29 de agosto de 2020
LOS STUKA DE LA LEGIÓN CÓNDOR QUE LOS NAZIS MONTARON Y PROBARON EN LEÓN
Por Jesús María López de Uribe
Los primeros bombarderos en picado alemanes
llegaron a La Virgen del Camino a finales de 1937 procedentes de Vigo en
diversas cajas transportadas tanto por carretera como por ferrocarril. Se
montaron dos tipos, los “Anton” y los “Berta”. En total se probó una docena de
estos aparatos en España, aunque sólo combatieron un máximo de seis a la vez
agrupados de tres en tres en formaciones que sus jóvenes pilotos apodaban “camada
de gatitos”. ILEON.COM recuerda los ochenta años del final de la Guerra Civil
con una serie de reportajes durante este mes de marzo sobre la vida en
retaguardia tras la caída del Frente Norte.
Es sabido por todos que el cuartel general de la
Legión Cóndor, la formación de voluntarios alemanes nazis que combatió en la
Guerra Civil Española, fue el aeródromo de La Virgen del Camino en León. ¿Pero
alguien sabe cuántos aviones se montaron y probaron allí?
León fue un lugar fundamental en la Historia de la
Legión Cóndor y la Guerra Civil Española ya que fue aquí donde, gracias a la
maestranza de mecánicos, se probaron una gran y variada cantidad de tipos de
aviones de combate, entre ellos el caza más reconocible de la Luftwaffe, el
Messerschmitt Bf 109, y posiblemente el bombardero en picado más famoso de la
historia: el Junkers Ju 87 “Stuka”.
Pero contrariamente a lo que se cree, los “Stuka”
no fueron un modelo de amplio uso en la Guerra Civil Española y ni siquiera
había llegado una unidad de producción para el combate suya a la península
cuando se produjo el bombardeo de Guernica.
Con una excepción, el primer Ju 87, el cuarto
prototipo con matrícula civil, llegó a España en el verano de 1936, a bordo de
un mercante al puerto de Cádiz junto con la primera avanzadilla del cuerpo
expedicionario alemán. Se montó en el aeródromo de Tablada (Sevilla) y fue
enviado al frente Norte. Es de suponer que pudo estar en León, allí donde los
mecánicos eran los mejores, las instalaciones y el cielo perfectos para las
pruebas, y donde terminó ubicado el Cuartel General de la Cóndor, pero como era
alto secreto no queda rastro documental de ello y no se puede afirmar
rotundamente que lo albergara La Virgen del Camino.
No hubo “Stukas” en Guernica
Este prototipo no llegó a participar en el
bombardeo de Guernica el 26 de abril de 1937 lo cual es cruelmente curioso, ya
que el objetivo oficial era el puente la destrucción del puente del barrio de
Rentería de Guernica, el último antes de la ría de Bilbao, lo que requería una
precisión absoluta que este aparato conseguía con facilidad. Pero al final
bombardearon “en manta” a tres mil metros de altura. Todo lo contrario, a la
precisión supuestamente requerida.
Descargando el fuselaje de un Ju 87B “Berta” (se le
distingue por la toma de aire semicircular) en León.
El cinismo del entonces jefe de Estado Mayor de la
Legión Cóndor, Wolfram von Richthofen (el primo de Manfred, el Barón Rojo, y su
hermano Lothar), que planificó el bombardeo con bombas incendiarias y con
intención de dejar lleno de escombros los lados del paso sobre el río Oca, le
llevó a afirmar que "en el caso de Guernica nos comportamos de una forma
un tanto gamberra", para justificar que no habían conseguido darle al
puente. Tras un breve regreso a Alemania, fue promovido a comandante en octubre
de 1938 y fue el máximo mandatario nazi que recibió honores en León con la
despedida de la Legión Cóndor en 1939.
Tampoco en la caída del Frente Norte
Tras varios meses de evaluación en condiciones de
combate en otros escenarios el aparato es desmontado y devuelto a Alemania a
mediados de 1937, justo antes de que las fuerzas nacionales atacaran lo que
quedaba del Frente Norte (León y Asturias, que en agosto se hicieron
independientes al crear su Consejo Soberano al sentirse abandonados por la
República, que quedó para la Historia como el Gobiernín con sus famosos
billetes llamados “Belarminos”).
La ofensiva comenzó en agosto terminó con su caída
el 20 de octubre en manos franquistas, como contamos en este reportaje de 2017
en el ochenta aniversario del fin de las operaciones terrestres en la
provincia.
Aunque no hay fotografías se supone que este “Stuka”
V-4 llevó el numeral 29-1, aunque algunas fuentes dicen que fue el 23-1, que
otras dicen que correspondería al He 50. El caso es que tras competir contra
otros dos bombarderos en picado que se probaron antes que él en la península, el
Heinkel He 50G anterior, que resultó ser un fiasco, y el Henschel He 123—, el
Junkers Ju 87 fue tan absoluto ganador en la carrera que incluso les robó el
nombre: es una contracción de “Sturzkampfflugzeug”, que significa precisamente “bombardero
en picado”.
Los primeros “Antones” llegaron desde el puerto de
Vigo
Así que, tras las pruebas de prototipos, la Junkers
y Hitler decidieron que enviarían a España los primeros “Stuka” de producción
justo cuando volvió brevemente Richtofen a Alemania, en octubre del 37. Fueron
los tipo A, cuyo sobrenombre era el “Anton”. Aviones que se reconocen
perfectamente por el carenado del tren de aterrizaje fijo, un enorme faldón
alargado que va del frente al fondo del ala y porque la entrada de
refrigeración del aire es cuadrada y no semicircular.
De estos ya hay pruebas claras de que estuvieran en
León, son los numerados “29-2” (que se puede contemplar en la foto principal de
este artículo), el “29-3” (del que hay casi ninguna), y el “29-4”. Llegaron
desde Vigo. La aviación nacional puso el numeral 29 a los aviones, en vez del
23 de su antecesor, pero conservó la correlación de la numeración por unidad.
El Junkers Ju 87 “Antón” con el numeral 29-5,
probablemente en La Virgen del Camino.
¿Y por qué no fueron a Sevilla como el prototipo?
¿Por qué enviar un avión desmontado en un barco y luego transportar sus cajas
por ferrocarril o carretera?
Es sencillo de explicar. En aquellos tiempos los
aviones no podían cubrir largas distancias. Y, claro, tampoco iban a llevar
volando por en medio de Francia, el mayor enemigo entonces de Alemania, una de
sus armas “clasificadas”. Y teniendo en cuenta de que León estaba en la línea
férrea de un puerto mercante como el gallego, con un gran calado que por sus
características terminó siendo base de apoyo y de suministro de los submarinos
nazis más importante de España en la II Guerra Mundial, pues la elección fue
sencilla. Porque la verdad no cabía otra.
Eso sí, el fuselaje, por tener una caja bastante
grande, se transportó por carretera pasando por Orense; es decir por Piedrafita
y el Manzanal. Es probable que tamaño embalaje no cupiera por una buena parte
de los túneles de la red ferroviaria hacia León.
El fuselaje de los “Stuka” se transportó por
carretera; fotografía tomada probablemente en Orense.
La primera formación clásica que se ve en la foto
de los “Stuka” en vuelo, la de tres aviones, fue montada y probada en León,
aunque en cuanto estuvieron listos los mandaron al frente. Así lo cuentan en el
Foro Segunda Guerra Mundial: "No fue hasta el 15 de enero de 1937 que
llegaron a España los primeros tres Ju-87 A-1 al mando del Teniente Hermann
Haas; estas aeronaves fueron montadas exitosamente en los Talleres del Parque
de Aviación de León".
"El 7 de febrero, conformada una “kette”
("una cadena de tres aviones", como denominaban las alas de combate
de los Ju 87) fueron desplegados en el aeródromo de Calamocha (Teruel) e
integrados en la J/88, inicialmente como “Stukakette” y luego como la 5. J/88
con los códigos “29-2” a “29-4”. De igual manera habían llegado desde Alemania,
para el mantenimiento de los aviones, veinte técnicos, entre mecánicos, armeros
y otro personal auxiliar", explican en el foro de Internet.
Cinco aparatos tipo A distintos hasta octubre de
1938
En abril de 1938 llegó un nuevo “Stuka” el “29-5”,
que sustituyó al “29-4”, dañado en combate, y que fue devuelto a Alemania para
su evaluación. Se cree que el “29-2” también fue sustituido por el “29-6”, del
que no hay fotos. Los aviones se comportaron bastante bien, pero se
descubrieron defectos que fueron mejorados en la siguiente versión del
aeroplano.
En octubre de 1938 los tres Ju 87A son devueltos a
Alemania, y sustituidos por Ju 87B, los llamados “Berta”.
Los Bertas, a partir de noviembre del 38
La “tercera” tanda de Ju 87 fue la serie B, apodada
“Berta”, perfectamente reconocible como el “Stuka” más característico, ya que
su tren de aterrizaje ya lleva la característica forma de pantalón acampanado
que todos tenemos en mente. Ésta llegó en noviembre de 1938, se supone que a
León donde fueron sacados de sus cajas y montados para enviar hacia el frente
del Ebro.
Una de las cosas curiosas es que sobre los primeros
“Antones” haya tanta información, siendo un programa clasificado de combate, y
sobre los “Bertas” todo sea aún hoy en día tan confuso. ¿Llegaron seis aparatos
después de los cinco primeros, formando dos patrullas de combate o sólo fue un
ala de tres que tuvo aviones de repuesto tras varios accidentes?
Un álbum mostrando un “Stuka” accidentado en La
Virgen del Camino, entre otras imágenes.
Hasta hace no mucho había dos hipótesis sobre la
numeración de los bombarderos en picado de la Legión Cóndor: Que existieran dos
“ketten” una con los numerales 7,8 y 9 y otra con los numerales 10, 11 y 12. O
que los alemanes se saltaran los números 6 y 7 por alguna extraña razón (para
confundir al enemigo, por ejemplo) y que tuvieran una sola unidad de tres con
la numeración 9, 10 y 11 y que sustituyeran el accidentado 29-10 el 21 de enero
de 1939 en Bujaraloz (Zaragoza) con el 29-12 del que sí hay constancia
fotográfica. Ciertamente del 29-6 no hay ninguna, pero del 29-7, un “Berta” sí
que la hay. Por tanto, lo lógico es pensar que trajeron seis “Bertas” a España
para “trabajar” con dos “ketten” a la vez.
Además, si los primeros Ju 87 de León eran fáciles
de reconocer en fotografías, no estaba tan claro que los “Berta” hubieran
estado por aquí, o por lo menos durante años no se conocieron imágenes que los
certificaran en la base aérea; aunque la lógica hace pensar que si todos los
aviones alemanes se desembarcaban en Vigo por deseo de los nazis y La Virgen
del Camino estaba especializada en prepararlos para el combate sí estuvieran
aquí.
Por suerte hace poco se encontró un álbum de fotos,
el que se ve arriba, en el que está claro y meridiano que los “Berta”
estuvieron en León, porque aparte de verse la característica techumbre de
ciertos edificios de la base aérea leonesa en la foto de la esquina superior
izquierda, se observa un “Berta” accidentado que ha perdido una de las patas de
las ruedas.
Una fotografía del accidente que sufrió en León el
primer “Berta”, el 29-9, posiblemente a finales de 1938.
Ese “Stuka” tipo B es el 29-9, como se puede ver
claramente en otra fotografía en la que en un campo nevado (como en las del
álbum) intentan recuperarlo subiéndose al ala contraria para poder elevarlo un
montón de personas ayudando a su recuperación. Tanto en el álbum como en la
fotografía se ve que el aeropuerto está nevado, con lo cual el accidente tuvo
que producirse a finales de 1938, posiblemente diciembre; ya que si en enero de
1939 el 29-10 se estrella en Bujaraloz significa que su “kette” estaba allí ya
destacada al completo.
¿El “Stuka” número 13?
En todo caso queda mucho que investigar, porque si
bien parece que se puede confirmar la presencia de dos “ketten” en 1938 y 1939
de tipo B aún hay que preguntarse si se llegó a sustituir al 29-10 tras su
accidente catastrófico en el sembrado aragonés de Bujaraloz.
¿En ese caso, cómo se lo numeró? Si fue el 29-13 no
hay fotos de él (se puede ver una en Internet, pero es evidentemente falsa
porque se ha añadido el 3 con Photoshop). ¿O lo volvieron a poner como 29-10
por una cuestión de “superstición”? Se sabe que el primer avión caza alemán
desarrollado tras el Heinkel He 112 (también probado en León y que se quedó en
España tras la Guerra Civil) fue designado He 100 para evitar la designación He
113, la cual se consideraba desafortunada, puesto que Adolf Hitler era
triscaidecafóbico.
Los “Berta” de la Legión Cóndor volando; se
diferencian por el característico tren de aterrizaje de pantalón.
Con lo cual es probable que fuera así, que se le
volviera a poner 29-10 al sustituto, porque noticias de un 29-14 no hay y no
iban a dejar en enero del 39 una unidad de tres aparatos con dos. En todo caso,
queda para los estudiosos resolver el misterio.
De la Legión Cóndor hay varios libros para seguir
investigando, entre ellos la tesis del profesor de Historia leonés Manuel
González Álvarez y uno ilustrado más que interesante de Jordi Barra (que,
aunque confunda León con "una ciudad castellana" merece la pena por
sus destacadas infografías), y además el libro de Raúl Arias Ramos de la Esfera
de los Libros o el Atlas Ilustrado de la Legión Cóndor de la Editorial Susaeta,
entre otros muchos. Aparte de multitud de páginas de Internet.
Un arma “clasificada” en manos de jovenzuelos
extranjeros "con ganas de aventura"
Pese a ser un avión “clasificado”, no podía decirse
que fuera muy secreto, vista la cantidad de fotos que terminaron haciendo de
esta “kette”. Una de las cosas curiosas sobre estos bombarderos en picado es
que gracias a sus “trompetas de Jericó” con las que los aviones hacían sonar
una sirena para aterrorizar al enemigo cuando giraban hacia el suelo (su nivel
de precisión era de un radio de cinco metros sobre el objetivo), es que les
terminaron llamando “gatitos” por la similitud fonética del plural “ketten”
(grupos de vuelo) con “Kätzchen” y porque la sirena hacía como si “maullaran”.
El caso es que luego estos bombarderos terminaron
siendo pasto de los Spitfire en la Batalla de Inglaterra de 1940, mostrándose
poco eficientes ante los cazas (aunque en sí fuera un cazabombardero). Aunque
sin embargo conservaron el mote porque podían dar zarpazos, pero eran torpones
como un gatito.
El primer emblema, eliminado por obsceno,
sustituido por la cerdita Jolanthe
Hay que tener en cuenta que los pilotos de la
Legión Cóndor no estaban en España en condición de militares. Eran voluntarios
civiles, jóvenes y como si fuera una aventura; un tanto descocados para lo que
sería el prusiano Ejército alemán. Por aquí pasaron mecánicos, oficiales y
muchos pilotos de la Luftwaffe; ya que se turnaban para ir probando los
aparatos el mayor número posible de ellos y luego volvían a Alemania. Como si
fueran unas vacaciones de aventura, pero en los años treinta.
Sin embargo, en una clara ironía descontentos con
sus mandos por esta situación adoptaron un emblema con un rombo blanco con un
bombín y un paraguas, para marcar su condición de civiles. En el imprescindible
blog “El Hangar de TJ”, que dispone de multitud de entradas de curiosidades e
hipótesis sobre los “Stuka” en la Guerra Civil Española, se explica: "De
hecho en su traslado desde Alemania en barco, viajaban con ropa de paisano,
pese a tomar parte en acciones de guerra. Sea como fuere el emblema en cuestión
no gustó a los mandos superiores alemanes que ordenaron su retirada por
obsceno".
Los colores de los “Stuka” de la Legión Cóndor.
Esto no gustó a Helmut Volkmann, el sustituto del
primer comandante de la Legión Cóndor, Hugo Sperrle, que dejaba un poco más de
libertad a sus chicos, y ordenó que se retirara por considerarlo una falta de
respeto al cuerpo expedicionario y entonces eligieron una cerdita de color rosa
llamada Jolanthe, protagonista de una comedia romántica alemana del año 1934,
llamada “Krach um Jolanthe”. Es curioso observar cómo a día de hoy, ochenta
años después, el emblema más polémico resulta precisamente éste.
Es conocida además la afición de los alemanes por
el paseo con jovencitas de la alta alcurnia de la ciudad, y las fiestas
nocturnas en otros lugares con otras señoritas.
El primer emblema de la Cóndor fue retirado
"por obsceno" y sustituido por la cerdita Jolanthe, que era rosa.
Los oficiales se alojaban en el centro de León. La
casa gris aledaña al Hotel Oliden (hoy Alfonso V), donde se alojaba la plana
mayor, y de su mismo aspecto en la hoy Gran Vía de San Marcos, se conoció
durante muchos años como “la casa de los alemanes”. Entre ellos pudieron estar
los ases de la aviación alemana en la II Guerra Mundial Adolf Galland y Werner
Molders, que combatieron en España.
Una de las bromas más o menos crueles cuando los
germanos se fueron de León era llamar “alemanito” a los niños que nacían
completamente rubios. Sin embargo, durante la guerra los propios jóvenes nazis
se acercaban a los niños rubios de León con mucha curiosidad y hacían muchas
fotos a todo lo que veían.
El Hotel Oliden en la despedida de las tropas
aéreas nazis, en una escena poco conocida.
Precisamente su afición a la fotografía es la que
ha dejado las pocas pruebas para poder saber qué “Stuka” estuvieron a ciencia
cierta en el aeródromo de La Virgen del Camino en León. Y la que permitió que
el gran fotógrafo leonés Manuel Martín de la Madrid estuviera presente y
capturara su despedida, ya que él fue el que reveló la mayoría de los carretes
de los legionarios alemanes en una tienda de fotografía a la vera de la
Catedral que, en honor a ellos, llamó “Exakta” y fue una de las más importantes
de la capital leonesa.
La Legión Cóndor, sus Junkers Ju 87 “Stuka” y los
demás aviones es a día de hoy Historia de la Tecnología, de la Aviación y de la
Guerra Civil de España. Cuyos protagonistas fueron jóvenes alemanes que venían
de aventura. Pilotos que no se daban cuenta, o no querían darse, de que eran bombarderos
y asesinos. Los que luego mataron a miles en la II Guerra Mundial.
La guerra es la guerra. Y la Historia es la que es.
Fuente: https://www.ileon.com