25 de enero de 2019

RAID DOOLITTLE



El “Raid Doolittle” fue una de las misiones especiales más arriesgadas de la II Guerra Mundial. Pensada como una manera de “vengar” Pearl Harbor, se ideó un innovador plan para albergar bombarderos a bordo de un portaaviones con los que aproximarse a las costas de Japón y bombardear su capital, Tokio.

Plan de los Estados Unidos

Justo dos días después del ataque de Japón a Pearl Harbor, el 9 de diciembre de 1941, fueron numerosos los militares del Estado Mayor que alzaron su voz reclamando un bombardeo similar sobre el territorio de Japón. A pesar de que, por aquel entonces Estados Unidos no estaba preparado para una acción de este calibre, el Presidente Franklin Delano Roosevelt fue cambiando de parecer cuando al Secretario de Guerra, Henry Stimson, le confió las siguientes palabras: “Me complacería mucho que nuestros bombarderos lograran arrojar algunas bombas sobre Tokio”.

El 17 de enero 1942 un grupo de altos oficiales del Ejército Estadounidense cercanos a la Casa Blanca, que encabezó el Capitán de Navío James Low, estudiaron las posibilidades de atacar el territorio metropolitano de Japón y encontraron varios inconvenientes que catalogaron del siguiente modo:


  • El primero era que debía efectuarse desde portaaviones, exponiendo esta arma tan preciada en un momento en que escaseaban, debido a que Estados Unidos había perdido todas sus bases en Asia tras la caída de Filipinas
  • El segundo que la incursión debía realizarse con bombarderos medios y no con aviones embarcados porque su capacidad de daño era mayor y también su autonomía para aterrizar en países aliados como China o la Unión Soviética.

Así fue como tras varias semanas de deliberaciones, finalmente Roosevelt se decidió por un plan más que improvisado y a la vez arriesgado, consistente en atacar Japón mediante un escuadrón de dieciséis bombarderos B-25 Mitchell procedentes del portaaviones USS Hornet que, tras aproximarse al archipiélago nipón soltaría a sus aparatos y daría media vuelta hacia las Islas Hawái;  posteriormente los aviones tomarían tierra en la China del Kuomintang, en los Aeródromos de Lishui, Kwelein, Kian, Yushan y Chuchow.

El único problema a partir de entonces era cuándo despegar porque las circunstancias podían hacer variar cualquier planificación previamente establecida. Por dicho motivo se fijaron tres posibles hipótesis:


  • Los bombarderos se harían al cielo de la madrugada a una distancia entre 400 y 650 millas náuticas de la costa japonesa, lo justo para comenzar el bombardeo al amanecer y completar las 1200 millas náuticas que les llevarían después a China;
  • Atacar a plena luz del día con las desventajas que ello suponía a la hora de esquivar las piezas de artillería antiaéreas y los cazas;
  • Lanzar el raid de noche, casi a ciegas porque los aparatos de primera fila soltarían las bombas sobre cualquier parte de la ciudad para que con los incendios generados la iluminación del fuego guiara al resto.

A nivel técnico, llevar a cabo un ataque con bombarderos desde un portaaviones planteaba un reto de ingeniería porque no existía ningún buque ni avión adaptado para ese propósito. Se confiscó un B-25 Mitchell a la Aerolínea “Mid-Continent Airlines” de Minneapolis al que se le redujo el peso y se lo dotó de una mayor capacidad para albergar combustible y cámaras fotográficas. A partir de esta reconversión, los test posteriores con los B-25 Mitchell restantes fueron un éxito, cuando los ingenieros sometieron a los aparatos a evaluación durante los días 1 al 2 de febrero de 1942.


Una vez superadas las pruebas, las tripulaciones comenzaron el curso de adiestramiento en el Campo Eglin de Carolina del Sur, donde los pilotos se convirtieron en auténticos profesionales del despegue sobre pistas cortas, parecidas a las de los portaaviones. Bastó solamente un mes para que de los veintidós B-25 Mitchell, después de perderse uno tras un accidente, dieciséis fueran escogidos para llevar a cabo la misión. De este modo, y de forma inmediata, los aviones seleccionados volaron en secreto, para despistar a posibles espías alemanes, a Phoenix, California, San Antonio, Sacramento y finalmente a la Bahía de San Francisco, al mismo tiempo en que el portaaviones USS Hornet, procedente del Océano Atlántico cruzó el Canal de Panamá y se presentó en la ciudad de San Francisco para recibir los bombarderos.


A la Fuerza Aérea Estadounidense (USAF), al mando del Comandante Henry Arnold “Hap”, se le asignó la responsabilidad de la dirección del ataque que se conocería como “Raid Doolittle”, en honor al Coronel James “Jimmy” Doolittle de 47 años, quien estaría al mando de la operación y que encabezaría el vuelo de los dieciséis aviones B-25 Mitchell.


Simultáneamente la Flota Estadounidense (US Navy) dispuso la 16º Fuerza de Tareas del Almirante William “Bull” Halsey Jr, para transportar a los bombarderos que irían a bordo del portaaviones USS Hornet. Dos submarinos se adelantaron al resto de la escuadra como fuerza de reconocimiento.


Finalmente, se designó al General Joseph Stillwell como enlace con el Ejército Chino en las zonas controladas por la China del Kuomintang del Presidente Chiang Kai-Shek, donde aterrizarían los B-25 Mitchell tras el bombardeo.


La Fuerza de Tarea quedó conformada de la siguiente manera:


US Navy:
  • Portaaviones USS Hornet, Capitán Marc Mitscher
  • Portaaviones USS Enterprise, Capitán George Murray
  • Crucero USS Northampton, Capitán William Chandler
  • Crucero USS Salt Lake City, Capitán Ellis Zacharias
  • Crucero USS Vicennes, Capitán Frederick Riefkohl
  • Crucero USS Nashville, Capitán Francis Craven
  • Destructor USS Balch, Capitán Harold Timroth
  • Destructor USS Benham, Capitán Joseph Worthington
  • Destructor USS Ellet, Capitán Francis Gardner
  • Destructor USS Fanning, Capitán William Cooke
  • Destructor USS Grayson, Capitán Thomas Stokes
  • Destructor USS Gwin, Capitán John Higgins
  • Destructor USS Meredith, Capitán Harry Hubbard
  • Destructor USS Monssen, Capitán Roland Smoot
  • Petrolero USS Sabine, Capitán Houston Maples
  • Petrolero USS Cimarron, Capitán Russell Ihrig
  • Submarino USS Trout, Capitán Frank Wesley Fenno
  • Submarino USS Thresher, Capitán William Lovet.
  1. B-25 - 40-2344, James Doolittle, Richard Cole, Henry Potter, Fred Braener y Paul Leonard
  2. B-25 - 40-2292, Travis Hoover, William Fitzhugh, Carl Widner, Richard Miller y Douglas Radney
  3. B-25 - 40-2270 Robert Gray, Jacob Manch, Charles Ozuk, Aden Jones y Leland Faktor
  4. B-25 - 40-2282, Everett Holstrom, Lucian Youngblood, Harry McCool, Robert Stephens y Bert Jordan
  5. B-25 - 40-2283, David Jones, Ross Wilder, Eugene McGurl, Denver Truelove y Joseph Manske
  6. B-25 - 40-2298, Dean Hallmark, Robert Meder, Chase Nielsen, William Dieter y Donald Fitzmaurice
  7. B-25 - 40-2261, Ted Lawson, Dean Davenport, Charles McClure, Robert Clever y David Thatcher
  8. B-25 - 40-2242, Edward York, Robert Emmens, Nolan Herndon, Nolan Herndon, Theodore Laban y David Pohl
  9. B-25 - 40-2303, Harold Watson, James Parker Jr., Thomas Griffen, Wayne Bissell y Eldred Scott
  10. B-25 - 40-2250, Richard Joyce, Royden Stork, Horace Crouch, Horace Crouch, George Larkin Jr. y Edwin Horton
  11. B-25 - 40-2249, Ross Greening, Kenneth Reddy, Frank Kappeler, William Birch y Melvin Gardner
  12. B-25 - 40-2278, William Bower, Thadd Blanton, William Pound Jr., Waldo Bither y Omer Duquette
  13. B-25 - 40-2247, Edgar McElroy, Richard Knobloch, Clayton Campbell, Robert Bourgeois y Adam Williams
  14. B-25 - 40-2297, John Hilger, Jack Sims, James Macia, James Macia, Jacob Eierman y Edwin Bain
  15. B-25 - 40-2267, Donald Smith, Griffin Williams, Howard Sessler, Howard Sessler, Edward Saylor y Thomas White
  16. B-25 - 40-2268, William Farrow, Robert Hite, George Barr, Jacob DeShazer y Harold Spatz
Defensa de Japón

En Japón jamás se imaginaron que, en una fecha tan temprana, año 1942, los Estados Unidos se atreviesen a bombardear el territorio nipón y mucho menos la capital de Tokio. Por dicha razón el Mando Tierra-Mar-Aire que compartían el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea Imperial Japonesas distribuía la protección del espacio aéreo de forma muy limitada. Así pues, la protección antiaérea se reducía a nueve distritos que incluían Honshû, Kyûshû, Shikoku, Hokkaido, las Islas Ryûkyû, las Islas Kuriles y Sajalín, Formosa, Corea y Port Arthur, siendo el dispositivo de Tokio mucho más modesto con nueve radares del Tipo A y cinco estaciones de radio instaladas sobre el litoral.

Red de Defensa Antiaérea:
  • Distrito de Ominato Minor
  • Distrito de Maizuru
  • Distrito de Yokosuka
  • Distrito de Kure
  • Distrito de Osaka
  • Distrito de Chinkai
  • Distrito de Sasebo
  • Distrito de Port Arthur
  • Distrito de Mako

La Comandancia General de Defensa, al mando del Príncipe Higashikuni Naruhiko, disponía en Tokio de los 5º y 244º Regimientos Aéreos con más de 500 cañones antiaéreos de 75 milímetros y un escuadrón de 30 aviones anticuados, Ki-27, en el Aeródromo de Chofu. Simultáneamente la V Flota Norte, al mando del Vicealmirante Hosogaya Boshiro, protegía la costa de la capital con la 21ª División de Cruceros compuesta por siete navíos entre los que se contaban el portaaviones Kaga, dos cruceros ligeros, un destructor, un dragaminas, un cañonero y un portahidroaviones; además la 26ª Flota Aeronaval del Almirante Yamagata Massato, incluía 176 aviones del tipo Zero, Aichi Val, Nakajima Kate y Mitsubishi G4M Betty.

5ª Flota del Norte:

26ª Flotilla Aérea, Almirante Yamagata Massato
  • Grupo Kisarazu, 27 bombarderos Mitsubishi G4M Betty
  • Grupo Misawa, 27 bombarderos Mitsubishi G4M Betty
  • Grupo Kanoya, 27 bombarderos Mitsubishi G4M Betty
Sección de Isla Marcus, 9 bombarderos Mitsubishi G4M Betty

4ºGrupo Aéreo, 8 bombarderos Mitsubishi G4M Betty
6º Grupo Aéreo, 15 cazas Zero

21ª División de Cruceros, Vicealmirante Hosogaya Boshiro
  • Crucero Tama
  • Crucero Kiso
  • Destructor Sagi
  • Dragaminas Hakuho Maru
  • Cañonero Kaiho Maru
  • Portahidroaviones Kimikawa Maru
  • Independientes, Capitán Jisaku Okada
  • Portaaviones Kaga, 63 aviones: 18 cazas Zero/18 bombarderos en picado Aichi Val/27 torpederos Nakajima Kate
Comandancia General de Defensa:

Distrito Oriental Tokio-Yokohama-Kawasaki, Príncipe Higashikuni Naruhiko
  • 244º Regimiento Aéreo, 30 aviones caza Ki-27
  • 5º Regimiento Aéreo, 35 aviones caza Ki-61 Hien
  • 500 Cañones Antiaéreos
Travesía

A las 10:00 horas del 2 de abril de 1942 el portaaviones USS Hornet, con los dieciséis bombarderos B-25 Mitchell del Coronel James Doolittle a bordo, zarpó de la Bahía de San Francisco junto a los cruceros USS Vicennes y USS Nashville, los destructores USS Gwin, USS Meredith, USS Grayson y USS Monssen, y el petrolero USS Cimarron.

Gracias a la espesa niebla, nadie en la ciudad de San Francisco se percató de su salida; mientras que una vez en alta mar, recibió escolta de varios hidroaviones PYB Catalina que acompañaron a la escuadra hasta la caída de la noche. A partir de entonces se modificó el sistema de comunicaciones a modo seguro con la radio en silencio y con la activación de señales lumínicas por semáforos. Así fue como se realizó la primera parte de la travesía, siendo una etapa aburrida y dedicada al ocio para las tripulaciones; hasta que, transcurrida una semana, a las 12:32 horas del 8 de abril, la otra escuadra conformada por el portaaviones USS Enterprise, los cruceros USS Salt Lake City y USS Northampton, los destructores USS Balch, USS Benham, USS Ellet y USS Fanning, y el petrolero USS Sabine, dejaron atrás la rada de Pearl Harbor, en las Islas Hawái y se internaron en el Océano Pacífico.

 
Los B-25 Mitchell a bordo del portaaviones USS Hornet.

Mientras tanto en Japón, los dos submarinos estadounidenses, USS Thresher y el USS Trout, que patrullaban el archipiélago como avanzadilla, comenzaron a emitir los primeros informes acerca de la escasa vigilancia en las costas e incluso a protagonizar ataques contra el tráfico naval.

El 9 de abril de 1942 el sumergible USS Trout lanzó torpedos contra un carguero en aguas de Hokkaido que no hicieron impacto. Durante la jornada del 10, el USS Thresher, que navegaba junto a la Bahía de Tokio, cerca de Inubo Saki por donde precisamente volarían los aviones del “Raid Doolittle”, disparó y hundió, en poco menos de tres minutos, al mercante Shinsho Maru que desapareció bajo el agua con 3039 toneladas.

Alrededor de las 16:30 horas del 12 de abril de 1942, las dos escuadras de la “Fuerza de Tareas 16” que encabezaban los portaaviones USS Hornet y USS Enterprise, unieron sus fuerzas en las coordenadas latitud 38º 00′ Norte y 180º 00′ Este del Océano Pacífico. Desde entonces los dieciséis navíos prosiguieron la marcha mientras los pilotos se ejercitaban en la misión y estudiaban mapas del archipiélago nipón elaborados por Stephen Jurika, antiguo Agregado Militar en Tokio, antes del estallido de la II Guerra Mundial, que voluntariamente había accedido a realizar el viaje con ellos.

Sin sufrir contratiempos, el 17 de abril, la “Fuerza de Tareas 16”, que navegaba a 16 nudos, se situó a sólo 1000 millas náuticas del Japón. Curiosamente aquel mismo día, el Coronel James Doolittle ofició una ceremonia consistente en atar a las bombas todas aquellas medallas de paz que los japoneses habían regalado a los Estados Unidos, como gesto de buena voluntad, antes de la contienda. Según los testigos de este suceso sus palabras fueron: “Se las devolveremos con intereses”.

Incidente del “Nitto Maru”

Fijada la fecha del “Raid Doolittle” para el día 19 de abril de 1942, los acontecimientos se precipitaron cuando a las 3:10 horas del anterior, el oficial Robert Boettcher que estaba a cargo del radar del portaaviones USS Enterprise detectó un eco desconocido en su pantalla a 20000 yardas de distancia. Rápidamente la escuadra varió el rumbo de navegación unos 350º y a las 5:08 horas se ordenó despegar a una patrulla de tres bombarderos en picado Douglas SBD Dauntless. Una vez en el aire, y transcurridos 14 minutos de vuelo, a las 5:22 horas, uno de los aviones interceptó una embarcación de carácter desconocida a 42 millas náuticas de la flota. Tan sólo dos horas después, a las 7:44 horas de la mañana, fue el portaaviones USS Hornet el que avistó, a unas 10000 yardas al misterioso navío, al cual identificó como el pesquero armado japonés Nitto Maru que inmediatamente transmitió a Tokio la presencia de portaaviones en las inmediaciones. La “Fuerza de Tareas 16” acababa de ser descubierta en la posición marítima latitud 28º 0′ Norte y 164º 0′ Este.

 
Despegue del primer B-25 Mitchell perteneciente al Coronel James Doolittle rumbo a Tokio.

A las 7:53 horas, el crucero USS Nashville comenzó a disparar con sus baterías hacia el pesquero armado nipón Nitto Maru, mientras a bordo del portaaviones USS Hornet el Coronel James Doolittle convocaba una reunión de emergencia. Según se expuso en la tensa conferencia, iba a ser necesario adelantar 24 horas la misión a pesar de que la escuadra todavía se encontraba a una distancia de 650 millas náuticas de la costa japonesa de Inubo Saki, 300 kilómetros más de lo previsto y por tanto a 1200 kilómetros del archipiélago, lo que implicaba que muchos de los aviones no tendrían autonomía suficiente para alcanzar China.

Sorprendentemente los ochenta tripulantes aceptaron su destino y ninguno vaciló en la operación suicida que se avecinaba porque de forma inmediata, y con previsión de dejar todo preparado antes de las 8:00 de la mañana, las tripulaciones y los técnicos comenzaron a trabajar para reducir el peso de los aviones, añadirles combustible extra y sustituir las ametralladoras por palos de escoba pintados, para simular armamento y de paso aliviar algunos kilogramos. A las 8:20 horas, el primer B-25 Mitchell liderado por Doolittle rodó por la pista del portaaviones USS Hornet y alzó el vuelo, seguido poco después por el resto de los bombarderos que se tambalearon por la fuerza del viento o casi rozaron el agua, a pesar de ello se reagruparon sin problemas en el aire y pusieron rumbo hacia Japón.

La situación con el pesquero armado Nitto Maru se complicó porque el crucero USS Nashville erró todos sus disparos contra la pequeña embarcación japonesa que se fue alejando. El portaaviones USS Enterprise puso en el aire a varios bombarderos en picado Dauntles SBD Douglas y cazas Wildcat que atacaron al barco con bombas, todas fallaron y con fuego de ametralladora que sólo provocó daños leves en su casco. Curiosamente, y aunque el pesquero sobrevivió a todos los ataques aéreos, sus maniobras de evasión para evitar los aviones facilitaron nuevamente al crucero USS Nashville aproximarse y centrar el blanco con sus torretas de gran calibre. Acto seguido, los artilleros abrieron fuego e impactaron en la embarcación Nitto Maru que, a las 8:23 horas, se hundió en la posición 35º 50′ Norte y 153º 40′ Este, quedando únicamente dos supervivientes que fueron rescatados del agua. Hasta ese momento, el costo para acabar con un objetivo tan fácil había sido de 928 salvas de cañón en 29 minutos, lo que preocupó mucho a los oficiales de artillería de la Flota estadounidense al comprobar que el entrenamiento y puntería de sus artilleros era pésimo, esta experiencia daría lugar a futuros cambios en las escuelas de instrucción. Una vez pasado el peligro, la “Fuerza de Tareas 16” giró 90º para regresar a las Islas Hawái dejando como fuerza de cobertura en su estela de retaguardia, al crucero USS Nashville y al destructor USS Gwin.

Raid sobre Tokio

El vuelo de los B-25 Mitchell hacia Tokio no fue muy agradable porque hubo muchas turbulencias y el clima brumoso ralentizó el avance de los aviones que consumieron más gasolina de la prevista. Durante el trayecto, los nerviosos pilotos preguntaron a Doolittle que harían en el caso de ser derribados, a lo que este respondió: “Sería el último hombre en quedar en el avión y después volaría hasta el objetivo más cercano para estrellarme contra él”. Mientras las conversaciones entre las tripulaciones intentaban aliviar la tensión, el escuadrón sobrevoló las primeras agrupaciones de barcos japoneses entre los que contabilizaron un gran número de patrulleros, petroleros, cargueros y transportes. Finalmente, y tras tres horas de vuelo en que el tiempo mejoró, con un cielo despejado y soleado, a las 12:00 horas del mediodía los dieciséis B-25 Mitchell avistaron, en el horizonte las costas de Japón.

Los resultados del ataque fueron los siguientes:

1er Avión, Coronel Doolittle: Identificable por ser el primero de la formación, atravesó 50 millas desde el avistamiento de Japón hasta sobrevolar Tokio. A pesar de que su radar detectó una formación de cazas japoneses Hien Kawasaki Ki-61 que despegaba a 10 millas de distancia, el aparato sobrevoló el corazón de la capital y arrojó su carga de bombas que destruyó varios edificios y causó el pánico entre una atónita población civil. Curiosamente la alarma no sonó hasta que el avión concluyó su misión y abandonó Tokio, volando hacia el sur en forma de “S” para despistar a los cazas entre las montañas y colocar rumbo a China.

2º Avión, Teniente Hoover: Siguiendo la estela del avión de Doolittle, este bombardero se separó cuanto comenzó a sobrevolar la costa de Japón. Una vez que el aparato alcanzó el centro de la capital, arrojó dos bombas fragmentarias, que al estallar provocaron considerables pérdidas materiales en dos fábricas y otras dos bombas incendiarias que chamuscaron un muelle. Acto seguido y tras ser molestado por un débil fuego de la artillería antiaérea, rodeó Kawasaki y luego Yokohama para escapar hacia el sur.

3er Avión, Teniente Gray: Lejos del grueso de la formación, este avión ingresó a Japón a través de Yokohama y a continuación atacó Tokio, abriendo sus compuertas sobre el distrito de Chiba. La primera bomba demolió una fábrica de gas, la segunda incendió una fábrica de productos químicos y las dos últimas provocaron importantes daños en un complejo industrial cercano al Palacio Imperial del Emperador Hirohito. Incluso el avión tuvo tiempo de ametrallar unos barrancones militares del Ejército Imperial Japonés, generando el pánico y la confusión entre los soldados alojados, antes de huir del archipiélago en dirección a China.

4º Avión, Teniente Hosltrom: A diferencia del resto del escuadrón, el cuarto aparato perdió un tanque de combustible poco antes de llegar a las costas de Japón, lo que redujo peligrosamente su velocidad y autonomía de vuelo. A este problema se añadió el ataque de dos cazas japoneses Kawasaki Ki-61 Hien en las afueras del archipiélago, de los cuales consiguió evadirse tras una rápida maniobra, aunque arrojando su carga de bombas en medio del Océano Pacífico y emprender la fuga hacia China sin siquiera haber tenido oportunidad de participar en el “Raid Doolittle”.

5º Avión, Capitán Jones: A la cabeza de la segunda oleada del “Raid Doolittle”, tuvo que sortear un nutrido fuego de artillería de las baterías antiaéreas a la altura del Palacio Imperial de Tokio. A pesar de las dificultades, logró soltar todas sus bombas que hicieron impacto del siguiente modo: la primera bomba eliminó un depósito de gasolina que ardió intensamente, la segunda destruyó completamente una fábrica de ladrillos de altas chimeneas, la tercera pulverizó una planta industrial de manufacturas y la cuarta generó daños en una zona de factorías. Hasta ese momento aquel fue el avión que más blancos alcanzó antes de dar media vuelta y dirigirse hacia el sur.

6º Avión, Primer Teniente Hallmark: La misión de este aparato fue la más breve de todos ya que cuando comenzó a sobrevolar la zona de las industrias de Tokio, la tripulación decidió arrojar las cuatro bombas sobre el mismo objetivo. Las bombas explosionaron en la Fábrica Central de Acero de Tokio que resultó completamente destruida mientras el B-25 escapaba a toda prisa hacia China.

7º Avión, Teniente Lawson: Curiosamente era el B-25 que llevaba atadas las medallas de paz del Gobierno Japonés a las bombas que los norteamericanos arrojaron sobre Tokio, el mismo lugar donde se habían diseñado. Los efectos se catalogaron del siguiente modo: la primera bomba destruyó una fábrica de locomotoras y trenes, la segunda dañó levemente una factoría de cemento y madera, y la tercera y la cuarta explosionaron cerca del Palacio Imperial matando a algunos transeúntes que paseaban por la zona.

8º Avión, Teniente York: Fue el avión que más problemas tuvo durante el bombardeo de Tokio. Al alcanzar la capital de Japón fue cegado por una nube de gases tóxicos procedentes de las fábricas y chimeneas que afectaron la vista de la tripulación. A raíz de este inconveniente, el bombardero accionó las bombas al azar que casualmente cayeron sobre una zona de factorías y ferrocarriles a los que causaron serios daños. Sin embargo, la mala suerte de la tripulación no terminó ahí porque como consecuencia de un fallo en el combustible, generado accidentalmente días antes por los técnicos de la Base de Sacramento en Estados Unidos, le fue imposible dirigirse hacia el sur debido a la escasa gasolina y por tanto tuvo de cambiar el rumbo hacia el norte, para aterrizar en la neutral Unión Soviética.

9º Avión, Teniente Watson: Fue víctima de los proyectiles de los cañones antiaéreos que tuvo que sortear en cuanto sobrevoló Japón, el avión provocó serios daños con sus cuatro bombas sobre la Planta de Gas y Energía Eléctrica de Tokio. Acto seguido fue atacado por un caza japonés Kawasaki Ki-61 Hien que le disparó desde la cola, aunque rápidamente el Sargento Elder Scott que operaba la ametralladora trasera abrió fuego y derribó al aparato nipón. El bombardero escapó hacia el sur y voló las costas de la Isla de Kyûshû, una escuadra naval compuesta por un acorazado. Dos cruceros japoneses descargaron sus armas antiaéreas contra el B-25 que, gracias a la pericia de su tripulación, esquivó los tiros de los tres buques y escapó ileso hacia China.

 
Vista aérea de un muelle de la Bahía de Tokio desde un B-25 Mitchell el 18 de abril de 1942 durante el “Raid Doolittle”.

10º Avión, Teniente Joyce: El último B-25 Mitchell que atacó Tokio arrojó su carga de bombas en dos tandas dobles: la primera dañó de gravedad una planta de acero y la segunda mató a un gran número de civiles tras detonar los artefactos en medio de las calles del distrito de Chiba. Inmediatamente a la incursión, un caza Zero atacó al B-25 al que recibió varios impactos en la cola como en el fuselaje, hasta que el Sargento Horton tomó una de las ametralladoras y tras una certera ráfaga derribó al avión japonés. De nada sirvió la presencia de un segundo caza Zero que salió a interceptarle porque el B-25 aumentó la velocidad y se fugó hacia el continente de Asia.

Raid sobre Yokohama

11º Avión, Capitán Greening: La ciudad de Yokohama fue el segundo gran objetivo del “Raid Doolittle” cuando el undécimo avión se presentó ante la ciudad para ser inesperadamente atacado por cuatro cazas Kakasaki Ki-61 Hien, dos de los cuales lo flanquearon por la derecha y otros dos por la izquierda. Milagrosamente, y en una hazaña espectacular, el Sargento Gardner que operaba la ametralladora trasera disparó con su arma varias ráfagas largas que derribaron a dos de los cazas japoneses y ahuyentaron al resto que se alejaron tras efectuar una maniobra de evasión. Una vez a salvo de enemigos, el B-25 arrojó las bombas a escasa distancia del suelo para terminar explosionando en una refinería de petróleo y almacenaje que quedaron prácticamente arrasadas, produciendo una tremenda onda expansiva que agitó al propio avión. A continuación, y en lugar de tratar de huir, el bombardero se dirigió al puerto de Yokohama para ametrallar a varios pesqueros sobre los muelles y hundir a una de estas embarcaciones, antes de escapar definitivamente hacia el sur y poner rumbo a China.

12º Avión, Teniente Bower: Este avión entró a Yokohama a través del distrito de Chosi esquivando el fuego de las baterías antiaéreas emplazadas por el Ejército Imperial Japonés a las afueras, las cuales derribaron por error a algunos de sus propios globos de observación. Acto seguido el avión se dirigió hacia la zona industrial para lanzar sus bombas del siguiente modo: las dos primeras dañaron la Refinería de Ogura y las otras dos causaron desperfectos en dos edificios y en una vía de ferrocarril. Acto seguido y a pesar del riesgo, el avión efectuó un ametrallamiento en vuelo rasante sobre una centralita eléctrica a la que provocó un cortocircuito y una maniobra parecida contra los muelles hasta hundir un barco de vela y huir hacia el sur.

Raid sobre Yokosuka

13er Avión, Teniente McElroy: Curiosamente el objetivo de este B-25 era el puerto de Yokohama hasta que, por mera casualidad del destino, justo cuando sobrevolaba Yokosuka, descubrió un astillero con el portaaviones japonés Ryuho en construcción que estaba a punto de ser terminado. Sin dudarlo un instante y como un buque de esas características era un blanco prioritario, la tripulación modificó el plan inicial y soltó las cuatro bombas contra el portaaviones que impactaron sobre el navío levantando su casco del agua, inclinándole de estribor y causándole daños muy graves que lo dejarían inutilizado medio año, siete marineros perdieron la vida; además de romper una de las gigantescas grúas del puerto que cayó contra el suelo y calcinar varias instalaciones y edificios de alrededor.

Raid sobre Nagoya

14º Avión Capitán Hilger: La ciudad de Nagoya constituyó un objetivo igual, en importancia que Tokio y Yokohama. El decimocuarto avión alcanzó en secreto esta ciudad tras volar a escasa distancia del suelo sobre Ohama, Takahama y Kariya para hacer su aparición por encima del Barrio de Kashikawa y remontar el Río Hori hacia la zona industrial. Allí el aparato abrió sus compuertas y soltó las cuatro bombas con los siguientes efectos: la primera derrumbó una serie de barracones del Ejército Imperial Japonés, la segunda hizo arder un depósito de combustible, la tercera dañó la Fábrica de Aviones de Atsuta y la cuarta causó grandes desperfectos en la Factoría de Aviones Mitsubishi. Sorprendentemente tan graves fueron los incendios generados que algunos tardarían en apagarse más de 48 horas, concretamente el 20 de abril. Luego puso rumbo a China

16º Avión, Teniente Farrow: Numerado como el decimosexto bombardero, el decimoquinto se dirigió a Kobe, este B-25 que en principio iba destinado a Osaka, modificó la ruta debido al nutrido fuego de artillería antiaérea que recibió en las afueras de dicha ciudad y se dirigió a Nagoya. Sería precisamente sobre esta metrópoli donde incendió un depósito de combustible y dañó una fábrica de aviones, antes de escapar ileso hacia China.

Raid sobre Kobe

15º Avión, Teniente Smith: El puerto de Kobe fue la última ciudad atacada durante el “Raid Doolittle” aquella jornada del 18 de abril de 1942. El B-25 que protagonizó esta incursión se encontró sobre Kobe con un avión civil comercial japonés de construcción estadounidense, un Douglas DC-3 Dakota, así como con un portaaviones en construcción y otros buques mayores, a los cuales decidió ignorar para seguir adelante con la misión original. De este modo, en cuanto se situó sobre la zona industrial de la urbe, arrojó sus bombas de la siguiente manera: la primera generó destrozos en una fábrica de acero del Barrio de Uyenoshita, la segunda causó daños en el Astillero de Kawasaki situado en Punta Kawa, la tercera destruyó varias infraestructuras de una central eléctrica y la cuarta provocó desperfectos en la Fábrica de Aviones Kawasaki, incluso el Teniente Smith tuvo tiempo de anotar sobre un papel eventuales objetivos para futuros bombardeos sobre Kobe. A continuación, se dirigió hacia la Isla de Kyûshû para ser atacado por cazas y piezas de artillería antiaérea sin éxito porque el aparato esquivó todos los proyectiles y emprendió la fuga hacia China.

Retirada de la “Fuerza de Tareas 16”

La “FT 16”, que había iniciado el viaje de regreso hacia las Islas Hawái tras el exitoso “Raid Doolittle”, accedió, durante el trayecto de regreso, a una zona repleta de embarcaciones enemigas a las que se hizo preciso destruir. Se trataba de los diez pesqueros armados o patrulleros Nagato Maru, Awata Maru, Iwate Maru, Chokyu Maru, Asami Maru, Kaijin Maru, Chinyo Maru, Eikichi Maru, Kowa Maru, y Nanshin Maru.

A la caída de la tarde, el portaaviones USS Enterprise envió cazas Wildcat y bombarderos en picado Douglas SBD Dauntless contra las embarcaciones niponas. A pesar de que el patrullero Nagato Maru respondió con efectividad disparando sus ametralladoras y derribando a uno de los aviones SBD que cayó al mar, inmediatamente intervino el crucero USS Nashville que tras un par de cañonazos hundió a la pequeña embarcación nipona. Afortunadamente los buques norteamericanos recogieron del agua a los cinco marineros japoneses y al piloto norteamericano que se había estrellado.

 
Crucero estadounidense USS Nashville atacando a los pesqueros armados japoneses con fuego de batería de sus torretas.

La batalla entre la “FT 16” y los pesqueros armados se prolongó a lo largo de la tarde, siendo el portaaviones USS Enterprise y el crucero USS Nashville los dos principales buques en llevar el peso de la lucha. Así fue como los cazas Wildcat, procedentes del primero, hundieron al patrullero Iwate Maru y dañaron a los pesqueros Awata Maru, Chokyu Maru, Asami Maru, Kaijin Maru, Chinyo Maru, Eikichi Mau, Kowa Maru, y Nanshin Maru, lo que supuso la retirada de éstos y el final del combate.

Las tripulaciones

Como todos los B-25 partieron del portaaviones USS Hornet sin el combustible suficiente para alcanzar las zonas de aterrizaje previstas en China, el futuro tanto de los aparatos como de las tripulaciones fue bien distinto dependiendo la distancia a recorrer. Su destino fue el siguiente:

1er Avión: Doolittle se perdió mientras sobrevolaba China en busca de su aeródromo, por lo que la tripulación tuvo de saltar en paracaídas cerca de Tein Mu Chen para ser recogida por soldados chinos del Ejército del Kuomintang.
2º Avión: Realizó un aterrizaje forzoso sobre un arrozal en la China Nacional Reorganizada que era un “estado satélite” de Japón, aunque por suerte los pilotos fueron rescatados al cabo de tres días, el 21 de abril, por una patrulla del Kuomintang.
3er Avión: Se quedó sin gasolina en pleno vuelo y la tripulación saltó en paracaídas sobre la Cordillera de Chuchow, falleciendo por heridas el piloto, Leland Faktor, antes de que el resto de sus compañeros fueran acogidos por las tropas chinas.
4º Avión: Al acabarse el combustible, los tripulantes abandonaron el B-25 y fueron rescatados por soldados chinos en el distrito de Chugan.
5º Avión: Los aviadores dejaron el B-25 en pleno vuelo y descendieron en paracaídas sobre la Cordillera de Chuchow.
7º Avión: Amerizó sobre el Océano Pacífico a escasos metros de la costa de China, donde una vez en el agua, el artillero Tatcher arrastró a sus compañeros hasta la orilla para ser inmediatamente rescatados por soldados chinos, aunque el Teniente Lawson perdió una pierna que le amputaron en un hospital días después.
9º Avión: El aparato se estrelló sobre la provincia de Poyang justo unos segundos antes de que la tripulación saltara en paracaídas y fuera acogida por las tropas chinas del Kuomintang.
10º Avión: Los pilotos dejaron el bombardero y saltaron sobre la Cordillera de Chuchow sin incidentes.
11º Avión: Los aviadores abandonaron el B-25 y descendieron sobre la región de Hueichou que estaba bajo control del Kuomintang.
12º Avión: A causa de la niebla, los pilotos saltaron en paracaídas en una zona ocupada por el Ejército Imperial Japonés, aunque gracias a unos civiles chinos que les ocultaron en sus casas, las patrullas no consiguieron localizarles.
13er Avión: Fue desalojado en medio del vuelo y su tripulación descendió sobre Poyang para unirse a los soldados del Kuomintang.
14º Avión: Los tripulantes saltaron sobre un área sometida al control del Ejército Imperial Japonés, aunque por suerte unos campesinos les escondieron al caer la noche y evitaron su captura por parte de las tropas japonesas.
15º Avión: Vacío de combustible, amerizó junto a las costas de China, por lo que todos los tripulantes alcanzaron las playas a nado, curiosamente el médico y artillero Tom White fue quién amputó la pierna al Teniente Lawson del séptimo avión, lo que sin duda salvó su vida.

Solamente tres de los B-25 del “Raid Doolittle” no consiguieron llegar a la China del Kuomintang, siendo dos de las tripulaciones capturadas por el Imperio Japonés y una internada por la Unión Soviética. Su incierto futuro sería el siguiente:

 
Tripulación del “Raid Doolittle” rescatada por soldados chinos del Kuomintang.

6º Avion: Amerizó en el Océano Pacífico y la tripulación nadó a la costa; fue atendida por civiles chinos hasta que un oficial del Ejército Nankíng, que era satélite del Imperio Japonés, denunció a los pilotos siniestrados que inmediatamente fueron arrestados.
16º Avión: Los tripulantes saltaron en paracaídas sobre la ciudad de Nanchang que estaba ocupada por el Ejército Imperial japonés, por lo que al llegar al suelo fueron apresados por los soldados nipones que les esperaban. Un total diez tripulantes fueron cautivos: Dean Hallmark, William Farrow, Robert Meder, Chase Nielsen, William Dieter, Donald Fitzmaurice, Robert Hite, George Barr, Jacob DeShazer y Harold Spaz. A pesar de que en los juicios posteriores se solicitó la pena de muerte para todos, solamente fueron ejecutados William Farrow, Dean Hallmark y Harold Spatz el 15 de octubre de 1942. El resto fue deportado a un campo de concentración, donde a causa de la malnutrición fallecería Robert Meder el 1 de diciembre de 1943, aunque los otros seis sobrevivirían a la II Guerra Mundial y regresarían a los Estados Unidos.
8º Avión: Aterrizó en la Unión Soviética tomando tierra en el Aeropuerto de Vladivostok. A pesar de que el Capitán York solicitó a las autoridades del Ejército Rojo recargar carburante y proseguir con su trayecto a China, las tropas soviéticas apresaron a la tripulación y se apropiaron del B-25. La razón de esta actitud fue que Stalin no quería arriesgarse a una guerra abierta con Japón en el Lejano Oriente cuando estaba enfrascado en un brutal conflicto sobre el Frente Oriental contra Alemania. Así fue como el Capitán York, y los otros cuatro tripulantes Robert Emmens, Nolan Herndon, Theodore Laban y David Pohl, fueron internados en el campo de concentración de Okuna situado a 100 millas de Moscú, antes de ser trasladados al gulag de Okhansk en Siberia y después a la zona soviética de ocupación en Irán. A partir de entonces comenzó un cómodo cautiverio en el que el Gobierno de Washington tuvo que pagar 30000 rublos mensuales a la URSS por el mantenimiento de los internos. Sin embargo y contra todo pronóstico, en 1943 los cinco aviadores escaparon a la región de Persia controlada por Gran Bretaña y entonces pudieron ser repatriados a los Estados Unidos, posteriormente se sabría que la Policía Estatal del NKVD organizó la fuga en secreto con la finalidad de reforzar su alianza con los Aliados Occidentales.

Todos los miembros que participaron en el “Raid Doolittle” fueron galardonados con la Medalla Distinguida al Vuelo, incluyendo los fallecidos a título póstumo por orden del Presidente Franklin Delano Roosevelt. Respecto al Coronel James Doolittle, la Fuerza Aérea Estadounidense le ascendió a Brigadier General, le condecoró con la Medalla de Honor del Congreso y la prensa le convirtió simbólicamente en una especie de “héroe nacional”.

Consecuencias

El resultado del “Raid Doolittle” fue un éxito total para los Estados Unidos tanto a nivel propagandístico, como también estratégico por las nefastas consecuencias posteriores que tuvo para Japón. El motivo de esto último fue que el Estado Mayor Japonés interpretó erróneamente que los B-25 habían despegado del Atolón de Midway y que por tanto había que suspender el resto de operaciones sobre el Frente del Pacífico para neutralizar dicho objetivo. Así fue como se desarrolló la Batalla de Midway los días 4 y 6 de junio de 1942 que acabó en un completo desastre para la Marina Imperial japonesa tras perder cuatro portaaviones y con ello la supremacía naval en la Guerra del Pacífico.

Las pérdidas sufridas por Japón en el “Raid Doolittle” fueron mayores de lo esperado porque la Fuerza Aérea estadounidense sólo aspiraba a propinar al pueblo nipón un duro golpe moral. Aproximadamente más de treinta instalaciones, fábricas, industrias, plantas metalúrgicas o químicas, factorías de aviones o instalaciones militares de diversos tipos resultaron destruidas o dañadas, además de ser derruidos noventa edificios, quedar fuera de combate el portaaviones Ryuho, alrededor de medio año, derribados cuatro aviones de caza, tres Kawasaki Ki-61 Hien y un Zero, hundidos seis barcos, tres patrulleros, un mercante, un pesquero y un velero, y causar baja 300 civiles entre 50 muertos y 250 heridos.

La Fuerza Aérea estadounidense sufrió la pérdida de diecisiete aviones entre los que se contabilizaron los dieciséis B-25 Mitchell, la escuadrilla fue aniquilada en un 100% y un cazabombardero Douglas SBD Dauntless. Solamente se produjeron diecisiete bajas entre los pilotos de los que cinco fueron muertos, uno en accidente, tres ejecutados y otro fallecido en el cautiverio, un herido grave y once prisioneros, seis en Japón y cinco en la URSS.

China fue la nación que pagó el precio más alto por el “Raid Doolittle” en términos humanos porque Japón decidió llevar a cabo una venganza contra las zonas costeras que habían acogido a los pilotos de los B-25 Mitchell. Así fue como el Ejército Imperial japonés recorrió e incendió todas las aldeas que encontró a su paso, masacrando a sus habitantes y ejecutando a todo ser humano que encontró de por medio. También los arrozales fueron quemados y las cosechas arrasadas, lo que se tradujo en una hambruna local que también se cobraría un gran número de víctimas. Según los datos aportados posteriormente por el Kuomintang un total de 250000 civiles chinos fueron asesinados de diversas formas como represalia por el “Raid Doolittle”.

Cultura

El “Raid Doolittle” se convirtió como uno de los hitos de la Aviación del siglo XX y en una de las misiones especiales más arriesgadas de la II Guerra Mundial. En honor a este episodio se abrieron varios museos como en el Aeropuerto de Sacramento en California para recordar la base donde los pilotos se alojaron antes de partir a Japón o en el Campo Eglin de Florida donde los pilotos se entrenaron a los mandos de los B-25. Incluso el portaaviones USS Hornet II, el predecesor USS Hornet fue hundido durante la Batalla de las Islas Santa Cruz en 1942, albergó una sala dedicada al bombardeo sobre Tokio.

El cine fue el medio que más ensalzó el “Raid Doolittle” con una película estrenada en 1944, todavía en plena II Guerra Mundial, bajo el título de 30 Segundos sobre Tokio que interpretó el actor Van Johnson en el papel del Teniente Ted Lawson. Aquel mismo año 1944 se filmó Corazón Púrpura en honor a los pilotos capturados por los soldados japoneses durante el “Raid Doolittle”; mientras que en 2001 se estrenó Pearl Harbor que recreó el bombardeo sobre Japón con el actor Alec Baldwin representando la figura histórica del Coronel James Doolittle.

Curiosamente el 21 de abril de 1992 el portaaviones USS Ranger quiso imitar el “Raid Doolittle” con el despegue desde su cubierta de bombarderos B-25 Mitchell de la II Guerra Mundial que de nuevo volvieron a entusiasmar a los amantes de la aviación. Con este ejemplo y otros tantos muchos, el “Raid Doolittle” se convirtió en uno de los capítulos más populares de la Historia Aérea de la II Guerra Mundial.

Fuente: https://www.eurasia1945.com