Durante
unos tres años este avión apodado “el enfermero” ayudó a tres docenas de
pacientes de diferentes ciudades y regiones de la URSS.
En
1925, la Sociedad Rusa de la Cruz Roja y la Media Luna Roja iniciaron la
creación de la aviación sanitaria. Los aviones debían garantizar la evacuación
de los enfermos y heridos de las zonas de difícil acceso y llevarlos a los
centros médicos. Al principio, los aviones ambulancia utilizaban únicamente los
aviones de transporte existentes que no disponían de equipamiento especial. Sin
embargo, ya en 1927 se empezó a trabajar en la creación de los primeros aviones
ambulancia especializados de la URSS. Fueron conocidos con los nombres de K-3 y
ROCK-1.
Según
la web especializada Towar.ru, en la primavera de 1927, se propuso el
desarrollo de un avión ambulancia especializado, capaz de transportar
pacientes, así como a un médico. La Administración Médica Militar del Ejército
Rojo se interesó por esta propuesta y la apoyó. Pronto hubo una orden para la creación
de un nuevo modelo de tecnología de aviación para fines especiales. El
desarrollo y la construcción del avión ambulancia se encargó a la Fábrica de
Aviación de Járkov.
De
acuerdo con la nueva orden, K.A. Kalinin y sus colegas debían crear un
prometedor avión ambulancia para el ejército y la Sociedad de la Cruz Roja.
El
avión debía mostrar altas características de despegue y aterrizaje. Debía ser
capaz de aterrizar en pistas no preparadas y despegar de ellas. En la cabina de
pasajeros era necesario crear condiciones confortables, colocar asientos para
los pacientes, así como instalar diversos dispositivos y suministros médicos.
El
nuevo proyecto del avión especializado recibió la designación de fábrica K-3.
Más tarde, tras el traspaso del proyecto, el aparato recibió un nuevo nombre,
ROKK-1, que indicaba el operador. Los pilotos y médicos que trabajaban con el
avión, lo llamaban “Enfermero”.
Los
pacientes sentados y el médico podían colocarse en los asientos normales de la
cabina, pero para las camillas con equipo recostado se necesitaba un equipo
especializado. Se necesitaban medios para su fijación, así como una nueva
escotilla especial. La camilla simplemente no pasaba por la puerta lateral, y
su giro dentro del avión no era posible. En consecuencia, los diseñadores
tuvieron que buscar nuevas soluciones e ideas. Consiguieron encontrar una
solución sencilla y satisfactoria a un problema real que, además, no requería
una transformación seria del fuselaje.
Toda la
parte central del fuselaje representaba el volumen total para el transporte de
pacientes, médicos y medicamentos. La cabina estaba revestida de material de
fieltro aislante del ruido y del calor y estaba equipada con un sistema de
calefacción con extracción de calor del motor. El revestimiento de la cabina,
al igual que todo el equipo especial, podía limpiarse y desinfectarse sin
riesgo de sufrir daños. Había luces eléctricas y máquinas para ventilar el
aire.
En el lado izquierdo de la cabina había soportes para las camillas del sistema AF. Lingart. El avión podía llevar a bordo dos pacientes encamillados. Para su carga había una escotilla especial. Detrás de la cabina en el marco de la aeronave fue organizado por el “túnel”, y en el lado izquierdo había una escotilla de elevación. A través de dicha escotilla se podía colocar la camilla en el avión, y luego se introducían en la cabina, donde se colocaban en las ataduras. A falta de camilla, se podían utilizar cuatro sillas plegables para los pacientes si podían viajar sentados.
A bordo
del avión debía asistir un médico. Su silla estaba en el fondo de la cabina.
Detrás de él había un armario para los medicamentos y el instrumental. Allí también
se transportaba un globo con aire comprimido. En la cabina se encontraba un
lugar para tanques con agua caliente y fría, así como un lavabo.
El peso máximo de despegue era de 2,3 t. La velocidad de crucero era de 140 km/h, la máxima - 170 km/h. El techo práctico estaba limitado no sólo por las características de la aeronave, sino también por los riesgos para los pasajeros, como resultado de lo cual alcanzó sólo 880 metros. Su alcance práctico era de 730 km.
A
principios de diciembre de 1927 el K-3 voló de Járkov a Moscú con un tren de
aterrizaje de esquí. En la capital soviética se realizaron vuelos de
demostración y una nueva fase de pruebas. En algunos vuelos participaron
representantes de diversos servicios sanitarios e instituciones médicas. Las
características del vuelo no suscitaron ninguna queja, y el equipamiento de la
nueva cabina se convirtió en motivo de entusiasmo. La prensa calificó el avión
K-3 como una gran victoria de la tecnología aeronáutica soviética.
Los
primeros pacientes volaron en el avión a principios de 1928, y las últimas
operaciones de este tipo tuvieron lugar en 1931. Según los datos conocidos,
durante unos tres años “el enfermero” ayudó a tres docenas de pacientes de
diferentes ciudades y regiones de la URSS. Para una ambulancia aérea de la
época, éste supuso un resultado extraordinario.
La
operaciones del ROCK-1 / K-3 continuó hasta el año 1931. Cuando fue sustituido
por aparatos más avanzados técnicamente logró desarrollar un recurso, así como
moralmente obsoleto.
Fuente: https://es.rbth.com