21 de mayo de 2020
MISILES FRANCESES ANTIBUQUES RECIENTES - MBDA EXOCET
Tipo: Misil antibuque de medio alcance, subsónico
En servicio: 1975
Diseñador: Nord Aviation
Fabricante: Aérospatiale (actualmente Euromissile/EADS)
Especificaciones técnicas
Peso: 855 kg
Longitud: 5,8 m
Diámetro: 34,8 cm
Envergadura: 1,135 m
Alcance efectivo:
AM39: 70 km
SM39: 50 km
MM40 III: +210 km
Ojiva: 170 kg de alto explosivo preformateado con espoletas
de proximidad y retardo.
Motor: Propulsor de combustible sólido Cóndor de combustible
sólido (2 s de encendido) + cohete Helios de combustible sólido (150 s de
encendido).
Altitud: Muy baja (2-3 m sobre el mar)
Velocidad máxima: Mach 0,93 (315 m/s)
Sistema de guía : Inercial
giroscópico en la primera fase del vuelo, radar activo ESD ADAC en banda X para
puntería en el tramo final (homing). Computador de a bordo con sistema digital
avanzado automatizado de análisis de señales.
El Exocet es un misil antibuque subsónico (mach 0,9)
desarrollado por la división de armas tácticas de la compañía francesa
Aérospatiale (actualmente parte de Euromissile/EADS).
Se trata de un arma del tipo "dispara y olvida"
que realiza su recorrido hasta el blanco rozando la cresta de las olas, a unos
10 m de altitud. Cuando se aproxima al blanco, puede descender hasta los 3
metros o, por el contrario, elevarse rápidamente para evadir los sistemas
antimisiles y precipitarse sobre el objetivo desde arriba.
La primera versión, de 1975, fue el MM.38, diseñado para ser
lanzado desde buques de superficie y que entró en servicio en la Marina
Francesa. La versión AM.39, de lanzamiento aéreo, se desplegó por primera vez
en 1979. Su nombre deriva del exoceto, más conocido como pez volador.
Desarrollo
La versatilidad de este misil de ataque naval es una de sus
características más conocidas. Existen versiones lanzables desde buques,
submarinos, helicópteros, aviones de combate y aviones de transporte, sin
olvidar su gran utilidad como artillería de costa, desde emplazamientos
terrestres, móviles (como camiones) o fijos (como baterías costeras) que lanzan
el misil desde un tubo que lo mantiene almacenado. De fabricación francesa,
está ampliamente difundido en las marinas de todo el mundo, siendo el más
utilizado, tal vez incluso más que el McDonnell Douglas Harpoon.
El Exocet fue designado con el código MM.38 desde 1967, lo
cual lo marcó como un misil lanzable desde naves de superficie (MM= mar- mar).
Diseñado para cumplir un requerimiento de la Marina Francesa, las primeras
pruebas terminaron en 1972. Ese mismo año, en octubre, no solamente lo probaron
las fuerzas francesas, sino también la Marina Real británica y la Bundesmarine
de Alemania Federal. Los resultados mostraron la necesidad de algunas mejoras,
que se llevaron a cabo durante 1973.
Exocet.
Un año después se produjo en serie el misil para ser lanzado
desde barcos. El primer grupo de los misiles fabricados en serie tuvieron un
éxito excelente: se lanzaron 30 y se logró un 91 % de impactos. Basándose en
estos resultados, se aprobó su uso y entrada en servicio en 1975.
Se esperaba mucho del nuevo misil lanzado desde barcos, ya
que antes de esto comenzó a ser diseñada una versión lanzable desde el aire: el
AM.38. En ella se incorporó un sistema de retardo, de manera que el avión
soltaba el misil y ese se encendía un segundo después, a varios metros por
debajo, para evitar dañar el avión con los potentes gases de escape del misil.
Las primeras pruebas del nuevo misil se realizaron en abril
de 1973, aunque los lanzamientos esperaron hasta diciembre de 1976. Ese nuevo
sistema entró en servicio en 1977. El AM.38 inicial fue una versión de
producción limitada del MM.38 lanzable desde helicópteros, usando un booster
SNPE Epervier y motores cohete SNPE Eole V con toberas concéntricas.
Desarrollado a partir de esta versión aérea del MM.38 (la
AM.38), se creó una nueva versión lanzable desde el aire llamada AM.39, la cual
sería la primera en entrar en combate real en la Guerra de Malvinas entre el
Reino Unido y la Argentina.
En 1977 fue probado el AM.39, más pequeño y liviano que el
Exocet original AM.38 diseñado inicialmente para ser lanzado desde barcos, y su
producción en serie comenzó ese mismo año. Rápidamente se encontraron
compradores: la Argentina, Baréin, Brasil, Irak, Kuwait, Perú y Pakistán lo
fueron adquiriendo con el tiempo. Al ser más ligero y pequeño, el nuevo misil
AM.39 puede ser llevado más fácilmente por todo tipo de aviones de combate,
transporte y helicópteros, mantiene su alcance y letalidad al incorporar
diferentes mejoras con el paso de los años, como lo ha demostrado su uso en
combate, su poder es devastador.
Descripción
La configuración básica del Exocet es del tipo clásico para
este tipo de misiles. Tiene un cuerpo cilíndrico, con una nariz ojival, la cual
es el radomo sobre la antena del radar activo (ADAC), aletas trapezoidales en
el medio del fuselaje, y aletas de control en la cola, paralelas a las alas.
La versión básica naval del Exocet posee dos etapas de
propergol sólido. El misil se lleva estibado en contenedores rectangulares, que
son del tipo contenedor-lanzador. Estos pueden llevarse de a pares o de a
cuatro. El misil se lanza cuando se tienen datos del objetivo: orientación y
distancia del blanco. Los sensores del aparato lanzador (en este caso, el mismo
buque) le proveen estos datos; también puede recibir información desde una
aeronave o desde el centro de comando de batalla.
Después de dos segundos de aceleración del cohete Cóndor, el
otro motor Hélios se dispara durante 150 segundos mientras el misil vuela a
baja altitud. Durante esa trayectoria de crucero, el misil vuela guiado por el
sistema inercial: posteriormente y según los datos establecidos para el
lanzamiento, se triangula la posición del objetivo: tal es el principio de
disparar y olvidar.
Cuando el misil llega a 10 km de esta posición anticipada
del blanco, el radar monopulso de la cabeza buscadora táctica se enciende. El
blanco se adquiere mediante los sensores propios del arma y se inicia la fase
terminal del ataque a una de tres altitudes preseleccionadas antes del
lanzamiento (esto se hace teniendo en cuenta la condición climática del mar en
el área del objetivo).
Lanzamiento del msil antibuque Exocet MM 38 desde el
destructor Schleswig-Holstein
La versión mejorada del MM.38, la MM.40, fue desarrollada
para mejorar sensiblemente el rendimiento en combate. Con más alcance, posee
diversas actualizaciones y mejoras en su motor cohete y en el
contenedor-lanzador, lo cual permite llevar más misiles en el mismo espacio que
antes ocupaba el MM.38.
Los Exocet más modernos tienen un radar de búsqueda Súper
ADAC, con cambio de frecuencia más ágil y procesamiento de señales digital, lo
que le da mucha más resistencia a las contramedidas electrónicas (ECM en
inglés) y la habilidad de discriminar blancos verdaderos de señuelos. Este
paquete de mejoras agrega además una plataforma inercial actualizada,
permitiendo al misil volar a alturas tan bajas como entre 2 y 3 m sobre la
cresta de la ola, y además hacer maniobras preprogramadas. Esto reduce su
vulnerabilidad a misiles o cañones antiaéreos, además de minimizar su
exposición a los radares de búsqueda.
Actualmente, las dos versiones principales del Exocet son la
MM.38, de 42 km de alcance, y la MM.40, con un alcance de 70 km. Ambas llevan
una cabeza de guerra de 165 kg de alto poder explosivo. Dice mucho de la
eficacia del misil el hecho de que, durante los primeros diez años de servicio,
fueron compradas unas 2000 unidades por 27 países.
La Marina de Guerra Francesa estaba tan satisfecha con el
misil, que decidió investigar su uso desde submarinos. Así nació el Exocet
SM.39: contenido dentro de una cápsula lanzable por un tubo de torpedos, llega
así a la superficie, desde donde se enciende y comienza a buscar su objetivo.
La versión aérea del Exocet, AM.39, puede ser llevada y
lanzada por los aviones Dassault-Breguet Súper Etendard. Estos aviones pueden
llevar solo un misil por aeronave (estación alar interna derecha, equilibrando
el avión con un depósito de combustible en el otro semiplano). Un avión comando
de batalla, que vuela junto al avión lanzador del misil, se eleva un poco para
obtener información de blancos, desde un radar especial transportado en una
cápsula de información: detecta el blanco asignado, le envía la información al
misil y este último se lanza con el sistema de retardo de encendido de los
motores.
La versión anterior del Súper Etendard, el Dassault Etendard
IV, no fue diseñado para lanzar el misil Exocet, ya que no contaba con la
electrónica de interfaz entre avión y misil y no disponía de radar para ubicar
el blanco. Aparentemente, el binomio Súper Etendard/ Exocet fue diseñado de
manera específica: el avión para el misil y el misil para el avión. Sin
embargo, el Exocet puede ser lanzado también desde helicópteros y otros
aviones, como ciertos modelos de Mirage.
Versiones
MM.38: (lanzado desde naves de superficie)
AM.38: (lanzado desde helicópteros en pruebas, la Armada
Argentina usó uno para hundir un pesquero chino)
AM.39: (lanzado desde el aire, particularmente aviones Súper
Etendard y/o Mirage F.1)
SM.39: (lanzado desde submarinos)
MM.40: (lanzado desde naves de superficie)
Historial de servicio
El misil Exocet protagonizó batallas en distintas ocasiones.
Como ya se ha dicho, la primera versión del Exocet en entrar
en combate fue la AM.39, lo que promovió sus ventas en el extranjero, para
equipar marinas y fuerzas aéreas de varios países.
La Primera Guerra del Golfo Pérsico de 1980-1989 dio el
lugar: helicópteros Súper Frelon iraquíes lanzaron varias unidades,
reportándose el hundimiento de tres buques de guerra iraníes así como muchos
petroleros desarmados e incluso plataformas petrolíferas enemigas, lo que
revolucionó el combate naval moderno. También fueron utilizados aviones Mirage,
especialmente adaptados para atacar barcos de guerra y petroleros que navegaban
en el Golfo Pérsico. En ese conflicto se dice que los iraquíes dispararon unos
200 misiles Exocet, con diferentes grados de éxitos, contra todo tipo de embarcaciones.
Muchos de ellos no estallaron, e incluso algunos se recuperaron casi intactos.
Sin embargo, los Exocet se hicieron más famosos por su más
escaso, pero más preciso, uso por la Armada Argentina contra unidades navales
británicas en la Guerra de las Malvinas. Pocos meses antes de dicho conflicto, la
Argentina había comprado a Francia 14 aviones Súper Etendard y 14 misiles
Exocet. Sin embargo, para el momento de la guerra, solamente había recibido
cinco de estos misiles, y los franceses no quisieron entregar los restantes
misiles por presiones del Reino Unido. Incluso se dejaron de entregar los AM 39
a Perú, creyéndose que era posible que los entregaran a la Argentina.
Los Súper Etendard de la Armada Argentina hicieron pareja
con el exitoso misil, logrando una enorme eficacia en la Guerra de Malvinas.
Con tan pequeña cifra en inventario de este excelente misil,
se planificaron las acciones para hacerlos valer. La primera operación de
ataque tuvo lugar el 4 de mayo y estuvo a cargo de dos aviones Súper Etendard
de la Armada Argentina, escoltados por cazas IAI Dagger de la Fuerza Aérea
Argentina, y reaprovisionados por aviones KC-130.
Semanas antes, los pilotos argentinos habían comenzado a
entrenar con el binomio avión- misil. Utilizando dos destructores argentinos
clase 42, se calcularon las curvas de detección de los radares británicos y la
distancia en la cual los misiles antiaéreos podían resultar peligrosos. Reunida
esa información, se determinó que, si los aviones volaban muy bajo, los misiles
podían llegar a convertirse en indetectables; además los aviones estaban fuera
de la zona de peligro de los misiles antiaéreos.
Sin embargo, los buques británicos habían sido bombardeados
por la FAA desde el 1.º de mayo, de manera que se mantenían fuera del alcance
de estos aviones. La solución fue utilizar aviones cisterna, para
reaprovisionar de combustible tanto a los atacantes como a sus escoltas. Apenas
informados de buques enemigos, se lanzó la operación ya planeada.
Volando en total silencio de radio, con malas condiciones
meteorológicas, los pilotos de todos los aviones alcanzaron su objetivo. Luego
de los repostajes, a la distancia calculada, los Súper Etendard se elevaron por
sobre el nivel muy bajo en el que todos estaban volando, para evitar ser
detectados. Sus radares iluminaron dos objetivos; uno grande y otro pequeño.
Volvieron a la baja cota de aproximación, prepararon los disparos, y finalmente
se elevaron por última vez, lanzaron los misiles y dieron la vuelta.
Los sistemas de guía hicieron el resto. Sin embargo, uno de
los dos Exocet tuvo un problema mecánico o fue interferido por los sistemas
británicos. El segundo impactó en el destructor clase 42 HMS Sheffield.
Causando 20 muertos instantáneamente, el misil creó un gran incendio que
consumió casi todo el buque. Si bien se dice que la ojiva no detonó, algunos
marineros testigos creen que sí lo hizo. De todas formas, el enorme incendio no
pudo ser controlado: el misil golpeó el medio del buque, destruyendo el sistema
eléctrico e impidiendo así que se activaran los sistemas anti-incendio (también
se cree que el misil rompió la línea de agua principal). Convertido en una
ruina, el buque fue abandonado por su tripulación y remolcado, pero tuvo que
ser hundido el 10 de ese mes, convirtiéndose así en el primer buque británico
hundido en acción en casi 40 años.
Después del ataque, aparentemente los británicos concluyeron
que sus naves no estaban preparadas para este tipo de ataques, y que los
procedimientos no eran los correctos. Además de que el radar del destructor
aparentemente no estaba diseñado para detección de objetos a tan baja altura, y
lanzados a corta distancia por aviones bombarderos con vuelos rasantes sobre el
mar, la cuestión principal era un fallo en la inteligencia británica. Ésta
creía que el ataque con Exocet (misil que, irónicamente, ellos también tenían
en servicio) sólo era posible a media cota, lo cual le daba al misil mayor
alcance. Sin embargo, los pilotos argentinos habían volado muy bajo para evitar
la detección y habían disparado el misil mucho más cerca, unas 6 millas menos,
cuando se esperaba que este tipo de ataque viniera desde las 45 millas. Las
versiones argentinas hablan del lanzamiento entre 50 y 35 km del blanco,
aprovechando el combustible remanente del misil para aumentar su capacidad
destructiva, algo desconocido en esa época y que ahora es considerado en el
combate naval moderno.
También se especula, con una interferencia procedente del
mismo Sheffield. Los destructores de esta clase llevaron radomos gemelos SCOT,
para comunicación por satélite. Desafortunadamente (para los británicos), estos
sistemas emitían señales en una frecuencia muy cercana a la de los radares de
alerta de misiles y de dirección de tiro, inutilizándolos mientras el buque
estaba comunicándose por satélite.
Rápidamente los británicos cambiaron su táctica y se
volvieron más precavidos. A este ataque seguirían otros más efectivos, siempre
con el mismo procedimiento: dos Súper Etendard con sendos Exocet, lanzando los
dos misiles al mismo blanco, algo imposible de enfrentar por una Fuerza Naval
moderna.
El siguiente hecho fue el 25 de mayo, día en el que las
fuerzas argentinas hunden varias embarcaciones con diferentes métodos.
Nuevamente la pareja de aviones navales con misiles Exocet fue reabastecida en
vuelo por aviones KC-130H para aumentar su alcance en combate. A 180 km al
nor-nordeste de Malvinas, detectaron un gran buque rodeado de otros pequeños,
en evidente formación defensiva. En este caso, sin embargo, los buques atacados
descubrieron rápidamente la maniobra y comenzaron a utilizar las nuevas medidas
defensivas: abrieron fuego de cañón al aire y lanzaron numerosos señuelos de
radar y contramedidas electrónicas. Aparentemente, esto desvió los misiles y
salvó al HMS Ambuscade (el cual había alertado a la flotilla) y otros buques de
la zona. Desafortunadamente para los británicos, había algunos buques que no
estaban dentro de esa cortina defensiva. Según se sabe, los dos misiles,
desorientados por las ECM, dieron una vuelta y detectaron en sus radares un
nuevo blanco, según su programación de ataque que lo convierten en misiles
inteligentes: el portacontenedores Atlantic Conveyor.
Se trataba de un buque mercante requisado por las fuerzas
británicas, y comisionado al servicio de la Marina Real Británica, de 13000
toneladas, que fue adaptado con una compuerta trasera, transportaba equipo
pesado y helicópteros para apoyar el desembarco a las islas. Sin ningún equipo
de alerta o ECM, al menos uno de los misiles impactó en la aleta de babor,
produciendo graves daños en el casco e incendios, que acabaron provocando su
hundimiento el 28 de mayo lo que implicó la pérdida total de la carga,
especialmente varios helicópteros pesados de transporte. Solamente se salvó uno
de los helicópteros, según la versión del Reino Unido.
Esto demostró algunas cuestiones más sobre el uso del Exocet
y de los misiles antibuque en general: no conviene tener buques propios fuera
de la sombrilla de defensa del ECM. Irónicamente, en ese momento, este golpe de
suerte (y la calidad del Exocet, que como buen misil siguió funcionando incluso
siendo confundido por las contramedidas) causó muchos problemas al desembarco,
ya que el Atlantic Conveyor llevaba equipo necesario para las tropas británicas
en tierra. Esto hizo que muchos marines tuvieran que caminar hacia Puerto
Stanley/Argentino, en lugar de tener helicópteros para hacer más fácil el
trayecto.
El incidente con el HMS Invincible
Habiéndose utilizado así cuatro de los cinco Exocet que
tenía la Armada Argentina, el siguiente ataque tenía que ser combinado con un
ataque convencional de bombas. La razón para el uso de dos misiles en cada
misión, como puede verse, era incrementar la confiabilidad del ataque: si uno
de los misiles fallaba por cuestiones mecánicas o por las ECM, era posible que
el otro se abriera camino. Además, si bien un misil podía dañar seriamente
ciertos buques, otros más grandes solamente podrían ser incendiados,
incapacitados o hundidos con dos impactos de misiles o bombas convencionales.
El nuevo objetivo del misil era, ahora, bastante más
complicado de atacar. La flota británica, sabiéndose vulnerable y en peligro de
perder la guerra naval, se había movido más al este de las islas Malvinas,
donde los cazas argentinos (que no podían despegar de las islas por falta de
una buena pista) tenían un largo viaje de ida y vuelta, al continente, con
varios repostajes de combustible en vuelo.
Las autoridades militares argentinas habían decidido dar un
golpe a la superioridad aérea británica, que se basaba en el uso de dos
portaeronaves: el HMS Hermes y el HMS Invincible. Fuertemente custodiados por
otras naves, estos eran blancos de gran valor, y que iban a ser muy difíciles
de atacar.
El plan comenzó trazando las trayectorias de los aviones
Harrier que despegaban de estos buques; triangulando sus cursos se calculó una
zona probable en donde podían estar los navíos. Se planificó entonces un curso
de aproximación que rodeara las islas, con vuelos rasantes sobre el mar, para
obtener más sorpresa, aunque esto requiriera más tiempo y combustible (por la
densidad del aire volando a baja cota). Estas condiciones de vuelo los
ocultaría del radar enemigo, pero a su vez exigía pericia a los pilotos de
combate, pues debían volar sin utilizar su radar de a bordo, y sin comunicación
por radio entre ellos.
Los aviones elegidos para el ataque fueron nuevamente dos Súper
Etendard (pertenecientes a la Armada Argentina), uno de ellos cargando el
último Exocet, y cuatro A-4C (pertenecientes a la Fuerza Aérea Argentina), que
iban a atacar el buque con bombas convencionales.
El 30 de mayo, despegaron primero los vectores del misil, y
luego los A-4C. En el camino repostaron frecuentemente con los aviones
cisterna; para evitar cualquier tipo de problemas, los aviones entraban y
salían de las mangueras, y a veces parasitaban a los KC-130 dejando que el
combustible fuera directamente a sus motores a través de la manguera de recarga
de combustible, en una operación de alto riesgo y utilizada por primera vez en
combate. De presentarse una falla de combustible en cualquier avión, este
tendría que volver y ponía en peligro la misión.
Llegado el momento del ataque, bajaron a 30 m de altitud y
avanzaron volando por el mar, hasta que después de algunos minutos, los Súper Etendard
cambiaron a mayor altitud, para obtener datos del blanco. Allí había realmente
una flota, y corrigieron el rumbo, para atacar a la flota como aviones guía de
ataque. Los otros aviones escolta A-4C, sin radares y sin poder romper el
silencio de radio, tenían que seguirlos y prepararse para su propio ataque,
mucho más peligroso por su aproximación a los buques.
Los pilotos navales de los Súper Etendard hicieron otro
reconocimiento, levantando la nave nuevamente para reconfirmar la posición de
la flota enemiga, anunciando por radio a los otros pilotos la corrección
necesaria del rumbo y lanzaron su misil, luego de lo cual se retiraron como
estaba previsto. Los pilotos de la Fuerza Aérea concretaron su ataque con los
aviones A-4C a baja altura; y, realizando maniobras evasivas.
Lo que siguió es motivo de controversia y opiniones
enfrentadas. Los pilotos argentinos declaran haber visto un buque humeante e
inmóvil, al cual se acercaron para atacar. Dos aviones fueron derribados antes
de llegar al blanco. Los otros dos lograron lanzar con éxito tres bombas de 250
kg cada uno, identificando a la embarcación como un portaeronaves, el cual
quedó completamente cubierto de humo, aunque no se observaron incendios. Los
operadores argentinos del radar ubicado en Malvinas reportaron tráficos aéreos
relativamente breves en un radio de 30 millas del lugar del ataque, lo que
supondría la evacuación de las aeronaves de a bordo del buque impactado. Es
así, que las autoridades argentinas declararon haber dañado seriamente al HMS
Invincible, mientras que los británicos nunca reconocieron eso. No existen
fotografías creíbles del hecho, como sí sucedió en el caso del HMS Sheffield.
Por un lado, los argentinos dicen que los británicos acallaron el hecho,
mientras que estos últimos declaran que el Invincible no fue alcanzado. Sin
embargo, la nave volvió a su puerto varios meses más tarde que los otros buques
que participaron en la guerra, recién pintado y sin el óxido característico.
Hasta que las autoridades británicas no levanten el secreto de 99 años que
cubre todos los documentos referentes a la guerra, poco más se sabrá.
Sorpresa desde tierra
Utilizados así todos los Exocet lanzables desde el aire, se
tomó la decisión de utilizar los MM.38 que estaban montados en buques, como
plataformas costeras de ataque, en un desarrollo argentino conocido como ITB.
Fue así que dos contenedores-lanzadores del destructor ARA Seguí fueron
desmontados y puestos en un C-130 rumbo a Malvinas. Personal militar y civil de
la Armada Argentina, de los que más sabían sobre estos misiles, trabajaron para
adaptar los sistemas y permitir su uso desde una plataforma terrestre, haciendo
los ajustes necesarios a los sistemas electrónicos (incluso simulando algunas
señales con gran habilidad) bajo el comando del Capitán Julio Pérez, utilizando
por primera vez un sistema similar desde tierra.
El 12 de junio, este Exocet encontró su blanco: el HMS
Glamorgan. A 18 millas de la costa, este destructor había estado en varias
misiones de cañoneo en apoyo a tropas inglesas, y se había salvado de varios
bombardeos, pero cometió el error de querer "cortar camino" y quedó
así dentro del alcance de los radares argentinos. Aunque tardó en detectar el
misil, el hecho de que el buque estuviera navegando a buena velocidad sumado al
minuto de alerta que tuvo, lo salvó del hundimiento. Después del desastre del
HMS Sheffield, se había instruido a las tripulaciones británicas para que, al
ver el misil, efectuaran un viraje de manera de no presentar las bandas, sino
la proa o la popa. A gran velocidad, este Exocet rebotó parcialmente en el
blindaje (dejando una gran marca), pero entró luego el hangar del helicóptero e
inició allí un incendio que mató a 13 marinos e hirió a varios más. Sin
embargo, el Glamorgan pudo seguir a flote y fue reparado posteriormente, siendo
vendido a Chile en 1986.
Al finalizar el conflicto, el lanzador fue capturado por los
británicos, los cuales, impresionados por la improvisación argentina,
desarrollaron su propio sistema de defensa de costa “Excalibur” imitando el
sistema argentino.
Las lecciones aprendidas
La combinación del misil con el avión de ataque Dassault-Breguet
Súper Etendard fue tan buena en la Guerra de las Malvinas que Irak, todavía en
guerra con Irán, alquiló cinco de esas aeronaves a Francia, hasta la llegada de
los nuevos aviones de Francia que podrían comprar.
La fragata estadounidense USS Stark, Clase Oliver Hazard
Perry escorada a babor, en el golfo Pérsico tras ser alcanzada por dos misiles
Exocet AM.39 iraquíes (17 de mayo de 1987). A pesar de los graves daños
sufridos, se mantuvo a flote y permaneció en servicio hasta el 7 de mayo de
1999.
Los ataques de Exocet no solamente cambiaron la doctrina del
Reino Unido, sino que influyeron en toda la OTAN. Así como el Almirante
Woodward, comandante de la fuerza de acción del Reino Unido en las Islas, tuvo
que revaluar las nuevas capacidades de ataque argentinas, el entonces
presidente del Comité Militar de la OTAN, Almirante Robert Falls, declaró que
este organismo se veía obligado a revisar sus tácticas navales, revelada la
posibilidad de este nuevo tipo de ataque a la Fuerza Táctica Naval.
A la corta o a la larga, esto llevó al desarrollo de nuevas
estrategias y sistemas, como el mejoramiento de los perturbadores de radar y la
mejora, de sistemas de misiles antimisiles y de sistemas de defensa cercana
(CIWS) como el cañón Phalanx para tratar de interceptar misiles navales volando
a baja altitud.
Una situación inesperada que fue descubierta en su uso en
combate, es que el combustible residual del misil, le agrega mucho efecto a la
detonación en sí (como sucedió en el caso del Stark antes mencionado y del
Sheffield); sobre todo teniendo en cuenta que es un misil de largo alcance que
a veces se dispara a menor distancia, al ser transportado por el avión de
ataque naval hasta su objetivo lo más cerca posible. Aunque esto parezca algo
negativo, si tenemos en cuenta que muchos de estos misiles dañaron severamente
o hundieron buques de diverso tipo, solamente con el incendio de su
combustible, si es que las ojivas militares no estallaron por la corta
distancia, ¿qué habría pasado si hubieran estallado?
Mejoras y actualizaciones
Actualmente el Exocet sigue en uso en grandes cantidades y
numerosos países, al haber demostrado varias veces en combate sus capacidades
destructivas. Vendidas unas 3300 unidades, la efectividad del misil está
cercana al 93%, según se ha demostrado en combates y pruebas realizadas por los
usuarios (unos 32 países) y la empresa productora.
AM.39 dispuesto en un Rafale francés.
Entre 1987 y 1993, se desarrolló una nueva versión con
electrónica avanzada, que permite reducir aún más su altitud de vuelo, ocultar
mejor su presencia y, cuando se dispara en andanadas, realizar el llamado
ataque del lobo (ataque convergente y coordinado automáticamente desde
distintos ángulos para impedir la acción de los sistemas antimisil). A esta
versión mejorada se le suele denominar Exocet II o Exocet block 2, y se han
aplicado estas actualizaciones en el MM.40 (de lanzamiento desde superficie), el
SM.39 (de lanzamiento submarino) y el AM.39.
Además de esto, la versión MM.40 ha sido mejorada
nuevamente, creándose el MM.40 Block 3, cuya entrada en servicio en las fuerzas
francesas se realizó en 2007. El Exocet Block 3 reemplazará a los Block 2 que
están en servicio en unidades de superficie, ya que es totalmente compatible
con los contenedores-lanzadores y con todo el material de entrenamiento y
mantenimiento. Sin embargo, no se sabe si será compatible con la cápsula del
SM. 39.
En un contexto de enorme desarrollo en materia de radares,
las mejoras no son nada extrañas: rediseño de la estructura para reducir su
firma radar e infrarroja, y un nuevo sistema de propulsión que aumentaría su
alcance a los 180 km como máximo. Esto estará complementado con un nuevo
sistema de guía, el cual incrementará las posibilidades del misil para penetrar
las defensas antiaéreas. De esta manera, al Block 3 podrá programársele una
ruta de vuelo en 3D, con ataques desde diferentes ángulos, además de alturas
variables. Se ha hecho énfasis en mejorar la maniobrabilidad del misil en todo
tipo de aspectos.
En la fase terminal del ataque, el nuevo Exocet contará con
un radar activo con patrones adaptativos de búsqueda, el cual podrá discriminar
blancos de diferente tipo (por ejemplo, atacando los buques con mayores señales
de radar, generalmente los más grandes). Además, ahora podrá atacar blancos
costeros, gracias al agregado de un GPS que le permitirá ubicarlos: una nueva
habilidad que lo hará más versátil en el campo de batalla.
Aunque similar en diseño, las fotografías que se tienen del
Block 3 muestran varios cambios muy notables. El sistema de propulsión es ahora
más potente, incluyendo un booster y un turbojet. A diferencia de las versiones
anteriores, que usaban dos etapas de cohetes (los cuales no requieren de
oxígeno para funcionar), el turbojet da mayor alcance, pero requiere de cuatro
pequeñas tomas de aire, ubicadas detrás de cuatro nuevas aletas. Las aletas y
el turbojet están diseñadas igualmente para hacer más maniobrable el misil,
particularmente en la etapa de aproximación al blanco.
Actualmente, Brasil es el primer país de América Latina en
desarrollar, diseñar y fabricar, su propio misil naval Exocet MM. 40 block 3,
con ayuda de la empresa europea MBDA y su socio BAE Systems, para equipar a su
marina de guerra y Fuerza Aérea, aumentar la autonomía del país en el
desarrollo y fabricación de sus propias armas, aviones de combate y ahora
misiles, esto permite a Brasil ser totalmente independiente en la fabricación
de armas y los motores para este tipo de misiles, que fueron originalmente
desarrollados con la ayuda de la empresa Aerospatiale de Francia.
Esto se logró con un acuerdo entre la empresa privada
Avibras de Brasil, en el desarrollo de tecnologías militares y del grupo
europeo MBDA, con la cooperación entre el gobierno brasileño y el gobierno de
Francia, que convierte a Brasil en una potencia emergente en el escenario
geopolítico internacional; el proyecto conjunto entre Brasil y Francia, se
inició en el año 2008 con una inversión inicial de US$ 75 millones de dólares,
considerado un logro de alta tecnología para Brasil, le permite equipar a sus
barcos de guerra con misiles modernos y adaptables a diferentes plataformas de
lanzamiento, barcos, fragatas misileras, submarinos misileros, helicópteros,
aviones de combate y baterías costeras de lanzamiento de misiles, montadas
sobre camiones de transporte adaptados y baterías con cartuchos de lanzamiento
de misiles.
Estos misiles Exocet de fabricación nacional, podrán ser
transportados por los aviones de combate de la Fuerza Aérea de Brasil, los
Dassault Mirage 2000 que actualmente tiene en su inventario y los nuevos
aviones Dassault Rafale, lo que abre la puerta a su posible compra por el
gobierno de Brasil en el futuro.
Misil naval Exocet MM 40 block 3
Operadores
Operadores actuales
Es uno de los misiles más vendidos para ser transportado en
barcos de guerra, instalados sobre la cubierta con lanzadores de misiles, desde
tierra con baterías de misiles, en submarinos lanzados desde los tubos de
torpedos en forma horizontal, desde helicópteros pesados de transporte, aviones
de combate y aviones de transporte, con la ayuda y el soporte técnico del
fabricante.
Armada Argentina: versión AM.39, MM.38 y MM.40 Block II.
Armada de Chile: versión AM39 desplegados en los
helicópteros de ataque naval SH-32 Cougar, SM39 para los submarinos clase
Scorpène. Chile es el único país de Sudamérica que posee misiles antibuques en
sus submarinos, MM-40 Block II instalados en sus lanchas rápidas SA'AR IV,
MM.40 Block III última versión instalada en 2 fragatas Karel Doorman.
Armada de Colombia: MM-40 Block II instalados en todas las
Fragatas Clase Almirante Padilla. Todos los contenedores lanza-misiles fueron
retirados. Actualmente las fragatas de este país no portan estos misiles.
Egipto: versiones AM39, MM38 y MM405
Marina de Guerra del Perú: versión AM.39 en los helicópteros
navales Sea King SH-3D Súper King; Corbetas Clase Velarde MM.38 y MM.40 Block
III de la primera versión instalada en 2 de las fragata clase Lupo .
Marina Sudafricana: versión MM-40 Bloque 2 en fragatas clase
Valour.
Turquía: Versión MM-38.78
Fuente: https://es.wikipedia.org