13 de mayo de 2019
LA AVIACIÓN MILITAR ESPAÑOLA INNOVA Y CONQUISTA
El 7 de febrero de 1914, un monoplano Nieuport IV-G
con los distintivos de la Aviación Militar Española, cruzaba en once minutos el
Estrecho de Gibraltar, que por primera vez era superado por la ruta aérea. El Capitán
Emilio Herrera pilotaba el aeroplano, que había partido del aeródromo de Sania
Ramel, en Tetuán de las Victorias, poco después de las quince horas de dicho
día; el también Capitán Ortiz Echagüe acompañaba en calidad de pasajero este
vuelo pionero, que transcurridas dos horas y treinta y cinco minutos concluía
con éxito en la pista de La Cota, cerca de Sevilla.
Emilio Herrera Linares, natural de Granada, nació
el 13 de febrero de 1878, en el seno de una familia de tradición militar y,
remontando la historia, con antecedente ilustre en Juan de Herrera, arquitecto
del monasterio de El Escorial y de la catedral de Valladolid entre otras joyas
hispanas. Con tales antecedentes, ingresó en la Academia Militar de Ingenieros
en 1896.
Su primer contacto con la aeronáutica tuvo lugar en
1903, asistiendo a la Escuela Práctica de Aerostación, en Guadalajara; en 1905
obtuvo el título de piloto de globo de 1ª categoría.
Militar e investigador científico, vocacional de
ambas disciplinas, colaboró con el físico y matemático Esteban Terradas en el
estudio de la oscilación del péndulo continuo, elevándose en un globo para
estudiarlo prácticamente en 1905, en tierras burgalesas, acompañado por otro
afamado piloto aerostático, Jesús Fernández Duro, a bordo del Cierzo,
realizando observaciones científicas con ocasión del eclipse de sol del 30 de
agosto.
El Cierzo fue un globo mítico en la aeronáutica
española.
En 1908, Emilio Herrera Linares estableció el récord
de España de altura, alcanzando los 6000 metros.
En 1909 recibió su bautismo de fuego la Aerostación
española. Durante la campaña de protección a la ciudad de Melilla, el Capitán
Herrera integrado en la compañía de Aerostación, dirigió el tiro de las
baterías de obuses contra las concentraciones de moros en las barrancadas del
Zoco el Had de Beni Sicar, al tiempo que levantaba croquis del terreno a
vanguardia de las tropas, especialmente del macizo del Gurugú, de complicada
orografía y punto fuerte para el ataque contra o la defensa de la plaza de
Melilla. Con su habilidad para el dibujo, Emilio Herrera realizó croquis y
panorámicas oportunos para el desarrollo de las operaciones de afianzamiento.
El bautismo de aire en aeroplano lo recibió Emilio
Herrera en 1911. Este año le sería entregado el título de piloto de aeroplano
formando parte de la 1ª promoción de aspirantes españoles. Suyo fue el primer
enlace aéreo entre Marruecos y la Península, llevando a Sevilla un mensaje del
Alto Comisario, General Marina, al rey Alfonso XIII allí presente, que premio
la hazaña del piloto con el nombramiento de gentilhombre.
Prosiguió la campaña de Marruecos al mando de una
escuadrilla de monoplanos Nieuport IV-G, reconociendo las diversas zonas
encomendadas desde el aire y apoyando el avance de las tropas de tierra.
Emilio Herrera Linares.
La Aviación Militar modernizó sus aparatos de vuelo
con la adquisición en 1915 de doce biplanos Curtiss Jn2 Jenny, seis de ellos en
versión hidroavión. Para las pruebas y transporte a España, desde los Estados
Unidos y Canadá, de los aviones se designó al Comandante Herrera, ascendido por
méritos de guerra, acompañado por el Alférez de Navío Viniegra. En esa época,
Herrera tuvo ocasión de conocer de primera mano la industria aeronáutica
norteamericana.
A comienzos de 1918, recibió el encargo de
proyectar y construir un laboratorio aeronáutico, tarea que completó con la creación
de un túnel aerodinámico, totalmente original, adelantándose a todos cuantos
existían en Europa, lo que contribuyó decisivamente al desarrollo de la
Aviación nacional en los años veinte.
Elegido en 1919 vicepresidente de la Real Sociedad
Matemática; en 1928, tras recibir condecoraciones y distinciones del más alto
nivel, fue nombrado director y profesor de la Escuela Superior Aerotécnica, y
poco después, ascendido a Teniente Coronel, ideó el que puede considerarse
primer traje espacial de la historia, a partir de las necesidades aeronáuticas
del momento. Su diseño permitía a quien lo vistiera ascender en un globo de
barquilla abierta superando los 26000 metros cúbicos de capacidad, fabricado en
el Regimiento de Aerostación de Guadalajara, hasta zonas altas de la atmósfera
con aire enrarecido y temperaturas muy bajas. La escafandra, llamada
"estratonáutica", consistía en una cobertura completa de caucho
impermeable que protegía al "estratonauta", viajero por la
estratosfera, un casco especial de acero con visor frontal equipado con
filtros, una cobertura de tela resistente y otra superpuesta constituida por
hilos de acero y placas de duraluminio articuladas para facilitar los
movimientos. Superó una prueba a casi veinte kilómetros de altitud.
En 1932 fue nombrado representante español en la
Conferencia de Desarme de la Sociedad de Naciones; y nombrado en 1933 miembro
de número de la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Con prestigio nacional e internacional como
humanista y científico a lo largo de su vida, representando a España en los
diferentes certámenes que tuvieron lugar sobre materias de su amplia
competencia, Emilio Herrera Linares encarnaba las virtudes y los empeños del
militar científico, hombre de gran curiosidad, inteligencia creativa, enorme
cultura, moralmente íntegro y de trato afable.
(Artículo basado en el estudio del historiador
militar Emilio Herrera Alonso).
Fuente: http://www.momentosespañoles.es