3 de enero de 2020
A UN SIGLO DEL CRUCE AÉREO DESDE SANTIAGO DE CHILE A MENDOZA
Por José Octavio Bordón (*) Embajador de la
Argentina en Chile
Los actos conmemorativos que realizarán las Fuerzas
Aéreas de Argentina y de Chile paralelamente en las ciudades de Mendoza y de
Santiago de Chile para rememorar los 100 años de un gran hito histórico en las
aeronáuticas de ambos países, como fue el primer cruce aéreo de los Andes,
lleva a reflexionar sobre los cruces aéreos emblemáticos que marcaron la
historia de la aviación, especialmente en nuestra Sudamérica.
En los inicios de la aviación, fueron determinantes
las hazañas logradas por aviadores europeos, principalmente franceses. Las más
significativas y recordadas fueron el cruce del Canal de la Mancha por el
piloto Luis Bleriot, en 1909, y el de Los Alpes por el peruano Jorge Chávez, en
1910.
Ambas travesías avivaron sueños que incentivaron
una acelerada carrera por vencer obstáculos en cualquier parte del mundo por la
vía aérea.
Es así como en Argentina se recuerda el raid Buenos
Aires-Montevideo, Montevideo-Buenos Aires -un recorrido que triplica la
distancia volada por el francés Bleriot en su cruce del Canal de la Mancha-
realizado en 1912 por un conscripto del Ejército Argentino, el Cabo Pablo
Teodoro Fells.
Y también en este entusiasmo pionero se enmarca la
hazaña del aviador chileno Clodomiro Figueroa Ponce, quien, en 1913, voló 300
kms entre Batuco-Valparaíso-Santiago, una distancia en ese entonces inédita en
el cono sur de América.
Luego, argentinos y chilenos comenzaron a ponerse
el desafío de atravesar la Cordillera de los Andes. Uno de los que soñaba con
realizar dicha hazaña fue el globonauta y aviador argentino, Jorge Newbery,
ideólogo del llamado "Cruce de los Andes en un aparato más pesado que el
aire", quien intentó volar por sobre la ruta histórica del General San
Martín.
Primero en globo y luego, en 1914, en un monoplano
Morane Saulnier, si bien logró batir el récord sudamericano de altura
alcanzando los 6.225 metros, no consiguió cristalizar el sueño de todos los
aviadores de esta parte del continente debido a su prematura muerte.
Los intentos continuaron en 1914, cuando el segundo
brevet de la Escuela de Aviación Militar, Ingeniero Alberto Roque Mascías,
inició su solitario vuelo que debía llevarlo a dar el gran salto, pero que
quedó truncado luego de un difícil recorrido y tras un fuerte accidente. En
1916, los aeronautas argentinos Eduardo Bradley y José María Zuloaga, vencieron
la cordillera entre Santiago y Mendoza, cruzando los Andes en un globo
aerostático. Y en 1917, para el centenario de la batalla de Chacabuco, el
Teniente argentino Pedro Zanni intentó el cruce en avión, sin lograrlo.
En 1917, el aviador militar argentino Teniente Luis
Cenobio Candelaria, quien recibió su brevet en la Escuela Militar de Aviación
de El Palomar, también tenía como gran anhelo cruzar la Cordillera de Los Andes
por Mendoza, pero por ser un aviador sin la experiencia necesaria, se le denegó
el permiso para intentarlo.
Sin embargo, en 1918, logró que se le ponga a
disposición un monoplano Morane Saulnier de 1913, con la instrucción de
patrullar los cielos de la Patagonia. Es así que, finalmente, el 13 de abril de
ese año el pequeño avión de Candelaria despegó desde Zapala hacia la cordillera
en busca de Temuco, logrando aterrizar de emergencia en un potrero cercano a
Cunco.
Candelaria fue acogido con cordialidad por las
autoridades civiles y militares de Temuco y Santiago. Hubo admiración y
homenajes por el aviador que había cruzado la Cordillera y unido Argentina con
Chile volando a 4.000 metros de altura.
Al presente, la hazaña de Candelaria es considerada
como el primer vuelo internacional entre ambos países.
En Chile, este mismo sueño también ya había calado
profundo en los aviadores pioneros. Luego de los intentos del aviador civil
Clodomiro Figueroa, en 1913, se dictó una Ley con estímulos que incluían una
medalla y una suma de dinero como premio para quien lograra atravesar la
Cordillera en avión entre los paralelos 31 y 35 de latitud Sur.
En 1918, luego de que el piloto chileno Dagoberto
Godoy lograra un destacable vuelo logrando una altura de 5.500 metros, obtuvo
la autorización para efectuar el vuelo decisivo sobre el macizo cordillerano.
Godoy realizó ese sueño cuando el 12 de diciembre, en horas de la madrugada,
concluyó su épico vuelo en en lugar denominado Lagunitas, en las cercanías de
Mendoza, donde hizo un aterrizaje de emergencia. Para Chile, éste fue el gran
hito de la aviación militar pionera.
Éste era el escenario de la época, mientras en
Europa se estaba viviendo la I Gran Guerra Mundial, en Sudamérica, se estaba
desarrollando una aviación para la paz, que pugnaba por descubrir nuevos
horizontes. Y allí, estaban nuestros aviadores tratando de lograr atravesar la
Cordillera de los Andes. Estos dos vuelos, los de los pilotos Candelaria y
Godoy sucesivamente, son dos hitos centenarios de la aviación de nuestros
países, si bien fueron vuelos de diferentes características y complejidades,
ambos no sólo han plasmado el sueño de varios pilotos que intentaron realizar
la misma travesía sino que marcaron la historia de nuestra aviación, como una
muestra inexorable de integración.
Fuente: https://losandes.com.ar