Por Rafael
de Madariaga Fernández
Nació:
El 24 de mayo de 1892 en Málaga
Murió:
El 25 de noviembre de 1974 en Ciudad de México (México)
Ocupación:
Aviador militar.
Nacido
en el seno de una familia militar, su padre Antonio Camacho Benítez, era Capitán
de Infantería, y estaba casado con Marta Benítez Vallarino. En junio de 1910
ingresó como alumno en la Academia Administrativa Militar, que luego se
convertiría en Academia de Intendencia. Cuatro años más tarde aparece como Oficial
Tercero de Intendencia en la Subintendencia Militar de Ceuta y en junio de 1916
es destinado como oficial segundo transformado en Teniente del mismo Cuerpo y
asignado a la Comandancia de Tropas de Intendencia de la misma ciudad. En
octubre de 1920 era ya Capitán del mismo Cuerpo y figuraba destinado en la
Comandancia de Tropas de Intendencia de Campaña de Melilla.
Con el
empleo de Capitán asiste al curso de pilotos que se celebra en el aeródromo de
Cuatro Vientos, perteneciendo a la 10ª promoción, en la cual se encuadraron
aviadores distinguidos, como Ramón Franco, Joaquín González Gallarza, Loriga y
otros también muy destacados. Obtiene el título correspondiente en octubre de
1921 y es comisionado para el Servicio de Aeronáutica Militar en Melilla.
Inmediatamente pasa a la 3ª Escuadrilla de Havilland, en las Fuerzas Aéreas de
Melilla, dando comienzo a una labor destacada y continua de servicios de
guerra, siendo diaria su salida en vuelo para bombardeos, abastecimiento de
posiciones, protección de columnas, ametrallamiento de concentraciones y
reconocimiento y obtención de fotografías del campo enemigo.
Tiene
intervenciones heroicas en las que continuamente es citado por los partes de
operaciones, y entre ellas culmina el servicio del día 10 de octubre de 1924,
en el cual, al abastecer la posición de Ain Rapta, el avión que pilotaba, junto
con el observador Cipriano Rodríguez, recibe impactos que producen averías
importantes en el motor y heridas al piloto.
Cumple,
no obstante, su misión y trata de continuar en vuelo hacia el aeródromo, pero
al llegar sobre la posición de Tefer, también sitiada, comprueba que ha perdido
mucha altura, que no puede recuperar, por lo que decide refugiarse en ella y
consigue meter el aeroplano contra las alambradas. Participa con su observador
en la defensa de la posición hasta el 11 de noviembre, cuando fueron evacuados
por una columna que se abría paso en retirada hacia Mexerach.
Por
esta acción le será concedida la Medalla Militar individual y además se inicia
un expediente para concederle el ascenso a Comandante por méritos de guerra,
que le fue conferido en 1925, con fecha de 21 de enero de 1923. Las
condecoraciones que fue ganando iban llenando rápidamente su guerrera: en 1917,
la Medalla Militar de Marruecos; al año siguiente, el pasador de Melilla; en
1923, la Medalla al Mérito Militar con distintivo rojo por el 5º Período de
Operaciones; en 1925, la Medalla de Sufrimientos por la Patria; en 1926, la
Cruz de la Orden Militar de María Cristina y el nombramiento de gentilhombre de
cámara, “con ejercicio”; y finalmente, en 1927, la Medalla Militar Individual
ganada heroicamente aquel 10 de octubre de 1924 en que resultó herido. Todavía
en los años siguientes acumuló algunas distinciones más, sobresaliendo una vez
más en los sectores de Larache, Tetuán y Melilla, ascendiendo en 1927 a Teniente
Coronel de nuevo por méritos de guerra con fecha de 30 de septiembre del año
anterior. Permaneció en Marruecos sin interrupción cerca de seis años, tiempo
en el cual realizó seiscientos cincuenta servicios de guerra y más de
setecientas horas de vuelo.
En 1928
se le clasificó en la Escala de Aviación con la categoría de jefe de
Escuadrilla, realizando el curso de mandos en la Escuela de Los Alcázares y
obteniendo además el título de observador, volviendo a su escuadrilla de Nador
(Melilla), hasta su nombramiento como jefe del grupo número 10 de hidroaviones
destinado en la base de Hidros de Atalayón.
A
finales de 1930 se encontraba estacionado en ese mismo destino, causando baja
en febrero de 1931 en el Servicio de Aviación, sin duda a consecuencia de los
sucesos del mes de diciembre anterior. En abril de 1931, rehabilitado, se le
nombra para el mando de la 2ª Escuadra en Sevilla, donde poco después pasó a
situación de disponible. Resuelto expediente a su favor, fue sucesivamente
destinado a desempeñar los mandos de la base de Hidros de Atalayón, jefatura
del aeródromo de Cuatro Vientos y 1ª Escuadra del Aire en Getafe, donde le
sorprendió el inicio de la Guerra Civil.
Desde
los primeros momentos se manifestó afecto al gobierno de la República, dedicándose
a la organización y distribución de las fuerzas aéreas que quedan en la zona
gubernamental. Al constituirse el Gobierno de Largo Caballero y asumir
Indalecio Prieto el Ministerio de Marina y Aire, sustituye a Ángel Pastor en la
Subsecretaría del Aire. Toma a su cargo la reorganización de la aviación y
unifica en un solo cuerpo la Naval, Militar y Civil; crea escuelas, organiza la
defensa antiaérea y divide el territorio ocupado por los gubernamentales en
ocho regiones aéreas.
Cuando
en marzo de 1939, el jefe de Gobierno, Negrín, quiere continuar la guerra, a
pesar de estar virtualmente derrotado el ejército republicano, desempeña como General
la jefatura de las Fuerzas Aéreas del Centro. Camacho es uno de los militares
emplazados que más se opone a las ideas de Negrín en la reunión convocada al
efecto en el aeródromo de Los Llanos, lo que le induce a abandonar España. El
29 de marzo de 1939 embarcó en Gandía y abandonó el territorio nacional a bordo
de un navío de guerra inglés con destino a Londres. En aquella ciudad estuvo un
año y medio trabajando en la embajada de Chile. De allí marchó a México.
El
nuevo gobierno le abrió un procedimiento sumarísimo el 8 de agosto de 1940,
siendo declarado en rebeldía. Era notorio que no tenía a su cargo actos de
sangre ni había participado en delitos comunes. Sus acusaciones prescribieron
el 9 de octubre de 1967 y el sobreseimiento definitivo tuvo lugar el mes de
noviembre del mismo año.
En un
documento en el cual pedía permiso para visitar España durante dos meses hacía
constancia modestamente de sus méritos: recordaba que tenía una medalla militar
individual y dos colectivas, se declaraba católico apostólico romano y se
negaba a firmar los documentos que ante él extendía el representante de España
en México, el cual a pesar de esta negativa recomendaba que se le concediera el
permiso. El Coronel Camacho falleció de un paro cardíaco, a las nueve de la
noche, el 25 de septiembre de 1974 en el Sanatorio Español de México donde
estaba internado. A pesar de que la familia decidió que sus cenizas reposaran
en Getafe, esto no fue posible finalmente.
Fuente:
https://dbe.rah.es