El testimonio de Horacio Mir González, Veterano de Guerra que combatió en Malvinas, nos permite conocer una historia que conecta a nuestro país con el Estado de Israel
Por Redacción
DEF
Las
destrezas y hazañas de los pilotos de la Fuerza Aérea que combatieron en
Malvinas son, aún hoy, recordadas por todos los argentinos y valoradas incluso
por sus entonces enemigos británicos. Uno de esos pilotos es Horacio Mir
González, quien, en 1982, con el grado de capitán, estaba destinado en la Sexta
Brigada Aérea de Tandil. Su unidad fue desplegada en el sur de nuestro país,
después del 2 de abril, y dividida en dos escuadrones: uno tuvo como destino
Comodoro Rivadavia (Chubut) y el otro, la base naval de Río Grande (Tierra del
Fuego).
Todos
sus integrantes dieron sobradas muestras de arrojo y valentía durante la
guerra. El avión de combate con el que Mir González y sus compañeros
infligieron grandes daños a los británicos en Malvinas fue el M5 Dagger. En
rigor, se trataba de un modelo de avión Mirage, conocido en Israel como Nesher.
Se lo empezó a llamar “Dagger” en nuestro país porque ese era el nombre del
contrato confidencial con el que se adquirió este tipo de aeronaves.
“Un
avión de combate tiene que llevar la máxima cantidad de bombas, y el Dagger
podía llevar hasta 14 bombas de 50 kilos”, puntualiza Horacio Mir González, en
diálogo con DEF. La novedad, en el caso de la Fuerza Aérea Argentina, fue que,
dadas las distancias, utilizaban el lugar adonde iban las bombas para el tanque
de combustible. “Eso hacía que tuviéramos que ir con una sola bomba de 500
kilos o bien con dos bombas de 250 kilos”, grafica este Veterano de Malvinas.
El avión de combate con el que Mir González y sus compañeros infligieron grandes daños a los británicos en Malvinas fue el M5 Dagger: se trataba de un modelo de avión Mirage, conocido en Israel como Nesher. (Gentileza Mir González)
Entrenamiento en el Sinaí
La
misión original de los Dagger no eran las Malvinas. Tal como recuerda Mir
González, “en los años 1977 y 1978, estaba latente el posible conflicto con
Chile”. En ese contexto, el gobierno militar argentino salió a buscar aviones
de combate para ese posible escenario bélico. “Así apareció, por primera vez en
Argentina, el mercado israelí, y se produjo la venta de 24 aviones M5″, detalla
este experimentado expiloto de la Fuerza Aérea.
Además,
al contrato de compra se sumaba una cláusula para que los pilotos y mecánicos
pudieran capacitarse en una base operativa. Era una novedad absoluta para
nuestro país, en este tipo de adquisiciones de equipamiento militar. Se
determinó que ese entrenamiento se efectuase en una base ubicada en la
península del Sinaí.
“El
adiestramiento que tuvimos en Israel fue muy intenso”, reconoce Mir González.
“El piloto israelí vivía en guerra y nos enseñó todo lo que sabía respecto de
los combates de aire a aire, o sea, combate con otro avión”, agrega. Con
respecto a las condiciones geográficas, las diferencias entre Israel y nuestro
país eran evidentes. “En Israel, si volábamos ocho minutos hacia el norte o el
este, podíamos estar en Egipto o en Jordania. Era todo muy complejo”, completa.
“El Dagger no me falló nunca. Por eso, cuando veo una foto o un video, siento que ese avión ha sido parte de mi vida”, confiesa el piloto argentino. (Gentileza Mir González)
La estrategia del León Viejo
Las
capacitaciones que recibieron los pilotos argentinos fueron muy intensas. Sus
resultados fueron muy positivos, ya que los conocimientos adquiridos, sumados a
su experiencia previa, fueron claves para un buen desempeño en el conflicto de
Malvinas. Mir González recuerda que su instructor les habló de la “estrategia
del León Viejo”. ¿En qué consistía? “No había que desesperarse ni un segundo,
tampoco ponerse alocado al ver un blanco, ni salir a derribar el blanco, porque
uno podía cometer el error de no ver lo que había atrás y terminar siendo
atacado por el blanco”, señala.
Al
hacer un balance de su experiencia con el M5 Dagger, explica: “Es un avión con
el que me sentí completamente integrado y en el que, dentro de mis limitaciones
como piloto, sentí que podía operar en máximas capacidades”. “Considero que
logramos construir una unidad, en la que me sintiera parte del avión, y eso
repercutió en que pudiera llevar adelante todas las misiones de combate que se
me asignaron”, añade. A modo de síntesis, enfatiza: “El Dagger no me falló
nunca. Por eso, cuando veo una foto o un video, siento que el Dagger ha sido
parte de mi vida”.
El
tiempo enalteció la labor de cada uno de los pilotos que, como Horacio Mir
González, comandaron estos modelos de caza durante la guerra de Malvinas y
escribieron una de las páginas más importantes de la historia de la Fuerza
Aérea Argentina.
Fuente:
https://www.infobae.com