1 de mayo de 2020
BOMBARDEOS ESTRATÉGICOS ALEMANES DE LA II GUERRA MUNDIAL - BOMBARDEO DE BELGRADO (1941)
Una
densa columna de humo procedente de la Estación Central de Belgrado, a orillas
del río Sava, en una imagen tomada por personal de la Luftwaffe.
Fecha:
6 de abril - 12 de abril de 1941
Lugar:
Belgrado, Reino de Yugoslavia
Resultado:
Capitulación de Yugoslavia y exilio de su rey y gobierno.
Consecuencias:
Invasión y desmembración de Yugoslavia por las potencias del Eje
Beligerantes:
Alemania
nazi
Reino
de Yugoslavia
Comandantes:
Alemania
nazi
Adolf
Hitler
Hermann
Göring
Alexander
Löhr
Wolfram
von Richthofen
Reino
de Yugoslavia
Pedro
II
Dušan
Simović
Borivoj
Mirković
Danilo
Kalafatović
Fuerzas
en combate
Luftwaffe
2236
aviones:
1062
bombarderos
885
cazas
289
aviones de reconocimiento.
Real
Fuerza Aérea Yugoslava
487
aviones
Bajas
Luftwaffe
90-100
aviones derribados.
Reino
de Yugoslavia
2271-4000 muertos
-17000
muertos o desaparecidos.
714
edificios destruidos
1188
edificios semidestruidos.
6826
edificios muy dañados
El
bombardeo de Belgrado durante la II Guerra Mundial, también conocido por su
nombre en clave Operación Castigo fue una operación militar aérea de la
Luftwaffe sobre la ciudad de Belgrado, capital del Reino de Yugoslavia, como
paso previo a la invasión del país por las potencias del Eje. Los ataques
tuvieron lugar los días 6, 7, 11 y 12 de abril de 1941.
Los
ataques aéreos de la Luftflotte 4 de la fuerza aérea del III Reich, comandada
por el General Alexander Löhr, destruyeron la mayor parte de las
infraestructuras de la ciudad y causaron entre 2000 y 17000 muertos (según
diferentes versiones) entre la población civil; aunque Antony Beevor amplía
los márgenes y los sitúa entre 1500 y 30000.
En la campaña participaron 2236 aviones, que arrojaron sobre la
ciudad 440 Tm de bombas. La orden directa del ataque vino del alto mando alemán,
tras enfurecer a Adolf Hitler la deposición del príncipe Pablo, con quien había
firmado el Pacto Tripartito, en un golpe de estado incruento producido el 27 de
marzo anterior. El mismo día en el que comenzaron los bombardeos, los Ejércitos
del Eje iniciaron la invasión terrestre de Yugoslavia desde todas sus
fronteras.
La
operación fue un éxito, y consiguió incomunicar totalmente al alto mando
yugoslavo con sede en Belgrado con sus fuerzas sobre el terreno; el General
Danilo Kalafatović firmó el armisticio el 17 de abril siguiente. El rey Pedro
II y su Gobierno partieron al exilio en Londres, y el Estado balcánico fue
repartido entre las potencias del Eje; tanto la ciudad como Serbia
permanecieron durante más de tres años bajo ocupación alemana.
Al
final de la guerra, la ciudad fue bombardeada de nuevo, en este caso por los
Aliados, en una operación llevada a cabo por fuerzas anglo-estadounidenses los
días 16 y 17 de abril de 1944. Su finalidad fue aniquilar las posiciones
alemanas y facilitar la liberación de la ciudad, consumada en una operación
conjunta de los Partisanos y el Ejército Rojo a finales de ese año.
Contexto
Durante
la II Guerra Mundial, las operaciones en el Frente de los Balcanes se iniciaron
cuando Benito Mussolini ordenó la invasión de Grecia en octubre de 1940. Pero
tal como su aliado Adolf Hitler había previsto, las fuerzas de Aléxandros
Papagos repelieron la ofensiva italiana y obligaron al Ejército de Mussolini a
retroceder. Hitler se vio entonces obligado a intervenir, al ver peligrar
futuras operaciones por la presencia militar Aliada en el país. Pero para ello,
necesitaba el camino expedito a través de los países limítrofes para poner en
marcha su operación de invasión de Grecia; logró que Hungría, Rumania y
Bulgaria se adhiriesen al Pacto Tripartito. Tan solo el Reino de Yugoslavia
restaba para operar con total libertad a través de los Balcanes.
Desde
principios de 1941, Hitler presionó a Yugoslavia para unirse al Eje y, el 14 de
febrero, se reunió con el regente, el príncipe Pablo de Yugoslavia, y el primer
ministro Dragiša Cvetković y solicitó la adhesión del país al Pacto Tripartito.
El regente, finalmente, sucumbió a esta presión el 25 de marzo de 1941.
Sin
embargo, esta decisión fue muy impopular entre la opinión pública y los
militares serbios anti-Eje, y se produjeron masivas manifestaciones contra la
firma del Tripartito en Belgrado.5 El 27 de marzo siguiente, se produjo un
golpe de Estado militar orquestado por los Generales Dušan
Simović y Bora Mirković, que acabó
con la regencia de Pablo y elevó al trono al rey Pedro II de Yugoslavia.
Algunos partidos políticos de oposición al Eje y la promesa
de ayuda militar del Reino Unido, que estaba entonces en guerra con la Alemania
nazi, alentaron a los conspiradores militares para dar el golpe.
Nada
más recibir la información del golpe de Estado en Yugoslavia, Adolf Hitler se
enfureció y llamó a sus consejeros militares a Berlín. Hitler tomó el golpe
como un insulto personal, y estaba tan enojado que decidió
“sin esperar a posibles declaraciones de lealtad del nuevo
gobierno, destruir Yugoslavia militarmente y como nación”. En una reunión
con el ministro de Exteriores, Joachim von Ribbentrop, el comandante supremo de
la Luftwaffe, Hermann Göring, y el jefe de Estado Mayor, General Franz Halder, el Führer
ordenó a este diseñar un plan relámpago
para “abatir Yugoslavia lo antes posible”.
Planificación
Alexander
Löhr y Wolfram von Richthofen en una imagen del Bundesarchiv de febrero de
1942. Ambos comandaban las unidades que llevaron a cabo el bombardeo de la
capital yugoslava: Löhr como Comandante en Jefe de la Luftflotte 4 y von
Richtofen al mando del VIII. Fliegerkorps, subordinado del primero.
Aviones
de la Luftwaffe sobre el cielo de Belgrado el 6 de abril de 1941, primer día de
bombardeos. 2236 aparatos sobrevolaron la ciudad durante los cuatro días de
ataques indiscriminados.
La
posibilidad del ataque era ya latente en los medios diplomáticos. Los últimos
días de marzo, las mujeres y los niños de la embajada británica recibieron la
orden de abandonar la ciudad, y el 1 de abril los alemanes e italianos
residentes en Yugoslavia comenzaron su evacuación del país. El Real Ejército
Yugoslavo movilizó en esos días al 80% de sus
reservistas.
El
2 de abril, el personal diplomático alemán en Belgrado se redujo drásticamente.
Únicamente quedaron en la embajada el encargado de negocios, el agregado
militar, el operador de radio, un secretario y el chófer. Una vez que recibieran
la frase en clave "Pacto Tripartito", ellos también debían abandonar
la delegación.
A
pesar de que la decisión del bombardeo fue tomada el mismo 27 de marzo, no fue
hasta el 5 de abril cuando llegó la orden definitiva del inicio del ataque. La
razón fue probablemente que dos días antes las autoridades yugoslavas habían
declarado las ciudades de Belgrado, Zagreb y Liubliana ciudades abiertas, en previsión
de un posible ataque alemán. Sin embargo, el 5 de abril Hitler, superando las reservas
iniciales, dio la orden del ataque.
En
su desesperada situación Belgrado únicamente podía esperar ayuda de la Unión
Soviética y Turquía, con quienes el país tenía firmados tratados de amistad.
Por ello, e inmediatamente antes del inicio de las hostilidades, la actividad
diplomática alemana fue encaminada contra posibles esfuerzos externos por
ayudar a Yugoslavia. También fueron infructuosas
las negociaciones del embajador alemán en Belgrado, Viktor
von Heeren, quien hasta el último instante intentó
evitar el ataque. Von Heeren intentó convencer al Reich
de que el golpe de Estado había sido llevado a cabo
por intereses individuales y la precipitación de un grupo de
militares, y que la mayoría de los serbios no eran hostiles a los alemanes.
El
nombre en clave para el bombardeo alemán sobre Belgrado que precedería a la
invasión de Yugoslavia fue Operación Castigo. La Luftwaffe iniciaría el
bombardeo de la ciudad el 6 de abril (Domingo de Ramos) sin una declaración de
guerra previa, continuando sus ataques durante cuatro días. La Luftflotte 4 (4ª
flota aérea de la Luftwaffe) efectuaría más de 500 incursiones sobre la ciudad
en tres oleadas diarias procedentes de los aeródromos de Arad, Timișoara, Deva
y Turnu Severin (Rumanía), Kaposvar (Hungría), Sofía (Bulgaria) y Wiener
Neustadt (Austria) donde las fuerzas alemanas estaban desplegadas para su
ataque a la Unión Soviética (Operación Barbarroja). Unos 484 despegarían
desde los aeropuertos de Viena y Graz, completando los 2236 aparatos que
llevarían a cabo los cuatro días de bombardeos. De ellos, 1062 serían
bombarderos, 885 cazas y 289 aviones de reconocimiento.
El
Mariscal del Reich Hermann Göring, Comandante en Jefe de la Luftwaffe,
estableció su cuartel general de campaña en el paso de Semmering, al sureste de
Wiener Neustadt, para coordinar el bombardeo. Alexander Löhr
estaba al mando de la Luftflotte 4, que fue la designada para efectuar el
ataque. Las operaciones aéreas fueron llevadas a cabo por el VIII. Fliegerkorps
(Octavo cuerpo aéreo) de la cuarta flota, al mando del General Wolfram von
Richthofen. Von Richtofen había sido el jefe del
Estado Mayor de la Legión Cóndor alemana durante la Guerra Civil Española
que bombardeó Guernica el 26 de abril de 1937. El día
5 de abril, el embajador de los Estados Unidos en Belgrado, Arthur Bliss Lane,
fue informado confidencialmente de que al día siguiente los
alemanes atacarían la ciudad, por lo que el personal de su embajada
comenzó a preparar su desalojo.
Objetivos
Según
trascendió en los Juicios de Núremberg, las órdenes de Hitler sobre el ataque a
Yugoslavia el mismo 27 de marzo fueron:
“El
Führer ha decidido, sin esperar a posibles declaraciones de fidelidad del nuevo
gobierno, hacer todos los preparativos para destruir Yugoslavia militarmente y
como unidad nacional. No se realizará ninguna consulta diplomática ni se
presentará un ultimátum. Las garantías del Gobierno yugoslavo, que de todos
modos no podrán ser creídas en el futuro, serán anotadas. El ataque se iniciará
tan pronto como los medios adecuados y efectivos puedan estar listos.
Políticamente, es especialmente importante que el golpe contra Yugoslavia se
lleve a cabo con dureza inmisericorde y que la destrucción militar sea
efectuada con la efectividad del rayo. En el supuesto de que aceleremos los
horarios de todos los preparativos y el uso de dichas fuerzas, el colapso
yugoslavo se llevará a cabo en el menor tiempo posible. (...) y destruir la
capital Belgrado en oleadas de ataques. Además, la Fuerza Aérea tiene que
apoyar al Ejército de Tierra.”
A
pesar de que las órdenes fueron específicas sobre la aniquilación total de la
ciudad, existen informaciones de que fueron sustituidas en el último
momento por el ataque a comunicaciones militares y objetivos logísticos en la
ciudad por el General Alexander Löhr, comandante de las unidades de la
Luftwaffe que bombardearon Belgrado, y su personal. En el estudio preparado por
la Luftwaffe diez días después del ataque para
evaluar los resultados obtenidos por las 218,5 Tm de bombas lanzadas (según sus
informes; 440 Tm según datos de posguerra), los objetivos que se mencionaban
eran los siguientes: el Palacio Real, el Ministerio de Defensa, las academias
militares, la oficina de correos principal, la oficina de telégrafos, la
estación de ferrocarril, las centrales eléctricas y los cuarteles militares.
De
hecho, autores modernos mantienen que se trató de un bombardeo táctico, pues a
pesar de las órdenes del Führer, todos los objetivos militares, logísticos y
gubernamentales fueron alcanzados.
El
ataque
6
y 7 de abril
Un
grupo de bombarderos Junkers Ju 87 Stuka de la Luftwaffe sobrevolando
Montenegro en octubre de 1943. Los Stukas, cuya eficacia fue probada en la
Guerra Civil Española durante el bombardeo de Guernica, tuvieron un gran
protagonismo en los primeros ataques aéreos de la fuerza aérea alemana en la II
Guerra Mundial, como ocurrió durante el bombardeo de Belgrado.
El
edificio principal de la Estación Central de Belgrado, tras el ataque con
bombas incendiarias a que fue sometido por la aviación alemana. El edificio,
construido entre 1881 y 1884 cuando Serbia era un protectorado otomano, sufrió
también los bombardeos de la aviación aliada tres años más tarde.
"Con
un extraño sonido suave, como el desgarro de la seda, las casas vecinas
comenzaron a colapsar".
"Luego
vino la segunda oleada. Otra vez las bombas estaban cayendo, muchas y rápidas,
y así sucesivamente".
"Ahora
lejos, ahora cerca, los Stukas chillaban. El bombardeo se prolongó durante dos
días".
—Ruth
Mitchell
Belgrado
(junto con Zagreb y Liubliana) había sido declarada
ciudad abierta dos días antes, por lo que carecía de defensa antiaérea.
Las primeras bombas cayeron a la ciudad en la mañana del Domingo de
Ramos 6 de abril de 1941, a las 06:30 CET, cuando la mayoría de belgradenses
aún dormían. Esta primera oleada estaba integrada por 234 bombarderos de los
modelos Junkers Ju 87 Stuka, Dornier Do 17 y Heinkel He 111 procedentes de aeródromos
rumanos y húngaros, escoltados por 120 cazas Messerschmitt Bf 109. A
su encuentro salieron 16 aeronaves, entre ellas cinco de los seis interceptores
Rogožarski IK-3 de los regimientos 161 y 162 la Real Fuerza Aérea
Yugoslava con base en Zemun. A pesar del magnífico comportamiento
de los Rogožarski, la enorme superioridad numérica alemana hizo
inútil el esforzado comportamiento de los pilotos yugoslavos, que acreditaron
14 derribos.
Los
primeros objetivos de las bombas fueron el Complejo Real en el selecto barrio
de Dedinje, y los edificios gubernamentales en el centro de la ciudad. Uno de
sus primordiales objetivos fue el Aeropuerto de Zemun, de uso militar y civil,
donde tenía su sede el 6º Regimiento de
Combate de la Fuerza Aérea Yugoslava, encargado de la defensa aérea
de la ciudad. El aeródromo, situado unos kilómetros al oeste del centro de
Belgrado, fue atacado por varias oleadas de Junkers Ju 87 Stuka y totalmente
inutilizado, así como parte de la flota asignada en el mismo, muchos de
cuyos aviones fueron destruidos en tierra. Los efectivos Stukas ejecutaron un
sistemático bombardeo en picado sobre objetivos plenamente planificados, como
los hangares, la torre de control y los aparatos estacionados. En total,
durante el primer día de hostilidades, la flota alemana derribó
24 aviones yugoslavos y destruyó otros 40 en tierra. Con este ataque estratégico,
los aviones alemanes obtuvieron la total superioridad aérea
para continuar su ofensiva. Inmediatamente, escuadrillas destinadas en otras
bases aéreas del país se incorporaron a
la defensa aérea de la ciudad. La base aérea de Kumanovo, al
norte de Macedonia, también fue atacada ese día.
Un
grupo de 150 bombarderos Dornier Do 17 acompañados por Stuka bombardearon el
centro de Belgrado, ciudad donde residían 370000 personas, de
las que fallecieron 2271 según los registros oficiales. Especialmente virulento
fue el ataque para la comunidad judía belgradense: el
barrio judío de Dorćol y la mayoría
de las sinagogas de la ciudad fueron destruidos durante la campaña.
Los bombardeos se repitieron durante cuatro tandas durante el primer día de
ataques, alcanzando múltiples objetivos civiles y militares.
Durante
los sucesivos ataques, la mayoría de habitantes de la ciudad habían huido o
estaban escondidos en sótanos o refugios. Un número desconocido quedaron
sepultados bajo los escombros,
incluyendo 192 muertos al ser alcanzado un refugio subterráneo
en el Parque Karađorđev.
Este
golpe prácticamente destruyó todos los medios de comunicación entre el alto
mando yugoslavo y sus fuerzas en el terreno, aunque la mayoría de los miembros
del Alto Estado Mayor lograron escapar a uno de los suburbios. Después de
asestar el golpe de gracia al centro neurálgico enemigo, la Luftwaffe dedicó su
máximo esfuerzo a objetivos militares como aeródromos, rutas de comunicación, y
concentraciones de tropas, con el fin de facilitar las operaciones de tierra
que estaban próximas a desarrollarse.
8,
9 y 10 de abril
El
objetivo se extendió a otras ciudades yugoslavas: las fuerzas alemanas atacaron
Sarajevo y Kraljevo el 6 de abril; el 8 de abril, Niš, causaron
600 muertos, además de Leskovac, Kragujevac y Novi Sad, con bombardeos
estratégicos que destruyeron infraestructuras y aeropuertos.
Durante
esos días, las condiciones meteorológicas fueron adversas para el vuelo: el
cielo nublado y la lluvia dificultaban la actividad de las aeronaves. El 8 de
abril, la aviación alemana concentró sus ataques en el
norte de Montenegro, donde tropas yugoslavas habían comenzado su
evacuación hacia Kosovo en dirección a Grecia.
El
9 de abril, los bombarderos de la Luftwaffe atacaron las bases aéreas de
Bosanski Aleksandrovac, donde tenían su base los Hawker Hurricane yugoslavos, y
Bania Luka, que albergaba regimientos de bombarderos Bristol Blenheim, ambos en
Bosnia, con el objetivo de debilitar aún más
la mermada aviación yugoslava. El 10 de abril, debido al mal tiempo, no se
produjeron incursiones aéreas.
11
y 12 de abril
La
mañana del 11 de abril, festividad de Viernes Santo, se reanudaron los
bombardeos, que se prolongarían también durante el día siguiente y castigaron
nuevamente el centro de Belgrado, donde murieron cientos de personas. Por la
tarde, una escuadrilla de 20 Messerschmitt Bf 110 atacó
el aeródromo de Veliki Radinci, en Sirmia.
El
último día de combates, el 12 de abril, se produjeron las últimas escaramuzas
aéreas, y la Real Fuerza Aérea Yugoslava quedó completamente incapacitada para
prestar la más mínima oposición a la ofensiva alemana. A partir de ese día, las
fuerzas de Löhr desviaron sus objetivos hacia Grecia.
Crisis
y exilio del gobierno
El
primer ministro Dušan Simović, el rey Pedro II de Yugoslavia y el ministro de
la corte Radoje Knežević, poco después de llegar a Londres, en junio de 1941.
El Gobierno yugoslavo en el exilio dio en principio su apoyo a los combatientes
monárquicos chetniks de Draža Mihajlović en la Guerra de Liberación Nacional,
pero el acercamiento de estos al Eje y los extraordinarios progresos de los
partisanos de Tito provocaron que el rey y su gabinete se quedasen de facto sin
representación de ningún tipo en su propio país.
Después
de los primeros bombardeos, el Gobierno alemán trató de justificar públicamente
su ataque a una ciudad casi indefensa, denominándolo “operaciones contra la
Fortaleza de Belgrado”. Según Joachim von
Ribbentrop, el objetivo del ataque fue “castigar a la
camarilla de conspiradores de Belgrado” y “restablecer
la paz y el orden”. El día 12 de abril, después de cuatro días de ataques, los
aviones alemanes habían arrojado 440 Tm de bombas sobre la ciudad.
Dos
miembros del Gobierno fallecieron en los bombardeos del día 6; uno de ellos el
ministro sin cartera Franc Kulovec, del Partido Popular Esloveno. Ese día,
el rey Pedro II y su gabinete, encabezado por el primer ministro Dušan
Simović, abandonaron la ciudad y buscaron refugio en
las áreas montañosas del país,
con la intención de partir al exilio, ya que nadie confiaba en una
resistencia prolongada ante la invasión. Pero el máximo representante
croata en el Gobierno, el viceprimer ministro Vladko Maček,
anunció que bajo ninguna circunstancia se iría
al exilio y renunció a su cargo, cediéndoselo al secretario
del Partido Campesino Croata, Juraj Krnjević, a quien nombró también su
representante en el exilio. La renuncia de Maček, que regresó
a Zagreb, fue un duro golpe político para el Gobierno
yugoslavo, ya que era quien gozaba de mayor respaldo popular entre todos sus
miembros. También decidieron permanecer en el país tres ministros, los miembros
del Partido Campesino Croata Ivan Andres y Bariša Smoljan, y el presidente de
la Organización Musulmana Yugoslava y único representante de los musulmanes
bosnios en el gabinete, Džafer Kulenović. La última reunión
del gobierno en suelo yugoslavo se celebró en Pale, cerca de
Sarajevo, el 13 de abril, y en la misma se sentaron las bases de la rendición.
Unos días después partieron hacia
Grecia desde una base aérea en Nikšić
(Montenegro).
Tras
la división y exilio del Gobierno, el Real Ejército Yugoslavo comenzó también a
derrumbarse. El 17 de abril, el General Danilo Kalafatović,
en representación del Gobierno y del Ejército yugoslavos,
firmó la rendición incondicional ante
las fuerzas alemanas.
El
rey Pedro II y su familia, que ya se encontraban en suelo griego, se unieron a
sus ministros para volar a Londres, donde se instaló el Gobierno yugoslavo en
el exilio. El monarca y su gabinete llegaron a Inglaterra a finales de junio de
1941 y se les recibió como héroes, pero su influencia en el devenir de los
acontecimientos en Yugoslavia fue prácticamente nula. Al final de la guerra, y
bajo la influencia de los vencedores, el soberano debió
reconocer un nuevo Gobierno pactado entre su primer ministro Ivan Šubašić y el
líder partisano Josip Broz Tito, que a la postre se convertiría en gobernante
del país.
Defensas
Ante
la magnitud del ataque, que según la mayoría de estimaciones efectuaron más de
2000 aviones, la defensa aérea yugoslava se mostró totalmente desbordada. Al
haber sido declarada ciudad abierta, carecía de defensa antiaérea, y los medios
de la Real Fuerza Aérea Yugoslava eran en su mayoría obsoletos. Según el
inventario de 1941, disponía de 800 aviones de combate, 487 operativos, de los
que únicamente 150 estaban lo suficientemente preparados para plantar cara a
los modernos cazas de la Luftwaffe.
La
defensa aérea de la ciudad estaba asignada a la 1ª Brigada de Combate, mandada
por el Coronel Dragutin Rupčić y el 6º Regimiento de Combate de la JKRV, con
sede en Zemun. El 6.º Regimiento, a las órdenes del Coronel Božidar
Kostić, lo integraban el 32º Grupo de Combate y
el 51º Grupo de Combate, comandados por los Mayores Danilo Đorđević y Adum
Romeo, respectivamente.
El
32º Grupo de Combate, compuesto por tres escuadrones, contaba con 27 cazas
Messerschmitt Bf 109, de fabricación alemana, y el 51º Grupo de Combate, también
dividido en tres escuadrones, manejaba 12 Messerschmitt Bf 109 y 6
interceptores Rogožarski IK-3 de fabricación nacional. La Base Aérea
de Zemun fue uno de los primeros objetivos en ser destruido, y dejó
a la aviación alemana en franca ventaja para proseguir sus ataques.
Tras
los primeros bombardeos, escuadrillas de distintas brigadas se fueron sumando a
la defensa de la ciudad. Las principales bases aéreas del Ejército yugoslavo y
su dotación eran las siguientes:
Kraljevo-Kragujevac,
6º Regimiento de Combate, equipado con 36 Messerschmitt Bf109 y 30 Hawker
Hurricane.
Nova
Topola-Bosanski Aleksandrovac, 2ª Brigada Mixta: 33 Hawker Hurricane y 8 Ikarus
IK-2.
Bania
Luka, 8º Regimiento de Bombarderos: 48 Bristol Blenheim.
Skopie-Uroševac,
3º Regimiento de Bombarderos: 120 Dornier Do 17.
Además,
existían otros regimientos y brigadas en Zagreb, Priština, Leskovac, Kumanovo,
Paraćin, Bijeljina, Podgorica, Mostar, Čačak y Požega.
Los
días 6 y 7 de abril, la JKRV solo consiguió derribar entre 90 y 100 aviones
enemigos, mientras que solo el primer día perdió
24 aparatos en misiones defensivas y otros 40 en tierra. Todo ello teniendo en
cuenta que el ataque relámpago de la Luftwaffe impidió a la fuerza aérea yugoslava
ofrecer una resistencia organizada.
Daños
Pérdidas
humanas
Belgrado
tenía 370000 habitantes en el momento de producirse los bombardeos. Las cifras
de víctimas que dejaron los cuatro días
de ataques aéreos (6, 7, 11 y 12 de abril) son muy variables, debido a
la dificultad de su localización y al uso propagandístico que se hizo de las
mismas. Los registros oficiales fueron de 2271 víctimas, que algunas
estimaciones elevan a 4000, 5000, 10000, y 17000.
Según
William Stephenson: “Después de cuatro días de lo que los alemanes llamaron en
código Operación Castigo, unos 24000 cadáveres fueron recuperados de las
ruinas, y un número incontable nunca fueron encontrados”.
Otros
autores, como Eric Mombeek en su prestigiosa serie Jagdwaffe, interpretan que
la cifra de 17000 muertos fue inflada por Winston Churchill en sus memorias de
posguerra. Mombeek afirma que los muertos durante la operación
fueron menos de 1500.
Christopher
Shores, considerado uno de los principales especialistas sobre la guerra aérea
en Europa, señala que el número de víctimas
fue “menos de 4000 pero más de 3500”.
Antony
Beevor, en una de sus obras más importantes, The Second World War, subraya la
dificultad de conocer el número aproximado de víctimas, y aporta unos márgenes
de entre 1500 y 30000.
Daños
materiales
El
Palacio Viejo, la residencia real en la calle Rey Milan, en el centro de la
ciudad, semidestruido por los bombardeos.
Varios
ciudadanos observan una unidad del tranvía de Belgrado y algunos edificios
destruidos.
Estado
en que quedó el Puente Rey Alejandro sobre el río Sava, una de las joyas de la
arquitectura belgradense, tras los bombardeos. A su lado se puede apreciar el
puente de pontones construido por los alemanes.
Edificios
públicos
Durante
el primer ataque, fue bombardeada la plaza Terazije, la plaza principal de la
ciudad, además de los edificios municipales.
La
más importante institución cultural que fue destruida fue la Biblioteca
Nacional de Serbia, construida en 1832, que albergaba 350000 libros, al igual
que documentos únicos como manuscritos medievales de incalculable valor. De
igual manera, una bomba alcanzó el Centro Cultural
de Belgrado lo que provocó su incendio inmediato; este causó la destrucción de
251 obras pictóricas que se encontraban en la galería de pintura, situada en la
última planta. No obstante, la actuación del encargado del edificio, que lanzó
muchas de ellas al patio, evitó su desaparición total.
El
bombardeo del 6 de abril dañó seriamente el Palacio Viejo (Stari dvor),
construido en 1884 y que había sido la residencia real de la dinastía
Obrenović. En la época, se dedicaba a fiestas y recepciones. Objetivos preferentes
de las bombas incendiarias fueron la Academia Militar de Belgrado y el
Ministerio del Ejército.
Comunicaciones
La
Estación Central de Belgrado de ferrocarril fue uno de los principales
objetivos de los ataques y quedó parcialmente destruido su edificio principal,
que databa de 1884. Otro punto neurálgico fue el
Aeropuerto de Belgrado Dojno Polje inaugurado en 1927, que fue totalmente
inutilizado, aunque después los alemanes harían uso de él
y lo destruyeron en 1944 cuando abandonaron la ciudad.
El
Puente del rey Alejandro, que conectaba el centro de Belgrado con el suburbio
de Novi Beograd, resultó destruido por las bombas alemanas. Las fuerzas de
ocupación construyeron uno de pontones en el mismo lugar, pero el bombardeo
aliado de 1944 lo inutilizó totalmente. La red de tranvía
de Belgrado también resultó muy dañada,
al producirse la destrucción de 38 tranvías y la
mayor parte de sus infraestructuras. Asimismo, las bombas destruyeron las
oficinas centrales de correos y telégrafos.
Los
estudios de Radio Belgrado resultarían también destruidos por el bombardeo. Los
alemanes continuaron emitiendo desde otro edificio por su misma frecuencia, con
una programación destinada a sus soldados, donde se popularizó la canción “Lili
Marleen”.
Otros
En
la segunda oleada de ataques del día 6, fueron destruidas varias centrales
eléctricas y depósitos de agua, así como la zona industrial de la ciudad. Por
esta causa, se interrumpieron los suministros eléctricos y de agua.
Los
edificios de carácter religioso tampoco se libraron del poder destructivo de
las bombas incendiarias. La Iglesia de San Marcos, situada en el Parque
Tašmajdan y que había sido terminada un año antes, resultó destruida, aunque
después de la guerra se edificó una nueva con el mismo nombre. La Catedral de San
Sava, el templo ortodoxo más importante del país,
que se encontraba en construcción, no sufrió daños graves, y los alemanes lo
utilizaron como aparcamiento durante la ocupación.
El
bombardeo alcanzó también el Zoo de Belgrado, lo que produjo la muerte de
muchos animales y propició que otros estuviesen vagando por la ciudad; incluso
un oso polar llegó a zambullirse en el río Sava. El director de cine serbio
Emir Kusturica recogió esta situación en su película
Underground, de 1995. La embajada de los Estados Unidos también
quedó reducida a escombros.
Se
estima que 714 edificios quedaron completamente destruidos, 1188 lo fueron
parcialmente y 6826 resultaron seriamente dañados.
Consecuencias
Siguiendo
los planes previstos, y tras haber eliminado las principales defensas de la
ciudad, las fuerzas alemanas iniciaron su ocupación por tierra. El ataque se
realizó desde tres puntos distintos: el XLVI Cuerpo de Ejército Panzer atacó
por el noroeste, el XLI Cuerpo de Ejército Motorizado por el noreste y el XI
Cuerpo de Ejército y el XIV Cuerpo de Ejército Panzer por el sur. Una semana
después, Belgrado cayó bajo dominio alemán.
En
los días siguientes, Bulgaria, Hungría e Italia sumaron sus fuerzas a la
Alemania nazi para desmembrar el Reino de Yugoslavia, con el apoyo del recién
creado Estado títere fascista del Estado Independiente de Croacia. El país
fue invadido en 12 días y capituló en Bosnia el 17 de
abril de 1941; el rey Pedro II formó un Gobierno en el
exilio en Londres. Con el camino expedito, Grecia cayó una semana más tarde, lo
que aseguró al Tercer Reich su dominio sobre los Balcanes y la mayor parte de
la Europa continental, y quedó listo para lanzar el ataque contra la Unión
Soviética.
Juicios
Hermann
Göering en 1946 durante los Juicios de Núremberg. El Reichsmarschall justificó
en todo momento el ataque a Yugoslavia como un resultado del (según sus propias
palabras) golpe de Simović. Además, no reconoció
que la población belgradense se encontrase indefensa durante el
bombardeo, calificando Belgrado como una “fortaleza”.
El
más alto jerarca nazi juzgado por el bombardeo de Belgrado fue Hermann Wilhelm
Göring. Göring era Reichsmarschall, lugarteniente y sucesor de
Hitler, además de comandante supremo de la Luftwaffe cuando se produjo
el bombardeo y, como tal, participó en su planificación y ejecución. Durante
los Juicios de Núremberg debió responder por los crímenes
de guerra contra la población civil cometidos en
el ataque a la capital serbia: en la sesión del 21 de marzo de 1946, el fiscal
David Maxwell Fyfe interrogó a Göring sobre los hechos en los siguientes
términos:
Maxwell:
Usted recuerda que justificó que el ataque a Belgrado se debió al hecho de que
la oficina de la guerra y otra serie de organizaciones militares importantes se
encontraban allí. Esa fue su justificación, ¿verdad?
Goering:
Sí.
Maxwell:
Ahora, ¿recuerda cómo Hitler dio la orden que le acabo de leer:
"La
tarea principal de la Fuerza Aérea es comenzar lo antes posible con la
destrucción de las instalaciones terrestres de la Fuerza Aérea
Yugoslava..."
Ahora,
le pido que tenga en cuenta la siguiente palabra "y":
"...
y destruir la capital Belgrado en oleadas de ataques. Además, la Fuerza Aérea
tiene que apoyar al Ejército de Tierra".
Le
aseguro que esa orden deja claro que el ataque a Belgrado no era más que otra
de sus exhibiciones de ataques terroristas con el fin de tratar de someter a
una población que tendría dificultades para resistirlo.
Goering:
No, eso no es correcto. La población de Belgrado se defendió. Belgrado era
mucho más que un centro militar.
Núremberg
21
de marzo de 1946.
El
1 de octubre de 1946, Göring fue condenado a muerte por el tribunal, pero se
suicidó en su celda el 15 de octubre siguiente, la noche antes de ser ahorcado.
Alexander
Löhr, comandante en jefe de la Luftflotte 4 que efectuó el bombardeo, fue
detenido el 25 de mayo de 1945 por los Partisanos yugoslavos en Topolšica (hoy
Eslovenia) tras firmar la rendición de sus tropas. En los primeros
interrogatorios a que fue sometido, entre su captura y el 6 de junio, Löhr
declaró:
Mi
personal y yo partimos el 26 de marzo hacía Sofía, ya que la campaña contra
Grecia estaba a punto de comenzar.
Al
día siguiente, el 27 de marzo de 1941, tuvo lugar el golpe de Estado en
Yugoslavia. Fui llamado inesperadamente a Berlín, donde recibí órdenes del
Reichsmarshal Göring de preparar las operaciones aéreas contra Yugoslavia.
Después
de esto, se iniciaron los preparativos contra Yugoslavia. En mi primera reunión
con Göring no fui informado de la fecha de inicio de la guerra contra
Yugoslavia, pero sería poco después. En Viena, recibí una orden escrita en la
que se fijaba el inicio de las operaciones para el 6 de abril.
Transferido
a Belgrado, permaneció en prisión hasta principios de 1947, en que un tribunal
le condenó a muerte por crímenes de guerra, siendo ahorcado el 26 de febrero en
la capital yugoslava. El bombardeo sin previa declaración de guerra fue uno de
los cargos de la acusación que llevó a la ejecución del general Löhr.
El
Mariscal de Campo alemán Paul von Kleist, comandante del I Panzergruppe dijo
durante su juicio después de la guerra: “El ataque aéreo sobre Belgrado en 1941
tenía un carácter principalmente político-terrorista y no tenía nada que ver
con la guerra. Ese bombardeo aéreo fue una cuestión de vanidad de Hitler, su
venganza personal”. Von Kleist fue juzgado en Belgrado en 1946, condenado a
cadena perpetua y falleció en 1954 en un campo de prisioneros cerca de Moscú.
Fuente:
https://es.wikipedia.org