Hazañas, hechos y anécdotas de la Aviación en el mundo
27 de agosto de 2020
BOMBER MAFIA, EL NACIMIENTO DE LA GUERRA AÉREA
Por
Gastón Dubois (*)
“The bomber will always get through” (“El
bombardero siempre logrará pasar” Stanley Baldwin, Primer Ministro Británico,
1932)
Bomber Mafia (la Mafia de los Bombarderos) es un
nombre que se le adjudicó retrospectivamente, por sus detractores, a un grupo
de oficiales de la Escuela Táctica del Cuerpo Aéreo del Ejército de los EEUU.
Estos oficiales creían que el componente aéreo sería el factor decisivo para
ganar las futuras guerras. La aviación no debía ser considerada sólo como una
nueva arma, sino como un nuevo servicio autónomo, a la par del Ejército o la
Armada, con su propia doctrina y objetivos estratégicos. En particular, creían
en la capacidad del bombardeo masivo de largo alcance, para ganar las guerras
del futuro.
Precursores de esta historia
Entre las pre-claras cabezas que teorizaron el
cambio de paradigma que la aviación impondría en las guerras del futuro, no
había discusión sobre la importancia estratégica que ofrecía el dominio del
aire (su lucha fue la de tratar de convencer a todo el resto del elenco
político/militar de su época, sobre esa verdad). Sin embargo, entre ellos si
había un diferendo de peso. Aquellos que pensaban que la aviación era
fundamental, tal vez el elemento más importante, pero un elemento más, dentro
de la estrategia general de la guerra; y aquellos que sostenían que bastaba
solo con bombardeos masivos para zanjar cualquier conflicto de manera
categórica.Estos son los padres
precursores, los que servirían de guía e inspiración a los “Bomber Mafia” y a
todo lo que vino después.
General Giulio Douhet
“The bomber will always get through”, es una frase
que Sir Stanley Baldwin tomó prestada del General italiano Giulio Douhet, quien
luego de la guerra Italo/Otomana por el control de Libia y de participar en
operaciones aéreas de combate, se convirtió en uno de los primeros teóricos de
la aviación y un acérrimo patrocinador del concepto de la guerra aérea y el
bombardeo estratégico. Douhet entendía que la aviación era revolucionaria
porque utilizaba la tercera dimensión, y que los ejércitos y armadas serían
simplemente sobrevolados, para atacar la retaguardia sin oposición. Las teorías
del General Douhet se podían resumir en 4 ideas principales:
Una guerra puede ser ganada completamente al
destruir la capacidad bélica e industrial del enemigo desde el aire
Obtener el control del aire, era reducir al enemigo
a la indefensión
La vastedad del espacio aéreo hace la defensa sea
imposible para los cazas, no pueden impedir el éxito de los bombarderos
El bombardeo estratégico puede forzar a una nación
a rendirse al fracturar la moral de los civiles, básicamente arrasando sus
ciudades.
Básicamente había 5 tipos de blancos principales:
industria, infraestructura de transporte, comunicaciones, gobierno y,
finalmente, la voluntad de la gente. Douhet creía en la Guerra Total y es por
tanto al último tipo de blanco al que daba mayor importancia. Se salteaba (o
sobrevolaba) el teatro táctico y se concentraba en arrasar la infraestructura y
la población del país enemigo. Él creía que los bombardeos estratégicos “de
terror” podían reducir las ciudades a cenizas, haciendo que la guerra fuera
algo tan terrible, que la misma población se sublevaría contra sus gobernantes
para elegir una paz humillante antes que continuar sufriendo el horror de la
guerra.
Como se imaginarán, sus ideas vanguardistas y
descarnadas, sumadas a su personalidad confrontativa, no fueron bien recibidas
por la cúpula político/militar de la época, quienes lo consideraron un radical.
Hasta lo mandaron a prisión por criticar la falta de preparación y
profesionalismo de la cúpula militar durante la Primera Guerra Mundial. Y
aprovechó ese tiempo para escribir sus libros sobre la teoría de la guerra
aérea. Como la guerra iba mal, lo sacaron de la cárcel, más tarde lo exoneraron
de todo cargo, y lo pusieron a dirigir el Comité Central de la Aeronaútica
Italiana en 1918. Entre 1921 escribió el tratado sobre bombardeo estratégico “Il
dominio dell’aria” (El Dominio del Aire) que resultó de gran influencia para
todos los teóricos de la guerra aérea posteriores. Paso unos meses como cabeza
de la aviación de Mussolini en 1922, pero luego se retiró, y desde entonces
hasta su muerte en 1930 en Roma, siguió escribiendo ensayos sobre el impacto
militar del poder aéreo.
Walther Wever
Fue un comandante de la Luftwaffe, previa a la SGM,
y uno de los primeros defensores de la teoría de que los bombardeos
estratégicos pueden ser definitorios en el esfuerzo de guerra. Aunque
ciertamente estuvo influenciado e inspirado por los escritos de Giulio Douhet,
Wever se oponía a sus ideas sobre bombardeos de terror y el exterminio de
civiles. Tampoco estaba de acuerdo con que el poder aéreo era todo lo que se
necesitaba para ganar una guerra.
Wever veía 5 objetivos prioritarios para los
bombarderos estratégicos:
Destrucción de la fuerza aérea enemiga mediante la
destrucción de sus bases y de las fábricas de aviación
Destrucción de tendidos de vías, caminos, túneles y
puentes, decisivos para prevenir el movimiento de tropas enemigas
Apoyo a las fuerzas terrestres propias,
interviniendo a nivel táctico sobre el teatro operacional
Apoyo a las fuerzas navales amigas, mediante la
destrucción de las instalaciones navales enemigas
Paralización de las fuerzas armadas enemigas
mediante la destrucción de su industria bélica.
Durante su tiempo como jefe del Ministerio del Aire
(1933-1935) y luego como jefe de la recién creada Luftwaffe, Wever dio un
fuerte apoyo a las fábricas Junkers y Dornier. De ese sponsoreo surgieron 2
prototipos de bombardero estratégico para su programa Ural Bomber, que tenía
como objetivo atacar la capacidad industrial soviética cuando se desatara la
guerra y la URSS moviera todas sus fábricas (como finalmente hizo, tornillo a
tornillo) tras la seguridad de los montes Urales.
Prototipo de bombardero estratégico Junkers Ju-89
El prototipo de Dornier, el Do-19
Pero el 3 de Junio de 1936, mientras Wever volaba
de Dresden a Berlín, el Heinkel He 70 Blitz en el que viajaba sufrió un
desperfecto técnico y se precipitó a tierra. Nadie sobrevivió.
Los sucesores de Wever en la Luftwaffe fueron
perdiendo el interés por las acciones estratégicas y se centraron en las
operaciones tácticas de apoyo directo a tierra y tras las líneas enemigas, el
componente aéreo de las famosas y exitosas Blitzkrieg. Si Wever, o su visión
del bombardeo estratégico, hubieran continuado con vida luego del 36, tal vez
la historia para la URSS hubiera sido distinta; y con ella, la del mundo.
Durante la guerra ítalo/otomana que se libró entre
1911 y 1912, la aviación como maquinaria de guerra, comenzó a hacer su tímida
aparición en escena. Esta guerra es el primer registro que se tiene del uso de
la táctica de bombardeo aéreo. Fue realizado por aeronaves y zepelines
italianos contra posiciones turcas, lanzando las bombas a mano. Aunque su valor
táctico fue mínimo, se registró un fuerte impacto sobre la moral de la tropa
turca.
Durante la Gran Guerra, la aviación fue ganando
espacio entre los estrategas. Se intensificaron las acciones de bombardeo de
terror sobre ciudades con zepelines y con nuevos bombarderos, más grandes y
potentes. También se dieron los famosos y caballerescos duelos en el aire entre
los ases de cazas de uno y otro bando. Sin embargo, estas acciones no lograban
mucho efecto, más allá del campo de batalla moral. La aviación fue mejor
apreciada por los comandantes, durante la “Guerra de trincheras” en su rol de
bombardeo táctico y sobre todo, de foto-reconocimiento.
Bombardero alemán Gotha G IV, como los que atacaron
Londres a partir de Junio de 1917
Por tanto, se consideraba a la aviación como una
herramienta más, accesoria, al servicio de los grandes ejércitos (las Marinas
también comenzaban a utilizar aviones para “ver” más allá del horizonte) en su
empleo táctico. Pero, para algunas de las mentes más heterodoxas de entre los
militares y políticos de la época, la aviación era todo un mundo nuevo de
posibilidades. Un arma tan revolucionaria que dejaba obsoletas todas las otras
formas tradicionales de guerra. Y dentro de un contexto de “guerra total”, la
aviación tendría un rol principalmente estratégico. Para algunos de estos
pensadores, los bombardeos masivos de largo alcance deberían destruir,
sobrevolando la resistencia enemiga con impunidad, la industria, las bases militares,
la logística y las comunicaciones. Para otros, la función del bombardeo
estratégico era la de un arma de destrucción masiva, reduciendo a ruinas
humeantes las ciudades enemigas. Masacrar a la población para derrotarla
moralmente y que terminaran capitulando.
Y esta es la disyuntiva existente entre la Primera
y la Segunda Guerra Mundial. Con una ortodoxia militar que ve en la aviación
solo un capítulo más en tácticas y estrategias de la guerra, frente a algunas
mentes más visionarias, que supieron que la aviación militar estaba destinada a
escribir su propia zaga.
Billy Mitchell
William Lendrum Mitchell fue un General del
Ejército norteamericano, y es considerado el padre de la Fuerza Aérea de los
EEUU. Durante la Primera Guerra Mundial, sirvió en Francia. Fue el primer
oficial de su país en sobrevolar líneas alemanas (en un avión francés, pilotado
por un francés). Fue ganando experiencia y conocimientos sobre operaciones
aéreas y para mediados de 1918, lideró cerca de 1500 aviones italianos, franceses
e ingleses en la gran batalla de Saint-Mihiel, que fue una de las primeras
ofensivas de la historia, donde trabajaron coordinadamente elementos terrestres
y aéreos.
Esta experiencia le permitió tener un entendimiento
más profundo de las implicancias del factor aéreo en la guerra. Volvió de
Europa con la convicción de que el poder aéreo sería el factor determinante en
la próxima gran guerra, la cual no tardaría mucho en llegar.
Bajo este principio, Mitchell se convirtió en
ferviente defensor de una fuerza aérea independiente de los otros servicios.
Esto le ganó varias rivalidades. Tuvo fuertes encontronazos con la Armada,
porque según Mitchell, desperdiciaban el erario público construyendo
acorazados, cuando con ese dinero deberían estar construyendo portaaviones y
flotas aéreas embarcadas. Incluso logró organizar un gran experimento junto a
la Armada, donde los aviones de Mitchell atacaron y hundieron varios
destructores y cruceros alemanes entregados tras la firma del armisticio. Pero
fue el hundimiento del acorazado Ostfriesland lo que sacudió las convicciones
de los Almirantes, y del público en general.
Los resultados de los test, una vez filtrados a la
prensa, lograron un efecto no buscado por Mitchell. La opinión pública castigó
al Presidente y al Departamento de Defensa por la debilidad de la Armada, y
éstos a su vez, castigaron a Mitchell.
A Mitchell lo bajaron de rango y terminó trabajando
para una persona que pese a respetarlo, seguía las directivas de sus superiores
en Washington. Mientras seguía un encargo de su superior en Europa, Mitchell
aprovechó la oportunidad y se entrevistó con el teórico de la aviación General
Giulio Douhet, el cual amplío su visión sobre la supremacía del bombardero
estratégico. Se llevó una copia de su libro “Il dominio dell’aria”, el cual
tradujo e hizo circular por los EEUU.
Bombardero medio B-25 Mitchell… si, por él
Finalmente, Mitchell fue juzgado culpable en una
corte marcial por el accidente de un dirigible, con 14 víctimas fatales, y eso
terminó con su carrera en el Ejército. Sin embargo, él siguió predicando por la
creación de una Fuerza Aérea independiente y sobre la importancia de los
bombarderos. Y esas idas eran compartidas por sus protegidos, quienes sirvieron
bajo Mitchell durante la guerra y creían en su visión. Y este pensamiento hizo
nido en la Air Corps Tactical School (ACTS) que dirigían, el hogar de la
“Bomber Mafia”.
Arthur “Bomber” Harris
Como su apodo lo indica, el comandante supremo de
la RAF, Sir Arthur Travers Harris fue un verdadero creyente de la capacidad del
bombardeo masivo de convertirse en el arma estratégica definitiva. Esta
convicción fue engendrada en base a su experiencia tras la Primera Guerra
Mundial, y desplegada en todo su peso durante la II GM.
Al final de la Gran Guerra, Inglaterra había
quedado con una Fuerza Aérea absolutamente sobredimensionada para los tiempos
de paz. Había que darle una utilidad. El, entonces Ministro de la Guerra,
Winston Churchill, trajo la solución.
El derrotado Imperio Otomano había tenido que ceder
enormes cantidades de territorio a los vencedores de la guerra, principalmente
los beneficiarios fueron Francia e Inglaterra. Por tanto, ahora el Imperio
Británico tomaba posesión de enormes extensiones de territorio en el norte de
África y el Medio Oriente. De modo que, a todo el potencial aéreo británico
creado para aplastar a Alemania, Churchill lo re-orientó hacia el trabajo de
policía aérea.
El Imperio Otomano, durante la I GM, tuvo que hacer
frente a un sinfín de levantamientos armados y guerrillas de irregulares,
auspiciadas y dirigidas por sus enemigos, Inglaterra y Francia, entre sus
otrora súbditos árabes. Más allá del financiamiento, avituallamiento y
entrenamiento que los aliados aportaron a las revueltas y milicias locales, la
insurrección general se basaba en la idea de que estaban peleando por su propia
independencia, que la creación de nuevos Estados árabes/kurdos/egipcios, etc.
sería reconocida por la Europa triunfante. Finalmente, lo que los pueblos y
culturas de la zona terminaron descubriendo con amargura, es que habían
cambiado un opresor imperial por otro. Inglaterra y Francia se repartieron el
otrora territorio del Imperio Otomano y ante la nueva ocupación, pronto
estallaron las revueltas por todos lados.
Y uno de los hombres enviados para controlar los
levantamientos tribales, es el líder de escuadrón Arthur Harris. Harris se da
cuenta que, en las grandes extensiones de Irak, Siria o Afganistán, los aviones
pueden realizar en solo unas horas, el trabajo que le tomaría semanas a las
tropas terrestres. Harris reporta que con cinco de sus aviones puede, en un
lapso de 45 minutos, prácticamente borrar del mapa a un pueblo, matando o
hiriendo a un tercio de su población.
Harris no creía en la táctica de la zanahoria y el
garrote, solo en la del garrote. De aquellas épocas se le atribuye el dicho “lo
único que estos árabes entienden, es la mano dura”.
Harris se especializó en el bombardeo. Organizando
los escuadrones, mejorando sus máquinas, doctrina y entrenamiento. Durante su
asignación en Irak en 1923, ayudo a desarrollar las pericias necesarias para el
bombardeo de área y las operaciones nocturnas. A base de bombardeos de terror
para mantener controlada a la población, los pilotos de Harris se transforman
en los mejores y más experimentados de la RAF. Para aquél entonces, dentro de
las filas de la Royal Air Force, a Arthur Harris se lo comenzó a conocer con
otro apodo, el de “Butcher” Harris (Harris el carnicero).
Harris siguió con su carrera, ascendiendo en el escalafón,
con idas y vueltas a Inglaterra, pero principalmente desplegado en Medio
Oriente. A partir de 1937, “Bomber” Harris ya es Comodoro del Aire, y junto a
un grupo de oficiales tecnócratas, comienzan a presionar a sus superiores para
crear una fuerza de grandes bombarderos estratégicos que puedan atacar el
corazón de Alemania, desde bases en Inglaterra. Como resultado de ello, serán
establecidas las especificaciones que dieron origen a los primeros bombarderos
estratégicos ingleses de la II GM, los Avro Manchester, Handley Page Halifax y
Short Stirling.
Bombardero Halifax
Desde las primeras operaciones de guerra de la
aviación, antes incluso de la Gran Guerra (o I GM), hubo gente que tuvo la
visión e imaginación necesarias para entender el cambio fundamental que
significaba para la estrategia de la guerra, la entrada en el escenario bélico
de los aviones. Era un mundo nuevo de posibilidades. De hecho, toda una
dimensión nueva para explorar y explotar.
Algunas de estas pre-claras personas consideraban a
los bombarderos como un arma de destrucción masiva. Sobrevolarían a los
ejércitos convencionales y atacarían al país enemigo en su centro, destruyendo
su capacidad de hacer la guerra. Hay varios factores que contribuyeron a
generar esta línea de pensamiento:
No existía la posibilidad en este tiempo del
bombardeo de precisión. Para ser efectivos, había que usar una gran cantidad de
bombas y aeronaves. Hay que recordar que las primeras acciones de bombardeo, se
realizaron arrojando la munición con la mano.
La amplitud de los cielos es tan grande, que la
intercepción total sería imposible. De ahí la famosa frase “El bombardero
siempre logrará pasar”
Se podían fabricar y operar muchos bombarderos por
el precio de, por ejemplo, un crucero de la Armada.
El alcance de los bombarderos excedía por varias
órdenes de magnitud a la de cualquier pieza de artillería conocida.
Dentro de un contexto de guerra total, la
introducción de la aviación, como elemento de guerra revolucionario, sería tan
disruptivo que dejaría obsoletas todas las formas anteriores de conflicto.
Estos pensadores, primeros teóricos de la guerra en
el aire, trataban de ser escuchados y tenidos en cuenta, en medio del bullicio
del pensamiento estratégico ortodoxo. La ortodoxia militar pensaba al avión
como una herramienta más, un elemento que debía estar al servicio del Ejército
y la Armada. El rol de la aviación era auxiliar y táctico. Siempre resulta
difícil romper el statu quo entre fuerzas ya establecidas, con sus líneas
claras de pensamiento y sus dogmas.
A su vez, dentro de aquellos que consideraban a la
aviación como un elemento revolucionario y de impacto estratégico, había 2 líneas
principales.
De una parte, estaban los que pensaban que el foco
del bombardeo estratégico debía estar puesto en destruir la moral, atacar la
convicción y la voluntad de un pueblo de hacer la guerra. Para ello, la
propuesta era simple. Arrasar las ciudades enemigas, reducirlas a pilas
humeantes de escombros. Bombardear los centros civiles hasta la sumisión. Hacer
el costo de la guerra tan horrendo, que ya no se podría convencer a la gente
para llevarla a cabo. En esta doctrina de pensamiento, la mejor defensa es el
ataque. Matar a los obreros, y sus familias, antes de que el enemigo haga lo
mismo con la población propia.
Por otro lado, había quienes pensaban que la
población civil no era un objetivo “legítimo”. El enfoque estaba puesto en la
destrucción de las capacidades de hacer la guerra del enemigo, destruyendo su
industria, logística y comunicaciones. Centros fabriles, ferrocarriles,
puertos, centros logísticos, puentes… todo lo necesario para hacer andar la
maquinaria de guerra, debía ser eliminado con masivas oleadas de bombarderos
estratégicos.
Hasta aquí es a lo que llegamos en las primeras dos
partes de esta historia, que es la historia del origen de la aviación como rama
separada e independiente de las otras 2 fuerzas principales (Ejercito y Armada).
Bomber Mafia
En 1920, en los EEUU se abren las puertas la
Escuela del Servicio Aéreo. Tenía 9 instructores y 8 estudiantes. No había
textos ni doctrina para impartir. Simplemente se brindaba la instrucción de
acuerdo a las experiencias adquiridas durante la I Guerra Mundial. Todo era muy
básico y “a pulmón”. La escuela fue cambiando el foco, pasando a formar a las
próximas generaciones de oficiales de alto rango. Hacia 1922, se sintieron lo
suficientemente confiados como para cambiar el nombre de la escuela a “Escuela
Táctica de Servicio Aéreo”, lo cual implicaba que ya tenían la capacidad de
impartir lecciones sobre táctica, las cuales fueron desarrollando durante los 2
años anteriores. El primer libro de estudio de la escuela fue escrito el año
anterior por el Mayor William C. Sherman, un discípulo del famoso Billy
Mitchell. El curso duraba nueve meses, e incluía 126 horas de vuelo.
Como esta institución formaba parte del Ejército de
los EEUU, en 1926 el Servicio Aéreo fue renombrado como Cuerpo Aéreo del
Ejército, y por ende, la escuela pasó a llamarse “Escuela Táctica del Cuerpo
Aéreo”. Durante sus primeros años de vida la escuela se dedicó primero a
documentar, organizar y sistematizar las enseñanzas adquiridas durante la Gran
Guerra, para posteriormente generar un cuerpo doctrinal que hacía énfasis en su
aporte táctico como sub rama del Ejercito. El Cuerpo Aéreo del Ejército era una
rama más, como la Artillería o la Caballería.
Pero para 1928 la escuela fue dejando de lado las
enseñanzas sobre las lecciones del pasado. Se plantearon escenarios teóricos
posibles, de cómo un uso más innovador de la aviación podría haber afectado los
resultados del conflicto de la I Guerra Mundial. Estaban empezando a dar los
primeros pasos hacia un pensamiento vanguardista, con la mirada enfocada al
futuro. Comenzaban las investigaciones de como la aviación incidiría en las
guerras futuras.
Para 1931, la escuela se fijó como objetivo la
creación de una doctrina propia. En esto estaban de acuerdo la mayoría del
Staff y los estudiantes. En estos claustros, se fue juntado y organizando un
grupo de oficiales brillantes, cuyos nombres serían fundamentales para la
historia de la aviación norteamericana.Fue como un pasaje natural, iban dejando de ser hombres del Ejército,
para convertirse en Aviadores.
Harold L. George, uno de los protegidos de Mitchell
y reciente egresado de la Escuela Táctica del Cuerpo Aéreo, se quedó como
docente para refinar la teoría del bombardeo estratégico, promulgada con fervor
casi religioso por su maestro. Contrató a algunos ex alumnos como profesores,
entre los que se encontraban Haywood S. Hansell, Donald Wilson, Laurence S.
Kuter y Muir S Fairchild, entre otros, para que lo asistan en esa tarea.
Juntos, inspirados en las ideas de Billy Mitchell y apoyados en los avances
tecnológicos del período de entre guerras, fueron desarrollando la doctrina de
bombardeo estratégico diurno, de precisión.
Harold
L. George, discípulo y arquitecto
Este grupo de notables dio origen al concepto
“Bomber Mafia”: Ellos tenían la convicción de que la aviación, y en particular
el bombardero de largo alcance, sería el factor decisivo de la próxima gran
guerra. Deseaban dejar atrás los objetivos tácticos impuestos por el Ejército,
para dedicarse a sus propios objetivos estratégicos. Entendían que la aviación
no era simplemente una nueva arma, sino que debía transformarse en un servicio
autónomo: para eso, debían separarse del Ejército.
Para lograr este objetivo, debían vencer las
resistencias dentro del Ejército y la Marina de los EEUU, que veían como surgía
un competidor directo en la lucha por una tajada del presupuesto de Defensa. De
hecho, el término “Bomber Mafia” surge como una forma despectiva de señalar a
este grupo de “loquitos” que sostenían que los bombarderos podían ganar las
guerras ellos solos. Y entre el grupo de anti-fans al que debían enfrentar
estaba nada menos que el General John J. Pershing… casi nadie.
Conseguir su independencia dependía en gran medida
ganarse a la opinión pública y el favor del Congreso. La primera etapa
consistió en convencer a ambos de que la aviación podía defender las costas de los
EEUU ante cualquier agresión externa con una mejor relación costo-beneficio que
el Ejército y la Armada. Mitchell en 1921 había organizado unos ejercicios
aero-navales que causaron una fuerte impresión, al lograr el hundimiento de
varios destructores ex alemanes e incluso a un acorazado. Recuperaron los
resultados de ese experimento y empezaron a comparar costos de fabricación y
número de tripulaciones necesarias para operar un bombardeo, contra los de los
buques de la Marina. La divulgación de esta información consiguió el efecto
buscado: El Cuerpo Aéreo se encargaría de la defensa territorial, con el
consiguiente aumento del presupuesto y de independencia. Pero esto era solo
parte de la trama. Un peldaño que acercaba a la Bomber Mafia a su último
objetivo, la creación de una fuerza aérea de alcance estratégico que pudiera
golpear al enemigo en su territorio.
Entre 1931 y 1935 se produjeron una serie de
avances técnicos que permitieron a los discípulos de Mitchell sentir que ese
soñado futuro de una fuerza aérea de bombarderos inmunes y devastadores se
estaba transformando en una realidad tangible.
Boeing Y1B-9B
El primero fue la llegada del prototipo Y1B-9 en
1931. Era el primer bombardero monoplano totalmente metálico construido en los EEUU.
Y aunque su cabina aún era abierta, ya tenía una velocidad que rivalizaba
contra la de los cazas de la época. Lo que lo hacía casi imposible de
interceptar. Luego estuvo el bombardero medio B-10, llegado en 1932, que ya
superaba en velocidad y altura a los cazas.
El Martin B-10 operó tanto en la Armada como en la
Fuerza Aérea Argentina
Un elemento fundamental para el futuro del
bombardeo de altura emergió en 1931, la mira de bombardeo Norden Mark XV. Este
sistema (cuyas primeras versiones habían sido encargadas por la US. Navy) era
de lo más moderno del mundo. En pruebas, había logrado demostrar un CEP
(Círculo de Error Probable) de 23 metros. Con este sistema, los bombardeos
durante las pruebas de pre-guerra, lograron colocar hasta el 50% de sus bombas
dentro del área del objetivo. Un logro notable, que permitía soñar con el
bombardeo diurno de presión contra la infraestructura enemiga.
Fundamental pieza de ingeniería, el Norden Mark XV
Y finalmente, lo que hizo delirar a la Bomber
Mafia, la cabalgadura que estaban buscando desde hacía 10 años.En 1935 vuela por primera vez el prototipo
Boeing B-299, que luego se convertiría en el Y1B-17. Aunque el prototipo se
estrelló y esto generó un traspié, finalmente el B-17 vio la luz y se terminó
convirtiendo en el principal bombardero pesado de los EEUU durante la II Guerra
Mundial, y el más reconocido bombardero del conflicto.
Aunque no tuvo un buen primer paso, el diseño de
Boeing iba más alto, más rápido y más lejos que la competencia, lo cual le dio
el segundo aire que le permitió ser un éxito
Ahora sí, con todos estos elementos, podía ponerse
en práctica la doctrina de la Bomber Mafia. Se llamaba “Teoría de la red
industrial”. La base de la idea, era destruir la infraestructura industrial
enemiga a base de masivos bombardeos diurnos de gran precisión. Otro argumento
ganador a la hora de vender la idea es que estos bombarderos no necesitaban
escolta. Podían volar más alto y más rápido que cualquier caza conocido. Y esto
interesaba mucho al Pentágono y a los políticos, porque implicaba que no hacía
falta invertir los recursos necesarios para crear, también, cazas de escolta. Y,
de hecho, no haría falta alcanzar la superioridad aérea, ya que los bombarderos
actuarían con impunidad.
Desarrollando habilidades de bombardeo preciso con
el Martin B-10
Hacía principios de la II Guerra Mundial, previendo
la intervención norteamericana, Washington pidió una estimación al Cuerpo Aéreo
del Ejército de cuantos aviones deberían ser producidos para derrotar a las
fuerzas del Eje. Harold L. George y su gente (Hansell, Wilson, Kuter) volcaron
20 años de teoría de la guerra aérea en un documento llamado Primer Documento
de Planificación de la Guerra Aérea (Air War Plans Division, plan number one –
AWPD-1). El AWPD-1 establecía que el Comando Aéreo del Ejército de los EEUU
debía estar compuesto por 251 grupos de combate, para lo cual se necesitaban
105.467 aviones y 2.164.916 tripulantes para operarlos. Y aunque estas cifras
puedan resultarnos escandalosas, el documento fue aceptado como base para el
planeamiento de la guerra aérea en un contexto de guerra total global, tanto en
Europa como en Asia.
Al fin la Bomber Mafia iba a poder poner todo su
arduo trabajo en práctica. El maestro Mitchell iba a poder ver cumplidos sus
pronósticos. El sueño del italiano Douhet, tantos años atrás, sería una
realidad… aunque en la práctica no saldría todo tal cual las teorías
predijeron.
Ya vimos como la aviación militar levantaba vuelo
por primera vez desde los campos de batalla libios en 1911; esforzándose luego
para hacerse un lugar propio entre las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas,
desde la Gran Guerra en adelante. A continuación, comienza un periodo de
consolidación de ese proceso en los años de “entre guerras”, en particular
desde la Guerra Civil Española.
El otro proceso que los teóricos de la guerra aérea
fueron desarrollando por el camino (aunque totalmente entre-cruzado con lo
anterior), fue de auto definición. ¿Cuál es el objetivo de la aviación de
guerra? Hasta ahora se había usado para apoyo a la tropa o a la armada, y como
reconocimiento táctico. Pero para ganar su independencia, la aviación tenía que
engendrar sus propios objetivos estratégicos. Había que justificar su
existencia. Y es en la figura del bombardero en la que los ideólogos de la
guerra aérea se aferran para dar alas a su novedosa visión. Pero aquí también
hay discrepancias. ¿Cuáles son los objetivos “lícitos” del bombardero? ¿La
industria e infraestructura que mueve los mecanismos de la guerra, o la
población civil, que es la sangre y voluntad de esa industria?
Dos bandos, o cosmovisiones, quedaron así definidas
y enfrentadas. Y para zanjar la cuestión, había que hacer la prueba. Muy pronto
el mundo se vio arrastrado a un nuevo conflicto global total, en la que todas
las nuevas teorías de la guerra aérea iban a entrar al laboratorio en el que se
convirtieron Europa y el Mediterráneo.
De la teoría a la praxis
Guernica
El famosísimo Guernica, de Pablo Picasso
Guernica era un pueblo vasco de una gran
importancia simbólica para el País Vasco que, antes de la tragedia, tenía
aproximadamente 5000 habitantes. Y durante la guerra civil española se
convirtió en la diana de práctica de la fuerza de bombarderos más moderna de
los años 30, la Luftwaffe. Elementos de ésta formaron la Legión Cóndor, que
junto a una pequeña fuerza expedicionaria de la aviación italiana formaron la
columna vertebral de la insurrección falangista del Gral. Franco.
Desgraciadamente, durante ese conflicto Guernica no
fue el primer centro urbano bombardeado para atacar la moral de la población,
ni el ultimo. Pero sin dudas fue el más famoso por su nivel de destrucción.
Savoia Marchetti SM.8 escoltado por cazas Fiat
CR.32
El 26 Abril de 1937, Guernica se despertaba
violentamente de la siesta, cuando la primera oleada de bombarderos lanzó sus
bombas en los alrededores de un puente sobre el río Oka, al este del pueblo.
Según la propaganda franquista, ese puente de piedra era el objetivo, ya que se
pretendía cortar la retirada del Ejercito Republicano que marchaba a Bilbao
para preparar sus defensas contra el avance falangista.
El segundo ataque se produjo alrededor de las 6 de
la tarde. Estuvo a cargo de aviones de la “Regia Aeronáutica” italiana y
alemana. El tercer ataque, a cargo de 19 bombarderos JU-52 cargados con bombas
de alto explosivo de 250 kgs, de 50 kg y bombas incendiarias de 1 kg, tuvo como
objetivo la destrucción de Guernica. Mientras tanto, los cazas de escolta se
dedicaban a ametrallar a la población que trataba de huir a los refugios o al
monte.
Guernica, al otro día
De la operación participaron bombarderos Junkers
Ju-52 y los experimentales Heinkel He 111 y Dornier Do 17. De la escolta
estaban a cargo los cazas Heinkel He 51 y los novísimos Messerschmitt Bf 109.
De parte de Italia la fuerza contaba con la participación de los bombarderos
Savoia-Marchetti S-79 y cazas Fiat CR.32. Luego de 3 horas de bombardeo, más
del 70 % del pueblo había quedado devastado. Las cifras de muertos y heridos
varían mucho según la fuente, pero entre 160 y 1600 (los registros fueron
quemados por órdenes de Franco, y entre la primer y segunda ola de ataques,
mucha gente pudo buscar refugio en el monte). El puente de piedra aún se
mantenía incólume.
II Guerra Mundial
Varsovia
El avance de la Blitzkrieg fue imparable y los
valientes polacos poco pudieron hacer para frenar a los alemanes. Finalmente
llegan a la ciudad capital el 9 de septiembre, y para el 13 se cierra el cerco
sobre ella. Luego de varios días, los defensores continúan su tenaz resistencia
y se niegan a rendir la ciudad. Hasta entonces la principal función de la
Luftwaffe fue la de dar apoyo al Ejercito y de bombardear puntos neurálgicos
como puentes, redes ferroviarias, centros de comunicaciones, fabricas, etc. También
se bombardeaban las ciudades cuando lo consideraron necesario. El 13 de
septiembre, la Luftwaffe ataca el barrio judío de Varsovia con bombas
incendiarias, justificándose en inventados crímenes que esos judíos habían
cometido contra soldados alemanes. Así mismo, los ataques aéreos sobre los
medios de transporte impidieron huir de la ciudad a la población civil.
Finalmente, el 20 de Septiembre de 1939 Hitler
ordena el bombardeo de Varsovia. La operación iba dirigida principalmente
contra la población civil, a fin de quebrar el espíritu de los defensores. Los
objetivos eran los hospitales, las escuelas, líneas eléctricas, el suministro
de agua; incluso la aviación ametrallaba civiles que encontraban en las calles.
Las 560 toneladas de bombas de alto explosivo y 72 toneladas de bombas
incendiarias, lanzadas durante 3 días corridos, dejaron el 12 por ciento de la
ciudad en ruinas. Los defensores habían estabilizado los frentes y podrían
haber resistido unas semanas más, pero para la población civil la situación era
trágica y desesperada.
Los huesos de Varsovia
Varsovia se rindió el 28 de Septiembre. Alrededor
de 30.000 civiles habían perdido la vida. Guernica de nuevo, pero mayor. Y un
claro aviso de Hitler para franceses y británicos: “esto es lo que les espera”.
Róterdam
Alemania entregó un ultimátum al gobierno holandés:
si no se rinden, bombardearían la ciudad de Róterdam. El ultimátum fue
rechazado, por lo que se dio la orden de atacar. Pero a último momento el
Gobierno holandés reconsideró y accedieron a negociar. La orden de bombardear
fue cancelada, pero la misma no fue recibida por parte de los bombarderos
Heinkel 111 que ya se dirigían a la parte Este de la ciudad. 97 bombas cayeron
sobre la urbe, lo que produjo un incendio de grandes proporciones que devastó
casi 3 Km2 de edificaciones. En el ataque fallecieron entre 800 y 1000 civiles,
otros 1000 resultaron heridos y 78 000 se quedaron sin hogar.
Un “antes y después” para Róterdam
La Batalla de Inglaterra
El 13 de Agosto de 1940 Hitler lanza la operación
Adlerangriff (Ataque del Águila). La misma consiste en una masiva campaña de
bombardeo sobre el sur de Inglaterra, como antesala a una invasión anfibia de
gran escala, que estaban empezando a planificar. Los objetivos eran
industriales y militares. Se pretendía acabar con la RAF (Real Fuerza Aérea)
para conseguir la supremacía en el aíre. Los objetivos principales eran las
bases aéreas y las estaciones de radar. También fueron puestas en la mira las
fábricas militares, polvorines, puertos, etc.
Heinkel 111 en plena acción
Inglaterra contaba para su defensa con 600 cazas
Hurricane y Spitfire, frente a los 1300 bombarderos (incluidos bombarderos en
picado), 900 cazas monomotores y 300 cazas bimotores alemanes. Pero la defensa
inglesa era desesperada, y los combates, encarnizados. Las pérdidas de aviones
de ambos bandos se iban acumulando, así como el agotamiento. Los Hurricane eran
los encargados de destruir a los bombarderos, mientras los Spitfire se
enfrenaban a los cazas de escolta. Pero las limitaciones alemanas comenzaron a
notarse. Los cazas de escolta, para cuando entraban en combate, estaban al
límite de su radio de acción. No podían dar pelea por más de unos minutos antes
de intentar romper el contacto para volver a sus bases. Los cazas ingleses
operaban prácticamente encima de sus aeródromos. Lo cual, en la práctica,
dejaba rápidamente en la indefensión a una fuerza de bombarderos que no había
sido diseñada para este tipo de guerra, tan al borde de sus capacidades. No
contaban con la altura de vuelo, la velocidad, el armamento defensivo ni el
blindaje para sobrevivir por mucho tiempo a una férrea defensa aérea. Los
alemanes perdían entre 2.5 y 3 aviones por cada uno que perdían los ingleses. Y
los pilotos alemanes derribados, morían sobre el Canal de la Mancha, o eran
capturados por el Ejército inglés. En cambio, los defensores supervivientes
podían volver a los cielos, incluso en el mismo día. De tal suerte que desde el
mando de la Luftwaffe se decidió que la mayoría de las operaciones de bombardeo
se llevarán a cabo bajo el amparo de la noche.
De alguna forma, este Heinkell 111 logró volver a
su base luego de un raíd nocturno sobre Londres
Pero Hitler aún tenía la ilusión de llegar a un
acuerdo de cese al fuego con Churchill, de modo que dio instrucciones
específicas de no atacar los blancos civiles. Por proximidad con el blanco, o
confusión, alguna que otra bomba cayó sobre edificios civiles, pero la
cancillería alemana siempre pidió disculpas por ello, querían mantener el
enfrentamiento contenido. Y así, los ataques continuaron. Era el duelo de 2
fuerzas aéreas… y la Luftwaffe estaba perdiendo.
Sin embargo, el 24 de Agosto tuvo lugar un hecho
que tiraría por tierra los esfuerzos alemanes de mantener la guerra con los
ingleses “civilizada”. Ese día varias bombas cayeron sobre los suburbios de
Londres. Probablemente la acción la llevaron a cabo bombarderos que perdieron
el curso y confundieron el objetivo.
Bombardero alemán sobre Londres, foto usada por la
propaganda nazi
Churchill, inmediatamente, ordena el primer ataque
a Berlín. Los bombarderos Wellington apenas causaron daños a la capital
alemana. Pero Hitler estaba furioso. Ordenó el ataque de bombardeo masivo, día
y noche, a las ciudades industriales inglesas.
El 14 de Noviembre, la Ciudad de Coventry,
importante centro de fabricación para la aviación de la RAF, es bombardeada con
la mezcla (ya experimentada en España y Polonia) de bombas de alto explosivo e
incendiarias. Las bombas explosivas rompen los edificios, las cañerías y las
calles, exponiendo a los materiales inflamables de las casas al efecto de las
bombas incendiarias, las que así tienen de que nutrirse. Y los escombros de las
primeras bombas, impiden que los bomberos puedan acceder a los focos de
incendio con sus autobombas. El centro de la ciudad queda arrasado, 568
personas pierden la vida bajo los escombros o por el fuego.
Winston Churchill visitando los restos de la
catedral, en el centro de Coventry
Londres será atacada por 57 noches consecutivas.
Los blancos deberían ser industriales y comerciales, como los puertos. Pero en
medio de la noche, evadiendo las defensas y con la tecnología de bombardeo
existente en la época, se hace imposible no bombardear también blancos civiles
por toda la ciudad. Esta guerra de atrición y terror tiene un nombre para los
londinenses, ellos lo llaman “el Blitz”. Durante la Batalla de Inglaterra,
40.000 personas pierden la vida, 45.000 son heridas y más de 1 millón se quedan
sin hogar. Contradiciendo las teorías del bombardeo de terror, incluso
contradiciendo las experiencias cosechadas por la Luftwaffe hasta ahora, el
resultado es que la moral inglesa no se fractura. Inglaterra (y particularmente
Londres) resistió. Hitler perdió más de 2000 aviones sobre las Islas
Británicas, junto con la experiencia y pericia de sus tripulantes. Una pérdida
que tendrá graves consecuencias a futuro.
Bombarderos medios Dornier Do-17, rumbo a sus
objetivos
“Ojo por ojo y diente por diente”, Churchill, ahora
con las manos libres, llevará la guerra aérea a las ciudades enemigas. A partir
de ahora, la guerra será total.
Las experiencias adquiridas por la aviación durante
la I Guerra Mundial, llevarían a que otras mentes en Europa y los Estados
Unidos se unieran a la visión del General Douhet, aportando cada uno su
pensamiento para ir transformando esa intuición en un corpus teórico completo.
Los adelantos tecnológicos que se fueron gestando
durante el período de entreguerras permitieron a estos teóricos, ahora
convertidos en apóstoles de las nuevas Fuerzas Aéreas, sentirse confiados para
dar el salto de fe y poner a prueba sus teorías.
En la II Guerra Mundial no solo se enfrentaron el
Eje vs los Aliados. En lo que respecta al futuro de la aviación militar,
estaban en pugna 2 modelos de Fuerza Aérea. De un lado, una aviación táctica
que golpeaba rápido y con precisión, actuando orgánicamente junto a unidades
terrestres y navales. Todos los elementos confluyendo en el mismo campo de
batalla. Del otro lado estaba naciendo una Fuerza Aérea distinta, con el foco
puesto en su propia autonomía. La capacidad de decidir sus propios objetivos le
otorgaba el derecho a existir como rama independiente de las otras fuerzas
armadas. Solo una visión estratégica, con los medios técnicos adecuados, podía
permitir esta emancipación. Era el tiempo del gran experimento. Se dio el paso
decisivo, de la teoría a la praxis.
El Imperio contraataca
La batalla de Inglaterra había terminado con una
victoria ajustada para los ingleses. Los alemanes no sabrían hasta muchos años
más tarde, gracias a documentales y biografías, lo cerca que estuvieron de
quebrar las defensas aéreas de las islas.
Era Junio de 1941 y Hitler daba inicio a la
operación Barbarroja, desencadenando todo el fulminante poder de la Blitzkrieg
contra la Unión Soviética en el frente Este. La invasión a las islas británicas
tendría que esperar.
Pero Churchill no es de los que esperan.
En Febrero de 1942, Churchill asignaría un nuevo
jefe al Comando de Bombardeo de la RAF. Sería el Mariscal del Aire Arthur
Harris. Considerado el mayor experto en bombardeo del Imperio Británico, Harris
traería un nuevo sentido de propósito a la fuerza de bombarderos: la de borrar
del mapa los principales centros industriales y ciudades alemanas.
Hasta entonces la aviación había sido decisiva,
cada vez que se podía contar con ella, en los teatros del Mediterráneo y del
norte de África, para cualquiera de los bandos. Tanto las flotas del eje como
las de los aliados (principalmente inglesa) habían sufrido grandes pérdidas
cuando eran atacadas desde el aire. Quedaba demostrada la preponderancia de la
aviación en la guerra moderna, aunque la mayoría de estas operaciones fueron de
carácter táctico. La eficacia de la aviación en su carácter estratégico se
estaba midiendo en el teatro europeo central.
Formación de Avro Lancaster, considerado uno de los
mejores bombarderos de la guerra.
Pero en Europa continental los bombardeos ingleses
tenían poco efecto real. Muchas veces ni podían encontrar el blanco, y si lo
hacían, la acción resultaba prohibitiva en costo de vidas y máquinas. Las
defensas aéreas alemanas se adaptaron y reforzaron muy rápidamente ante las
primeras oleadas de bombarderos ingleses. El Bomber Command aprendería una dura
lección: las operaciones diurnas eran demasiado peligrosas.
Para ese tiempo la guerra aérea entre Inglaterra y
Alemania se había convertido en un intercambio de bombardeos de represalia
contra pueblos y ciudades menores, atacando a la población civil de forma
directa. Pero resultaban acciones de poca importancia estratégica. A medida que
los teatros de Rusia y África requerían mayor participación de la Luftwaffe,
los cielos ingleses se fueron aclarando y esto permitió a la RAF tomar un
necesario respiro y preparar un cambio notable de tácticas. Harris quería
demostrarle al mundo que el uso masivo de bombarderos estratégicos era
suficiente para ganar las guerras. De modo que diseñó un experimento, y los
conejillos de indias serían los trabajadores alemanes y sus familias.
El raid “Millenium”
El Bomber Command seleccionó 3 objetivos: Colonia,
Bremen y Essen. Sobre éstos la RAF asestaría terribles mazazos, concentrando
oleadas de aproximadamente 1000 bombarderos para cada operación. A los modernos
Lancaster, Halifax y Stirling que estaban empezando a ser recibidos se les
sumaron aviones de todos lados de donde Harris pudo echar el guante. Bimotores
Hampden, Blenheim y Wellington, B-17 y B-24 (de las primeras series, producidos
en los EEUU para la RAF) que operaban en otros teatros u otros servicios, como
el Coastal Command (ataque a buques y caza de submarinos). Incluso se
reclutaron viejos bimotores Whitley de la escuela de bombarderos. Todo para
llegar al mágico número 1000.
Un Millenium Raid, concentrandose para dirigirse al
objetivo
Factores climáticos decidieron el objetivo. La
noche entre el 30 y 31 de mayo presentaba condiciones ideales en el cielo sobre
Colonia. La suerte estaba echada. Desde decenas de bases en Inglaterra
decolaron centenares de aparatos de todo tipo para unirse en una flota
devastadora sobre Colonia. A la mañana siguiente Colonia era una ruina
humeante. 500 muertos, miles de heridos de diferente consideración, y una
población de 40.000 personas que ya no tenían un hogar al cual volver. El 61%
del núcleo urbano había sido arrasado. El bombardeo duró varias horas, de
oleadas sucesivas. Los ingleses perderían 39 aviones.
Colonia intenta defenderse, pero los bombarderos
son demasiados
El 2 de Junio llegó el turno de Essen. Participaron
956 bombarderos, de los cuales se perdieron 31. El resultado de Essen fue muy
similar al de Colonia, con la mitad de la ciudad arrasada por las llamas.
El tercer raid tuvo lugar sobre Bremen el 26 de
Junio, con resultados similares para los alemanes y 44 aviones perdidos para el
bando inglés.
La táctica inglesa fue la misma que había resultado
exitosa en Guernica, así como sobre Polonia, Rusia y demás lugares, pero
llevada a una escala nunca antes vista. Primero caían las bombas de alto
explosivo para romper todo, dejando los edificios sin techo, los tendidos
eléctricos y las cañerías de agua cortadas, las calles bloqueadas por
escombros. Y luego venían las bombas incendiarias para completar la
destrucción. Con las calles bloqueadas, las unidades de bomberos no pueden
llegar a los focos principales y se termina produciendo un fenómeno aterrador y
sumamente destructivo: la tormenta de fuego.El aire y las superficies se ponen tan calientes por los incendios sin
control, que todo empieza a arder sin que lo toque la llama. Se crean
corrientes de aire calcinante que succionan el oxígeno, moviendo el fuego como
si fueran olas de una tempestad que arrasa todo lo que toca. Se hace imposible
respirar, el aire quema los pulmones. Nada se puede hacer, más que esperar a
que se consuma todo el material combustible.
Los resultados fueron elocuentes. En una noche, los
habitantes de una ciudad se convertían en refugiados sin nada más a su nombre
que lo que llevaban encima cuando sonaron las alarmas de bombardeo. Los
ingleses inventaron un término para esto: lo llamaban “Dehousing”. No tiene
traducción directa, pero se entiende como dejarte o quitarte tu casa.
Alemania a la defensiva
En el verano de 1942 entran los EEUU en el
conflicto europeo, con centenares de bombarderos aterrizando en bases por toda
Inglaterra.
Las famosas fortalezas volantes B-17, foto
coloreada para apreciar cómo se veían realmente
El plan norteamericano para aniquilar la potencia
germana había sido trazado hacía tiempo. Se habían seleccionado 154 objetivos
que había que destruir totalmente. De éstos, 50 eran equipos para la producción
eléctrica; 47 nudos ferroviarios; camioneros y puertos, 27 representaban el 80%
de la producción petrolífera; 18 estaban relacionados a la construcción
aeronáutica; 6 representaban el 90% de la producción de aluminio y otros 6 la
producción total de magnesio. Era la aplicación científica de las teorías de
Mitchell y Weber.
Por el contrario, los objetivos del Bomber Command
inglés conducido por Arthur “Bomber” Harris estaban en consonancia con los
ideales de Douhet y en su propia experiencia como policía colonial del aire.
Los bombarderos de la RAF atacarían el potencial humano y a la economía
alemanas, bombardearían la moral germana, hasta su ruptura total.
Imagen de propaganda, pero que demuestra como la
idea del bombardeo estratégico se había instalado en la mente de todos
Los norteamericanos confiaban en sus bombarderos,
pensaban que eran los mejores del mundo. Podían volar más alto, más rápido, y
más lejos que cualquier otro avión similar. Los B-17 y B-24 tenían un poderoso
armamento defensivo, compuestos de muchas ametralladoras pesadas de 12,7 mm. Y
sus formaciones cerradas permitían que los aviones se apoyaran mutuamente con
fuego defensivo. No por nada al B-17 lo llamaron Fortaleza Volante. La creencia
en la superioridad de sus monturas, así como la de su tecnología de bombardero
y el entrenamiento de sus tripulaciones, llenaban de confianza a los
norteamericanos.
Bombardeo estratégico americano sobre la planta de
Hispano-Suiza, ocupada por los alemanes, en París
Ellos también tenían la idea de que los bombarderos
podían ganar la guerra. Se habían entrenado para bombardear objetivos
individuales desde 7600 metros de altura, con gran precisión y devastación
durante el día. Los ingleses les advirtieron que eso era una locura, que lo
habían intentado, pero no funcionaba. Los norteamericanos les contestaron algo
como “bueno… es como lo sabemos hacer nosotros”. Y así quedó divida la función
de cada comando de bombarderos. Durante el día, los norteamericanos atacarían
los puntos nodales de la infraestructura nazi, durante la noche la RAF
arrasaría sus ciudades.
Pero pronto descubrirían que las prácticas de
bombardeo sobre el desierto no te preparan bien para las difíciles condiciones
de visibilidad sobre la húmeda Europa, y mucho menos cuando las defensas
anti-aéreas (ahora, reorganizada y ampliada a más de un millón de individuos,
muchos de ellos, niños en edad escolar) y la Luftwaffe te disparan en medio de
una defensa cada vez más tenaz y desesperada.
Los bombarderos bimotores medios, como este B-26
Marauder, también participaron activamente en todos los frentes.
Para la primavera del 43, el comando de bombardeo
norteamericano se encuentra sufriendo graves pérdidas a manos alemanas. Las
baterías Flak (artillería anti-aérea) se cobraban su cuota en sangre de cada
formación de bombardeos que pasaban cerca. Y los cazas de escolta, P-38
Lightning primero y P-47 Thunderbolt luego, no tenían el alcance suficiente
para cubrir a la fuerza de bombardeos durante todo el trayecto. Los alemanes
habían aprendido lo demoledores que podían ser los P-47 cuando picaban sobre
ellos desde más altura, así que supieron calcular el momento en el que la
fuerza de escolta llegaba al máximo de su alcance y debía regresar a
Inglaterra, momento en el que descendían entonces como una mortífera nube de
aves rapaces sobre unos bombarderos que quedaban librados a sus propios medios
para defenderse. Pierden fortalezas volantes de a decenas. Hay relatos de
pilotos de escolta que, dando la vuelta para volver a sus bases, veían por
sobre sus hombros los primeros aviones alemanes abalanzarse sobre las
formaciones de bombarderos. Si algunos se dieron vuelta para pelear, no
regresaron.
Posteriormente los P-47 recibieron depósitos de
combustible extra bajo las alas, pero esto no alcanzaba para acompañar a las
formaciones de bombarderos en los ataques en profundidad sobre Alemania. Se
probaron versiones de bombarderos con más ametralladoras, como unidades que
debían defender las formaciones, pero resultó un fracaso. Lo mejor que podían
hacer era mantener la técnica de vuelo en formación escalonada, que garantizaba
la protección recíproca mediante la concentración del fuego defensivo.
Formación de B-17 intensa abrirse paso, mientras
los cazas alemanes y la escolta norteamericana se enfrentan en frenética pelea
de perros
Para entenderlo en su magnitud real, en diferentes
acciones del día 17 de agosto de 1943, se habían perdido 600 vidas de
tripulantes de aviones derribados (sin contar muertos y heridos de los aviones
“tocados” que sí pudieron regresar a base), contra 25 pilotos de la Luftwaffe
perdidos en las acciones defensivas.
Bombardeo de área
Los resultados estadounidenses no hacen más que
confirmar las ideas del Mariscal del Aire Arthur Harris. Harris diseña una
nueva estrategia, atacar la cuenca del Ruhr. Es un área de Alemania donde se
concentra la mayor producción de acero y carbón. Y es también la zona más
nutridamente defendida de Alemania. Todas las noches hay bombardeos, la tensión
en la población es permanente. Pero una “nueva normalidad” (¿les suena el
término?) se va gestando. La vida en los bunkers y túneles se va naturalizando,
la pulsión de vida aún es fuerte; la moral alemana no se rompe. La gente se
acostaba vestida. A mano siempre tenía un pequeño equipaje con lo mínimo
indispensable para sobrevivir. De forma tal que cuando sonaba la sirena de
ataque aéreo, estaban instantáneamente listos para ir a los túneles y bunkers a
esperar que pase el peligro. El Gobierno Nazi es eficiente en la distribución
de víveres y cuidado médico en las ciudades bombardeadas. La disciplina civil
se mantiene, la moral sigue alta.
Combinación de bombas de alto explosivo e
incendiarias en un Halifax de la RAF, para el bombardeo de área sobre ciudades
La presión por resultados tangibles se intensifica
sobre los hombros de Harris, necesita dar un golpe demoledor. El objetivo es
Hamburgo, la segunda ciudad más poblada de Alemania. Pero teme a los radares
alemanes. Por suerte para él (y por la pericia de las unidades de espionaje e
inteligencia), un caza nocturno alemán, equipado con el último modelo de radar,
deserta al bando aliando y aterriza en Escocia. Con esto los ingleses pueden
averiguar la frecuencia en la que operan los radares alemanes, y diseñar la
contra-medida adecuada. Finas tiras de aluminio, generan mil reflejos en los
radares alemanes, que no pueden distinguir cuales de los ecos radar mostrados
en pantalla son aviones reales y cuales ecos fantasmas. Es el “chaff”, técnica
que se utiliza aún hoy con efectividad.
La RAF lanza el mayor raid aéreo que el mundo haya
visto hasta entonces. Hacia media noche, las sirenas comienzan a aullar en
Hamburgo, los Flak y los cazas nocturnos se ponen en alerta, pero los radares
no pueden dar indicaciones, sus pantallas se ven llenas de cientos y miles de
ecos, sin poder distinguir los aviones reales de las contramedidas. Una sábana
de 29 kms ininterrumpida de bombarderos dejan caer su letal carga sobre la
indefensa ciudad. El 26 de Julio de 1943, las llamas en Hamburgo dan nacimiento
a la mayor tormenta de fuego jamás vista. En las calles, la temperatura se
eleva hasta los 1.000 C°. Los vientos ardientes tienen la fuerza de huracanes.
Aún desde 6.000 metros de altura, el interior de los bombarderos es iluminado
por una ciudad furiosamente en llamas.
Hamburgo fue atacada por 10 días consecutivos por
bombarderos británicos por la noche, y estadounidense durante el día. Son más
de 40.000 los muertos por los bombardeos, muchos por asfixia, ya que los fuegos
consumían el oxígeno a su paso. Pero también muchos quedaron atrapados en los
escombros, calcinados, o atrapados en el asfalto, que por el calor se había
fundido y transformado en una trampa mortal. Los heridos se contabilizaron en
120.000. 1 millón de refugiados, ya sin hogar, huyen de los restos de la
ciudad.
Un exultante Harris escribe a Churchill en
Noviembre, que con la ayuda de los EEUU pueden reventar Berlín de punta a
punta. El precio a pagar para los aliados, sería de entre 400 a 500 aeronaves,
el precio para los alemanes sería la guerra.
Berlín
Arthur “Butcher” Harris (el carnicero, como lo
llamaban sus pilotos y oficiales del Bomber Command) comienza su campaña aérea
para devastar Berlín. Desde principios del 44 hasta el final de la guerra, más
de 300 salidas nocturnas machacarán la capital germana. Sin embargo, el colapso
de la moral de los alemanes no llega. El dolor, el miedo y la desesperación
unen a la gente en una causa común. La batalla aérea sobre Berlín es la más
grande de la historia. El Comando de Bombardeo pierde más de 800 aviones y
3.000 tripulantes.
Tripulación de Avro Lancaster regresa agotada,
luego de un raíd nocturno.
Los americanos se mantienen alejados de las
operaciones sobre Berlín que llevan a cabo los ingleses. Siguen abocados a sus
operaciones diurnas de precisión sobre objetivos industriales y logísticos. Y
con la entrada en servicio de los cazas P-51 Mustang y sus depósitos de
combustible externo, tienen la escolta que estaban necesitando, capaces de
acompañarlos todo el trayecto, ida y vuelta, de sus objetivos en Alemania.
Día D
En el frente occidental, la superioridad aérea es
absoluta. Dan comienzo las operaciones de bombardeo para ablandar las defensas
territoriales alemanas. Los bombarderos atacan las factorías de aviones de caza
alemanes. Generando un fuerte estrés en las líneas de producción de
Messerschmitt. Pero el Me-109 ya no es el principal caza alemán: éste fue
superado por el Focke-Wulf 190. Y parte de la genialidad de su diseñador, Kurt
Tank, fue la de organizar y simplificar la producción de tal manera que las partes
del avión pudieran ser producidas en una gran variedad de talleres por toda
Alemania, para luego ensamblar los aparatos donde hiciera falta. De modo tal
que los bombardeos, aunque devastadores, no tuvieron gran efecto sobre el
principal avión de caza alemán de este período. El otro gran objetivo de los
bombarderos aliados, fueron las refinerías de petróleo nazis en Rumania. Si
bien los objetivos son alcanzados con fuerza, en semanas los daños son
reparados y la producción de combustible se reanuda.
El norte de Francia conoció la devastación de los
bombardeos masivos, como antesala al día D
Para preparar el terreno para las masivas
operaciones anfibias, los bombarderos estratégicos se transforman en aviones de
apoyo táctico, barriendo el terreno en bombardeos de alfombra, dejando a su
pazo un paisaje lunar, lleno de cráteres.
La ruina de Dresde
Para Febrero de 1945, la guerra para los alemanes
estaba perdida. Con los aliados entrando en suelo alemán por los frentes Este y
Oeste, ya solo era una cuestión de tiempo y de ver quien llegaba a Berlín
primero.
Y esto hace que la destrucción de la ciudad de
Dresde sea una de las operaciones más cuestionables conducidas por Butcher
Harris al frente del Bomber Command de la RAF.
800 bombarderos ingleses participaron del raid.
Según algunas fuentes, el ataque había sido solicitado por Stalin, ya que el
avance ruso estaba siendo ralentizado por una resistencia alemana fanática.
La ciudad cuenta pocos bunkers y pocas defensas, no
era un objetivo militar prioritario ni relevante. Dresde había recibido un gran
influjo de refugiados, huyendo del avance soviético. A las 10 de la noche de un
13 febrero de carnaval, empezaron a sonar las sirenas.
Como en Hamburgo, otra vez la brutal tormenta de
fuego, cuyos vientos ardientes arrancaban a la gente del suelo para tragarlos
en las llamas. Aún desde 100 millas de distancia, las tripulaciones de los
bombarderos ingleses que se dirigían de vuelta a sus bases, podían ver las
luces de las llamas que arreciaban el centro de Dresde. Al día siguiente
llegaron los bombarderos norteamericanos para dar el remate. El conteo de
muertos sería de alrededor de 35.000. Otras tantas decenas de miles “dehoused”…
en un momento en el que el resultado de la guerra ya no podía ser cuestionado.
Bombardeo estratégico en formación cerrada de unos
B-17
La destrucción de Dresde termina revirtiendo la
opinión pública contra las tácticas de bombardeo de terror. Churchill decide alejarse
de Arthur Harris, le suelta la mano, y es el fin para él.
Los demás frentes de la guerra en Europa
Bombardero medio soviético tipo Pe-2
Si bien tanto alemanes como soviéticos poseían
bombarderos pesados estratégicos, nunca sus fuerzas aéreas los emplearon en
suficiente número como para evidenciar una utilización estratégica. Las fuerzas
aéreas alemanas y soviéticas habían sido diseñadas para su utilización táctica
(empleo en el cual nadie puede negar que fueron enormemente efectivas), en
conjunción con las unidades terrestres. Lo mismo podría decirse de la más
atrasada aeronáutica italiana.
Bombardeo estratégico aliado sobre nudo ferroviario
en Italia
Sí hubo acciones importantes de bombardeos
estratégicos aliados sobre objetivos en el teatro del mediterráneo, en especial
sobre Sicilia e Italia, pero no son acciones tan ejemplares para el tema de
esta nota como las acciones de bombardeo estratégico llevadas a cabo por los EEUU
e Inglaterra contra Alemania.
Frente del Pacífico
Los japoneses tenían al principio del conflicto tal
vez la armada más poderosa del océano Pacífico, con una fuerza aeronaval
soberbia. Tal vez por eso y por el tipo de escenarios en los que los japoneses
se desenvolvieron (realmente no había en la región grandes ciudades industriales
como en Europa continental), hicieron que dejaran de lado el desarrollo de
bombarderos pesados de largo alcance. Y eso puede que les haya terminado
jugando en contra, a medida que se encontraron incapaces de devolver el golpe
en la retaguardia de la avanzada norteamericana. Unas campañas de bombardeo
pesado sobre Hawái o Wake hubieran al menos, conseguido algo de tiempo valioso
para que Tokio pudiera reponer algunos de los portaviones perdidos, y, sobre
todo, nuevos pilotos.
Bombardeo estratégico estadounidense sobre el
puerto japonés de Kobe, el 5 de junio de 1945, 473 bombarderos estadounidenses
destruyeron por completo 11 kilómetros cuadrados de infraestructura urbana.
En cambio, los EEUU sí que supieron hacer un buen
uso de nuevo y más letal bombardero estratégico de toda la II Guerra Mundial,
la Superfortaleza B-29. Volando a una altura tal que los cazas japoneses no
podían alcanzar, bombardearon los blancos nipones a gusto y placer.
Las superfortalezas volantes B-29 casi no
encontraron resistencia sobre los cielos japoneses
Y fue en el Pacífico donde los norteamericanos se
convirtieron en grandes alumnos del General italiano Giulio Dohet, bombardeando
con incendiarias las ciudades japonesas para arrasarlas. En el bombardeo a
Tokio, hasta 200.000 personas perdieron la vida. E insistieron con esta
empresa, hasta que luego de 2 bombas atómicas, los japoneses finalmente fueron
bombardeados hasta la sumisión.
Reflexiones finales
Con el fin de la II GM tanto en el teatro europeo
como asiático, el gran experimento terminaba con resultados diversos.
En su empleo táctico, la aviación fue un gran
éxito. Lograr la superioridad aérea sobre el terreno implicaba que el enemigo
sufría permanente hostigamiento y ataques de ablandamiento, además de tener
pocas chances de sorprender a las fuerzas amigas. No podría haber existido la
Blitzkrieg sin la poderosa Luftwaffe. Los soviéticos no podrían haber lanzado
sus exitosos ataques en profundidad sin el respaldo de su fuerte y moderna
Fuerza Aérea Soviética.
En los teatros operacionales de África y Medio
Oriente, la aviación tuvo siempre un rol de gran importancia para dar apoyo a
los avances de las fuerzas terrestres, ablandar defensas o cubrir retiradas.
Y en el mar la cosa fue aún más clara. Las flotas
más poderosas del mundo sucumbían ante las bombas y torpedos arrojados por la
aviación táctica. Esto fue una realidad tanto el Mediterráneo como en el
Pacífico, aunque más espectacular en este último teatro. Los buques más grandes
y poderosos que la historia había conocido, con sus enormes cañones, miles de
toneladas de acero y un millar de marineros para operarlos, hundidos por
pequeños, ligeros y baratos aviones. El acorazado dejó de ser el amo del mar:
fue desplazado por el portaaviones.
Ingleses y norteamericanos encarnaron mejor que
ninguno la visión estratégica de la aviación. Las campañas de bombardeo masivo
demostraron ser demoledoras, aplastantes. Pero finalmente ni Harris pudo
demostrar que una población puede ser bombardeada hasta la sumisión y
subordinación; ni la Bomber Mafia americana pudo demostrar que se puede
reventar totalmente la capacidad de un país de hacer la guerra exclusivamente a
bombazos.
Los bombarderos no bastaban solos para ganar una
guerra.
Paréntesis. Aun es discutible si los B-29 si
lograron bombardear a los japoneses hasta quebrar su espíritu de lucha,
particularmente con las bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Los planificadores militares de los EEUU sabían que la guerra seguiría mientras
la isla principal de Japón no fuera invadida. Y que esa invasión tendría que
enfrentar una defensa fanática, que impondría un precio altísimo en vidas de
soldados propios. No hay duda que la campaña de bombardeo estratégico contra
Japón tenía como finalidad forzar la rendición. Japón ya estaba, de facto,
acabado en todos los teatros de operaciones más allá de sus fronteras
originales. Pero en el interior del Gobierno los generales, en su orgullo
querían seguir peleando hasta el último hombre, mujer y niño. La rendición era
conceptualmente incomprensible para los japoneses. Ninguna invasión de Japón
había triunfado jamás. Se podía decir que no había perdido una guerra externa
en tanto tiempo que ya no se recordaba.
Los líderes japoneses querían una salida negociada
de la guerra para salvar la ropa. Los EEUU no aceptaban otra cosa que la
rendición incondicional. Si los EEUU no le hubiera garantizado al emperador
Hirohito la continuidad de su estatus, tal vez la orden de rendición no hubiera
llegado. Todo queda abierto a la especulación.
Lo que, si quedó claro para todos, es que las
Fuerzas Aéreas habían ganado su independencia. Ya no se podía cuestionar la
importancia de su utilización y el peso de la devastación que desataron los
bombarderos sobre sus blancos. De hecho, estudios climatológicos hechos muchos
años después del fin de las hostilidades demostraron que el impacto del
bombardeo masivo de la II GM fue tan grande en el medio ambiente, que los
efectos de las ondas expansivas se notaron a una altura de hasta 1.000 km. La
ionosfera fe debilitada y elevada varios kilómetros por la fuerza de las
bombas.
Sin embargo, el advenimiento de las armas atómicas
y la guerra fría darían a la visión de Giulio Douhet una nueva vida, una cierta
continuidad encarnada ahora en el concepto MAD (por Mutual Assured Destruction
o Destrucción Mutua Asegurada). La capacidad de los EEUU y la URSS de anular la
posibilidad de victoria del adversario por el precio estrafalario de la
aniquilación total que debería pagar cualquiera que iniciara un ataque a gran
escala, sin duda fue el elemento más significativo a la hora de evitar una
Tercer Guerra Mundial. El precio de la guerra, como lo predijo Douhet, sería
tan terrible que ninguno de los bandos terminó por animarse a soltar el primer
ataque… aunque estuvimos cerca de ese momento más de una vez.
Fuentes:
Air
Force Magazine, Volumen 86, Números 2-12.
Masters
of the Air: America’s Bomber Boys Who Fought the Air War Against Nazi Germany.
No pudo con el tenis, no pudo con fútbol, la única
pasión que mi padre pudo inculcarme fue la del aire... y se lo agradezco tanto.
Colaborador en Aviaciónline.com, particularmente la aviación militar. Feliz de
poder darle letra a esta pasión y compartirla con Uds.
Hemos pensado que este blog representa una manera de aproximarnos a temas relacionados a la actividad aérea. Los artículos y escritos que se publican son extraídos de diferentes fuentes, las que son debidamente aclaradas.
Algunos nos han consultado cual es la finalidad de mantener este sitio, en el que se publican artículos ya existentes en otros sitios. A manera de contestación, nos gustaría explicarles a quienes tienen esa inquietud que, en nuestra constante búsqueda, hemos encontrado una infinidad de temas, muchas veces escondidos en lugares que casi nunca se visitan y sus autores son, a menudo, ilustres desconocidos. Utilizamos mucho tiempo en realizar la búsqueda de temas, aumentamos nuestros conocimientos leyendo historias casi desconocidas producto de relatos de quienes fueron sus actores o conocieron su ocurrencia. Extraemos las que nos parecen más interesantes y les damos un lugar en Historias de la Aviación, de esa manera aumentamos las posibilidades que más lectores tengan acceso a ellas y, por otro lado, rendirles un simple homenaje a sus autores.
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