Milán sufrió decenas de bombardeos aliados primero bajo el yugo del fascismo y luego, bajo la ocupación alemana hasta que el 25 de abril de 1945 los partisanos liberaron la ciudad. Un cronograma de aquellos hechos con videos de época y la infaltable Bella Ciao.
“En
Lombardía el virus ha matado cinco veces de civiles más que muertos en la
Guerra” expresó Domenico Arcurri, el comisario para la Emergencia Coronavirus
de Italia. En la provincia del norte, más de 12 mil personas al día de hoy
perdieron la vida en dos meses de haberse iniciado el contagio masivo, cinco
veces más que las 2 mil personas que murieron durante los bombardeos que sufrió
la zona en los cuatro años que duró la II Guerra Mundial.
La
región aún lleva las marcas de la violencia y la tragedia que la contienda
bélica le dejó. Sobre todo, Milán, ciudad que entre el 11 de junio de 1940 y
abril de 1945, sucumbió bajo los bombardeos de los países aliados. En 1940, la
capital de Lombardía fue considerada por los británicos como un objetivo
militar importante por ser la ciudad industrial más desarrollada de Italia y
una de las más relevantes a nivel europeo, formando junto a Turín y Génova el
triángulo industrial del norte italiano.
Las
principales fábricas de la provincia de Milán del momento eran: Alfa Romeo,
Edoardo Bianchi, Officine Galileo, Magneti Marelli, los talleres de Borletti,
Tecnomasio Italiana Brown Boveri, Pirelli, Isotta Fraschini, Breda, Caproni,
Ansaldo y Falk. La ciudad contaba además con 21 líneas de tren, por lo que era
uno de los principales cruces ferroviarios de la época. Sus estaciones eran una
de las más grandes del continente y, además, terminales de carga muy
importantes.
Las
estaciones de Lambrate y Farini eran las articulaciones vitales para las
industrias mencionadas. Informes de la época elaborados por la inteligencia
inglesa indicaban que la ciudad contaba con más de un millón de habitantes y la
organización territorial dividía a la ciudad en círculos concéntricos, siendo
el centro el último círculo interno, el más vulnerable de todos. Las calles
estrechas de Milán y la proximidad entre los edificios, eran un punto a favor
de la efectividad de los ataques aéreos, garantizando la propagación del fuego
tras el arrojo de bombas incendiarias. El único problema, sostenían los informes,
era el material con el que se habían construido las casas: ladrillo y hormigón,
que a diferencia de las ciudades alemanas donde las casas eran en su mayoría de
madera, este material impedía al fuego expandirse con mayor facilidad.
Los
bombardeos sistemáticos iniciados en 1940 por las fuerzas inglesas, estuvieron
desde el inicio orientados a golpear a la sociedad civil, apuntando a
aterrorizar a la población para empujar al gobierno a firmar un armisticio: una
rendición. A partir de 1944, los ataques desde el aire sobre Milán incluirán a
las fábricas empleadas en la producción de guerra, que para ese momento ya
estaban en manos de los alemanes.
Las
alarmas
Una
primera alarma sonaba para advertir a la población del peligro inminente,
cuando la fuerza antiaérea divisaba aviones enemigos. Media hora después de esa
primera sirena, llegaba la segunda, una alarma más grande que precedía la caída
de bombas en unos minutos. Con esos dos avisos, los ciudadanos tenían, al menos
en teoría, el tiempo para llegar a los refugios.
Aviones
En
1940, el Comando Británico de Bombarderos utilizó aviones bimotores Armstrong
Witworth Whitley cuya carga de bombas tuvo que reducirse debido al largo viaje
que debían hacer (Inglaterra-Milán y viceversa), por lo tanto, no más de 2.000
kilos.
Desde
el otoño de 1942 hasta el verano de 1943, el Comando de Bombarderos utilizó en
su lugar las joyas de familia, el Stirling de cuatro motores, capaz de
transportar 6.000 kg de bombas cada uno, Halifax (5.800 Kg) y Lancaster (6.500
Kg). También se utilizó el bimotor Wellington, el De Havilland Mosquito, bimotor
para el reconocimiento, del cual se hacían fotografías después del bombardeo y
el famoso Spitfire, de reconocimiento y caza de ametralladoras en el suelo.
Desde
1943, los ataques se confiaron a la MAAF (fuerza aérea aliada del Mediterráneo)
y la USAAF (Fuerzas Aéreas del Ejército de los Estados Unidos), usando Boeing B
17 Flying Fortress de cuatro motores (las fortalezas voladoras) y B 24
Liberator, equipado de cargas destructivas más bajas que las inglesas. Estos
aviones despegaban de Puglia y Campania, en el sur de Italia y se dirigían
hacia el norte del país en muy poco tiempo.
Durante
el último período de la guerra, otros aviones estadounidenses también
sobrevolaron Milán, como el Republic P 47 Thunderbolt, renombrado Pippo por los
italianos, trágicamente famoso por sus incursiones en solitario por la noche, y
durante el día para el bombardeo de carreteras y ferrocarriles.
Modo
de ataque
Los
ataques a Milán fueron inicialmente nocturnos: aviones británicos despegaban de
las bases ubicadas en el sur de Inglaterra a la hora de la cena, cruzaban por
la noche los cielos de Francia ocupados por el ejército de Hitler, luego los
Alpes y a la medianoche ya se encontraban sobre la ciudad, donde permanecían
durante aproximadamente una hora, antes de regresar a sus bases.
Teniendo
lugar en la oscuridad, y no siempre pudiendo contar con cielos despejados y
lunas llenas, la redada era precedida por el paso de aviones llamados “pioneros”,
es decir, marcadores de carreteras que lanzaban llamaradas brillantes para
mostrar a los bombarderos el curso y los objetivos.
Pero
después de 1943, los aviones de la USAAF atacaron durante el día y a todas
horas, acciones que implican mayores riesgos de ser derribados, pero con más
probabilidad de golpear los objetivos. Usualmente despegaban por la mañana
desde Puglia, sobrevolaban el Adriático, y desde Romaña se desviaban hacia
Milán. Al regreso, estos aviones tenían la posibilidad, ahora liberados del
enorme peso de las bombas, de cazar libremente con ametralladoras todo lo que
creían útil golpear (trenes en marcha o mensajería o columnas militares en
movimiento).
Cronología
de los bombardeos
De
manera sintética, la siguiente infografía muestra los principales bombardeos
que cayeron sobre Milán entre 1940 y 1945:
Cronología
Benito
Mussolini, el 10 de junio de 1940, decide declarar la guerra a Francia e
Inglaterra, junto a Alemania. Pero el Ejército italiano no estaba preparado
militarmente para afrontar esa guerra. El Duce, delega a un segundo plano ese problema,
pese a que Italia no tenía ni siquiera uniformes para todos sus soldados. Luego
de la declaración de guerra, Milán espera los ataques enemigos. La defensa
antiaérea es uno de los puntos débiles del Ejército italiano, sus cañones, por
ejemplo, son de la Primera Guerra Mundial.
Año
1940
Noche
entre el 15 y el 16 de junio
Milán
sufre su primer ataque aéreo cinco días después de la entrada de Italia a la
guerra. La alarma antiaérea sonó a la 1.48 y varios edificios fueron
alcanzados. El saldo del ataque dejó un muerto y algunos heridos.
Noche
entre el 16 y el 17 de junio
A
las 10.30 sonó la alarma después del avistamiento de 8 aviones sobrevolando los
cielos de Milán y a las 0.23 llegó una segunda alarma por otros bombarderos que
se acercan desde el sur, luego otra alarma para aviones en el área adyacente a
Caproni. A la 1.00, de nuevo la alarma por aviones que iban de norte a sur, y a
las 2.00 por lanzamiento de bombas en los lagos de Milán. Última alarma a las
5.04 a.m. Pese a la gran cantidad de alarmas, los daños no fueron relevantes.
Noche
entre el 13 y el 14 de agosto
Después
de casi dos meses de paz, a las 0.55 de la mañana, la alarma anuncia aviones
procedentes de Como, Varese y Domodossola, que al sobrevolar la ciudad lanzaron
bombas y panfletos de propaganda. Hubo 15 muertos y 44 heridos en ataques
concentrados en vía Sarpi, Settala, Moscova y viale Padova. Otros daños a la
Estación del Greco y en vía Messina. La Dicat disparó innumerables disparos,
sin poder golpear los aparatos ingleses. La Dicat era la Defensa contra los
ataques aéreos territoriales, una organización que entre 1940 y 1943 gestionó
todos los recursos y medios para repeler la ofensiva aérea enemiga en
territorio italiano
Noche
entre el 15 y el 16 de agosto
Alarma
a las 0.40. Debido al fuego antiaéreo de Dicat, los aviones británicos se
deshicieron de su carga de bombas en Merate y Mariano Comense. Un avión de
Wellington fue derribado, causando la muerte de uno de los cinco pilotos.
Noche
entre el 18 y el 19 de agosto
La
alarma suena a las 0.40. Los aviones
ingleses lanzan 14 bombas y fueron golpeadas las fábricas de Innocenti
golpearon en Lambrate, Caproni y el aeropuerto Forlanini-idroscalo).
Noche
entre el 24 y el 25 de agosto
La
sirena suena a las 0.49 pero sólo se tiraron bengalas.
Noche
entre el 26 y el 27 de agosto
Alarma
entre la 1.00 y las 3.00 de la madrugada. Ninguna bomba cayó y dos aviones
británicos fueron derribados (uno en los Apeninos de Liguria y el otro cerca de
Arese).
Noche
entre el 18 y el 19 de diciembre
El
Comando Bombardero cobró vida después de más de tres meses de silencio. La
alarma duró de las 2 a las 4.30 de la mañana. Las bombas destruyeron una granja
en Assago y golpeó la vía Col di Lana en Milán. La ofensiva dejó ocho muertos y
16 heridos.
Año
1942
Durante
todo el año 1941 los Comandos de Bombarderos concentraron sus fuerzas en otros
escenarios de guerra, por lo que la ciudad de Milán no sufrió ningún ataque. El
año 1942 se perfilaba como un año tranquilo, y así lo fue hasta octubre.
Tarde
del 24 de octubre
La
ciudadanía fue tomada por sorpresa cuando el sonido de las sirenas se superpuso
con el ruido del tráfico. A las 17.57 sonó la alarma después de más de un año
de silencio. Hasta entonces los ataques siempre se habían llevado a cabo
durante la noche. Lo peor de este bombardeo radicó en que las primeras bombas
comenzaron a caer solo tres minutos después de la alarma, que evidentemente se
había dado con retraso. Cerca de 73 aviones Lancaster acuden a la ciudad, en un
momento de aglomeración e intenso movimiento de los ciudadanos, sobre todo en
el centro de la ciudad. Dicat intervino ya en demora, tratando de remediar toda
una serie de errores defensivos. Las bombas lanzadas fueron de todas
dimensiones, incluyendo 12 de 2.000 kilos, más de 2.000 bombas incendiarias de
gran calibre y más de 28.000 de calibre pequeño.
La
segunda fase del ataque fue perturbada por el humo de los incendios que
estallaron de inmediato, que se elevó a quinientos metros sobre el nivel del
mar y protegiendo el cielo de la ciudad. Volaron para interceptar a los
bombarderos, cinco aviones de la Fuerza Aérea, pero sin grandes éxitos. Un
Lancaster cayó al suelo en Segrate, reducción posiblemente atribuible a los
antiaéreos instalados en Caproni. Después de la redada, los muertos fueron 135
y los heridos 331.
Grandes
áreas de la ciudad fueron dañadas o devastadas. Según el informe de la
prefectura, los edificios en vía Pantano, vía Velasca y corso Roma (ahora Porta
Romana) fueron seriamente dañados en los números 7, 9 y 10; dos fábricas en el
área de Ticinese y vía S. Cristoforo; Piazza Tricolore, vía le Montenero
(número 72 a 76 y 73), vía Archimede, vía Melloni, el Matadero y el mercado de
frutas y verduras (aeropuerto de Vittoria), vía Messina, Lomazzo, Sarpi, Aleardi,
Corso Buenos Aires (número 33 y 58), Piazza Bacone, vía Oxilia (número 23 a 29
y 26) y vía Sauli (del 18 al 28).
La
prisión de San Vittore fue dañada, y debido a la demolición de un muro
perimetral cien presos huyeron. El desastre obligó a la ciudad a establecer
escuelas y edificios públicos para acomodar a las personas sin hogar. Milán
evidenció la insuficiencia de los refugios públicos, que resultó ser menor en
número que las necesidades concretas.
Noche
del 24 y 25 de octubre
Los
incendios causados por la redada de la
tarde aún se mantenían activos cuando se
produjo otro ataque a las 10.44 p.m. Sin embargo, el ataque fue
significativamente menor que el diurno, debido a los pocos aviones que
realmente lograron llegar a la ciudad, ya que el grupo sufrió numerosas
pérdidas en el camino (por causas temporales y los ataques antiaéreos suizos).
Muchas
bombas se dispersaron en el territorio que rodea a Milán, algunas incluso
terminaron en la Certosa de Pavía y Vigevano. Para miles de milaneses empezó el
desplazamiento: grandes masas llenaban los trenes, pero había quienes tenían
que hacerlo en bicicletas, para irse a áreas vecinas a las que no le tocaban
los bombardeos nocturnos; muchos lugares para acoger gente eran puestos a
disposición por los agricultores de la zona.
A
finales de 1942, el transporte público de la ciudad comenzó a reducirse, especialmente
por falta de repuestos. Muchas líneas fueron suprimidas o comenzaron a tener
frecuencia reducida.
Año
1943
Desde
principios de año, el Dicat, después de mostrar muy poca preparación y
efectividad, fue flanqueado por el Flak alemán. Mientras tanto, el Comando de
Bombarderos había sido mejorado y perfeccionado, y había comenzado la
destrucción sistemática de las ciudades alemanas. En Milán, mientras tanto, la
racionalización de el pan diario cayó a 150 gramos por persona, los bonos del
tesoro perdieron valor y entre la población el uso del trueque, se convirtió en
la única forma de subsistencia.
Noche
entre el 14 y el 15 de febrero
La
alerta temprana sonó a las 9.30 p.m., y después de media hora, a las 10.06
p.m., sonó la gran alarma. Sobre el cielo de Milán 138 Lancaster comenzaron a
lanzar las bombas a las 10.34 p.m. La ruta había sido trazada por numerosos
pathfinder desde el Lago Maggiore en adelante. Solo un avión fue alcanzado por
el antiaéreo y se estrelló al final de la calle. Boffalora, en el Barona. Nunca
se encontró a los miembros de la tripulación y recién en 1990 apareció uno de
los motores, durante los trabajos para la construcción de la Metropolitana 2 en
la zona de Famagosta.
Durante
el ataque se arrojaron 110 toneladas de bombas explosivas y 166 toneladas de
dispositivos incendiarios. El reconocimiento inglés para la evaluación de los
daños infligidos fue llevado a cabo cuatro días después por un avión de
Havilland Mosquito. Según el informe por las fotos tomadas desde arriba, Alfa
Romeo, Caproni e Isotta fueron dañados, así como Fraschini, Centeneri y Zinelli
y la fábrica de tabaco. También fueron
dañados al puerto de Farini en Porta Génova, al depósito de tranvías en vía
Messina y el de los autobuses de Corso Sempione.
Además,
35 áreas civiles fueron dañadas en Corso Roma, el Duomo, plaza Loreto y la
Estación Central cerca de la Universidad Católica. Según los informes italianos
de los días sucesivos 203 casas fueron destruidas y 220 seriamente dañadas, 376
con daños mayores y más de 3.000 con daño menor. Serios daños sufrieron también
el Corriere della Sera en vía Solferino. En cuanto al patrimonio cultural y
artístico, fueron alcanzadas las iglesias de: S. María del Carmine, S. Lorenzo,
S. Giorgio, el Palacio Real, la Pinacoteca Ambrosiana, la Permanente, la
Galería de Arte Moderno y el Conservatorio. Para apagar el fuego de los
incendios, acudió en ayuda el Cuerpo de Bomberos de Bologna, además de todas
las provincias vecinas. A las ocho de la mañana del día siguiente se reanudó el
movimiento de tranvías y trenes en la estación central.
La
cifra de muertos fue de 133, con 442 heridos. Las personas sin hogar llegaron a
7.950, pero pocos días después ya eran más de 10.000. La ciudad sufrió un éxodo
masivo por parte de la población, tanto por la pérdida de sus hogares como por
el miedo a nuevos ataques. Las escuelas fueron cerradas indefinidamente y
empezaba a escasear el combustible.
Noche
del 7 al 8 de agosto
El
25 de julio, Mussolini había sido arrestado después de la histórica sesión del
Gran Consejo del Fascismo, y encarcelado en el Gran Sasso. Para acelerar la
rendición de Italia, se planeó un ciclo de bombardeo feroz contra Milán, que,
según las intenciones, debía destruir la ciudad dentro de un mes.
El
primero de estos ataques comenzó con la alarma a las 0,52 del 8 de agosto,
cuando los aviones enemigos habían sido reportados pasando por la frontera
suiza. Las bombas comenzaron a caer a las 1.10. Los Lancaster de la RAF (la
real Fuerza Aérea Británica) arrojaron especialmente bombas incendiarias y
rápidamente grandes círculos de fuego se propagaron en Porta Venezia, Porta
Garibaldi, Corso Sempione, Magenta y Ticinese. El teatro Filodrammatici fue
destruido, así como grandes partes del Corriere della Sera y fue destruido completamente
el hospital Fatebenefratelli.
Fuertes
daños recibieron también al Museo de Historia Natural, al castillo Sforzesco,
la Villa Reale y el palacio de Sormani. En total se destruyeron 600 edificios,
bajo cuyos escombros perdieron la vida 161 personas. El antiaéreo logró golpear
a dos Lancaster (que cayeron uno en vía Gustavo Modena y el otro, en pedazos,
en la calle Compagnoni). El oscurecimiento de la ciudad se impuso a partir de
las 21.30.
Los
medios de transporte públicos de la ATM lograron reanudar el servicio solo en
los suburbios dado que la mayoría de las calles céntricas eran intransitables
para el paso vehicular, obstruido por escombros.
Noche
entre el 12 y el 13 de agosto
Para
esta misión, el Comando Británico de Bombarderos movilizó todo el equipo
disponible, y hasta Milán incluso envió 504 aviones: 321 Lancaster y 183
Halifax. El propósito de ese despliegue de fuerzas fue crear el llamado vórtice
de fuego en la ciudad para destruirla por completo. Entre las 2.000 toneladas
de bombas transportadas esa noche, había 380.000 bombas incendiarias.
La
alarma sonó a las 0.35 am en una noche con cielo despejado y en menos de diez
minutos comenzaron a caer las bombas. Todo el ataque se realizó en menos de una
hora mientras el servicio antiaéreo no pudo hacer nada. El centro de Milán fue
el área más afectada y los incendios estallaron en todas partes, con efectos
destructivos en el Palazzo Marino, la Questura, el Duomo, el castillo
Sforzesco, la iglesia de San Fedele, Santa María delle Grazie (pero no el
Cenáculo “enyesado” en sacos de arena) y la Galería Vittorio Emanuele. El poder
de las llamas fue impulsado por el viento que había aumentado debido al mismo
fuego, que tomaba aire de las zonas del campo para alimentarse. La escena al
amanecer era apocalíptica: casi la mitad de la ciudad estaba en llamas y el
aire era irrespirable.
Fueron
restauradas algunas líneas automotrices para facilitar el desplazamiento de los
últimos ciudadanos restantes, aproximadamente unas 250.000 personas.
Noche
entre el 14 y el 15 de agosto
Esta
vez 140 Lancaster bajaron a Milán a las 0.32. En una hora, tiraron todas sus
bombas, guiados por el fuego del ataque anterior. El castillo, el Palazzo
Reale, el teatro Dal Verme y el teatro Verdi fueron alcanzados por las bombas y
numerosas industrias fueron afectadas. Los pocos ciudadanos presentes dieron
ayuda a los bomberos para detener la furia devastadora de las llamas, pero la
ayuda se ralentizó por la falta de agua causada por la destrucción de las
tuberías de los acueductos.
Noche
entre el 15 y el 16 de agosto
El
tercer ataque del ciclo programado llegó a las 0.31 pero no todos los 199
Lancaster que habían despegado de Inglaterra llegaron a Milán en una noche no
muy afortunada para ellos sin embargo las bombas cayeron nuevamente sobre
Milán: el Archivo del Estado, el Duomo, la Scala, que tenía un techo roto (y
que estará cubierto con marquesinas temporales hasta el inicio de los trabajos
de restauración), la Rinascente (totalmente destruido, luego demolido porque no
se pudo recuperar).
Los
periódicos salieron la noche siguiente con ediciones limitadas debido a la
falta de papel prensa. La ciudad estaba en llamas y cubierta de escombros, y el
Comando de Bombarderos decidió detener su trabajo ya que el calor extremo,
incluso de noche y la humedad de hasta 90%, impedía que el aire circulara, por
lo que las llamas nunca lograron propagarse con la facilidad que ocurrió en las
ciudades alemanas.
Las
terribles redadas de agosto golpearon el 50% de los edificios, de los cuales el
15% quedó muy dañado. Las personas sin hogar fueron al menos 250.000, y otras
300.000 fueron desplazados internos. Para sacar los escombros se reclutaron a
5.000 trabajadores y 1.700 militares.
El
servicio de transporte público fue el que resultó más afectado (de hecho, el
agua, la electricidad y el gas fueron reanudados a las 48 horas). Los tranvías
y trolebuses quedaron totalmente destruidos.
El
8 de septiembre Italia firmó el armisticio y el 24 de noviembre Mussolini dio a
luz a la República Social italiana. Luego de estos acontecimientos, las fuerzas
alemanas invaden la ciudad de Milán, ocupándola hasta el 25 de abril de 1945.
Año
1944
Después
del armisticio, mientras las fuerzas angloamericanas se movían lentamente desde
el liberado sur de Italia, Milán queda bajo el control de los alemanes,
asistidos por equipos fascistas autónomos, como la Agrupación “Ettore Muti”.
Noche
entre el 28 y 29 de marzo
Después
de salir de Puglia, 78 aviones Wellington llegan a Milán a las 10.40 p.m. El ataque
se centró en la estación de Lambrate. La alarma había sonado tarde, diez
minutos antes de que se dispararan las bengalas sobre Rogoredo y Affori. El
antiaéreo, aunque alertado, no logró golpear a los aviones enemigos. El daño al
sistema ferroviario era enorme: unos 300 vagones destruidos y las pistas
devastadas hasta Segrate. Numerosas calles y plazas adyacentes a la estación se
vieron afectadas, dejando el bombardeo un número de 18 muertos y 45 heridos.
Mañana
del 29 de marzo
A
las 12.15, 139 aviones aparecieron en la ciudad, todavía en el caos del ataque
nocturno. La alarma esta vez se dio con el debido tiempo, a las 11.40.
Lambrate, otra vez el verdadero objetivo del bombardeo. Cinco cabinas de
maniobra, al menos 5 km de vías ferroviarias, toda la línea de electrificación
aérea, 5 locomotoras y unos 500 vagones.
A
pesar de que el ataque se había concentrado en la estación ferroviaria, hubo al
menos 30 muertes. La defensa antiaérea, incluso en manos de los alemanes, fue
igual de ineficaz que cuando era administrado por la Discat.
Mañana
del 30 de abril
La
alarma sonó a las 11.38 y las primeras bombas comenzaron a caer al mediodía.
Los bombarderos se dividieron en dos grupos, con dos objetivos específicos: la
sección de construcción aeronáutica de Breda y la estación de Lambrate. Breda
fue semi-destruida y la estación vio 32 locomotoras y 100 vagones reducidos a
cenizas.
Noche
entre el 5 y el 6 de abril
A
las 20.50, aviones británicos del 205º Grupo arrojaron bombas sobre Lambrate.
No se encontró documentación oficial de la misión, un error de objetivo es
concebible.
Noche
entre el 10 y el 11 de julio
A
las 11.45 pm se lanzaron cohetes de iluminación, dada la fuerte neblina
presente en el aire. Luego 86 aviones Wellington volvieron a enloquecer
Lambrate: la misión estratégica era la de aniquilar la estación principal de
trenes de Milán, desde donde partían las mercancías de las industrias milaneses
hacia Alemania. Esta vez el daño fue limitado.
Noche
entre el 13 y el 14 de julio
Los
británicos enviaron 89 aviones para destruir Lambrate, y la alarma sonó a las
11.32 p.m. Fue la primera vez que la fuerza antiaérea logró poner en
dificultades a los bombarderos, dos de los cuales fueron alcanzados. Los daños
en la estación fueron pocos.
Finales
de julio y agosto
En
estos meses de verano, los ataques desde el cielo se concentraron en las
carreteras, en los medios de transporte y en las fábricas alrededor de Milán.
Los puentes sobre el río Ticino fueron bombardeados en Boffalora y en Turbigo,
así como el puente sobre el Oglio en Palazzolo. El 24 de agosto, dos Libertadores
del 34° Escuadrón Sudafricano lanzaron panfletos de propaganda a Milán.
Septiembre
En
la noche, entre el 5 y el 6 de septiembre, fueron arrojadas algunas bombas, que
golpearon un edificio en la plaza Morbegno y la escuela en vía Russo. Incluso
la Breda de Sesto San Giovanni fue alcanzada por algunas bombas de menor
calibre. En la noche entre el 10 y el 11 de septiembre muchos aviones
sobrevolaron Milán, golpeando solo unos pocos edificios sin interés
estratégico, probablemente debido a un error de posición.
Mañana
del 20 de octubre
A
las 11.14 am se dio la primera alarma, seguida demasiado rápido por la gran
alarma, a las 11.24. Las primeras bombas comenzaron a caer a las 11.29, es
decir, un cuarto de hora después, por lo que la población no tuvo suficiente
tiempo para meterse a salvo. El objetivo era nuevamente las áreas adyacentes a
la estación de Lambrate pero los aviones equivocaron la posición.
Cuando
sonó la primera alarma, los maestros de la escuela primaria “Francesco Crispi”
instaron a los niños a comenzar a dirigirse al refugio subterráneo del colegio.
Sin embargo, durante el descenso por las escuelas sonó la segunda alarma (ya
que la primera solo se había dado diez minutos antes). Docentes y niños,
descendiendo todos juntos las grandes escaleras, fueron golpeados por una bomba
de 250 kg. que golpeó a la escalera por completo.
Otras 170 bombas cayeron sobre el vecindario y sobre Turro y Precotto. Al final de la redada, entre los escolares y las víctimas civiles de los barrios afectados, las muertes fueron alrededor de 614.
Noviembre
En
el mes del otoño vio numerosos ataques estuvieron dirigidos a lugares
adyacentes a Milán, Como Pero, Lodi y Codogno, principalmente para destruir
fábricas o detener convoyes ferroviario. Incluso la ciudad sufrió bombardeos
esporádicos, pero siempre bombas aisladas, tal vez el resultado de errores o
liberaciones de emergencia.
Diciembre
Al
igual que el mes anterior, los ataques continuaron en lugares cercanos a Milán,
mientras que la ciudad quedó a salvado. Los continuos y dispersos ataques de
los últimos meses de 1944 habían inducido en la población un gran temor cada
vez que debía tomarse un medio de transporte. Trenes, tranvías suburbanos,
automóviles privados, carros e incluso bicicletas se habían convertido en los
objetivos de los bombarderos aliados.
Año
1945
Milán
comenzó el último año de guerra en condiciones desesperantes: numerosos
comedores colectivos preparados por el Municipio satisfacían las necesidades de
los ciudadanos, incapaces de conseguir comida o sin una casa para cocinarla.
Mientras tanto, todas las ciudades del norte de Italia estaban ahora
indefensas, bajo condiciones continuas de bombardeos por la fuerza aérea
angloamericana.
Enero
Milán
sufrió numerosos ataques pequeños, principalmente concentrados en estaciones de
ferrocarril o convoyes. Los ataques a los medios de transporte siguieron uno
tras otro, lamentablemente sin distinguir entre trenes que transportaban
mercancías y material militar a Alemania (a través de Suiza) y convoyes
cargados de trabajadores y personas desplazadas.
Febrero-Abril
Todavía
se vivieron pequeños ataques (un total de 14), que causaron unas 28 muertes y
más de ochenta heridos. Los últimos se vivieron el día 12 (Vuelos bajos con el
uso de metralletas por la Via Manzoni) y el día 13.
El
día de la liberación
La
ocupación alemana y fascista en Italia no terminó en un solo día, pero se
considera el 25 de abril como una fecha simbólica, ya que ese día fue el
comienzo de la retirada de los soldados de la Alemania nazi y de la República
fascista de Salò de las ciudades de Turín y Milán, después de que la población
se revelara tras un plan coordinado por los partisanos.
En
los primeros meses de 1945 los partisanos reunían entre sus filas a decenas de
miles de personas, en una discreta organización militar. Al sur del Valle del
Po, en marzo de 1945, había muchos soldados ocupantes, reunidos para tratar de
resistir la ofensiva final de los Aliados, que se intensificó a partir del 9 de
abril (en una zona al este de Bolonia).
El
10 de abril, el Partido Comunista distribuyó a todas las organizaciones locales
“la Directiva N° 16”, donde se establecía que había llegado el momento de “desatar
el ataque definitivo”. El 16 de abril, el CLNAI (Comité de Liberación Nacional
de la Alta Italia, que incluía todos los movimientos italianos antifascistas y
de resistencia, desde los comunistas hasta los socialistas, los demócratas
cristianos y los accionistas) emitió instrucciones de insurrección general. Los
partisanos organizaron y lanzaron ataques contra centros urbanos. Bolonia, por
ejemplo, fue atacada por partidarios el 19 de abril y liberada definitivamente
con la ayuda de los aliados el 21.
El
24 de abril de 1945 los aliados cruzaron el Po, y el 25 de abril los soldados
alemanes y fascistas comenzaron a retirarse de Milán y Turín. En Milán, se
había proclamado una huelga general desde la mañana del día anterior, anunciada
en la radio “Milano Libera” (Milán Libre) por Sandro Pertini, futuro presidente
de la República, entonces partisano y miembro del Comité de Liberación Nacional
(CLN).
Las
fábricas fueron ocupadas por los partisanos y la imprenta del Corriere della
Sera se utilizó para imprimir las primeras hojas anunciando la victoria. En la
noche del 25 de abril, Benito Mussolini se escapó de Milán para dirigirse a
Como, donde sería capturado por los partisanos dos días después y ejecutado el
28 de abril. Los partisanos continuaron llegando a Milán desde diferentes
partes de la región, entre los días 25 y 28, derrotando la resistencia alemana
que había quedado en la ciudad. Una gran manifestación para celebrar la
liberación se celebró en Milán el 28 de abril. La quinta armada del Ejército
norteamericano entró en una Milán ya liberada, el 1 de mayo de 1945.
De
esa época, una canción que se ha transformado en himno de la libertad. Bella
Ciao, en una versión en español con fotos de época de aquellos días tan convulsionados,
se pueden ver en el siguiente y emotivo video:
Los
festejos
Todos
los años, el 25 de abril, los italianos van a las plazas en una de las
celebraciones más sentidas. Este año, por motivos del Covid-19 la fiesta no
podrá ser realizada. El año pasado, en Milán, se celebraba con una Plaza Duomo
llena de gente de esta manera:
Fuente:
https://www.cronicasdemilan.com