El contexto de la historia
El 5 de
marzo de 1939, se inicia el golpe de Casado apoyado por las fuerzas políticas
republicanas y organizaciones que daban la Guerra Civil por perdida,
exceptuando el Partido Comunista, que seguía apoyando a Negrín. Antes de que
comenzaran los combates entre negrinistas y casadistas, se llevaron a cabo las
negociaciones con el bando sublevado, buscando un acuerdo “entre militares”
para obtener la paz y la conservación de empleos y cargos para los militares,
algo a lo que Franco nunca se comprometió, porque sólo aceptaba una rendición
incondicional.
“La
Quinta Columna: fueron los desleales a la República que conspiraron y
desarrollaron una labor silenciosa pero devastadora para el Gobierno legítimo.
Las actividades de los traidores; en espionaje, sabotaje, y desmoralización de
las fuerzas del ejército, tanto en el frente como en la retaguardia resultaron
altamente efectivas".
Cronología
En
enero de 1939 “La quinta columna” hizo
llegar a Casado las “concesiones” de Franco si la República se entregaba. Esas
condiciones eran las siguientes:
“…Para
los jefes y oficiales que depongan voluntariamente las armas, sin ser culpables
de la muerte de sus compañeros, ni responsables de otros crímenes, aparte de la
gracia de la vida, la benevolencia será tanto mayor cuanto más significados y
eficientes sean los servicios que en estos últimos momentos prestan a la causa
de España o haya sido menor su intervención y malicia en la guerra. Los que
rindan las armas evitando sacrificios estériles y no sean reos de asesinatos y
otros crímenes graves podrán obtener un salvoconducto que les pongan fuera de
nuestro territorio, gozando entre tanto de plena seguridad personal… Ni el mero
servicio en el campo rojo, ni el haber militado simplemente como afiliado en
campos políticos extraños al Movimiento Nacional serán motivos de
responsabilidad criminal.”
Polikarpov-Mosca
En
febrero, Franco reconsidera estas promesas y entrega una nueva comunicación:
“Tenéis la guerra totalmente perdida. Es criminal toda prolongación de la
resistencia. La España Nacional exige la rendición incondicional del ejército
rojo”.
En
Marzo de 1939 y una vez finalizados los combates, habiendo huido Negrín y sus
partidarios a Francia o Argelia, Casado pretende seguir las negociaciones, pero
Franco decide, como única respuesta, iniciar la ofensiva definitiva en todos
los frentes.
En
abril de 1939, Franco emite un escueto comunicado en el en el que se dice
textualmente: “En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo, han
alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha
terminado”.
La
Aviación Republicana, dispondría para entregarse de 2 días para la rendición.
El día 27 habría un alto el fuego en todos los frentes, los jefes militares
alzarían la bandera blanca y depondrían las armas, y el día 29 de marzo de
1939, los pilotos harían entrega de sus aviones en Barajas (Madrid).
Polikarpov-Chato
La
Aviación Republicana cumplió las órdenes: para unos, supuso la cárcel y los
fusilamientos; para otros, se iniciaba el éxodo hacia las fronteras francesas en
Europa y Norte de África… donde les esperaban los campos de concentración de
Argelès sur Mer, Gurs, Septfonds, etc. Y años más tarde afrontaron una nueva
tragedia: expatriados en la Segunda Guerra Mundial.
Segismundo
Casado, al comprobar la inminente entrada de los sublevados en Madrid, huyó
hacia Valencia con destino Marsella (Francia), y posteriormente a Gran Bretaña,
Venezuela y Colombia. Regresó a España en 1961, donde fue juzgado y absuelto
por el franquismo. Falleció de un ataque cardiaco en Madrid, rechazado por el
franquismo y despreciado por el exilio republicano.
Testimonios
Queremos
recoger el testimonio de la experiencia de algunos de los aviadores que
participaron en la entrega de los aviones, y otros relatos de cómo fue “la
rendición”.
“Permaneció
en su puesto para hacer entrega de los aviones republicanos a los “nacionales”,
cumpliendo así una de las 10 normas para la rendición que habían impuesto los
representantes de Franco a los enviados de Casado en las “negociaciones” del
aeródromo de Gamonal, cercano a Burgos. Cascón tuvo la posibilidad de huir pero
se quedó porque no podía abandonar a sus hombres y dejarlos en la estacada.
También confió en las promesas del “Generalísimo” Franco de que no habría
represalias para aquellos militares profesionales que, como él, no hubieran
pertenecido a ningún partido político y se habían limitado a cumplir órdenes.
Contra Cascón se celebró el 20 de julio de 1939 y durante la sesión cuando el
fiscal se refirió a él como “Coronel de la Aviación roja” Cascón le replicó: “De
ninguna manera. Soy Coronel de la Aviación republicana”. Y cuando le acusó de
rebelión protestó: “Yo no me rebelé nunca. Quienes os habéis rebelado habéis
sido vosotros”. Cascón, como otros compañeros suyos, fue condenado a muerte el
mismo día 20 de julio y ejecutado”.
(Fuente ADAR “Los Aviadores” : Biografía Manuel Cascón Briega)
“El día 29/03/1939 a las 8:30 horas, partimos de Almansa y llegamos a las 9:30 horas a Barajas, que ya estaba ocupado por el enemigo desde el día anterior y nos recibió un Teniente de las Fuerzas Aéreas del gobierno de Burgos, nos hizo entregar las gafas y los guantes: era la orden que tenia de su Cuartel General, aunque más tarde nos quitaron todo el equipaje, incluso los cueros que llevábamos puestos. Alrededor de las 12 horas vino a darnos la bienvenida en nombre de su gobierno el Infante don Alfonso de Orleans y Borbón; también vino una escuadrilla de M.E.-109 comandada, según nos dijeron por el Comandante Moelders, que nos dio la mano a todos y nos decía : “Enemigos en el aire, amigos en la tierra”. También nos hizo una demostración de cómo funcionaba el cañón del ME-109. Esa noche nos hicieron dormir en el refugio de la base, al día siguiente, a las 10:00 horas vino a hacerse cargo de nosotros un Capitán de la guardia civil y nos trasladaron a la prisión de Porlier. Como no me pasaba la comida (la poca que nos daban), sufrí un desfallecimiento y aparecí en la enfermería. Venía a verme todos los días don Julián Besteiro, con quien sostuve diálogos muy interesantes. Una de las cosas que no olvidaré nunca es que refiriéndose a nuestra entrega, dijo: “Vosotros habéis salvado el Honor de la República. Vuestra abnegación va más allá de lo heroico. Nuestra Dignidad, nuestro Honor, nuestras Conciencias están a salvo.” Casi todos fuimos juzgados y se nos pidió la pena de muerte por un delito de adhesión a la rebelión. Algunos estuvimos presos cerca de 5 años, otros menos, pero hubo quien estuvo 10, 12 y uno que llego a los 20 años de prisión. Al último jefe de F.F.A.A. que tuvimos y algunos compañeros más les segaron la vida ante el pelotón de ejecución. “¡Honor y Gloria a Ellos! El pueblo español y todos los pueblos del mundo tienen derecho a una información veraz, por eso, yo entiendo que estos hechos y otros que los demás podáis aportar dando fe sobre nuestra contienda, deben ser publicados, para que se escríbala verdadera Historia de España”.
(Fuente: Alas Gloriosas núm. 01 Testimonio de José Ases Garrigos)
“El día 29/03/1939 Bartolomé Munuera Vera de la 3ª Escuadrilla de Natacha murió en accidente en el despegue en el campo de Barrax (Albacete), al dirigirse a entregar lo que quedaba de la Gloriosa a Barajas. Al Teniente se lo llevaron en compañía de Miguel Mulet Alomar al hospital de Albacete. Falleciendo Munuera antes de llegar al hospital, mientras Mulet consiguió sobrevivir con una importante herida en la pierna”.
(Fuente Alas Gloriosas núm.33 Testimonio de Lidio Meco Merchante)
“El día 29/03/1939 salimos por la mañana ya amanecido con destino a Barajas…. Luego apareció el infante de Orleans, nos hizo formar y cruzó palabras de mal gusto con Calvo, que ejercía de jefe de la caza republicana. Terminado esto indicó que nos fuésemos a nuestras casas, pero el que le acompañaba le dijo algo al oído y entonces cambió de opinión, diciendo que permaneciésemos allí para que nos llevasen a Porlier…Al día siguiente todo cambió. Nosotros llevábamos cada uno dos maletas con nuestra ropa y demás. Apareció un guardia civil que lo primero que hizo fue abrir todas las maletas y quitarnos todo lo que quiso. Lo siguiente fue despojarnos de los chaquetones de vuelo y prendas de cuero, guantes, gafas, relojes y demás aparatos de vuelo. Sus palabras fueron muy sencillas “Ya no las necesitareis más”. Así que con la poca ropa de calle que nos quedaba y lloviendo, nos condujeron en camiones descubiertos y totalmente empapados de camino a la prisión. Arquímedes fue juzgado en julio de 1939 y condenado a pena de muerte. Murió el 09/11/1939, fusilado en el cementerio de Paterna”.
(Fuente: extracto Libro “Un Quijote con Alas Rojas” de Otelo Fuentes Gómez: Memorias de Arquímedes Gómez Palazón)
“El 29 de marzo dirigió la formación de 12 Chatos que realizaba la entrega del material de aviación al ejército Nacional en Barajas. Viñals sería juzgado en consejo de guerra por auxilio a la rebelión con petición de pena de muerte. Después 25 años de reclusión, luego 8 años y finalmente 2 años y 3 meses de cárcel, sentencia que cumplió por un delito que no había cometido. Durante este juicio y como relataba también Joaquín Calvo, el fiscal que los juzgaba llamó a declarar a la mujer y al hermano del mismo Carlos de Haya, preguntando a ambos por el asesino o asesinos de su marido. La respuesta de la viuda y el hermano fue que Haya no había sido asesinado, sino muerto en un combate mantenido en el frente. Esta actitud honrosa y sincera pese al dolor de la pérdida del esposo y el hermano respectivamente, ayudó muy posiblemente a que la condena no fuera de consecuencias peores para el grupo de aviadores republicanos”.
(Fuente : Ícaro núm. 104 artículo de David Iñiguez sobre Francisco Viñals Guarro)
“Febrero de 1939 que llaman corto, fue largo en acontecimientos. Por nuestra parte el 5º Cuerpo del Ejército se defendía bravamente y nuestra Aviación se superaba cada vez más. Los Nacionales presionaban por Artesa, Montblanch, Borges, Alos de Balaguer, etc… tratando de reducir en este frente la resistencia y subir cogiendo una gran bolsa hacia Gerona. El Capitán Martin Castaños Sandoval, me advirtió que el Aeródromo por su situación táctica era punto en Centralizar las operaciones. En la tarde del día 5, La Legión Cóndor, en Villajuiga, bombardeó e incendió unos aparatos “Grumman”, que se encontraban en el campo. El día 7, llegan Dewoitine. Todos pensamos que íbamos a ser “visitados”. Sobre las 6 de la tarde, cinco “Meisser” en cuña dieron una pasada rápida de reconocimiento, y seguidamente ametrallaron, bombardearon e incendiaron los aparatos antes de perderse en el horizonte. Al día siguiente por la tarde, una patrulla de 3 Heinkel-51, dieron una pasada, ametrallaron y tomaron dirección Norte. Sobre las 8 de la tarde, se presentó un flamante equipo de Protección de Vuelo con la orden de cortar líneas y de dejar una directa con el Jefe de la Aviación que opera en Cataluña, Teniente Coronel Alfonso de los Reyes y González. Sobre las 23 horas, sonó el teléfono pidiéndome posición, piden contraseña –no respondo- pasan unas horas y nueva llamada les pregunto con quién operan en el Ejército en Santa Coloma de Queralt y en Pallaresa –respondieron con pregunta y el teléfono enmudeció. Transcurridos unos días las noticias que llegaban eran de graves en algunos frentes, por nuestro frente de situación difícil, el coraje y el sacrificio no puede evitar la derrota. No cabe otra opción que el preparar una retirada. Son momentos dramáticos. La aviación Republicana se encuentra con 16 unidades de la Escuadra Nacional con rumbo hacia Cartagena, se arma la mar y morena, la debacle, el zafarrancho de combate es sin concesiones a mar abierto. El Ejército diezmado cede, nada puede hacer, es el fin. La Guerra había terminado. En nuestro presente tenemos todos un recuerdo para los que nos dejaron, que no les olvidamos y un fraternal abrazo para los que vivimos vencidos, esperando no se hagan esperar nuestro reconocimiento militar y el abrazo con los vencedores, hermanos nuestros, al fin y al cabo, ¡Españoles!”.
(Fuente: Alas Gloriosas núm. 31, testimonio Sánchez Bertomeu)
“Quiero relatar mi último vuelo en España, porque está ligado con la precipitada salida de España de los máximos responsables del Ejército y la Aviación Republicanas. El 05/03/1939, estando destinado como Profesor de la Escuela de Polimotores de Totana (Murcia), el Jefe de la Escuela, Comandante Ramos, me comunicó la orden de que me presentara con un Dragón en el Aeródromo provisional de Monóvar en espera de sus órdenes. En este vuelo me acompaño el Mecánico Teniente Manuel Gil. Por la noche, el Capitán Piloto Francés Dary, me comunico el vuelo al Aeródromo de Oran (Argel). Al amanecer del 6 de marzo, nos ordenaron preparar el avión para volar a Oran. Una vez preparado, el avión fue ocupado por el Ministro de Defensa, General Cordón, el Subsecretario del Aire Coronel Núñez Maza y entre otros pasajeros, el poeta Rafael Alberti y la escritora María Teresa León, y el Consejero Soviético. Al aterrizar en Orán, oficiales de aviación franceses nos llevaron al pabellón de oficiales y después se presentaron 6 gendarmes los cuales después de cachearnos, y sin más explicaciones fuimos conducidos al Castillo de Mers el Kbir, donde quedamos detenidos. A los tripulantes de nuestro avión se unieron los del segundo, tripulado por el Teniente Rivera y Mecánico Aguinaga. Días después supimos que nuestros pasajeros, fueron llevados a un hotel desde el cual se trasladaron a Paris, de nosotros, no volvieron a acordarse. Así empezó nuestro prolongado exilio con todas sus consecuencias. Así paga el Diablo a quien le sirve….”
(Fuente: Alas Gloriosas núm. 31, testimonio Silvio Lurueña Torres)
“El 28/03/1939, partieron de Los Llanos rumbo a Barajas, la 2ª Escuadrilla de Chatos. Volábamos en esta última formación de “Los Pingüinos”: Viñals, Aguilar, Cabello, Baixauli, Cayo Rioja, Bayés, Fiestas, Muñoz y yo. Al tomar tierra en Barajas no había nadie esperándonos, cosa que nos sorprendió un poco, pues el que más el que menos, salió de Los Llanos con el secreto temor de la recepción fascista. Entre tanto, fueron aterrizando uno a otro, el resto de aviones que formaban parte de este último servicio. Cuando llegaron las autoridades franquistas, fue el Infante Don Alfonso de Orleans y Borbón, General, de la hasta entonces aviación rebelde, quien primero se dirigió a nosotros, mirándonos con evidente desprecio y embriagado de chulería pregunto: “Quien es el Jefe?” y con entusiasmo respondí “Soy yo!”. Me contestó: “Usted? Usted es un mierda y un mocoso!”. Y lo que empezó con temor, al oír los primeros gritos, se transformó en la más sana sensación de orgullo que jamás haya sentido, pues era realmente admirable que un puñado de “mocosos” como yo, hubiera traído en jaque durante varios años a la más potente aviación europea de la época!”
(Fuente Alas Gloriosas núm. 18 Testimonio de Joaquín Calvo Diago).
“Triste día para la Aviación Republicana, la fecha del 29/03/1939. Los que fuimos a Barajas, interpretamos Historia, y la Historia no simplemente se interpreta… El personal volante republicano, entregó los aviones a Franco cumpliendo órdenes superiores, con disciplina y honor, jugándose su vida a sabiendas, como siempre se hizo en la lucha y conquista del aire. Aterrizamos en Barajas procediendo las escuadrillas de diferentes aeródromos: Katiuskas, Moscas, Chatos y Natachas. Madrid había sido ocupado por las fuerzas franquistas el día antes, estando Barajas casi desierto de tropas. Nos recibió un simple oficial del ejército ocupante, al que hicimos la entrega de los aviones y armas: seguidamente por orden de éste, despojamiento del equipo personal de vuelo… Incomunicados totalmente en prisión, nos suben a la 4ª Galería, donde sumamos más de mil individuos, sin retretes (4 por los mil), sin agua, (1 espita para toda la galería), sin comida (se comía una sola vez al día). Hasta septiembre fue imposible conseguir papel, lápiz, sobre y sello para escribir el paradero a la familia. Fuimos fichados igual que criminales, sucios, famélicos y atormentados, en este estado de debilidad nos fotografiaron y enumeraron”.
(Fuente: Alas Gloriosas núm. 08 Testimonio Luís Negra Escuder)
“El día 29 de marzo de 1939 nos presentamos de mañana en Barajas una escuadrilla de Chatos, otra de Natachas y otra de Katiuskas. Era el “último vuelo”, el último servicio de la Aviación Republicana para con el pueblo español, servicio y sacrificio estéril pues no respetó ni en lo más mínimo la paz negociada de una terrible guerra entre hermanos. Quiero hacer constar que todos nuestros aparatos tenían autonomía suficiente para pasar el Mediterráneo y tomar tierra en África, y que nuestro servicio, fue absolutamente de buena voluntad. Sin el equipo de vuelo, al día siguiente nos ingresaron en la cárcel de Porlier y allí nos desposeyeron de todas nuestras pertenencias personales y jamás se ha sabido de ellas”.
(Fuente: Alas Gloriosas núm. 08 Testimonio Jorge Bayés Nonell)
(Fuente: Alas Gloriosas núm. 33 Testimonio de Basilio García Moraleda)
Fuente:
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