Por Eloy
Martín
Antecedentes
El uso
militar de la aviación en las fuerzas militares fue realmente prolífico y muy
interesante por todas las variantes aplicadas y su tratamiento requeriría todo
un capítulo aparte. Si bien encontramos antecedentes a partir del año 206 AC,
la primera referencia directamente relacionada con el apoyo a la artillería se
registró el 26 de junio de 1794 durante la batalla de Fleurus.
Izquierda: Aeronave mitológica china con tripulantes armados. Derecha: Combate aéreo de un inglés con un alemán. 1751
En esta
ocasión se enfrentaron los ejércitos de Austria y Francia, y este último empleó
por primera vez aeróstatos en la observación del campo de batalla, dirección y
reglaje del tiro de artillería. La operación se llevó a cabo en inmediaciones
del molino de Jumet (o Jumiège) a bordo del L’Entreprenant.
Durante
unas diez horas desde unos 400 metros de altura con el Capitán Coutelle como
piloto y el General Antoine Morlot como observador. Prácticamente todos los
movimientos de las tropas francesas fueron conducidos desde el globo. Desde
entonces proliferaron una extensa lista de episodios relacionados
fundamentalmente con la observación aérea.
Experiencias
en América
Desde
entonces también se documentaron en el continente una interesante cantidad de
experiencias y proyectos relacionadas con la operación militar de medios
aéreos. Como ocurrió en otras partes del mundo, las experiencias americanas en
materia de observación aérea fueron muchas pero sin lugar a dudas las dos
expresiones más importantes fueron los empleos aerostáticos durante la guerra Civil
Americana y la guerra de la Triple Alianza. En la primera hubo formaciones
aerostáticas en ambos ejércitos (de la Unión y Confederados) y de ellos el más
importante fue también el primero personalmente dirigido por Thaddeus Sobieski
Constantine Lowe. De hecho fue Lowe el facilitador de las gestiones
diplomáticas desarrolladas por el gobierno de Brasil para concretar la compra y
el empleo exitoso de globos de observación durante la guerra de la Triple
Alianza.
Guerra de Secesión. Izquierda: inflado del globo Constitution en Fair Oaks, Virginia. 31 de mayo de 1862. El globo no operó y su gas fue trasvasado al Intrepid que finalmente realizó las tareas de observación. Derecha: se aprecia al Intrepid listo para iniciar las tareas de observación
Experiencias
en Sudamérica
Durante
la guerra de la Triple Alianza, hubo dos protagonistas principales, en primer
lugar el gobierno de Brasil que además de auspiciar intentos fallidos previos,
materializó la compra de globos a Lowe y la contratación del personal necesario
por su intermedio.
El
segundo protagonista fundamental de estas experiencias fue el Sargento Mayor
Robert Adolfo Chodasiewicz (1832-1896) quien en coordinación con el personal
contratado por el ejército aliado brasilero: los hermanos James y Ezra Stiles
Allen llevaron a cabo junto con otros oficiales de ingenieros brasileros un
total no inferior a veinticinco ascensiones.
Vista interior de Curuzú mirado desde aguas arriba. 20 de septiembre de 1866. Oleo de Cándido López. Tela 48.5 x 152 cm. Museo Histórico Nacional
Desde
entonces y hasta la creación de la aviación en el ejército argentino en 1912,
también hubo numerosos antecedentes documentados por el Ejército y la Armada y
relacionados con el uso militar de la aviación.
Primeros
ejercicios de observación
La aviación militar argentina, que también contó con antecedentes que se remontan a comienzos del siglo XIX, nació en el ejército el 10 de agosto de 1912 merced a un ejemplar y patriótico esfuerzo del pueblo argentino y la obstinación pertinaz de un grupo de entusiastas que interpretaron la idea del Mayor de artillería Arturo Pedro y Pablo Luisoni y supieron concretarla en el tiempo récord.
La
dirección de la Escuela Aviación Militar fue confiada al Teniente de Artillería
Coronel Arenales Antonio Uriburu[2] quien durante su mandato fijó las primeras normas que reglamentaron y
fortalecieron el funcionamiento del instituto.
Los
inicios fueron sumamente difíciles y navegaron constantemente entre el
escepticismo de las autoridades y la falta de recursos apropiados que se
agravaron peligrosamente con la escasez de material ocasionado con el inicio de
la primera guerra mundial. El personal y material que compartía el aeródromo
con el Aero Club Argentino, no tenía otra alternativa que desenvolverse en un
marco de extrema precariedad, donde la austeridad y el sacrificio personal eran
una condición ineludible para afrontar la actividad diaria. Los profesores,
alumnos y personal de maestranza, que debían pernoctar para proseguir la
instrucción al día siguiente, no tenían otra alternativa que alojarse en pensiones
de la vecindad y, llegado el caso, improvisar un camastro entre los cajones de
embalaje del material aéreo.
Afortunadamente
la creatividad, ingenio y esfuerzo de sus integrantes contribuyeron
notablemente para afianzar y proyectar el crecimiento de la aviación.
Izquierda: Teniente Coronel Ingeniero Arenales Antonio Uriburu. Derecha: Primeras instalaciones de la Escuela de Aviación Militar y el Aero Club Argentino en El Palomar. 1912
Bleriot XI Nº I en El Palomar. 1912. Diario Democracia. 8 de noviembre de 1948
Relación
de material y actividad de la Escuela de Aviación Militar (Período 1912-1914)
Maniobras
del Regimiento 1 de Obuses
En esa
unidad de artillería revistaron los oficiales aviadores Origone (primera víctima
de nuestra aviación militar) y Agneta, y fue precisamente en el frente de sus
cuarteles, actualmente ocupados por el Batallón de Abastecimiento y Mantenimiento
de Aeronaves 601, donde se registraron algunas las primeras operaciones locales
fuera de aeródromo con aviones militares.
El 8 de
octubre de 1913, durante las maniobras del Regimiento 1 de Obuses desarrolladas
en Carmen de Areco se llevó a cabo el primer ejercicio de aerocooperación con
artillería. Participó el Bleriot XI-Bis Nº I tripulado por el Teniente 1º de
Caballería Raúl Eugenio Goubat (Piloto) y el Teniente de Artillería Alberto
González Albarracín (Observador).
Teniente 1º Goubat
Este no
es un detalle menor si se considera que, durante la Primera Guerra Mundial,
recién en septiembre de 1914, un avión del Escuadrón Nº 4 del ejército francés
afectado al Batallón del Aisne cooperó por primera vez en la observación y
reglaje del tiro de artillería.
Se
realizaron solo dos vuelos 1:25 y 2:08 horas. En ese entonces el Ejército
Argentino utilizaba como plataforma elevada los carros de observación que era
un sistema adoptado por el ejército alemán que fue empleado por la artillería
de campaña argentina a partir de mediados de 1913.
Carros
observatorio de artillería
Izquierda: Observatorio Móvil de Artillería diseñado por el Mayor B. Martínez. Artículo Caras y Caretas Nº 262. 10 de octubre de 1903. Centro: Torre observatorio de artillería de campaña. Poder Ejecutivo Nacional. 1932-1938. Volumen VI. Derecha: carro observatorio. Revista Caras y Caretas N.º 809. 4 de abril de 1914
Cuarteles del Regimiento 1 de Obuses. 1924
Plano de Campo de Mayo escala 1:25000. 1908 (corregida en 1926) donde se aprecian los cuarteles de la unidad
A raíz
de estas operaciones el Boletín del Aero Club Argentino Nº 25 editado en julio
de 1914 publicó el siguiente artículo:
"El tiro de artillería y los aeroplanos en la argentina
Los ensayos de tiro de artillería con la cooperación del aeroplano, cuyos primeros experimentos se hicieron el año pasado con el regimiento de obuses, van a reanudarse en nuestro ejército en virtud de una disposición ministerial aparecida el 30 del ppdo. Según lo establece esta disposición, la Escuela de tiro y los regimientos 1 y 2 de artillería montada deberán tomar las medidas del caso a fin de que durante la próxima campaña de tiro de combate puedan continuar los experimentos iniciados por el mayor Enrique Jáuregui en el regimiento de obuses.
La Escuela Militar de Aviación deberá a su vez hacer los preparativos para que cada una de las unidades nombradas pueda disponer por lo menos de un aparato en la fecha en que los experimentos hayan de realizarse. Para que estos ensayos se lleven a cabo en debida forma, los pilotos serán oficiales diplomados de la Escuela; pero si para observador el número de aquellos no alcanzara, podrán ser empleados en esas funciones los tenientes de artillería que aún no han terminado los cursos de Aviación o bien los oficiales pertenecientes a las unidades donde los experimentos se realicen.
La inspección de artillería dispondrá, por si parte, que una copia del legajo de experimente; y conclusiones a que arriba el mayor Jáuregui sea enviada a cada una de las unidades mencionadas para que sirva de base a sus trabajos debiendo dicho jefe asistir a los ensayos del Escuela de tiro y dar oportunamente las aclaraciones y demás detalles que fuera posible a fin de que la continuación de las pruebas pueda ser hecha en forma armónica y sin repeticiones innecesarias.
Terminados
los ensayos, los jefes de las unidades informarán a la inspección de artillería
esta repartición propondrá entonces la adopción con carácter definitivo, de
aquellas medidas que estén lo suficientemente comprobadas y la continuación de
las que se repute necesario someter a una nueva experimentación".
Croquis de la visión desde una de estas plataformas. Revista del Círculo Militar Julio-Agosto de 1914
Publicidad de Cigarrillos 43 referidas a las armas y especialidades del ejército. Revista Caras y Caretas N.º 800. 31 de enero de 1914
Maniobras
del Regimiento 6 de Infantería
Del 16
al 20 de febrero de 1914 el Teniente Baldomero José de Biedma fue destacado con
el Bleriot XI Nº I Centenario para desarrollar observación del tiro de campaña
durante las maniobras de tiro de combate del Regimiento 6 de Infantería[3] llevadas cabo por el Teniente Coronel Tomás Roque Martínez en la zona de
Berazategui.
Teniente Baldomero José de Biedma
Maniobras
del Regimiento 1 de Obuses
Del 20
de febrero al 10 de marzo se desarrolló el primer ejercicio de observación del
tiro da artillería durante las maniobras en ejecutadas por el Regimiento 1 de
Obuses de Campaña mando del Mayor Julián Enrique Jáuregui (1877-1946) Carmen de
Areco.
Ejercicios de artillería. Campo de Mayo. Revista La Ilustración Sud-Americana. 15 de marzo de 1909
Como
corolario de todas estas experiencias, el 30 de julio de 1914, se dispuso
continuar las misiones de aerocooperación[4] iniciadas por el Mayor Jáuregui (referidas a la cooperación de aeroplanos en el
tiro de artillería, con apoyo de personal y medios de la Escuela de Aviación
Militar).
Las
misma fue llevada a cabo durante las maniobras de los Regimientos 1 y 2 de
Artillería Montada con el objeto de difundir sus enseñanzas y reglamentar su
empleo. Por ese motivo se ordenaron, además, los preparativos de la Escuela
Militar de Aviación para que cada una de las unidades nombradas pudiera
disponer por lo menos de un avión para la fecha de ejecución de los experimentos.
Se
determinó que los pilotos fuesen oficiales diplomados de la Escuela; o bien, si
el número de aquellos no alcanzara, fueran asignados como observadores aéreos
los Tenientes de artillería que aun no han terminado los cursos de Aviación u
oficiales pertenecientes a las unidades donde los experimentos se realicen.
Como medida complementaria se ordenó a la Inspección de Artillería la confección
de una copia del legajo de los experimentos y conclusiones a que arribó el
Mayor Jáuregui para enviarla a cada una de las unidades mencionadas para que
sirviese de base a sus trabajos debiendo dicho jefe asistir a los ensayos del
Escuela de tiro y dar oportunamente las aclaraciones y demás detalles a fin de
que la continuación de las pruebas pueda se hecha en forma armónica y sin
repeticiones innecesarias.
Finalizados
los ensayos, los jefes de las unidades informarán a la Inspección de Artillería
esta repartición propondrá entonces la adopción con carácter definitivo, de
aquellas medidas que estén lo suficientemente comprobadas y la continuación de
las que se repute necesario someter a una nueva experimentación[5].
El mes
siguiente el Mayor Jáuregui dio una pormenorizada conferencia referida al tema
en el Círculo Militar titulada El Tiro de Artillería y la cooperación del
Aeroplano que fue publicada en la Revista de ese club de oficiales. Entre las
muchas experiencias y disquisiciones de técnica del arma, transmitidas,
difundió el siguiente código de señales para que fuese transmitida por el avión
en la dirección del tiro a una altura recomendada de 500 metros:
- Dirección de tiro: Vuelo en línea hacia el blanco desde la batería o grupo.
- Largo: Picada del avión.
- Corto: Elevación de proa.
- En el blanco: Alabeo.
Reglaje
del tiro de artillería con aeroplano
Grandes
Maniobras de 1914
Los
ejercicio militares se desarrollaron en la provincia de Entre Ríos con un total
empeñando superior a los 10.000 efectivos. Como es de estilo, se configuraron
dos bandos: el Azul y el Rojo que llegaron a la provincia a partir del 30 de
marzo. Este último estuvo al mando del General Ruiz con efectivos de la 3ª
Región Militar concentrados en Concordia, mientras que el Azul al mando del General
O´Donnell estableció el comando en la zona de Villaguay. Se desarrollaron entre
18 y 29 de abril y la desconcentración de los efectivos comenzó el 1 de mayo.
Se
puede decir que en esta ocasión se produjo la presentación oficial en
operaciones de la aviación del ejército. Las tripulaciones inicialmente
designadas fueron los aviadores Zanni, Agneta, Goubat y Brihuega como pilotos y
los Tenientes Campos, Benavente y Otón Mantovani como observadores.
La
preparación del material comenzó un par de meses antes.
Las
escuadrillas recibieron la orden de despliegue el 14 de abril de parte del
Director del instituto, Teniente Coronel Arenales Antonio Uriburu y el 18 se
embarcaron en la estación Caseros para su transporte hacia la zona de trabajo
por modo ferroviario. La Orden del día de la Escuela del 14 decía lo siguiente:
"El día 14 del corriente a las 11 a.m. se embarcarán dos escuadrillas de aeroplanos para las grandes maniobras a efectuarse en la provincia de Entre Ríos, compuestas de dos aeroplanos cada una y afectadas a cada bando.
La escuadrilla afectada al partido azul estará formada por dos monoplanos Nieuport 100 hp con sus carros de transporte y un carro de impedimentas. La escuadrilla afectada al partido rojo estará conformada por dos monoplanos Bleriot con los carros de transporte y un carro de impedimentas.
La escuadrilla azul llevará 17 caballos para tiro y silla que se embarcarán en la estación Caseros F.C.C.B.A. A la escuadrilla roja se le entregará igual número de caballos en Concordia.
Cada escuadrilla estará formada por el siguiente personal:
- Escuadrilla Azul. Piloto Teniente 1º Alfredo S. Agneta, jefe de escuadrilla, y Teniente Pedro L. Zanni. Oficiales observadores: Teniente Pedro E. Campos y Edgardo Benavente. Personal de tropa: conscriptos, mecánicos, carpinteros, herreros, y mecánico Ambrosio Taravella.
- Escuadrilla Roja. Pilotos Teniente 1º Raúl E. Goubat, jefe de escuadrilla, y Teniente Aníbal Brihuega (este último será también piloto del Bleriot 50 hp). Personal de tropa: Sargentos, Cabos, conductores, conscriptos, mecánicos, carpinteros, herreros y mecánico Juan Molberto.
Cada jefe de escuadrilla recibirá la suya bajo inventario de todo el material que lleva, como también del de repuesto y hará una relación del equipo de la tropa que recibe, y conformada será entregada a la Mayoría.
Conjuntamente con el convoy que llevará las escuadrillas a Entre Ríos irá un vagón con nafta, de la cual desembarcará en Villaguay la necesaria conjuntamente con los cajones de aceite, debiendo el resto desembarcarse en Concordia.
El auxiliar de Administración hará preparar con la debida anticipación raciones frías para las dos escuadrillas en concepto de dos días de racionamiento. Entregará del depósito los útiles de rancho necesarios para cada escuadrilla, según relación que le firmará cada jefe de ellas.
Mientras permanezcan en campaña las escuadrillas, el servicio de la Escuela se hará en la siguiente forma:
Oficiales
de servicio: Tenientes Carlos Giménez Krámer, Enrique Padilla y Agustín B.
Varona, con el personal de clases y soldados que quedan en la Escuela;
desempeñando las funciones de ayudante mientras dure la ausencia del titular Teniente
1º Juan M. Pueta, quien queda al frente de la Escuela mientras esté ausente el
Director".
Oficiales del Regimiento 2 de Artillería de Montaña.
Para la
campaña la Dirección General de Ferrocarriles facilitó grandes lonas para la
protección de los materiales durante el transporte y la campaña, dado que en
ese entonces no se disponía de hangares de campaña. Estos recursos resultaron
sumamente útiles debido a las pésimas condiciones meteorológicas que
ocasionaron inmensos anegamientos del terreno y desbordes de cursos de agua que
debieron soportar las tropas en campaña.
Embarque en la estación El Palomar de un Bleriot XI Bis. En la fotografía se observan en primer plano al Ing. Alberto Roque Mascías con el mecánico Ambrosio Garagiola y personal de tropa. La fotografía probablemente corresponda al embarque de material realizado en abril de 1914
Publicidad de Hierro Quina Bisleri. Revista Caras y Caretas Nº 813. 2 de mayo de 1914.
Maniobras
de Entre Ríos. 1914. Marcha de la Caballería. La ilustración Sud-Americana Nº
512. 30 de abril de 1914
Los
aviones utilizados
Bleriot XI-Bis
La
primera Orden de Operaciones de la Sección de Aeroplanos Roja fue impartida a
la por el General Ordoñez el 21 de abril. Los Nieuport M-IV realizaron
recorridos claramente especificados en la misma. Las tareas se prolongaron
hasta el día 29 y se ejecutaron 53 misiones de reconocimiento.
Durante
estas maniobras, la aviación sorprendió a los jefes militares por su
eficiencia, organización y espíritu de cuerpo, aún en las condiciones
marginales de clima y terreno en que se vio obligada a operar, dado que los campos
de ejercicios se encontraban totalmente anegados por las constantes lluvias
registradas en la región.
El
hecho no es menor si se considera que las aeronaves de madera y tela sufrían
intensamente las inclemencias acumulando humedad y en ocasiones hasta bolsones
agua en el interior de los planos.
Esta
condición se tornaba complicada y peligrosa ya que sus tripulaciones y equipos
de tierra debían luchar contra la disminución de rendimiento por el aumento de
peso, el desbalanceo parcial de la aeronave y la extensión de la carrera de
despegue que se hacía sobre campos completamente enlodados. Ahí también se pudo
apreciar una vez más la tenacidad del equipo de mecánicos que hacían de todo
para que sus respectivas escuadrillas cumplieran las misiones en las mejores
condiciones posibles.
Orden
de Batalla de la 6ª División de Caballería (Ejército Azul)
Otro
aspecto importante fue el empleo de la fotografía aérea y su interpretación, a
través de la cual el propio Dr. Guillermo Schulz obtuvo una foto que permitió
localizar el emplazamiento de una batería de artillería enemiga constituyendo
esta la primera aplicación de la fotografía aérea con fines militares. Schulz
en ese entonces se desempeñaba como profesor en la Escuela Militar de Aviación de
las materias: Fotografía aplicada a los reconocimientos y Señales y lectura de
cartas.
Este
antecedente no fue menor si se considera que recién en enero de 1915, durante
la Primera Guerra Mundial, Inglaterra realizó con éxito su primer
reconocimiento aerofotográfico y simultáneamente estableció el código de
señales destinado a la dirección del tiro de artillería. Francia y Alemania
tampoco fueron la excepción en esta contienda, ambos ejércitos contaron con
material aéreo especialmente acondicionado para la actividad. Alemania, por
ejemplo, el 8 de agosto de 1918, durante la batalla de Amiens, dispuso de un
escuadrón de reconocimiento aerofotográfico (9 aeronaves) y seis escuadrones de
levantamiento aerofotográfico (24 aeronaves), con sus correspondientes laboratorios
de campaña.
Equipo de reconocimiento aéreo británico británicos durante la primera guerra mundial. 1914[6]
Aviones de reconocimiento aerofotográfico francés y británico. Circa de 1916[7]
Aviación
desplegada para las maniobras de Entre Ríos
- Encargado del Parque Aeronáutico: Sargento Ramón Alderete.
Mecánicos:
Ambrosio Luis Vicente Taravella (Escuadrilla Azul),
Juan Molberto[8] (Escuadrilla Roja).
Sargento Ramón Alderete - Mecánico Ambrosio L. V. Taravella - Mecánico Juan Molberto
Escuadrilla
Azul
Nieuport M-IV Argentina - Nieuport M-IV Eduardo Castex
Teniente 1º Agneta - Teniente Zanni - Teniente Campos - Teniente Benavente
La
escuadrilla Azul conformada por los Nieuport M-IV, llegó a Villaguay en medio
de un diluvio y rápidamente organizaron un precario y reducido aeródromo de
campaña en una chacra cercana cedida por el Sr. Tavella. La condición del campo
obligaba a sus tripulaciones de los M-IV a aproximar al ras de los alambrados y
con velocidad reducida habida cuenta que por ese entonces las aeronaves
carecían de frenos.
Tenían
un ligero defecto en los comandos con tendencia a virar a la izquierda, hecho
que obligaba a los pilotos a un extenuante sobre control de los comandos y la
humedad resultante de la lluvia persistente generó la formación de bolsones de
agua que se filtró a través de entelado en el interior de los planos que, hasta
que fue descubierto por los mecánicos, provocó un esfuerzo adicional en los pilotos;
la contrapartida de esta limitación estaba dada por la potencia de los motores
(100 hp) y la robustez del tren de aterrizaje de los aviones.
La
escuadrilla luego pasó a inmediaciones de la estación ferroviaria en Villa
Clara. Desde esa posición el Teniente Agneta se cruzó en vuelo por única vez
con el Bleriot XI-Bis Nº I de la escuadrilla Roja conducido por Goubat.
Operando desde ese aeródromo el Teniente Agneta tuvo una emergencia en vuelo y
debió aterrizar en un campo cercano al arroyo Sandoval, ocupado por el ejército
Azul.
La
escuadrilla finalmente se trasladó a Villa Adela en Concordia.
Escuadrilla
Roja
Bleriot XI-Bis N.º I (motor Gnôme Lambda de 80 hp) - Bleriot XI N.º I Centenario (motor Gnôme Omega 50 hp)
Actividad
durante las maniobras
Resumen
todas de las misiones de vuelo
Referencias:
- EM Ensayo de Motores
- E Exploración
- EO Entrenamiento y Orientación
- R Reconocimiento
Ejercicios
con el Grupo 1 de Obuses de Campaña
Se
ordenaron, además, los preparativos de la Escuela Militar de Aviación para que
cada una de las unidades nombradas pudiera disponer por lo menos de un avión
para la fecha de ejecución de los experimentos. Se determinó que los pilotos
fuesen oficiales diplomados de la Escuela; o bien, si el número de aquellos no
alcanzara, fueran asignados como observadores aéreos los Tenientes de
artillería que aún no han terminado los cursos de Aviación u oficiales
pertenecientes a las unidades donde los experimentos se realicen.
Se
ordenó a la Inspección de Artillería la confección de una copia del legajo de
los experimentos y conclusiones a que arribó el Mayor Jáuregui para enviarla a
cada una de las unidades mencionadas para que sirviese de base a sus trabajos
debiendo dicho jefe asistir a los ensayos del Escuela de tiro y dar
oportunamente las aclaraciones y demás detalles a fin de que la continuación de
las pruebas pueda se hecha en forma armónica y sin repeticiones innecesarias.
Terminados los ensayos, los jefes de las unidades informarán a la Inspección de
Artillería esta repartición propondrá entonces la adopción con carácter
definitivo, de aquellas medidas que estén lo suficientemente comprobadas y la
continuación de las que se repute necesario someter a una nueva experimentación[12].
El mes
siguiente el Mayor Jáuregui dio una pormenorizada conferencia referida al tema
en el Círculo Militar titulada El Tiro de Artillería y la cooperación del
Aeroplano que fue publicada en la Revista de ese club de oficiales. Entre las
muchas experiencias y disquisiciones de técnica del arma, transmitidas,
difundió el siguiente código de señales para que fuese transmitida por el avión
en la dirección del tiro a una altura recomendada de 500 m:
- Dirección de tiro: Vuelo en línea hacia el blanco desde la batería o grupo.
- Largo: Picada del avión.
- Corto: Elevación de proa.
- En el blanco: Alabeo.
Como
corolario final de la fructífera actividad aérea del ejército la memoria
militar anual correspondiente al período 1914-1915, al referirse a la Escuela
Militar de Aviación expresó lo siguiente:
“Esta Escuela, creada bajo los auspicios de un movimiento patriótico, se ha desenvuelto con acción utilísima para el Ejército, formando pilotos militares y preparando personal de maestranza apto, que no existía en el país. La escasez de recursos con que ha contado no ha impedido que esta Escuela llene cumplidamente su misión, como lo corrobora el número de pilotos diplomados y vuelos realizados, entre los que merecen citarse los raids de Palomar a Córdoba y Villa Mercedes.
Los aparatos de la Escuela han actuado con éxito en los ejercicios de tiro que efectuó el Regimiento 1º de Obuses de Campaña en Carmen de Areco y en las grandes maniobras de otoño, en la provincia de Entre Ríos, donde, a pesar del persistente mal tiempo, cumplieron las comisiones ordenadas. Es de observar que en estas maniobras los aparatos estuvieron expuestos a las inclemencias del tiempo.
Es
digno de mencionarse que los raids efectuados por los oficiales de la Escuela a
las ciudades de Córdoba y Villa Mercedes, han conquistado los récords de
distancia, duración v velocidad sudamericanos, demostrando la posibilidad de
hacer largos recorridos en una dirección determinada, cruzando zonas
desconocidas para el piloto. Las ascensiones en globo se han realizado, igualmente,
con provechosos resultados.
Dos
biplanos y dos monoplanos han sido completamente reconstruidos en los talleres
de la Escuela. Son de lamentar tres accidentes ocurridos en la escuela, después
de dos años y medio de funcionamiento; pero nada se consigue sin sacrificios, y
cuando se persigue un fin superior, nada hace retroceder una raza consciente de
sus destinos, por eso la dedicación no ha decaído”.
Bibliografía
y fuentes consultadas
Archivo
General de la Nación
Archivos
del autor
BIEDMA
RECALDE, Antonio María. (1969) Crónica histórica de la aeronáutica argentina.
Colección Aeroespacial Argentina
Boletines
Militares del Ejército
Diario
Democracia
Dirección
de Estudios Históricos de la Fuerza Aérea. Archivos Varios
El tiro
de artillería y los aeroplanos en la argentina. Boletín del Aero Club Argentino
Año IV Nº 25. Julio de 1914
Historia
de Campo de Mayo. Ejército Argentino 2ª División de Ejército. Instituto
Geográfico Militar 1933
MARTÍN,
Eloy. (2009) José María Florez y los antecedentes de la aviación argentina
hasta 1850”. Publicado en los Estados Unidos de América. ISBN: 144862200 X;
EAN-13: 978144862200 9.
MARTÍN,
Eloy. (2010) Los ojos del águila blanca. Robert Adolfo Chodasiewicz. Publicado
en los Estados Unidos de América. ISBN: 1453826564: EAN-13: 9781453826560
MARTÍN,
Eloy. (2012) El rol de la Aviación de Ejército en el desarrollo de la Aviación
Civil (Período 1919-1927. II Congreso de Historia Aeronáutica Argentina.
Centenario de la Escuela de Aviación Militar (1912-2012).
MARTÍN,
Eloy. RODRÍGUEZ, Oscar Luis. (1991) La aviación en el ejército argentino,
crónica histórica y catálogo 1867-1991
REINHARD,
Marcel. (1954) Histoire de France. Tome Second. Librairie Larousse. Paris
Revista
Caras y Caretas
Revista
La ilustración Sud-Americana
TARAVELLA,
Ambrosio Luis Vicente (1982) Setenta Años de Servicios Aeronáuticos.
Presidencia de la Nación. Ediciones Culturales Argentinas
Enlaces
Web:
JTgGBfv0JCE/UMYzHvFzcwI/AAAAAAAAwlI/UD5fYjabyLQ/s1600/1001+BATALLAS-
+40023.jpg
http://www.delaconcordia.com.ar/D-Maniobras_militares_de_1914.htm
Fuente:
http://www.histarmar.com.ar
[1]
REINHARD Marcel.
(1954) Histoire de France. Tome Second. Librairie Larousse. Paris.
[2]
Boletín Militar
N.º 3385. 1ª Parte. Resolución 12 de octubre de 1912.
[3] Unidad donde hasta
hace poco había prestado servicios.
[4]
Cooperación del
aeroplano en tiro de artillería. Resolución del 30 de julio de 1914 inserta en
Boletín Militar Nº 3915, 1ª Parte. 1 de agosto de 1914.
[5] El tiro de artillería
y los aeroplanos en la argentina Boletín del Aero Club Argentino Año IV Nº 25.
Julio de 1914
[6] http://www.thehistoryblog.com/wp-content/uploads/2010/11/Aerial-photographers.JPG
[7]
http://www.taringa.net/posts/imagenes/16986374/Fotos-antiguas-de-los-inicios-de-la-aviacion.html
[8] Seudónimo del mecánico ruso Pablo Juan Parasochka.
[9]
Con este mismo
avión el 28 de octubre de ese año fallecieron el Teniente 1º Agneta y el Dr.
Felipe Madariaga. El accidente ocurrió en su segundo vuelo de entrenamiento que
realizaría con el mecánico Trangone. Cuando estaba por salir el piloto invitó a
volar al Dr. Madariaga. En ese momento se encontraban en vuelo un Farman al
mando del Teniente García Fernández, y uno del Aero Club Argentino al mando de
Videla Dorna con el Sr Juan F. Suanich. Agneta en el despegue se encontró con
el Farman de García Fernández y paso 10 m por debajo del avión pero el avión
del Teniente Agneta entró en pérdida sobre el ala izquierda y cayó. El informe
médico del Dr. Alberto Vivot del Regimiento 1 de Obuses expresó lo siguiente:
Agneta cara destrozada ambas piernas fracturadas (izq. en 5 partes),
hundimiento del esternón con tres costillas que desgarraron el corazón,
fractura doble del brazo izquierdo y base de cráneo. Madariaga: heridas
múltiples en el rostro desde la sien al mentón, hundimiento del pecho,
costillas quebradas, brazo y pierna izquierda. fracturado. Falleció poco
después del accidente en brazos de Gervasio Videla Dorna. Los restos de los
infortunados tripulantes fueron velados en El Palomar y en el Salón de lectura
del Círculo Militar.
[10] Boletín Militar N.º
3915, 1ª Parte Resolución 30 de julio de 1914.
[11] Mayor Julián Enrique
Jáuregui: Promoción 21 (Orden de Mérito 112) Nació en la provincia de Buenos
Aires el 28 de enero de 1877. Egresó como oficial de Artillería el 29 de
diciembre de 1896. Se retiró con el grado de General de Brigada el 31 de
diciembre de 1935. Fallecido el 20 de noviembre de 1946.
[12] El tiro de artillería
y los aeroplanos en la argentina. Boletín del Aero Club Argentino Año IV N.º
25. Julio de 1914.