Schräge
Musik, fue la denominación que recibió un afuste diseñado para los cazas
nocturnos de la Luftwaffe en la II Guerra Mundial.
Su
principal característica era que los cañones iban apuntados hacia arriba, lo
que permitía que al caza aproximarse y atacar a los bombarderos británicos
desde abajo, fuera del rango visual de la tripulación del bombardero.
Los bombarderos británicos de entonces no tenían ninguna instalación defensiva en posición ventral, por lo que el Schräge Musik causó verdaderos estragos en las fuerzas del Mando de Bombardeo. Sin embargo, los bombarderos pesados estadounidenses B-17 Flying Fortress y B-24 Liberator utilizaban la torreta esférica Sperry para la defensa ventral por lo que el ‘‘Schräge Musik’’ era de poco uso contra esos aviones.
Historia
Este
sistema de instalación de cañones en aviones fue muy utilizado por los alemanes
durante la II Guerra Mundial. Consistía ni más ni menos que en un par de
cañones oblicuos disparando en ángulo hacia arriba, para, de esta manera,
impactar a los bombarderos pesados aliados en su sector más vulnerable: la
panza, zona en la que los bombarderos nocturnos no tenían normalmente armas
defensivas y donde estaban las bombas.
Se
montaron en los cazas nocturnos alemanes Ju-88G y Bf-110G La historia de armas
montadas en aviones que disparasen hacia arriba no era nueva, ya que en la
primera guerra varios aviones usaban ametralladoras sobre el ala superior, arma
que podía pivotar y ser apuntada hacia arriba como las famosas ametralladoras
Lewis en algunos cazas ingleses en los Nieuport y en el SE-5a, aviones que
lograron varios éxitos atacando desde el punto ciego del enemigo.
Incluso
durante los primeros años de la II Guerra Mundial, aviones como el Bolton Paul
Defiant, usaban sus habilidades como cazas nocturnos de bombarderos, apuntando
sus armas hacia arriba.
Hasta
la llegada del Schräge Musik, los cazas alemanes eran simples cazas diurnos con
radar y atacaban normalmente desde la cola del bombardero, donde siempre había
torretas de cañones y ametralladoras con un vigía de aguda vista que, al ver al
caza, realizaba un picado para salir de su radar. Entonces los alemanes idearon
otro sistema, acercarse desde 300 metros de distancia, detrás y abajo, fuera de
la vista de vigías y ametralladoras, acelerar a fondo y disparar en trepada a
la panza del avión, con esto el riesgo era perder velocidad y quedar vulnerable
a la explosión del bombardero y de las torres al quedar atrás sin velocidad,
pero era efectivo.
Finalmente,
se realizaron experimentos bajo el diseño del Teniente Rudolf Schönert en 1941
y 1942 en un Dornier Do-17Z-10 con radar, estos consistían en tener cañones
apuntando hacia arriba 90º, pero no dio resultados efectivos por lo que se
inclinó de 60º a 70º y en Junio de 1943, los Ju-88 y Do-17 de caza nocturna
comenzaron a recibir estos sistemas que básicamente consistían en uno, dos o
cuatro cañones ubicados detrás de la cabina, en el fuselaje, con una
inclinación que llegaba a veces a 80º.
La
ventaja de este sistema era simple, los bombarderos no podían ver al caza
contra el suelo, pero los cazas veían la silueta del bombardero recortarse
contra el cielo.
La
mira Revi16 se modificó para poder apuntar en ese ángulo y se aumentaron las
armas disponibles, el poderosísimo MK-108 de 30 mm fue instalado en una batería
doble en el Heinkel 219 Uhu, todos estos cañones tenían sistemas especiales de
apagallamas para no detectar la llamarada del disparo y municiones trazadoras más
sutiles.
Cerca
del final de la guerra, células foto sensibles se emplearon para el disparo
automático de estas armas. Se calcula que el 80% de las pérdidas nocturnas de
bombarderos fueron debidas a este tipo de montaje también llamado Schrägwaffen
contra el cual los bombarderos ingleses no tenían nada que hacer, el radar
trasero de alerta solo detectaba aviones entrando desde cola y las ventanas
inferiores y torretas tenían muchos problemas para detectar el acechante
cazador.
El más efectivo de los cazas nocturnos con este sistema fue el Junkers Ju-88G-6, estable, veloz y protegido, aseguraba al piloto una rápida reacción, ya que era normal que un bombardero desintegrándose cayera sobre su cazador, esto ocurrió en varias oportunidades a los Do-17 y He-219, siendo el Ju-88 más ágil.
En los cazas diurnos se experimentó con sistemas parecidos, pero no tuvieron efectividad. Tan efectivo era este sistema que permitía al caza alemán, negro o gris oscuro, ser invisible, solo tenían conocimiento del ataque cuando los disparos comenzaban a atravesar el piso del bombardero.
Usuarios
Las
instalaciones habituales eran:
Do-217:
4 cañones MG151/20 de 20 mm
FW-189:
1 cañón MG151/20 de 20 mm
JU-88C/G:
2 cañones MG151/20 de 20 mm
JU-388J:
2 cañones de 30 mm MK108
He-219:
2 cañones de 30 mm MK-108
Ta-154
Moskito: 2 cañones de 30 mm
Bf-110G-4:
2 cañones de 20 mm MG FF/M
Japón
recibió planos de tales instalaciones y los montó en el Mitsubishi Ki-46 III
KAI Dinah o el Ki-45, para cazar a los B-29 americanos, pero no fue efectivo
Fuente: https://www.lasegundaguerra.com