- Pakistán: 89%
- India: 75%
- Turquía: 73%
- China: 71%
- Rusia: 59%
- Estados Unidos: 44%
- Reino Unido: 27%
- Japón: 11%
10 de mayo de 2019
LOS PILOTOS KAMIKAZES DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
Durante la II Guerra Mundial, miles de pilotos
japoneses se ofrecieron voluntariamente para ser kamikaze: se suicidaban
estrellando sus aviones contra objetivos enemigos en nombre de su emperador.
Kamikaze Osamu Yamada con sus colegas El
sobreviviente Kamikaze Osamu Yamada con sus colegas, la mayoría de los cuales
murieron estrellándose contra objetivos enemigos en la II Guerra Mundial.
(Foto: Osamu Yamada)
Más de 70 años después, Mariko Oi de la BBC
preguntó a los jóvenes de Japón qué significan para ellos estos hombres que
alguna vez fueron venerados.
Irracional, heroico y estúpido: esto fue lo que
dijeron tres jóvenes en Tokio cuando les pregunté sobre sus puntos de vista
sobre el kamikaze.
Es difícil verificar las cifras, pero se cree que
entre 3000 a 4000 pilotos japoneses estrellaron sus aviones a propósito contra
un objetivo enemigo. Se cree que solo el 10% de las misiones tuvieron éxito,
pero hundieron unas 50 naves de los aliados.
Personal del ejército estadounidense examina un
avión kamikaze japonés en 1943.Los aviones kamikaze japoneses lograron hundir
unas cincuenta naves de los enemigos en la Segunda Guerra.
Pasaron décadas desde la guerra, pero las opiniones
sobre los pilotos kamikaze siguen divididas, en parte porque su legado fue
utilizado repetidamente como una herramienta política.
“Durante los siete años de la ocupación de las
fuerzas aliadas en Japón, la reputación kamikaze fue una de las primeras cosas
que se persiguió”, explica el profesor MG Sheftall de la Universidad de
Shizuoka, en el centro de Japón.
La táctica suicida fue retratada como una “locura”.
“Pero cuando los aliados se marcharon en 1952, los
nacionalistas de derecha llevaron a cabo importantes esfuerzos
multigeneracionales para recuperar el control del discurso dominante”, dice.
“Incluso en los años setenta y ochenta, la gran
mayoría de los japoneses pensaba que el kamikaze era algo vergonzoso, un crimen
cometido por el Estado contra sus familiares”, agrega.
“Pero en la década de 1990, los nacionalistas
comenzaron a probar el terreno, viendo si podían salirse con la suya llamando
héroes a los pilotos kamikaze. Al no recibir mucha resistencia, se volvieron
más audaces”.
¿Pelearías por tu país?
Una encuesta sobre varios países realizada en 2015
por Win/Gallup descubrió que el 11% de los japoneses estarían dispuestos para
luchar por su país.
En la década de 2000, películas como For Those We
Love y The Eternal Zeroretrataron a los kamikazes como eso: héroes.
Pero incluso Sho, el adolescente que dijo que eran
heroicos, admitió que sus opiniones habían sido influenciadas por las películas
y aseguró que, si Japón iba a la guerra mañana, no estaría dispuesto a morir
por su país.
“Es porque no puedo hacerlo”, afirmó. “Los
encuentro heroicos y valientes”.
Hombres vestidos con uniforme kamikaze mientras el
entonces gobernador de Tokio ofrecía una conferencia de prensa para promocionar
su película En los últimos años, se estrenaron varias películas para celebrar
la valentía de los pilotos kamikaze.
De hecho, solo el 11% de los ciudadanos japoneses
estarían dispuestos a luchar por su país, según una encuesta mundial de
WIN/Gallup International.
Eso coloca a Japón al final de la lista de los
países encuestados.
El resultado no es sorprendente dado que las
generaciones de posguerra en Japón se criaron bajo una constitución pacifista
que prohibió a la nación tener un ejército.
“No quería morir”
¿Pero es cierto que todos los pilotos kamikaze, que
en su mayoría tenían entre 17 y 24 años, estaban completamente convencidos de
dar la vida por su país?
Cuando hablé con dos de ellos, que extrañamente
sobrevivieron, ahora en sus 90 años, la respuesta pareció ser no.
“Yo diría que entre el 60% y 70% de nosotros
estábamos ansiosos por sacrificarnos por el emperador, pero el resto
probablemente cuestionaba la razón de por qué tenían que hacerlo”, me dijo
Osamu Yamada, de 94 años, en su casa en Nagoya, en el centro de Japón.
Antes de llevar a cabo su misión, la guerra
terminó.
“Estaba soltero en ese momento y no tenía nada que
me detuviera, así que tenía un pensamiento genuino en mente y es que debía
entregarme para defender Japón. Pero aquellos que tenían familia debieron haber
pensado de forma muy diferente”.
Keiichi Kuwahara, de 91 años, fue uno de los que no
pudo dejar de pensar en su familia.
Me contó sobre el momento en que le dijeron que iba
a ser parte de la unidad kamikaze.
“Me quedé pálido. Solo tenía 17 años. Tenía miedo.
No quería morir”, dijo.
“Había perdido a mi padre el año anterior, así que
solo éramos mi madre y mi hermana mayor para mantener a la familia. Les enviaba
dinero de mi salario. Y pensé: ¿qué pasará si muero? ¿Cómo va a comer mi
familia?”.
Entonces, los motores del avión funcionaron mal y
se vio obligado a regresar, se sintió aliviado.
Pero en los papeles, Kuwahara figuraba como
voluntario. “¿Fui forzado o fui voluntario? Es una pregunta difícil de
responder si no entiendes la esencia del ejército”, dijo.
El profesor Sheftall cuenta que agrupaban a los
pilotos y les pedían que levantaran la mano si no querían ser voluntarios. En
medio de la presión de los compañeros, casi nadie podía decir rechazar la
misión.
Kuwahara, con 17 años fue convocado para formar
parte de la unidad kamikaze. (Foto: Keiichi Kuwahara) Keiichi Kuwahara tenía 17 años y recuerda
haberse “quedado pálido” cuando le dijeron que formara parte de la unidad
kamikaze. (Foto cortesía de Keiichi Kuwahara)
A menudo al kamikaze se los compara con los
terroristas de tiempos modernos que llevan a cabo misiones suicidas, pero
Kuwahara dijo que eso es incorrecto.
“Creo que son completamente diferentes”, opina
Kuwahara. “Las acciones de kamikaze se llevaron a cabo solo en tiempos de
guerra. Con el llamado Estado Islámico, los ataques son impredecibles”.
Yamada piensa que la palabra kamikaze, que
significa “viento divino” en japonés, es malinterpretada y se utiliza de manera
inapropiada en el resto de los idiomas sin entender el contexto histórico de lo
que Japón estaba enfrentando en ese momento.
“Me duele porque el concepto kamikaze fue mi
juventud. Era algo inocente. Realmente era algo puro. Era mucho más sublime.
Pero ahora se lo discute como si fuésemos inducidos”, dijo.
Después de la guerra, Kuwahara, que rechazaba su
misión, dijo que se sentía liberado y que tenía que pensar en cómo reconstruir
el país.
Pero Yamada se tomó un tiempo para adaptarse.
“Estaba desorientado, me sentí impotente, perdí mi
sentido del yo, como si me hubieran sacado el alma de mi cuerpo”, recuerda.
“Como pilotos kamikaze, estábamos preparados para
morir, así que cuando me enteré de que fuimos derrotados, sentí que el mundo se
me vino encima”.
Fue la necesidad de trabajar, conseguir comida y
sobrevivir en Japón después de la guerra lo que lo mantuvo en movimiento.
Y el mismo hombre por el que había estado dispuesto
a morir, el emperador Hirohito, finalmente al salir de la guerra dio el ejemplo
estrechándole la mano a los estadounidenses.
Emperador Hirohito en 1942 Los kamikaze daban la
vida por el emperador Hirohito en 1942.
“El emperador, su majestad, era el corazón de
Japón. Creo que la presencia del emperador Hirohito ayudó a los japoneses a
recuperarse de la guerra”, analiza.
Para la generación de posguerra de Japón, las
experiencias de los antiguos pilotos kamikaze son inimaginables, incluso para
sus propios familiares.
“Pero cuando pienso en su vida, me doy cuenta que
mi vida no es solo mía”, me dijo la nieta de Yamada, Yoshiko Hasegawa.
“Estoy obligada a vivir por aquellos que podrían
haber nacido como hijos y nietos de los soldados que murieron durante la
guerra”.
El nieto de Kuwahara, mientras tanto, no está al
tanto de lo que pasó su abuelo cuando era un piloto de aprendiz de 17 años.
“Pero este es el Japón pacífico que quería crear”,
sonríe. Para él, la ignorancia de su nieto es una prueba de que el país dejó
atrás su doloroso pasado.
Fuente: https://aeronauticapy.com