemental el 14
de noviembre, y pasó unos días después a la Escuela de Clasificación de Cuatro
Vientos para transformarse a aviones de guerra. El título de piloto militar lo
recibió el 8 de febrero de 1923 y al día siguiente fue destinado, por orden del
jefe de Aviación, a los grupos de Melilla.
El
prestigio de Carrillo como observador era tal que, en octubre de 1922, en pleno
curso de pilotos, salió de Madrid en calidad de observador para realizar
prácticas de corrección de tiro de artillería en Baza (Granada) con el 4º
Regimiento de Artillería Ligera. Fue felicitado por su actuación.
El
24 de febrero de 1923, Carrillo volvió a incorporarse en Melilla al Grupo
Rolls, que ahora se llamaba 3er grupo, esta vez como entusiasta piloto de su
antigua 1ª escuadrilla. En la Orden General de la Comandancia General de
Melilla, de 30 de marzo, se ordenaba que se procediese a la apertura de juicio
contradictorio de méritos para el ascenso a comandante.
Aunque
en marzo hubo todavía bombardeos, desde los primeros días de abril el Gobierno
exigió al alto comisario, Luis Silvela, que pidiera permiso para cualquier
acción bélica que no fuera de mero reconocimiento.
Con
motivo de la inauguración de la flamante Base Aérea de Tablada y entrega de una
bandera al Servicio de Aviación, con la corbata de la Medalla Militar, debían
confluir en Sevilla aviones militares de diversos aeródromos, incluidos los de
Marruecos. El comandante Palanca, jefe del Grupo Rolls, salió el día 7 de abril
de Tauima al frente de cuatro de las escuadrillas de Melilla. Carrillo era uno
de los pilotos que le seguían. Llegados a Tetuán, el mal tiempo impidió seguir
a Sevilla. Los días siguientes hubo varios intentos de cruzar el Estrecho.
Carrillo y algún otro lo lograron el día 9. Palanca salió de Tetuán, el día 11,
pero sufrió un accidente por Río Martín y se mató con su observador. El día 14
fue la inauguración con visita del Rey, y el 15 la ceremonia de la entrega de
bandera. Carrillo voló de vuelta a Melilla, con escala en Tetuán, el día 19.
Allí se hizo cargo del 3er grupo sucediendo al infortunado Palanca. Su
prestigio hizo posible que asumiera este mando tan sólo dos meses después de
obtener el título de piloto.
Por
aquellos días, el General Castro Girona se había entrevistado con Abd el Krim
en Alhucemas, pero era evidente que, dadas las pretensiones de éste, el intento
de negociación era estéril. Era comandante general de Melilla, el General
Vives, que había estado al frente de la Aeronáutica Militar desde sus comienzos
hasta fines de 1915. El jefe de las Fuerzas Aéreas de Marruecos era el Teniente
Coronel Kindelán, otro personaje histórico del Servicio de Aeronáutica. Las
tres escuadrillas del 3er grupo (Rolls) de Carrillo estaban mandadas por los Capitanes
García Muñoz, Tomás Barrón y Gudín. Codo a codo con este grupo estaba el 4º
grupo, mandado por el Capitán Sáenz de Buruaga, cuyas dos escuadrillas Bristol
estaban a las órdenes de los Capitanes Barberán y Rafael Llorente; la 3ª
escuadrilla (DH.9A Napier) la mandaba directamente Buruaga. Además, Melilla
contaba con una escuadrilla de caza (monoplazas Martinsyde F.4), cuyos pilotos,
incluso su jefe, el Capitán Ortiz, pertenecían a las escuadrillas de los dos
grupos mencionados. En El Atalayón (Mar Chica), la Base de Hidros era mandada
por el Capitán Ramón Franco.
El
avance de recuperación después del Desastre de Annual se había detenido a fines
de 1922, por determinación del Gobierno. En terreno muy abrupto, Tizzi Assa era
una posición nada apropiada para formar parte de un frente estabilizado. El 14
de mayo, el alto comisario Silvela advirtió al Gobierno que se temía un ataque
a dicha posición y solicitaba permiso para la rectificación del frente que ya
se había propuesto antes. En días consecutivos, los reconocimientos aéreos
revelaron fuerzas enemigas que amenazaban Tizzi Assa y Tafersit. El día 24, el
mismo General Vives voló de observador de Carrillo recorriendo todo el frente
desde Afrau (en la costa) hasta Midar (en el interior, al sur de Tafersit y Dar
Drius). El día 28 se produjo el ataque enemigo. La hoja de servicios de
Carrillo dice escuetamente de aquellos durísimos días: “El día 28 tomó parte en
vuelo en el combate sostenido en la Hoyada de Tafersit contra numeroso enemigo
que, aunque bien atrincherado, al ser intensamente bombardeado huyó
precipitadamente, dejando el camino sembrado de bajas que luego trataban de
retirar unos grupos que quedaban en barrancoas próximos, recibiendo el avión
que pilotaba 14 balazos por el fuego enemigo; el 30 efectuó un bombardeo con
fuego de ametralladora en Tafersit y Tizzi Assa y el 31 cooperó en el combate
desarrollado en Tafersit, batiendo al enemigo en las estribaciones del Iferni
hacia Sidi Sayahen los barrancos próximos a Buafora y en las alturas y
barrancos próximos a las inmediaciones de Tizzi Assa; el 3 de junio bombardeó
en Tafersit, batiendo con fuego de ametralladora un grupo de 150 hombres que
había en barrancos próximos; el 4 efectuó bombardeos sobre la guardia enemiga
establecida frente a Tauarda y Benítez, el cañón emplazado en Tizzi Assa y
otros puntos próximos a esta posición, que fue abastecida por línea aérea; el 5
cooperó en la operación efectuada para llevar el convoy a las posiciones de
Tizzi Assa, bombardeando y haciendo fuego de ametralladora para facilitar el
avance de nuestras tropas sobre numeroso enemigo que se oponía a él en los
barrancos que cortan el llano de Tafersit, en las lomas de Bucherif y por la
cresta al NO de la Peña Tauarda, siendo herido en un tobillo por el fuego
enemigo”.
El
comandante general de Melilla, Martínez Anido (que había sucedido a Vives a
primeros de junio), concedió la Medalla Militar individual a Carrillo (Orden
General de la Comandancia General de Melilla de 18 de junio de 1923). La
concesión fue confirmada por Real Orden Circular de 12 de julio en los
siguientes términos: “Por su actuación personal e intensísimo valor en los
combates sostenidos los días 28 y 31 de mayo y 5 de junio uniendo una
inteligentísima y activísima actuación de mando en su Grupo, obteniendo de él
un rendimiento máximo para lo que directa y personalmente realizó el Campamento
de Aviación de Dar-Drius, con lo que los aeroplanos pudieron doblar y aún
triplicar su acción sobre el enemigo. Como broche y remate de esta labor recibe
un balazo en un pie cuando volaba sobre el enemigo, continuando no obstante
hasta que el motor del aeroplano que tripulaba, que también había recibido
varios impactos, se agarrota y se para el día 5 a las 12 del día, cayendo en
Bufarcut, méritos que se consignan en la Orden General de la Comandancia
General de Melilla el 18 de junio próximo pasado”.
Con
las siete escuadrillas de Melilla desplegadas en el aeródromo de Nador, el
general Martínez Anido impuso el 22 de julio la preciadísima condecoración a
Carrillo, junto a otros cuatro galardonados (capitanes Moreno Abella, Sáenz de
Buruaga, Llorente y Barberán).
Los
reconocimientos y bombardeos continuaron en julio y agosto. El enemigo estaba
muy activo, no cesaba en sus ataques contra las posiciones españolas y sitió
Farga y Tifaruin. El 18 de agosto se intentó abastecer por tierra ambas
posiciones. Los aviones apoyaron con sus bombardeos el repliegue de Tifaruin,
que no fue alcanzada, aunque sí Farga. Los días 20 y 21 se abasteció por aire
Tifaruin y se bombardearon puntos de la bahía de Alhucemas y otros lugares de
la cabila de Abd el Krim (Beni Urriáguel). El día 22, cinco columnas con apoyo
aéreo lograron liberar Tifaruin.
El
resto del año, Abd el Krim siguió amenazando las posiciones españolas de
vanguardia y las escuadrillas continuaron realizando vuelos de reconocimiento y
bombardeo, en prevención de situaciones como las vividas en Tizzi Assa y
Tifaruin. En septiembre, en España se inició la dictadura del General Primo de
Rivera. En octubre, el Teniente Coronel Kindelán fue sustituido al frente de
las FFAA de Marruecos por el del mismo empleo Alfonso Bayo. Debido al desgaste
del material del 3er grupo, a final de año se suprimió la 1ª escuadrilla. Las
otras dos conservaron sus números. La 2ª escuadrilla estaba mandada por el Capitán
Arias Salgado y la 3ª, por el Capitán Bellod. En diciembre, Carrillo fue
destinado a la Escuela de Combate y Bombardeo de Los Alcázares como profesor.
Parecía razonable aprovechar su experiencia operativa y, por otra parte,
después de tres años casi ininterrumpidos de vuelos de guerra en África, su destino
en la Península estaba más que justificado. No obstante, a él no le gustaba
esto. El 29 de diciembre, Bayo informaba al Coronel Soriano de que Carrillo
deseaba anular su destino a Los Alcázares como profesor, aduciendo falta de
afición y prefiriendo ir a aviones de caza. De hecho, el paso de Carrillo por
Los Alcázares se redujo a un par de semanas en enero-febrero de 1924, pues
volvió enseguida a su Grupo Rolls.
El
22 de marzo de 1924, aviones del 4º grupo fotografiaron un avión en Tizzi
Moren. Era el único que Abd el Krim adquirió jamás. Al día siguiente, las
escuadrillas de Melilla bombardearon a conciencia y destruyeron el aparato. Un
piloto de la 3ª escuadrilla Rolls, Teniente Juan Antonio Ansaldo, fue gravemente
herido en una pierna, a pesar de lo cual ordenó a su observador, Teniente Ángel
Orduna, que terminara la misión, dando las pasadas necesarias para el
lanzamiento de las bombas. A continuación, aterrizó en Tafersit, donde Carrillo
acudió a recogerlo. Por este hecho, Ansaldo recibió la Cruz Laureada de San
Fernando.
Abd
el Krim arreció en sus ataques a primeros de mayo, esta vez simultaneando
acciones en la zona oriental (Sidi Mesaud) y en la occidental (posiciones del
Lau). La actividad de las escuadrillas era intensa. Carrillo fue uno de los
pilotos designados para recoger en París doce aviones Potez 15 adquiridos por
España. El 10 de junio despegó con el suyo en la capital de Francia y, haciendo
escalas en Tours, Cazaux y Burgos, llegó a Madrid. Al día siguiente, el rey de
Italia visitó el aeródromo de Cuatro Vientos y Carrillo se hallaba en la fila
de oficiales presentados a Víctor Manuel III por Alfonso XIII. A la vuelta a
Melilla, de nuevo en “la lidia” (Carrillo fue el más distinguido propagador,
probablemente el originador, del uso de términos taurinos en aviación, como el
famoso “al toro”, que hoy sigue vivo en la heráldica del Ejército del Aire). Se
bombardeó en el frente y en Alhucemas, corazón de los Beni Urriáguel, la cabila
de Abd el Krim.
Primo
de Rivera era partidario de un repliegue o “semiabandono” para ahorro
estratégico de fuerzas. Este plan era muy discutido entre los jefes militares y
Primo renunció al repliegue en la zona oriental, pero en verano lo inició en la
occidental. La situación en ésta se hizo muy crítica. Algunas posiciones de la
línea del Lau fueron aniquiladas; todas estaban amenazadas. Por Real Orden de 1
de septiembre, Carrillo fue nombrado alumno del primer Curso de Mandos de Grupo
y Escuadrilla, que se desarrollaría en Cuatro Vientos y Los Alcázares. Hasta
entonces, los jefes de unidades aéreas, como él mismo, se habían formado sin
bagaje teórico, directamente en la acción de guerra. Pero ese mismo día recibió
orden de volar con sus dos escuadrillas a Tetuán, para tomar parte en las
durísimas operaciones del repliegue de Xauen y las posiciones intermedias.
El
vuelo del 3er grupo a Tetuán tuvo lugar al día siguiente. Desde los aeródromos
de Tetuán y Larache, las escuadrillas se estaban empleando para abastecer y
proteger las posiciones (casi siempre muy pequeñas y en terreno muy difícil) y
las columnas de operaciones del Ejército cuya misión era posibilitar el repliegue
de las posiciones. Aunque el aprovisionamiento aéreo no era nuevo para los
aviadores, hay que señalar que los aviones del servicio no estaban concebidos
para este trabajo, no siendo por su tamaño, configuración y potencia los más
adecuados. Además, para dejar las cargas al alcance de los soldados españoles
era preciso volar muy bajo y, dada la configuración montañosa de la zona, con
frecuencia el enemigo se hallaba situado en alturas próximas superiores a la de
vuelo, por lo que los aviones recibían sus disparos desde arriba. En estas
condiciones, el número de aviones derribados y aviadores heridos o muertos
había de ser, y lo fue, crecido. Antes de julio de 1924 habían muerto en acción
siete aviadores, todos en la zona oriental. En el segundo semestre de 1924
perdieron la vida doce, todos en la zona occidental.
El
4 de septiembre, a los dos días de llegar a Tetuán, Carrillo sufrió un golpe
muy fuerte. Salió por la mañana con la 3ª escuadrilla en misión de bombardeo
sobre la posición llamada Tienda Fortificada. En una de las pasadas, su
observador, Teniente Ángel Orduna, fue alcanzado por el fuego enemigo y murió
en el aire. Por la tarde, Carrillo hizo una misión de aprovisionamiento. En los
días que siguieron, sus vuelos de guerra estuvieron ligados a nombres de posiciones
como Miskrela, Xauen, Dar Acoba, Xeruta, Zoco el Arbaa, Kerikera, Zinat,
Gorgues, Monte Cónico, Zoco el Jemis de Beni Arós, Afernun, Adru, Buharrax,
Serrana, Ben Karrich. El domingo 28, con muy mal tiempo, el mando pidió
cobertura aérea para la vanguardia de las columnas que intentaban retirar
posiciones en el sector del Zoco el Arbaa, camino de Xauen. El General Soriano,
director del Servicio de Aeronáutica, considera imposible realizar la misión en
las condiciones meteorológicas reinantes. Sin embargo, Carrillo despegó sin
acompañamiento para el que sería su último vuelo, llevando como bombardero al
suboficial de Artillería José Amat. Parece que Carrillo fue gravemente herido
antes de lanzar las bombas e intentó aterrizar en el pequeño campo del Zoco el
Arbaa, cosa que no pudo hacer al estar ocupado por tropas. El caso es que
siguió volando muy bajo hacia Tetuán y cayó en el Fondalillo. Las bombas
explotaron y tanto Carrillo como Amat murieron.
La
arrolladora personalidad de este joven militar, muerto heroicamente a los
treinta años de edad, ha sido reconocida unánimemente por sus jefes, compañeros
y subordinados. No sólo fue un destacadísimo observador y excelente piloto,
sino un jefe dotado de excepcionales cualidades para el mando, como son el
valor, el espíritu de servicio, la competencia profesional y un poderoso
atractivo basado en una eficaz combinación de seriedad y humor. Y, siempre, el
ejemplo. Sus frases eran a menudo memorables. A los menos entusiastas dedicó
alguna vez una sencilla pauta: “Hay que mirar más alto y volar más bajo”. Sus
versos festivos eran populares.
Cuando
comenzó el Curso de Mandos de Grupo y Escuadrilla al que no pudo asistir, su
mesa había sido cubierta con un paño negro. Al Teniente Coronel Kindelán, ahora
jefe de Instrucción, se atribuyen estas palabras: “El Capitán Carrillo, aquel
inolvidable compañero que nos enseñó a todos cómo debe mandarse un grupo de
escuadrillas [...]”.
José
Carrillo Durán estaba en posesión de tres Cruces del Mérito Militar con
distintivo rojo y de la Medalla Militar individual.
Fuente:
http://dbe.rah.es