Por José Ramón Ávila Bardají
Se
han cumplido 73 años de los acontecimientos que voy a relatar, que, a mí, como
piloto militar español, no dejan de emocionarme, al ver y sentir unos valores, principalmente
de sacrificio y entrega, de una juventud perteneciente a la Aeronáutica Militar
Italiana, la cual puede y debe sentirse muy orgullosa, de una gesta y de unos
hombres, que sin pedir nada a cambio, sirvieron a unos grandes ideales. Creo
que no se les puede hacer mejor homenaje que el de desempolvar esta parte de su
historia, no para ser juzgada, no somos quienes, para ello, sino para que sea
más conocida. Será contada desde el punto de vista de esos pilotos participantes,
con la información que ellos plasmaron en sus memorias, y con las anotaciones
que reflejaron en sus cartillas de vuelo. Narrar toda su epopeya en España
sería muy extensa, pero me limitaré a contar su actuación de los primeros doce
meses, que fueron de una gran actividad, acometividad, sacrificio y entrega.
Iniciado
el Alzamiento militar en España el 18 de julio de 1936, el gobierno italiano
(junto con el alemán) intervino rápidamente en ayuda de los militares alzados y
comenzó la que sería definida como la Operazione Militare Spagna (O.M.S.).
A
finales de julio de 1936 habían llegado a Melilla, bombardeos Savoia S.81 con
tripulaciones italianas para trasportar las tropas del General Franco a través
del Estrecho a España. En menos de un mes llegaría la caza con sus aviones y pilotos.
A
principios de agosto de 1936, el Duque Amadeo de Aosta reúne en el aeródromo de
Gorizia (Italia) a todos sus pilotos. Mantiene un discurso en el que solicita
voluntarios para una arriesgada misión en España, en principio de un mes de
duración, en la que por imperativos políticos, los voluntarios que se apunten
figurarán con nombre falso y en caso de captura por el enemigo, no deberán
revelar su pertenencia a la Aeronáutica Militar Italiana y este es el motivo
por el cual está previsto el alistamiento en la Legión Española. Es numerosa la
participación voluntaria de pilotos de unidades aéreas principalmente del 6° y
21° Stormo.
Primera
Expedición
Los
primeros voluntarios seleccionados, pilotos de caza, marchan en ferrocarril el
día 7 de agosto desde Udine, a las órdenes del Teniente Dante Olivero,
dirigiéndose a La Specia. En el puerto de la Spezia se encuentra una nave mercante
de nombre “Ebro”. A este barco son cargados 9 aviones Fiat CR-32, desmontados y
embalados con sumo cuidado, así como sus nueve pilotos, dos armeros, dos
montadores y un armero y el material correspondiente a recambios, armas y otros
pertrechos. A bordo de la misma nave había hallado plaza también un grupo de
militares pertenecientes a una unidad de carros de combate con su dotación de
cinco carros Ansaldo CV.35. Es la primera expedición naval con rumbo a España.
Al barco se le decide cambiar el nombre de Ebro a “Arianne”, menos llamativo para la misión a realizar. Poco después de su partida, se recibe orden de interrumpir el viaje y dirigirse al puerto de Cagliari (Cerdeña), donde quedó anclado en la bahía, fuera del puerto.
El
servicio secreto italiano tenía indicios de que la tripulación del barco, en su
totalidad española, planeaba atracar en un puerto leal a la República y
consignar al servicio de esta, la nave y todo su cargamento. Los
interrogatorios y las indagaciones duran cuatro días, al final de los cuales el
buque reanuda la ruta hacia Gibraltar.
Una
unidad naval de combate italiana (el explorador ligero “Luca Tarigo”, con base
en Tánger durante aquella época, al mando del Capitán de fragata Armando
Squinobal) los escolta desde lejos y siempre dispuesto para intervenir en caso
de problemas con la flota española. En efecto, entrada la noche, una unidad
naval republicana se aproxima al “Ariane” solicitando mediante señales
luminosas nombre y destino del mercante, pero al aparecer en el horizonte la
silueta inconfundible del patrullero, de la clase Navegante, le hizo desistir de
su intento de bloqueo, de esta manera la noche del 23 al 24 de agosto atravesó
el Estrecho de Gibraltar eludiendo el bloqueo.
La navegación posterior por el Atlántico no presentó sorpresas, y el mercante embocó finalmente la ensenada de la ría de Vigo y atracó en el puerto de ciudad gallega la noche del 26 al 27 de agosto de 1936.
Los
componentes de la expedición a Vigo son:
Especialidad Nombre Real Nombre
de Guerra
Piloto (S.Ten) OLIVERO Dante
Piloto (S.Ten) MANTELLI Adriano (ARRIGHI)
Piloto (S.Ten) FRANCESCHI Giorgio (SALETTI)
Piloto (Sarg.) CHIANESE Raffaele (GIGLIO)
Piloto(M.llo.) DI MONTEGNACCO Bruno (ROMUALDI)
Piloto (Sgto) BASCHIROTTO Gian
Lino (GIRI)
Piloto (Sgto) BUFFALI Achille (GUELLI)
Piloto (Sgto) GALLI
Raoul (MILANDO)
Piloto (Sgto) VIVARELLI
Manlio (GUGLIEMOTTI)
Mecánico CRESTI
Mecánico BRUNETTO
Montador GERBINO
Montador GREGO
Armero BARZACCHI
El día 27.8.36 llegan a Mallorca 3 aviones CR-32 con La (M) de Musolini.
Una
vez completadas las operaciones de desembarco, los pilotos y el personal de
apoyo se encaminan a la estación de ferrocarril para subir a un tren con
destino a Cáceres; desde esta base extremeña serán trasportados al día
siguiente en un JU-52 a Tablada (Sevilla).
Allí
los oficiales son alojados en el Hotel Cristina y los Suboficiales en el Hotel
Moderno. Se recuerdan como dos lujosos albergues, de los cuales el personal no
pudo gozar en toda su intensidad, ya que como pilotos militares debían
levantarse a las cinco de la mañana para encontrarse con sus aviones.
Se
procedió al ensamblaje de los aviones y a su puesta a punto.
Una
vez en Tablada se incluye a los recién llegados bajo nombre falso de la
Aviación del Tercio, de la Legión extranjera. El nuevo uniforme del personal
italiano, en España, es el de la Legión. El color es el caqui característico,
el “Rokiski” que lucen es una curiosidad (con hélice cuatripala y emblema de la
Legión), junto con el “chapiri” (gorro) inéditos hasta entonces en la Aviación
Militar española. Este uniforme sustituye a las ropas civiles de los
expedicionarios. Como es natural, en el momento del alistamiento, las
graduaciones se sustituyen también por las equivalentes en uso de la aviación española.
La escuadrilla de pilotos legionarios recibiría en poco tiempo un sobrenombre singular y desenfadado, que se convertiría en un apodo muy popular en las crónicas remitidas por los periodistas enviados que seguían la guerra civil: la Cucaracha.
Este
era el distintivo que pronto adornó los fuselajes de los Fiat CR-32, una
cucaracha con fez, que tocaba el saxofón y en lugar de notas emitía pequeñas
siluetas rojas de aviones.
Los pilotos de la Cucaracha pronto se sintieron orgullosos de su jocoso emblema, conscientes del respeto que infundía. En Tablada no hay mucho tiempo para ambientarse. Los recién llegados se incorporan rápidamente en los turnos de salida por alarma de los cazas nacionales. En estos días, un espabilado joyero de la calle Sierpes, fabrica un anillo para los componentes de la Aviación Legionaria, que pronto se pone muy de moda y termina siendo una señal de identidad de los pilotos italianos, los cuales lo lucen orgullosos con el emblema de la Aviación Legionaria, su nombre de guerra y la fecha de incorporación a la guerra de España.
La obtención de la fotografía del anillo merece contarse. En el año 2004 fui comisionado a Trento (Italia), por el Ejército del Aire, para una reunión de representantes de Museos Militares de Aviación europeos. En el transcurso de aquellos días en una comida de confraternización me senté junto a un representante, al que pude apreciar luciendo en un su dedo de su mano el susodicho anillo, a mis preguntas lógicas sobre la procedencia de aquel anillo, con el “Rokiski” de nuestra aviación y el emblema de la Legión española, me contó con todo lujo de detalles, que había pertenecido a su tío Gian Lino Barchirotto participante en la guerra civil española, componente de la primera expedición y cuyo nombre de guerra era “Giri”. Participó en la guerra de España (con 256 misiones, cinco victorias individuales y seis en colaboración), y también combatió en la II Guerra Mundial (con 292 misiones, seis aviones abatidos individualmente y tres en colaboración). A las medallas ganadas en España hay que añadir otras dos de plata al Valor Militar en campaña y la Cruz de Hierro alemana de segunda clase que le fue impuesta por el Mariscal de Campo Erwin Rommel en Martuba. Se había retirado de “Coronel” en 1970 y falleció en Vicenza en 1986 y el compañero de mesa, como aviador y sobrino de “Giri” había heredado tal joya. Pude fotografiarla y este es el testimonio.
Segunda
Expedición
Partió,
días más tarde que la primera, del puerto de La Spezia con dirección a Melilla.
A bordo del buque “Alicantino” el cual fue cambiado de nombre por “Nereide”,
llevaba 12 cazas Fiat CR-32 y a sus doce pilotos.
A
pesar de haber salido más tarde que el “Ariene” llegaría antes a su destino. En
esto influiría la distancia y que durante la travesía no ha experimentado
ningún tipo de contratiempo. Su llegada al puerto de Melilla tiene lugar el 14
de agosto, y los aviones embalados, son desembarcados y transportados al
aeródromo de Nador.
Los
componentes de la expedición a Melilla son:
Especialidad Nombre Real Nombre
de Guerra
Piloto (Cap) DEQUAL
Vincenzo (LIMONESI)
Piloto (S.Ten) MONICO Ernesto (PRETI)
Piloto (S.Ten) CECCHERELLI Victor Ugo (VACCARESE)
Piloto (S.Ten) CENNI Giuseppe (STELLA)
Piloto (Sgto) MAGISTRINI
Giovanni (MAINETTI)
Piloto (Sgto) SALVADORI
Sirio (SALVO)
Piloto (Sgto) AVVICO Giuseppe (NANNINI o
ROBERCHI)
Piloto (Sgto) PRESEL
Guido (SANMARTANO)
Piloto (Sgto) GIULETTI
Adamo (PIRILLA)
Piloto (Sgto) PATRIARCA
Vincenzo (BOCCOLARI)
Piloto (Sgto) CASTELLANI
Bruno (FRANCESCHINI)
Piloto (Sgto) BOETTI
Ángelo (ILLACQUA)
El
“Nereide” en el viaje de regreso a Italia, fue interceptado por el submarino
republicano C-2 y fue rescatado por un destructor italiano.
Allí,
en Nador, son montados y el día 17 de agosto a manos del Teniente Víctor Hugo
Ceccherelli es probado en vuelo, el primer avión de caza italiano CR-32 en
España.
El
día 18 de agosto llegan a Tablada los tres primeros CR-32. Por la tarde
sobrevuelan Sevilla. El día 19 llega otro avión Fiat y el 21 llegan tres más.
El Teniente Coronel Ruggero Bonomi establece, ese día, la jefatura de la
Aviación del Tercio en Tablada:
Ayudante:
Mayor Altomare
Ayudante:
Teniente Erasi
Grupo
de Bombardeo Savoia (al mando de Allio):
1ª
Escuadrilla (tres aviones) al mando del Capitán Spotti
2ª
Escuadrilla (tres aviones) al mando del Capitán Salvetat
3ª
Escuadrilla (dos aviones) al mando del Capitán Mutti
Escuadrilla
de Caza Fiat (CR-32) (al mando del Capitán Vincenzo Dequal) con 7 aviones hasta
ahora en la península.
Antes
de comenzar con acciones de guerra, quiero significar que la norma que se dio
en España en aquel entonces sobre “derribos”, no suponía la destrucción del
avión, sino simplemente a la no llegada a una base propia; muchos de los
aviones abatidos se volvieron a poner en vuelo.
El
día 21 de agosto por necesidades operativa tres CR32 son enviados a Córdoba, al
mando del Subteniente Victor Ugo Ceccherelli.
El
jefe del destacamento el día 22 de agosto abate un Nieuport gubernamental. En
la toma de tierra debido a la polvareda levantada en el campo de vuelo, impacta
con un Breguet, quedando dañados ambos aviones. Otro CR-32 tiene un problema
con su hélice y el tercero se le encasquilló la ametralladora por lo que con
este avión Ceccherelli regresa a Sevilla. Otro avión CR-32 (de los que quedaron
en Tablada) se encuentra con una válvula gripada, por lo que solo quedan tres
aviones operativos, de los siete presentes en la península.
El
día 24 de agosto se incorporan a Tablada desde Tauima los últimos cuatro Fiat.
El
día 27 de agosto de 1936, (ya estaban en camino ferroviario la primera
expedición de Vigo a Cáceres) en las cercanías de Guadix (Granada), el Sargento
Giovanni Magistrini “Mainetti”, derriba con su CR-32 un avión republicano
“Devoitine” D-371 tripulado por el Teniente gubernamental Antonio de Haro
López, el cual tiene que lanzarse en paracaídas y sin duda por un mal ajuste se
sale del atalaje, muriendo a consecuencia del impacto. Es la segunda victoria
aérea de la caza italiana. Este mismo día dos Fiat dan escolta a Savoias-81 en
una misión de bombardeo al aeropuerto de Málaga.
La
situación de la caza este día es la siguiente:
Tablada:
4 en vuelo; 2 averiados
Cáceres:
3 en vuelo
Granada:
1 en vuelo; 1 averiado
San
Fernando (Salamanca): 1 averiado
Total:
8 en vuelo; 4 averiados
Uno
de los graves problemas para los italianos era la navegación en un país
desconocido. No había cartografía adecuada, y los pilotos navegaban con el mapa
de carreteras Michelín. Con esta gran precariedad el día 30 de agosto el
Sargento Guido Presel “Sanmartano” recuperando el avión de Salamanca a Cáceres
se pierde y huyendo de la línea del frente hacia poniente, toma tierra en
Portugal. Al día siguiente el mando ordena al Capitán Dequal marchar a Cáceres desde
Sevilla, con tres aviones, estos se pierden y por igual motivo, toman tierra en
Portugal.
El
día 3 de septiembre del 36, en Tablada (Sevilla), durante un “vuelo de prueba”
de un CR-32 recién montado, el Teniente Dante Olivero que había llegado a
España para hacerse cargo de la 2ª Escuadrilla, al efectuar un “toneau” a baja
altura, calcula mal y se estrella contra el suelo. Muere dejando a su
escuadrilla sin comandante. Se especuló que este accidente fue debido a causa
de un mal ensamblaje del aparato, pero conocer la realidad sería imposible.
El
día 4 de septiembre, muere en acción de guerra el primer piloto de caza
italiano en España, Teniente Ernesto Mónico, en el frente de Talavera de la
Reina. La historia de este suceso, en versión italiana, fue la siguiente:
“El
día 4 de septiembre de 1936 el Teniente Ernesto Mónico (PRETI), en patrulla con
el Sargento Castellani “Franceschini”, después de haber realizado una
arriesgada misión aérea sobre Madrid, en el trayecto de retorno son
sorprendidos por tres aviones Dewoitine cerca de Talavera de la Reina. Cuando
se dan cuenta los tienen en cola. Es demasiado tarde, aunque están al límite de
su autonomía aceptan el combate.
Castellani
con el aparato alcanzado en muchas partes vitales, toma tierra en emergencia y
milagrosamente es salvado por fuerzas de Regulares. Mónico tiene el avión en
llamas y no puede hacer otra cosa que lanzarse en paracaídas, está en
territorio enemigo y apenas toca suelo, es capturado. Sometido a interrogatorio
declara su nacionalidad, negándose a dar cualquier otra información sobre los
pilotos italianos y de la Aviación Legionaria. Por su excelente comportamiento Mónico
cae víctima del enemigo y es la primera sangre italiana que enrojece el suelo
de España.
Es
el primer piloto que cae en España y es piloto del 4° Stormo. Mónico, experto y
hábil piloto de caza, no tuvo el tiempo necesario para llegar a ser un as, ni
de alcanzar una victoria aérea individual. Por el sublime espíritu de
sacrificio y la poética pureza de su acción, los compañeros de escuadrilla
llevaron el nombre de MONICO PRESENTE pintado en negro sobre el fuselaje de sus
aviones y lo recordaron con el apelativo de “ángel de la caza”. A su memoria le
será concedida a título póstumo la medalla al valor militar.....”.
Es
el primer piloto italiano que cae en España en acción de guerra (poseía 13
servicios de guerra en España en tan poco tiempo).
Dos
de los tres aviones destacados en Cáceres han sido abatidos.
Estos
acontecimientos hacen que el Teniente Coronel Bonomi renunciara a la formación de
dos escuadrillas independientes. El día 6 de septiembre el Capitán Joaquín
García Morato se presenta a Bonomi, y consigue la autorización para
incorporarse a los Fiat, lo que aprueba de inmediato, previa consulta al General
Kindelán, principalmente por su conocimiento del terreno. Ese mismo día, Morato
vuela en Tablada el CR-32 y los días 7 y 8 efectúa vuelos de formación, combate
individual y vuelo de patrulla.
La
desastrosa actuación de los aviones de caza italianos, indujo al Teniente Coronel
Bonomi a volar a Cáceres para entrevistarse con el General Kindelán, y
exponerle personalmente su idea de concentrar toda su caza (la caza italiana) en
un solo aeródromo. Kindelán aceptó, pero con conocimiento del General Franco,
al que Bonomi repitió la propuesta. Para ello concentraría en Tablada los
aviones de la 1ª escuadrilla (tres estaban en Portugal) y montar allí los nueve
aviones Fiat que habían arribado a Vigo el 28 de agosto.
Los
primeros diez aviones operativos los puso en Cáceres al mando del Capitán
Vincenzo Dequal a cuyas órdenes partirían hacia Cáceres (día 9 de noviembre).
Tres
pilotos de la 1ª expedición
Sgto.
Awico
Sgto.
Patriarca
Sgto.
Magistrini
Cinco
pilotos de la 2ª expedición
Tte. Mantelli
Tte. Franceschi
Sgto.Chianese
Sgto.
Buffali
Sgto.
Baschirotto
A
los que hay que añadir al Capitán García Morato. Este volaría siempre con
gregarios Sargentos. Este mismo día Morato realizó un reconocimiento sobre el
pueblo de Don Benito.
Las
patrullas de CR-32 que se alternan para los vuelos de vigilancia consiguen
éxitos importantes a costa de los aviones republicanos. Los refuerzos rusos no
habían llegado aún a España y el caza Fiat demuestra una evidente superioridad en
velocidad y armamento respecto a los Dewoitine D-371 y los Nieuport NI-52.
“Al
amanecer del día 11 de septiembre de 1936 una escuadrilla de tres aviones
despega de Cáceres para interceptar aviones republicanos en la zona de Talavera
de la Reina (Toledo).
Poco
después de despegar la escuadrilla de tres aviones CR-32 al mando del Capitán
Dequal, con sus puntos Awico y Patriarca, interceptan a unos 3.000 metros de
altura, tres Breguet XIX escoltados por Nieuport ND-52, a un poco más de
altura. Se entabla el combate y son abatidos dos Breguet XIX por Dequal y Awico
respectivamente. El ND-52 es tocado por el fuego de las ametralladoras de
Patriarca y como resultado se precipita al suelo.
Poco
tiempo más tarde habían despegado de Cáceres García Morato con sus puntos
Buffali y Chianese. A la altura de Talavera avistaron otros tres Breguet XIX y
cuatro Nieuport y el resultado del combate que se originó fueron derribados dos
cazas republicanos, uno por Morato y otro por Buffali. Uno de los ND-52 abatido
iba pilotado por un voluntario inglés de diecinueve años Cartwrigth, que murió
en el impacto contra el suelo.
Ese
mismo día por la tarde, Franceschi y Magistrini efectúan una escolta a un JU-52
español, que debe de hacer una misión de bombardeo al este de Talavera. El
Junkers es interceptado por dos Dewoitine D-371 y tres Nieuport.
El
piloto de uno de los Nieuport es Giusseppe Krizaj, un italiano de origen
esloveno, que poco después de efectuado el curso de Suboficial de complemento
en la Aeronáutica Italiana en 1930, junto con Magistrini y Chianese, no había
sido ratificado su título por sus simpatías por las causas eslovenas, huyó en
un avión italiano a Lubiana, para tiempo más tarde enrolarse en las filas de la
República dentro de la Escuadra “España”.
Magistrini
sin saberlo (se enteraría más tarde) establece combate con el Nieuport de su
antiguo compañero de curso.
Krizaj
con el avión seriamente tocado efectúa un aterrizaje entre las líneas
republicanas. Franceschi inicia un combate con un Dewoitine y lo derriba”.
Este
mismo día se presentan en Tablada el Capitán Ángel Salas Larrazabal y el Teniente
Julio Salvador y Diaz-Benjumea para volar los Fiat, lo que así acontece. El 15
y 16 respectivamente entran en combate tripulando aviones CR-32 desde Sevilla.
Bonomi
los definió: “Dos oficiales españoles, el Capitán Salas y el Teniente Salvador,
han volado muy bien el CR-32, y han entrado a formar parte de la Aviación del
Tercio.
Son
dos excelentes oficiales, Salas alto, delgado siempre silencioso, distinguido,
tranquilo y mesurado. Salvador, pequeño, moreno, vivaz, ruidoso... un muchacho
simpatiquísimo”.
El
día 13 hay nuevamente enfrentamiento. La patrulla del Capitán Morato con sus
gregarios Gian Lino Baschirotto “Giri” y el italo-americano Vincenzo Patriarca
“Boccolari”.
Avistada
una formación de Breguet XIX, escoltada por cazas NI-52 y D-371. Barchirotto
“Giri” persigue y ataca con decisión a un Nieuport, consiguiendo rápidamente
hacer valer el fuego pesado de su Safat de 2,7 mm., es su primera victoria
aérea.
Entretanto
el Sargento Patriarca, había entrado en colisión con otro Ni-52, pilotado por
Felix Urtubi Ercilla, un ex-piloto nacional, el cual se había pasado al bando
enemigo. Ambos aviones se precipitaron a tierra, pero mientras Urtubi murió, Patriarca
tuvo tiempo de lanzarse en paracaídas y salvarse. Nada más tocar tierra fue
capturado por los milicianos, aunque gracias a su pasaporte estadounidense
consiguió escapar del linchamiento, costumbre habitual durante aquel primer
periodo de la guerra, como terrible epílogo para quienes caían en campo
enemigo.
Precisamente
esta fue la trágica suerte que tres días más tarde le tocó al Teniente Giorgio
Franceschi “Saletti”. Había aterrizado por falta de combustible, perdido
después de un combate, dentro de las líneas enemigas. Franceschi quiso alejarse
del avión, pero fue rodeado con rapidez por los milicianos, que lo mataron a
disparos de fusil mientras se defendía con coraje. La versión italiana del
combate de ese día es la siguiente:
“En
la mañana del día 16 de septiembre de 1936, Mantelli, Franceschi y Chianese
interceptan a tres Dewoitine sobre Talavera de la Reina. Se establece un
combate aéreo y Chianese abate un Dewoitine y el resto emprende la huida.
Finalizado el combate no ven a Franceschi y como están cortos de combustible
creen que están camino de su base Cáceres, donde piensan encontrarlo. La
realidad es que Giorgio Franceschi “Saletti” pierde la orientación y falto de
combustible se ve obligado a aterrizar en territorio enemigo donde resulta
muerto”.
El
día 16 de septiembre enviado desde Sevilla para sustituir al Sargento Patriarca
el Sargento Angelo Boetti “Illacqua”. Julio Salvador se incorporó a Cáceres el
día 19 en un Savoia SM-81 y Ángel Salas en un JU-52 se incorporó también al día
siguiente.
El
día 20 de septiembre para dar descanso a las tripulaciones llegan de Sevilla
los Sargentos pilotos Vivarelli, Presel y Giulietti.
Durante
los días 25, 26 y 27 de septiembre tienen lugar los combates más numerosos de
la contienda española.
El día 25 de septiembre fue derribado el Potez 504 c/n 4219 portador de la letra “F” y de la leyenda “Aquí te espero”. Este aparato había llegado a El Prat (Barcelona) procedente de Toulouse (Francia) el día 8 de agosto de 1936. El Potez despega de Getafe para una misión de bombardeo a los alrededores de Toledo y debía ser escoltado por el avión Loire de Lacalle (famoso piloto republicano) pero se produce una avería, que impide dicho despegue, en su navegación al objetivo es interceptado por 6 CR-32.
Según
la versión española la escuadrilla estaba al mando del comandante Ángel Salas
Larrazabal, permaneciendo más alto el Teniente Salvador Diaz-Benjumea para
proteger a la escuadrilla desde más altura. Así Salas se colocó a la cola del
Potez y los abatía en las proximidades de Rielves (Toledo).
Lacalle,
en su libro, explica él haber visitado los restos del Potez y encontrar su
tripulación muerta. Solo los dos pilotos perecieron en el derribo. El resto de
la tripulación salió del avión y al ver llegar tropas, creyeron que se trataba
del enemigo y decidieron poner fin a sus vidas con un tiro en la cabeza. A
bordo la tripulación era: Teniente Moreno; el ametrallador José Brea Expósito,
el mecánico Nicolás López Rodríguez y Antonio Gonzalez Flores.
Según
la versión italiana los españoles en septiembre del 36 no tenían el mando de
ninguna escuadrilla Fiat. El Potez fue abatido por la pareja Salas –
Baschirotto. Del libro de vuelo de Baschirotto:
“Talavera
09:40 Crociera di vigilanza sul fronte di Toledo. Combattimento. Abbattuto un
Potez in collaborazione col. Cap. Salas nei pressi di Barciencie e Villamiel”.
Este
avión Potez había efectuado días antes la famosa acción de bombardeo sobre el
crucero “Canarias”.
El
día 26 se incorporan de Sevilla tres Fiat a Talavera donde se incorporan los Sargentos
Raoul Galli “Milandro” y Sirio Salvadori “Salvo”.
El
día 27 de septiembre se ponen en vuelo tres sucesivas formaciones de 8, 5 y 7
aviones CR-32, las salidas más numerosas de aviones de caza hasta el momento al
mando del Capitán Vincenzo Dequal “Limonesi”, Comandante Salas Larrazabal y Capitán
García Morato respectivamente.
El día 28 de septiembre se libera Toledo y el General Franco que ha asistido en San Fernando (Salamanca) a la 2ª reunión para la jefatura del Estado, duerme en Cáceres. Al día siguiente 29, marcha a Talavera para homenajear a los pilotos italianos que tuvieron su protagonismo en los combates precedentes y comió ese día con los defensores del Alcázar toledano. Pilotos italianos se incorporaron a esta comida y hay muestras gráficas de tal evento.
Durante
el mes de octubre de 1936 se habían incorporado a las filas republicanas, junto
con sus pilotos rusos a las órdenes del Teniente General Yakov Shmushkevic
(alias general Douglas), unos aviones decididamente más temibles: los
Polikarpov I-15.
Los
biplanos hicieron su aparición sobre el cielo de Madrid el día 4 de noviembre,
demostrando enseguida a los pilotos de caza italianos que el momento de su
superioridad aérea había terminado. El Chato, como sería conocido entre los
republicanos, (mientras que para los nacionales sería siempre el Curtiss), es
un gran escalador y sumamente manejable. Este día, 4 de noviembre, es derribado
el Capitán Dequal “Limonesi” que se lanza en paracaídas y es recogido herido.
Derriban
también al Sargento Giovanni Magistrini “Mainetti” que muere días más tarde en
el hospital a causa de las heridas.
A favor del CR-32 contaba todavía con el calibre de sus ametralladoras, ya que el caza soviético estaba dotado de cuatro PV.1 de 7,62 mm. frente a las dos Safat de 12,7 mm del caza italiano. Un calibre mayor significaba mayor capacidad destructiva y un alcance superior; por tanto, mejores posibilidades de abrir fuego con eficacia desde una distancia mayor.
Cuentan
los italianos: "Es el 5 de noviembre, un día que permanecerá como memorable en
la historia de la escuadrilla..."
La
Escuadrilla Legionaria se alza en vuelo con todos sus aparatos: son nueve
unidos en la velocidad, maravillosos.
Los
pilotos hacen alarde de todas las enseñanzas y de todos sus entrenamientos. El
vuelo de la “Cucaracha” parece el de una única máquina. Así de perfecto es: un
hilo invisible los une en el cielo a los nueve aparatos. Y he aquí que 15
“Curtis”, también ellos recogidos en un pañuelo, se dirigen al encuentro de los
aviones legionarios.
Parecen
seguros de la victoria, tanta es la osadía con la que avanzan y al contrario
una durísima lección les espera, que los legionarios sin par en la bravura y en
la audacia, dan el tono que desean a la batalla.
En
el cielo de Madrid hay un revoloteo fantástico de máquinas aladas, un pasar
veloz de aviones, un escabullirse repentino de caballeros del cielo. El duelo
se acentúa, en la proporción de un legionario contra dos adversarios, se palpa por
todo el cielo la terrible tensión. La batalla es épica. Un aparato adversario
se precipita en llamas, mientras la formación de los “Curtis” se deshace.
Algunos
aviones enemigos, vistos los malos presagios empiezan a huir. Es el momento
preciso y los legionarios se aperciben de ello. En menos de lo que se dice, otros
tres o cuatro se estrellan contra el suelo envueltos en llamas. Después de
veinte minutos de combate vuelve la calma. Unos ocho “Curtis” han sido abatidos
por las precisas ráfagas de los legionarios. Los otros aparatos adversarios han
desaparecido prudentemente. Señores del cielo de Madrid permanecen los aviones
legionarios, que se reúnen en formación; falta uno a la llamada: el de PECORI.
Para
los adversarios, la lección no podía ser más dura. Se acordarán por mucho
tiempo. Así cierra la “Cucaracha” su existencia de setenta y seis días”. La
gloriosa escuadrilla se convertirá más tarde en “Grupo”, y con el mismo nombre
también el grupo se cubrirá de gloria.
A
últimos de noviembre habían hecho su aparición sobre el cielo de Madrid unos
enemigos aún más peligrosos; los monoplanos Polikarpov I-16 (Mosca para los
republicanos y Rata para los nacionales). El compacto caza ruso, de moderna
construcción y concepción, tenía dotes de velocidad netamente superiores a los
biplanos Fiat, aunque a cambio estos continuaban con un mayor calibre de
armamento y mejor maniobrabilidad. Si el Rata, dotado de cuatro Shkas de 7,72
mm., se aventuraba en un combate maniobrado, en lugar de limitarse a rápidas
incursiones sucesivas, efectuadas encabritando el avión, podía ser vencido por
el caza italiano.
El
día 30 de noviembre de 1936 se crea en Sevilla la 5ª Escuadrilla Italiana de
Fiat al mando del Capitán Vincenzo Dequal.
El día 1 de diciembre es abatido en San Bartolomé de las Abiertas el Sargento Raffaelle Chianese “Giglio” el cual se lanza en paracaídas y hecho prisionero (sería canjeado por la Cruz Roja Internacional el 20 de julio de 1937 junto con sus compañeros Subteniente Giuseppe Cenni “Stella”, Subteniente Pesce y su amigo el Subteniente Bandini). Su gregario Gino Barchilotto poco tiempo después informa en la base del accidente y a la media hora, un avión DC-2 pilotado por el Capitán Haya, con una docena de soldados a bordo, sobrevuela la zona a una decena de metros, con la intención, si lo ven, de tomar tierra en las proximidades e iniciar el rescate, justo en ese momento los gubernamentales le quieren subir a una camioneta, pero le hacen entrar precipitadamente en una casa, para no atraer la atención.
Al día siguiente es enviado un avión Romeo-37 que el infortunio hace que tenga una avería de motor, que obliga a hacer un aterrizaje forzoso en territorio enemigo. El piloto Mattis es hecho prisionero y el observador Di Marzio muere.
El
20 de diciembre de 1936, último combate del año, durante un vuelo de protección
sobre el cielo de Madrid-Las Rozas, los pilotos italianos iniciaron un combate
con los Ratas logrando abatir a tres en colaboración, pero cae en combate el Teniente
Víctor Hugo Ceccherelli “Vaccarese”.
El
22 de diciembre García Morato baja desde Torrijos a Sevilla. El día 23 Salvador
baja a Sevilla y ese mismo día se reúnen García Morato, Salvador y Bermúdez de
Castro y forman la Patrulla Azul, española e independiente, que empieza a
operar en el frente Sur desde Córdoba y Sevilla.
Al
finalizar el año la Aviación del Tercio se convertiría en Aviación Legionaria y
la fuerza de caza italiana pasó a incorporarse a un grupo orgánico, el XVI
Grupo Cucaracha, formado por las Escuadrillas 24ª, 25ª y 26ª.
El
día 9 de enero de 1937 los españoles abandonan el Grupo Fiat Italiano. Existen
roces con el nuevo jefe Fagnani no así con Dequal, cuyas relaciones son
excelentes.
No puedo dejar de relatar una acción aérea de terribles resultados, primero por las limitaciones en aquella época de vuelo con mal tiempo (abundancia de nubes) y el desconocimiento del terreno y la falta de ayudas a la navegación, inexistentes por entonces.
“El
día 29 de enero despegan de Sevilla (Tablada) tres SM81, tres RO-37 y nueve
CR-32 para efectuar una misión de ayuda al asediado Santuario de la Virgen de
la Cabeza.
El
mando es otorgado al Capitán Colacicchi.
Los
pilotos de CR-32 son:
Jefe
de Formación: Armando Francois
Teniente:
Giovanni Berreta
Subteniente:
Giuseppe Cenni (Vittorio Stella)
Subteniente:
Elio Pesce (Antonio Dragoni)
Sargento:
Mario Bandini (Corradetti o Pelo)
Sargento:
Mario Bernocchi (Edoardo Semprebene)
Sargento:
Giacomo Trombotto (Evangelisti)
Sargento:
Luigi Crimoldi
Sargento:
Michelangelo Serafín
Inmediatamente
después del despegue, el avión de Francois tiene una avería y se ve obligado a
volver a Tablada, pasando el mando de la escuadrilla al Teniente Berreta. Durante
el vuelo las condiciones meteorológicas van deteriorándose, al punto que en la
ruta todos los aviones acaban metidos dentro de cúmulos. En breve la formación se
rompe, pierden la orientación (vértigo posiblemente) y algunos CR-32 entran en
barrena.
Trombotto impacta contra el suelo en un lugar inaccesible, su cuerpo será encontrado años más tarde. Crimoldi intenta un aterrizaje forzoso en el lecho del río Jandula, cerca de Andujar, dentro de las líneas nacionales, pero capota y muere en el impacto. Bernocchi aterriza en la carretera Jaén-Madrid (en el km 324) y es capturado por fuerzas gubernamentales. Pesce y Bandini se desvían hacia el oeste, (Extremadura), y efectúan sendos aterrizajes forzosos en las proximidades de Castuera siendo también capturados.
Cenni se lanza en paracaídas y cae en las proximidades del pantano de Guadamellato, al norte de Córdoba, consiguiendo huir de sus perseguidores. Es capturado tres días más tarde al ser denunciado por labradores. (Sufriría prisión y sería canjeado meses más tarde)”.
A
finales del mes de marzo de 1937 son entregados a García Morato dos nuevos Fiat
que serían el 5º y 6º. Es entonces cuando funda la 1.E.3 cuyos pilotos son:
1º.-
Joaquín García Morato
2º.-
Julio Salvador Diaz-Benjumea
3º.-
Narciso Bermúdez de Castro
4º.-
Miguel García Pardo
Se
agregan:
5º.-Miguel
Guerrero
6º.-
Manuel Vázquez Sagastizábal
En
abril de 1937 se refuerza notablemente el despliegue de los cazas legionarios,
en la Cucaracha se integra el Grupo denominado “Leonello Botto”, con las
escuadrillas 31ª, 32ª y 33ª, y el XXIII “As de Bastos” (Escuadrillas 18ª, 19ª y
20ª). La ofensiva nacional se trasladó al norte y se intervino en muchas
misiones de escolta a bombarderos y a aviones de reconocimiento en el frente de
Bilbao.
En
el mes de julio los republicanos desencadenaron un ataque contra Brunete, al
oeste de Madrid, en un intento extremo de mantener alejadas de Santander a las
tropas nacionales.
La
Cucaracha se trasladó rápidamente al nuevo frente y en la tarde del día 15 de
julio 37, realizó un vuelo de interceptación con veintiséis aviones. Una vez
avistados los cazas y bombarderos republicanos, los CR-32 se lanzaron al ataque
dando lugar a un violento combate que concluyó con el abatimiento de cinco
Ratas.
La conclusión de este apoyo aeronáutico italiano a la causa nacional, es que sin la presencia de los Fiat hubiese sido imposible a Kindelán hacer frente a la aviación rusa en los años 1936 y 1937.
El pronóstico del Duque Amadeo de Aosta de que la peligrosa misión en España tendría un mes de duración, se convirtió en casi tres años. Fueron enviados 377 aviones Fiat CR-32 a España encuadrados en la Aviación Legionaria, de los que hubo 71 de ellos derribados. Treinta pilotos italianos murieron en este avión defendiendo sus ideales en cielo español.
Con
la guerra de España se cierra una época gloriosa para los cazas, comenzada
antes en las trincheras de la gran guerra; la de los combates maniobrados, las
prolongadas persecuciones y los duelos acrobáticos. Se había abierto la era de
los enfrentamientos fulminantes, las ráfagas disparadas desde lejos a bordo de
veloces monoplanos, robustos y bien armados, menos adecuados para las acrobacias
en formación. Los altos mandos de la Aviación, cegados por los indudables
éxitos conseguidos, tardaron, sin embargo, en darse cuenta y continuaron
prefiriendo los manejables biplanos por sus competencias de aviación defensiva.
Fuente:
https://publicaciones.defensa.gob.es
- Revista Aeroplano Nº 27. Año 2009