HMS VICTORIOUS.
SUBMARINOS EN EL ÍNDICO. ENERO 1944 - ENERO 1945.
Para
las operaciones de este portaaviones, otras actividades aeronavales y
acontecimientos relacionados, ver BCN N° 804,805,806, 807,809 y 810
Liberator GR Mk IV de la Escuadrilla 220 con base en las islas Azores. Para operaciones nocturnas debajo del ala de estribor lleva el proyector Leigh de cinco millones de bujías.
Desplazamiento de naves al Índico.
La rendición de Italia, con su flota en poder de los
aliados; la neutralización del Tirpitz en el norte de Noruega como consecuencia
de la acción de los minisubmarinos X y el hundimiento de Scharnhorst (BCN N°
803, pág. 520), determinaron la decisión británica de desempeñar un rol más
activo en la guerra naval contra el Japón con el escalonado desplazamiento de
146 naves a oriente que fue dispuesto en un documento que preveía el pasaje al
Índico del crucero de batalla Renown, los acorazados Queen Elizabeth y Valiant,
los portaaviones Illustrious y Victorious, catorce cruceros, 24 destructores de
flota, 54 naves escolta, 27 barreminas, 17 submarinos y cinco buques taller y
almacén.
Como avanzada, el 23 de enero de 1944, arribó a Ceilán (Sri Lanka) el ViceAlmirante Sir Arthur Power, designado segundo comandante de la Flota Oriental (“Eastern Fleet”) cuyo comando ejercía el Almirante Sir James Somerville. El recién llegado tenía su insignia izada en el crucero de batalla Renown junto al cual llegaron los acorazados Queen Elizabeth y Valiant y el portaaviones Illustrious, acompañados por cruceros, destructores, buques escolta y submarinos.
Aunque
esta presencia naval impresiona en relación a los medios hasta entonces
disponibles, por otro lado, en esa etapa inicial, no se había concretado el
desplazamiento de las naves escolta en un número apreciable y por consiguiente
existía una seria falencia en medios para la protección de los convoyes cuya
suerte provocaba ansiedad por el reinicio de acciones ofensivas por parte de
los submarinos del Eje. Ante el requerimiento de escoltas, en diciembre de
1943, el Almirantazgo respondió con lo que describía como los “relativamente
modestos riesgos locales que deben ser aceptados” y que los buques debían
navegar en convoy solamente en las rutas en realidad o potencialmente
amenazadas. Es decir que otros buques lo harían en solitario sin protección
alguna, aunque otros refuerzos estaban previstos.
Los portaaviones escolta (CVE).
El Battler fue el primero de los destacados al
océano Índico al que seguirían otros cinco.
Para
encarar seriamente la presencia de submarinos alemanes en el Índico, los
británicos no estuvieron en condiciones de despachar portaaviones escolta hasta
después del desembarco en Salerno en septiembre de 1943 (BCN N° 803, pág. 505).
Inicialmente destacaron el Battler que arribó a destino en octubre. A este CVE se agregarían a partir de los meses que se indican de 1944: Atheling (mayo), Begum, (julio), Shah (julio) y Ameer (agosto). Mientras que la dotación aérea del Battler estaba constituida por doce Swordfish y seis Seafire, posteriormente reemplazados por igual número de Wildcat; las de los CVE Begum, Shah y Ameer estaban dadas por doce Avenger y 4/6 Wildcat, mientras que el Atheling contaba con diez Seafire y diez Wildcat.
Inicialmente,
al formar parte de escolta cercana de los convoyes, estos portaaviones no
lograron éxito como cazadores de submarinos porque los U Boote buscaron como blancos
buques navegando en forma independiente ante lo cual el Almirante Somerville,
sin hacer caso del asesoramiento del Almirantazgo, adoptaría puntualmente
tácticas Hunter Killer.
Una amenaza aparente. Al tiempo que la “Eastern Fleet” comenzaba a ser reforzada, se tomó conocimiento de la presencia en Singapur de una fuerza naval japonesa de cinco acorazados, 18 cruceros, tres portaaviones y unidades menores, una parte importante de ella procedente de Truk y las islas Palau en las Carolinas occidentales que debieron abandonar ante la ofensiva americana, para apostarse en una base más segura.
Ante
esa novedad y la posibilidad que tan imponente fuerza nipona incursionara en el
Índico, sin disponer de medios adecuados y suficientes para enfrentarla,
nuevamente se presentó la alternativa de eludir la amenaza abandonando Colombo
y Trincomalee para retornar a apostaderos en las Maldivas y la costa oriental
de África como había ocurrido en 1942. Pero los japoneses no tenían intención
ofensiva alguna en el Índico, simplemente, como se ha indicado, buscaban
protección alejándose de la amenaza de las máquinas de los portaaviones de los
EEUU y, por otra parte, una mentalidad distinta a la vigente en 1942 pasaba a
prevalecer en los aliados.
En
prevención que se produjera una incursión nipona en el Índico, se dispuso el
traslado a Ceilán (Sri Lanka) de una escuadrilla de aviones Liberator y otra de
Beaufighter mientras que tres escuadrillas de cazas fueron reequipadas con
aviones más modernos. Además, para reforzar la disponibilidad de aviación
embarcada la Armada de los EEUU envió desde el Pacífico el portaaviones
Saratoga acompañado por tres destructores.
Los
americanos podían desplazar un portaaviones al Índico porque seis de los nuevos
de la clase Essex, se habían incorporado en 1943 y otros tantos lo harían en el
transcurso de 1944.
En marzo de 1944, se habían implementado cinco estaciones aeronavales en Ceilán y el sur de la India con capacidad para dar apoyo a 34 escuadrillas del Arma Aérea de la Flota con facilidades para el mantenimiento y reparación de 400 aviones.
Para
entonces la Flota Oriental sólo contaba con un portaaviones, el Illustrious,
porque el arribo del Victorious se había demorado por haber sido asignado a
operaciones contra el acorazado Tirpitz. Como refuerzo se encontraba en viaje
desde el Pacífico vía Australia el Saratoga, como ya fue mencionado.
A mediados de ese año tuvo lugar el arribo de medios para la lucha antisubmarina: dos CVE, Shah y Begum, y naves escolta para la protección de los convoyes que permitieron liberar de esa tarea a algunos de los destructores de flota, lo que a su vez posibilitaría encarar operaciones con naves mayores.
Actividades
de submarinos
A
comienzos de 1944, las acciones navales en el Índico y el golfo de Bengala
tuvieron como principales protagonistas a los submarinos tanto británicos como
del Eje. A partir del 20 de enero y hasta marzo, alemanes y japoneses
incrementaron sus acciones ofensivas contra el tráfico mercante aliado a lo
largo de la ruta entre India y África obligando a implementar un sistema de convoyes,
aunque todavía con escasos medios de escolta tanto de superficie como aéreos.
Enero
transcurrió aparentemente dando la razón al Almirantazgo en sus
recomendaciones, pero en los últimos diez días, seis buques navegando en forma
independiente fueron hundidos con una pérdida total para el mes de ocho (56.213
toneladas). Se atribuyó el hecho a cuatro submarinos alemanes que operaban en
aguas del golfo de Adén y el norte de las Maldivas.
Datos
de inteligencia británica llevaron a la búsqueda del Charlotte Schliemann, al
que se suponía al S de las islas Mauritius para reabastecer a los sumergibles germanos,
pero, al tiempo de la operación, no había arribado a la zona de encuentro.
Febrero resultó más fructífero, avistado por un Catalina con base en las islas
citadas fue hundido por el destructor Relentless. Como sólo había podido
reponer combustible a dos submarinos, el otro par vio reducida su capacidad
para permanecer en la zona de operaciones.
En febrero, la mayor parte de los diez mercantes hundidos (64.170 toneladas) fueron nuevamente naves navegando independientemente; sin embargo, el mayor desastre tuvo lugar al ser atacado un convoy. Previamente, el 11 de febrero, el submarino japonés Ro.110, después de averiar un mercante de un convoy entre Calcuta y Colombo, fue hundido por las escoltas Jumma (RIN), Ipswich (RAN) y Laucenston (RAN) en aguas de la costa oriental de la India. La siguiente jornada cinco transportes de tropas navegaban desde Kilindini rumbo a Colombo escoltados por el antiguo crucero Hawkins y los destructores Petard y Paladin. En aguas al S de las islas Maldivas el Khedive Ismail fue hundido por el submarino nipón I.27, que a su vez fue destruido por los dos destructores.
El
transporte, con numeroso personal a bordo, se hundió en dos minutos con la
pérdida de 1.300 vidas, entre ellas personal femenino naval (Wrens), del
Ejército (ATS, Auxiliary Territorial Service) y enfermeras. Este evento, uno de
los pocos ocurridos en consideración a los innumerables transportes de tropas
que surcaron sin pérdidas los mares durante la II Guerra Mundial, ha sido
atribuido a la escasa disponibilidad de medios para dar protección a tan
valioso convoy. A los insistentes pedidos del Almirante Somerville, el
Almirantazgo respondía que debían asumirse los riesgos, a lo cual el comandante
de la Eastern Fleet contestó que efectivamente se los asumía, pero hacía notar
que “la proyección Mercator es apta para arribar a conclusiones erróneas
elaboradas al considerar el teatro de operaciones oriental en relación a otros
más remotos del ecuador”. Obviamente, su elíptica respuesta daba a entender que
las grandes distancias entre las distintas bases bajo su comando no eran
siempre tenidas en cuenta en Londres.
En
febrero, el alto mando naval alemán dispuso el envío de seis submarinos al
Índico. De ellos el U 177 fue hundido el 6 de febrero por un avión Liberator
con base en la isla de Ascensión. El U 852 protagonizó un incidente lamentable.
Interceptó el buque griego Peleus en viaje desde Freetown, Sierra Leona, a
Buenos Aires. Seis semanas más tarde tres de los náufragos llegaron a la costa
africana e informaron que después del hundimiento la tripulación de submarino
procedió a exterminar a los sobrevivientes. Los tres escaparon simulando estar
muertos.
En
octubre de 1945, el comandante del U 852, Heinz Eck, tres de los oficiales y un
marinero fueron juzgados por una corte militar en Hamburgo bajo el cargo de
asesinato de la tripulación del Peleus. Eck y dos oficiales fueron sentenciados
a muerte y el resto a largos años en prisión.
Según
el Almirante Friedrich Ruge, en Der Seekrieg, el tribunal no reconoció el
motivo de índole militar esgrimido por el comandante: “Hacer desaparecer toda
huella de su aparición en esa área marítima”.
A pesar que, con frecuencia en filmes y series, en particular los producidos en los EEUU, se ha hecho aparecer a los submarinistas alemanes cometiendo violaciones de las prácticas de guerra, los tribunales establecidos al cabo del conflicto no pudieron comprobar acciones de ese tipo. Un incidente ocurrido en aguas del Atlántico y una directiva del alto mando de los submarinos dieron lugar a presumir que hubo una orden de matar a sobrevivientes de los ataques, pero quedó establecido que tal orden no existió y que además no se acostumbraba a hacerlo.
El caso del Laconia.
Fue torpedeado por el U 156 (Capitán Hartenstein) 600 millas al S de las Azores el 12 de septiembre de 1942. Había unas 3.000 personas a bordo, entre ellas 1.800 prisioneros italianos. Hartenstein vía radio, en alemán y en inglés, dio a conocer la posición de los náufragos con el compromiso explícito de no atacar las naves que acudieran en ayuda. El comando alemán dispuso el desplazamiento de otros sumergibles que tomaron a bordo parte de los sobrevivientes, procediendo a remolcar los botes salvavidas rumbo a tierra para que fueran rescatados por naves francesas procedentes de Dakar. La respuesta de los aliados fue bombardear los submarinos provocando averías en el U 156 destruyendo a la vez un bote colmado de náufragos. Como consecuencia, el alto mando de los submarinos dispuso en lo sucesivo abstenerse de toda acción de salvamento, porque la actitud adoptada por el enemigo ponía en peligro a los submarinos empeñados en estas acciones humanitarias. En los juicios posteriores a la guerra los fiscales trataron de hacer aparecer tal orden como una directiva de matar sobrevivientes, pero quedó claro que su interpretación carecía de sustento. Se ignora cuáles fueron las consecuencias para quienes adoptaron la decisión de bombardear submarinos y sobrevivientes, aunque seguramente habrá sido justificada como una decisión militar por la cual la destrucción de los submarinos estaba por encima de cualquier otra consideración. Tal actitud está claramente descripta en el libro Mar Cruel, cuando se lanzan cargas de profundidad con náufragos de un mercante en el agua que perecen en consecuencia.
Para
fines de febrero el comando germano hizo otro intento de coordinar reabastecimientos
de combustible en el Atlántico central, operación de la cual dependía el éxito
de las operaciones a grandes distancias (Atlántico Sur e Índico). Uno de ellos
(Milch Cow) fue enviado a un punto al W de las islas de Cabo Verde. El 16 de
marzo, aviones del USS Block Island hundieron el U 801 que se dirigía al W de
África y el día 19 al U 1059, uno de los destinados al Índico, los dos cuando esperaban
encontrarse con el U 488 para reabastecerse. Máquinas del USS Guadalcanal
sorprendieron al U 68 y al U 515 cuando se dirigían al punto de encuentro en aguas
de las Canarias; ambos fueron hundidos. Finalmente pereció, a manos de aviones
del Block Island, el propio U 488, como también el U 66, detenido en medio del
océano por falta de combustible.
Marzo
de 1944 significó el mes de mayor éxito de los submarinos alemanes en el Índico
desde julio de 1943: once buques (67.660 toneladas). Un número de naves hundidas
muy elevado al considerar que en ese mismo mes sólo se perdieron siete naves en
el Atlántico norte y cinco en el Mediterráneo.
Como
importante compensación tuvo éxito la búsqueda de la otra nave de
abastecimiento de los submarinos. El Brake fue avistado el 12 de marzo por una
máquina del CVE Battler al S del archipiélago de las Mauritius cuando se
encontraba suministrando combustible a dos U Boote. El destructor Roebuck hizo
contacto y hundió la nave germana, hecho que significó una severa restricción
en la operación de los submarinos obligados a retornar a Penang para
reabastecerse.
Transcurrido marzo se produjo una ausencia de actividad submarina y nave alguna fue hundida en abril y mayo.
Como
balance de la ofensiva submarina del primer trimestre de 1944 los aliados
sufrieron la pérdida de 29 buques (188.000 toneladas), mientras que por su
parte habían hundido cuatro submarinos: los ya mencionados Ro.110 (11 de marzo)
y el I.27 (12 de marzo); mientras que en el Estrecho de Malaca y al S de El
Cabo fueron eliminados dos alemanes ex italianos, U-It.23 (14 de febrero) y
U-It.22 (11 de marzo), respectivamente.
Al
producirse la rendición de Italia, diez submarinos peninsulares pasaron a poder
de los alemanes además de tres cruceros, ocho destructores, 22 torpederas, 9
corbetas y 215 buques menores. Entre los submarinos figuraba el Giuseppe Finzi,
rebautizado U.It. 21, una unidad de una serie de tres de 1.550/2.060 toneladas
de desplazamiento con una autonomía de 11.400 millas a 8 nudos. De esa misma
serie, el Enrico Tazzoli, enarbolando bandera italiana, fue hundido por la
aviación británica en el Golfo de Vizcaya, el 16 de mayo de 1943 cuando, como
transporte, había emprendido viaje a Japón.
Como
operaban simultáneamente submarinos alemanes y japoneses, resultaba difícil determinar
en muchos casos a quién correspondía la responsabilidad del hundimiento de un
buque. Sin embargo, la actitud hacia los sobrevivientes permitía deducir cuando
se trataba de una nave japonesa por la deshumana brutalidad hacia los
sobrevivientes por parte de las dotaciones de ésta, con la excepción puntual
señalada por parte de un sumergible germano.
Los
británicos estimaron que diez mercantes fueron hundidos por los japoneses y 19
por los alemanes, que habían encontrado en el Índico presas fáciles en los
buques navegando independientemente, facilidad que no se daba en el Atlántico
donde, además, los convoyes disponían de escoltas en mayor número y el concurso
de la aviación de largo alcance con base terrestre y la embarcada de los CVE.
El
3 de mayo, un avión de la escuadrilla 621 de la RAF con base en Adén alcanzó al
U 852 en aguas de la isla de Socotra, provocando daños que obligaron a su
autohundimiento. En los siguientes tres meses no hubo presencia de submarinos
alemanes en el Mar de Arabia, aunque en otras áreas del Índico, germanos y
nipones reanudarían su ofensiva submarina.
De
junio a agosto de 1944 había cuatro o cinco submarinos alemanes operando en el
Índico, mientras que los japoneses se hacían presentes con dos. Fue uno de
éstos, el I.8, que el 2 de julio hundió el mercante americano Jean Nicolet,
para luego masacrar a parte de los sobrevivientes. Poco más tarde los
submarinos japoneses abandonaron este teatro para trasladarse al Pacífico.
Durante
junio, julio y agosto, fueron hundidos 17 buques (107.000 toneladas).
Nuevamente, como había ocurrido a principios de 1944, el Índico resultó el
teatro de operaciones más redituable para los submarinos alemanes.
Las
razones del éxito de los submarinos eran las mismas que se venían dando desde
la ofensiva del primer trimestre: la carencia de suficiente número de escoltas
para dar protección a la mayor parte de las naves que debían cubrir largas
distancias. Además, para reducir la congestión en los puertos, mientras los
mercantes esperaban para formar parte de los posibles convoyes, muchos de ellos
debían salir en forma independiente y en éstos, alemanes y japoneses
encontraban la mayor parte de sus presas. El Almirante Somerville había
advertido que una nueva ofensiva submarina era de esperar después del impasse
entre marzo y mayo, pero el Almirantazgo había desalentado el empleo de los
destructores de flota para reforzar la escolta de los convoyes al tiempo que
aconsejaba en contra de formar grupos de caza y ataque (Hunter Killer) con los
portaaviones escolta en la forma que los americanos habían implementado en el
Atlántico central, con la recomendación que esos buques fueran empleados en la
escolta de convoyes. Pero Somerville persistió en su idea y como consecuencia
el 10 de agosto, en oportunidad que los CVE Shah y Begum operaban como Hunter
Killer, en aguas de las Seychelles, sus Avenger avistaron el U 198; la
destrucción, concretada dos días después, fue compartida con la fragata
Findhorn y el sloop Godavari, este último de la Real Armada India, aunque fue
un éxito aislado, porque las escasas disponibilidades de medios respecto a los
requerimientos a satisfacer no permitían constituir esos grupos de caza y
ataque si fuera en detrimento de la protección de los convoyes.
A partir de septiembre disminuyó la presencia germana y en el último cuatrimestre de 1944 sólo hundieron cuatro naves (19.700 toneladas). Tal disminución en su actividad se debía a que no llegaron de Europa submarinos de reemplazo, escasez de torpedos y combustible y deterioro en la capacidad de mantenimiento por falta de repuestos. Por otra parte, aviones de la RAF minaron los accesos de Penang obligando al traslado a Batavia, (Yakarta), en la isla de Java.
Finalmente,
el alto comando en Alemania dispuso el retorno de aquellos que estuviesen en
condiciones de afrontar la travesía, no más allá de enero de 1945. Se consideran
hundidos cuando se encontraban en viaje de regreso: el U 168, por el submarino
holandés Zwaardwisch (ex HMS Talent), el 5 de octubre aguas afuera de Batavia;
el U 537 hundido por el submarino americano Flounder al N de Java el 9 de
noviembre y el U 196 perdido en el estrecho de Sonda por causas desconocidas,
el 30 de noviembre. El U 183 fue hundido el 23 de abril de 1945, por el
submarino americano Besugo en el Mar de Java.
Tres
consiguieron regresar a Europa, cuatro fueron entregados a los japoneses cuando
Alemania se rindió. Uno de estos, el U 862, operó desde mediados de noviembre
de 1944 a febrero de 1945 y hundió dos buques. El último de este par, el
americano Peter Sylvester, atacado el 6 de febrero, fue el último buque aliado
víctima de submarinos en el Índico.
Submarinos
destacados al Índico en el último año de la guerra
(*) A estos tres submarinos les fue ordenado retornar a Alemania en enero de 1945, cargados con tungsteno y caucho virgen. El 9 de febrero el U 532, en su viaje de retorno, recibió combustible, repuestos y correo del U 195 destacado para tal fin desde Batavia.
(**) El U 195 zarpó de Burdeos con el U 180, cargado con insumos para la base de submarinos en Batavia. El U 180 dejó de tener contacto en aguas europeas ignorándose entonces su suerte (#). La principal misión del U 195 fue de apoyo logístico a otros submarinos. Producida la rendición de Alemania en mayo, de acuerdo con lo convenido por el embajador en Tokio, pasó a enarbolar la bandera del sol naciente como I.506. Con las dificultades idiomáticas y de otra índole, la dotación germana trató de instruir a la japonesa en la operación de la nave. Después de sufrir una serie de contingencias, el 5 de noviembre de 1946 fueron embarcados rumbo a Europa. Arribaron a la destruida Hamburgo el 12 de diciembre, con el trato de prisioneros de guerra. Poco antes de un mes más tarde recuperaron escalonadamente su libertad.
Para
una exposición más detallada de la suerte de la dotación del U 195, ver
Aventuras en Submarinos de Melanie Wiggins, editado por el Instituto de Publicaciones
Navales, página 303.
(#)
El 22 de agosto de 1944, el U 180 resultó hundido durante la ofensiva llevada a
cabo en el Golfo de Vizcaya que durante tres semanas de ese mes significó la
destrucción de 12 submarinos. El U 180 sufrió las consecuencias de una mina.
(***) Al igual que el U 195, el U 181 y el U 862, pasaron a la Armada Imperial como I.501 e I.502.
Un total de 36 submarinos alemanes y 5 italianos fueron destacados a Extremo Oriente. Treinta de ellos fueron destruidos por acción enemiga, cinco fueron tomados por los japoneses, dos cayeron en poder de los aliados en el viaje de regreso y cuatro (tres, según otras fuentes) lograron alcanzar puertos europeos.
Como contrapartida hundieron 149 buques con un total de 925.000 toneladas de registro bruto.
Un aspecto a destacar en las operaciones relacionadas con los ataques de los submarinos, fueron las operaciones aéreas llevadas a cabo por los Grupos 222 y 225 de la RAF, que en sus patrullas avistaron sobrevivientes de mercantes hundidos posibilitando su rescate. Tales fueron los casos del trasatlántico Nellore que con 341 personas a bordo fue hundido el 29 de junio y el Jean Nicolet, el 2 de julio, ambos en aguas al S de las Maldivas. Esos avistajes posibilitaron el salvamento de 234 náufragos del primero y 23 del segundo.
Catalinas
y Liberators que decolaban de Diego García y otras bases llevaban a cabo
extensas y prolongadas patrullas con el triple objetivo, encontrar el enemigo, dar
protección a naves surcando aguas peligrosas y localizar sobrevivientes.
Los
submarinos aliados
Para
los submarinistas británicos el problema radicaba en la ausencia de blancos
redituables, porque el tráfico marítimo japonés en aguas de Birmania (Myanmar),
Malaya (Malasia) y las Indias Orientales Holandesas (Indonesia) se había
restringido a juncos y otras embarcaciones costeras.
Esos
pequeños blancos, además de poco redituables, eran difíciles y peligrosos de
atacar en aguas poco profundas cercanas a la costa, en las cuales trataban de
mantenerse tanto como fuera posible. Entre enero y mayo de 1944, los submarinos
aliados sólo habían logrado hundir ocho naves de más de 500 toneladas con un
desplazamiento sumado de 16.000.
Como
excepción, el Tally Ho hundió el crucero Kuma, aguas afuera de Penang el 11 de
enero de 1944; y en la misma área, el 26 del mismo mes el Templar averió
severamente el crucero Kitagami. En su siguiente patrulla el primero hundió el
U-It. 23 el 14 de febrero.
Hasta
septiembre de 1944, el número de submarinos británicos con base en Ceilán se había
incrementado hasta alcanzar las 26 unidades. En ese mes el buque madre
Maidstone y 10 sumergibles de la 8ª flotilla se desplazaron a Australia.
Los submarinos de las clases S y T destinados al Índico no eran precisamente los más adecuados para extensas patrullas en aguas tropicales. Además, las facilidades de sus bases distaban de ser adecuadas, una falencia importante en el caso de los submarinistas que por las características de esas naves debían contar en tierra con alojamientos razonables para el descanso entre misiones. Probablemente estas mismas consideraciones caben para los submarinistas alemanes destacados al Índico.
Submarinos
Clase T. Desplazamiento 1.090/1.575 toneladas. Eslora 275 pies. Velocidad 15,25
nudos en superficie; 9 nudos en inmersión. Tripulantes 65. Armamento: 11 tubos
de 21” (8 en proa, 2 externos), 3 en popa todos externos; 1 cañón de 4”; 1 AA
de 20 mm; 3 ametralladoras.
Submarinos
Clase S. Desplazamiento 715/990 toneladas. Eslora 217 pies. Velocidad 14,75
nudos en superficie, 9 nudos en inmersión. Tripulantes 44. Armamento: 6 tubos
de 21” en proa; 1 cañón de 4”; 1 AA de 20 mm.
En
la segunda mitad de 1944, los submarinos de la Flota Oriental hundieron 16
mercantes de más de 500 toneladas con un total 35.360 toneladas. El 17 de julio
el Telemachus hundió el I.166 en el Estrecho de Malaca; el 5 de octubre el
holandés Zwaardvisch hizo lo propio con el U 168 en la costa N de Java mientras
que el 23 del mismo el Trenchant terminó con el U 859 en aguas de Penang.
También en octubre este mismo submarino llevó dos Chariots que incursionaron en
el puerto de Phuket (Tailandia) en la costa occidental S del istmo de Kra,
donde hundieron un buque de 4.800 toneladas y provocaron serias averías en
otros.
Las
Chariots (carrozas) se podrían definir como torpedos tripulados por dos hombres
a horcajadas que llegados debajo del blanco desprendían la cabeza explosiva
para adherirla al casco del objetivo.
El
ataque de las carrozas fue conducido por el Teniente Tony Eldridge de la
Reserva Voluntaria de la Armada Real (RNVR), aquellos que lucían galones
ondulados.
“A
unas cuatro y media millas, todas las tripulaciones de las Chariots hicieron un
reconocimiento visual de nuestros blancos por medio del periscopio del
Trenchant. Yo iba a atacar el recientemente salvado Sumatra. El submarino
emergió a 19.00 en una noche perfecta con una luna brillante. Espléndida para
ubicar el blanco, pero al mismo tiempo estábamos preocupados de ser avistados.
Estábamos mojados por el sudor en el interior de nuestros trajes de buzos.
Nuestro equipo de escape incluía una cápsula de cianuro en caso de ser
capturados, si la situación se presentaba dura. A 22.10 se dio la orden ‘abrir
la compuerta de proa, buzos arriba’. Montamos las máquinas que estaban listas
en sus calzos. El submarino abrió sus venteos y con un fuerte silbido del aire
desapareció lentamente, dejándonos librados a nuestra suerte. A medida que
avanzábamos hacia el puerto, emergía cada tanto para verificar la posición. A
unas 500 yardas de nuestro blanco, me sumergí por última vez. A 00.30 estábamos
debajo del objetivo. Mi número dos fijó la cabeza explosiva en la quilla
pantoque. Ajustó el reloj en siete horas y nos estrechamos las manos. Eran las
00.45; la tarea había sido hecha en 15 minutos.
En
nuestro viaje de retorno, a la distancia de la costa acordada, encendimos una
luz roja apuntando hacia el mar. A medida que nos aproximábamos al submarino
éste, con señal lumínica Morse, nos advertía que una patrullera nos estaba
siguiendo, pero resultó ser una falsa alarma. Trincadas las máquinas pasamos al
interior. La mañana siguiente el Trenchant se aproximó al puerto. Escuchamos
dos explosiones y periscopio mediante vimos despojos volar por el aire.”
Como
contrapartida a los éxitos británicos, el 22 de noviembre, el Stratagem fue
sorprendido en aguas poco profundas del E de Malaca y hundido por un destructor
japonés.
Incursión nipona con naves de superficie.
A comienzos de marzo de 1944 tres cruceros
japoneses zarparon de Singapur para atacar el tráfico marítimo aliado. El día 9
el Tone interceptó y hundió el mercante Behar, al S de las islas de Los Cocos.
Unos 80 sobrevivientes fueron rescatados. Por orden del comandante de la
fuerza, Vicealmirante Takasu, 65 de ellos fueron masacrados a bordo del Tone,
cuyo comandante fue procesado y condenado después de la guerra. El Behar fue el
último mercante aliado hundido por incursores de superficie.
Operaciones
en el océano Índico
Cuando en 1942, Somerville fue designado comandante de la Flota Oriental, los medios con que disponía lo obligaron a una actitud pasiva e incluso a eludir la posibilidad de un encuentro con fuerzas japonesas netamente superiores. Ahora las circunstancias se habían invertido, no sólo contaba, por primera vez, con naves para una actitud activa, sino que, además, los japoneses estaban demasiado ocupados en el Pacífico como para contrarrestar acciones ofensivas en el Índico.
Preparación.
El 21 de marzo zarparon de Ceilán el portaaviones Illustrious, el crucero de batalla Renown, los acorazados Queen Elizabeth y Valiant, cuatro cruceros y diez destructores para patrullar a lo largo de la ruta marítima entre Australia y el Medio Oriente, que había sido incursionada por cruceros japoneses y salir al encuentro del portaaviones Saratoga y su escolta de tres destructores.
(*) Queen Elizabeth, terminado en 1915; Valiant 1916. Ambos: desplazamiento 32.000 toneladas, 37.000 con carga completa. Armamento 8 x 380 mm; 20 x 101,6 mm. Otros de menor calibre AA. Velocidad 24 nudos.
Renown, terminado en 1916. Desplazamiento 30.700 toneladas, 37.000 con carga completa. Armamento 6 x 380 mm; 8 x 113 mm; 24 x 40 mm; 64 x 20 mm. Velocidad 30 nudos.
Esta
navegación tenía también propósitos de adiestramiento en conjunto de la
recientemente reunida Flota Oriental y practicar el reabastecimiento de
combustible en el mar como preparación para efectuar ataques aeronavales lejos
de las bases habituales de aprovisionamiento.
Los
británicos, al contrario de los estadounidenses, no habían desarrollado esa
capacidad, por lo que sus buques dependían de los numerosos apostaderos y bases
en distintas partes del globo. Cabe recordar que la persecución y posterior
destrucción del Bismarck estuvo al borde del fracaso precisamente por esa
falencia.
Del 24 al 26 de marzo se llevaron a cabo satisfactoriamente las maniobras de reposición de combustible de un grupo de buques tanques enviados al S de Ceilán. El 27 se produjo el encuentro con el Saratoga. Se llevaron a cabo prácticas de vuelo en el viaje de retorno a Trincomalee (*), donde arribaron el 2 de abril.
(*)
Trincomalee, en Ceilán, era conocida por las tripulaciones como “Scapa Flow en
Tecnicolor”. Seguramente la base asiática debió tener sus restricciones para el
descanso y esparcimiento de los hombres de la Flota Oriental, pero comparada
con Scapa Flow, en las inhóspitas islas Orcadas en el N de Escocia, no hay duda
que debió resultar bastante más agradable, aunque debió sentirse el rigor del
clima tropical en naves no preparadas para operar en esas condiciones
ambientales.
Acciones
ofensivas
Sabang
I. Según instrucciones del comandante del teatro, Almirante Mountbatten, la
flota zarpó de Trincomalee el 16 de abril de 1944 con la misión de atacar
depósitos de combustible, un aeródromo y facilidades portuarias en Sabang, una
isla en el extremo nordeste de Sumatra, con el Queen Elizabeth como buque
insignia.
La
fuerza era una muestra de la participación naval aliada, dado que junto a las
naves británicas operaba el portaaviones Saratoga, en préstamo por parte del
comando americano del Pacífico Sudoeste; el acorazado francés Richelieu (*); la
presencia holandesa estaba materializada por el crucero Tromp y un destructor.
El
crucero Gambia enarbolaba la enseña de Nueva Zelanda y cuatro destructores la
de Australia.
(*)
Antes de estar listo y por consiguiente no comisionado, el Richelieu había sido
trasladado a Dakar el 18 de junio de 1940, ante la debacle militar francesa que
condujo a la rendición y posterior armisticio. En ese puerto de África
occidental contribuyó al rechazo del fallido intento de apoderarse del mismo. Pasó
a los aliados después de los desembarcos en el N de África llevados a cabo en
noviembre de 1942, tras lo cual fue sometido a un período de reparaciones en los
EEUU en el New York Navy Yard entre el 15 de febrero y agosto de 1943 para ser
comisionado el 19 de noviembre de 1943. El 20 de noviembre arribó a Scapa Flow
para integrarse a la Flota Metropolitana británica. En febrero de 1944 formó
parte de la fuerza de cobertura de portaaviones que operaban en el N de
Noruega. En marzo se dispuso su traslado a la Eastern Fleet, a la que se
incorporó el 9 de abril de 1944.
Desplazamiento de diseño 40.000 toneladas; desplazamiento máximo 48.500 toneladas. Eslora 242 m. Velocidad 32 nudos. Armamento original: 8 cañones de 380 mm en dos torres cuádruples a proa; 9 de 152 mm en tres torres triples a popa; 12 de 100 mm y 16 de 37 mm AA. En el alistamiento en los EEUU fueron eliminados estos últimos y reemplazados en el rol AA por 69 piezas de 40 mm Bofors y 37 de 20 mm Oerlikon, números variables según distintas épocas.
El ataque tuvo lugar el 19 de abril a cargo de aviones y la artillería de los acorazados. De cuatro depósitos de combustible, tres fueron incendiados; 3 aviones japoneses fueron abatidos y otros 24 destruidos en tierra. Las instalaciones portuarias fueron seriamente dañadas con la sola pérdida de un caza del Saratoga abatido por fuego AA.; bajo fuego de la artillería costera, su piloto fue rescatado por el submarino Tactician apostado precisamente para esa misión.
A
0530, a unas cien millas del objetivo, los portaaviones comenzaron a lanzar la
fuerza de ataque de 17 Barracuda y 13 Corsair del Illustrious y 11 Avenger, 18
Dauntless y 24 Hellcat del Saratoga. El grupo de este último arribó a Sabang a
las 0700 y un minuto más tarde lo hicieron los aviones del Illustrious. La
sorpresa fue total: no había cazas en el aire y la AA abrió fuego después de
haber caído las primeras bombas.
Surabaya. Como el portaaviones americano debía regresar a los Estados Unidos para un período de reparaciones se coordinó acompañarlo hasta aguas de Java para lanzar un ataque aeronaval juntamente con el Illustrious sobre el puerto de Surabaya. Esta operación fue concebida por sugerencia del Almirante King, el supremo comandante naval de los EEUU que el SEAC, Lord Mountbatten, aceptó. El ataque sería lanzado desde las cercanías del golfo Exmouth, donde también la flota se reabastecería de combustible.
Con
una formación casi idéntica a la que había atacado Sabang, Somerville zarpó de
Trincomalee el 6 de mayo, para arribar a destino nueve días más tarde. Después
de reabastecerse la flota zarpó del golfo Exmouth esa misma tarde para tomar
rumbo al punto de lanzamiento que, en previsión a una posible reacción por
parte de los japoneses, fue fijado a 180 millas del objetivo. Esta distancia
atravesando el ancho de Java superaba el radio de acción de los Barracuda
(según unos) o demasiado grande para el “Barra” (según otros), razón por la
cual el Illustrious embarcó Avenger en su lugar (*), máquina esta última,
superior a la primera y que terminaría por reemplazarla en la totalidad de los
portaaviones británicos.
(*)
Distintos historiadores coinciden en esta aseveración. Sin embargo, las
especificaciones del Barracuda indican un alcance de 686 millas; aunque
bastante menor que las 2.530 del Avenger dicho valor parecería que hubiera sido
suficiente. Cabe suponer que otras consideraciones, entre ellas las de márgenes
de seguridad y la mayor velocidad del Avenger (430 km vs 360 del Barracuda), y
la disponibilidad de ellos, hayan influenciado para el reemplazo, que en
realidad fue de escuadrillas al embarcarse la 832 y la 845 con 9 Avenger cada
una en reemplazo de la 810 y la 847, que retornaron al Illustrious para
subsiguientes operaciones.
Sin haber sido detectada, la fuerza arribó al punto de lanzamiento a las 0630 del 17 de mayo. Cincuenta minutos después, 45 Avenger y Dauntless y 40 Hellcat y Corsair divididos en dos fuerzas de ataque tomaron rumbo al objetivo. Una de ellas debía atacar una importante refinería y un conglomerado de talleres mientras que la otra haría lo propio con el arsenal naval y las naves surtas en el puerto.
La sorpresa fue total: no hubo cazas en el aire para interceptar y el fuego AA fue escaso e ineficaz. A las 0830 ambas fuerzas atacaron sus blancos en forma sincronizada. Desde el aire pareció que habían sido muy efectivos, en particular sobre el puerto, sin embargo, al cabo de la guerra se comprobó sólo el hundimiento de una nave de 900 toneladas.
Por
otra parte, la operación no significó graves daños para la refinería. Las
pérdidas de los aliados se redujeron a un único avión. Después de haberse
llevado a cabo la totalidad de los anavizajes, la flota se retiró al SW. En el
debriefing se evaluó que la operación no había alcanzado un buen porcentaje de
los objetivos. Hubiera sido necesario repetir los ataques durante la tarde,
pero cuando Somerville tomó conocimiento de tal circunstancia ya era demasiado tarde.
El
Capitán Roskill, en su libro The War at Sea, hace notar que entonces era
práctica en la Armada Real que el comandante de una fuerza no embarcara en un
portaaviones porque se consideraba que el control de una flota se vería
facilitado si estaba divorciado de las operaciones de vuelo y que el
alojamiento del Estado Mayor del Almirante y la necesidad de facilidades de
comunicaciones adicionales necesarias en un buque insignia exigirían en demasía
los medios de un portaaviones. El citado autor destaca que en el caso de la
Armada de los EEUU era costumbre del comandante de la 3ª o la 5ª flota izar su
insignia en un acorazado y que la del oficial en control táctico del cuerpo
principal, generalmente la Fuerza de Tareas de portaaviones rápidos, era enarbolada
en una de esas naves. Las desventajas mencionadas en cuanto a alojamientos,
comunicaciones y otras se veían compensadas por el completo e instantáneo
conocimiento del desarrollo de los acontecimientos.
Al
respecto, me permitiré mencionar mi propia y muy modesta experiencia en
oportunidad de ser jefe de Electrónica a bordo del Independencia en 1959-60.
Los medios para las comunicaciones no diferían de los empleados en la II
Guerra. El portaaviones disponía de equipos de VHF o MAF, después reemplazados
por los UHF o UAF, en un número tal como ningún otro buque de la flota,
probablemente duplicaba al que más tenía.
Sin embargo, cuando embarcaba el Almirante con su Estado Mayor no resultaban suficientes. En aquellos días cada equipo operaba en una única frecuencia controlada con un cristal y cualquier cambio de canal complicaba la del correspondiente y el reajuste de la sintonía en varias etapas, operación que llevaba su tiempo y que incluía la de los resonadores que permitían operar varios equipos con una única antena. También la asignación o reasignación de un equipo a determinado usuario significaba, además, realizar el correspondiente cambio en los tableros del sistema KHB, para la operación remota de cada canal desde distintas ubicaciones en la nave. Por razones de seguridad, para los canales correspondientes a las operaciones con aviones, en particular los afectados al TOCO (Flyco, Control vuelo), siempre había un equipo de reserva en la misma frecuencia listo a ser empleado como reemplazo en caso de averías que en aquellos trasmisores y receptores valvulares se producían con mayor frecuencia. A pesar de extrañas negativas, finalmente logré copias de los planes de operaciones para la mañana y para la tarde.
Con
esa información durante la noche y a la hora del almuerzo, porque la “guerra”
se interrumpía a mediodía (*), y con más razón durante la noche, procedíamos al
cambio de frecuencias para los canales a ser empleados posteriormente, de otra
manera no había equipamiento que alcanzase.
(*)
En cuanto a la interrupción de la guerra a la hora del almuerzo, como en el
manual de operaciones del buque figuraba la metodología de servir raciones en
puestos de combate y a mí, joven Teniente entonces del escalafón profesional
(con fondo azul), no me convencía y dudaba de su factibilidad, le propuse al
segundo comandante, que en 1960 era un personaje de buen trato y con sentido
del humor, que alguna vez pusiéramos en práctica lo establecido en el citado
manual para comprobar su funcionamiento. Me miró con expresión socarrona y me
dijo algo así como que no complicara las cosas (en realidad fue más expresivo).
Evidentemente
no era cuestión de combatir en determinadas circunstancias. Me quedé pensando si
en caso de un eventual conflicto podríamos llegar a un acuerdo con el oponente
para respetar ciertas reglas de convivencia, tal como ocurrió durante un tiempo
en el frente ruso-turco en la Gran Guerra (**).
(**) “Nuestro guía había confundido el camino y nos encontramos de pronto a la entrada de una aldea rodeados de soldados turcos con los uniformes destrozados y aire feroz que gritaban a coro algo que a mí me pareció amenazador. Alí, el guía, nos dijo que pedían algunas provisiones. Repartimos algunos víveres y se les preguntó cuál era el mejor camino hacia las líneas enemigas. Nos lo indicaron con la mejor buena voluntad, pero al ver que arrancábamos precipitadamente hacia la próxima aldea, avanzada de los rusos, uno de los harapientos otomanos advirtió que en la aldea no encontraríamos a los rusos porque se habían marchado a una fiesta en un pueblo cercano. Así era en efecto. En el lugar no había un solo soldado ruso, y hasta la noche no regresaron, bastante bien bebidos algunos. Cuando les manifestamos nuestra sorpresa por aquella manera de proceder, que dejaba las posiciones a merced de un golpe de mano enemigo, exclamaron indignados: ¡Los turcos no son capaces de hacer una jugada tan sucia a camaradas! Cuando tenemos necesidad de ausentarnos o queremos dar un paseo, les avisamos, a fin de que se estén quietos. Y ellos, por su parte, hacen lo mismo.
Hay
buenas relaciones entre nosotros. Desde hace ya casi medio año no suena un tiro
por aquí.” De un corresponsal francés que en 1915 visitó ese frente. Mencionado
por Gustavo Kroneberg en La verdadera historia de la Guerra Europea.
En
cuanto a demoras en el conocimiento de las distintas situaciones por parte del
comando, seguramente el avance de los nuevos medios de comunicación y enlace
permite en la actualidad dicho conocimiento en tiempo real, en cualquier unidad
debidamente equipada, en la que se encuentre el comandante de una fuerza.
El
Saratoga abandonó la fuerza británica el 18 de mayo, mientras que ésta puso
rumbo a Ceilán adonde arribó después de haber navegado siete mil millas en tres
semanas. El Almirante Somerville reconoció la superioridad americana en el
manejo de las tareas en la cubierta de vuelo.
Patrullaje en el Golfo de Bengala.
Entre el 10 y el 13 de junio, el Illustrious llevó a
cabo un “barrido” en esas aguas planificado como una operación de distracción
como apoyo a la ofensiva americana en las Marianas. El CVE Atheling equipado
con Seafire y Wildcat acompañó al portaaviones de flota como cubierta de vuelo
de repuesto y para llevar a cabo patrullas con sus cazas, pero la disparidad de
12 nudos en velocidades relativas entre ambos reducía el valor práctico de la
seguridad adicional en las operaciones de vuelo.
Refuerzos.
El 12 de junio, zarparon de aguas europeas el Victorious y el Indomitable, con
naves escolta y ocho submarinos para, vía el Mediterráneo y el Canal de Suez,
tomar rumbo al Índico. En julio ambos portaaviones pasaron a formar parte de la
Flota Oriental.
Port Blair. El 19 de junio, al mando del segundo comandante de la Flota Oriental, Vicealmirante Sir Arthur Power, las unidades zarparon de Trincomalee para llevar a cabo un ataque sobre Port Blair en las islas Adaman, pero el tiempo no ayudó y fueron pocos los daños provocados por los aviones del Illustrious, que fue el único portaaviones participante.
Algunos
aviones japoneses fueron destruidos por ametrallamiento en el aeródromo local y
unas pocas embarcaciones de escaso tonelaje fueron hundidas por los bombarderos
en picada. Como comparación con acciones en el Mediterráneo cuando en el ataque
a Tarento decolaron de este mismo buque unas dos decenas de anticuados biplanos,
en esta operación el Illustrious llegó a tener en el aire 53 de la dotación de
57 Corsair y Barracuda. La circunstancia de ser el único portaaviones
significaba un serio riesgo porque un accidente en un anavizaje podía demorar
más allá del límite de seguridad para permanecer en el aire en función del
combustible remanente. Entonces, el tiempo para recobrar la totalidad de una
fuerza tomaba una hora y por consiguiente un accidente en determinadas
circunstancias podía conducir a la pérdida de un porcentaje del grupo aéreo.
Debe recordarse que los portaaviones de entonces no tenían cubierta angulada,
ni luces y espejos de anavizaje, inventos británicos de posguerra, y que el
porcentaje de accidentes era considerable. En ocasiones superior al provocado
por acción enemiga.
A
principios de julio de 1944 la Flota Oriental recibió el importante aporte de
los portaaviones Victorious, al cabo de su participación en aguas noruegas, e
Indomitable, que había retornado a la actividad después de un período de
reparaciones como consecuencia de los daños sufridos en el Mediterráneo.
Sabang
II. El Victorious y el Illustrious, con tres acorazados, siete cruceros y diez
destructores zarparon el 22 de julio de 1944 para un segundo ataque sobre
Sabang en el extremo NW de Sumatra.
Con el fin de proveer adecuada defensa contra posibles ataques de aviones nipones sobre la fuerza, en el Illustrious, la mayor parte de los Barracuda fue reemplazada por una escuadrilla adicional de cazas, porque el plan preveía el bombardeo naval como acción primaria, por consiguiente, no hubo participación aérea de ataque el día 25. Los Corsair se desempeñaron como spotters del fuego de acorazados, cruceros y destructores. Los cazas también llevaron a cabo tareas de reconocimiento fotográfico para la evaluación de los daños provocados
En el amanecer del 25 se iniciaron las acciones de ametrallamiento con los
aviones sobre los aeródromos, donde encontraron pocos blancos. Los acorazados
bombardearon el puerto y las instalaciones costeras. Los cruceros y
destructores se aproximaron a la costa para batir artillería y puestos radar.
Por su parte, el Capitán R. G. Onslow, un prestigioso comandante de
destructores, encabezó una fuerza de dos de éstos y el crucero holandés Tromp,
para llevar a cabo un audaz ataque artillero a corta distancia sobre blancos costeros,
atravesando la entrada del puerto y lanzando torpedos en el interior de éste.
Somerville,
conocedor del carácter de su antigua contraparte en el Mediterráneo Oriental y
de cómo valoraba ciertas actitudes, le escribió al Almirante Cunninghan,
entonces Primer Lord Naval, relatándole el éxito de la misión en la que algunos
acorazados habían tenido la oportunidad de disparar sus cañones en combate por
primera vez en la guerra, expresándole que seguramente le hubiera gustado ser testigo
de “como la más estimulante y espectacular visión, a la escuadrilla costera
entrar al puerto, conducida por Dick Onslow”.
Fueron
hundidas dos naves de unas 1.500 toneladas y se infligieron daños considerables
en depósitos de combustible y talleres en la zona del puerto.
Los
buques atacantes sólo sufrieron daños superficiales como consecuencia del fuego
japonés; los cazas de los portaaviones mantuvieron a raya a máquinas niponas
que intentaron atacar cuando la flota se retiraba.
Los
Corsair del Illustrious abatieron 3 Ki 43 Oscars (*) y un Ki 21 Sally (*),
mientras que un piloto del Victorious hizo lo propio con un cuarto caza. Fueron
los primeros éxitos en combate aéreo de los Corsair embarcados en la Armada
Real, aunque este avión había sido empleado por la Aviación Naval y el cuerpo
de Infantería de Marina de los EEUU por casi 17 meses, en casi todos los casos
operando desde bases terrestres.
Cabe
recordar que la Armada americana consideró inicialmente al Corsair como no apto
para operar en portaaviones. Fueron los británicos los que desarrollaron los
métodos, en particular de anavizaje, para posibilitar su empleo a bordo.
(*)
Nakajima Ki 43. Avión de caza que databa de 1940. Los 5.919 construidos fueron
empleados en el transcurso de toda la guerra con participación activa al
comienzo de la misma en Malasia, Java, Sumatra, posteriormente en la isla de
Leyte y en la defensa de las islas Kuriles. Fue una de las máquinas utilizadas en
misiones suicidas. No resultó muy exitoso como interceptor de bombarderos
americanos. 1 motor de 14 cilindros y 1.150 HP. Peso vacío 1.910 kg; máximo
peso de despegue 2.925 kg. Velocidad máxima 530 km/h; velocidad de crucero 440
km/h. Alcance 1.760 km. Techo 11.200 m. Tripulantes 1. Armamento 2
ametralladoras 12,7 mm; capacidad de bombas 250 kg.
Mitsubishi
Ki 21-Ia. Bombardero que databa de 1940, aunque su diseño se inició en 1936. Se
fabricaron 2.064 hasta septiembre de 1944 pero ya un año antes mostró signos de
obsolescencia. Muy efectivo en el inicio de conflicto en Hong Kong, Filipinas,
Indias Orientales y Malasia. 2 motores de 14 cilindros y 850 HP. Peso vacío
4.691 kg; máximo peso de despegue 7.492 k g. Velocidad máxima 432 km/h. Alcance
1.500 km. Techo 8.600 m. Tripulantes 7. Armamento 3 ametralladoras de 7,7 mm;
capacidad de bombas 1.000 kg.
En
cuanto a las características de los aviones empleados por los británicos, han
sido informados en los Boletines que se indican para cada uno de ellos: Fairey
Barracuda, BCN N° 793, pág. 104; Fairey Firefly N° 793, pág. 105; Supermarine
Seafire, N° 793, pág. 105; Supermarine Walrus, N° 795, pág. 546; Grumman F6F
Hellcat (Gannet),N° 799, pág. 628; Grummnan TBF Avenger, N° 799, pág. 630;
Grumman Wildcat (Martlet), N° 799, pág. 627.
Por
su parte el Chance Vough Corsair es reconocido como uno de los mejores cazas
basado en portaaviones. 12.681 fueron construidos hasta 1952 y sus servicios se
prolongaron hasta 1965. Llamado por los japoneses la “muerte silbante”, como
consecuencia del sonido producido por la corriente de aire que pasaba en las
entradas del radiador y su relación 11 a 1 de derribos en combate aéreo, acreditó
más de 2.000 victorias en el transcurso de la II Guerra, para renovar sus
excelentes cualidades en el conflicto en Corea en 1951. 1 motor de 18 cilindros
y 2.450 HP. Peso vacío 4.074 kg. Peso máximo de despegue 6.350 kg. Velocidad
máxima 671 km/h a 6.000 m. Alcance 1.633 km. Techo 11.247 m. Tripulantes uno.
Armamento inicial: tres ametralladoras 12,7 mm en cada ala.
Voló
por primera vez el 29 de mayo de 1940 y pocos meses más tarde se convirtió en
el primer avión americano con una velocidad superior a los 400 nudos (644 km/h).
El contrato inicial con la Armada de los EEUU fue por 584 F4U-1, cuya entrega
comenzó en septiembre de 1942, la mayoría de ellos destinados a la Infantería
de Marina y a escuadrillas navales con base terrestre debido a las dificultades
registradas para operar en portaaviones. Las primeras misiones operativas
fueron llevadas a cabo por la escuadrilla VMF-124 de la Infantería de Marina en
febrero de 1943. El F4U-1C fue armado con dos cañones de 20 mm en cada ala en
reemplazo de las seis ametralladoras, mientras que el F4U-1D fue propulsado por
un motor R-2800-8W con inyección de agua y provisto de montajes para ocho
cohetes debajo de las alas o dos bombas de mil libras (454 kg). 1.977 Corsairs
fueron provistos al Arma Aérea de la Flota de la “Armada Real” en versiones Mks
I a IV y otros 425 a la Armada de Nueva Zelanda. En las versiones Mks II a IV de
la marina británica, la longitud de las alas fue recortada en 20 centímetros
para facilitar su estiba en portaaviones, precediendo a sus contrapartes
americanas en su empleo a bordo, llevando a cabo su primera operación en abril
de 1944. Durante 1943, doce F4U-1 fueron modificados a F4U-2 equipados con radar,
mientras otros denominados F4U-P1 estaban capacitados para reconocimiento fotográfico.
La producción de posguerra siguió con los modelos F4U-5 que en la versión 5N
alcanzó los 470 nudos (756 km/h) y F4U-6 y F4U-7 que operaron en la guerra de
Corea y continuaron prestando servicio en las Armadas de la Argentina y Francia.
La
dotación aérea del Victorious estaba integrada por las escuadrillas 1834 y 1836
ambas con 14 Corsair II, que en conjunto formaban el Ala 47 de cazas; y la 1638
con 11 Corsair II.
La
del Illustrious por las escuadrillas 1830, 1833 y 1837 con 14 Corsair II cada
una y la 810 con 9 Barracuda.
Después de las operaciones sobre Sabang, el Illustrious partió rumbo a Sudáfrica, para un período corto de reparaciones, el primero al cabo de un año. También partió rumbo a Europa el acorazado Richelieu, arribando a Tolón el 10 de septiembre para ser más tarde sometido a reparaciones en Gibraltar.
El 8 de agosto ocurrió un accidente que privó a la Flota Oriental del concurso del acorazado Valiant, que sufrió importantes daños cuando el dique flotante en Trincomalee colapsó repentinamente. Alguna vez en estos relatos se han mencionado los casos de buques con buena o poca suerte. El Valiant fue considerado entre estos últimos. Permaneció inactivo durante mucho tiempo como consecuencia del ataque de hombres rana italianos en el puerto de Alejandría en diciembre de 1941. Después de sufrir el extraño accidente mencionado y sometido a reparaciones de emergencia intentó regresar por el camino más corto vía Suez y el Mediterráneo, pero, debido a su calado, varó el 21 de octubre en el extremo S del canal para finalmente retornar por la larga ruta de El Cabo y arribar a Gran Bretaña en enero de 1945. Sus reparaciones fueron canceladas al producirse la victoria en Europa.
Cambio de comando.
El segundo ataque sobre Sabang fue la última operación planeada y
conducida bajo el Almirante Somerville. El 23 de agosto fue reemplazado en el
comando de la Flota Oriental por el Almirante Sir Bruce Fraser. Somerville fue
destinado a Washington como representante del Almirantazgo.
Sumatra.
El 29 de agosto, bajo el comando del Contraalmirante C. Moody, los portaaviones,
el Indomitable y el Victorius llevaron a cabo un ataque sobre Emmahaven e
Indaroeng.
La
dotación aérea del Indomitable estaba constituida por las escuadrillas 1839 y
1844 con 12 Hellcat I, cada una que formaban el Ala de Caza N° 5 y las
escuadrillas 815 y 817 con 12 Barracuda II que con un total de 24 formaban el
Ala Torpedera, Bombardeo y Reconocimiento N° 12.
La del Victorious: escuadrillas 1834 y 1836, con 14 Corsair cada una y escuadrilla 822 con 21 Barracuda.
En el puerto de Emmahaven, el ataque no fue muy redituable porque sólo se produjeron daños en dos naves que en total sumaban 6.000 toneladas. En cambio, el ataque de los Barracuda sobre la fábrica de cemento en Indaroeng redujo su producción por varios meses. No hubo oposición aérea por parte de los japoneses.
El 18 de septiembre, los dos portaaviones atacaron un importante centro ferroviario en Sigli en el norte de Sumatra. Aunque provocaron daños, tanto el Contraalmirante Moody como el Almirante Fraser no se sintieron satisfechos con el desempeño de las dotaciones y procedieron a poner en marcha un intenso período de adiestramiento para elevar el rendimiento en el empleo de las armas.
Caben dos reflexiones al respecto: 1. El personal del Arma Aérea de la Flota se había incrementado sustancialmente en poco tiempo y las dotaciones no habían tenido los largos períodos de adiestramiento y las experiencias acumuladas de los “veteranos” que se desempeñaron en los primeros años de la guerra. 2. Como consecuencia del limitado alcance de los aviones de exploración, que operaban al límite de su autonomía, las tripulaciones aéreas de ataque no tenían suficiente información previa de los objetivos a atacar. Recuérdese el grado de preparación y conocimientos anteriores a la “Operación Tungsten”, el exitoso ataque aeronaval sobre el acorazado Tirpitz.
Archipiélago de las Nicobar. “Operación Millet”.
El 15 de octubre, el Almirante Powers zarpó
con los dos portaaviones, el crucero de batalla Renown, cuatro cruceros y diez
destructores para llevar a cabo una incursión sobre las islas Nicobar. El
propósito de la misma era tratar de distraer la atención japonesa de los
desembarcos en las Filipinas que los americanos llevarían a cabo cinco días
después. Entre el 17 y el 19 se realizaron varios ataques aéreos.
Las
escuadrillas 1834 y 1836, equipadas con 19 y 18 Corsair II, respectivamente, y
la 822 con 21 Barracuda, constituyeron la dotación aérea del Victorious;
mientras que la del Indomitable fue la misma que la disponible en los ataques
sobre blancos en Sumatra.
El 17 de octubre, los Barracuda del Indomitable hundieron una pequeña nave y dañaron edificios de los cuarteles mientras que Corsair del Victorious ametrallaron aeródromos y baterías AA. Los Hellcat se desempeñaron como spotters del bombardeo naval. Aunque no hubo oposición aérea, las baterías AA derribaron un Barracuda y dos Corsair.
Después
de los ataques de ese día la flota se desplazó a un punto desde el cual se
podían lanzar aviones sobre Sabang, pero las condiciones meteorológicas
impidieron concretar esta operación.
El 19 de octubre se repitieron las operaciones sobre las Nicobar, mediante bombardeo naval, con los Barracuda y Corsair atacando naves que navegaban entre las islas. En esta ocasión hubo oposición aérea de los japoneses y los Corsair inicialmente y luego los spotting Hellcat, abatieron siete Ki 43 con la pérdida de dos Corsair y un Hellcat. Esta operación puso en evidencia dos aspectos:
1.
Fue la primera vez que la Flota Oriental permaneció por más tiempo en aguas
próximas a costas dominadas por los japoneses, lo cual revelaba que los
británicos habían recuperado el dominio del Índico.
2.
Que aparte de causar escasos daños, la incursión no logró el objetivo de
distraer al enemigo de la amenaza principal desde occidente. Incluso se llegó a
la conclusión que un asalto anfibio a través del Golfo de Bengala, como había
considerado Mountbatten, no hubiese significado disminución apreciable alguna
de la fortaleza nipona para enfrentar a los americanos avanzando desde el
Pacífico central (Nimitz) y desde el sudoccidental (Mac Arthur).
Efectivamente,
al cabo del conflicto se conocieron las evaluaciones y directivas japonesas
respecto al teatro del SE asiático. Consideraron los nipones que la Flota
Oriental bajo mando británico no era lo suficientemente fuerte como para
significar un desafío para sus posesiones en ese teatro; ni esperaban una
ofensiva anfibia a gran escala (como había planeado Mountbatten, más tarde
privado de los medios de desembarco para ser enviados a Europa). Que ellos
consideraban el Pacífico como el escenario decisivo, está claramente expuesto
en una directiva secreta dada conocer por el Almirante Koga el 8 de marzo:
“La
flota combinada [...] encarará sus operaciones en el Pacífico [...] donde se debe
sostener la máxima potencialidad de todas nuestras fuerzas para encontrar y
destruir el enemigo y mantener nuestra posición en áreas vitales [...] Si en el
transcurso de estas operaciones tiene lugar una acción ofensiva importante en
el SE asiático por parte del enemigo, si la situación en el Pacífico lo
permite, serán destacados refuerzos aéreos para la destrucción de la fuerza de
ocupación y la flota enemiga [...] Deben formularse evaluaciones para asegurar
que esta diversión no impida sustancialmente disponer de fuerzas para una
batalla decisiva en el Pacífico”.
Durante
los siguientes dos meses no hubo operaciones en la que participaran los
portaaviones. En ese lapso tuvo lugar un muy intenso período de adiestramiento
de las alas de ataque al producirse el reemplazo de los Barracuda por los
Avenger en todos los portaaviones de flota, avión que con características
distintas obligaron a aprender no sólo la operación de la nueva máquina en sí,
sino también a reconsiderar las metodologías en su empleo operativo.
Durante ese período el Illustrious retornó de su etapa de reparaciones en Durban y el Indefatigable arribó procedente de la Flota Metropolitana. Ahora con cuatro portaaviones la Flota Oriental pasó a disponer de 230 aviones modernos embarcados. También hubo un traslado importante y significativo, cuando el Almirante Sir Philip Vian, después de una brillante carrera en destructores y cruceros, que venía de comandar el grupo de portaaviones CVE en los desembarcos en Salerno, pasó ser Contraalmirante de portaaviones en la Flota Oriental.
Vian
irrumpió en el conocimiento público en 1940 cuando siendo comandante del
destructor Cossack abordó el buque de apoyo Altmark para rescatar en aguas
noruegas prisioneros británicos provenientes de los hundimientos de mercantes
por el acorazado Graf Spee que habían sido ocultados en tanques vacíos de combustible
para eludir las inspecciones de ese país entonces neutral. Posteriormente fue
protagonista de numerosos eventos en la guerra que llevaron a expresar a un
cronista: “A tan formidable fuerza de portaaviones (*) se agregó un formidable
comandante”.
(*)
Formidable según parámetros británicos, porque para entonces resultaba
realmente pequeña en relación a las fuerzas de tareas equivalentes de los
americanos en el Pacífico. Pero no hay duda alguna respecto de la segunda
afirmación.
Belawan Deli.
Con su insignia en el Indomitable, Vian, el 20 de diciembre, intentó llevar a cabo un ataque sobre la refinería de Pangkalan Brandan en Sumatra, pero la fuerza de ataque de 27 Avenger, Corsair y Hellcat que decolaron del portaaviones mencionado y el Illustrious, debieron abortar la misión debido a las condiciones del tiempo, procediendo a atacar el objetivo secundario, el puerto de Belawan Deli en condiciones de baja visibilidad por la presencia de nubes bajas e intensos chubascos; como consecuencia los resultados fueron modestos. Los cazas atacaron los aeródromos en las cercanías de Sabang destruyendo aviones japoneses en tierra. No hubo pérdidas propias.
Las
dotaciones aéreas: Illustrious: escuadrillas 1830 y 1833 con 18 Corsair cada
una y la 854 con 21 Avenger II. Indomitable: Escuadrillas 1839 y 1844 con 15 y
14 Hellcat I, respectivamente y la 857 con 21 Avenger II.
Pangkalan Brandan.
El 4 de enero de 1945, en esta ocasión con los portaaviones
Indomitable, Victorious e Indefatigable, se concretó el anteriormente fracasado
ataque sobre este objetivo por las razones apuntadas. Antes de la intervención
de los bombarderos, los Corsair y Hellcat procedieron a neutralizar los
aeródromos nipones. Llevada a cabo en excelentes condiciones del tiempo la
operación resultó un completo éxito. La refinería sufrió importantes daños y su
producción se vio considerablemente reducida como consecuencia de las bombas de
los Avenger y los cohetes de los Firefly. Por su parte los cazas derribaron
doce aviones en combate mientras que otros veinte de distinto tipo fueron
destruidos en tierra, ametrallamiento mediante. Se perdió un Avenger cuya
tripulación fue rescatada.
Algunos
autores han considerado esta operación como un ensayo para un próximo ataque de
mayor envergadura sobre Palembang.
Dotaciones
aéreas: Indomitable, igual que en la anterior misión sobre Belawan Deli.
Victorious: escuadrillas 1834 y 1836 con 16 Corsair cada una y escuadrilla 849
con 21 Avenger II. Indefatigable: escuadrillas 887 y 894 con 16 Seafire FIII y
LIII respectivamente, constituyendo el Ala N° 24 de Cazas Navales; escuadrilla 888
con 6 Hellcat PRI (F6F-3P) y escuadrilla 820 con 21 Avenger II.
Palembang.
Después de acordarse la intervención británica en el Pacífico, un teatro de operaciones exclusivo de los EEUU, la principal fuerza de ataque de la Flota Oriental: portaaviones Illustrious, Indefatigable, Indomitable y Victorious, el acorazado King George V, tres cruceros y diez destructores, zarpó definitivamente de Trincomalee el 16 de enero de 1945 con rumbo a Sydney (Australia). Ese desplazamiento fue aprovechado para atacar las instalaciones petroleras en Palembang, Sumatra, que fue considerado como el más grande y destructivo operativo aeronaval realizado por los británicos en el sudeste asiático.
Pladjoe.
El ataque sobre esta refinería debió ser pospuesto del 22 al 24 de enero debido a las malas condiciones del tiempo en la zona de lanzamiento. Ese día, 43 Avenger armados con 172.500 libras de bombas apoyados con doce Firefly dotados con cohetes, con la escolta de 50 cazas, atacaron el objetivo. Como medida preventiva contra la reacción de los cazas japoneses cuatro Avenger y parte de los cazas de escolta atacaron los aeródromos cercanos. La coordinación del ataque fue particularmente exitosa; no hubo en el aire cazas enemigos antes del ataque y la AA no abrió fuego sino cuando los Avenger y los Firefly habían iniciado sus picadas.
Un
riesgo adicional, que aparentemente no había sido considerado, fue la presencia
de globos cautivos, que no causaron pérdidas en esta primera misión.
Como consecuencia del ataque la producción de esta refinería se redujo la mitad en los siguientes tres meses y la mayor parte del combustible almacenado fue incendiado.
A
pesar de la destrucción de 34 aviones en tierra, no se pudo impedir el despegue
de varios cazas de los que catorce fueron derribados. La AA causó averías en
varios bombarderos con la pérdida de dos Avenger, una de cuyas tripulaciones
fue rescatada.
El Arma Aérea de la Flota sufrió la pérdida de siete máquinas por diversas causas. En Pladjoe, uno de los grandes buques tanques nipones sobreviviente fue dañado más allá de toda reparación posible.
Soengi Gerong.
El 29 de enero se llevó a cabo un ataque aún más exitoso en la
refinería Soengi Gerong, también en el área de Palembang. Como en el ataque a
Pladjoe el punto de reunión y formación de los bombarderos Avenger resultó ser
un área muy provista de defensas AA que causaron bajas, en esta ocasión se
adoptaron las prevenciones del caso para no repetir el error, mientras que los
cazas concentraron sus ametrallamientos en los dos principales aeródromos. Dos
Avenger de los 46 participantes se perdieron como consecuencia de los globos
cautivos a pesar que los Firefly los atacaron previamente con cohetes. La precisión
del bombardeo se puso en evidencia cuando la producción de la refinería se
redujo a cero en los siguientes dos meses (otros autores indican los siguientes
seis) y cuando se reinició, fue una mera fracción de las magnitudes previas al
ataque.
El ametrallamiento de los aeródromos significó la destrucción de 38 máquinas en tierra, mientras que aproximadamente otros treinta fueron abatidos por los cazas escolta; como contrapartida varios Avenger fueron derribados por aviones japoneses. En total 16 máquinas navales se perdieron sobre el área de ataque como consecuencia de acción enemiga.
Cuando
el ataque se encontraba en pleno desarrollo, la flota fue avistada por aviones
exploradores nipones. Un Ki.46 Dinah (*) fue derribado por un Seafire mientras
que a los Corsair se les escaparon otros dos. El contraataque aéreo contra la
flota se materializó cuando la totalidad de los aviones habían regresado a sus
buques. Siete bombarderos Ki.21 Sally se aproximaron a baja altura, pero todos
cayeron víctimas de las defensas sin producir daño alguno. Los Seafire del Ala
24 de Caza derribaron cinco de ellos y los dos restantes fueron presa de un Corsair
y un Hellcat. Este último fue catapultado con el enemigo a la vista y después
de compartir el derribo de un Ki 48 Lily (**) con un Seafire, otro fue abatido
antes que el Hellcat debiera retornar seriamente averiado por la artillería AA del
King George V. La única avería producida en los portaaviones fue como
consecuencia de dos proyectiles de 5,25 pulgadas disparados por el acorazado
que provocaron algunos heridos y daños en la cubierta de vuelo y la isla.
(*)
Mitsubishi Ki 46. Considerado el mejor avión japonés de reconocimiento de largo
alcance. Aerodinámicamente perfecto, era más rápido que cualquier caza aliado
hasta 1944 y ha sido evaluado como uno de los grandes aviones nipones de todos
los tiempos. Las 1.742 unidades construidas prestaron servicio desde julio de
1941 hasta el final de la guerra. Dos motores de 14 cilindros y 1.050 HP. Peso
vacío 3.263 kg; peso máximo de despegue 5.050 kg. Velocidad máxima 604 km/h;
velocidad de crucero 400 km/h. Alcance 2.100 km. Techo 10.830 m. Tripulantes 2.
Armamento 1 ametralladora de 7,7 mm.
(**)
Kawasaki Ki 48. Bombardero liviano del Ejército que entró en servicio en China
en 1940 donde, ante la ausencia de oposición aérea, pudo operar con mucha efectividad,
pero mostró sus falencias cuando debió enfrentar los evolucionados
interceptores de los aliados. Carente de suficientes armas fue fácil presa de
los mismos. La producción cesó en 1944 cuando 1.408 Ki 48 habían sido
construidos. 2 motores de 14 cilindros y 950 HP. Peso vacío 4.050 kg; peso
máximo de despegue 6.050 kg. Velocidad máxima 480 km/h; velocidad de crucero
350 km/h. Alcance 2.400 km. Techo 9.500 m. Tripulantes 4. Armamento 3
ametralladoras de 7.7 mm; capacidad de bombas 400 kg.
Las
dotaciones aéreas fueron:
- Indomitable (buque bandera): Escuadrillas 1839 y 1844 con 15 y 14 Hellcat respectivamente, y la 857 con 21 Avenger II.
- Illustrious: Escuadrillas 1830 y 1833 con 16 Corsair cada una y la 854 con 21 Avenger I y II;
- Indefatigable: escuadrillas 887 y 894 con 24 Seafire FIII y 16 LIII respectivamente, escuadrilla 1770 con 12 Firefly I y la escuadrilla 820 con 21 Avenger II.
- Victorious: Escuadrillas 1834 y 1836 con 18 y 16 Corsair respectivamente, escuadrilla 849 con 21 Avenger II y dos Walrus para rescate.
- Indefatigable: Escuadrillas 887 con 24 Seafire FIII y 894 con 16 Seafire LIIII; escuadrilla 1770 con 12 Firefly I y escuadrilla 820 con 21 Avenger II.
Las pérdidas aéreas japonesas alcanzaron a unos 140 aviones como consecuencia del ametrallamiento en tierra y en acción con los cazas escolta y la patrulla aérea de combate de la flota.
Con un costo de 25 aviones (*), los grupos aéreos habían cortado la producción de nafta de aviación en Sumatra en un 35% de su nivel normal, en una época que en Japón se notaba la aguda falta de combustibles de todo tipo. Para los historiadores británicos, fueron incalculables los efectos de esa escasez en las campañas en Birmania, Filipinas, China y Okinawa, pero es probable que los tres ataques llevados a cabo por el Arma Aérea de la Flota en enero de 1945 sobre Pangkalan Brandan, Pladjoe y Soengi Gerong fueron las más grandes contribuciones para la victoria final de la flota británica en oriente.
(*)
Otros autores hacen ascender las pérdidas a 16 aviones en combate y 25 por
otras causas.
Nueve
tripulantes de los que cayeron en manos de los nipones fueron asesinados a
sangre fría varios meses más tarde.
Para
los británicos fue la primera oportunidad en la que una operación fue llevada a
cabo con cuatro portaaviones de flota.
El
4 de febrero de 1945, el cuerpo principal de las naves británicas, portaaviones
Illustrious, Indefatigable, Indomitable y Victorious, el acorazado King George
V, los cruceros Argonaut, Black Prince y Euryalus y diez destructores, llegó al
puerto occidental australiano de Freemantle del que posteriormente zarparon
rumbo a Sydney, donde arribaron entre el 10 y el 11 de febrero. Allí se unieron
el acorazado Howe, los cruceros Gambia y Swiftsure y cuatro destructores, que
como “British Pacific Fleet” intervendrían activamente en las etapas finales de
la lucha contra Japón.
Bibliografía
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the Enemy More Closely
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War at Sea
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at Sea
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German Navy
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year of the Kriegsmarine
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en Submarinos
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Norman Palmer &
Rikyu Watanabe, Agressors. Carrier Power vs Fighting Ships
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Barret Tillman, Carrier Air War
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Viscontea, Aviones
Enzo Angelucci, Aeroplanes
H.P. Willmott, Warships
John Pimlott, World
War 2 in Photographs
Jane’s.Fighting Ships
of World War Two
Revista
La Marina N° 77
El
Contraalmirante(R) Eugenio L. Bezzola egresó de la Escuela Naval Militar en
1948 como guardiamarina de Infantería de Marina (Promoción 75).
Posteriormente
fue destinado a cursar estudios en la Universidad de Buenos Aires de donde
egresó en 1953 con el título de Ingeniero en Telecomunicaciones.
Ejerció
la docencia en el Instituto Tecnológico de Buenos Aires entre 1963 y 1969.
Hasta
1984, prestó servicios en cargos relacionados con su especialidad, en la
Dirección de Bienestar de la Armada y la Jefatura de Logística del Estado Mayor
General de la Armada, que fue su último destino en actividad antes de pasar a
situación de retiro, a su solicitud, en abril de 1984.
Fuente:
https://www.centronaval.org.ar