10 de mayo de 2019
RAID SOBRE BARI
Bari fue el bombardeo más singular de la guerra en
Europa. No sólo por la magnitud del desastre que supuso para los Aliados, ya
que perdieron decenas de navíos en su puerto, sino por un suceso que recordó a
la Primera Guerra Mundial con la liberación accidental de gas mostaza que segó
cuantiosas vidas y dejó secuelas gravísimas entre la población italiana hasta
1983.
Preludio
Desde que los Aliados habían comenzado la invasión
de Italia en septiembre de 1944, el puerto de Bari con 300.000 habitantes se
convirtió en el principal centro logístico de suministros en el Mar Adriático.
Partiendo de Bari, los víveres, municiones y en general las tropas marchaban
hacia la Línea Gustav más al norte, donde los alemanes resistían en una cruenta
batalla que se estaba alargando meses.
Como punto de partida hacia la Línea Gustav, Bari
solía estar atestado siempre de barcos amarrados en sus muelles, normalmente
cargueros de tropas y navíos militares. Sin embargo, los Estados Unidos cometió
una gran negligencia al hacer repostar en el puerto a su carguero SS John
Harvey, un barco que contenía en su interior 100 toneladas de bombas de gas
mostaza con fines experimentales. La autorización de atracar el navío allí se
saltaba por completo todas las normas de seguridad, ya que un material químico
de esas características tan peligrosas tenía prohibida la entrada en puertos no
homologados. Bastaría que un pequeño ataque aéreo dañase al barco para que se
desatase una gran tragedia. Y por si fuera poco el puerto apenas carecía de
baterías antiaéreas para defender su cielo. Aquella cadena de errores
conduciría al desastre.
Sin saber qué arma secreta portaban los americanos
en uno de los barcos de Bari, la Fuerza Aérea Alemana (Luftwaffe), decidió
bombardear el puerto con la finalidad de reducir la cadena de suministros de
los Aliados al frente hundiendo sus barcos de carga. El plan fue autorizado por
el Mariscal Wolfrang Von Richthofen para la tarde de 2 de diciembre de 1943,
cuando ese mismo día el piloto Werner Hahn a bordo de su avión de reconocimiento
Messerschmitt Me 210, descubrió que la seguridad de Bari era prácticamente
nula.
Raid sobre Bari
Un total de 105 aviones de bombardeo Junkers Ju 88
despegaron desde la base de Foggia en la República de Saló la tarde del 2 de diciembre
de 1943. Unos aparatos volaron directos atravesando la Península Italiana y
otros paralelos junto a la costa de Yugoslavia para despistar a los
observadores enemigos. Además, uno de los aviones lanzó papeles de aluminio
sobre los radares para confundir a los operadores. El movimiento previo fue un
éxito, pues cuando el centenar de Junkers Ju 88 aparecieron sobre Bari a las
19:25 horas, todo el puerto estaba desprevenido.
Bombardear Bari fue de lo más sencillo. Sin apenas
ser molestados por las baterías antiaéreas, los aviones alemanes apuntaron y
soltaron tranquilamente sus bombas sobre los barcos enemigos. Como si cazaran
patos, los navíos aliados fueron siendo hundidos uno a uno en un apocalipsis de
explosiones y de marineros saltando al agua. Solamente uno de los 105 aviones
utilizados fue derribado.
Puerto italiano de Bari bombardeado por la
Luftwaffe con barcos hundiéndose y gas mostaza siendo liberado a la atmósfera.
Fueron hundidos un total de 28 navíos que eran los
siguientes: doce barcos italianos cobeligerantes, entre estos el crucero
Barletta, el dragaminas Ardito, los dos patrulleros Porto Pisano y MB 1013, el
velero Inaffondabile, además de los siete mercantes Cassala, Corfú, Frosinone,
Goggiam, Genespesca II, Luciano Orlando y Volodda; cinco barcos canadienses,
entre ellos los cuatro mercantes SS Fort Athabasca, SS Fort Lajoire, SS Lars
Kruse y SS Testbank, más el patrullero HMCS Devon Coast; cinco cargueros
estadounidenses, los SS John Bascom, SS John Harvey, SS John Motley, SS Joseph
Wheeler y SS Samuel Tilden; los tres cargueros noruegos libres SS Bollsta, SS
Norlom y SS Lom; los dos cargueros polacos libres SS Lwów y SS Puck; y el
carguero francés libre Aude.
También resultaron dañados otros 12 barcos en el
ataque. Fueron el destructor neozelandés HMSNZ Zetland, el patrullero italiano
cobeligerante Argo; los cuatro mercantes canadienses SS Bicester, SS Brittany
Coast; SS Crista y SS Vienna; los tres cargueros estadounidenses SS Grace
Abbott, SS Lyman Abbot y SS John Schofield; el mercante soviético Dagö; el
mercante holandés libre SS Odysseus; y el mecante noruego libre SS Vest.
Muchos barcos fueron enviados a pique y muchas vidas
humanas se perdieron en el bombardeo de Bari, pero lo peor estaba por venir.
Uno de los barcos impactados por las bombas fue el SS John Harvey que contendía
los depósitos de gas mostaza, los cuales fueron abiertos, liberando su
mortífera carga al aire. Los primeros en entrar en contacto con el gas fueron
los marineros del navío y otros de los barcos cercanos, a los que rápidamente
empezó a corroérseles la piel, a tener problemas respiratorios y a morir entre
insoportables espasmos de dolor. La fuga de gas mostaza se extendió a la misma
ciudad de Bari a continuación, causando igual efecto entre su población civil.
Fue una experiencia terrible, pues montones de ciudadanos de Bari se
desplomaron como moscas por las calles y viviendas, mientras fallecían entre
fuertes convulsiones. La tragedia fue horrible, pues a causa del gas mostaza
murieron 700 marineros y 1000 civiles.
Resultado
Sin duda el raid sobre Bari fue un nuevo Pearl
Harbor para los Aliados. No sólo por encajar una derrota catastrófica en número
de barcos hundidos, sino por el elevado número de bajas a costa de no sufrir
apenas pérdidas los atacantes.
Los Aliados perdieron la impresionante cifra de 28
barcos, 1 crucero, 1 dragaminas, 3 patrulleros, 23 cargueros y 1 velero; por
nacionalidad 12 italianos cobeligerantes, 5 estadounidenses, 5 canadienses, 3
noruegos libres, 2 polacos libres y 1 francés libre. Otros 12 navíos resultaron
dañados, 1 destructor, 1 patrullero y 10 cargueros; por nacionalidad 4
canadienses, 3 estadounidenses, 1 soviético, 1 holandés libre, 1 noruego libre
y 1 italiano cobeligerante. Murieron aproximadamente 2000 personas, de las cuales
1000 fueron militares y otros 1000 civiles.
Alemania solamente perdió un avión bombardero
Junkers Ju 88.
Terminada la II Guerra Mundial, los efectos del
bombardeo a Bari se notaron en las siguientes generaciones. El gas mostaza
liberado en la ciudad permaneció durante décadas, enfermando por ello muchas
personas que irían muriendo con el paso del tiempo o tendrían secuelas
gravísimas. A pesar de todo Washington ocultó la tragedia, siendo
desclasificados los primeros archivos en 1967, fecha demasiado tardía.
Hasta 1986, es decir, más de cuarenta años después,
Bari no fue desinfectada totalmente del gas mostaza. Ese mismo año Estados
Unidos tuvo que pagar indemnizaciones a las víctimas por su negligencia.
Fuente: https://www.eurasia1945.com