28 de abril de 2021

ÁLVARO FERNÁNDEZ-MATAMOROS SCOTT: PILOTO DE JUNKERS Y FIAT

 

Por Blas Vicente y Carlos Lázaro

 

Introducción

 

Muchas veces el nombre de un piloto está irremediablemente ligado a una acción bélica. Pasados los años se pierde conocimiento de quién fue y sólo se le recuerda por ese hecho. Así, la trayectoria aeronáutica de Álvaro Fernández-Matamoros Scott está marcada, sin lugar a dudas, por su actuación con los Junkers 52 al inicio de la guerra civil, concretamente por su papel protagonista en el suceso que costó la vida al Capitán Francisco Díaz Trechuelo en agosto de 1936.

 

Sin embargo, la investigación sobre la formación de este piloto, cuyos orígenes familiares, juventud y formación entroncan con Gran Bretaña, nos depara varias sorpresas: su pasado en Aviación Militar, la predilección por el vuelo acrobático y sus pinitos como aviador comercial de la compañía Shell; piloto probador de un prototipo de Loring, tripulante del último modelo de avioneta de Gil-Pazó, profesor en el Real Aeroclub de España y alumno de Joaquín García-Morato en los cursos de vuelo sin visibilidad de Alcalá de Henares. Esta progresiva formación aeronáutica es prácticamente desconocida y nos permite comprender que alcanzara uno de los mejores puestos de la aviación de preguerra: piloto comercial de las Líneas Aéreas Postales de España (LAPE)1.

 

El General Franco impone la Medalla Militar al cadáver del Capitán Díaz Trechuelo (ARFM).

 

Álvaro Fernández-Matamoros Scott nació en Liverpool (Inglaterra) el 7 de septiembre de 1911 fruto del matrimonio formado por Luis Fernández-Matamoros Arsuaga y Mary Scott. El origen británico de Álvaro se debe a que su abuelo, el General de infantería Luis Fernández-Matamoros Escobar, había enviado a Luis, el segundo de los cuatro hermanos, a estudiar a Inglaterra. Después de haber finalizado su formación, Luis se convirtió en el delegado en España de la Compañía South Wales Corporation, principal fabricante de hoja de lata para la industria conservera, empresa de la que llegaría a convertirse en el delegado. Debido a su trabajo, Luis pasaba largas temporadas en Inglaterra y fue aquí donde conoció a Mary, hija de un ganadero escocés que importaba reses de la Argentina. Es probable que los vínculos comerciales del padre favorecieran la comunicación lingüística entre Luis y Mary, contribuyendo con ello a las relaciones y posterior matrimonio de ambos jóvenes, que decidieron establecerse en Madrid una vez que Luis fue nombrado delegado de la South Wales Co. para la Península Ibérica.

 

Piloto militar

 

Es probable que Álvaro se sintiera atraído desde muy joven por la efervescencia aeronáutica que existía en España en los años finales de la década de los 20. Gracias a la desahogada posición económica de su familia, realizó el curso de piloto de turismo civil en la Aeroescuela Estremera (propiedad de Jorge Loring) y tras acreditar 20 horas de vuelo, obtuvo el título de Piloto Elemental N° 22 (N° 1046 de la Federación Aeronáutica Internacional) el 21 de marzo de 1931. Nuestro protagonista se sintió animado para participar en los espectáculos aéreos de la época y el domingo 13 de diciembre de 1931 actuó en un festival aéreo celebrado en la propia Aeroescuela Estremera. En el evento se sorteaban los típicos bautizos aéreos entre los asistentes y la recaudación estaba destinada a los obreros desempleados. El joven piloto quería hacer un número acrobático típico de los barnstormers (espectáculos aéreos) de la época, como pasar desde una escala de cuerda de un avión a otro a 500 metros de altura; según la prensa de la época (ABC lo comentó en su edición del 15 de diciembre) no lo consiguió “a causa de los aparatos” y Álvaro se tuvo que lanzar en paracaídas.

 

En marzo de 1932 Fernández-Matamoros ingresó como voluntario en Aviación Militar con la intención de hacer el Curso de Piloto de Complemento; tras la realización del periodo de instrucción básico, fue destinado a la Escuela de Aviación de Albacete, donde se formaría como piloto elemental, acumulando un total de 29 horas y 30 minutos de vuelo a bordo de los Avro 504K (entrenador básico) y Bristol F2B (doble mando y suelta).

 

Antes de que finalizara el año, Fernández-Matamoros pasó destinado a la Escuela de Transformación de Guadalajara donde tripula los Havilland DH.9 durante 9 horas y 45 minutos2. El 7 de julio de 1932, antes de disfrutar el mes de vacaciones que emplearía para trasladarse a Liverpool, se incorporará a Getafe para prestar servicio en el Grupo 31 de Reconocimiento de la Escuadra N° 13. En la base madrileña, Fernández-Matamoros comienza su adiestramiento en el Breguet XIX, uno de los aviones míticos de la aeronáutica militar española de preguerra.

 

Álvaro Fernández-Matamoros Scott (ARFM).


Junto a un Avro 504K de la Escuela de Loring (aparece de pie el primero por la izquierda con corbata) aparece Matamoros (de pie, cuarto por la derecha) (ARFM).


Cartel anunciador de la Aeroescuela Estremera (ARFM).

 

En este sesquiplano realizará los consabidos vuelos de patrulla, escuadrilla y entre los diferentes aeródromos españoles en los que, salvo un choque con un DH.9 ocurrido a mediados de septiembre (suponemos que en un aterrizaje o un despegue) no experimentó ningún percance.

 

A lo largo del año 1933, el soldado piloto siguió la rutina de vuelos del resto de la escuadrilla a bordo de los Breguet (volando asiduamente los números 33, 59, 126 y 140, entre otros) y amplió su formación aeronáutica haciendo el curso de Ametrallador-Bombardero, cuyo título obtuvo en junio junto con el empleo de Cabo. Cabe reseñar algunos vuelos significativos, como los realizados a los aeródromos del Protectorado de África (Larache y Tetuán) donde llegó a tripular un Loring R.III, así como dos vuelos de homenaje. El primero de ellos lo llevó a cabo tripulando el Breguet N° 114 hacia Las Pedroñeras (Cuenca) donde se inauguró una lápida conmemorativa del nacimiento en esta localidad manchega del laureado Capitán Félix Martínez Ramírez que había fallecido en accidente al estrellarse con un Avro de la Escuela de Alcalá de Henares.

 

El segundo viaje tuvo como destino Valencia para la gran concentración aeronáutica que tuvo lugar a finales de octubre de 1933 con motivo de la llegada a su tierra natal de los restos mortales del escritor Vicente Blasco Ibáñez procedentes de Francia. El féretro del escritor valenciano llegó al puerto a bordo del acorazado Jaime I, siendo escoltado por el destructor francés Casad y los españoles Alcalá Galiano y Churruca.

 

La comitiva naval fue recibida por el presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, autoridades políticas y una inmensa muchedumbre coronada por enseñas nacionales arriadas que lucían crespones negros4. Toda la multitud era sobrevolada por una masa de 85 aviones procedentes de las diferentes unidades aéreas militares y navales entre los que se encontraba el Breguet 126 tripulado por Fernández-Matamoros. En febrero de 1934 se licenció de la Aviación Militar con más de 185 horas de vuelo en su haber5.



 

Rematriculada y con el anuncio de la Shell bajo las alas.

 

Volando para la Shell y probador de Loring

 

En enero de 1934, Álvaro debió de sentirse lo suficientemente experimentado como para afrontar nuevos retos de su vida aeronáutica, entre ellos, ganarse la vida pilotando un avión anunciando lubricantes de la compañía inglesa Shell. Para ello, el 21 de diciembre de 1933 usó una avioneta Blackburn L.1C Bluebird IV matrícula G-AAOC que, rematriculada EC-UUU, fue empleada para realizar vuelos sobre Madrid y el aeródromo de Barajas durante los meses de enero y febrero. A partir de marzo de ese año empezó a realizar vuelos promocionales por diversas capitales de provincia del sur y el este de España, teniendo especial relevancia los vuelos nocturnos que realizó en cuatro noches del mes de agosto de 1934. En el realizado en la noche del 28 de agosto sufrió un capotaje con la Blackburn del que desconocemos sus consecuencias, pero quizás debieron ser serias para el piloto o para el avión: Fernández-Matamoros no vuelve a rellenar su libro de vuelo hasta el 19 de marzo de 1935; después de haber sumado más de 73 horas de vuelo con ella, se la vende al expiloto militar Eloy Fernández Navamuel.

 

Desde ese momento podemos decir que Fernández-Matamoros ya tiene una acreditada reputación como aviador que le permite ser contratado para diferentes actividades aeronáuticas. En el mes de marzo empezó a realizar vuelos de turismo en Barajas con una avioneta Potez (de la que no ha trascendido el modelo), pero esta actividad la interrumpió al ser contratado en abril por Loring. El empresario aeronáutico, que ya conocía bien al aviador, quería que tripulara su prototipo de avioneta Loring X en diferentes pruebas antes de presentarla al Concurso de Aviación convocado por el gobierno en 1935 para seleccionar un avión de escuela de producción nacional.

 

La Loring X era una avioneta monoplano de ala baja en voladizo que estaba propulsada por un motor Walter de 105 CV y presentaba la novedad de llevar la cabina cerrada y dos asientos lado a lado. Gracias al legado documental y fotográfico de la familia Fernández Matamoros, sabemos que fue probada en Cuatro Vientos durante la primera quincena de abril (en concreto, los días 9, 11, 13, 14, 16 y 18), siendo sometida a diversos ensayos (subida, velocidad, tomas y despegues, etc.); el día 20 llegó a llevar de pasajero a uno de los hermanos Ansaldo en un vuelo de 15 minutos. Pese a las innovaciones aportadas por Loring, su avión fue descalificado al no cumplir la velocidad mínima exigida en el pliego técnico del concurso (70 Km/h)6. Al certamen también concurrieron la Adaro Chirta, la GP-1 y la Hispano HS-34, que fue la avioneta ganadora.


En la Escuela de Pilotos de Albacete (Matamoros tumbado a la izquierda (ARFM).


Junto a la cola de uno de los sesquiplanos del Grupo 31 (ARFM).

 

Después del concurso de avionetas, Álvaro siguió volando en Barajas en vuelos de turismo a pasajeros, probablemente en una avioneta Potez 36, pero esto no le impidió desplazarse a otros aeródromos para tripular otros aparatos. En mayo viajó a Huesca para volar en la Farman F.200 EC-LAA que el Aeroclub de Zaragoza había comprado a la Compañía Española de Aviación (CEA) de Albacete y más tarde se desplazó a Zaragoza para hacer acrobacia en el Blériot Spad 51 EC-BCC recientemente adquirido por el mismo Aeroclub7. A lo largo del año 1935 y de la primera mitad del año 1936, Álvaro compaginó sus vuelos de turismo a bordo de diferentes avionetas (Potez, Moth, Hornet Moth) con la formación de pilotos, tanto en el Aero Popular de Madrid como en el Real Aeroclub. La pasión por volar también le llevó a obtener el Título A de piloto de vuelo sin motor que obtuvo en octubre de 1935 después de numerosas prácticas en un velero Zöglin en los terrenos de La Marañosa. Esta etapa de actividad aeronáutica apunta a que Fernández Matamoros quería mantener una práctica aeronáutica permanente con vistas a dar el salto al puesto más prometedor de cualquier piloto español en los años 30: el ingreso en las Líneas Aéreas Postales de España (LAPE).

 

Aviador de LAPE y Curso de vuelo sin visibilidad

 

Para un piloto español, de esa época, acceder a LAPE suponía entrar en el mundo de la élite de la aviación civil y poder tripular los aviones más modernos de la flota aérea civil de España, como los Fokker VII y, sobre todo, los recién adquiridos Douglas DC1/2. Su compañero Pedro Tonda Bueno –con quien Matamoros voló en cuatro ocasiones– ha hecho una buena descripción del estatus que alcanzaban los pilotos, mecánicos de vuelo y demás personal de la línea: “Nuestros ingresos como pilotos eran altos. Cobrábamos por kilómetros volados 0,25 céntimos en vuelos diurnos y treinta y cinco céntimos de noche. Durante los viajes teníamos viáticos en pesetas oro, suficiente para ir a los mejores hoteles y restaurantes”8.

 

Formación de Breguet en vuelo (IHCA).


Imágenes inéditas de la Loring X en los vuelos de pruebas de Cuatro Vientos. En tierra con Matamoros en la cabina y despegando del aeródromo.

 

Matamoros debió de estar pilotando avionetas en Barajas hasta los primeros días de diciembre de 1935, porque el día 7 de diciembre ya volaba como segundo piloto de Vicente Vallés a bordo de un Fokker que cubrió el trayecto Madrid-Valencia-Palma de Mallorca. A partir de ese momento, acumuló horas como segundo piloto de varios pilotos de LAPE, principalmente con el citado Vallés, Luis Ruano y Fernando Rein Loring a bordo del trimotor Fokker VII (tan sólo en una ocasión voló en Douglas con Rein Loring hacia Barcelona).

 

Nuestro protagonista tuvo ocasión de volar en el trimotor holandés hasta un lugar tan distante como Casablanca siendo el segundo piloto de Rein Loring. Tonda decía que el Fokker era lento pero seguro y para poder llegar a la ciudad norteafricana tenían que despegar del aeródromo de Tablada (Sevilla) a tres de la madrugada y volar durante todo el día hasta llegar a Tenerife, donde aterrizaban (eso si la niebla que se producía por su altitud no se lo impedía y tenían que tomar tierra en Las Palmas)9.

 

El cuaderno de vuelo de Fernández Matamoros como piloto de LAPE se extiende hasta finales de enero de 1936 con un total de 85 horas y 90 minutos de vuelo en polimotores, lo que le serviría para que el 4 de abril de 1936 se le expidiera el correspondiente título de Piloto de Transporte Público. Su actividad aeronáutica no se vuelve a reanudar hasta el mes de mayo, en que comienza un curso de especialización muy necesario para las nuevas exigencias de la aviación: el vuelo sin visibilidad. Para poder adquirir esta destreza, Matamoros acudió en el mes de mayo a la Escuela de Pilotos de Alcalá de Henares, donde impartía sus clases el Capitán Joaquín García Morato. A partir del día 12, Álvaro voló con Morato en la De Havilland Moth Major matrícula 34-1, dotada de una capota para ocultar por completo la visión del piloto y que solo se guiara instrumentalmente. Hizo vuelos sobre el propio aeródromo de Alcalá y también se desplazó hasta Guadalajara y Cuatro Vientos. El día 21 Morato tripuló con él uno de los tres De Havilland DH 89M adquiridos en enero, haciendo un corto vuelo sobre Alcalá; luego continuó la instrucción al día siguiente en la avioneta Major hasta final de mes, acumulando 7 horas y 13 minutos de curso. Fernández-Matamoros regresó al aeródromo alcalaíno el día 13 de julio para examinarse; tras un breve entrenamiento, salió en la Moth llevando consigo al Sargento Roig como examinador y afrontó la prueba final (un circuito entre Alcalá-Chinchón-Getafe-Alcalá) cuya superación le supuso la concesión del título de vuelo sin visibilidad. Tanto la experiencia con los polimotores de LAPE, como la instrucción aeronáutica con García Morato resultarían decisivas para Álvaro Fernández-Matamoros en los siguientes meses de su vida.


Spad capturado en el campo de Barracas (J. Velarde).



Carnet de vuelo sin motor (ARFM).



Carnet piloto de transporte (ARFM).

 

El curriculum aeronáutico de Matamoros anterior al inicio de la contienda civil estuvo ligado a la empresa Shell, que proporcionaba suministros a LAPES y a aviones civiles, pero su vinculación al ambiente aeronáutico del momento nos aporta noticias sobre un aparato poco conocido: la AISA GP-4 especial matrícula EC-AFM. Esta avioneta cuatriplaza –de la que sólo se construyó un ejemplar– es producto del magnífico tándem de diseño Arturo González Gil y José Pazó Montes; salió de la AISA poco antes del inicio de la guerra y González Gil, confiando en Matamoros, le extendió un documento el 16 de julio de 1936 en el que se indicaba que se la prestaba para que pudiera trasladarse a Inglaterra con ella vía Francia, probablemente para hacer la habitual visita a sus parientes durante las vacaciones estivales, que no se llevó a cabo por el inicio de la guerra60.

 

La guerra civil

 

El estallido de la guerra sorprende a Álvaro en Madrid, donde permanece oculto hasta que, después de la caída de Albacete, consigue marchar hacia Valencia en tren donde, gracias a un pasaporte británico que le consiguieron por ser empleado de la Shell, embarca en el crucero pesado británico Devonshire.

 

Certificación de Gómez Lucía (ARFM).


Certificado Vuelo sin visibilidad (ARFM). 


Autorización extendida por González Gil para el vuelo a Inglaterra (ARFM).



Fokker VII de LAPE (IHCA).


Tras tomar tierra en Marsella, viaja en el mercante Dembod a Tánger, desde donde tomará un taxi con la intención de presentarse en el aeródromo de Tetuán. En la frontera, debido a la situación de tensión que se vive en esos momentos, recelan de él y lo que el propio Álvaro definió como un “susto” se resuelve después de que le avalaran desde el aeródromo de Tetuán, donde se presenta el día 7 de agosto (con esta antigüedad, y según el Decreto N° 50 del B.O. 8, fue ascendido al empleo de Sargento de complemento)11. Sin ningún contratiempo fue destinado a uno de los recién llegados Junkers Ju-52 62, en calidad de tripulante, participando inmediatamente en el traslado de tropas a la península, haciendo el trayecto entre Tetuán y Granada, Sevilla o Jerez.

 

Álvaro permaneció en este destino hasta el día 13 de agosto, y el 14 comenzaron para él los servicios de guerra propiamente dichos. Y se iniciaron con mala fortuna, puesto que en esa fecha, y actuando como copiloto realizó una fatídica misión de bombardeo y ametrallamiento en Badajoz.

 

El objetivo del vuelo era proteger la entrada de las tropas propias en la ciudad. Al llegar se dieron cuenta que éstas ya estaban en los barrios externos de la misma por lo que era peligroso bombardear. Se optó entonces por descender a unos 200 metros de altitud y ametrallar a los enemigos que hacían fuego desde los tejados, con tan mala fortuna que, al cabo de una hora de misión, un disparo desde tierra hirió mortalmente al piloto del Ju 52 con numeral 22-59 en el que viajaba Álvaro, y que no era otro que el propio jefe de la Tercera Escuadrilla, Capitán Francisco Díaz Trechuelo. El disparo, tras segar la vida del Capitán, atravesándole el corazón, fue a impactar en el depósito nodriza del aparato causando un amplio orificio por el cual salía la gasolina que caía sobre los pilotos.

 

En este momento tomó el mando del avión Álvaro que, al mismo tiempo que intentaba impedir la pérdida de combustible con una mano (hasta que el mecánico Valverde taponó la pérdida), lograba aterrizar, más tarde sin problema, en su base de partida de Tablada.

 

Fue la primera acción de guerra, y quizás una de las que más le marcasen en este su bautismo de fuego. Por supuesto asistió al entierro con honores que se hizo a su Capitán, durante el cual el propio General Franco prendió la medalla al Mérito Militar sobre el cadáver de Trechuelo. A partir de ese momento y durante algunos meses, la escuadrilla recibió el nombre de “Trechuelo”, que fue pintado en el fuselaje de los tres aparatos de la misma. Por esta misión, Álvaro fue propuesto a la Medalla Militar, aunque nunca llegó a recibirla.

 

Pero la guerra continuaba, y como había pocos pilotos de caza con experiencia, se le requirió para efectuar unos servicios los días 17 y 18. Ambos los realizó pilotando un Nieuport 52 para intentar paliar en la medida de lo posible los ataques de los cazas republicanos en el sector de Badajoz. El primero de ellos fue en el sector de Don Benito, escoltando el Ju 52 pilotado por Ricardo Guerrero, en el transcurso del cual, tuvo que enfrentarse a otro Nieuport republicano63. La segunda misión a bordo del caza lo realizó desde Sevilla a Mérida, ocurriéndole un suceso cuanto menos “gracioso” que narra Jesús Salas. Para contrarrestar el peligro que suponía la aparición de cazas enemigos en el sector de Mérida, fue enviado un solitario Nieuport 52 pilotado por Fernández Matamoros. En la orilla del río Guadiana había dos Breguet XIX por lo que él pensó que se trataba del aeródromo, aterrizando junto a ellos. Inmediatamente se presentaron ante él con idea de detenerle varios marroquíes de un Tabor de Regulares del Comandante Del Oro que los custodiaban. Al preguntarle su nombre y filiación, él sólo contestó “Matamoros”. Al parecer tuvo suerte de que estuviese observando la situación desde cerca un oficial español, pues no debió gustarles mucho a los marroquíes aquella contestación64.

 

Frente al Ford trimotor de la compañía (ARFM).


Una de las pocas imágenes de la AISA GP-4 especial (ARFM).

 

Tras regresar el 19 de agosto a la Escuadra de Bombardeo B y a la Tercera escuadrilla de Ju 52, completó el mes con varias acciones de bombardeo, destacando el encuentro del día 20 con la caza republicana cuando bombardeaban sobre Don Benito, en el que fue herido el Teniente Sánchez Suarez, o el del día 28, en el que habiendo partido para realizar otras dos misiones sobre Oropesa tuvo un enfrentamiento, primero con varios Nieuport 52, y posteriormente, con cazas similares que escoltaban a bimotores Potez15.

 

Pero lo peor de su primer mes de guerra estaba todavía por llegar. El día 30 de agosto, y mientras efectuaba una misión de bombardeo y ametrallamiento a tierra, sobre una columna de camiones en Puente del Arzobispo, su aparato 22-68 apodado “María Magdalena”, pilotado por el Capitán Carlos Rute, fue atacado por dos Nieuport 52 con tan mala fortuna que esta vez fue él el herido. Álvaro había cedido el puesto de copiloto a Luis Rambaud y pasó a ocupar uno de los asientos situados junto a la puerta, con tan mala fortuna que justo por su lado ametralló el caza republicano16. Al parecer esquirlas de una bala explosiva impactaron en la tibia de su pierna izquierda, dando comienzo para él un tremendo calvario: el mismo día 30 fue ingresado de urgencia en el Hospital Provincial de Cáceres siendo operado el 2 de septiembre; el 15 fue vuelto a intervenir para terminar de retirarle las esquirlas. El 16 de octubre, fue evacuado al Hospital Provincial de Salamanca dónde fue operado de nuevo el día 20; el 19 de noviembre ante los constantes problemas que le daba la pierna, pasó de nuevo a quirófano17.

 

Todo hacía temer por la recuperación de la pierna, pero al parecer la última operación fue satisfactoria, pues comenzó a caminar de nuevo.

 

Hasta el 30 de noviembre permaneció afecto a la 2ª Escuadra de Bombardeo, y el 1 de diciembre (dado que hablaba perfectamente inglés) fue destinado como intérprete y enlace a la 15ª Bandera del Tercio, aunque previa a su incorporación, fue enviado a San Sebastián para terminar la recuperación de la pierna, en cuyo hospital tuvo de enfermeras a las dos hermanas de Doña Mercedes (tías carnales, por lado materno, del futuro rey Juan Carlos I). En esta situación terminó el año 1936, con la incertidumbre de si se recuperaría para poder volver a volar.

 

La 15ª Bandera del Tercio, también llamada “Brigada Irlandesa”, fue una unidad de voluntarios irlandeses compuesta por unos 800 hombres (4 compañías de infantería). Durante su permanencia en este destino, Álvaro realizó tareas de ayudante personal del Jefe y creador de la unidad, el General Eoin O'Duffy, cuyo cuartel General fue establecido en el Hotel Álvarez en Cáceres. Álvaro permaneció junto a O´Duffy mientras duró el período de adiestramiento de los voluntarios irlandeses, y cuando se recibieron noticias de la pronta entrada en combate de la unidad (que recibió orden de marcha el 16 de febrero), fue apartado de la misma18.

 

El 11 de febrero, y sin estar físicamente recuperado, regresó al Arma de Aviación, siendo destinado a la Región Centro, 4ª Unidad de Servicios del aeródromo de Getafe, mandando un pequeño destacamento que protegía, desde diversos parapetos, el citado aeródromo situado cerca del Cerro de los Ángeles. En abril fue destinado a la Región Aérea Sur, presentándose en el Aeródromo de Tablada para volar de nuevo. El día 3, y según el B.O. 169, había sido promovido al empleo de Teniente de Complemento del Arma de Aviación. No obstante, parece que la suerte no le acompañaba y el día 6 es dado de baja por habérsele abierto de nuevo la herida. El día 12 de nuevo fue ingresado, esta vez en el Hospital de la Cruz Roja de San Sebastián. 

 

Junkers 52 bautizado en honor de Díaz Trechuelo (IHCA).


Esquela del aviador. Archivo F. Valero.



 

El día 10 de mayo, Álvaro volvió a pasar por el quirófano, siendo ésta su quinta intervención. No obstante, no desaprovechó su convalecencia, pues tras reponerse de la operación, aprovechó para desposarse con Maruja Fernandez-Lloreda Tenorio. El día 10 de julio fue destinado como Adjunto del Jefe de la Región Aérea de Levante, Julio García Cáceres, en la base de Zaragoza y allí con el ambiente tan seco, se le terminó de cicatrizar la herida. En este destino, y ante la notable mejoría de la pierna, no desperdició la ocasión y comenzó a tomar contacto de nuevo con el avión, en este caso con una avioneta RWD-13 de enlace perteneciente al Estado Mayor con la que, entre el 21 de agosto y el 7 de septiembre, hizo vuelos regulares entre Zaragoza y Soria.

 

No es descabellado pensar que en Zaragoza contactase con el entonces Jefe de la Escuadra de Caza Joaquín García Morato al que debió pedir que lo incorporase a su unidad como “cazador”. Morato le conocía de antes de la guerra, pues recordemos que en Alcalá de Henares le tuvo como alumno del curso de Vuelo sin Visibilidad en los primeros meses de 1936, y ya sabemos el interés que tenía por la acrobacia19 de la que Álvaro también era un gran aficionado. En ese momento no son más que 13 pilotos en el Grupo, y Morato, conocedor de la pericia como aviador piloto del joven Teniente, debió aceptar su incorporación enseguida (debemos tener en cuenta que dicho jefe escogía a sus pilotos personalmente e independientemente de su origen, como en el caso del “civil” Manuel Vázquez Sagastizábal o el antiguo observador de Ju 52 Heraclio Gautier20).

 

Aunque debía ser un honor entrar a formar parte de ese selecto grupo de cazadores, la vida de los mismos no debía ser un camino de rosas, pues él era muy exigente tanto con sus pilotos como consigo mismo21.

 

El día 18 de septiembre, fue dado de alta total de sus heridas, y con la misma fecha destinado a la Escuela de Transformación y Combate de El Copero en Sevilla, mandada por Gerardo Fernández Pérez22, para “reentrenamiento” en caza. Durante el mismo, en el mes de octubre, voló los aviones más diversos, caso de las avionetas alemanas Bücker Bü-131 “Jungmann” (El Copero contaba con 5 de estos aparatos, recibidos en febrero de ese mismo año), los Arado, las anticuadas Havilland DH-9 y los pesados aviones de caza polacos PSW10 denominados “pavipollos”, inservibles para prestar servicios en el frente.

 

Nieuport republicano (IHCA).


Convalecencia en la plaza de toros de San Sebastián (ARFM).


Bandera que las hermanas de Doña Mercedes le dedicaron durante su estancia en el hospital (ARFM).

 

La vida en El Copero no era fácil ni tan siquiera para un piloto veterano como Álvaro: diana a las seis de la madrugada, instrucción y desayuno antes de que a las ocho se procediera al arrastre de las avionetas fuera del hangar, vuelos de ocho y cuarto a doce y cuarto, descanso para comer y vuelos de nuevo desde las dos y media a las cinco de la tarde, y a todo esto había que sumar las clases teóricas y la instrucción táctica23.

 

Álvaro sumó un total de 15 horas 20 minutos de vuelo en 150 vuelos durante su estancia en El Copero.

 

Y por fin, el día 12 de octubre, festividad del Pilar, se incorporó como miembro de la Segunda Escuadrilla del Grupo 2-G-3 en Sevilla (2-E-3), en aquél entonces a las órdenes del Comandante Ángel Salas Larrazábal, a quién el Comandante García Morato había cedido el mando del Grupo, pues él tuvo que marchar a Italia en misión oficial24. El día 24 del mismo mes tomará contacto por primera vez con un Fiat CR.32. Permaneció en Sevilla durante el resto de octubre y todo el mes de noviembre, realizando entrenamientos tales como vuelos en escuadrilla, picados, maniobras de evasión, etc., y siempre ya con los veloces Fiat y normalmente con el numerado 3-58, añadiendo a su historial un total de 13 horas 22 minutos de vuelo en CR.32 “Chirri”.

 

El 22 de noviembre, y según el B.O.E. número 398, es condecorado con la Medalla de Sufrimientos por la Patria, por las heridas recibidas en la pierna. El 1 de diciembre, con el resto del Grupo, es trasladado a su nueva base en Buñuel, desde donde se realizan diversas misiones en el frente de Huesca. La idea de estas misiones era despistar al enemigo sobre la verdadera idea de la maniobra general del Ejército: la proyectada y nunca efectuada ofensiva sobre Madrid a través de Guadalajara. El día 10, y tras participar todo el grupo en un espectáculo en honor a la Virgen de Loreto, patrona del arma de Aviación, efectuaron una misión de reconocimiento en el frente aragonés, tomando el Grupo contacto con 40 Polikarpov I-15 “Chatos”, con los que combatió, resultando varios aparatos tocados, pero la peor parte se la llevó nuestro valiente piloto, pues consiguió el negativo record de encajar 28 impactos que le acribillaron el “puro”, largueros y planos del Fiat 3-65 que pilotaba en esa jornada. Pese a lo aparatoso de los impactos, logró aterrizar indemne, al igual que el resto de aparatos del Grupo; según el propio Morato: “Al hacer cuentas al final del combate, arrojaban un total de diez aparatos enemigos derribados, sin ninguna pérdida por nuestra parte”25.

 

El día 14 se trasladaron de nuevo, esta vez a la fría Aranda de Duero (con idea de tener más cerca las bases de partida para la fallida ofensiva proyectada sobre Guadalajara). El 15 de diciembre comenzaba la Batalla de Teruel y con su inicio, todos los planes de avanzar hacia Madrid, a través de Guadalajara, fueron olvidados. El frente se había trasladado más al Este y era necesario reubicar las unidades aéreas. Con esta premisa, el Grupo de Caza fue trasladado el día 19 desde Aranda a Alfamén (Zaragoza) donde quedaban a un paso de Teruel.

 

Comenzaba entonces uno de los períodos más complicados para nuestro piloto. La batalla de Teruel supuso un reto no sólo para las tripulaciones sino para los mismos aviones, pues las condiciones climáticas fueron completamente adversas, erigiéndose ese invierno en el más frío del siglo XX. El año 1938 comenzó para Álvaro con numerosas salidas al frente realizando misiones de protección de los aviones de cooperación de la Región Aérea de Levante (su anterior destino), los Imam-Romeo Ro.37, los He 45 “pavos”, los He 46 “pavas” y de los aviones de bombardeo. Todo esto, simultaneado con cruceros de vigilancia por el frente y cooperación con ametrallamientos a tierra26. En febrero continuó la tónica, no teniendo que lamentar ningún suceso grave salvo algún aterrizaje en aeródromos cercanos por falta de combustible, como el del día 20 en Calamocha, y el del día 21, en Bello. El día 22 de febrero era recuperado Teruel y se abría un período de calma que le llevó el día 25 a viajar junto al Capitán Julio Salvador a Sevilla vía Salamanca, en una Northrop, donde recogió del Parque Regional Sur el CR.32 con numeral 3-52, regresando a Ávila, no sin tomar tierra antes en Veladas por avería en el motor.

 

Matamoros se apoya en el bastón para posar junto a los voluntarios irlandeses (ARFM).


Foto dedicada del Mayor (Comandante) Pat Dalton (ARFM). 

En marzo, regresa de nuevo en el frente, esta vez al Este de Teruel, en los preparativos de lo que más tarde se conocería como Campaña de Aragón. El día 5, llegó al aeródromo de Tauste, pero esta vez asimilado a la primera escuadrilla (1-E-3) mandada por el propio Julio Salvador, pilotando la mayor parte del tiempo los “Chirris” con numeral 3-52, 3-109 y 3-113. Durante este ciclo de operaciones realizó las misiones típicas de la caza: protección, cruceros de vigilancia y cooperación en los frentes de Vivel del Río, Montalbán, Belchite, Quinto, etc., destacando un ametrallamiento a tierra en Quinto en el que incendió varios camiones enemigos. El día 25, junto a la Primera Escuadrilla, se desplazó al aeródromo de Belchite, que estaba muy cerca ya del frente. Fue el día 27 cuando tomó los mandos del 3-113, siendo éste el último “Chirri” que volaría en acciones de guerra.

 

Abril comenzó de igual forma que había concluido el mes anterior, con numerosas misiones de protección y reconocimiento en el frente entre Aragón y la costa castellonense. Morella y San Mateo fueron dos de los lugares donde actuó con el resto de la escuadrilla. El día 14 realizó dos servicios: en el primero efectuó una protección de la “Cadena” en el frente de San Mateo. En el segundo servicio, el Grupo formado por 16 aparatos y mandado por el Comandante Salas Larrazábal, que despegó a las 11:30 horas para proteger una nueva misión de los cadeneros He 51, tomó contacto con 12 cazas enemigos tipo “Rata” que protegían el bombardeo de una escuadrilla de Tupolev SB-2 “Katiuska”. El Teniente Matamoros consiguió en esta acción su primer y único derribo: a la altura de Alcanar (Tarragona), al ametrallar a uno de los Polikarpov I-16 por la cola, incendiándolo y estrellándose el avión republicano contra el suelo27.


Personal de la 2ª Escuadrilla Fiat (ARFM).


Bandera irlandesa firmada por O'Duffy y Dalton (ARFM).

 

 

El día 15 de abril realizó un crucero de vigilancia en el frente de Vinaroz, participando en el ametrallamiento a dos barcos republicanos. Con esta acción, la escuadrilla de nuestro protagonista consiguió que el convoy republicano regresase a su base en Benicarló. Pero en uno de los picados en los que participó Álvaro para alcanzar a los navíos, ocurrió algo inesperado.

 

La presión alcanzada por la velocidad de picado del CR.32 pudo con la resistencia de su oído interno. Con intenso dolor y fuertes mareos nuestro piloto consiguió, a duras penas, aterrizar su aparato. Algo se “rompió” en su interior que a la postre le apartaría para siempre de su medio natural: “la caza”.

 

Pero Álvaro no se rendía fácilmente y todavía volaría en Chirri el día 11 de mayo con el matriculado 3-113. Partió desde el turolense aeródromo de Bello28 en una misión de 2 horas 10 minutos protegiendo a “Pavos” y Junkers en el frente de Aliaga. En esta misión recibió tres tiros en el aparato. No obstante, sus facultades como piloto de guerra estaban muy mermadas por lo que esta fue su última misión a los mandos de un caza.

 

Con fecha 1 de julio de 1938, pasó destinado al Parque de la Región Aérea Sur por enfermedad y fue dado de baja del citado Grupo 2-G-329 por no poder volar, según informe del comandante jefe de los Servicios Médicos de Aviación Federico Ontiveros, marchando el 25 del mismo mes al sanatorio de Marbella.

 

El 28 de diciembre de ese mismo año, y según propuesta número 95, debía pasar destinado a las Fuerzas Aéreas de África ocupando un puesto en tierra, pero quedó sin efecto porque el 1 de enero de 1939, como caballero mutilado, pasó como agregado a Iberia, con destino en Las Palmas de Gran Canaria. En este destino se volverían a emplear Junkers de la guerra transformados para uso civil, en una ruta difícil (Madrid-Las Palmas, pasando por Tánger, Casablanca e Ifni) de 20 horas de duración, agravada por el escaso radio de acción de los Junkers. A mediados de 1940 es trasladado a Barcelona, donde abre la delegación de la compañía y organiza los primeros vuelos Madrid-Barcelona. Después pasó a la Dirección General de Iberia en Madrid, donde permaneció en activo hasta 1972. Años antes, con una antigüedad de 12 de abril de 1939, Álvaro Fernández-Matamoros Scott había sido ascendido al empleo de Capitán de Complemento según el Boletín Oficial del Ministerio del Aire número 7, de 16 de noviembre de 1940, y con fecha 1 de febrero de 1941 fue dado de baja del Ejército, según el Boletín Oficial N° 14 con el empleo de Coronel. Matamoros siguió vinculado a sus compañeros de armas en diferentes actos que tuvieron lugar en posguerra relacionados con el grupo Morato.


Matamoros junto a su Chirri (ARFM)


Los impactos recibidos en el avión demuestran la dureza del combate (ARFM).


Documento de felicitación por la actuación en campaña (ARFM). 

 

Si intensa fue su vida como piloto en la preguerra, más lo fue en plena contienda en la que alcanzó las 202:15 horas de vuelo, participó en cinco combates y efectuó un total de 85 servicios de guerra, consiguiendo un derribo reconocido. Las condecoraciones conseguidas hablan por sí mismas de la intensa actividad que desarrolló durante este período:


  • Medalla de Sufrimientos por la Patria (B.O. 398 de 22-11-37 y B.O.139 de 18-5-40), Medalla Militar Colectiva al Grupo Junkers (B.O. 603 de 17-6-38),
  • Caballero Herido de Guerra (20-8-38),
  • Caballero Mutilado de Guerra por la Patria (25-12-38),
  • Medalla Militar Colectiva del Grupo 2-G-3 (B.O. 60, de 1-3-39)
  • Medalla de Campaña. 

A ello se suman:


  • Dos Cruces Rojas de Mérito Militar,
  • Dos Cruces de Guerra (Oficio 354 Fuerza Aérea del Atlántico 13-10-39),
  • la Cruz del Mérito de la Orden del Águila Alemana de tercera clase con espadas (B.O. 70 de 10-3-40),
  • Cruz de Mérito de Fuerzas de Italia (Roma 28-3-1939),
  • Cruz de Caballero Corona de Italia (Roma 28-3-1939),
  • la Propuesta para la Medalla Militar Individual
  • Nueve felicitaciones del mando por su actuación en campaña.

 

Dedicatoria de Julio Salvador durante la estancia de este piloto en Rusia (ARFM).


En un acto realizado con compañeros del Grupo Morato (ARFM).


Millán Astray le da la bienvenida al Cuerpo de Mutilados, reconociendo su vinculación británica con el encabezamiento de la carta: “Mi querido Boy” (ARFM).


Bandera del Grupo Morato (ARFM).

 

NOTAS

1 Los autores quieren expresar su agradecimiento a Ricardo Fernández-Matamoros, quien nos ha brindado la posibilidad de consultar todo el legado aeronáutico que ha preservado sobre su abuelo (en adelante Archivo Ricardo Fernández-Matamoros, ARFM).

2 Los datos de las horas de vuelo proceden del libro de vuelos del piloto. ARFM.

3 Es en este aeródromo donde se le comunica el 6 de marzo de 1933 que ya estaba en posesión del título de piloto militar de complemento (N° 749). Datos extractados de los Expedientes de Personal 63.482 y 875.864 del Archivo Histórico del Ejército del Aire (en adelante, AHEA).

4 El diario ABC en su edición del 31 de octubre hace una pormenorizada descripción del acontecimiento.

5 Fernández-Matamoros ostentó interinamente el empleo desde marzo de 1933, tal y como refleja su Libro de Vuelos.

6 Las exigencias técnicas del Concurso de 1935 se pueden consultar en el Archivo Emilio Herrera Linares. Documento 1713.

7 Howson (Op. cit.; p.54) comenta que el Aeroclub de Aragón puso a la venta el Spad y el Farman en diciembre, pero al no encontrar comprador se vieron envueltos en la guerra civil. Velarde Silió. (Op. cit.; páginas 131 y 164) señala que ambos fueron encontrados en el aeródromo de Barracas cuando fue tomado por las tropas de Franco en la primavera de 1938.

8 La vida y yo. México, 1974; p.156.

9 Ídem, página 155.

10 En la GP-4, Pazó Montes se fugó de Madrid y se trasladó a Galicia, donde quedó al servicio de Franco. Véase, Alejandro Pazó Jiménez de la Espada, El vuelo de José Pazó. La trayectoria de un ingeniero y aviador militar en el Siglo XX. Galland Books, 2013.

11 Datos obtenidos de la conversación mantenida entre AFM y Jesús Salas Larrazábal. Correspondencia con militares. AHEA * 2124.

12 Los Ju 52, en número de 10 habían llegado en esas mismas fechas en vuelo procedentes de Alemania, gracias a las gestiones del que más tarde sería Jefe de Estado Mayor de la 1ª Brigada del Aire, Arránz Monasterio. Con ellos se crearon tres escuadrillas de a tres aparatos, y la llamada “Escuadra B” de bombardeo, formada en su totalidad por personal español. El día 8 partieron de Tetuán con dirección a Sevilla dónde fueron armados. Salas Larrazábal, J.: “Historial de los Ju 52”, en Revista de Aeronáutica y Astronáutica, número 391-Junio 1973, pp. 431-432; Salas Larrazábal, Guerra Aérea 1936/1939. Tomo I, pp. 134.

13 El incidente se refleja en su libro de vuelo. No obstante, según las notas de Jesús Salas Larrazábal, pudieron ser hasta tres los Nieuport republicanos contra los que combatió Álvaro, pero no tenemos certeza de ello; Salas apunta que uno de esos pilotos hubiese sido Hortelano “El Pequeñín”. AHEA * 2124.

14 Salas Larrazábal, J.: “Guerra Aérea 1.936/1.939”, Tomo I, pp. 134, consultado gracias a Carlos Bourdón.

15 En su Libro de Vuelo se refleja un combate con Nieuport y el intercambio de disparos con bimotores Potez. Según Salas Larrazábal, Malraux dice que el día 29 el Potez 54 del Capitán Mellado bombardeó Oropesa, Calzada de Oropesa y Navalmoral, e indica que un Junkers 52 se cruza con una formación de Potez y cazas. Quizás pudo tener lugar el día anterior.

16 Salas Larrazábal, J.: “Historial de los Ju 52”, op. cit., pp. 434.

17 En esta misma fecha, y por orden de la Jefatura del Aire, fue ascendido al empleo de Alférez de Complemento de Aviación, con antigüedad del día 7 anterior, según orden de la Jefatura del Aire.

18 http://www.requetes.com/irlanda.html, vía Ricardo Hernández, y Keene, Judith: “Voluntarios europeos al servicio de Franco”, pp. 178-206.

19 Morato no sólo era un acróbata empedernido, sino que además teorizó sobre ello en diversos artículos y en un libro titulado: Acrobacia aérea. San Sebastián, 1939.

20 Ver, C. Lázaro Ávila “Los Gautier, una saga aeronáutica” Revista Española de Historia Militar N° 149; pp. 151-169.

21 García Morato sabía elegir a sus pilotos, en los que buscaba cualidades especiales las cuales se encargaba de mimar y desarrollar. Así, dirá textualmente “Había sido mi criterio, durante la guerra, vivir sólo con lo indispensable. Quería tener a los pilotos en todo instante al lado de los aviones, para estar dispuestos a actuar en todo momento, bastando pocos minutos para poder salir a cumplir la orden que recibiese. Y para esto era necesario vivir con austeridad, disciplina e incomodidad, en el mismo Aeródromo…Y dándome cuenta de la importancia vital que para el piloto de caza tiene un estado físico perfecto, en los ratos libres de servicio me dedicaba a realizar con mis “cazadores” ejercicios que conservasen su aptitud física y que al mismo tiempo les distrajesen”. Morato, J. G.: “Guerra en el Aire”, pp. 44

22 Pérez tenía el mando conjunto de la Escuela Elemental y de la de Transformación.

23 El Copero comenzó a usarse como escuela a principios del año 1937, primero de transformación luego escuela elemental. Constaba de dos superficies rectangulares contiguas, la menor era usada por la escuela elemental y la mayor por la de transformación. En el centro de ambas se situaba el combustible con el que repostaban las avionetas mediante el llenado por bombas de mano. Salas Larrazábal, J.: “La formación del personal de Aviación durante la Guerra de Liberación”, en Revista de Aeronáutica y Astronáutica, N° 401, pp. 276.

24 Poco más tarde, en noviembre, Morato será nombrado Jefe de la 3ª Sección de Estado Mayor de la que iba a ser 1ª Brigada Aérea, con lo que el Grupo quedó a las órdenes de Ángel Salas Larrazábal. Pero eso no retuvo a Morato en tierra y siguió volando, siempre que podía, en su inseparable 3-51 para acompañar a sus cazadores.

25 García-Morato, J. op. cit, pp. 37.

26 Se puede hacer un seguimiento de las operaciones del Grupo 2-G-3 en la Batalla de Teruel y ver parte de los documentos originales de felicitación por la actuación de la unidad, dirigidos a Álvaro Fernández-Matamoros por sus jefes, en los artículos de Blas Vicente y Juan Arráez: “La Brigada Aérea Hispana en la Batalla de Teruel”, en Revista Española de Historia Militar, números 147, 148 y 150/151. Año 2014.

27 Según el Diario de Operaciones del Grupo 2-G-3, pp. 24, consultado en el Archivo Histórico del Ejército del Aire. Ref. A12255.

28 Sobre este aeródromo dirá Morato: “Mi cuarto era una pequeñísima habitación, que varias veces se comparó con la celda de un monje, en una paridera que con lujo inmenso nos habíamos dado el gusto de blanquear totalmente”. Morato, J. G.: “Guerra en el Aire”, pp. 44

29 Con este Grupo conseguiría Álvaro Fernández-Matamoros un total de 9 citaciones.

 

Fuente: https://publicaciones.defensa.gob.es - Revista Aeroplano Nº 33. Año