2 de mayo de 2020
INCIDENTES AÉREOS DURANTE LA GUERRA FRÍA – DERRIBO DE UN AVIÓN U-2 NORTEAMERICANO POR TROPAS SOVIÉTICAS DE DEFENSA ANTIAÉREA
Localización:
Cerca de Aramil, óblast de Sverdlovsk, Unión Soviética.
Objetivo:
Interceptación de un avión espía estadounidense U-2
Fecha:
1 de mayo de 1960
Ejecutado
por: Tropas soviéticas de Defensa Antiaérea
Víctimas:
1 piloto soviético muerto por fuego amigo
El
incidente del avión U-2 ocurrió durante la Guerra Fría, el primero de mayo de
1960, cuando un avión espía estadounidense U-2 fue derribado sobre la Unión
Soviética. En un principio, el gobierno de los Estados Unidos negó el objetivo
y misión del avión, pero se vio obligado a admitir su papel en la intrusión
aérea cuando la URSS mostró sus restos (sorprendentemente conservados), y más
aún, anunció que su piloto, de quien luego se sabría que se llamaba Francis
Gary Powers, había sobrevivido a su derribo.
Tan
sólo unos quince días antes de la, para entonces inminente apertura de una
cumbre Este-Oeste en París, el incidente fue muy embarazoso para los Estados
Unidos y anticipó un marcado deterioro en sus relaciones con la Unión
Soviética.
Antecedentes
En
julio de 1957, el presidente estadounidense Dwight Eisenhower, le solicitó
permiso al Primer Ministro de Pakistán, Huseyn Shaheed Suhrawardy para
establecer una instalación secreta de Inteligencia, así como permiso para que
los entonces recientes aviones espía U-2, despegasen desde ese país.
Una
instalación situada en la localidad de Badaber, a unos 15 km de Peshawar era
una pantalla que encubría una gran red de intercepción de comunicaciones, y que
era operada por la Agencia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. Además,
Badaber era una excelente opción debido a su proximidad al Asia Central
soviética. Así se podría monitorear la actividad de los sitios de pruebas de
misiles de esa región. Los aviones U-2 obtuvieron permiso para usar la porción
militar del aeropuerto de Peshawar para realizar su misión de “ojo en el cielo”,
en una era inmediatamente anterior a la de los satélites artificiales, que
permitirían explorar mucho más territorio hostil con mucho menos riesgo.
El
9 de abril de 1960, un U-2 de la unidad "10-10" de la Agencia Central
de Inteligencia (CIA) estadounidense cruzó la frontera Sur de la Unión Soviética,
en la región de las montañas Pamir, y sobrevoló objetivos militares soviéticos
de alto secreto: el sitio de pruebas de Semipalatinsk, en Kazajistán; una base
de bombarderos Tupolev TU-95 Bear, otro sitio de pruebas de misiles antiaéreos
(Surface to Air Missiles, SAM) cerca de la localidad de Saryshagan, y la base
de misiles de Tyuratam (germen del futuro cosmódromo de Baikonur). El avión fue
detectado por las Fuerzas de Defensa Soviéticas a las 4:47, después de haberse
adentrado unos 250 km en pleno territorio soviético, evadiendo mediante su gran
altitud de vuelo a los MiG-19 y Sujoi SU-9 que habían salido a intentar
interceptarlo. Después de que el U2 abandonara el espacio aéreo soviético a las
11:32 (casi siete horas después), a través del noroeste de la URSS europea, era
evidente que la CIA había realizado una extraordinaria operación de
inteligencia. Si bien estas audaces acciones realizadas por los EEUU eran una
clara provocación, además de una obvia violación de las normas del derecho
internacional público y/o aeronáutico, el régimen de Nikita Jrushchov estaba
"entre la espada y la pared" ya que, si realizaba una protesta
diplomática, independientemente de lo enérgica que ésta pudiese haber llegado a
ser, hubiese dejado en evidencia su hasta entonces inferioridad en tecnología
militar: eso significaba que no tenían ningún caza que pudiese operar a una
altitud siquiera aproximada a la de los escurridizos U-2, así como tampoco
(aparentemente) todavía disponían de un misil tierra-aire capaz de alcanzar un
objetivo que volase a semejante altura (unos 24 km). Por lo tanto, hasta ese
entonces habían silenciosamente soportado la humillación de solo limitarse a
detectar a los huidizos U-2 en sus radares, sin poder hacer demasiado al
respecto, mientras aquéllos violaban impunemente el espacio aéreo soviético. No
obstante, los inminentes hechos que pronto se desencadenarían demostrarían que
la URSS ya había puesto al día su capacidad antiaérea de sus misiles.
El
próximo vuelo de este tipo estaba planeado para el 1 de mayo, y a pesar de sus
implícitos riesgos, nadie dentro del gobierno del General Dwight Eisenhower se
imaginaba cómo resultaría en realidad.
Los
hechos
Plan
de vuelo del U-2 el 1 de mayo de 1960, de acuerdo con documentos de la CIA
desclasificados el 25 de junio de 2013.
El
1 de mayo de 1960, trece días antes de la apertura de la cumbre Este-Oeste en
París, un avión espía estadounidense Lockheed U-2 abandonó su base en Badaber,
Pakistán, con la misión de sobrevolar la Unión Soviética, fotografiar sitios o
silos de misiles balísticos intercontinentales (ICBM) nucleares en las
cercanías de las regiones de Sverdlovsk y Plesetsk, antes de finalmente aterrizar
en Bodø, en la nórdica Noruega (uno de los dos únicos países de la OTAN
limítrofes de la entonces URSS, junto a Turquía).
Todas
las unidades de la Fuerzas Aérea Soviética en el Asia Central, Kazajistán,
Siberia, los montes Urales (y más tarde, en la propia región europea de la URSS
e incluso el extremo norte) estaban en alerta, y se esperaba la inminente
invasión del espacio aéreo soviético por parte de un U-2 proveniente desde el
sur. Poco después de la detección del aeroplano intruso, el entonces Teniente General
de la Fuerza Aérea soviética, Yevgueny Savistky, ordenó a los comandantes de
las unidades aéreas que lo atacasen, por medio de todos los vuelos en alerta en
el área del curso de la aeronave extranjera, y lo embistiesen si fuese
necesario.
Debido
a la extrema altura operativa del U-2, de unos 24 km, los intentos soviéticos
de interceptarlo usando los aviones caza "convencionales" habían
fracasado. Más aún, el curso de vuelo de U-2 estaba fuera del radio de alcance
de varios sitios de lanzamiento de misiles tierra-aire (SAM, Surface to Air
Missiles). Incluso un misil que podría haberlo alcanzado estaba fuera de
servicio durante ese importante festivo del 1 de mayo.
De
acuerdo a la versión oficial soviética de los hechos (que sería puesta en duda
más de tres décadas después), el U-2 fue finalmente impactado y derribado cerca
de la localidad de Degtyarsk, en la región de los Urales, por uno de catorce
misiles S-75 Dvina (SA-2 Guideline según la nomenclatura de la OTAN)
disparados. El piloto Francis Gary Powers se eyectó exitosamente, antes de
abrir su paracaídas. Al hacer eso, no activó (o no pudo hacerlo) la pequeña
carga explosiva que habría contribuido a la destrucción de la aeronave, cuyos
potenciales restos en tierra podrían convertirse en evidencia incriminatoria en
territorio hostil (y, de hecho, así sería prontamente). Además, durante su
entrenamiento, Powers había recibido un dólar de plata modificado, que escondía
una aguja impregnada con la sustancia tóxica tropical
conocida como curare. No obstante, tampoco pudo optar por la vía rápida del
suicidio cuando saltó, ni tampoco quiso hacerlo una vez en tierra.
Inmediatamente
antes de saltar de la aeronave siniestrada, Powers olvidó desconectar su tubo
de oxígeno (fundamental para poder respirar a tales alturas), por lo que tuvo
que luchar con él, hasta que logró desconectar la manguera que aún lo mantenía
unido al avión, el cual, por otra parte, ya había entrado en barrena. Un
segundo misil adicional impactó, en el ya averiado U-2, dañándolo aún más, y
seguramente habría matado a Powers, de haber estado él todavía en la cabina.
Finalmente fue capturado, después de haber sido
delatado por unos granjeros, quienes enseguida se dieron cuenta que estaban
ante un extranjero que no hablaba ruso.
El
centro de mando de los misiles antiaéreos involucrados no tuvo la confirmación
del derribo sino después de 30 minutos. Sorprendente y paradójicamente, uno de
los cazas soviéticos que perseguían a Powers (un MiG-19) también fue destruido,
resultando muerto su piloto.
Sobre
este último hecho en particular, se llegó a alegar que hubo un malentendido
radial. Como el 1 de mayo era el Día Internacional del Trabajo, parte de las
estaciones soviéticas de seguimiento aéreo aún no habían cambiado sus códigos,
a pesar de que, por reglamento, debían hacerlo al inicio de cada mes. Estas
codificaciones radiales, que permitían distinguir a una aeronave amiga de una
intrusa, habrían detectado al propio MiG-19 como enemigo.
Incluso
Jrushchov pensó que se trataba de una afrenta personal de Eisenhower. Pero
sencillamente sucedía que, en los EEUU (así como en Canadá y Puerto Rico), el
día de los trabajadores se celebra el primer lunes de septiembre, y el
presidente estadounidense no tenía idea de la importante festividad que se
conmemoraba en la URSS el día del incidente en cuestión.
Un
estudio minucioso del frustrado vuelo de Powers muestra que uno de los últimos
objetivos que él había sobrevolado era la instalación de producción de plutonio
conocida como Chelyabinsk-65. Al fotografiar la misma desde arriba, se podría
haber estimado la capacidad de disipación de calor de los sistemas de
refrigeración de la planta, permitiendo así calcular la potencia (de salida) de
los reactores. Esto habría permitido determinar la cantidad de plutonio que se
estaba produciendo, para finalmente poder afinar los cálculos tentativos sobre
la eventual producción de armas nucleares soviéticas.
Debido
a su extrema sensibilidad militar, varias baterías antiaéreas se habían
instalado alrededor de esa planta, la cual, si bien estaba enclavada bien en el
interior del inmenso territorio de la URSS, cerca de los Urales, no dejaba de
ser atractiva para los "curiosos" aviones espía U-2 estadounidenses,
como bien sabían las autoridades soviéticas.
Encubrimiento
y posterior exposición del gobierno estadounidense
Francis
Gary Powers, el piloto del U-2, mientras estaba bajo custodia soviética.
El
5 de mayo de 1960, cuatro días después de la desaparición de Powers, la NASA
lanzó un muy detallado informe de prensa que decía que una de sus aeronaves de
investigación "se había perdido" al norte de Turquía. El falso
informe especulaba que el piloto podría haber perdido la
consciencia mientras que el piloto automático aún
estaba activado, llegando mentirosamente a alegar que aquel había
"informado, mediante la señal radial de emergencia, que estaba
experimentando dificultades con su tubo de oxígeno". Incluso, para
reforzar el intento de engaño, un avión U-2 fue rápidamente pintado con el
logotipo de la NASA y fue posteriormente mostrado o exhibido ante la prensa
estadounidense y mundial.
Después
de enterarse de esa maniobra de encubrimiento, el premier soviético Nikita
Jrushchov anunció al Soviet Supremo, y al mundo, que un “avión espía” había
sido derribado en la URSS; pero intencionalmente no hizo referencia alguna a
que su piloto había sobrevivido durante el incidente, guardándose esa vital
información como su “as bajo la manga”.
Eisenhower
y sus asesores “mordieron el anzuelo” y, lógicamente pensando que el piloto
habría muerto, autorizaron la divulgación de una historia de encubrimiento, que
aseguraba que se trataba de una "aeronave de investigación
meteorológica" que había entrado en el espacio aéreo soviético después de
haberse extraviado, luego de que el piloto transmitiese por radio que estaba
experimentando “dificultades con su equipo de oxígeno”, mientras volaba sobre
Turquía.
La
Casa Blanca reconoció que podía tratarse de la misma aeronave, pero aun así
proclamó que “no hubo intento deliberado alguno de violar el espacio aéreo
soviético, y nunca lo ha habido”, e intentó seguir con la “farsa” de su “operación
fachada”, al ordenar mantener en tierra a todos los U-2, para controlar
eventuales "problemas de oxígeno".
El
7 de mayo, Nikita Jrushchov tendió la parte final de su trampa y anunció:
“Debo
decirles un secreto. Cuando hice mi primer informe, deliberadamente no dije que
el piloto estaba vivo y bien... y ahora miren todas las cosas tontas que las
autoridades estadounidenses han dicho”.
No
solo Powers estaba vivo, sino que además se conservaban importantes secciones
de su aeronave. Los soviéticos se las ingeniaron para recuperar la crítica
cámara de vigilancia, e incluso revelaron algunas de las fotografías por ella
tomada. Así que el incidente resultó ser una gran humillación para la
administración de Eisenhower, atrapado en una mentira, que era a la vez
evidente e innegable.
El
"paquete de supervivencia" de Powers, que incluía 7500 rublos de la
época y joyería femenina, también fue recuperado. Hoy gran parte de los restos
de la aeronave, así como varios elementos del mencionado paquete se encuentran
en exhibición en el Museo Central de las Fuerzas Armadas Rusas, en Moscú. Un
pequeño fragmento regresó a los Estados Unidos y se encuentra en el National
Cryptologic Museum, institución dependiente de la Agencia de Seguridad Nacional
(NSA). Asimismo, la familia del, ya fallecido Powers, recibió en el año 2000,
víspera del cuadragésimo aniversario del incidente, una pequeña porción del
avión, la cual tiene una notable forma de medialuna.
Consecuencias
inmediatas de la crisis
La
cumbre de París entre el presidente estadounidense, el General Dwight
Eisenhower, y el líder soviético Nikita Jrushchov colapsó incluso antes de
haber podido siquiera comenzar, en gran medida debido a que el primero rehusó
disculparse públicamente por el incidente. Jrushchov abandonó definitivamente
las conversaciones al respecto, el día 16 de mayo.
La
Unión Soviética convocó a una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas para el día 23 de mayo, para dar su versión de los hechos. Los encuentros
continuaron durante cuatro días, en los que se
cruzaron otros alegatos de espionaje, a la vez que recriminaciones sobre la
frustrada Cumbre de París. Allí, el gobierno de Eisenhower hizo pública su
propuesta de "cielos abiertos", que intentaba consensuar vuelos de
reconocimiento recíprocos "preventivos" entre las dos superpotencias
militares antagónicas. No obstante, la justicia de su causa, la URSS no logró
que se votara su moción, ante una ONU básicamente dominada
por las potencias occidentales anticomunistas. La delegación
soviética quería una resolución
concisa que condenase la intrusión aérea,
y le exigiera al gobierno estadounidense que no se repitiera.
Powers
se declaró culpable y fue rápidamente condenado por espionaje, el 19 de agosto
de 1960, a cumplir 10 años de reclusión (consistentes en tres años de prisión
propiamente dicha y siete adicionales de trabajos forzados). Su alegato de
defensa incluyó la recordada frase de "júzguenme como a un ser humano y no
como a un enemigo".
Pero
terminaría cumpliendo solo unos 18 meses de reclusión antes de ser canjeado, el
10 de febrero de 1962, por un notable espía soviético que había estado operando
en la ciudad de Nueva York durante parte de las décadas de 1940 y de 1950, el Coronel
de inteligencia Viliam Guénrijovich Fisher (más conocido por su alias de Rudolf
Abel). El intercambio se llevó a cabo en el puente Glienicke, que conectaba
Potsdam, en la Alemania Oriental (comunista), con la cada vez más aislada
Berlín Occidental (el muro se había comenzado a construir desde hacía tan sólo
unos seis meses, en agosto de 1961).
Otra
de las consecuencias de incidente fue el obvio deterioro de las relaciones
entre la Unión Soviética y Pakistán, y el compromiso de la seguridad interna de
este último país. De hecho, la URSS se volcaría cada vez más en equipar
militarmente a la India del pandit Nehru, en detrimento de su adversario
pakistaní en el subcontinente, pertrechado por los EEUU.
Otra
consecuencia indirecta de la crisis fue que contribuyó al desarrollo de un
avión de reconocimiento supersónico, el hoy legendario Lockheed SR-71. Éste
llegaría a operar sobre el extremo occidental de la URSS europea, sobre la
península de Kola. No obstante, en un hecho que resultaría ser bastante más
importante aún, el incidente aceleró el desarrollo de los satélites de
espionaje estadounidenses en general, en particular los de la clase “Corona”.
En
un intento de reforzar su propio frente interno, el General pakistaní Khalid
Mahmud Arif, al comentar sobre el incidente, señaló que: "Pakistán se
sintió engañado porque los EEUU lo habían mantenido en la oscuridad [es decir,
no informado] sobre semejantes operaciones clandestinas de espionaje lanzadas
desde su territorio".
No
obstante, las instalaciones de intercepción de comunicaciones de Badaber
siguieron operando durante varios años más, siendo cerradas oficialmente recién
el 7 de enero de 1970.
Versiones
posteriores
Misil
tierra-aire C-75 (SA-2) utilizado para derribar el U-2, expuesto en el Museo
ruso de las Fuerzas de Defensa Aérea.
Durante
36 años (es decir, entre 1960 y 1996), la versión oficial soviética fue que el
avión espía había sido derribado después de haber sido impactado por uno de
catorce misiles tierra-aire de tipo SA lanzados contra él. Esta historia se
originó a partir de la información filtrada hacia Occidente por el Cronel Oleg
Penkovski, un agente del GRU soviético que espiaba para el MI6 británico, e
indirectamente, para la CIA estadounidense. En los últimos años, sin embargo,
surgieron nuevos datos que difieren sustancialmente de aquella versión oficial.
Igor
Mentyukov (piloto involucrado en el incidente)
En
1996, el piloto soviético en retiro, Igor Mentyukov reveló que, a unos 20000 m
de altitud, bajo órdenes de impactar contra el intruso, se las ingenió para
descompensar al U-2 mediante la estela de su Sujoi Su-9 desarmado, provocando
que la aeronave intrusa se diese vuelta y se rompiesen sus frágiles alas. De
hecho, la andanada de proyectiles antiaéreos sí había dado con un objetivo,
pero no con el avión espía norteamericano, sino que derribó otra aeronave
militar soviética en el área, el MiG-19 confundido como enemigo. Para intentar
reforzar su versión, Mentyukov apeló al sentido común, diciendo que hubiese
sido virtualmente imposible que un avión sobreviviese a un impacto directo de
un misil, en especial un forzosamente liviano U-2. Por lo tanto, en esas
condiciones habría sido difícil que su piloto sobreviviese.
Asimismo,
la gran velocidad del misil respecto del U-2 no le hubiese dado tiempo a Powers
para eyectarse. Aunque el techo de vuelo operativo de los Su-9 estaba en el
orden de los 16500 y los 17000 metros, la aeronave de Mentyukov, al haber sido
liberada del lastre que significaba su armamento pesado habitual, podía escalar
varios cientos de metros más. Pero al no disponer de armas, la virtual única
opción que ahora tenía el piloto era intentar embestir (en ruso: “taran”) a su
objetivo, como si fuese un ariete.
Serguey
Jrushchov (hijo del premier soviético durante el incidente)
En
el año 2000, Serguéi Jrushchov escribió acerca de la experiencia de su padre,
Nikita (el entonces premier soviético) en el incidente. Dijo que Mentyukov
intentó interceptar al U-2, pero no pudo hacerlo, e incluso ni siquiera habría
tenido contacto visual con su objetivo. Relató que el Mayor Mijaíl Voronov,
quien estaba a cargo de una batería de misiles antiaéreos, disparó tres
proyectiles SA-2, pero solo uno de ellos hizo ignición. Éste rápidamente se
dirigió hacia su blanco y explotó en el aire, detrás del U-2, pero lo
suficientemente cerca como para sacudir violentamente a la frágil aeronave,
haciendo inclusive que sus largas alas se desprendiesen de su fuselaje. Por lo
que, tras caer varios metros, a Powers no le quedó otra opción que eyectarse.
La
falta de certeza sobre el resultado exitoso (o no) de ese cohete inicial hizo
que se disparasen trece más desde baterías antiaéreas cercanas, pero,
paradójicamente, uno de estos misiles terminó persiguiendo la estela de calor
dejada por el MiG-19 del Teniente Serguéy Safronov, matándolo. Éste
sería póstumamente condecorado con la Orden de la Bandera Roja.
Consecuencias
a largo plazo
Parte
de los restos del U-2, expuestos en el Museo Central de las Fuerzas Armadas,
Moscú.
El
piloto del U-2 involucrado en el accidente, Gary Powers, falleció el 1 de
agosto de 1977, en un accidente aéreo. Su helicóptero se desplomó después de
haberse quedado sin combustible, mientras trabajaba para una estación de TV de
la ciudad californiana de Los Ángeles. Su hijo, Francis Gary Powers junior,
cada vez más interesado por el legado de su padre, abrió en 1996 un museo
dedicado a la Guerra Fría, el Cold War Museum.
Durante
el año 2000, al cumplirse el cuadragésimo aniversario del famoso incidente, el
gobierno del fallecido presidente ruso Borís Yeltsin, le mandó a la familia de
Powers una pequeña estatuilla, consistente en un trozo original del avión con
forma de medialuna.
Cine
En
el año 2015 se estrenó en cines la película Bridge of Spies (El puente de los
espías) en España, dirigida por Steven Spielberg y protagonizada por Tom Hanks.
El filme recrea el derribo del avión y dramatiza las difíciles negociaciones de
James B. Donovan para lograr la liberación del piloto Francis Gary Powers.
Fuente:
https://en.wikipedia.org