Al
principio de la guerra, los alemanes empezaron a equipar sus bombarderos con
equipos radiogoniométricos, instalaron una serie de radiofaros en suelo alemán
y conforme el avance hacia el Oeste se hacía imparable se instalaron en los
territorios ocupados. Estos transmisores repetían constantemente una contraseña
que podía distinguir el piloto del bombardero, con un radiogoniómetro sencillo
instalado a bordo, este podía identificar dos de esos radiofaros y calculaba un
punto de posición en el mapa donde se determinaba con rapidez su situación y
siguiendo otros puntos de posición, calculaba su rumbo.
Los
británicos enseguida sospecharon de la existencia de estos radiotransmisores y
decidió someterlos a una vigilancia de radioescucha, naturalmente había quienes
abogaban por el bombardeo directo de los transmisores pero el problema tenía
una solución más eficaz y mucho más barata. La red de escucha se concentró en
recoger las señales emitidas por los radiofaros y enviarlas luego a los
transmisores de Gran Bretaña, así la señal amplificada era emitida por
radiofaros situados a varios cientos de kilómetros al Norte de los transmisores
alemanes, con lo que lograban que las tripulaciones alemanas perdían el rumbo
hacia sus objetivos. Este sistema de radioescucha desbarató la navegación
radiogoniométrica alemana para sus bombarderos, se llegó al caso de que un
bombardero aterrizó al lado de un radiofaro clandestino británico en Devon,
pensando el piloto que había llegado a la Francia ocupada.
En
junio de 1940 los alemanes disponían de un nuevo sistema, un sistema que los
alemanes llamaban “Knickbein”, algo nuevo y rodeado de gran secreto, los vuelos
de reconocimiento detectaron a su vez una serie de edificios bajos y chatos de
los cuales se creía que eran estaciones de radar, se pensaba que la Luftwaffe
arrojaba radiotransmisores sobre los objetivos y que estos servían como
radioguías para los bombarderos pero la suposición no se vio confirmada. Mas
tarde se capturó un bombardero con un aparato sumamente complejo, no coincidía
con lo que normalmente se usaba para la navegación por radar y evidentemente no
tenía nada que ver con los aparatos radiogoniométricos que conocían los
aliados.
El 21 de junio de 1940 se celebró una reunión en los que se encontraba Churchill, Sir Henry Tizard y una docena de miembros de la RAF, en dicha reunión se trató el tema del nuevo sistema de navegación alemán, se trataba de un sistema de radar de haz dividido, el piloto volaba a lo largo de un haz hasta que la potencia de su señal coincidía con las de otro haz, los dos haces se cruzaban en un lugar determinado del mapa que era donde se encontraba el objetivo y donde se lanzaban las bombas independientemente de que hubieran visto el blanco o no, así los bombarderos alemanes volvían a sus bases con la certeza de que los objetivos habían sido alcanzados.
Los
británicos pensaron en el bombardeo de los misteriosos edificios de los cuales
se sospechaba emitían los haces pero seguro que los alemanes los camuflarían
mejor o incluso los harían móviles lo que haría su detección poco menos que
imposible. Se decidió desviar otra vez la señal enemiga, para ello se volvieron
a instalar estaciones para emitir señales radiofónicas en la misma frecuencia
que transmitían los alemanes, para finales de agosto las estaciones de
Knickbein situadas en Francia entraron en acción enviando haces de guía a
través de Inglaterra hasta coincidir en Birmingham, los transmisores aliados
actuaron a su vez para desviar la señal de coincidencia entre haces varios kilómetros
del objetivo, se consiguió desviar al raid aéreo 50 kilómetros de su objetivo.
El
engaño se mantuvo hasta que los pilotos alemanes empezaron a sospechar que algo
no iba bien y se comentaba después de la guerra que nadie se atrevía a decirle
nada a Goering debido a la gran fe que tenía en el sistema de haces y en su
querida Luftwaffe.
Pronto
los alemanes cambiaron su sistema de navegación de Knickbein por otro tipo de
haz de alta frecuencia, este sistema se le conoce como “X gerat” y se había
instalado experimentalmente en el Kampfgruppe 100, la única formación de la
Luftwaffe en bombardear con precisión sobre Inglaterra, los aliados enseguida
construyeron transmisores que funcionaran como señuelos pero el nuevo sistema
alemán empleaba longitudes de onda más cortas que las que se empleaban en
Inglaterra y hasta principios de 1941 no dispusieron de contramedidas
efectivas.
Mientras
tanto los alemanes empleaban el KG-100 como busca guías, entonces lanzaban
bombas incendiarias con el fin de que las restantes formaciones pudieran
arrojar sus bombas a la vista de las ciudades en llamas. Coventry fue la
primera ciudad en probar el nuevo sistema de navegación.
El
sistema X-Gerat funcionaba de la siguiente manera: Se volaba a lo largo de un
haz principal hacia el objetivo hasta cruzar con un segundo haz, hasta ese
momento el piloto tenía que vigilar el altímetro y seguir las instrucciones del
navegante, en ese segundo haz la tripulación se preparaba para el ataque, poco
después se recibía otra señal y en ese momento el navegante ponía en marcha una
manecilla de un cronómetro especial, cuando pasaban por el tercer haz que se
encontraba a cinco kilómetros del objetivo, se pulsaba un botón del cronómetro,
se paraba la primera manecilla y empezaba a moverse otra, cuando coincidían las
dos manecillas se disparaba un sistema eléctrico que arrojaba las bombas
automáticamente.
Los
aliados crearon el Ala Nº 80, unidad formada especialmente para coordinar las
actividades de interferencias, descubrió como confundir al enemigo, se
instalaron a bordo de los aviones unos transmisores que facilitaba a los
alemanes unas señales ampliadas artificialmente, los navegantes alemanes se
encontraban desconcertados, unas veces el aviso de arrojar bombas llegaba
demasiado pronto o demasiado tarde.
Mediante
una interpretación de la señal y de su dirección, los ingleses podían
determinar sobre el mapa el rumbo, la hora y la altura de las oleadas de
bombarderos. Había tiempo para enviar cazas contra las formaciones enemigas y
para avisar a la población civil para que acudieran a los refugios.
El
siguiente sistema que emplearían los alemanes ya se les había ocurrido a los
británicos, según el sistema alemán el avión volaba a través de un haz hasta
alcanzar otro para arrojar sus bombas, los británicos equiparon aviones con
radio-telémetros con el fin de que pudieran volar siguiendo el haz hasta
encontrarse con una distancia conocida por el transmisor, solo quedaba
coincidir esa distancia con la del objetivo y la posibilidad de interferencia
mediante haces falsos quedaba descartada, solo quedaba saber cuándo emplearían
los alemanes este sistema, mientras tanto los británicos se afanaron en equipar
sus aviones con estos radio-telémetros.
Cuando
los alemanes emplearon el sistema semanas más tarde, los británicos solo
tuvieron que emplear sus radio-telémetros, las pérdidas de la Luftwaffe fueron
cuantiosas tanto en hombres, como en material.
Las
baterías antiaéreas y las formaciones defensivas de cazas de la RAF se
encontraban en su puesto con rapidez y precisión antes de que aparecieran los
alemanes sobre el cielo inglés y en mayo de 1941 los alemanes se retiraban su
ofensiva de bombardeo y volvían sus miras hacia Rusia y las ciudades inglesas
gozaron de una paz relativa.
Fuente: https://foliosdehistorias.wordpress.com