11 de enero de 2019
VUELO EN SABRE F 86F EN LA FUERZA AÉREA ARGENTINA
Por Luis SATINI
A mediados del mes de agosto de 1961 se efectuaba
una inspección general a la IV Brigada Aérea de Mendoza. A tal efecto, se
trasladaron en vuelo el Comandante en Jefe de entonces, Brigadier General
Alsina, el Comandante de Combate, hoy Operaciones y un grupo de 30 Jefes y
Oficiales pertenecientes a las diferentes dependencias del Comando en Jefe de
la Fuerza Aérea.
Cumplido el protocolo de recepción, saludos e
impartición de directivas, se inició la inspección. En tal circunstancia se
apersonó al Brigadier Alsina el Comandante de Combate Brigadier Mayor García
Baltar y le pidió autorización para ordenar al Jefe de la Brigada que le
hiciera preparar un Sabre F.86 para volar por primera vez ese avión. Luego de unos
segundos de silencio, el Brigadier General Alsina, dijo: “que sean dos”.
El Comodoro Fabre, Jefe de la Brigada Aérea, ahí
presente, ordenó que se preparen dos aviones Sabre F.86. Hay de recordar que el
avión citado, en esa oportunidad, recientemente incorporado a la Fuerza Aérea,
6 a 7 meses atrás, era un avión tecnológicamente avanzado y sofisticado. Por
tal razón el tiempo de adiestramiento para poder volarlo se fijó, como en
EE.UU., en tres meses. Esta Unidad de Caza fue modernamente equipada con los
Sabres F.86 y su personal previamente seleccionado fue enviado por el término
de un año a EE.UU. para su adaptación a este material más evolucionado y luego
de lo cual, fueron éstos quienes los trasladaron en vuelo desde Norte América,
a la IV Brigada Aérea de Mendoza. La Unidad de Caza contaba entre su personal
con un Teniente Coronel de la Fuerza Aérea Americana (U.S.A.F) como asesor en
la formación del personal de pilotos.
Luego de encaminarse el personal a pasar la
inspección, la reducida comitiva que acompañaba al Comandante en Jefe,
integrada por el Comandante de Combate, Jefe de la Brigada Aérea y los
ayudantes respectivos, se dirigieron, por sugerencia del Jefe de Brigada, en
dirección a la plataforma, frente al hangar de los Sabres F.86. En la línea de
vuelo se encontraban los dos aviones. El Brigadier Alsina se instaló en el
primer avión y el Brigadier García Baltar se ubicó en el siguiente.
En cierta forma, el Brigadier García Baltar ya
estaba familiarizado con el instrumental del mismo, por cuanto con
anterioridad, en varias oportunidades concurrió a Mendoza con ese propósito. En
cambio, el Brigadier Alsina, era la primera vez que se sentaba dentro de la
cabina del Sabre F.86 para tomar conocimiento del instrumental y volarlo.
Este hecho dio lugar a que el Teniente Coronel,
aviador norteamericano, asesor para la formación del personal de pilotos de la
Unidad de Caza Sabre F.86, apersonándose al Comodoro Jefe de la IV Brigada
Aérea, le expresara: “Sr. Comodoro, aconsejo, prudentemente, que el Brigadier General
Alsina no debería efectuar ese vuelo. No tiene conocimiento de este material ni
tampoco recibió ninguna instrucción sobre su equipamiento, ni su
funcionamiento. Corre el riesgo de matarse”.
De inmediato el Comodoro, Jefe de la Brigada se
acercó al Brigadier Alsina y le transmitió la opinión del Teniente Coronel de
la U.S.A.F.
Al tomar conocimiento el Brigadier Alsina de lo
expresado por el Teniente Coronel dijo: “Comodoro Fabre, diga al Sr. Teniente
Coronel que el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea Argentina ha ordenado que
el Brigadier General Alsina efectúe el vuelo en el día de hoy en el avión Sabre
F.86”.
Indudablemente, llegar al perfecto conocimiento del
instrumental que equipaba el Sabre F.86, como así su funcionamiento y demás
elementos del sistema montado en este avión moderno, entonces, no era posible
alcanzarlo en un día y mucho menos en una hora. Tal es así, que la simple
explicación de todos los instrumentos, ahí a la vista, dentro de la cabina demandaba,
aproximadamente, de una a una y media hora, y eso no significaba que ya se
estaba familiarizado con ellos. Se necesitaba tiempo, varias horas, días,
semanas, meses. El tiempo que se había fijado, tres meses, significaba
seguridad.
El tiempo había transcurrido inesperadamente
llegando a sorprender a los protagonistas. En ese momento eran las 12:00 hs. En
conocimiento de la hora, ordenó el Brigadier General Alsina, suspender hasta
las 17:00 hs. el vuelo programado, a fin de no modificar el horario fijado de
la inspección. A las 12: 15 hs. se sirvió el almuerzo, a las 14:00 hs. se
continuó con la inspección y a las 17:00 hs. con el tema del vuelo a realizar
por el Brigadier Alsina y el Brigadier García Baltar.
Vuelo en Sabre 4
Absorbido el Brigadier Alsina por interiorizarse
hasta los menores detalles del avión que iba a volar, pasaron los minutos
rápidamente. Transcurrida, aproximadamente una hora y media, cuando se acercó
un oficial para informar: “De parte del Brigadier García Baltar que él ya está
listo para iniciar el vuelo”. Respondiendo el Brigadier Alsina: “Dígale al
Brigadier García Baltar que primero saldré yo y luego él”.
A continuación, el Brigadier Alsina dijo: “y bien,
entiendo que, para este vuelo a realizar, de todos estos instrumentos, los más
importantes son éstos”, indicando a cinco de ellos. Se ajustó las correas del
paracaídas, la sujeción al asiento eyectable, se puso el casco de vuelo, dio
motor y llamó a la torre de vuelo para pedir autorización para iniciar el
carreteo. Además, se comunicó con el piloto del otro avión enlace que decolaría
después. La razón de este otro avión era para asegurar las comunicaciones.
Efectuado el carreteo y autorizado el vuelo, se
dispone a decolar, ocupando la cabecera de la pista de decolage.
Se asegura que la rueda de nariz esté bien
alineada. Cierra la cabina que es presurizada, frena y acelera a pleno y larga
decididamente los frenos, iniciando la carrera de decolage.
Efectuando esta operación y en plena carrera,
iniciado el decolage, nota que la cabina se llena de humo, obstaculizando la
visibilidad. De inmediato piensa reducir el motor y enfrentar la barrera de
emergencia que tenía al frente al término de la pista, como alternativa, a la
vez que avisa del inconveniente que se le presenta.
De repente, la voz del oficial del otro avión de
apoyo, dice: “Recuerde, gire a la derecha la pirinola negra de presurización
que tiene ahí a su izquierda”. Efectuado lo indicado, al instante desapareció
el humo y todo se normalizó.
El Brigadier Alsina, continuando el vuelo, efectuó
varias maniobras acrobáticas y luego de haber volado unos 20 minutos, aterrizó
normalmente. Se efectuaron nuevas presentaciones y felicitaciones al Brigadier
General Alsina por el vuelo realizado, incluyendo la del Teniente Coronel
Aviador de la Fuerza Aérea norteamericana, ahí presente. Hay de recordar, que
el acto mencionado era una costumbre cuando se volaba por primera vez un avión.
Luego de unos minutos de espera se sumó el
Brigadier García Baltar que también voló, por primera vez, el mismo avión. Una
vez reunidos se dirigieron al recinto especialmente destinado a los pilotos de
la Unidad de Caza ubicado en un pasillo, a un costado de los hangares, para
sacarse el casco y el buzo de vuelo. Al salir del lugar indicado, en la parte
de arriba se destacaba un cartel que decía: “Por aquí pasan los mejores pilotos
del mundo”. El Brigadier General Alsina, en varias oportunidades pasó por ese
lugar y nunca dijo nada; pero, en esa ocasión, después de haber volado el Sabre
F.86, al pasar por debajo del cartel, se detuvo frente al mismo, ordenando que
se sacara. Luego continuó al casino de oficiales donde el Brigadier General Alsina
ofreció un brindis por el vuelo realizado, como era tradicional en tal
circunstancia.
Fuente: http://www.3040100.com.ar