Por
Carlos Javier Pallás Puente
Durante
la guerra de Vietnam, la aviación fue uno de los elementos clave del conflicto.
Los bombardeos limitados estadounidense fueron convirtiéndose en campañas
masivas de bombardeo contra Vietnam del Norte. Por su parte, los vietnamitas
contaban con una sofisticada red de defensa aérea. En este artículo,
repasaremos la guerra aérea desde el punto de vista estadounidense desde el
incidente de Tonkin hasta el fin de Rolling Thunder.
Comienza
la guerra aérea en Vietnam: Bombardeos de represalia
El
2 de agosto de 1964 se produjo un incidente entre torpederos de Vietnam del
Norte y el destructor estadounidense USS Maddox. El destructor, que patrullaba
las aguas del golfo de Tonkin, fue atacado por lanchas torpederas vietnamitas,
desarrollándose una breve batalla naval. Los americanos no sufrieron ninguna
baja y clamaron haber destruido una lancha torpedera. Dos días después, el 4 de
agosto, se produjo presuntamente otro incidente en el que de nuevo torpederos
vietnamitas atacaron a destructores estadounidenses. Las autoridades de Vietnam
del Norte negaron dicho ataque.
A
pesar de no contar con pruebas fehacientes Lyndon B. Johnson se dirigió al
pueblo estadounidense para informar de un ataque no provocado, y de las
consiguientes represalias. El 5 de agosto de 1964 la operación Piercing arrow
ya estaba en marcha. Los aviones de ataque a tierra despegarían desde el USS
Constellation (CVA-64) y el USS Ticonderoga (CVA-14) situados en Yankee Station
en las aguas del mar Amarillo. Los objetivos serían bases de barcos torpederos
y depósitos de combustible. En esta operación de 64 misiones los Estados Unidos
perdieron dos aviones y los norvietnamitas sufrieron graves daños en su
infraestructura petrolífera.
El
7 de agosto de 1964, el Congreso aprobó la Resolución del Golfo de Tonkin. Esta
resolución conjunta daba poderes especiales a Johnson para poder emplear la
fuerza militar en la defensa de cualquier país del sudeste asiático, sin la
necesidad de una declaración de guerra. Sin embargo, Lyndon B. Johnson quería
esperar a ganar las elecciones en noviembre de 1964 para actuar, ya que se
encontraba todavía en funciones tras el asesinato de Kennedy.
Operación
Rolling Thunder
Con
las manos liberadas por el congreso, y contando con un amplio respaldo popular
tras ganar aplastantemente las elecciones, el 2 de marzo de 1965, Lyndon B. Johnson autorizaría la operación
Rolling Thunder. Para la defensa de Vietnam del sur, los Estados Unidos
aplicarían una doctrina de contención militar, rehabilitación económica y
social. A su vez era necesario evitar la escalada del conflicto a un nivel
regional, o incluso mundial, en caso de que la Unión Soviética o China
intervinieran de forma directa (Kissinger, 2016: 298).
Para
llevar a cabo estos objetivos de desarrollo se emplearía una estrategia de
presión incremental para obligar al gobierno de Hanói a reconsiderar su
política de expansión y entablar negociaciones. La presión vendría de la mano
de bombardeos aéreos que atacarían objetivos designados para conseguir el
desgaste del país. Los bombardeos tenían como objetivo detener el flujo de
suministros y hombres al sur, la destrucción de su infraestructura industrial y
defensa aérea y la caída de la moral en el norte, provocando presiones internas
para acabar el conflicto.
Selección
de objetivos y política
El
peso de las operaciones de bombardeo las llevaría a cabo la USAF y la US Navy.
Inicialmente los objetivos a atacar serían designados en listas redactadas por
Washington y los bombardeos serían combinados con la diplomacia para conseguir
objetivos políticos. El fin de esta forma de actuar era reconducir al norte a
la mesa de negociaciones para cesar las hostilidades y demostrar la determinación
americana (Kissinger, 2016: 297). Inicialmente los objetivos eran seleccionados
para mostrar fuerza antes que infligir un golpe crítico a Vietnam del Norte
(escalada gradual).
Los
objetivos incluían zonas de reunión, puentes, refinerías y ferrocarriles. Sin embargo,
se prohibió el bombardeo de Hanói y el valioso puerto de Haiphong. También se
dejaron fuera del alcance los aeródromos de la Fuera Aérea norvietnamita. En
Washington existía el miedo que la presión americana resultara en una escalada
descontrolada y la intervención de China. Por ese motivo, Johnson ejercía un
control férreo sobre los objetivos, para que en caso de provocar una reacción
inesperada tuvieran tiempo de aliviar la presión.
Sin
embargo, para los comandantes militares en el terreno, la selección de
objetivos era casi aleatoria, errática e improductiva. La cadena de mando se
extendía hasta la Casa Blanca donde Johnson y el secretario de estado Robert S.
McNamara, ejercían su micromanagment de la guerra. Y como consecuencia, limitaron
la efectividad de los bombardeos poniendo en peligro innecesario a sus propias
fuerzas.
Implementación
La
Fuerza Aérea (USAF) durante Rolling Thunder, utilizó aeródromos situados en
Tailandia como el de Korat y U Tapau. Desde estos aeródromos despegaban los
cazabombarderos F-105 Thud, F-100 Súper Sabre y F-4 Phantom II para repostar
durante la ruta al objetivo.
Una
vez que los grupos de ataque sobrevolaban Laos se dirigían a repostar en el
aire para extender su autonomía. Los tanqueros KC-135 orbitaban en rutas
predeterminadas y proporcionaban el vital combustible. El consumo de los
cazabombarderos era elevadísimo, ya que debían sobrevolar los objetivos del
norte con el posquemador encendido y así reducir el tiempo de exposición. Una
vez lanzadas sus municiones en un bombardeo en picado los cazabombarderos
iniciarían su egresión a toda velocidad, para evitar a los temibles misiles SAM
y los cazas vietnamitas.
También
la USAF contaba con los poderosos bombarderos B-52 BUFF, que operaban desde la
isla de Guam en el Pacífico y U Tapau en Tailandia. Estos bombarderos
estratégicos contaban con una carga prodigiosa de municiones y fueron empleados
en todo tipo de misiones, incluso de apoyo aéreo cercano. Los B-52 por su parte
eran enormes y no podían esquivar los misiles SAM, por lo que confiaban
exclusivamente en la altura y contramedidas electrónicas (ECM) para protegerse.
En todo caso estos bombarderos vieron un uso limitado durante Rolling Thunder.
U.S
Navy (USN)
Por
su parte los efectivos de la Armada, agrupados en Task Force 77, despegarían
desde portaaviones situados en Yankee Station y Dixie Station. Yankee Station
hace referencia a las coordenadas donde se situaban los portaaviones
norteamericanos frente a la costa. Desde ese punto los portaaviones podían
llevar a cabo operaciones contra cualquier objetivo en el Norte, a salvo de la
escuálida marina norvietnamita. Como consecuencia del incremento masivo de
misiones en 1966, Yankee Station fue desplazado hacia el norte para dar más
alcance a sus pilotos y reducir el tiempo de tránsito. Para las operaciones en
el sur de Vietnam los bombarderos despegaban desde portaaviones situados en
Dixie Station situado en la desembocadura del Mekong.
Las
operaciones que llevarían a cabo los pilotos navales serían muy variadas, pero
generalmente limitadas a objetivos costeros. Los aviones dedicados al ataque a
tierra de los que disponía la Armada eran los A-4 SkyHawk y A-6 Intruder. Como
protección los F-4 Phantom y F-8 Crusader volaban de escolta apantallando a los
grupos de ataque durante los conocidos como Alpha Strike.
Strike
Package
Cuando
los americanos se disponían a atacar un objetivo en el Norte de gran
importancia bien defendido se organizaban grandes ataques aéreos compuestos por
grupos de ataque, strike packages. El término Alpha Strike fue originalmente
acuñado en la USN para las grandes operaciones de un ala embarcada y era el
equivalente a un strike package. En el futuro la USAF también adoptaría el uso
de este nombre.
En
un Alpha Strike participaban decenas de aparatos, cada uno con su misión
particular para asegurar el éxito de la operación. Aviones de ataque, patrullas
de combate, tanqueros de reabastecimiento en vuelo, aviones dedicados a la
guerra electrónica y reconocimiento. En ocasiones se trataba de un esfuerzo
conjunto entre varios portaaviones y la USAF.
Para
repartir los objetivos entre la USAF y la Navy se crearon zonas de operaciones
aéreas exclusivas. Estas zonas recibirían el nombre de Route Packages (RP o
Pack) y se designaron como 1, 2, 3, 4, 5 y 6. La U.S Navy tendría el acceso
exclusivo a Pack 2, 3 y 4 por su cercanía a la costa. Por su parte la USAF
tenía responsabilidad sobre Pack 1, 5 y 6. Siendo RP 6 el espacio aéreo más
peligroso del mundo ya que incluía el área de Hanoi y Haiphong (Boyne, 1999).
En abril de 1966 el CINCPAC dividió RP 6 en dos partes: RP 6A y RP 6B, siendo
6B para la Navy.
Pero,
¿cómo estaba compuesto un Alpha Strike habitualmente? El grupo principal estaba
compuesto por caza bombarderos, ya sean F-105, A-4 o A-6 dependiendo de qué
servicio estuviera realizando el ataque. Por delante y en los flancos se
encontraban las unidades de escolta y guerra electrónica encargados de anular o
por lo menos entorpecer la capacidad de los radares enemigos. Para el combate
aéreo normalmente se destacaban vuelos de Phantom II armados con misiles
aire-aire y bombas.
En
resumen, un grupo de ataque estaba conformado generalmente por: bombarderos,
patrullas de combate, aviones de guerra electrónica y aviones de supresión de
misiles.
Patrullas
de combate aéreo (CAP)
Con
el fin de mantener la superioridad local en el área de un Alpha Strike los
aviones de caza realizaban patrullas de combate aéreo (CAP, Combat Air Patrol)
para apantallar al grupo principal de ataque. Aparte del fuego antiaéreo y
misiles SAM, la fuerza aérea de Vietnam del Norte era una gran amenaza. Esta
pequeña pero bien adiestrada arma, contaba con MiG-17, MiG-19 y el puntero
MiG-21 soviéticos. Pronto los vietnamitas demostraron las debilidades de los
pilotos americanos derribando un número sorprendente de aviones. Por esta
razón, debían ir acompañados de escoltas de F-4. Estas patrullas de combate
gozaban de la flexibilidad táctica para interceptar amenazas en el aire y sus
métodos fueron perfeccionados durante la duración del conflicto en Vietnam.
El
Phantom II
En
el combate aéreo los americanos tenían a su disposición una plataforma de armas
excepcional para los novedosos misiles aire-aire, el F-4. El Phantom II era
capaz de alcanzar Mach 2.2 (más del doble de la velocidad del sonido) con
buenas características de aceleración y conservación de energía. Para el
combate aéreo disponía de dos tipos de misiles, uno de rastreo por infrarrojos,
AIM-9 Sidewinder y otro de radar semiactivo, AIM-7 Sparrow. Posteriormente se
añadiría un pod con cañón rotatorio SUU-16/A de 20mm, una mejora muy necesaria
para el combate cercano (Boyne, 1999).
Una
vez que se había alcanzado el objetivo los bombarderos regresaban a toda
velocidad hasta las rutas de los tanqueros, repostaban y se dirigían hacia las
bases de origen. Las patrullas seguirían manteniendo a raya a los MiG que
tenían afición de derribar aviones enemigos en el camino de vuelta.
Operación
Bolo
A
menudo los MiG vietnamitas volaban a baja altura posicionándose detrás de los
grupos de ataque americanos, trepaban y disparaban sus misiles consiguiendo
derribos. Estas tácticas de golpear y desaparecer eran muy efectivas y los
estadounidenses tuvieron que desarrollar contramedidas. La operación más famosa
contra estos MiG fue la operación Bolo, en la que 30 Phantom de la 8th FTW
"Wolfpack" (Fighter Tactical Wing), tenderían una trampa muy ingeniosa.
El
líder de esta ala, el As Robin Olds, frustrado por no poder atacar los
aeródromos de los MiG entendió que la única manera de liquidarlos era en el
aire. El concepto era simple, si un grupo de Phantom podía engañar a los
operarios de radar vietnamitas, haciéndoles pensar que eran un vuelo de los
vulnerables F-105, podían sacar de sus madrigueras a los MiG y tenderles una
emboscada. Los Phantom mimetizaron todos los aspectos de un grupo de Thud.
Volaron sobre las mismas rutas, a las mismas alturas y a las mismas
velocidades. Incluso cargaron los mismos pods de ECM que los F-105, para
parecer en el radar como un grupo de esos cazabombarderos.
Un
gran éxito
Cuando
la operación parecía que iba a ser un fracaso y Olds se disponía a dar la
vuelta, un MiG-21 apareció en el radar. Pronto aparecieron más, que fueron
perseguidos y derribados sistemáticamente en la emboscada. La operación Bolo se
saldó con la destrucción de 7 aviones, la mitad de todos los MiG-21 de Vietnam
del Norte, por ninguna pérdida en los americanos. Unos pocos días más tarde,
Robin Olds también planificó una trampa, en la que dos Phantom simulando un
vuelo de reconocimiento meteorológico, derribaron otros dos MiG-21.
Este
triunfo aplastante tan poco común en el momento, aumentó la moral de los
americanos demostrando que los MiG podían ser vencidos.
Guerra
electrónica y alerta temprana
Durante
las operaciones de combate los estadounidenses disponían de aviones dedicados
en exclusiva a la guerra electrónica. Los EB-66B eran bombarderos ligeros que
portaban aparatos para recoger información en tiempo real y hacer jamming a los
radares vietnamitas desde la distancia. Cuanto más aumentaba la amenaza de
misiles SAM, más crucial se vio la tarea del ataque electrónico. Se instalaron
pods de contramedidas electrónicas como el QRC-160 ECM pod, que instalados en
aviones volando en determinada formación, anulaban los radares de los misiles
SA-2.
También
era necesario solucionar el problema de cobertura de radar. Generalmente los
norvietnamitas tenían una ventaja con dicho instrumento, ya que eran capaces de
detectar la mayoría de los vuelos de ataque estadounidenses.
Por
su parte los americanos disponían de estaciones de radar en tierra y en el mar
(Red Crown) pero con grandes espacios en blanco en su cobertura. Para
solucionarlo se empleaban EC-121 con radar aerotransportado. Gracias a esto se
podía suplir las carencias parcialmente y ofrecer información valiosa para las
patrullas americanas e interceptar a los MiG de Vietnam del Norte.
“Para tu 66ª misión [de las 100 exigidas en un tour de combate] habrás sido derribado dos veces y recogido una”
Dicho
popular entre pilotos de F-105 Thud (Correl, 2010)
Supresión
de misiles SAM. Wild Weasels
Para
finales de 1968, Vietnam del Norte contaba con 8050 armas antiaéreas, 35-40
batallones de SA-2 (6 lanzadores cada uno). Cada batallón contaba con el
correspondiente radar de seguimiento, Fan Song. Adicionalmente en el resto del
país se estimaron unos 400 radares más con diferentes funciones. En la época,
Vietnam del Norte contaba con una de las defensas electromagnéticas más
complejas del mundo (Douglas, 2014: 51).
Uno
de los mayores peligros eran los misiles-tierra aire SA-2, de origen soviético.
Estos misiles eran lanzados alcanzando una velocidad de Mach 3’5 contra los
vuelos americanos y consiguieron un alto porcentaje de derribos. A medida que
pasaron los meses, la concentración de misiles SAM fue en aumento y fue
necesario la creación de una unidad especializada en suprimir los sitios de
misiles. Nacía así la unidad secreta Wild Weasels, que eliminaba las estaciones
de radar y los sitios de misiles.
Estas
misiones denominadas Iron Hand eran extremadamente peligrosas. Llegados a
cierto punto la concentración de SA-2 era tal que los Wild Weasels sólo podían
suprimir localmente la amenaza de los SAM. Con los nuevos F-105 biplaza,
volaban con los grupos de ataque, buscando la señal de las estaciones de radar
de los misiles. Entonces trepaban en un ángulo de 45º y catapultaban el misil
antiradar AGM-45 Shrike, dándole mayor alcance.
Al
filo
Los
duelos entre los operarios del radar y los Wild Weasels eran de alto riesgo y
las tácticas evolucionaban constantemente. A pesar de la alta mortalidad en
dicha unidad, los Wild Weasels tuvieron éxito reduciendo de 20% a 1’8% la tasa
de derribo de los SAM para el final de Rolling Thunder (Correll, 2010). Con
frecuencia los operarios de radar eran intimidados únicamente por la presencia
de los Wild Weasels (Douglas, 2014: 64). Estos duelos duraron hasta 1968 con el
fin de los bombardeos en el norte y la desactivación del ala estacionada en
Takhli, Tailandia.
En
definitiva, un strike package, o Alpha Strike era un grupo de combate altamente
sofisticado para llevar a cabo las misiones de bombardeo requeridas. A pesar de
la calidad humana y de equipo americanas, los cielos de Vietnam del Norte eran
muy peligrosos y sufrieron pérdidas muy elevadas. Durante los tres años que
duró la operación Rolling Thunder, los americanos bombardearon sin cesar
objetivos militares por todo Vietnam.
Fin
de Rolling Thunder en Vietnam
Rolling
Thunder acabaría en octubre de 1968 resultando en un sonoro fracaso. A pesar de
ser la campaña de bombardeos más intensa desde la ofensiva contra Alemania en
la Segunda Guerra Mundial, la operación no consiguió los resultados esperados.
La ruta Ho Chi Mihn seguía suministrando material y hombres al sur con
regularidad. No se había alcanzado la pacificación del sur y no se había
doblegado la voluntad de Hanói (Douglas, 2014: 69). La aplicación del bombardeo
controlado y por tanto la operación Rolling Thunder, fue un “triste fracaso”,
en palabras de Lyndon B. Johnson (Schlight, 1996: 52)
Al
contrario, las formidables defensas aéreas en el Norte seguían en pie y las
malas tácticas y la limitación de objetivos impuesta desde Washington, dieron
lugar a santuarios en los que los norvietnamitas podían operar, acumular y
descargar suministros sin oposición. También las largas pausas que se producían
durante las negociaciones redujeron enormemente el efecto de los bombardeos.
Otro indicador del fracaso de la campaña de bombardeo era el ratio de derribos
al final de Rolling Thunder. Se encontraba en un deprimente 2:1, una cifra
humillante para los Estados Unidos (Pederson, 2019: 15).
¿Cómo
era posible que los EEUU, una superpotencia, no consiguiera aplastar a un país
relativamente débil como Vietnam del Norte? Por supuesto parte de la respuesta
está en la determinación y resiliencia de los norvietnamitas, pero puede
ponerse el foco también en los errores cometidos por los estadounidenses. En
conjunto: una mezcla de errores políticos, deficiencias en el entrenamiento y
material. Con el tiempo esos defectos fueron superados y solucionados, pero los
costes del aprendizaje fueron dolorosamente caros.
Errores
políticos
La
estrategia del palo y la zanahoria se demostró inefectiva por los errores de
cálculo de la administración estadounidense. Por una parte, subestimar la
voluntad de los dirigentes en el Norte y, por otra, el empleo ineficaz del
poder militar norteamericano. Los parones sucesivos de los bombardeos no
llevaron a Hanói a querer negociar.
Para
Henry Kissinger, dos formas de entender las negociaciones se enfrentaron. Desde
la perspectiva americana la guerra y la paz eran dos fases distintas de la
política. Una vez que comenzaban las negociaciones la aplicación de la fuerza
cesaba y la diplomacia tomaba el mando. La fuerza era el motivo por el que
iniciaban las negociaciones por lo que durante las reuniones de paz las fuerzas
americanas se ponían a la defensiva.
La
visión china, que inspiraba al gobierno de Hanói, era la opuesta. Guerra y paz
son dos caras de la misma moneda. Las negociaciones son otro sector del campo
de batalla. El factor psicológico, la moral y la habilidad de influir en los
cálculos del enemigo eran la clave para la victoria. El cese de las
hostilidades eran un signo de debilidad que debía ser explotado mediante un
incremento de la actividad militar y propagandística.
Los
Estados Unidos se enfrentaron por primera vez a esta forma de entender la guerra
en Corea. Otros revolucionarios comunistas tomaron nota de las negociaciones
entre China y los EEUU en 1951. Era productivo llevar a los Estados Unidos a
una guerra de resultado incierto, que superara la voluntad de la población
americana para soportar las pérdidas (Kissinger, 2016: 294-295).
Hanói
no solamente no cesó sus operaciones en el sur durante los parones en los
bombardeos, si no que aprovechó estos para recomponerse y reforzarse. El
gobierno estadounidense no supo reconocer esta realidad y prosiguió en su
estrategia de desgaste y presión incremental. También, Hanói supo explotar la
disensión existente en los Estados Unidos sobre la guerra en Vietnam. En
numerosas ocasiones el norte denunció los daños causados a la población civil
por los bombardeos americanos, alterando aún más el orden interno en los EEUU.
Las
autolimitaciones del ejército estadounidense en Vietnam
En
el ámbito militar las reglas de enfrentamiento (ROE, Rules Of Engagement)
determinan en qué circunstancias una fuerza armada puede hacer uso de sus
capacidades en un determinado escenario. En la guerra de Vietnam la administración
de Lyndon B. Johnson introdujo unas reglas de enfrentamiento muy restrictivas,
limitando los objetivos a eliminar. Los planificadores de las misiones de
bombardeo tendían a repetir las mismas rutas, tiempos y altitudes a las que
debían volar los grupos de ataque. En consecuencia, y no siendo los vietnamitas
unos ingenuos, reorganizaron sus defensas aéreas acordemente.
Muchos
sitios de misiles fueron instalados cerca de núcleos de población dificultando
conseguir la autorización para su destrucción. Las baterías antiaéreas fueron
dispuestas a lo largo de objetivos conocidos de la ruta Ho Chi Minh.
Más
restricciones
Las
consideraciones políticas primaron sobre la lógica militar. La lista de
objetivos prohibidos era muy numerosa y era necesario solicitar permiso para
operar contra determinados objetivos. De esta forma se limitaba la efectividad
del poderío militar estadounidense.
A
los bombarderos no se les permitió minar el puerto de Haiphong, ruta marítima
principal de suministros provenientes de la Unión Soviética y China. Se
prohibió bombardear los aeródromos norvietnamitas para evitar matar a sus
instructores rusos. También se prohibió destruir sitios de misiles SA-2 en
construcción, también para evitar matar a los técnicos rusos encargados del montaje
de dichos sistemas.
La
ventaja del Sparrow con un radio de acción de 12 millas se vio negada por las
ROE. En el aire los pilotos de caza deberían hacer una confirmación visual
antes de derribar un avión enemigo (Douglas, 2014: 59). A pesar de las quejas
por parte de los pilotos estas limitaciones se mantuvieron casi hasta el final
de la guerra cuando por fin se relajaron en la premura de buscar un acuerdo de
paz en las negociaciones de París.
Deficiencias
en el entrenamiento de los pilotos
Al
principio de la Guerra Fría la cúpula militar norteamericana estaba dominada
por Generales del Mando de Bombardeo Estratégico. Para estos Generales el poder
aéreo sería el factor decisivo en un conflicto con la Unión Soviética. Los
bombarderos estratégicos de gran alcance se encargarían de lanzar bombas
nucleares sobre sus objetivos en la Unión Soviética y la aviación de caza de
interceptar la respuesta enemiga. De esta manera el avión de caza daba un giro
hacia el rol de interceptor puro.
Los
planificadores en Washington por tanto previeron que los duelos aéreos
(dogfights en inglés) eran cosa del pasado y los enfrentamientos entre aviones
se llevarían a cabo mediante el disparo de misiles a grandes distancias guiados
por radar. Por tanto, a finales de los 50 y principio de los 60 se decidió que
las maniobras de combate aéreo (ACM, Air Combat Maneuvering) no eran necesarias
(Pederson, 2019: 48).
Esto
sin duda afectó gravemente a los pilotos americanos en Vietnam que no tenían
experiencia en este entorno. Los estadounidenses tuvieron que descubrir que el
mejor rendimiento del Phantom era combatiendo en el plano vertical. De esta
manera podía convertir el exceso de energía en una ventaja en altitud o
velocidad. Combatir a los MiG en un dogfight cerrado iba a saldarse en una
derrota probable contra los cada vez más competentes pilotos vietnamitas.
Problemas
técnicos
Durante
Rolling Thunder saltaron a la vista problemas técnicos graves durante el
combate aéreo. En primer lugar, los misiles aire-aire disparados desde los
Phantom fallaban estrepitosamente la mayoría de las veces. En el futuro se
realizaría un estudio en profundidad por la USN, el Informe Ault, que recogería
las deficiencias de estas armas. Los misiles todavía eran demasiado primitivos,
no acababan de seguir a su objetivo.
Además,
se descubriría que la mayoría de los pilotos no conocían las características de
esas armas. Los misiles precisaban de unos parámetros muy específicos para ser
efectivos. La USN solucionaría este problema con un nuevo programa de
adiestramiento llamado Top Gun.
Otra
carencia grave era la falta de un cañón para el combate cercano en los Phantom.
Cuando las distancias en combate eran demasiado cercanas para disparar misiles
la falta de un arma de corto alcance era crítica. La USAF desarrolló un pod con
un cañón giratorio, pero a costa de rendimiento por las pobres características
aerodinámicas. Con la llegada de los F-4E, con cañón interno y radar mejorado
se suplió esa carencia.
Por
último, se estaba librando una guerra con las herramientas equivocadas obligaron
a cazabombarderos como los F-105 o F-4 a realizar una campaña de bombardeo
estratégico.
En
definitiva, el período de la guerra aérea en Vietnam que repasamos en este
artículo fue decepcionante para los Estados Unidos. El presidente Lydon B.
Johnson, influenciado por McNamara insistió en una guerra de desgaste, en vez
de mermar la capacidad de hacer la guerra del Norte. McNamara era un pionero
del BigData y estaba obsesionado con las estadísticas, ordenó recopilar
cantidades astronómicas de datos para fabricar indicadores que midieran el
éxito en la guerra.
A
pesar del progreso en las estadísticas de la campaña de bombardeos, el éxito no
se tradujo en el campo de batalla ni en el tablero político. Los Estados Unidos
habían infligido graves pérdidas, pero Vietnam del Norte se encontraba todavía
lejos del punto de ruptura. El esfuerzo gigantesco de los 3 años de Rolling
Thunder consiguió pocos resultados y valiosas lecciones pagadas con sangre.
Bibliografia
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Schlight, John. «A war too long: The USAF in South East Asia 1961-1975». (1996). Air Force History and Museums Program. Estados Unidos.
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US Navy F-4 Phantom
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264 4.
Fuente:
https://archivoshistoria.com