10 de mayo de 2019
ASÍ EVITABA LA NEUTRAL EIRE QUE LA BOMBARDEARAN DURANTE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Tras los bombardeos de la Luftwaffe en Belfast y
Dublín en 1941, el gobierno de Éamon de Valera decidió proteger la isla con
estas gigantescas señales
Por David Ruiz Marull
En tiempo de guerra, no hay nada más preciado que
la seguridad. Especialmente si eres miembro de un país que se ha declarado
neutral. Irlanda no iba a participar en la II Guerra Mundial, pero los
bombardeos de la Luftwaffe sobre Belfast (Irlanda del Norte) hicieron temer lo
peor. Así que los irlandeses idearon una fórmula para evitar ser atacados. Casi
80 años después, ha aparecido el último de estos símbolos.
La medida fue tan simple como efectiva. En
distintos lugares de la isla de construyó en grande la palabra Eire (Irlanda,
en el idioma local) utilizando piedras. Hace apenas unos días, los incendios
forestales en el condado de Wicklow, en la costa este, han dejado al
descubierto un “letrero” gigante en Bray Head, una montaña de 243 metros
situada entre las poblaciones de Bray y Greystones.
El “cartel” fue descubierto por un avión de la
Unidad de Apoyo Aéreo de la Garda, la policía irlandesa
Además de Eire, en la inscripción también aparece
el número 08, mucho menos visible y que designaba el puesto de vigía que había
en este lugar. Todos estos textos, unos 85 en toda la isla, de enormes
dimensiones fueron colocados entre 1942 y 1943.
Meses antes, la aviación alemana había llevado a
cabo un cruento ataque sobre Belfast. Su objetivo eran los astilleros Harland y
Wolff, que también fabricaban componentes de tanques y artillería. El 15 de
abril de 1941, Martes de Pascua, 180 bombarderos de la Luftwaffe atacaron la
ciudad, que solo contaba con 7 baterías antiaéreas para defenderse.
Los alemanes lanzaron más de 200 toneladas de
explosivos, 80 minas terrestres atadas a paracaídas y 800 bombas incendiarías.
Murieron más de 1000 personas y 56000 casas, más de la mitad de las viviendas
de la ciudad, quedaron destruidas. Unas 100000 personas se quedaron sin hogar.
Fue el segundo ataque aéreo nocturno con más pérdidas, por detrás de Londres,
durante la Batalla de Inglaterra.
El gobierno que lideraba el Taoiseach (primer
ministro) Éamon de Valera, del partido republicano conservador Fianna Fáil,
había declarado la neutralidad de Irlanda en el conflicto en septiembre de
1939. Aun así, De Valera protestó formalmente ante Berlín y pronunció un
discurso en el que dijo: Ellos (los norirlandeses) son nuestro pueblo”.
El gobierno de Éamon de Valera declaró la
neutralidad de Irlanda en el conflicto en septiembre de 1939
Semanas después, el 30 de mayo, el norte de Dublín
(capital de la República de Irlanda) se convirtió en objetivo de Hitler.
Treinta y ocho personas murieron y setenta casas fueron destruidas en los
barrios de Summerhill Parade, North Strand y la North Circular Road. El gobierno
alemán dijo que el ataque había sido un error, que los vientos altos habían
desviado a sus aviones.
Fuera verdad o mentira esa explicación, lo cierto
es que el ejecutivo irlandés no quiso encontrarse con más sorpresa. Por eso el
Servicio de Observación Costera recibió la orden de colocar puestos de
vigilancia en puntos estratégicos de la costa que servían para monitorear la
beligerante actividad en el mar.
No solo servían para eso, si no que los soldados
que guardaban estos puestos escribían textos gigantescos para que sirvieran de
ayuda y aviso para el gran número de aviones que sobrevolaban la isla, desde
los cazas alemanes hasta los bombarderos estadounidenses, pasando por los
miembros de la RAF británica.
Estos puestos de vigía eran una forma ideada por
los irlandeses para protegerse incluso contra una posible invasión y
requirieron que una persona vigilara cada sitio las 24 horas del día. Todos
estos puestos estaban gestionados por una institución que se llamaba Coast
Watching Service, e implicó construir cabañas a una distancia de entre ocho y
25 quilómetros a lo largo de una costa de 3170 km desde Ballagan Point (en el
condado de Louth) hasta Inishowen Head (en Donegal).
Después de la II Guerra Mundial, estos sitos fueron
cerrados y la mayoría están hoy en día en ruinas o han desaparecido
completamente. Los fuegos ocurridos por culpa de la sequía prolongada que azota
la isla les han devuelto a algunos de estos puntos estratégicos la importancia
que tuvieron en el pasado.
Fuente: https://www.lavanguardia.com