Los comienzos
La Aeronáutica Militar española nace oficialmente
durante el reinado de Alfonso XII. Fue entonces cuando por Real Decreto del 15
de diciembre de 1884 se crea el “Servicio Militar de Aerostación”, afectando
directamente a la cuarta Compañía del Batallón de Telégrafos del Arma de
Aviación, quedando bajo la dependencia del Ministerio de la Guerra, equivalente
a lo que hoy sería el Ministerio de Defensa. En 1889 fue la primera vez que se
le dotó de los recursos materiales necesarios para el inicio de sus
actividades, los cuales se compusieron de un globo aerostático denominado “Yon”,
de origen francés, que incluía un torno de recuperación accionado por una
máquina de vapor.
Durante esa fase la unidad pasó a denominarse “Compañía
de Globos del Batallón de Telégrafos” disponiendo de globos cautivos y de
globos libres para la realización de ascensiones.
En 1895, el Coronel de Ingenieros Don José Suárez
de la Vega realizó un estudio en el que se valoraba la utilización militar de
los medios aéreos. Como fruto del mismo el Gobierno elaboró y promulgó el 17 de
diciembre de 1896 una Ley por la que se creaba de forma oficial el Servicio de
Aerostación Militar, estableciendo sus primeras instalaciones en Guadalajara
bajo el mando del Comandante de Ingenieros Don Pedro Vives y Vich, a quien
puede considerarse como el creador efectivo de la Aeronáutica Militar en
España. Fue en dichas instalaciones donde se creó la primera escuela de vuelo
en donde se realizaban cursos para la obtención de los títulos de piloto y
observador de globo.
Las instalaciones del Servicio de Aerostación
sirvieron para que en 1905 Torres Quevedo dirigiera la construcción del primer
dirigible español gracias a la ayuda del entonces Capitán Don Alfredo Kindelán.
Dicho proyecto finalizó con gran éxito dando como resultado un dirigible que se
llamó “El España”.
Tras años de ensayos y formación el Servicio de
Aerostación Militar fue utilizado por primera vez en campaña durante las
operaciones de 1909 en Melilla, en donde actuaron como plataforma de
observación levantando un mapa de un terreno hasta entonces desconocido.
Posteriormente y viendo el potencial de este esta plataforma de reconocimiento
fueron utilizados en la ocupación del río Kert en Marruecos, 1912, y en las
operaciones de Tetuán entre 1913 y 1914. Desde entonces, y hasta el año 1927,
la Unidad prestó en Marruecos ininterrumpidos y valiosos servicios,
especialmente del tipo de observación y corrección del tiro de artillería y de
reconocimiento y haciendo croquis del terreno (primeros pasos de estudios
topográficos desde el aire).
No obstante, la aparición de los aeroplanos a
principios del siglo XX llevó al Servicio a sufrir una transformación,
creándose en marzo de 1911 un Laboratorio Aerodinámico en Cuatro Vientos con la
intención de estudiar los tipos de aeroplanos e integrarlos en las necesidades
militares del país.
Todos esos estudios desembocaron a crear, a
principios de 1913, el “Servicio de Aeronáutica Militar” a cargo de la Sección
de Ingenieros del Ejército, con dos ramas bien definidas: la AEROSTACIÓN,
encargada de las plataformas más ligeras que el aire (globos, dirigibles y
cometas), y la AVIACIÓN, con los medios de locomoción aérea basados en aparatos
más pesados que el aire. La rama naval llevó un proceso similar creándose en
1917 dentro del “Servicio Militar Naval” que pasó a depender del Ministerio de
Marina. En lo que se refiere al Servicio de Aerostación Militar prestó servicio
activo hasta el año 1936, época en que quedó definitivamente disuelta.
Breve historia de la aviación militar española
La Aviación Militar nació como tal en España en el
año 1913, creándose oficialmente el “Servicio de Aeronáutica”, con sus dos
secciones: Aviación y Aerostación. Sin embargo, antes de esta fecha existieron
unos hechos que merecen nuestra mención.
En noviembre de 1910, el Gobierno español,
conocedor del impacto mediático adquirido por los flamantes aeroplanos,
comisionó al Capitán Kindelán a trasladarse a Francia para la compra de tres
aeroplanos tipo “Farman”. Tras su adquisición se creó la primera “Escuela de
Pilotos”, emplazándose en Cuatro Vientos (Madrid), convirtiéndose en el primer
aeródromo de España.
En 1911, tuvo allí lugar el primer curso de pilotos
militares, al que asistieron como alumnos cinco oficiales del Ejército, concretamente
Kindelán, Herrera, Barrón, Ortiz y Arriaga, todos ellos ya en posesión del
título de piloto de globo. Conviene recordar en este momento, que en estas
fechas existía otro Oficial, el Infante D. Alfonso de Orleáns, que ya poseía el
título de piloto, por haberlo adquirido en una escuela francesa en el año 1910.
A este primer curso siguieron otros y ya a partir de entonces la Aeronáutica
Española pudo contar con un nutrido plantel de pilotos y observadores, cuya
pericia nada tenía que envidiar a la de los aviadores extranjeros. Tras la
formación de ese nuevo elenco de pilotos, la Aviación Militar actúa de forma
activa en la Guerra de Marruecos desde 1913 hasta 1927. Fue en la campaña de
Marruecos, donde una Aviación Militar actúa por primera vez en la Historia de
la Aviación como arma aérea ejerciendo su acción de manera regular, coordinada
y de conjunto.
El estallido de la I Guerra Mundial motivó una
grave crisis en la Aviación Española, debido a la escasez de material aéreo,
producido en su mayoría por países extranjeros que se vieron involucrados como
elementos activos en la Gran Guerra. Sin embargo, conviene recordar que,
incluso durante este período crítico, sucedieron varios hechos de claro signo
progresivo. Entre ellos, citaremos los siguientes:
- · La aparición de las primeras empresas españolas
dedicadas a la industria aeronáutica (“Elizalde”, “Hispano-Suiza”,
“Construcciones Aeronáuticas”, etc.)
- La creación en 1917 de la “Aeronáutica Naval”,
dependiente el Ministerio de Marina. La principal base de hidroaviones se
emplazó en Los Alcázares (Murcia), dotándola con 12 hidroaviones adquiridos en
Estados Unidos.
En 1920 se
superaron las dificultadas de material planteadas por la Gran Guerra y la
Aviación Militar sufre una reorganización de su estructura gracias a la
adquisición de 101 aviones, destacando aviones tan míticos como los tipos:
“Breguet-XIV”, “Havilland-Rolls”, “Farman F-50” y los hidroaviones “Macchi
M-9”. Fue en esa época cuando se crearon la primeras Escuelas de Bombardeo,
Tiro y Combate. Hasta el año 1920 se realizaron nueve cursos para pilotos de
los que salieron 163 pilotos militares, pasando en tan sólo 7 años a triplicar
dichos cursos convocándose el 31ª Curso, en donde salieron los últimos pilotos
que participaron en la guerra de Marruecos. Varios hechos de tipos anecdóticos,
pero profundamente emotivos corresponden a este periodo:
- · Uno fue la adopción en 1920 de la Virgen de
Loreto como Patrona de la Aviación Española, siguiendo así la pauta trazada por
el Papa Benedito XV, el cual ya algún tiempo antes la había declarado guía y
protectora de los aviadores del mundo entero.
- · Otro, en abril de 1923, la imposición de la
Medalla Militar a la Bandera de la Aviación, en premio y reconocimiento de la
extraordinaria labor ejecutada por los aviadores en Marruecos. Esta ceremonia
tuvo lugar en Sevilla durante el acto de inauguración de la base aérea de
Tablada, desde entones entrañablemente unida a la Historia de la Aviación
Española.
- · Se impusieron en Tarima (Melilla) la Medalla
Militar Individual a cinco aviadores entre los cuales se encontraba el Capitán
Barberán, legítima gloria de la Aviación Española y futuro protagonista, junto
con Collar, en el año 1933, del sensacional y trágico vuelo España-Cuba-Méjico.
- · A finales de 1933, esta misma condecoración era
impuesta, entre otros, ellos los Capitanes R. Franco, E. González Gallarza y Lóriga,
llamados también en años venideros a ser los héroes legendarios de grandes
viajes aéreos.
Finalmente, y casi finalizada la guerra de
Marruecos, año 1926, la Aviación Militar Española comienza a realizar otros
tipos de proezas, los grandes viajes y las marcas deportivas, aspectos en los
que, a pesar del forzoso retraso determinado por la guerra de Marruecos,
destacó prontamente, poniéndose a la misma altura de las mejores gestas de los
pilotos extranjeros.
Desde 1926 hasta 1935 se sucedieron sin
interrupción las grandes conquistas españolas en el aire. Y con toda seguridad
hubiesen proseguido si otra guerra, la de Liberación Española, no hubiese
impuesto otra necesaria paralización a este género de actividades.
Para terminar esta brevísima reseña de la primera
fase de la vida de la Aviación Militar Española, digamos que en la fecha clave
de julio de 1936, su estructura general era la siguiente:
Pilotos 500
Material 200
Aviones (en su mayoría “Breguet XIX” y “Nieuport-52″
Escuelas Observadores
(Cuatro Vientos) y Vuelo/Combate (Alcalá de Henares)
Unidades
- ·
1ª Escuadra de Caza y Reconocimiento (Getafe y
León)
- ·
2ª Escuadra de Caza y Reconocimiento (Sevilla y
Granada)
- ·
3ª Escuadra de Caza y Reconocimiento (Barcelona
y Logroño)
- ·
Fuerzas Aéreas de África (Tetuán, Melilla,
Larache y Caba Iuby)
Fuente: http://www.hispaviacion.es