The Fighting Falcon - AirZoo Museum, Michigan
Este
fue el mayor planeador aliado de las fuerzas aerotransportadas durante las
invasiones llevadas a cabo por las Fuerzas Aliadas en la II GM. Los Estados
Unidos nunca antes habían diseñado en su historia un avión que la única misión
de su piloto era la de estrellarse contra la tierra y luego ir al combate junto
a los hombres que transportaba.
Todo se
puede resumir en las palabras del General William C. Westmoreland, del Ejército
de los Estados Unidos (retirado).
“Cada aterrizaje era una situación de vida o muerte genuina para los pilotos del Waco. Era su gran responsabilidad arriesgar sus vidas en varias ocasiones con un avión demasiado pesado con equipo y soldados, en campos desconocidos, en territorio enemigo y a menudo en una total oscuridad.
Eran
los únicos aviadores de la Segunda Guerra Mundial que no tenían motores, no
cargaba paracaídas y no tenían una segunda oportunidad.”
The Fighting Falcon - AirZoo Museum, Michigan
Diseño
y Desarrollo
¿Cómo
nació la idea de este planeador? Esta idea nació de la necesidad de tener un
medio de transporte masivo, que pudiera dejar su carga en espacios reducidos,
de bajo costo y que pudiese ser reutilizable. Para tal efecto el Ejercito de
los Estados Unidos se dirigió a una pequeña compañía en Ohio, la Waco Aircraft
Company de Troy. Esta compañía recibió las especificaciones directamente del
Cuerpo Aéreo del Ejército en total sigilo. Nadie debía saber que se estaba
buscando la forma de colocar hombres y equipo en regiones remotas o de manera
masiva. ¿Pero cómo se podía cumplir con la misión de hacer esto realidad? Este
trabajo fue tomado de manera directa por Francis Arcier, vicepresidente y jefe
de diseño de la Waco. Hoy en día se le reconoce como el padre del CG-4A.
Las
condiciones del Cuerpo Aéreo del Ejército de los Estados Unidos era que este
nuevo avión no usara aluminio, no podía ser fabricado por compañías que se
dedicaran a la fabricación de aviones a motor y no podían participar las
compañías que ya estaban trabajando para el Ejército en la fabricación de otros
complementos de campaña. ¿Por qué este requerimiento? El aluminio tenía alta
demanda en otros proyectos y las principales compañías ya estaban comprometidas
fuertemente con sus recursos y proyectos. Así que la Waco llamó a participar en
la producción de sus partes a la Heinz (Salsa de tomate), Steinway Company
(pianos), Roebling Wire Rope (puentes) y muchas más por el estilo, para fabricar
las 70.000 partes que componían al CG-4A.
Interior de la cabina de un CG-4A
Como
resultado su padre lo diseñó usando madera, tela, plástico, pintura, cuerdas,
nailon, pegamentos caseros, algunas barras de acero (pocas porque pesaban
mucho) y algún otro material que no estuviera en la lista del Ejército como
indispensable.
El
resultado fue un feo avión, que parecía más de los inicios de la aviación y no
de la II GM, que se cargaba por el frente, una cabina muy ancha para un piloto
y un copiloto que solo tenía como instrumentos un indicador de velocidad,
altímetro, el control de dirección, dos bancos, sistema de comunicación por
cable con su nave nodriza y una imagen de algún Santo, que al final, según
muchos de ellos, sería el que volaría el Waco.
No
tenía protección contra el impacto, nada de blindaje para el fuego AA, solo
cargaban con ellos lo necesario para el combate en tierra si, sobrevivían al
“suave” aterrizaje. Su transporte a Europa desde los Estados Unidos se hacía en
unas enormes cajas, con un manual de instrucciones para su ensamblaje y 70.000
partes en algunos casos sin marcar y sin una guía de instalación.
C-47 y CG-4A Museo Nacional de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Dayton, Ohio
¿Pero
quién lo volaría? El primer paso se dio en la busca de instructores civiles de
planeadores. Solo se encontraron 25 que reunieran la suficiente experiencia
para ser instructores y de inmediato se seleccionaron los hombres que serían
sus pilotos y se empezó esta parte del programa. Mientras tanto en 1942, el
programa del Planeador había estado en espera de una confirmación del Ejército
para seguir adelante, ya que era considerado innecesario y demasiado costoso.
Para
finales de 1942 ya se habían adelantado muchas prácticas, principalmente en el
área de la recogida del Waco por su nave nodriza. Este sistema fue basado en el
usado por los aviones del sistema de correo de los Estados Unidos y que estaba
en uso desde muchos años atrás y solo necesito de su adaptación.
El C-
47 pasaría volando a baja velocidad (225 km/h) y en una caída controlada hasta
llegar a la altura del cable de nailon de 110 metros de largo que era sostenido
por dos hombres con la ayuda de unas varas, en ese momento un gancho recogería
el cable del Waco y su tripulación solo debía esperar el fuerte jalón que les
daría el impulso para empezar su vuelo a más 450 metros de altura para evitar
turbulencias, unido a su madre que luego los dejaría a su suerte al soltar el
gancho a unos 120 de altura para minimizar el tiempo que su tripulación y carga
estarían expuestos al fuego AA o de armas cortas del enemigo.
Pronto
llegaría la aprobación del Ejército al necesitar un medio que pudiese ser
utilizado en la invasión a Sicilia. Sería justo decir que antes de la época del
helicóptero los Waco representaron lo máximo de un avión furtivo (no ruido),
precisión al aterrizar (pensando en que algunas millas de más en ese tiempo
eran aceptables) y capacidad de carga.
Historia
Operativa en la Segunda Guerra Mundial
Exhibiendo sus capacidades de carga
En
Julio de 1943, se presenta la oportunidad que la Waco había estado esperando y
su avión recibiría el bautismo en combate en Italia. En la invasión a Sicilia
demostró su fiabilidad a pesar de luchar contra fuertes vientos que hizo que
muchos de los planeadores aterrizaran en puntos distintos a los planeados y la
ubicación de los hombres fuera al principio casi imposible de determinar, el
Waco cumplió ampliamente con su misión. Muchos de los planeadores quedaron
destruidos y esto hizo que el Ejército ordenara 15.000 unidades adicionales,
número que no logró completarse dado el fin de la guerra, en 1945.
Para Febrero de 1944 un total de 2.100 CG-4A habían sido despachados a Inglaterra desde las fábricas americanas. Las únicas personas disponibles para su ensamblaje fueron civiles no entrenados, lo que hizo que el Waco se convirtiera en una trampa mortal para algunas de sus tripulaciones y le añadía un poco más de picante, si era que hacía falta, a su experiencia. Esto hizo que para Abril de 1944, con tan solo unas semanas para el Día “D”, los miembros de la IX de Servicios de la Fuerza Aérea, como también muchos de sus pilotos y pasajeros, se encargaran del ensamblaje de 910 unidades. Es necesario anotar que muchos de los pilotos del Waco, eran aquellos aspirantes a piloto de los aviones convencionales, que habían sido rechazados.
C-47 y CG-4A Museo Nacional de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Dayton, Ohio
El Día “D”
los planeadores salieron con rumbo hacia Francia, a campos desconocidos y solo
con la luz de la Luna o de alguna bengala prendida por algún miembro de la
resistencia o de algún expedicionario solitario, para iluminar y señalar su
punto de aterrizaje. Esto dio como resultado que muchos de los planeadores se
pasaran su sitio, obligando a sus pilotos aterrizar a ciegas, solo con la ayuda
de la imagen del Santo de su devoción. Casi todos los Waco se perdieron en esa
aventura, pero la mayoría de ellos cumplieron la misión de dejar en tierra a
sus hombres listos para el combate. Entre su carga ese día podemos encontrar
hombres, jeeps, obuses, munición y miembros de la sanidad.
Al ver
su gran valía en el frente de batalla, inmediatamente las fábricas americanas
incluidas las grandes compañías que en un principio habían sido dejadas por
fuera, entraron en una alocada producción de día y noche para cubrir la
necesidad del Ejército de este feo, desestimado pero confiable amigo. Es así
que para Septiembre 15 de 1944 los Aliados contaban con 2.160 CG-4A, para la
invasión de Holanda pero solo con 2.060 pilotos. Este hueco se cubrió con los
copilotos, dejando a la suerte que si el piloto era imposibilitado durante su
viaje de 4 horas de pilotear el Waco, su carga quedaba en manos de la imagen
del Santo de turno. Como era de esperar, el Waco cumplió su misión pero ninguno
sobrevivió a sus aterrizajes. El planeador estuvo presente en todos los
escenarios de la WWII en Europa después de 1943 así como en el Pacifico, China,
Burma e India.
Muchos
de los pilotos americanos del Waco fueron enviados de regreso a sus bases para
poder ser usados de nuevo con la experiencia adquirida mientras que los pilotos
ingleses fueron entrenados para combatir inmediatamente aterrizado el planeador,
que cuando era usado por ellos recibió el nombre de Hadrian. MacRae que voló
con el Escuadrón Nº 37 de Transporte de Tropas, dijo que el Waco tenía algunas
cosas para garantizar la seguridad de la tropa, poca para los pilotos y nada de
confortable. El mismo dice, que muchos buscaban una chaqueta extra, no para
ponérsela, sino para sentarse en ella y evitar que durante el aterrizaje algo
los hiriera por debajo y penetrara hasta sus entrañas.
Como
sabemos todos los pilotos de los cazas, bombarderos y demás aeronaves los
apodaban o lo nombraban en honor a alguien o algo, pues los Waco no fueron la
excepción y algunos de sus nombres fueron “Ataúdes voladores”,
Dos objetivos” pero el más común fue “Alas silenciosas”.
Refiriéndose al último apodo, uno de sus pilotos, que participó en el Día “D” y
en la invasión de Holanda, comentó “Para nosotros era tan ruidoso como el
infierno”, haciendo referencia que carecían de un aislante contra el ruido de
los motores del C-47, del medio ambiente y del ruido de las AA del enemigo.
Otro comentaba que “ Volar y aterrizar un Waco era una penitencia y que volvía
al hombre religioso”. El General Williams, comandante del el IX Grupo de
transporte de Personal, firmó una orden el 5 de Julio de 1945, autorizando el
derecho a la Medalla del Aire a todos los pilotos del CG-4A que participaron en
la invasión a Normandía. Esta orden decía.
“El
magnífico espíritu y entusiasmo mostrado por estos oficiales, combinado con sus
habilidades, coraje y devoción a su deber, fue reflejado en su brillante
desempeño al operar unos planeadores totalmente indefensos, de constitución
frágil y mínimas capacidades de vuelo con un clima no favorable, volando sobre
el mar y en la cara de un poderoso enemigo, sin posibilidad alguna de realizar
maniobras evasivas y aterrizando con éxito en territorio hostil y desconocido,
como punta de lanza de la invasión aliada al continente. Sus respectivos
deberes asignados, fueron realizados de manera admirable con el resultado
excepcional de lograr el más exitoso desembarco aéreo de la historia mundial de
la aviación.”
Este
CG-4A fue donado por los colegios de Michigan al Cuerpo Aéreo del Ejército de
los Estados Unidos a través de una colecta que realizaron donde se intentaba
recoger 17.000 dólares para la compra de un planeador. Su labor fue tan
ejemplar que llegaron a obtener la suma suficiente para adquirir 4 planeadores
Waco. El Fighting Falcon y los otros tres fueron construidos por la Gibson Refrigerator
Company de Greenville, Michigan. Esta compañía construía ataúdes y
refrigeradores hechos de madera antes de la WWII.
El
Fighting Falcon fue el primer Waco CG-4A que desembarco en Normandía en la Zona
de Aterrizaje “W”, piloteado por el Teniente Coronel Mike Murphy, el Oficial en
Jefe del Grupo Nº 9 de Transporte de Tropas. El Brigadier General Don F. Pratt,
y el Teniente copiloto John M Butler, murieron al momento de estrellarse el
Waco Fighting Falcon a las 3:45 AM. El pasto no proporciono la suficiente
fricción para que el planeador frenara y se estrelló contra un árbol a una
velocidad aproximada de 128 km/h. Su piloto el Teniente Murphy sobrevivió pero
con fractura en ambas piernas.
La
historia de este episodio del desembarco de Normandía llego brevemente a la
pantalla grande en la película, Salvando al Soldado Ryan (Saving Private Ryan).
Variantes
Más de
14.000 unidades del CG-4A fueron construidas durante la II GM por 16 compañías.
Este planeador no fue la excepción en la búsqueda de la perfección y por lo
tanto se realizaron más de 7.000 modificaciones para acomodar al Waco de
acuerdo al uso predestinado a ese planeador. Algunas de sus variantes son:
- CG-4A: Producto principal, del cual se realizaron 13.906 unidades.
- XCG-4B: Construido totalmente de madera. Una sola unidad.
- XPG-1: Se le adaptaron dos motores Franklin 6AC-293-N3.
- LRW-1: Versión para la US Navy. 13 unidades.
- Hadrian MkI: Modelo para la Real Fuerza Aérea. El primer Hadrian marco su lugar en la historia al realizar el vuelo desde Montreal hasta el Reino unido, cargado de vacunas y material médico, detrás de su nave madre, un C-47, durante 28 horas de vuelo en varias etapas. Este sería el primer planeador de la primera orden de 25, que debían llegar al Reino Unido.
Planeador CG-4A en vuelo cerca de Wilmington, Ohio, Estados Unidos, a finales de 1943
Waco
también realizo dos magnificas mejoras en su modelo original. La primera de
ellas el XCG-13 para un total de 30 hombres y la XCG-13A para 42 hombres. De
estas dos versiones se produjeron unas 130 unidades por la Ford y la
Northwestern.
Un C-47 despega, remolcando un planeador Waco CG-4 durante la Operación Market Garden
Especificaciones técnicas
País: Estados Unidos.
Tipo: Planeador.
Constructor: Waco Aircraft Co. of Troy, Ohio. Otras 14 compañías compartieron su proceso de producción.
Tripulación: Piloto y copiloto.
Largo: 14.8 m.
Envergadura: 25.5 m.
Altura: 4.7 m.
Peso Vació: 1.769 kg.
Peso cargado: 3.402 kg – Peso máximo 4.082 kg (13 hombres completamente equipados, jeeps, obuses, munición o todo lo que entrara por su “boca” y no sobrepasara mucho su peso de carga.
Velocidad: Cuando estaba conectado a su remolque el Waco podía bordear los 241 km/h, una vez liberado su velocidad oscilaba en los 115 km/h. Su velocidad nunca podía ser inferior a 79 km/h.
Espacio de aterrizaje: Entre 180 y 240 metros.
Fuente:
https://www.lasegundaguerra.com