Blitz
es una abreviatura de la palabra alemana blitzkrieg, que significa "guerra
relámpago". Su sonido explosivo describe el bombardeo casi continuo de las
islas británicas por la fuerza aérea de la Alemania nazi -Luftwaffe- desde
septiembre de 1940 hasta mayo de 1941.
Durante
ocho aterradores meses, los civiles de este país vivieron en peligro mortal.
El
Blitz convirtió a los hogares británicos en el frente de batalla.
No fue
sino hasta el otoño boreal que el número de soldados británicos muertos llegó a
alcanzar al total de víctimas mortales entre los civiles.
3 de septiembre de 1939
Antes
del Blitz
Minutos
después de que el primer ministro británico Neville Chamberlain le declaró la
guerra a Alemania, se escuchó el gemido de una sirena en Londres.
La gente
temió que el muy anticipado ataque aéreo había empezado.
Pero
fue una falsa alarma.
Mientras
el enfrentamiento naval bautizado la Batalla del Atlántico, entre los navíos
alemanes U-Boot y casi toda la escuadra británica, se libraba con furia, lo
niños fueron evacuados de las ciudades y centros industriales.
Sin
embargo, los tan temidos ataques aéreos de Hitler no se materializaron.
A
finales de la primavera de 1940 casi nadie cargaba sus máscaras de gas y los
refugios abandonados se estaban llenando de agua.
7 de
septiembre de 1940, 04:43 pm
Sábado
negro
Muchos
en el sureste de Inglaterra estaban disfrutando de una tarde soleada cuando, de
repente, el cielo se oscureció.
El
rugido de los motores de los aviones, "como el trueno lejano de una
cascada gigante", hizo que corrieran a refugiarse al ver que ola tras ola
de bombarderos volaban en dirección a Londres.
La
sirena, apodada "Wailing Winnie" (algo así como el lamento de Winnie)
o "Moaning Minnie" (Minnie la quejumbrosa"), aulló.
Las
manchas blancas en el cielo se dirigieron a los muelles y poco después las
bombas que estaban cayendo se fueron intercalando con nubes de humo, pues las
explosiones le prendieron fuego a las bodegas de la ribera del río.
7 de
septiembre de 1940, 06:30 pm
Cientos
de ratas
Cientos
de bombas incendiarias cayeron en los muelles del río Támesis.
Los
incendios actuaban como faros para una segunda ola de aviones cargados con
bombas de gran potencia.
En poco
tiempo, los muelles quedaron reducidos a una masa de llamas, azúcar derretida,
licor ardiente y alquitrán caliente.
Miles
de ratas salieron huyendo de las bodegas.
Los bomberos
y defensores civiles llegaron, pero les resultó difícil moverse pues con el
calor, los granos de cereal se habían convertido en una melaza que se les
pegaba a las botas.
A las
06:30, los bombarderos Dornier y Heinkel, escoltados por los aviones de caza
Messerschmidt, ya estaban de vuelta en Francia.
El
aviso de final de peligro sonó.
Pero se
trataba sólo de un respiro.
7 de
septiembre de 1940, 08:30 pm
Vuelven
los alemanes
Los
bombarderos retornaron y poco después el infierno se extendió desde el Puente
de Londres hasta Woolwich, una distancia de unos 11 kilómetros.
Las
tuberías de agua y gas de toda la zona de la capital llamada East End quedaron
fracturadas, y los cables de electricidad y teléfono, cortados.
Más de
450 personas perecieron.
Los
bombarderos siguieron atacando a Londres durante 57 noches consecutivas, hasta
el 7 de noviembre, cuando el mal clima se los impidió.
El
blanco primordial de los nazis en ese momento no era la población civil pero,
como los empleados vivían cerca de los muelles y las fábricas, el "daño
colateral" en términos de vidas y hogares fue terrible.
10 de
septiembre de 1940
Los
niños
Una
promoción en el diario Daily Herald alentaba a los padres a "mantenerse en
calma y joviales" durante los ataques aéreos por el bien de sus hijos.
La
revista Housewife ofrecía consejos similares: "Los ataques aéreos sólo
serán algo muy ruidoso para los niños pequeños y, siempre y cuando papi y mami
no les den importancia, ellos tampoco se la darán".
Así,
los juegos de bombardeos pululaban en los primeros meses de la guerra y los
pequeños jugaban a ser socorristas en las ruinas de lo que antes habían sido
sus hogares.
Los
niños que habían perdido a sus padres sufrían mucho; Anna Freud, la hija de
Sigmund, escribió sobre una niña de 4 años de edad que iba a su guardería,
quién no comía, ni hablaba, ni jugaba y tenía que ser movida como si fuera un
autómata.
13 de
septiembre de 1940
El
metro
La
gente aterrada bajaba en manada las escaleras de la estación de metro de
Holborn, en el centro de Londres. Los oficiales no la detuvieron, a pesar de
que había una orden gubernamental en contra de que lo hicieran.
La política oficial había sido impedir que los londinenses se refugiaran en las estaciones de metro, y una de las razones era que tanto la gente como sus pertenencias tenían que mantenerse en movimiento durante el Blitz.
Pero en
la primera noche de los bombardeos, los habitantes del East End compraron
tiquetes para hacer viajes cortos y, desafiantes, se negaron a salir a la
superficie.
Miles
de personas acamparon en el frío, hacinadas y en condiciones fétidas.
No
obstante, a mediados de septiembre fue obvio para las autoridades que obligar a
la gente a cumplir la prohibición de refugiarse en las estaciones supondría
serios enfrentamientos y el colapso del ánimo.
Octubre
1940
Miedo y
deseo sexual
Un
doctor cuyo seudónimo era "Un psiquiatra" escribió en el diario Daily
Herald: "Me he topado con muchos ciudadanos concienzudos que tienen miedo
de tener miedo".
Era
completamente racional sentir temor durante el Blitz, pero había muy poca ayuda
médica para quienes sufrían angustia mental.
Otro
doctor, George Franklin, notó una conducta inusual causada por la ansiedad:
"Aparentemente, la gente normal toma más bebidas alcohólicas. El deseo
sexual, especialmente entre las mujeres, se intensifica mucho. Algunos hombres se
quejan de que sus mujeres están haciendo demandas excesivas".
Otros
médicos notaron un aumento de úlceras pépticas y la publicidad de remedios para
la diarrea se incrementó.
14 de
octubre 1940
Nunca a
salvo
Una
bomba cayó en Balham High Road, Londres, sobre la intersección de túneles del
metro, y mató a 68 personas que estaban refugiabas en la estación.
Muchas
de las víctimas perecieron ahogadas en aguas cloacales y lodo.
El
siniestro dejó en evidencia que en ninguna parte se podía estar a salvo de un
impacto directo.
La
mayoría de la gente se resguardaba en sus jardines traseros, en refugios de
hierro corrugado, o en refugios públicos de ladrillo y otros lugares
oficialmente designados, que usualmente eran los sótanos de edificios de
oficinas.
Otros
se escondían bajo puentes y se estima que unos 15.000 londinenses colonizaron
las Cavernas de Chislehurst en Kent, 35 kilómetros de túneles en los suburbios
surorientales de la capital británica.
15 de
octubre 1940
La BBC
Los
radioescuchas del boletín de noticias de la BBC escucharon un estruendo, cuando
una bomba alcanzó la sede de la corporación.
No obstante, el presentador, Bruce Belfrage, apenas hace una pausa y continúa como si nada.
El
boletín de la BBC a las 9 de la noche era un hábito indispensable en la vida de
la gente.
Los
programas se suspendían durante los ataques aéreos, de manera que el
inquietante silencio del radio era una señal anticipada de un ataque inminente.
Aunque
la confianza en la BBC era sólida, a menudo era criticada.
Si el
Ministerio de Información le pedía que describiera un ataque intenso como
ligero, se le acusaba de menospreciar a las víctimas. Si reportaba un ataque
rural, se le acusaba de atemorizar innecesariamente a los padres de los niños
que habían sido evacuados.
14 de
noviembre de 1940
El
nacimiento de un verbo nefasto
Coventry, el centro de la mayor parte de la industria de guerra británica, sufrió un ataque nocturno que duró casi 12 horas.
Aunque
Londres era un imán para los bombarderos, la Luftwaffe extendió sus blancos por
todo el país.
Un
nuevo verbo, "Coventrate", que significaba "devastar por medio
de un fuerte bombardeo", se hizo lugar en el vocabulario luego de que esta
ciudad inglesa, que se distingue por ser la más lejana del mar, fuera atacada
bajo la luz de la luna llena.
Los ferrocarriles,
fábricas y carreteras quedaron destruidos.
568
personas murieron, un número sin precedentes en una noche.
Los
muertos tuvieron que ser enterrados en funerales masivos, poniendo un ataúd
encima del otro en largas zanjas.
29 de
diciembre de 1940
La City
de Londres
Asombrosamente,
no hubo ataques durante la Navidad de 1940, pero el 29 de diciembre la
Luftwaffe regresó. Su blanco era la City de Londres, ese distrito financiero de
la capital británica que ocupa 2,6 kilómetros.
Más de
300 bombas incendiarias cayeron en sólo un minuto alrededor de la Catedral de
San Pablo (St. Paul's Cathedral), "como manzanas cayendo de un
árbol".
Era la
tempestad perfecta.
La
marea del Támesis era baja, de manera que los bomberos no podían cruzar por el
fango para conectar sus mangueras a los surtidores. Al caer, las estructuras de
madera ardiente bloqueaban las calles angostas. Además, como era domingo, la
mayoría de las oficinas estaban cerradas con llave y los bomberos no podían
entrar.
Pero
milagrosamente, la Catedral, el símbolo de la actitud desafiante de Londres,
sobrevivió.
De
enero a mayo de 1941
Ningún
puerto es seguro
Con el
correr del amargo invierno, pocos lugares se libran de ser atacados.
Los
blancos principales son los puertos, astilleros y bases navales.
El
condado de Merseyside, que incluye a Liverpool, se ganó el indeseado honor de
ser el segundo lugar más bombardeado en el país.
Y
Clydeside, en Escocia, que había tenido la esperanza de estar fuera de rango,
fue bombardeado en marzo: no se salvó ni un sólo pub y más de 4.000 hogares
quedaron en ruinas, en una zona que ya de por sí era desesperadamente pobre.
8 de
marzo de 1941
Saqueos
El
elegante Café de París de Londres fue impactado por una bomba y poco después
llegaron saqueadores a escarbar entre los escombros, sacar anillos de los dedos
de las víctimas, quitarles las cadenas y robar sus carteras.
Poco se
hablaba de los saqueos, la parte oscura del celebrado "espíritu del
Blitz", que se refería más bien cuestiones más amables, como la
cooperación entre vecinos y la mentada resiliencia de los británicos, cuyo eco
aún se lee en las camisetas de jóvenes en todo el mundo: "Keep calm and
carry on" (Mantén la calma y sigue adelante).
Durante
los ataques, algunos saqueadores cubrían un área y rompían las vitrinas de las
tiendas mientras las bombas caían.
Las
redes de ladrones también se pasaban información sobre las casas destruidas en
las que podía haber tesoros, que incluían desde ropa interior hasta alimentos.
En
1941, hubo 2.763 juicios por saqueos.
April y
mayo de 1941
Los
meses más crueles
El 10
de mayo las alarmas de Londres gimieron poco después de las 11 de la noche.
Para
cuando sonó el aviso de final de peligro, poco antes de las 6 de la mañana, una
columna de humo negro se alzaba desde la capital británica.
"Ningún
otro ataque ha dejado a Londres luciendo tan herido", escribió el
confidente del primer ministro Winston Churchill, Jock Colville.
A las
09:30 de la noche siguiente, la sirena volvió a aullar.
"Llegó
el fin", le dijo un bombero a otro.
Sin
embargo, una hora y media más tarde se oyó el aviso de final de peligro.
Hubo
otros bombardeos fuertes durante los siguientes cuatro años.
Pero
cuando Hitler miró hacia el este para invadir Rusia, el Blitz contra Reino
Unido llegó a su fin.
Fuente:
https://www.bbc.com