27 de marzo de 2019
MUJERES GENIALES - ROSITA ZACOSKI, LA PRIMERA MECÁNICA DE AVIONES DEL PAÍS
Rosita Zacoski (derecha) y "Charito" Germanó en el
Aeroclub Posadas.
Rosa Zacoski nació en Apóstoles el 26 de marzo de
1932, proveniente de una familia de colonos ucranianos y polacos. Desde muy
temprana edad mostró interés por los aviones y por todo lo relacionado con el
vuelo, inclinación esta muy rara para una mujer debido a los prejuicios de esa
época y teniendo en cuenta el entorno familiar que se dedicaba a las tareas
agrícolas.
Tanto entusiasmo mostraba Rosita -como todos la
conocían-, que cuando cumplió 14 años le pidió a su padre que la llevara al
Aeroclub Posadas porque decididamente su vida era la aviación y quería aprender
a volar, aún en contra de la opinión de sus padres y de los que la conocían,
soportando burlas de todo tipo por parte de familiares y amigas.
Pero Rosita no se desanimó por esto. Dueña de un
carácter férreo y muy sólida en sus convicciones, insistió tanto que un día su
padre la llevó a conocer el Aeroclub. Desde ese día, nunca más pudo separarse
de su pasión y adoptó el Aeroclub como su hogar y como uno de los motivos
principales de su atribulada vida, poniendo un inmenso cariño en las cosas que
hacía diariamente por esa institución.
Los comienzos no fueron fáciles. Antes de aceptarla
en la actividad de vuelo, le asignaron las tareas más diversas, como barrido
del hangar, limpieza de los aviones y corte de pasto, hasta que al fin pudo
hacer el curso de piloto civil. Obtuvo su licencia después de los arduos y
exigentes exámenes de pilotaje de aquel entonces.
Junto con el vuelo, se perfeccionó y desarrolló
además las actividades de mecánica de aviones y enteladora, lo que la llevó a
ser reconocida como la primera mujer mecánica de aviones de la República
Argentina.
Trabajó durante muchos años en la Dirección de
Aeronáutica de la provincia de Misiones hasta la fecha de su desactivación como
tal. Pasó en los últimos años a cumplir funciones en la comisión del Aeroclub
Posadas hasta la fecha de su fallecimiento, el 13 de junio de 2016.
Su vida estuvo llena de vicisitudes y adversidades,
pero su espíritu fuerte le permitió sobrellevarlas con estoicismo y fortaleza,
siendo tales adversidades compensadas por la inmensa felicidad que sentía estar
entre los aviones, con la gente de su
querido Aeroclub, disfrutando de una tarde de vuelos, un asado con los más jóvenes,
colaborando en oportunidad de los festivales y recordando viejas historias de
vuelo con sus compañeros de aquellos años, entre los cuales siempre guardaba un
sitio especial para aviadores como Rolf Hossinger, Ernesto Grimm, José Miño,
Jorge Pirovani y otros.
Al año de su fallecimiento todos la recuerdan tenaz
y entusiasta, como así también sensible y solidaria con los que eran en
definitiva también su familia y compartían su segundo hogar, que era el tan
amado Aeroclub Posadas.
Por eso hoy, la aviación misionera le rinde un
homenaje y le dice: ¡Buen vuelo, Rosita!
Fuente: https://www.elterritorio.com.ar