HISTORIAS DE LA AVIACIÓN: ASES FRANCESES DE LA I GUERRA MUNDIAL

28 de enero de 2019

ASES FRANCESES DE LA I GUERRA MUNDIAL - GEORGES GUYNEMER

Georges Guynemer en 1917.

Capitán

Años de servicio 1915 - 1917

Servicio Servicio Aéreo

Unidad Escuadrones MS3, N3 y Spa3

Condecoraciones

Legión de Honor

Medalla Militar

Cruz de Guerra

D.S.O.

Orden de Leopoldo

Participó en Primera Guerra Mundial

Georges Marie Ludovic Jules Guynemer (*París, 24 de diciembre de 1894 - † Poelkcapelle (Bélgica), 11 de septiembre de 1917) fue un piloto y as de caza francés de la I Guerra Mundial condecorado con la Legión de Honor.

Guynemer fue el hijo de un erudito oficial francés cuyos antepasados estuvieron envueltos en hechos militares desde Carlomagno hasta Napoleón. Realizó sus estudios en el colegio Stanislas de París donde recibió honores en sus estudios de Matemáticas y Latín. Durante su infancia y juventud tuvo una constitución frágil que no le permitió realizar deportes violentos. En esa época su deseo era convertirse en ingeniero. Para distraerse, en sus días libres, recorría fábricas de motores.

Guynemer en febrero de 1916.

Imagen de un SPAD S.VII 2.

Al inicio de la guerra fue rechazado en las fuerzas armadas francesas debido a su debilidad física. Intentó tres veces más, en los meses que siguieron, con igual resultado. Ante este desaire no se dio por vencido y, en el campo de aviación de Pau, gracias a su tozudez y a la influencia de su padre, pues por aquel entonces muchos de sus antiguos camaradas eran generales, al fin fue admitido como estudiante de mecánica.

Guynemer asombró a sus compañeros debido a su capacidad de combinar la técnica aprendida en el colegio y sus habilidades prácticas adquiridas en las fábricas. Basó muchos de sus conocimientos en el Etude Raisoneé de l'Aeroplane de Jules Bourdeaux. Su primer vuelo lo realizó en un Blériot de 50 caballos el 10 de marzo de 1915. Su primera victoria la obtuvo el 19 de julio, al derribar un Aviatik, como parte de un vuelo de reconocimiento junto a su copiloto Guerder, formando parte de la escuadrilla Morane-Saulnier 3. Por este logro recibieron la Médaille Militaire. De hecho, sus primeras hazañas fueron todas unos acontecimientos que fueron resaltados en los diarios de París. El público recibió noticias alentadoras después de un invierno y primavera sin nada que celebrar. Rápidamente Guynemer fue considerado todo un héroe de guerra francés.

Un as letal

A la hora de volar, la aparente fragilidad de este aviador sufría una transformación que agudizaba todos sus sentidos. Un compañero de escuadrilla escribió de él: "su semblante era aterrador y sus miradas eran como latigazos". Su forma de atacar era la llamada acometida directa. Su habilidad, además, era aunada con un profundo conocimiento del avión que pilotaba. Tenía una avidez por pelear en el aire que rozaba lo irracional: poco tiempo dejaba sanar sus heridas - fue derribado siete veces- y no perdía tiempo en entrar nuevamente en combate.

Guynemer fue de los primeros pilotos en recibir un avión SPAD S.VII; al suyo lo bautizó "Vieux Charles" (Viejo Carlos). Con este aparato derribó, en un solo día, cuatro aviones enemigos. Oficialmente se le atribuyeron 53 victorias.

Guynemer decorado por el General Franchey d'Esperey en julio de 1917.

Final

Georges se convirtió poco a poco en un piloto irritable e implacable consigo mismo y con sus compañeros, un retraído que no celebraba sus victorias sino que las reservaba a su yo interno. Mientras, su fama crecía: las multitudes, y especialmente las mujeres, a quienes evadía con desdén, lo rodeaban y acosaban.

Fue considerado perdido en acción el 11 de septiembre de 1917. Un periódico Alemán anunció su caída a manos de Kurt Wisseman en un Jasta 3. Las multitudes en Francia tardaron en aceptar su pérdida. Su cuerpo nunca fue hallado.

L'Ilustration del 6 de octubre de 1917 mostró estas sentidas palabras: "No le vieron ni oyeron cuando cayó, su cuerpo y su máquina no fueron encontrados. ¿Adónde se fue? ¿Qué alas usó para ir a la inmortalidad? Nadie lo sabe: nada se sabe. Ascendió y no volvió, eso es todo. Quizá nuestros descendientes digan: VOLÓ TAN ALTO QUE YA NO REGRESÓ".