Por Carlos Montes
El
21 de agosto de 1910, César Copetta, con la ayuda de su hermano Félix, lograron
este hecho histórico en la Chacra Valparaíso, hoy el Parque Ramón Cruz en esa
comuna santiaguina, alcanzando una altura de 10 metros, por cerca de cinco
minutos.
La
historia de la aviación en Chile comenzó a escribirse de la mano de dos
hermanos provenientes de Francia, César y Félix Copetta Brosio. Ambos nacidos
en Paris, arribaron a territorio nacional aun siendo niños, con 12 y 14 años
respectivamente. Su padre, Charles Copetta, fue enviado en 1892 por Gustave
Eiffel para trabajar en algunos de sus proyectos en el país. En ese entonces,
aún no imaginaban que quedarían en la historia como los protagonistas del
primer vuelo en Chile.
Después
de un inicio difícil en nuestro país, sumado a la temprana muerte de su padre, tres
años después de su llegada), los Copetta heredaron el oficio de mecánico y
comenzaron con un modesto taller de reparación de bicicletas, transformándose
posteriormente en fabricantes. A esto, se sumó un taller de automóviles en
1905, lo que sería el primer Garaje en Chile, en la calle Ejército Libertador
755, en el centro de Santiago.
César
(izquierda) y Félix (derecha) Copetta. Crédito: Departamento Comunicacional
DGAC
Casi
cinco años después, a fines de 1909, arribó al país el primer avión, un Voisin
con motor Gnome de 50 HP. “Los responsables de traer esta novedosa maquinaria
fueron David Echeverría y Miguel Covarrubias, con motivo del primer centenario
que viviría el país. Como ambos eran clientes del Garaje Copetta, les
propusieron ser los pilotos del avión”, relata hoy a Qué Pasa Ricardo Copetta,
bisnieto de Félix Copetta y actual piloto comercial.
Tras
ir a Francia a tomar cursos, el sábado 20 de agosto de 1910 se reunieron en la
Chacra Valparaíso, hoy Parque Ramón Cruz en Ñuñoa (donde existe un monolito en
el lugar), para hacer las últimas pruebas. Luego de un par de intentos
fallidos, Félix Copetta realizó un sobrevuelo de no más de 10 metros de largo y
a una altura de un metro. Al día siguiente, el domingo 21 de agosto, esta vez a
cargo de César, se realizó el primer vuelo oficial del que se tenga registro en
Chile, llamado circuito de tránsito. “El avión Voisin alcanzó una altura de 10
metros, durante cuatro a cinco minutos”, explica Copetta.
Eduardo
Werner, encargado de la Sección Historia del Museo Nacional Aeronáutico y del
Espacio de la DGAC, señala que con este hito “se inicia la actividad aérea en
Chile. Contribuyó a crear el ambiente, favoreciendo la difusión de la aviación
y estableciendo corrientes de opinión que apoyaban e impulsaban la creación de
una aviación militar, lo que se plasmó en 1913″.
En
el lugar donde se realizó el primer vuelo en Chile, hoy existe un monolito en
su memoria. La imagen corresponde a la conmemoración del hito, hecha en 2019.
Crédito: Departamento Comunicacional DGAC
Ricardo
Delpiano, analista de transporte aéreo, explica que representa el punto de
partida para un desarrollo continuo de la aviación chilena. “Fue un hito para
Chile, una demostración tanto para la población local, como para la comunidad
internacional de esa época, de que el país estaba en condiciones de incorporar
la aviación a su sistema, primero de Defensa, y posteriormente de transporte.
Hasta entonces, los incipientes logros que la aviación conseguía se daban fuera
de Chile, en Europa, los Estados Unidos, Brasil. El vuelo de los hermanos
Copetta trae el desarrollo aeronáutico al país”.
“Del
mismo modo, también dio estímulo a la acción de chilenos que se lanzaron a
conquistar los cielos con poco más que su entusiasmo e iniciativa. Entre ellos
Luis Alberto Acevedo, primer mártir de la aviación civil chilena o Clodomiro
Figueroa Ponce”, agrega Werner.
“Fue
un hito bastante importante no solo en Chile. Imagínate lo que era volar
después de seis años y medio del primer vuelo en el mundo de los hermanos
Wright. En ese minuto, Chile atraía a extranjeros porque se veía un país muy
próspero en la época”, añade Copetta.
El
bisnieto señala que “no solo son los primeros en volar en Chile, sino son los
primeros en diseñar y construir aviones en Chile, comenzado en 1911. Lo más
relevante es que construyeron un motor de aviación en 1914, desde su fundición
hasta su vuelo. Hito nunca superado ni repetido en Chile hasta hoy”.
César
Copetta, uno de los responsables del primer vuelo realizado en Chile.
En
vuelos posteriores, el avión quedó seriamente dañado, por lo que no pudo ser
utilizado para la conmemoración del Primer Centenario de Chile el 18 de
septiembre, que era el objetivo final, pero a esa altura, ya se había logrado
el primer vuelo.
César
murió el 27 de octubre de 1940 en Los Cerrillos a los 62 años, mientras que
Félix, el 13 Septiembre de 1953 a los 73 años.
“No
solamente es un tremendo orgullo, sino que ellos me envenenaron con la
aviación. Cuando alguien me pregunta por mi bisabuelo, digo que sin duda es
orgullo seguir manteniendo viva la llama de volar porque es una tremenda
pasión”, señala Copetta, que agrega que su hijo mayor es piloto privado.
Delpiano
dice que lo hecho por los hermanos Copetta, “demuestra la voluntad y el
espíritu de alcanzar objetivos claros, dentro de una propuesta de visión a
largo plazo y de un sentimiento patrio, que en estos días pareciera desaparecer
en la sociedad actual. La hazaña de los hermanos Copetta nos debiera hacer
recordar el compromiso que tendrían que tener los chilenos con su país”.
“Los
hermanos Copetta tienen el significado y valor que otorga el atreverse. En 1910
fueron quienes estuvieron dispuestos a aventurarse en el uso de esta nueva
tecnología, iniciando una vida estrechamente ligada a la aviación, pasando a
integrar el selecto grupo de los precursores aeronáuticos nacionales. Ellos, aun
cuando eran franceses, se afincaron en nuestra tierra estableciendo un taller
de mecánica, el cual llegó a ser posteriormente el núcleo de sus proyectos en
aviación”, añade Werner.
Arturo
Merino Benítez, fundador de la Fuerza Aérea de Chile (FACh), César Copetta
Brosio y Diego Aracena, Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile entre
1932 y 1938.
Pamela
Copetta, la mayor de los bisnietos de Félix Copetta (César no tuvo hijos), lo
recuerda con cariño, pese a que su bisabuelo murió cuando ella era niña. “Ellos
fueron los pioneros, después armaron sus propios aviones, César murió
experimentando con uno de ellos”.
Mario
Magliocchetti, jefe de la Sección Restauración y Mantenimiento del Museo
Nacional Aeronáutico y del Espacio, es el responsable de la réplica que hoy
existe en el museo, creada para su centenario en 2010. “El criterio seguido fue
realizar una réplica exacta del avión Voisin de tipo Celular modelo 1909 que
los propietarios del avión compraron a principios de 1910”, señala.
“El
Museo debió reunir fotos, bosquejos de época, dibujos de tres vistas publicados
en las revistas de ese entonces del modelo que se fabricaba a finales de 1909 y
principios de 1910. Tomé contacto con Les Vieilles Tiges, asociación francesa
de precursores, con el Musee de L´Air y con el Museo de las Fuerzas Armadas de
Bruselas (Bélgica), donde se había reconstruido hace algunos años un Voisin
similar al que voló en Chile”, añade Magliocchetti.
Imagen
del primer vuelo realizado en Chile, en 1910.
“Su
propósito se puede trasladar a la aviación chilena de hoy, cuando tenemos
líneas aéreas seguras, modernas, eficientes, competitivas, que no solo
conquistan los cielos de Chile, sino que también los de América y por qué no
del mundo, facilitando la conectividad y brindando más opciones de viaje a más
personas en una verdadera democratización de los cielos”, analiza Delpiano.
“También
el legado de los hermanos Copetta se manifiesta en los nuevos líderes de la
aviación cuya visión hace posible que todos podamos volar. Por ejemplo, pienso
en un Enrique Cueto, CEO de LATAM, que transforma a una pequeña aerolínea
nacional en una global que une a Chile con los cinco continentes o también en
un Holger Paulmann, CEO de SKY, que se atrevió a introducir el modelo low
cost”, explica Delpiano.
“Como
familia estamos orgullosos de descender de quienes dieron inicio a la historia
de la aviación en Chile. En lo personal me enorgullece continuar con la pasión,
reconociendo con humildad que nuestros antepasados dejaron la vara muy alta”,
señala Ricardo Copetta.
Fuente:
https://www.latercera.com