21 de mayo de 2020
MALVINAS: EL SORPRENDENTE ATAQUE AL SHEFFIELD, EL PRIMER BUQUE INGLÉS HUNDIDO EN COMBATE DESPUÉS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Una sección de aviones Súper Etendard sorprendió a la Royal
Navy y al gobierno de Margaret Thatcher cuando sus misiles hirieron de muerte
al destructor. Cómo se planeó el ataque, los Mirage que protegieron a los
pilotos navales, los Lear jet que hicieron de señuelos para distraer a los Sea
Harrier y el misterio que encerró el hundimiento
Por Daniel Roca Centurión
El HMS Sheffield en llamas. Misiles Exocet de la aviación
naval lo hirieron de muerte el 4 de mayo 1982
El 2 de mayo el submarino HMS Conqueror había logrado hundir
al crucero ARA General Belgrano. De los 1093 tripulantes 323 encontraron su
destino final en el mar austral.
Al día siguiente, cerca de la una y media de la madrugada,
el aviso ARA Sobral -que se encontraba en las inmediaciones de las islas
buscando a la tripulación de un bombardero Canberra de la Fuerza Aérea que
había sido derribado-, es atacado por un helicóptero Sea Linx británico que,
desde una distancia aproximada de 20 km, le lanza un misil aire-mar e impacta
en la cubierta. Ocho tripulantes mueren en medio de la explosión, las esquirlas
y las llamas.
Frente al ataque, la Fuerza Aérea Sur (FAS) dispone las
salidas de aviones y helicópteros de búsqueda y rescate para asistir a los
hombres de la Armada.
No había tiempo para perder. La búsqueda frenética del buque
atacado reúne a los aviones turbo hélices Fokker F-27 indicativo de misión
TITAN, los Twin Otter indicativo SIERRA, un avión Mitsubishi MU-2B del
escuadrón Fénix indicativo BRAVO y un helicóptero Bell 212 indicativo LIEBRE.
Recién el 4 de mayo el Sobral logra transmitir su posición a
la deriva y el 5 se produce el primer contacto con el Bell 212 que logra
realizar un arriesgado rescate del Cabo Primero Enríquez con quemaduras de
gravedad, para ser trasladarlo de inmediato a Puerto Deseado. El marino, gracias
al rescate, pudo salvar su vida.
En su periplo cerca de las islas, la Fuerza de Tareas
británica ha ido coqueteando con el peligro y el 1 de mayo sintió el fuego de
la fuerza aérea: 57 misiones y 20 toneladas de bombas cayeron sobre la Royal
Navy en lo que fue el "bautismo de fuego" de la Fuerza Aérea.
Los planes de la Operación Corporate, que marcaban el
desembarco y la "recuperación" de las islas por parte de las tropas
comandadas por el Almirante Sandy Woodward, debieron posponerse.
En un solo día los ingleses sufrieron las pérdidas y daños
del HMS Exeter, dos fragatas clase Amazon tipo 21, el HMS Arrow y HMS Glamorgan
seriamente dañadas, la pérdida de dos helicópteros Sea Kingy la posibilidad de
haber herido al Sheffield.
Woordward, frente al ataque de los aviones argentinos, dio
la orden y la flota se alejó de las islas a distancias más seguras.
Pilotos, mecánicos, técnicos y soldados del Escuadrón M5
Dagger antes de una de las misiones en Comodoro Rivadavia. Los aviones de la
Fuerza Aérea protegieron a los cazas de la aviación naval durante el ataque al
Sheffield
Desde el 21 de abril, y de todas las maneras posibles
-incluso usando Boeing 707 de transporte de pasajeros-, la Fuerza Aérea había
estado siguiendo a la Royal Navy desde una latitud cercana a la de Río de Janeiro.
La información conseguida era buena, pero para que los Súper
Etendard pudieran emplear sus misiles aire-mar Exocet la posición de los barcos
a atacar debía ser "actual y precisa".
Los datos precisos que necesitaban los brindó finalmente el viejo,
pero confiable avión de exploración Neptune, que se encontraba "trackeando
a la flota", es decir siguiendo su posición. A las 7:50 del 4 de mayo
detectó al destructor inglés.
En Río Grande, se prepararon dos Súper Etendard con misiles
Exocet, que despegaron a las 9:45, piloteados por el Capitán de Corbeta Augusto
Bedacarratz y el Teniente de Navío Armando Mayora.
La aviación argentina puso en el aire un Hércules KC-130
indicativo RATA, como nave de reabastecimiento de combustible en vuelo para los
aviones de la armada, que en esta oportunidad se les asigna el indicativo
LITORAL.
A su vez, una pareja de caza bombarderos Mirage M-5 Dagger
de la Fuerza Aérea, conocidos como el escuadrón “Las Avutardas Salvajes",
indicativo de misión Pollo, armados con misiles Shafrir, guiados por los
radares desde tierra, tuvieron la misión de proteger al Hércules y a los Súper Etendard.
Augusto Bedacarratz, el Capitán que comandó la misión de los
Súper Etendard
"Volamos muy bajo, con suma discreción. No utilizamos
prácticamente el radar, no hablamos por radio y solo nos comunicamos de avión a
avión por señas", recordaría años más tarde Bedacarratz.
A la operación se agregaron dos Lear jet, indicativo ROTULO,
de la Fuerza Aérea Sur que tuvieron la arriesgada misión de hacer de señuelo de
los Harrier británicos. Estos aviones ejecutivos, sin armamento ni tampoco
ningún tipo de contramedida antimisil, buscaban ser confundidos con cazas de la
Fuerza Aérea -por su velocidad y por la imagen de radar similar a un avión de
combate- atrayendo hacia ellos a los cazas ingleses para distraerlos del ataque
real.
El reabastecimiento en vuelo se realizó a 240 kilómetros al
oeste de Malvinas. La recarga permitió que la sección pudiera volar bajo, casi
rozando el mar, hasta el punto de lanzamiento que estaba ubicado a 480
kilómetros de distancia.
Bedacarratz y Mayora dejaron tras de sí al reabastecedor e
iniciaron el descenso y se mantuvieron volando a 15 metros sobre el mar. El
cielo estaba nublando y el viento era intenso.
El Neptune transmitió la última posición de la flota y los
pilotos volaron en silencio de radio, pegados al mar, para evitar ser
detectados por los radares.
"La misión era sumamente riesgosa. La Armada sólo tenía
cinco misiles Exocet, ya que Francia había impuesto el embargo a raíz del
conflicto bélico. Además, se desconocía la efectividad de este tipo de misil
aire mar, para ser lanzados desde aviones de ataque. Hasta ese momento no se
había hecho en ninguna parte del mundo. Fuimos los primeros en probarlos en
Malvinas", relató el Capitán en una entrevista al diario El Mundo de
España 35 años después de la guerra.
Súper Etendard fueron claves en la guerra de Malvinas
Durante el vuelo hacia el blanco, el Neptune transmitió una
corrección de posición. Los pilotos recibieron la última información y se
prepararon para subir hasta 40 metros de altura por unos breves instantes. La
maniobra era necesaria, a pesar del riego de ser detectados, para que la
información del radar de a bordo se integrara a la programación de trayectoria
del misil. En la jerga de los pilotos de combate eso se llama
"enganchar" dos blancos: uno grande y uno chico.
Había que asegurar la efectividad del lanzamiento y de la
operación. Los dos misiles fueron programados contra el blanco grande. "En
ese instante colocamos las posiciones de nuestros sistemas de navegación.
Introdujimos 20 dígitos y tuvimos que interrumpir el silencio de radio para
cotejar entre los dos la información", contó el piloto del Súper Etendard.
Al menos uno de los dos misiles lanzados había impacto en el
destructor británico
A las 11:05 y a unas 25 millas náuticas de su posición
(aproximadamente 48 kilómetros), en aquel 4 de mayo de 1982, la dupla Súper Etendard/Exocet
hizo su entrada en la historia de la guerra aeronaval moderna.
Bedacarratz dio la orden de atacar. Los aviones estaban a 30
kilómetros del blanco (los ingleses aseguraron que estaban a 11 kilómetros y
que por eso no pudieron detectarlos). El misil de 650 kilos tardó tres segundos
en desprenderse del avión, que se sacudió en el aire al perder peso.
Al menos uno de los Exocet impactó en el Sheffield. El fuego
invadió a la nave. La HMS Arrow se acercó al destructor para rescatar a los sobrevivientes
de los 287 tripulantes. La fragata remolcó al destructor fuera de la zona de
peligro. El ataque dejó un dramático saldo de 20 y muertos y 63 heridos. El
Sheffield se hundió finalmente el 10 de mayo en aguas del Atlántico Sur.
Los pilotos pintaron en los aviones los barcos hundidos de
la flota británica
La sección de Bedacarratz y Mayora aterrizó en Río Grande a
las 12:04. Ninguno sabía, en ese momento, si los misiles habían dado en el
blanco. Pero en la base de Tierra del Fuego hubo clima de celebración por el
logro técnico de haber lanzado los Exocet con éxito.
Esa tarde, la BBC informó que el Sheffield había sido herido
de muerte por un misil. Ante el Parlamento británico, el canciller Francis Pym
admitió que el Sheffield había sido hundido. Pero eso no era verdad: el buque
terminaría en el fondo del mar seis días más tarde.
Mucho se ha discutido, después del conflicto, si el
Sheffield habría sido atacado por Dagger de la Fuerza Aérea Sur el 1 de mayo y
si el ataque de los Súper Etendard solo remató al buque de guerra inglés. Lo
cierto es que esta operación dejó en claro que, si se quería hundir o al menos
neutralizar a un portaaviones británico, iba a ser necesario un gran poder de
fuego.
Este fue la simiente del futuro ataque al Invencible, en el
cual los Súper Etendard de la Armada y cazabombarderos A4-C de la Fuerza Aérea,
trabajarían en conjunto contra ese insigne portaaviones.
Pero esa es otra historia.
Fuente: https://www.infobae.com