Durante
ocho días, Neil A. Armstrong, Edwin E. Aldrin Jr. y Michael Collins, los
astronautas que viajaron a la Luna debieron alimentarse y desechar los
desperdicios en el espacio. El sofisticado traje espacial que usaban pesaba 91
kilos.
Por Víctor
Ingrassia
Hechas a la medida de cada astronauta y cosidas a mano, las prendas protegieron al comandante Armstrong y su compañero Aldrin de las temperaturas extremas que pueden hallarse en la superficie lunar y que oscilan desde los 120 grados centígrados durante el día hasta los 150 grados bajo cero durante la noche.
Además
estaban confeccionados con telas de lycra, máscaras antiflamas, como las que se
usan en la Fórmula 1 o los trajes de amianto.
El mismo podía ser usado por hasta 115 horas en modo presurizado y refrigerado por líquido. También podía usarse hasta durante 14 días en modo no presurizado. El casco disponía de una visera ajustable para filtrar los rayos ultravioleta solares.
La
alimentación, las necesidades fisiológicas y el aseo
Los
astronautas del Apolo 11 no llevaron ni un litro de agua consigo. Eso
significaba peso en la nave. El agua que consumían a bordo era un subproducto
proveniente de las pilas de combustible en las que se generaba electricidad
mediante la reacción del hidrógeno y oxígeno que sí transportaban. Así, contaban
con el vital líquido.
Comida del Apolo 11 está expuesta en el museo Smithsoniano de Washington (NASA)
En las
primeras misiones espaciales los menús de los astronautas estaban dispuestos en
pequeños tubos similares a los de pasta de dientes. Pero en la misión Apolo,
los astronautas ya contaban con una variedad de "platos" para
degustar.
En
función del ahorro del peso que llevaban y la comodidad de transporte, la
comida iba deshidratada y envasada al vacío. O cortada en porciones que
pudieran tomarse en una cucharada.
Los
expertos de la NASA analizaron cada uno de los componentes de las comidas para
establecer su exacto valor calórico y nutritivo, empleando la información obtenida
en la elaboración de un menú balanceado.
Ejemplo de los tipos de comida que llevaron los astronautas (NASA)
La
información también proporcionaba una base para calcular la absorción nutritiva
de cada hombre, diariamente y a lo largo de una misión completa.
Se
estableció que, por ella, un hombre en el espacio debe recibir aproximadamente
2.800 calorías con una distribución calórica es del 17 por ciento de las
proteínas, 51 de los hidratos de carbono y 32 por ciento de las grasas.
Pavo en
salsa, cóctel de gambas, espaguetis y sándwich de carne eran parte del menú.
El menú a la carta de Armstrong en la misión Apolo 11 (NASA)
Según
precisaba el manual de la comida, "cada miembro de la tripulación tiene
una gran variedad de comida para seleccionar como su menú en la misión
espacial, con más de 70 tipos de comida deshidratada".
Una vez
posados en la Luna, los astronautas pudieron comer sopa de pollo, estofado,
fruta seca y varias clases de jugos.
Para
preparar los alimentos, los astronautas debían agregar agua en la comida
deshidratada y esperar 3 minutos. Todos los platos iban envasados en bolsas de
plástico que tenían una boquilla donde ajustar el caño de una pistola
dispensadora de agua fría o caliente, según el gusto del astronauta.
Al
finalizar, cada bolsa tenía pegadas por fuera pastillas germinicidas, que
debían introducirse cuando se terminara de comer. Se enrollaba la bolsa y luego
se depositaba dentro de un compartimento especial de residuos.
La
licencia que se tomaron los astronautas fue llevar golosinas al espacio. En
concreto viajaban 15 chicles, 6 chocolates de cuatro cubitos y también 6
brownies.
Ir al
baño en el espacio
"La
defecación y la micción han sido aspectos molestos del espacio desde el
comienzo de los vuelos espaciales tripulados", describe un informe de la
NASA sobre las necesidades fisiológicas en las misiones espaciales de Apolo.
Los
residuos humanos se recogían en el espacio mediante la utilización de distintas
bolsas. Para orinar, los astronautas empleaban un objeto similar a un condón,
conectado a una bolsa mediante una pequeña manguera.
Para
defecar, utilizaban una bolsa de plástico que se pegaba con cinta adhesiva a
las nalgas para capturar las heces. Tras ello, el astronauta debía "sellar
la bolsa y amasarla para mezclar un bactericida líquido con el contenido"
a fin de estabilizar las heces.
"Debido
a que esta tarea era desagradable y requería una cantidad de tiempo excesiva,
los astronautas consumían alimentos con poca fibra y laxantes antes del
lanzamiento. Durante el vuelo espacial también empleaban medicamentos para
reducir la motilidad intestinal", indica la NASA en un informe.
El traje original de Neil Armstrong es exhibido en Washington (NASA)
Para
caminar en la Luna, los astronautas debían llevar una especie de pañales
espaciales, ya que no podían emplear este sistema de bolsas mientras llevaban
puestos sus pesados trajes de 91 kilos.
Finalmente,
para asearse, los astronautas se pasaban por el cuerpo unas toallas húmedas,
similares a las que utilizan los bebés.
Fuente:
https://www.infobae.com