Durante
los años 30 del siglo pasado, Alexánder Moskalev se embarcó en una serie de
proyectos que podrían haberse adelantado a su tiempo, pero fueron poco prácticos
para ser producidos a gran escala.
El
Moskalev Sam-9 “Strelá” fue un prototipo experimental concebido con el fin de
investigar el comportamiento del esquema alar propuesto por Alexánder Moskalev
en su llamado “Proyecto Sigma”. Se construyó un prototipo que fue volado con
éxito, demostrando lo acertado del concepto del diseñador aeronáutico. Tras
esto, el aparato de pruebas fue destruido.
El
proyecto conceptual del nuevo avión fue desarrollado por Moskalev cuando este
estaba en Moscú, en 1937. Como podemos leer en Airwar.ru, le fue prestada la
oficina del profesor Cherémujin en el TsAGI y le asignaron dibujantes y
copistas. Este proyecto estuvo listo en sólo tres días.
Primer
modelo construido del Sam-9
Una vez
realizado el diseño, se acordó crear una maqueta para el desarrollo de las
pruebas en el TsAGI, y la construcción del avión en el Tecnológico de aviación
de Vorónezh. Se adquirieron dos motores franceses Renault 4 pi de 140 hp para
propulsarlo.
En los
dos meses y medio acordados el nuevo avión se encontró terminado. En la
numeración de la compañía pasó a ser conocido como SAM-9.
El
prototipo estuvo listo para inicios del verano de 1937. Para ese momento se
habían realizado los cálculos necesarios y las pruebas estáticas de
resistencia. De manera paralela se realizaron las pruebas en el túnel
aerodinámico del TsAGI. Los resultados obtenidos permitieron afinar los
detalles del cálculo aerodinámico, la estabilidad, la definición del centro de
gravedad y el tamaño idóneo para las superficies de control.
Hora de
probarlo
Las
pruebas en tierra comenzaron el 27 de julio. Una vez llegado al sitio. El
piloto de pruebas Kudrin observó el avión durante un buen rato, revisando sus
partes. Revisó los cálculos sobre prestaciones de vuelo y finalmente expresó a
la comisión que él no sólo no volaría el avión, ni siquiera realizaría las
pruebas de tierra en un aparato tan extraño. Según las palabras del propio
Moskalev en sus memorias, el piloto Kudrin planteó que no volaría en un avión
“… que no sólo no tenía cola, sino que carecía de alas”.
Después
de varios debates, se decidió continuar las pruebas con el piloto A. N.
Gusarov, que accedió gustoso a volar el prototipo. Los ensayos se desarrollaron
con éxito si se descuenta un incidente en el que durante una carrera sobre la
pista el piloto pisó los pedales y el avión de pronto realizó un giro y se
volcó. Ni la aeronave ni su piloto, por cierto, recibieron daños dada la baja
velocidad y la hierba de la pista.
El
primer vuelo, fue ejecutado por Gusarov el 7 de agosto de 1937, alcanzando el
avión unos 150 km/h, despegando a unos 20 metros de donde se encontraba la
comisión de observadores, realizando un peligroso giro que casi situó los
planos en posición vertical al suelo, para luego enderezar. Después de un vuelo
de unos 1200 – 1500 metros, el avión tomó tierra.
Tras
más pruebas, en agosto de 1938 el “Strelá” fue devuelto al OKB con un informe
detallado de las conclusiones sobre su esquema y la solicitud de solucionar un
pequeño problema de oscilaciones que aparecían a volar a bajas velocidades.
Debido al secreto del proyecto el avión fue empaquetado en una gran caja y se
trasladó por tren hasta la Fábrica Nº 18.
Tras
realizar algunas pruebas, que arrojaron una velocidad máxima de 343 km/h,
siguiendo órdenes desde Moscú, el avión SAM-9 “Strelá”, que ya había cumplido
su cometido, fue destruido.
Fuente:
https://es.rbth.com