29 de marzo de 2019

ASES ALEMANES DE LA II GUERRA MUNDIAL – CORONEL HERMANN GRAF


 Resultado de imagen para hermann GRAF, PILOTO ALEMAN

Años de servicio:  1936-1945
Lealtad: Alemania Nazi Tercer Reich
Unidad: Jagdgeschwader 51
Condecoraciones
Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes
Mandos: 
  • Jagdgeschwader 501​
  • Jagdgeschwader 1
  • Jagdgeschwader 111​
  • Jagdgeschwader 521​

Participó en: II Guerra Mundial
  • Batalla de Francia
  • Frente Oriental

Nacimiento: 12 de octubre de 1912, en Engen, Baden-Württemberg
Fallecimiento:   4 de noviembre de 1988, en Rastatt, Baden-Württemberg

Hermann Graf fue un piloto de cazas alemán de la Luftwaffe, convirtiéndose en un as de la aviación durante la II Guerra Mundial, en la que combatió tanto en el Frente Oriental como en el Frente Occidental, con 212 victorias1​ en 830 misiones de combate.

Resultado de imagen para hermann GRAF, PILOTO ALEMAN 
Durante el Tercer Reich, Hermann Graf fue condecorado el 16 de septiembre de 1942 con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes,1​ la máxima condecoración militar alemana durante la guerra.

Graf había efectuado estudios de gestión y, tras haber obtenido su licencia como piloto de planeador en 1932 y la de piloto de aviones de motor en 1936, ingresó en la Luftwaffe, ​ siguiendo en la misma cursos avanzados de pilotaje entre los años 1936 y 1938, en medio de una intensa actividad de expansión del arma aérea en la Alemania nazi.

Hermann Graf fue destinado, tras su ingreso en la aviación militar, al Jagdgeschwader 51 (II./JG-51), un escuadrón de cazas equipado con aviones Messerschmitt Bf 109 E1, teniendo el grado de Sargento. Durante la Batalla de Francia en 1940, efectuó 21 salidas de patrulla a lo largo de la frontera germano-francesa sin disparar un solo tiro en ninguna de ellas. El 20 de enero de 1940 fue destinado como instructor de vuelo a un grupo de cazas de reserva situado en Merseburg.

El 1 de mayo, Graf fue ascendido a Subteniente, a la vez que se le destinaba al escuadrón de caza N° 52 (Jagdgeschwader 52), el 6 de octubre de ese mismo año. El 14 de octubre de 1940 fue transferida su unidad a Rumania, donde tomó parte en la formación de los pilotos de dicho país, aliado de los alemanes. Para finales de mayo de 1941 fue enviado a Grecia junto con un destacamento del III./JG-52 para servir de apoyo a la prevista invasión alemana de Creta. Durante dicho período, tomó parte en numerosas misiones de ataque a tierra.

Tras la batalla, su unidad fue enviada de regreso a Rumania, como etapa antes de partir rumbo a un aeródromo en los territorios de la Unión Soviética que ya habían sido ocupados tras la Operación Barbarroja, concretamente al aeródromo de Byala Tserkov. El 4 de agosto de 1941 Graf logró el derribo de su primer enemigo, un Polikarpov I-16, durante una misión de escolta de Stuka, en las cercanías de Kiev. Para octubre Graf contaba con 12 victorias, y el 24 de enero de 1942 se le concedió la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro tras lograr su 45ª victoria.

Hermann Graf fue el primer piloto de caza de la historia en alcanzar la cifra de 200 victorias, ​ el 26 de septiembre de 1942, día en que derribó simultáneamente a sus enemigos números 200, 201 y 202 en la propia vertical del aeródromo de Pitomnik, cerca de Stalingrado. Como consecuencia de esta acción fue ascendido a Capitán y, tras el 16 de septiembre de 1942,2​ recibió las hojas de roble, espadas y diamantes para su Cruz de Caballero, siendo el quinto piloto de la Luftwaffe en lograrlas.

El aviador, que era un apasionado del fútbol, había creado por otra parte un equipo de fútbol propio de la Luftwaffe, los Rote Jäger, Cazadores rojos,​ equipo que gozó de cierta popularidad en el Tercer Reich y que contaba en esas fechas con numerosos jugadores célebres en sus filas.

En la primera mitad de 1943, Graf estaba al mando de una escuela de vuelo avanzado para pilotos de caza, que se instaló en la ciudad de Burdeos, en la Francia ocupada. El 21 de julio de 1943 fue destinado a una nueva unidad que se había creado, especializada en la caza de altura para contrarrestar los ataques de los Mosquito de la RAF. Dicha unidad fue bautizada como Jagdgeschwader 50 (JG-50) el 15 de agosto de 1943. Graf obtuvo 3 victorias mientras servía en esta unidad, entre ellas dos bombarderos cuatrimotores Boeing B-17. Tras ser preservado de los combates por razones propagandísticas, como todos los pilotos que recibieron los diamantes para su Cruz de Caballero, fue el primero de éstos en regresar al combate por la escasez de pilotos en Alemania.

El 11 de noviembre de 1943, Graf, que para entonces había alcanzado el grado de Coronel, fue nombrado Kommodore, Jefe de Escuadra, del JG-11. Integrado en esta unidad participó durante los meses siguientes en los combates para defender el territorio del Reich. El 29 de marzo de 1944, Graf derribó un Mustang P-51 y esquivó a otro, resultando herido tras saltar de su aparato dañado en la lucha.

Resultado de imagen para hermann GRAF, PILOTO ALEMAN 
Graf regresó entonces a su antigua unidad, la JG-52, de la que pasó a ser el Geschwaderkommodore, Comandante de Escuadra, el 1 de octubre de 1944. Mandó entonces esta unidad, desplegada en el Frente Oriental, durante su continua retirada a través de Prusia oriental, Silesia y Bohemia. Finalizó la guerra con el rango de Coronel. En ese momento había alcanzado 212 victorias, de las que 202 habían sido obtenidas en el Frente Oriental, por 10 obtenidas en el Frente Occidental, totalizando más de 830 misiones de combate.

Cuando se produjo la capitulación de la Alemania nazi, Hermann Graf recibió órdenes del General Hans Seidemann de dirigirse a Dortmund para entregarse allí al Ejército británico, con el fin de evitar su posible captura por el Ejército Rojo. No obstante, no quiso abandonar a los restos de la JG/52, especialmente al personal de tierra, y desobedeció las órdenes para rendirse, junto a su unidad, incluyendo a otro as alemán, Erich Hartmann, ​ a los estadounidenses de la 90ª División de Infantería en Pilsen (Checoslovaquia).

Sin embargo, en virtud de un acuerdo firmado entre soviéticos y estadounidenses, la mayoría de los hombres de la JG/52 fueron entregados a los soviéticos. Graf y Hartmann fueron deportados a la Unión Soviética, campo de prisioneros de Gryazovets, en las cercanías de Moscú. Habida cuenta del renombre de que ambos gozaban, los dos habían sido condecorados con la Cruz de Caballero de la Cruz de Hierro con Hojas de Roble, Espadas y Diamantes, la máxima condecoración militar alemana, ambos fueron objeto de fuertes presiones ejercidas por el NKVD para que reconociesen la culpabilidad del ejército alemán en las exacciones y vejaciones que había cometido durante la guerra contra los ciudadanos de la Unión Soviética. Si bien Hartmann no cedió, lo que le acarreó aproximadamente 10 años de estancia en los campos soviéticos, Graf cedió muy pronto, reconociendo públicamente que la guerra fue un error. Además, ingresó en la BDO, la Federación de Oficiales Alemanes que colaboraba con el Ejército Rojo. Tras su liberación por los soviéticos en 1950, antes que el resto de los pilotos alemanes, y su regreso a Alemania, el reconocimiento público que había hecho le comportó su exclusión de la asociación formada por los antiguos pilotos de caza, además de hacer planear sobre él la sospecha, errónea, de ser un espía a sueldo de los soviéticos.

Tras la guerra siguió volando, convirtiéndose en miembro del Swiss Aeroclub. Desde 1965 quedó afectado por la enfermedad de Parkinson, falleciendo en su casa, en Engen, el 4 de noviembre de 1988.

Fuente: https://es.wikipedia.org




ROTE JÄGER: EL VICTORIOSO EQUIPO DE FÚTBOL DE LA LUFTWAFFE

Corría el año 1912 cuando en una pequeña localidad alemana del land de Baden- Württemberg, Engen, nacía Hermann Graf. Hijo de una familia humilde de escasos recursos pronto tuvo que buscarse la vida trabajando como aprendiz de cerrajero e incluso como ayudante del clérigo local. En esa época, como la mayoría de los jóvenes alemanes, se aficionó a los deportes llegando a compaginar sus empleos con una de sus mayores aficiones, el fútbol.

 
Graf de uniforme luciendo sus condecoraciones

Hermann Graf. Un As de la aviación bajo los palos

Graf empezó a estudiar gestión y a practicar este deporte como aficionado en el FC Hewen Engen, destacando en la demarcación de portero. En 1932, una vez finalizada su formación escolar obtuvo una licencia para pilotar planeadores, hecho que le permitió cuatro años más tarde conseguir el título de aviador de aparatos a motor e ingresar en las Fuerzas Aéreas militares alemanas, la Luftwaffe. Con anterioridad, coincidiendo con la llegada de Hitler al poder, Graf se había afiliado al NSDAP, el partido nacionalsocialista. Durante dos años, en paralelo a la expansión del Estado nazi, prosiguió su adiestramiento como piloto de combate hasta que estalló la II Guerra Mundial y fue destinado a la escuadrilla Jagdgeschwader 51 (JG- 51) con el rango de Sargento hasta que en enero de 1940 fue trasladado a Merseburg para ejercer como instructor de vuelo de un grupo de pilotos de cazas. Poco después de ser ascendido a Teniente fue transferido a la escuadrilla JG- 52 emplazada en Rumania. Allí se encargó de la formación de aviadores locales hasta que en mayo de 1941 fue enviado con su unidad a Grecia para dar apoyo aéreo a la invasión de Creta. Tras participar en diversos combates, Graf marchó a un aeródromo situado en el frente del este ocupado durante la Operación Barbarroja. Allí fue donde fraguó su leyenda como as de la aviación germana. En tan sólo tres semanas consiguió derribar a 48 cazas enemigos por los que recibió la Cruz de Hierro. Pero su popularidad en el ejército alemán creció aún más cuando en un solo día derribó a 8 aviones aliados. Así fue como añadió a su laureado palmarés una nueva condecoración, las Hojas de Roble tras sumar 104 combates victoriosos.

 
Hermann Graf (centro) junto a sus hermanos Josef y Wilhelm

La génesis de un equipo de fútbol invencible

Por sus méritos de guerra en el cerco de Stalingrado, Graf logró el grado de Capitán. La fama que había alcanzado entre sus compañeros de armas provocó que los máximos mandatarios nazis prefirieran mantenerlo alejado del frente para evitar que fuera abatido y ello minaría la moral de los pilotos, como ya sucedió con otro as de la aviación alemana Hans- Joachim Marseille, conocido como La Estrella de África, que murió tras sufrir un accidente durante un vuelo de reconocimiento. Apartado del frente por motivos propagandísticos y ya con el grado de Mayor, Graf fue enviado a Burdeos para dirigir una escuela de vuelo para pilotos de combate, la Ergänzungs- Jagdgruppe Ost. La escasez de efectivos favoreció su reincorporación al servicio activo como comandante de la escuadrilla JG- 50, especializada en interceptar aviones Spitfire británicos.

 
El seleccionador de fútbol alemán Josef Sepp Herberger

Más allá de sus deberes militares, Graf mantuvo intacta su pasión por el fútbol. Tras mantener conversaciones con Josef Sepp Herberger, el técnico que sucedió a Otto Nerz al frente de la selección alemana, el laureado piloto consiguió crear en 1943 un equipo de fútbol en su unidad, los denominados Rote Jäger, Cazadores rojos, que gozaron de una enorme popularidad en el Ejército alemán. Su nombre obedecía al color de sus camisetas, donadas por un empresario amigo de Graf, y a su condición como pilotos de combate. Pero el condecorado aviador no se conformó con configurar una escuadra cualquiera, quería a los mejores futbolistas a su lado. Así fue como, usando sus influencias, fue transfiriendo a distintos jugadores que servían en diversos frentes a su unidad bajo el pretexto de ser los técnicos expertos que precisaba su escuadrilla. De esta manera, los soldados futbolistas requeridos por Graf consiguieron escapar de una más que probable muerte.

 
Graf visitando un entrenamiento de un equipo militar dirigido por Herberger

A pesar de su fama, los Rote Jäger nunca llegaron a disputar el campeonato de liga regular alemán, llegando sólo a jugar encuentros amistosos en países como Hungría y Polonia o en territorios como la Alsacia francesa. Su debut oficial se produjo tan sólo cuatro meses después de su creación, el 4 de agosto de 1943, cuando se enfrentaron al Eintracht de Frankfurt, al que derrotaron por 1 a 5.

 
 Alineación de los Rote Jäger con Graf (centro) como guardameta

Fritz Walter: Del frente a figura de los Rote Jäger

Entre los soldados reclamados por Graf para que integraran la plantilla de los Cazadores rojos se encontraba el paracaidista Friedrich Fritz Walter, reclutado en 1942, que llegaría a ostentar la capitanía de la selección germana en el Mundial de 1954 y se erigiría en ídolo de la afición del 1 FC Kaiserlautern. En esos momentos Walter se encontraba combatiendo en el frente italiano encuadrado en la segunda compañía del batallón 902 de la Wehrmacht. Paradójicamente, ese mismo año Graf había conocido a Walter durante una visita a la concentración de la selección alemana dirigida por Herberger.

La amistad entre el piloto y el técnico propició que este entrenara a los Cazadores rojos. La plantilla de los Rote Jäger quedó completada con los Suboficiales Walter Bammes, delantero del FC Nürnberg y del SpVgg Fürth, Hermann Eppenhoff, delantero del FC Schalke 04, Franz Hanreiter, delantero austriaco del SK Admira Wien destinado en el frente oriental, Alfons Brummes Moog, mediocentro del VfL Köln 1899, el también Suboficial mecánico Hermand Koch, defensa del FC Sportfreunde 1924 Leimen y del TSV Schwaben Augsburg, Walter Zwickhofer, defensa del FC Schalke 04, Bruno Klaffke, centrocampista del Duisburger FV 08, el Suboficial Richard Leonhard, delantero del SC Planitz y del BC Chemnitz, el mecánico Siegfried Friedel Klagges, defensa del SC Wattenscheid 09, Wilhelm Thiele, portero del TSV Polizei Chemnitz, el Suboficial Gredel, mediocampista del VfR Mannheim, Karl Kögler, portero del FC Hanau 93, Friedrich Fritz Hack, centrocampista del TSV 1860 München y del SpVgg Fürth, Josef Pepi Stroh, delantero austriaco del FK Austria Wien, el Suboficial Werner Humpert, mediocentro del Sportfreunde Dresden, Alfred Oberst, mediocentro del FC Nürnberg y del SV 06 Kassel, Karl Flinner, portero del SV Wilhelmshaven y del Borussia Fulda y Karl Heinz Höger, portero del LSV Hamburg y del SV Dessau 05 e hijo del ex internacional Karl Höger. Sin duda un equipo militar plagado de buenos jugadores.

 
Fritz Walter jugando con la selección germana

Antes de la formación de los Rote Jäger, Fritz Walter ya había participado en algún encuentro amistoso contra un equipo de la unidad de élite del ejército rumano que desafió a los germanos. El partido, que supuso la génesis de los Cazadores rojos, se disputó en el Bucarest Sports Arena ante 40000 aficionados. El combinado alemán, dirigido ya por Herberger, contó en su alineación con Graf en la portería y Fritz Walter en la delantera. Los alemanes vencieron por 3 a 2 a sus rivales balcánicos.

Ocaso del Eje. La antesala de la disolución

Tras ser repescado para el equipo de la Luftwaffe, la estrella del 1 FC Kaiserlautern que en 1985 daría nombre al estadio del club de Renania, pasó a integrar los Rote Jäger hasta que en noviembre de 1944 todos los clubes deportivos militares fueron disueltos ante el avance aliado previo al fin de la II Guerra Mundial. A pesar de ello, el equipo de Graf aún tuvo tiempo de jugar un último encuentro en Cracovia ese mismo mes ante más de 3000 espectadores, la mayoría de ellos soldados alemanes destinados en dicha localidad polaca. El rival fue el LSV Mölders Krakau, el equipo de la Luftwaffe local, al que derrotaron por 0 a 14 con cinco goles del delantero Hermann Eppenhoff.
  
 
Estrella en el Schalke, Eppenhoff jugó en 1942/43 con los Rote Jäger

Durante sus 15 meses de actividad, los Rote Jäger llegaron a jugar 34 partidos, de los cuales 30 se saldaron con victoria por tan sólo tres derrotas, contra el Stuttgart, el LSV Hamburg y el Westfalia Herne, y un único empate, el que cedió a uno ante el Bayern de Munich, marcando 142 goles a favor y recibiendo tan sólo 47 en contra. Su existencia, inicialmente puesta en entredicho por las autoridades nazis, fue finalmente aceptada y potenciada por las mismas tras percibir el fútbol como un elemento eficaz para distraer a la tropa y mantener elevada su moral.

 
Graf durante una de sus convalecencias junto a sus soldados futbolistas

De la portería al Campo de Internamiento Soviético

Una vez finalizada la experiencia futbolística, Graf llegó a ejercer durante cuatro meses como Coronel de la unidad encargada de la defensa del Reich, la JG- 11. A pesar de tener prohibido volar en misiones operativas consiguió cuatro derribos más para añadir a su historial de combate aéreo. En las postrimerías del conflicto fue herido y obligado a permanecer internado en un hospital. Tras un breve periodo de convalecencia fue destinado a la escuadrilla JG- 52 que operaba en el Frente Oriental.

Cuando se intuía próximo el final de la Guerra, Graf recibió la orden de dirigirse al sector ocupado por los británicos para evitar ser capturado por las tropas soviéticas. Contradiciendo a sus superiores, el 8 de mayo de 1945 el piloto capituló ante la 90 División de Infantería del Tercer Ejército norteamericano cerca de la localidad checoeslovaca de Pisek. Su hoja de combates reflejaba los 212 derribos conseguidos y las 830 misiones de combate en las que había participado. A pesar de haberse rendido a los americanos, tanto él como el comandante de cazas Erich Hartmann, apodado El Diablo Negro, fueron entregados a los soviéticos que les recluyeron en el campo de prisioneros de Griazovets, ubicado en la región de Vologda Oblast, donde realizaron trabajos forzados.

 
Walter luciendo la elástica del Kaiserlautern junto al también internacional alemán Albert Sing

El balón que salvó a Fritz Walter del Gulag

Fritz Walter corrió una suerte similar a la de su superior. Tras ser destruidos todos los aviones de su escuadrilla fue apresado junto a sus compañeros y recluido en un campo de prisioneros bajo tutela norteamericana. Tras unas semanas de incertidumbre fue entregado, junto a miles de soldados alemanes presos, a las tropas soviéticas. Su traslado a un gulag de Siberia se realizó de inmediato. Pero el azar reservó un final distinto al jugador germano. El convoy que le transportaba hizo una última parada en un centro de recepción de Ucrania. Fritz Walter se percató que los guardias estaban preparándose para disputar un partido de fútbol. Causalmente el balón rodó hasta sus pies tras un disparo defectuoso y Walter, con sus pesadas botas militares, ejecutó una volea para devolver el esférico al improvisado terreno de juego. En pocos segundos pasó a formar parte de uno de los equipos que disputaban el encuentro. Durante la media parte uno de los guardias se acercó a él y le espetó “yo a ti te conozco. Hungría- Alemania en Budapest, 1942, ganasteis 5 a 3”. Al día siguiente su nombre desapareció de la lista de los prisioneros que iban a ser enviados al campo de internamiento. Algunas fuentes apuntan al centinela húngaro que lo reconoció como el artífice de su salvación al asegurar que el futbolista no era alemán sino austriaco. Aquel fue, según el propio Walter, “el partido más importante de mi vida”. Enfermo de malaria retornó a su país y se reincorporó a la disciplina del 1 FC Kaiserlautern, equipo con el que conquistaría dos ligas en 1951 y 1953.

 
Almanaque del fútbol alemán de la revista Kicker (1942)

Un epílogo de héroes y traidores

Por su parte, Graf a diferencia de Hartmann, que permaneció 10 años recluido en un gulag, reconoció públicamente que la guerra había sido un error y se integró en la Federación de Oficiales Alemanes (BDO) que colaboraba con el Ejército Rojo. Así fue como, a finales de 1949, consiguió ser liberado.

Un año más tarde escribió un pequeño manuscrito sobre sus vivencias deportivas en la Luftwaffe titulado Die Rote Jäger: Ein Schicksalsbericht namhafter deutscher Fussballer aus dem letzen kriege. 

Sin embargo, su colaboración con los soviéticos le supuso, a su retorno a Alemania, el rechazo de sus ex compañeros de armas y la exclusión de la Hermandad de antiguos pilotos de caza. A ello se sumó su divorcio y los rumores que le vincularon con el espionaje soviético, agudizados tras la publicación del libro Digo la verdad, escrito por otro as de la aviación alemana, el mayor Hans Assi Hahn. 

Aislado y repudiado por sus antiguos camaradas, Graf consiguió trabajo gracias a sus contactos futbolísticos. Sepp Herberger, el antiguo entrenador de los Rote Jäger, le presentó a Roland Endler, un industrial que llegaría a ser presidente del Bayern de Munich entre 1958 y 1962. Fue este empresario quién le ayudó ofreciéndole un empleo como vendedor en su compañía de manufacturas electrónicas, donde llegaría a ser jefe de ventas de la región de Baden. 

Así fue como pudo rehacer su vida casándose por tercera vez en mayo de 1959 con Helga Graf con quién tuvo dos hijos. Ese mismo año Fritz Walter publicó el libro 11 Rote Jäger: Nationalspieler im Kriege con el que quería homenajear a Graf y al resto de sus compañeros de equipo. En sus páginas la estrella de los Roten Teufel (Diablos Rojos), apodo que identifica al 1 FC Kaiserlautern, afirmó que el fútbol para Graf durante la guerra se convirtió en un medio para “crear un equilibrio con su encuentro diario con la muerte”, una especie de válvula de escape imprescindible para el piloto.

Fuente: https://carlesvinyas.wordpress.com