1 de enero de 2019
BATALLA AÉREA SOBRE BUENOS AIRES
Por Julio B. MUTTI
En junio de 1943, el gobierno de Castillo cayó en
manos de los militares que lo derribaron para instaurar un régimen de facto.
Cada vez más aferrados a la neutralidad que tanto irritaba a los Estados
Unidos, y en vistas de la total colaboración de Brasil con la causa aliada, lo
militares argentinos comenzaron a temer seriamente a una hipótesis de guerra
con el vecino país sudamericano. Brasil era intensamente armado por Estados
Unidos, mientras que la gran potencia ignoraba los reiterados pedidos de armas
de los argentinos. Éstos a su vez, exploraron otras opciones, llegando a
negociar seriamente con el Estado Mayor alemán el envío de material bélico.
A fines de 1943, mientras Berlín era devastada por
las incursiones aéreas de los aliados occidentales, el gobierno de facto
comenzó a prepararse para una incursión aérea hostil sobre la capital. Así, se
instruyó a la población civil mediante un impreso realizado por las Fuerzas
Armadas y se dio inicio a una serie de ejercicios de simulacro, que incluían a
toda la población, el principal de los cuales ser realizó a principios de
diciembre de 1943.
Crónica del ataque aéreo sobre Buenos Aires
"En el territorio de la capital se realizó la
noche el último de los ejercicios organizados para este año por el Comando de
Defensa Antiaérea del Interior, a fin de experimentar las medidas de
oscurecimiento en una extensión mucho mayor que los ensayos parciales
realizados hasta ahora; y probar a la vez la eficacia de los distintos medios
de alarma que deben aplicarse en caso de un hipotético ataque exterior."
El oscurecimiento
"Casi todas las casas de comercio terminaron
voluntariamente sus actividades a las 19. De tal modo, la gran masa de la
población tuvo oportunidad de dirigirse a sus residencias antes de la puesta
del sol.
A medida que avanzaba la noche, en las confiterías
y demás lugares de reunión se corrieron las cortinas y se adoptaron medidas
para evitar la salida de luz al exterior. Como en las otras ocasiones, no fue
encendido el alumbrado público y los ferrocarriles, tranvías, ómnibus,
colectivos y automóviles particulares y de alquiler lo hicieron con sus luces
interiores y exteriores considerablemente atenuadas. Los vestíbulos de los
teatros y cinematógrafos fueron preparados, como en los oscurecimientos
anteriores, con luces mortecinas…
Como anunciamos ayer, los vapores que habitualmente
zarparon en horas de la noche, adelantaron su salida para hacerlo dentro de las
horas de luz natural.
Personal de policía, así como de las reservan de la
repartición, constituidas por retirados, que se concentraron previamente en las
comisarías y empleados de la Dirección de Alumbrado de la Municipalidad,
recorrieron las zonas que les fueron asignadas para hacer corregir los defectos
de oscurecimiento. Por su parte, oficiales del comando realizaron inspecciones
por distintas zonas a fin de observar el acatamiento a las medidas dispuestas."
En el dique 3
"Mientras tanto, en inmediaciones del dique 3,
se constituyó el Comando de Defensa Antiaérea. También se reunieron regular
cantidad de espectadores, especialmente autorizados. El público en general se
situó en las aceras de la plaza Colón y en las de la avenida Leandro N. Alem,
Eduardo Madero, Ingeniero Huergo y demás de las inmediaciones, fuera de la zona
portuaria.
Alrededor de las 20.30 horas acudieron al lugar
donde se había instalado el comando el vicepresidente de la Nación y ministro
de guerra, el ministro de marina, funcionarios, así como muchos jefes y
oficiales. Por altavoces se hizo un somero relato de la situación de guerra
planteada."
Comienza la alarma
"Casi al mismo tiempo, se supo que habían
iniciado su vuelo desde la base aérea naval de Punta Indio los aviones que
realizarían el simulacro de ataque. Eran 6 aparatos Corsario y 5 Glenn Martin.
No tardaron en recibirse en la central de alarma establecida en el edificio del
Correo los avisos del servicio de vigilancia establecido, a cargo de personal
de las empresas telefónicas y telegráficas, de ferrocarriles y de correos y
telégrafos. De este modo fue siguiéndose la dirección y el recorrido de los
supuestos atacantes, en su marcha hacia el objetivo. Al acercarse a 60
kilómetros de la capital, la central de alarma impartió la alerta a las 20.50,
e inmediatamente, por medio de sirenas, campanas y pitos de fábricas se
difundió la advertencia del supuesto peligro. LA PRENSA, por medio de su sirena,
instalada en el viejo edificio de Av. De Mayo, dio las señales de la alarma y
del cese del peligro manteniendo el necesario servicio de comunicaciones y
cooperación.
A partir de ese momento, el tránsito de peatones y
de vehículos se ajustó a las disposiciones conocidas para tal emergencia,
Tranvías, ómnibus y "colectivos" detuvieron su marcha. Los demás
automóviles dejaron las calles llamadas de dirección y pararon en las
trasversales. Las personas debieron transitar con las precauciones
establecidas."
El simulacro de ataque
"No cesaban de recibirse, entretanto,
informaciones precisas de la aproximación de la escuadrilla simulaba el ataque.
Ante la inminencia de su llegada, se aprestaron las secciones de detectores y
proyectores luminosos situados en las dársenas norte y sur, así como las piezas
de artillería antiaérea livianas, establecidas en inmediaciones de los diques,
al este de la Casa de Gobierno y en la avenida costanera Tristán Achával
Rodríguez, vinculado todo ese sistema de defensa por una red de comunicaciones.
Los detectores no tardaron en situar a los aviones. Un grupo volaba sobre el
río, otro sobre la ciudad y el tercero en el centro de ambas formaciones. Casi
sobre el blanco, los faros que seguían automáticamente la dirección de los
detectores, fueron encendidos en forma instantánea y las tres escuadrillas
quedaron iluminadas por distintos haces de luz. Al mismo tiempo, las baterías
abrieron el fuego simulado con munición de fogueo. En la vía pública se
provocaron dos incendios para simular impactos de bombas…"
"Mientras se apagaban los incendios con
extinguidores, se convocó a una cuadrilla de reconocimiento de la
Municipalidad, la cual procedió a realizar trabajos, entre ellos la
construcción de un puentecillo de madera que se hizo en contados minutos.
Los aviones volvieron momentos después, siendo
nuevamente localizados y atacados por los tiros antiaéreos. Entonces se provocó
el incendio de los materiales acumulados en los restos del galpón de la Aduana.
Mientras llegaban los bomberos, el fuego alcanzó magnitud y la acción de la
artillería siguió constantemente. El trabajo de los bomberos se prolongó desde
las 21.17 hasta las 21.40, utilizándose varias líneas de mangueras, escaleras y
la bomba flotante del Ministerio de Obras Públicas que extraía agua del dique.
Al alejarse los aviones se comunicó el cese de la
alarma a las 21.41. También acudieron otros servicios auxiliares de
reparaciones de servicios eléctricos, de obras sanitarias y de la Asistencia
Pública, pero al solo objeto de ensayar su tránsito hasta el lugar, a través de
las calles a oscuras."
Un ejercicio con munición de guerra
"Cuando el incendio del galpón quedó dominado,
se realizó un ejercicio de tiro de artillería con munición de guerra,
utilizándose proyectiles luminosos, que produjeron la exacta sensación de su
eficacia contra blancos aéreos hipotéticos."
Palabras del vicepresidente y ministro de guerra
"En esta forma terminó el programa preparado,
y al retirarse, el vice presidente de la Nación y ministro de guerra revistó a
los vehículos y al personal civil y de voluntarios que se alinearon en las
cercanías del lugar. Al finalizar la inspección, el citado funcionario
pronuncio un breve discurso para señalar su satisfacción por los resultados
obtenidos y adelantar sus felicitaciones a los civiles, militares y voluntarios
que habían cooperado."
Cese del oscurecimiento
"Casi al mismo tiempo se convino en dar por
terminado el ensayo, acortando considerablemente el período del oscurecimiento.
A las 22 se ordenó por la Dirección de Alumbrado de la Municipalidad el
encendido de las luces de la vía pública, y 20 minutos después toda la ciudad
había recobrado su aspecto habitual…"
Una reflexión propia
Las baterías livianas de 20 mm pudieron ser
eficientes con los viejos Corsair de la década de los veinte, que estaban ya
obsoletos, o con los un poco más modernos Glenn Martin, que constituyeron entre
1937 y 1947 la espina dorsal de las escuadrillas de Bombardeo. Sin embargo, es
difícil imaginar que esas baterías livianas pudieran hacer algo si los EEUU
dotaban al Brasil de sus fantásticos bombarderos pesados de gran altitud.
Fuente: https://www.historiahoy.com.ar