11 de enero de 2019

LOS AVIONES NA F-86F, SABRE, EN LA FUERZA AÉREA ARGENTINA


 


En 1959 se concretó la compra de un lote de 28 F-86F-30, remanentes de la USAF, por parte de la Fuerza Aérea Argentina, los cuales fueron reacondicionados en las instalaciones de North American de Palmdale. El contrato contempló el reemplazo de las alas por las de la versión F-86F-40 las cuales contaban con slats de maniobra, además de la posibilidad de instalar cuatro soportes subalares.

 

A tal efecto fueron enviados pilotos con larga experiencia en el vuelo de los Gloster Meteor, para cumplir un intensivo entrenamiento en USA. Ya reacondicionados, los aparatos fueron trasladados a la Base Willians, en Arizona, donde se encontraban los pilotos y técnicos de la FAA a la espera de ser entrenados en el nuevo aparato.

Los Sabre arribaron a la Argentina en una serie de vuelos ferry, que comenzaron el 6 de septiembre de 1960, finalizando el 6 de diciembre del mismo año. Los aparatos fueron matriculados correlativamente desde C-101 al C-128.

 

Curiosamente, la posible adquisición del Sabre coincidía con el desarrollo del I.Ae-33 Pulqui II del cual ya se habían construido cinco prototipos y cuyo proyecto se encontraba notablemente avanzado. Lamentablemente, la posibilidad de adquirir el F-86 llevó a la cancelación del proyecto Pulqui II terminando con las aspiraciones de la Fuerza Aérea Argentina de contar con un caza de construcción propia a la vez que se culminaba con una década de apogeo tecnológico que se había manifestado ampliamente en la industria aeronáutica argentina.

Al inicio de su carrera operativa los Sabres fueron utilizados con el metal al natural, es decir sin ninguna pintura de camuflaje. 



 

Los nuevos aviones estaban destinados al Grupo 1 de Caza-Bombardeo, unidad integrada a la IV Brigada Aérea, con sede en el Plumerillo, Provincia de Mendoza. Los 28 ejemplares se organizaron en dos escuadrones, el primero plenamente operativo y el segundo destinado al entrenamiento de futuros pilotos de Sabre. Se cree que al menos 2 ejemplares fueron desactivados y almacenados en depósito como fuente de repuestos.

La incorporación de los Sabres introdujo a la FAA en un mundo de nuevas tecnologías y prestaciones. Por primera vez los pilotos argentinos utilizaban trajes de vuelo anti-G lo que demuestra las prestaciones del F-86 en el vuelo maniobrado. El radar de tiro era otra innovación que permitía desarrollar nuevas tácticas de combate en donde la precisión en el lanzamiento de armas cobraba notable importancia.

En su larga vida operativa, el Sabre participó en gran cantidad de ejercicios y concursos de combate, obteniendo la mayoría de ellos, lauros de verdaderos ganadores, como lo demuestra el haber ganado el concurso de tiro aire-tierra organizado por la FAA en el campo de tiro de Las Lajas, Mendoza, donde participaron en forma conjunta con la USAF y la Fuerza Aérea Peruana.

Tomaron parte en el Operativo Ayacucho, del cual participaron conjuntamente tropas de aire y tierra de EEUU, Venezuela, Colombia, Paraguay y Perú. Llevándose a cabo en este último país, debido a una creciente actividad comunista que era necesario combatir. Otros ejercicios regulares fueron los llevados a cabo sobre Pampa de Olaen, provincia de Córdoba o el Operativo Yunka, en la provincia de Formosa.

 


Cuatro F-86F-40 volando en formación sobre Mendoza.

Hacia fines de 1961, y en orden de conmemorar las Bodas de Oro de la FAA, se creó la Escuadrilla Cruz del Sur como equipo de acrobacia aérea. A diferencia del esquema standard de aluminio pulido, utilizado desde su arribo al país por los F-86F, estas máquinas estaban decoradas con un llamativo motivo en colores rojo, azul, amarillo y blanco, portando en el empenaje el dibujo de la constelación de la Cruz del Sur. La primera aparición formal se realizó el 12 de enero de 1962 durante un show aéreo celebrado en la Base de la VI Brigada Aérea de Tandil, Provincia de Buenos Aires.


 

Hacia fines de los ´70 fueron cesando sus vuelos para quedar hangarados esperando ser vendidos a Uruguay, cosa que nunca ocurrió.

Durante la crisis con Chile en 1978 por los desacuerdos fronterizos los Sabres fueron rápidamente desplegados a Río Gallegos desde donde proyectarían la cobertura aérea y defensa de gran parte del sur argentino.

Fue puesto nuevamente en servicio a principios de 1982. De abril a junio de 1982 los 10 F-86F permanecieron en El Plumerillo, Mendoza cumpliendo 437 horas de vuelo en misiones CAP en la zona de Cuyo.

Resulta poco probable que el alto mando de la FAA haya tenido la idea o la intención de utilizar un avión tan obsoleto y anticuado, con una autonomía escasa y sin posibilidades de ser reabastecido en vuelo, por no hablar de la obsolescencia de su armamento compuesto por ametralladoras pesadas de 12.7 mm, en el conflicto de Malvinas.

Los Sabre estaban ya con muchas horas encima y a pesar que en la región podría haber tenido, con suerte, alguna probabilidad de éxito, no estaba en condiciones de enfrentar a un Sea Harrier armado con AIM-9L Sidewinder.

Durante la postguerra la utilización del Sabre se intensificó debido a las fuertes pérdidas sufridas por la IV Brigada Aérea durante la guerra que involucró a varios A-4C Skyhawk. Sin embargo, el desgaste y los años de las células se hacían notar que sumado a un fatal accidente provocado por el desprendimiento de un ala en vuelo, sellaría definitivamente su destino operativo y motivaron a la desprogramación de este sistema de armas, el último vuelo de un Sabre se registró el 15 de agosto de 1986, concluyendo así una distinguida carrera operativa que duro 26 años.