El “Raid Doolittle” fue una de las misiones
especiales más arriesgadas de la II Guerra Mundial. Pensada como una manera de
“vengar” Pearl Harbor, se ideó un innovador plan para albergar bombarderos a
bordo de un portaaviones con los que aproximarse a las costas de Japón y
bombardear su capital, Tokio.
Plan de los Estados Unidos
Justo dos días después del ataque de Japón a Pearl
Harbor, el 9 de diciembre de 1941, fueron numerosos los militares del Estado
Mayor que alzaron su voz reclamando un bombardeo similar sobre el territorio de
Japón. A pesar de que, por aquel entonces Estados Unidos no estaba preparado
para una acción de este calibre, el Presidente Franklin Delano Roosevelt fue
cambiando de parecer cuando al Secretario de Guerra, Henry Stimson, le confió
las siguientes palabras: “Me complacería mucho que nuestros bombarderos
lograran arrojar algunas bombas sobre Tokio”.
El 17 de enero 1942 un grupo de altos oficiales del
Ejército Estadounidense cercanos a la Casa Blanca, que encabezó el Capitán de Navío
James Low, estudiaron las posibilidades de atacar el territorio metropolitano
de Japón y encontraron varios inconvenientes que catalogaron del siguiente
modo:
- El primero era que debía efectuarse desde
portaaviones, exponiendo esta arma tan preciada en un momento en que escaseaban,
debido a que Estados Unidos había perdido todas sus bases en Asia tras la caída
de Filipinas
- El segundo que la incursión debía realizarse con
bombarderos medios y no con aviones embarcados porque su capacidad de daño era
mayor y también su autonomía para aterrizar en países aliados como China o la
Unión Soviética.
Así fue como tras varias semanas de deliberaciones,
finalmente Roosevelt se decidió por un plan más que improvisado y a la vez
arriesgado, consistente en atacar Japón mediante un escuadrón de dieciséis
bombarderos B-25 Mitchell procedentes del portaaviones USS Hornet que, tras
aproximarse al archipiélago nipón soltaría a sus aparatos y daría media vuelta
hacia las Islas Hawái; posteriormente
los aviones tomarían tierra en la China del Kuomintang, en los Aeródromos de
Lishui, Kwelein, Kian, Yushan y Chuchow.
El único problema a partir de entonces era cuándo
despegar porque las circunstancias podían hacer variar cualquier planificación
previamente establecida. Por dicho motivo se fijaron tres posibles hipótesis:
- Los bombarderos se harían al cielo de la madrugada
a una distancia entre 400 y 650 millas náuticas de la costa japonesa, lo justo
para comenzar el bombardeo al amanecer y completar las 1200 millas náuticas que
les llevarían después a China;
- Atacar a plena luz del día con las desventajas que
ello suponía a la hora de esquivar las piezas de artillería antiaéreas y los
cazas;
- Lanzar el raid de noche, casi a ciegas porque los
aparatos de primera fila soltarían las bombas sobre cualquier parte de la
ciudad para que con los incendios generados la iluminación del fuego guiara al
resto.
A nivel técnico, llevar a cabo un ataque con
bombarderos desde un portaaviones planteaba un reto de ingeniería porque no
existía ningún buque ni avión adaptado para ese propósito. Se confiscó un B-25
Mitchell a la Aerolínea “Mid-Continent Airlines” de Minneapolis al que se le
redujo el peso y se lo dotó de una mayor capacidad para albergar combustible y
cámaras fotográficas. A partir de esta reconversión, los test posteriores con
los B-25 Mitchell restantes fueron un éxito, cuando los ingenieros sometieron a
los aparatos a evaluación durante los días 1 al 2 de febrero de 1942.
Una vez superadas las pruebas, las tripulaciones
comenzaron el curso de adiestramiento en el Campo Eglin de Carolina del Sur,
donde los pilotos se convirtieron en auténticos profesionales del despegue
sobre pistas cortas, parecidas a las de los portaaviones. Bastó solamente un
mes para que de los veintidós B-25 Mitchell, después de perderse uno tras un
accidente, dieciséis fueran escogidos para llevar a cabo la misión. De este
modo, y de forma inmediata, los aviones seleccionados volaron en secreto, para
despistar a posibles espías alemanes, a Phoenix, California, San Antonio,
Sacramento y finalmente a la Bahía de San Francisco, al mismo tiempo en que el
portaaviones USS Hornet, procedente del Océano Atlántico cruzó el Canal de
Panamá y se presentó en la ciudad de San Francisco para recibir los bombarderos.
A la Fuerza Aérea Estadounidense (USAF), al mando
del Comandante Henry Arnold “Hap”, se le asignó la responsabilidad de la
dirección del ataque que se conocería como “Raid Doolittle”, en honor al Coronel
James “Jimmy” Doolittle de 47 años, quien estaría al mando de la operación y
que encabezaría el vuelo de los dieciséis aviones B-25 Mitchell.
Simultáneamente la Flota Estadounidense (US Navy) dispuso
la 16º Fuerza de Tareas del Almirante William “Bull” Halsey Jr, para
transportar a los bombarderos que irían a bordo del portaaviones USS Hornet. Dos
submarinos se adelantaron al resto de la escuadra como fuerza de
reconocimiento.
Finalmente, se designó al General Joseph Stillwell como
enlace con el Ejército Chino en las zonas controladas por la China del
Kuomintang del Presidente Chiang Kai-Shek, donde aterrizarían los B-25 Mitchell
tras el bombardeo.
La Fuerza de Tarea quedó conformada de la siguiente
manera:
US
Navy:
- Portaaviones
USS Hornet, Capitán Marc Mitscher
- Portaaviones
USS Enterprise, Capitán George Murray
- Crucero
USS Northampton, Capitán William Chandler
- Crucero USS Salt Lake City, Capitán Ellis Zacharias
- Crucero USS Vicennes, Capitán Frederick Riefkohl
- Crucero USS Nashville, Capitán Francis Craven
- Destructor USS Balch, Capitán Harold Timroth
- Destructor USS Benham, Capitán Joseph Worthington
- Destructor
USS Ellet, Capitán Francis Gardner
- Destructor
USS Fanning, Capitán William Cooke
- Destructor
USS Grayson, Capitán Thomas Stokes
- Destructor
USS Gwin, Capitán John Higgins
- Destructor
USS Meredith, Capitán Harry Hubbard
- Destructor
USS Monssen, Capitán Roland Smoot
- Petrolero
USS Sabine, Capitán Houston Maples
- Petrolero
USS Cimarron, Capitán Russell Ihrig
- Submarino
USS Trout, Capitán Frank Wesley Fenno
- Submarino
USS Thresher, Capitán William Lovet.
- B-25
- 40-2344, James Doolittle, Richard Cole, Henry Potter, Fred Braener y Paul
Leonard
- B-25
- 40-2292, Travis Hoover, William Fitzhugh, Carl Widner, Richard Miller y
Douglas Radney
- B-25
- 40-2270 Robert Gray, Jacob Manch, Charles Ozuk, Aden Jones y Leland Faktor
- B-25
- 40-2282, Everett Holstrom, Lucian Youngblood, Harry McCool, Robert Stephens y
Bert Jordan
- B-25
- 40-2283, David Jones, Ross Wilder, Eugene McGurl, Denver Truelove y Joseph
Manske
- B-25
- 40-2298, Dean Hallmark, Robert Meder, Chase Nielsen, William Dieter y Donald
Fitzmaurice
- B-25
- 40-2261, Ted Lawson, Dean Davenport, Charles McClure, Robert Clever y David
Thatcher
- B-25
- 40-2242, Edward York, Robert Emmens, Nolan Herndon, Nolan Herndon, Theodore
Laban y David Pohl
- B-25
- 40-2303, Harold Watson, James Parker Jr., Thomas Griffen, Wayne Bissell y
Eldred Scott
- B-25
- 40-2250, Richard Joyce, Royden Stork, Horace Crouch, Horace Crouch, George
Larkin Jr. y Edwin Horton
- B-25
- 40-2249, Ross Greening, Kenneth Reddy, Frank Kappeler, William Birch y Melvin
Gardner
- B-25
- 40-2278, William Bower, Thadd Blanton, William Pound Jr., Waldo Bither y Omer
Duquette
- B-25
- 40-2247, Edgar McElroy, Richard Knobloch, Clayton Campbell, Robert Bourgeois
y Adam Williams
- B-25
- 40-2297, John Hilger, Jack Sims, James Macia, James Macia, Jacob Eierman y
Edwin Bain
- B-25
- 40-2267, Donald Smith, Griffin Williams, Howard Sessler, Howard Sessler,
Edward Saylor y Thomas White
- B-25
- 40-2268, William Farrow, Robert Hite, George Barr, Jacob DeShazer y Harold
Spatz
Defensa de Japón
En Japón jamás se imaginaron que, en una fecha tan
temprana, año 1942, los Estados Unidos se atreviesen a bombardear el territorio
nipón y mucho menos la capital de Tokio. Por dicha razón el Mando
Tierra-Mar-Aire que compartían el Ejército, la Marina y la Fuerza Aérea
Imperial Japonesas distribuía la protección del espacio aéreo de forma muy
limitada. Así pues, la protección antiaérea se reducía a nueve distritos que
incluían Honshû, Kyûshû, Shikoku, Hokkaido, las Islas Ryûkyû, las Islas Kuriles
y Sajalín, Formosa, Corea y Port Arthur, siendo el dispositivo de Tokio mucho
más modesto con nueve radares del Tipo A y cinco estaciones de radio instaladas
sobre el litoral.
Red de Defensa Antiaérea:
- Distrito de Ominato Minor
- Distrito de Maizuru
- Distrito de Yokosuka
- Distrito de Kure
- Distrito de Osaka
- Distrito de Chinkai
- Distrito de Sasebo
- Distrito de Port Arthur
- Distrito de Mako
La Comandancia General de Defensa, al mando del
Príncipe Higashikuni Naruhiko, disponía en Tokio de los 5º y 244º Regimientos Aéreos
con más de 500 cañones antiaéreos de 75 milímetros y un escuadrón de 30 aviones
anticuados, Ki-27, en el Aeródromo de Chofu. Simultáneamente la V Flota Norte,
al mando del Vicealmirante Hosogaya Boshiro, protegía la costa de la capital
con la 21ª División de Cruceros compuesta por siete navíos entre los que se
contaban el portaaviones Kaga, dos cruceros ligeros, un destructor, un
dragaminas, un cañonero y un portahidroaviones; además la 26ª Flota Aeronaval
del Almirante Yamagata Massato, incluía 176 aviones del tipo Zero, Aichi Val,
Nakajima Kate y Mitsubishi G4M Betty.
5ª Flota del Norte:
26ª Flotilla Aérea, Almirante Yamagata Massato
- Grupo Kisarazu, 27 bombarderos Mitsubishi G4M Betty
- Grupo Misawa, 27 bombarderos Mitsubishi G4M Betty
- Grupo Kanoya, 27 bombarderos Mitsubishi G4M Betty
Sección de Isla Marcus, 9 bombarderos Mitsubishi
G4M Betty
4ºGrupo Aéreo, 8 bombarderos Mitsubishi G4M Betty
6º Grupo Aéreo, 15 cazas Zero
21ª División de Cruceros, Vicealmirante Hosogaya
Boshiro
- Crucero Tama
- Crucero Kiso
- Destructor Sagi
- Dragaminas Hakuho Maru
- Cañonero Kaiho Maru
- Portahidroaviones Kimikawa Maru
- Independientes, Capitán Jisaku Okada
- Portaaviones Kaga, 63 aviones: 18 cazas Zero/18
bombarderos en picado Aichi Val/27 torpederos Nakajima Kate
Comandancia General de Defensa:
Distrito Oriental Tokio-Yokohama-Kawasaki, Príncipe
Higashikuni Naruhiko
- 244º Regimiento Aéreo, 30 aviones caza Ki-27
- 5º Regimiento Aéreo, 35 aviones caza Ki-61 Hien
- 500 Cañones Antiaéreos
Travesía
A las 10:00 horas del 2 de abril de 1942 el
portaaviones USS Hornet, con los dieciséis bombarderos B-25 Mitchell del Coronel
James Doolittle a bordo, zarpó de la Bahía de San Francisco junto a los
cruceros USS Vicennes y USS Nashville, los destructores USS Gwin, USS Meredith,
USS Grayson y USS Monssen, y el petrolero USS Cimarron.
Gracias a la espesa niebla, nadie en la ciudad de
San Francisco se percató de su salida; mientras que una vez en alta mar,
recibió escolta de varios hidroaviones PYB Catalina que acompañaron a la
escuadra hasta la caída de la noche. A partir de entonces se modificó el
sistema de comunicaciones a modo seguro con la radio en silencio y con la
activación de señales lumínicas por semáforos. Así fue como se realizó la
primera parte de la travesía, siendo una etapa aburrida y dedicada al ocio para
las tripulaciones; hasta que, transcurrida una semana, a las 12:32 horas del 8
de abril, la otra escuadra conformada por el portaaviones USS Enterprise, los
cruceros USS Salt Lake City y USS Northampton, los destructores USS Balch, USS
Benham, USS Ellet y USS Fanning, y el petrolero USS Sabine, dejaron atrás la
rada de Pearl Harbor, en las Islas Hawái y se internaron en el Océano Pacífico.
Los B-25 Mitchell a bordo del portaaviones USS
Hornet.
Mientras tanto en Japón, los dos submarinos
estadounidenses, USS Thresher y el USS Trout, que patrullaban el archipiélago
como avanzadilla, comenzaron a emitir los primeros informes acerca de la escasa
vigilancia en las costas e incluso a protagonizar ataques contra el tráfico
naval.
El 9 de abril de 1942 el sumergible USS Trout lanzó
torpedos contra un carguero en aguas de Hokkaido que no hicieron impacto. Durante
la jornada del 10, el USS Thresher, que navegaba junto a la Bahía de Tokio,
cerca de Inubo Saki por donde precisamente volarían los aviones del “Raid
Doolittle”, disparó y hundió, en poco menos de tres minutos, al mercante
Shinsho Maru que desapareció bajo el agua con 3039 toneladas.
Alrededor de las 16:30 horas del 12 de abril de
1942, las dos escuadras de la “Fuerza de Tareas 16” que encabezaban los
portaaviones USS Hornet y USS Enterprise, unieron sus fuerzas en las
coordenadas latitud 38º 00′ Norte y 180º 00′ Este del Océano Pacífico. Desde
entonces los dieciséis navíos prosiguieron la marcha mientras los pilotos se
ejercitaban en la misión y estudiaban mapas del archipiélago nipón elaborados
por Stephen Jurika, antiguo Agregado Militar en Tokio, antes del estallido de
la II Guerra Mundial, que voluntariamente había accedido a realizar el viaje
con ellos.
Sin sufrir contratiempos, el 17 de abril, la “Fuerza
de Tareas 16”, que navegaba a 16 nudos, se situó a sólo 1000 millas náuticas del
Japón. Curiosamente aquel mismo día, el Coronel James Doolittle ofició una
ceremonia consistente en atar a las bombas todas aquellas medallas de paz que
los japoneses habían regalado a los Estados Unidos, como gesto de buena
voluntad, antes de la contienda. Según los testigos de este suceso sus palabras
fueron: “Se las devolveremos con intereses”.
Incidente del “Nitto Maru”
Fijada la fecha del “Raid Doolittle” para el día 19
de abril de 1942, los acontecimientos se precipitaron cuando a las 3:10 horas del
anterior, el oficial Robert Boettcher que estaba a cargo del radar del
portaaviones USS Enterprise detectó un eco desconocido en su pantalla a 20000
yardas de distancia. Rápidamente la escuadra varió el rumbo de navegación unos
350º y a las 5:08 horas se ordenó despegar a una patrulla de tres bombarderos
en picado Douglas SBD Dauntless. Una vez en el aire, y transcurridos 14 minutos
de vuelo, a las 5:22 horas, uno de los aviones interceptó una embarcación de
carácter desconocida a 42 millas náuticas de la flota. Tan sólo dos horas
después, a las 7:44 horas de la mañana, fue el portaaviones USS Hornet el que
avistó, a unas 10000 yardas al misterioso navío, al cual identificó como el
pesquero armado japonés Nitto Maru que inmediatamente transmitió a Tokio la
presencia de portaaviones en las inmediaciones. La “Fuerza de Tareas 16”
acababa de ser descubierta en la posición marítima latitud 28º 0′ Norte y 164º
0′ Este.
Despegue del primer B-25 Mitchell perteneciente al Coronel
James Doolittle rumbo a Tokio.
A las 7:53 horas, el crucero USS Nashville comenzó
a disparar con sus baterías hacia el pesquero armado nipón Nitto Maru, mientras
a bordo del portaaviones USS Hornet el Coronel James Doolittle convocaba una
reunión de emergencia. Según se expuso en la tensa conferencia, iba a ser
necesario adelantar 24 horas la misión a pesar de que la escuadra todavía se
encontraba a una distancia de 650 millas náuticas de la costa japonesa de Inubo
Saki, 300 kilómetros más de lo previsto y por tanto a 1200 kilómetros del
archipiélago, lo que implicaba que muchos de los aviones no tendrían autonomía
suficiente para alcanzar China.
Sorprendentemente los ochenta tripulantes aceptaron
su destino y ninguno vaciló en la operación suicida que se avecinaba porque de
forma inmediata, y con previsión de dejar todo preparado antes de las 8:00 de
la mañana, las tripulaciones y los técnicos comenzaron a trabajar para reducir
el peso de los aviones, añadirles combustible extra y sustituir las
ametralladoras por palos de escoba pintados, para simular armamento y de paso
aliviar algunos kilogramos. A las 8:20 horas, el primer B-25 Mitchell liderado
por Doolittle rodó por la pista del portaaviones USS Hornet y alzó el vuelo,
seguido poco después por el resto de los bombarderos que se tambalearon por la
fuerza del viento o casi rozaron el agua, a pesar de ello se reagruparon sin
problemas en el aire y pusieron rumbo hacia Japón.
La situación con el pesquero armado Nitto Maru se
complicó porque el crucero USS Nashville erró todos sus disparos contra la
pequeña embarcación japonesa que se fue alejando. El portaaviones USS
Enterprise puso en el aire a varios bombarderos en picado Dauntles SBD Douglas
y cazas Wildcat que atacaron al barco con bombas, todas fallaron y con fuego de
ametralladora que sólo provocó daños leves en su casco. Curiosamente, y aunque
el pesquero sobrevivió a todos los ataques aéreos, sus maniobras de evasión para
evitar los aviones facilitaron nuevamente al crucero USS Nashville aproximarse
y centrar el blanco con sus torretas de gran calibre. Acto seguido, los
artilleros abrieron fuego e impactaron en la embarcación Nitto Maru que, a las
8:23 horas, se hundió en la posición 35º 50′ Norte y 153º 40′ Este, quedando
únicamente dos supervivientes que fueron rescatados del agua. Hasta ese momento,
el costo para acabar con un objetivo tan fácil había sido de 928 salvas de
cañón en 29 minutos, lo que preocupó mucho a los oficiales de artillería de la
Flota estadounidense al comprobar que el entrenamiento y puntería de sus
artilleros era pésimo, esta experiencia daría lugar a futuros cambios en las
escuelas de instrucción. Una vez pasado el peligro, la “Fuerza de Tareas 16”
giró 90º para regresar a las Islas Hawái dejando como fuerza de cobertura en su
estela de retaguardia, al crucero USS Nashville y al destructor USS Gwin.
Raid sobre Tokio
El vuelo de los B-25 Mitchell hacia Tokio no fue muy
agradable porque hubo muchas turbulencias y el clima brumoso ralentizó el
avance de los aviones que consumieron más gasolina de la prevista. Durante el
trayecto, los nerviosos pilotos preguntaron a Doolittle que harían en el caso
de ser derribados, a lo que este respondió: “Sería el último hombre en quedar
en el avión y después volaría hasta el objetivo más cercano para estrellarme
contra él”. Mientras las conversaciones entre las tripulaciones intentaban
aliviar la tensión, el escuadrón sobrevoló las primeras agrupaciones de barcos
japoneses entre los que contabilizaron un gran número de patrulleros,
petroleros, cargueros y transportes. Finalmente, y tras tres horas de vuelo en
que el tiempo mejoró, con un cielo despejado y soleado, a las 12:00 horas del
mediodía los dieciséis B-25 Mitchell avistaron, en el horizonte las costas de
Japón.
Los resultados del ataque fueron los siguientes:
1er Avión, Coronel Doolittle: Identificable por ser
el primero de la formación, atravesó 50 millas desde el avistamiento de Japón
hasta sobrevolar Tokio. A pesar de que su radar detectó una formación de cazas
japoneses Hien Kawasaki Ki-61 que despegaba a 10 millas de distancia, el
aparato sobrevoló el corazón de la capital y arrojó su carga de bombas que
destruyó varios edificios y causó el pánico entre una atónita población civil.
Curiosamente la alarma no sonó hasta que el avión concluyó su misión y abandonó
Tokio, volando hacia el sur en forma de “S” para despistar a los cazas entre
las montañas y colocar rumbo a China.
2º Avión, Teniente Hoover: Siguiendo la estela del
avión de Doolittle, este bombardero se separó cuanto comenzó a sobrevolar la
costa de Japón. Una vez que el aparato alcanzó el centro de la capital, arrojó
dos bombas fragmentarias, que al estallar provocaron considerables pérdidas
materiales en dos fábricas y otras dos bombas incendiarias que chamuscaron un
muelle. Acto seguido y tras ser molestado por un débil fuego de la artillería
antiaérea, rodeó Kawasaki y luego Yokohama para escapar hacia el sur.
3er Avión, Teniente Gray: Lejos del grueso de la
formación, este avión ingresó a Japón a través de Yokohama y a continuación atacó
Tokio, abriendo sus compuertas sobre el distrito de Chiba. La primera bomba
demolió una fábrica de gas, la segunda incendió una fábrica de productos químicos
y las dos últimas provocaron importantes daños en un complejo industrial
cercano al Palacio Imperial del Emperador Hirohito. Incluso el avión tuvo
tiempo de ametrallar unos barrancones militares del Ejército Imperial Japonés,
generando el pánico y la confusión entre los soldados alojados, antes de huir
del archipiélago en dirección a China.
4º Avión, Teniente Hosltrom: A diferencia del
resto del escuadrón, el cuarto aparato perdió un tanque de combustible poco
antes de llegar a las costas de Japón, lo que redujo peligrosamente su
velocidad y autonomía de vuelo. A este problema se añadió el ataque de dos
cazas japoneses Kawasaki Ki-61 Hien en las afueras del archipiélago, de los
cuales consiguió evadirse tras una rápida maniobra, aunque arrojando su carga
de bombas en medio del Océano Pacífico y emprender la fuga hacia China sin
siquiera haber tenido oportunidad de participar en el “Raid Doolittle”.
5º Avión, Capitán Jones: A la cabeza de la segunda
oleada del “Raid Doolittle”, tuvo que sortear un nutrido fuego de artillería de
las baterías antiaéreas a la altura del Palacio Imperial de Tokio. A pesar de
las dificultades, logró soltar todas sus bombas que hicieron impacto del
siguiente modo: la primera bomba eliminó un depósito de gasolina que ardió intensamente,
la segunda destruyó completamente una fábrica de ladrillos de altas chimeneas,
la tercera pulverizó una planta industrial de manufacturas y la cuarta generó
daños en una zona de factorías. Hasta ese momento aquel fue el avión que más
blancos alcanzó antes de dar media vuelta y dirigirse hacia el sur.
6º Avión, Primer Teniente Hallmark: La misión de
este aparato fue la más breve de todos ya que cuando comenzó a sobrevolar la
zona de las industrias de Tokio, la tripulación decidió arrojar las cuatro
bombas sobre el mismo objetivo. Las bombas explosionaron en la Fábrica Central
de Acero de Tokio que resultó completamente destruida mientras el B-25 escapaba
a toda prisa hacia China.
7º Avión, Teniente Lawson: Curiosamente era el
B-25 que llevaba atadas las medallas de paz del Gobierno Japonés a las bombas
que los norteamericanos arrojaron sobre Tokio, el mismo lugar donde se habían
diseñado. Los efectos se catalogaron del siguiente modo: la primera bomba
destruyó una fábrica de locomotoras y trenes, la segunda dañó levemente una
factoría de cemento y madera, y la tercera y la cuarta explosionaron cerca del
Palacio Imperial matando a algunos transeúntes que paseaban por la zona.
8º Avión, Teniente York: Fue el avión que más
problemas tuvo durante el bombardeo de Tokio. Al alcanzar la capital de Japón
fue cegado por una nube de gases tóxicos procedentes de las fábricas y
chimeneas que afectaron la vista de la tripulación. A raíz de este
inconveniente, el bombardero accionó las bombas al azar que casualmente cayeron
sobre una zona de factorías y ferrocarriles a los que causaron serios daños.
Sin embargo, la mala suerte de la tripulación no terminó ahí porque como
consecuencia de un fallo en el combustible, generado accidentalmente días antes
por los técnicos de la Base de Sacramento en Estados Unidos, le fue imposible
dirigirse hacia el sur debido a la escasa gasolina y por tanto tuvo de cambiar
el rumbo hacia el norte, para aterrizar en la neutral Unión Soviética.
9º Avión, Teniente Watson: Fue víctima de los
proyectiles de los cañones antiaéreos que tuvo que sortear en cuanto sobrevoló
Japón, el avión provocó serios daños con sus cuatro bombas sobre la Planta de
Gas y Energía Eléctrica de Tokio. Acto seguido fue atacado por un caza japonés
Kawasaki Ki-61 Hien que le disparó desde la cola, aunque rápidamente el Sargento
Elder Scott que operaba la ametralladora trasera abrió fuego y derribó al
aparato nipón. El bombardero escapó hacia el sur y voló las costas de la Isla
de Kyûshû, una escuadra naval compuesta por un acorazado. Dos cruceros
japoneses descargaron sus armas antiaéreas contra el B-25 que, gracias a la pericia
de su tripulación, esquivó los tiros de los tres buques y escapó ileso hacia
China.
Vista aérea de un muelle de la Bahía de Tokio desde
un B-25 Mitchell el 18 de abril de 1942 durante el “Raid Doolittle”.
10º Avión, Teniente Joyce: El último B-25 Mitchell
que atacó Tokio arrojó su carga de bombas en dos tandas dobles: la primera dañó
de gravedad una planta de acero y la segunda mató a un gran número de civiles
tras detonar los artefactos en medio de las calles del distrito de Chiba.
Inmediatamente a la incursión, un caza Zero atacó al B-25 al que recibió varios
impactos en la cola como en el fuselaje, hasta que el Sargento Horton tomó una
de las ametralladoras y tras una certera ráfaga derribó al avión japonés. De
nada sirvió la presencia de un segundo caza Zero que salió a interceptarle
porque el B-25 aumentó la velocidad y se fugó hacia el continente de Asia.
Raid sobre Yokohama
11º Avión, Capitán Greening: La ciudad de Yokohama
fue el segundo gran objetivo del “Raid Doolittle” cuando el undécimo avión se
presentó ante la ciudad para ser inesperadamente atacado por cuatro cazas
Kakasaki Ki-61 Hien, dos de los cuales lo flanquearon por la derecha y otros
dos por la izquierda. Milagrosamente, y en una hazaña espectacular, el Sargento
Gardner que operaba la ametralladora trasera disparó con su arma varias ráfagas
largas que derribaron a dos de los cazas japoneses y ahuyentaron al resto que
se alejaron tras efectuar una maniobra de evasión. Una vez a salvo de enemigos,
el B-25 arrojó las bombas a escasa distancia del suelo para terminar
explosionando en una refinería de petróleo y almacenaje que quedaron
prácticamente arrasadas, produciendo una tremenda onda expansiva que agitó al
propio avión. A continuación, y en lugar de tratar de huir, el bombardero se
dirigió al puerto de Yokohama para ametrallar a varios pesqueros sobre los
muelles y hundir a una de estas embarcaciones, antes de escapar definitivamente
hacia el sur y poner rumbo a China.
12º Avión, Teniente Bower: Este avión entró a
Yokohama a través del distrito de Chosi esquivando el fuego de las baterías
antiaéreas emplazadas por el Ejército Imperial Japonés a las afueras, las
cuales derribaron por error a algunos de sus propios globos de observación.
Acto seguido el avión se dirigió hacia la zona industrial para lanzar sus
bombas del siguiente modo: las dos primeras dañaron la Refinería de Ogura y las
otras dos causaron desperfectos en dos edificios y en una vía de ferrocarril.
Acto seguido y a pesar del riesgo, el avión efectuó un ametrallamiento en vuelo
rasante sobre una centralita eléctrica a la que provocó un cortocircuito y una
maniobra parecida contra los muelles hasta hundir un barco de vela y huir hacia
el sur.
Raid sobre Yokosuka
13er Avión, Teniente McElroy: Curiosamente el
objetivo de este B-25 era el puerto de Yokohama hasta que, por mera casualidad
del destino, justo cuando sobrevolaba Yokosuka, descubrió un astillero con el
portaaviones japonés Ryuho en construcción que estaba a punto de ser terminado.
Sin dudarlo un instante y como un buque de esas características era un blanco
prioritario, la tripulación modificó el plan inicial y soltó las cuatro bombas
contra el portaaviones que impactaron sobre el navío levantando su casco del
agua, inclinándole de estribor y causándole daños muy graves que lo dejarían
inutilizado medio año, siete marineros perdieron la vida; además de romper una
de las gigantescas grúas del puerto que cayó contra el suelo y calcinar varias
instalaciones y edificios de alrededor.
Raid sobre Nagoya
14º Avión Capitán Hilger: La ciudad de Nagoya
constituyó un objetivo igual, en importancia que Tokio y Yokohama. El
decimocuarto avión alcanzó en secreto esta ciudad tras volar a escasa distancia
del suelo sobre Ohama, Takahama y Kariya para hacer su aparición por encima del
Barrio de Kashikawa y remontar el Río Hori hacia la zona industrial. Allí el
aparato abrió sus compuertas y soltó las cuatro bombas con los siguientes
efectos: la primera derrumbó una serie de barracones del Ejército Imperial
Japonés, la segunda hizo arder un depósito de combustible, la tercera dañó la
Fábrica de Aviones de Atsuta y la cuarta causó grandes desperfectos en la Factoría
de Aviones Mitsubishi. Sorprendentemente tan graves fueron los incendios
generados que algunos tardarían en apagarse más de 48 horas, concretamente el
20 de abril. Luego puso rumbo a China
16º Avión, Teniente Farrow: Numerado como el
decimosexto bombardero, el decimoquinto se dirigió a Kobe, este B-25 que en
principio iba destinado a Osaka, modificó la ruta debido al nutrido fuego de
artillería antiaérea que recibió en las afueras de dicha ciudad y se dirigió a
Nagoya. Sería precisamente sobre esta metrópoli donde incendió un depósito de
combustible y dañó una fábrica de aviones, antes de escapar ileso hacia China.
Raid sobre Kobe
15º Avión, Teniente Smith: El puerto de Kobe fue
la última ciudad atacada durante el “Raid Doolittle” aquella jornada del 18 de abril
de 1942. El B-25 que protagonizó esta incursión se encontró sobre Kobe con un
avión civil comercial japonés de construcción estadounidense, un Douglas DC-3
Dakota, así como con un portaaviones en construcción y otros buques mayores, a
los cuales decidió ignorar para seguir adelante con la misión original. De este
modo, en cuanto se situó sobre la zona industrial de la urbe, arrojó sus bombas
de la siguiente manera: la primera generó destrozos en una fábrica de acero del
Barrio de Uyenoshita, la segunda causó daños en el Astillero de Kawasaki
situado en Punta Kawa, la tercera destruyó varias infraestructuras de una
central eléctrica y la cuarta provocó desperfectos en la Fábrica de Aviones
Kawasaki, incluso el Teniente Smith tuvo tiempo de anotar sobre un papel
eventuales objetivos para futuros bombardeos sobre Kobe. A continuación, se
dirigió hacia la Isla de Kyûshû para ser atacado por cazas y piezas de
artillería antiaérea sin éxito porque el aparato esquivó todos los proyectiles
y emprendió la fuga hacia China.
Retirada de la “Fuerza de Tareas 16”
La “FT 16”, que había iniciado el viaje de regreso
hacia las Islas Hawái tras el exitoso “Raid Doolittle”, accedió, durante el
trayecto de regreso, a una zona repleta de embarcaciones enemigas a las que se
hizo preciso destruir. Se trataba de los diez pesqueros armados o patrulleros
Nagato Maru, Awata Maru, Iwate Maru, Chokyu Maru, Asami Maru, Kaijin Maru,
Chinyo Maru, Eikichi Maru, Kowa Maru, y Nanshin Maru.
A la caída de la tarde, el portaaviones USS
Enterprise envió cazas Wildcat y bombarderos en picado Douglas SBD Dauntless
contra las embarcaciones niponas. A pesar de que el patrullero Nagato Maru
respondió con efectividad disparando sus ametralladoras y derribando a uno de
los aviones SBD que cayó al mar, inmediatamente intervino el crucero USS
Nashville que tras un par de cañonazos hundió a la pequeña embarcación nipona.
Afortunadamente los buques norteamericanos recogieron del agua a los cinco
marineros japoneses y al piloto norteamericano que se había estrellado.
Crucero estadounidense USS Nashville atacando a los
pesqueros armados japoneses con fuego de batería de sus torretas.
La batalla entre la “FT 16” y los pesqueros armados
se prolongó a lo largo de la tarde, siendo el portaaviones USS Enterprise y el
crucero USS Nashville los dos principales buques en llevar el peso de la lucha.
Así fue como los cazas Wildcat, procedentes del primero, hundieron al
patrullero Iwate Maru y dañaron a los pesqueros Awata Maru, Chokyu Maru, Asami
Maru, Kaijin Maru, Chinyo Maru, Eikichi Mau, Kowa Maru, y Nanshin Maru, lo que
supuso la retirada de éstos y el final del combate.
Las tripulaciones
Como todos los B-25 partieron del portaaviones USS
Hornet sin el combustible suficiente para alcanzar las zonas de aterrizaje
previstas en China, el futuro tanto de los aparatos como de las tripulaciones
fue bien distinto dependiendo la distancia a recorrer. Su destino fue el
siguiente:
1er Avión: Doolittle se perdió mientras sobrevolaba
China en busca de su aeródromo, por lo que la tripulación tuvo de saltar en
paracaídas cerca de Tein Mu Chen para ser recogida por soldados chinos del
Ejército del Kuomintang.
2º Avión: Realizó un aterrizaje forzoso sobre un
arrozal en la China Nacional Reorganizada que era un “estado satélite” de
Japón, aunque por suerte los pilotos fueron rescatados al cabo de tres días, el
21 de abril, por una patrulla del Kuomintang.
3er Avión: Se quedó sin gasolina en pleno vuelo y
la tripulación saltó en paracaídas sobre la Cordillera de Chuchow, falleciendo
por heridas el piloto, Leland Faktor, antes de que el resto de sus compañeros
fueran acogidos por las tropas chinas.
4º Avión: Al acabarse el combustible, los
tripulantes abandonaron el B-25 y fueron rescatados por soldados chinos en el
distrito de Chugan.
5º Avión: Los aviadores dejaron el B-25 en pleno
vuelo y descendieron en paracaídas sobre la Cordillera de Chuchow.
7º Avión: Amerizó sobre el Océano Pacífico a
escasos metros de la costa de China, donde una vez en el agua, el artillero Tatcher
arrastró a sus compañeros hasta la orilla para ser inmediatamente rescatados
por soldados chinos, aunque el Teniente Lawson perdió una pierna que le
amputaron en un hospital días después.
9º Avión: El aparato se estrelló sobre la
provincia de Poyang justo unos segundos antes de que la tripulación saltara en
paracaídas y fuera acogida por las tropas chinas del Kuomintang.
10º Avión: Los pilotos dejaron el bombardero y
saltaron sobre la Cordillera de Chuchow sin incidentes.
11º Avión: Los aviadores abandonaron el B-25 y
descendieron sobre la región de Hueichou que estaba bajo control del
Kuomintang.
12º Avión: A causa de la niebla, los pilotos
saltaron en paracaídas en una zona ocupada por el Ejército Imperial Japonés,
aunque gracias a unos civiles chinos que les ocultaron en sus casas, las
patrullas no consiguieron localizarles.
13er Avión: Fue desalojado en medio del vuelo y su
tripulación descendió sobre Poyang para unirse a los soldados del Kuomintang.
14º Avión: Los tripulantes saltaron sobre un área
sometida al control del Ejército Imperial Japonés, aunque por suerte unos
campesinos les escondieron al caer la noche y evitaron su captura por parte de
las tropas japonesas.
15º Avión: Vacío de combustible, amerizó junto a
las costas de China, por lo que todos los tripulantes alcanzaron las playas a
nado, curiosamente el médico y artillero Tom White fue quién amputó la pierna
al Teniente Lawson del séptimo avión, lo que sin duda salvó su vida.
Solamente tres de los B-25 del “Raid Doolittle” no
consiguieron llegar a la China del Kuomintang, siendo dos de las tripulaciones
capturadas por el Imperio Japonés y una internada por la Unión Soviética. Su
incierto futuro sería el siguiente:
Tripulación del “Raid Doolittle” rescatada por
soldados chinos del Kuomintang.
6º Avion: Amerizó en el Océano Pacífico y la tripulación nadó a la costa; fue atendida
por civiles chinos hasta que un oficial del Ejército Nankíng, que era satélite
del Imperio Japonés, denunció a los pilotos siniestrados que inmediatamente
fueron arrestados.
16º Avión: Los tripulantes saltaron en
paracaídas sobre la ciudad de Nanchang que estaba ocupada por el Ejército
Imperial japonés, por lo que al llegar al suelo fueron apresados por los
soldados nipones que les esperaban. Un total diez tripulantes fueron cautivos: Dean Hallmark, William Farrow, Robert Meder,
Chase Nielsen, William Dieter, Donald Fitzmaurice, Robert Hite, George Barr,
Jacob DeShazer y Harold Spaz. A pesar de que en los juicios posteriores
se solicitó la pena de muerte para todos, solamente fueron ejecutados William
Farrow, Dean Hallmark y Harold Spatz el 15 de octubre de 1942. El resto fue
deportado a un campo de concentración, donde a causa de la malnutrición
fallecería Robert Meder el 1 de diciembre de 1943, aunque los otros seis
sobrevivirían a la II Guerra Mundial y regresarían a los Estados Unidos.
8º Avión: Aterrizó en la Unión Soviética tomando
tierra en el Aeropuerto de Vladivostok. A pesar de que el Capitán York solicitó
a las autoridades del Ejército Rojo recargar carburante y proseguir con su
trayecto a China, las tropas soviéticas apresaron a la tripulación y se
apropiaron del B-25. La razón de esta actitud fue que Stalin no quería
arriesgarse a una guerra abierta con Japón en el Lejano Oriente cuando estaba
enfrascado en un brutal conflicto sobre el Frente Oriental contra Alemania. Así
fue como el Capitán York, y los otros cuatro tripulantes Robert Emmens, Nolan
Herndon, Theodore Laban y David Pohl, fueron internados en el campo de
concentración de Okuna situado a 100 millas de Moscú, antes de ser trasladados
al gulag de Okhansk en Siberia y después a la zona soviética de ocupación en
Irán. A partir de entonces comenzó un cómodo cautiverio en el que el Gobierno
de Washington tuvo que pagar 30000 rublos mensuales a la URSS por el
mantenimiento de los internos. Sin embargo y contra todo pronóstico, en 1943
los cinco aviadores escaparon a la región de Persia controlada por Gran Bretaña
y entonces pudieron ser repatriados a los Estados Unidos, posteriormente se
sabría que la Policía Estatal del NKVD organizó la fuga en secreto con la
finalidad de reforzar su alianza con los Aliados Occidentales.
Todos los miembros que participaron en el “Raid
Doolittle” fueron galardonados con la Medalla Distinguida al Vuelo, incluyendo
los fallecidos a título póstumo por orden del Presidente Franklin Delano
Roosevelt. Respecto al Coronel James Doolittle, la Fuerza Aérea Estadounidense
le ascendió a Brigadier General, le condecoró con la Medalla de Honor del
Congreso y la prensa le convirtió simbólicamente en una especie de “héroe
nacional”.
Consecuencias
El resultado del “Raid Doolittle” fue un éxito
total para los Estados Unidos tanto a nivel propagandístico, como también
estratégico por las nefastas consecuencias posteriores que tuvo para Japón. El
motivo de esto último fue que el Estado Mayor Japonés interpretó erróneamente
que los B-25 habían despegado del Atolón de Midway y que por tanto había que
suspender el resto de operaciones sobre el Frente del Pacífico para neutralizar
dicho objetivo. Así fue como se desarrolló la Batalla de Midway los días 4 y 6
de junio de 1942 que acabó en un completo desastre para la Marina Imperial japonesa
tras perder cuatro portaaviones y con ello la supremacía naval en la Guerra del
Pacífico.
Las pérdidas sufridas por Japón en el “Raid
Doolittle” fueron mayores de lo esperado porque la Fuerza Aérea estadounidense
sólo aspiraba a propinar al pueblo nipón un duro golpe moral. Aproximadamente
más de treinta instalaciones, fábricas, industrias, plantas metalúrgicas o
químicas, factorías de aviones o instalaciones militares de diversos tipos
resultaron destruidas o dañadas, además de ser derruidos noventa edificios,
quedar fuera de combate el portaaviones Ryuho, alrededor de medio año,
derribados cuatro aviones de caza, tres Kawasaki Ki-61 Hien y un Zero, hundidos
seis barcos, tres patrulleros, un mercante, un pesquero y un velero, y causar
baja 300 civiles entre 50 muertos y 250 heridos.
La Fuerza Aérea estadounidense sufrió la pérdida de
diecisiete aviones entre los que se contabilizaron los dieciséis B-25 Mitchell,
la escuadrilla fue aniquilada en un 100% y un cazabombardero Douglas SBD
Dauntless. Solamente se produjeron diecisiete bajas entre los pilotos de los
que cinco fueron muertos, uno en accidente, tres ejecutados y otro fallecido en
el cautiverio, un herido grave y once prisioneros, seis en Japón y cinco en la
URSS.
China fue la nación que pagó el precio más alto por
el “Raid Doolittle” en términos humanos porque Japón decidió llevar a cabo una
venganza contra las zonas costeras que habían acogido a los pilotos de los B-25
Mitchell. Así fue como el Ejército Imperial japonés recorrió e incendió todas
las aldeas que encontró a su paso, masacrando a sus habitantes y ejecutando a
todo ser humano que encontró de por medio. También los arrozales fueron
quemados y las cosechas arrasadas, lo que se tradujo en una hambruna local que
también se cobraría un gran número de víctimas. Según los datos aportados
posteriormente por el Kuomintang un total de 250000 civiles chinos fueron asesinados
de diversas formas como represalia por el “Raid Doolittle”.
Cultura
El “Raid Doolittle” se convirtió como uno de los
hitos de la Aviación del siglo XX y en una de las misiones especiales más
arriesgadas de la II Guerra Mundial. En honor a este episodio se abrieron
varios museos como en el Aeropuerto de Sacramento en California para recordar
la base donde los pilotos se alojaron antes de partir a Japón o en el Campo
Eglin de Florida donde los pilotos se entrenaron a los mandos de los B-25. Incluso
el portaaviones USS Hornet II, el predecesor USS Hornet fue hundido durante la
Batalla de las Islas Santa Cruz en 1942, albergó una sala dedicada al bombardeo
sobre Tokio.
El cine fue el medio que más ensalzó el “Raid
Doolittle” con una película estrenada en 1944, todavía en plena II Guerra
Mundial, bajo el título de 30 Segundos sobre Tokio que interpretó el actor Van
Johnson en el papel del Teniente Ted Lawson. Aquel mismo año 1944 se filmó
Corazón Púrpura en honor a los pilotos capturados por los soldados japoneses
durante el “Raid Doolittle”; mientras que en 2001 se estrenó Pearl Harbor que
recreó el bombardeo sobre Japón con el actor Alec Baldwin representando la figura
histórica del Coronel James Doolittle.
Curiosamente el 21 de abril de 1992 el portaaviones
USS Ranger quiso imitar el “Raid Doolittle” con el despegue desde su cubierta
de bombarderos B-25 Mitchell de la II Guerra Mundial que de nuevo volvieron a
entusiasmar a los amantes de la aviación. Con este ejemplo y otros tantos
muchos, el “Raid Doolittle” se convirtió en uno de los capítulos más populares
de la Historia Aérea de la II Guerra Mundial.
Fuente: https://www.eurasia1945.com