Un misil ALARM en un Tornado GR4 de la Royal Air Force.
La
supresión de defensas aéreas enemigas o SEAD (Suppression of Enemy Air
Defenses, por sus siglas en inglés), es una acción militar de
interdicción aérea llevada a cabo para suprimir las defensas aéreas
enemigas situadas en la superficie terrestre. Es conocida también
como operación Wild Weasel y Iron Hand en los Estados Unidos. Tiene como
objetivo destruir los misiles superficie-aire (SAM) y la artillería antiaérea
(AAA) del enemigo, principalmente, pero no exclusivamente, en las primeras
horas de un ataque.
Este
tipo de misión no requirió especialización hasta la guerra de Vietnam, ya que
anteriormente no había ningún entrenamiento, equipo o fuerza especial para
atacar la defensa aérea enemiga. Fue durante la guerra de Vietnam que se crearon
unidades especializadas; empezaron a aparecer los primeros aviones modificados
para especializarse en estas misiones y se crearon las tácticas especiales.
Definición
Las
misiones u operaciones SEAD consisten en la neutralización, destrucción o
degradación del sistema de defensa superficie-aire del enemigo, lo cual permite
que otras operaciones aéreas se realicen sin pérdidas innecesarias.
Las
operaciones SEAD no son misiones por sí mismas, sino un medio para crear
condiciones favorables para todas las operaciones propias.
La
supresión de las defensas aéreas enemigas (SEAD) emplea medios destructivos o
degradativos. Los requisitos para estas misiones dependen de los objetivos, las
capacidades de los sistemas y la complejidad de la amenaza. Las operaciones
SEAD se dividen en tres categorías:
- Supresión de defensas aéreas. Se trata de operaciones contra sistemas defensivos específicos para degradar o destruir su efectividad. Los blancos son aquellos cuya neutralización procure la mayor degradación posible de la capacidad total de los sistemas enemigos, permitiendo operaciones propias efectivas. Los objetivos son centros de C3i (mando, control, comunicaciones e inteligencia), depósitos logísticos, SAM, etc.
- Supresión localizada. Se trata de operaciones confinadas a un área geográfica asociada con sistemas determinados o rutas de tránsito aliadas, contribuyendo a la obtención de la superioridad aérea local. Los objetivos son todas las defensas aéreas que puedan poner en peligro la operación en una zona determinada y se coordinará con ataques a bases aéreas enemigas.
- Supresión de oportunidad. Se trata de operaciones no planificadas, que incluye por tanto la autodefensa realizada por las tripulaciones y el ataque a blancos discrecionales.
Estas
capacidades solo están al alcance de un exclusivo club del que pocos países son
miembros. Las misiones SEAD se asocian con las operaciones "Offensive
Counter-Air" (OCA), que engloban:
- Suppression of Enemy Air Defence (SEAD). Realizadas por plataformas capaces tanto de ataque físicos como electrónicos (Electronic Attack, EA) contra radares hostiles.
- Recolección de datos (Electronic Intelligence, ELINT).
Armas
La
supresión se puede lograr destruyendo físicamente la defensa enemiga,
interrumpiéndola, engañándola a través de guerra electrónica o mediante
señuelos y drones. Las operaciones SEAD se pueden realizar por cualquier medio
naval, aéreo o terrestre, incluido el empleo de artillería y las acciones de
fuerzas especiales.
Misiles
y bombas guiadas
Dibujo mostrando los subsistemas del misil HARM. El AGM-88 tiene una velocidad de 2.200 km/h y un alcance de 150 kms. en sus últimas versiones.
Actualmente,
las armas que suelen ser asociadas con esta misión de ataque, son los nuevos
misiles antirradiación (ARM) como el AGM-88 HARM de los Estados Unidos o los
MBDA SPEAR y MBDA ALARM de Europa. Estos misiles se enfocan exclusivamente en
destruir los radares de la defensa aérea, guiándose por sus emisiones. Con 150
kilómetros de alcance el HARM es considerado el mejor misil antiradar. Para
encontrar su objetivo tiene un buscador pasivo capaz de rastrear la señal de un
radar hasta su fuente para destruirlo, incluso si el radar deja de transmitir
ya que el misil apunta a la última posición conocida y puede destruir la fuente
a menos que se mueva rápidamente. La versión AGM-88E incluye un sistema GPS/INS
que puede tener preprogramadas las coordenadas del radar enemigo, aunque deje
de emitir o evite la detección el radar será destruido.
Sin
embargo, un arma usada para una misión SEAD puede ser en realidad cualquiera
que dañe o destruya un componente de un sistema de defensa aérea; por ejemplo,
bombas convencionales de caída libre, bombas de racimo, las bombas guiadas por
láser Paveway, bombas guiadas por satélite GPS o misiles crucero. Todas ellas
llevan munición no específica para SEAD, pero pueden ser usadas para destruir
radares enemigos y lanzaderas de misiles Misil superficie-aire SAM, antes de
lanzar un ataque a gran escala con aviones sobre territorio enemigo. Entre los
sistemas europeos destaca el tándem formado por el cazabombardero Panavia
Tornado IDS/ECR y el misil antirradar BAe/MATRA ALARM.
No
todos los misiles antirradiación pasaron la fase de prototipo. El misil AGM-136
Tacit Rainbow era uno de los diseños más avanzados de su tiempo, siendo de
hecho un dron SEAD que en caso de guerra abriría corredores en las defensas
aéreas enemigas. Con el final de la Guerra Fría fue cancelado en 1991 a pesar
de haber pasado exitosamente la fase de pruebas.
En occidente
el misil antiradar más usado es el AGM-88 HARM, probado en combate en numerosas
ocasiones. La versión AGM-88E podría tener algo de efectivad contra la defensa
aérea de barcos, algo hasta hace poco que se pensaba imposible. La última
versión AGM-88F si promete ser efectiva contra buques, algo dictado por la
rivalidad China-EEUU. Para afrontar los misiles SAM más modernos, como el
S-400, la Marina de los EEUU ha estado trabajando en el diseño del AARGM-ER
(AGM-88F), que utiliza la base del AGM-88E, pero con un sistema de guía
rediseñado y un motor cohete que duplica el alcance e incrementa la velocidad.
El tamaño del misil permite que pueda llevarse en la bodega de armas interna
del Lockheed Martin F-35 Lightning II. El misil también se utilizará por los
F/A-18E/F Super Hornet y EA-18G Growler. El AARGM-ER se empleará asimismo por
la USAF y además será la base para el Stand In Attack Weapon (SiAW), un misil
SEAD lanzado desde plataformas terrestres. Más de 2.000 misiles AGM-88E/F han
sido ya encargados por US Navy, Marines, Italia, Alemania, Australia y Taiwán.
En Europa se ha creado el SPEAR-EW por encargo británico para equipar a la
Royal Air Force en misiones de Supresión de Defensas Aéreas. El desarrollo se
combinará con un sistema de Guerra Electrónica y un sistema de perturbación y
engaño.
No solo
en los países occidentales se han empleado estas armas. El primer misil
antirradiación de la Unión Soviética fue el Kh-22P, desarrollado para
bombarderos pesados a partir del misil Raduga Kh-22 (AS-4 'Kitchen') de 6
toneladas. La experiencia adquirida llevó en 1973 a encargar el Kh-28 (AS-9
'Kyle') para armar a aviones tácticos como el Su-7B, Su-17 y Su-24. A mediados
de la década de 1970, la URSS había desarrollado igualmente la familia Kh-25 de
misiles aire-tierra de corto alcance, incluyendo el Kh-25MP (AS-12 'Kegler')
para uso antirradar. La URSS diseñó el misil Kh-58 para atacar los radares de
misiles de la OTAN, como el MIM-14 Nike-Hércules o el MIM-104 Patriot. El Kh-58
original tenía un alcance de 36 km cuando era lanzado a baja altura, 120 km
lanzado desde 10.000 m de altura y 160 km desde 15.000 m de altura. El Kh-58
entró en servicio en 1982 en el Su-24M 'Fencer D' y en 1991 en el MiG-25BM
'Foxbat-F'. La versión Kh-58E también puede armar al Su-22M4 y el Su-25TK,
mientras que el Kh-58UshE parece estar destinado a los Su-30MKK chinos. La
búsqueda por parte de la URSS de un misil antirradiación eficaz de largo
alcance llevó al Kh-31 en 1982. El Kh-31 entró en servicio en 1988 y se mostró
por primera vez en público en 1991. En 2001, India compró misiles Kh-31 para
sus Su-30MKI y unos pocos Kh-31P se vendieron a China en 1997, aparentemente
para prueba y desarrollo de misiles propios. China compró 200 Kh-31 en 2005,
que se destinaron a los Su-30MKK de la 3ª División Aérea.
Los
misiles antirradiación de la URSS incluían una versión para uso contra aviones
AWACS, al menos así se anunció en la exhibición aérea de Moscú de 1992. Este
misil contaría con un alcance de 200 km, menos de los 300–400 km declarados en
los misiles Vympel R-37 (AA-13 'Arrow') y Novator R-172, pero a cambio podrían
armar a una gama más amplia de aviones. Años después se cree que esta versión
aire-aire del Kh-31 pudo haber sido mera propaganda, aunque persisten los rumores
acerca de la existencia de este tipo de misil, esta vez acerca de los chinos y
el misil YJ-91 derivado del Kh-31P.13
Aeronaves
Existen
aeronaves especializadas en misiones SEAD: Boeing EA-18G Growler, F-16CJ
Fighting Falcon o el ya retirado EA-6B Prowler. Estos son versiones de aviones
especialmente modificados para potenciar su capacidad y eficacia para la
supresión de las defensas aéreas, solo al alcance de grandes presupuestos.
Aparte de los occidentales hay aviones rusos como el MiG-25BM preparados para
la supresión de defensas aéreas enemigas, armados con misiles KH-58 o KH-31.
También está el J-16D chino, creado para interferir, neutralizar y destruir la
defensa antiaérea enemiga. Al igual que el F/A-18G Growler cuenta con un puesto
de pilotaje trasero para el operador de los sistemas.
Entre
estos aviones especializados se encuentran los que cuentan con capacidad
electrónica ofensiva para interferir radares y comunicaciones enemigas y aquellos
aviones con capacidad de lanzar el armamento anti-radiación. En algunos casos
ambos están combinados en un mismo avión (caso del EA-18G Growler o EA-6B). Los
F-16CJ especializados en SEAD están equipados con el pod HTS, que permite
detectar y apuntar automáticamente a los radares con misiles HARM en lugar de
depender solo de los sensores del misil. Con la automatización el operador de
sistemas del F-4G ya no es necesario, del mismo modo que el EA-18G solo cuenta
con 2 tripulantes frente a los 4 del EA-6B. A la lista se añade el F-35, que es
empleado en la USAF por algún escuadrón especializado en misiones de ataque a
centros de mando, control y comunicaciones (C3), en entornos altamente
disputados de guerra convencional. Esto incluye la misión de suprimir, destruir
y engañar a las defensas aéreas de superficie (Surface-Based Air Defenses-SBAD)
compuestas por misiles y artillería antiaéreos, radares y las funciones C3.
De
manera indirecta aviones ELINT/COMINT como los RC-135 o los EC-130 también
colaboran en estas misiones SEAD recopilando datos de señales electrónicas o de
radio (naturaleza, equipo emisor, distancia, etc) previamente al ataque que
permiten identificar los radares y misiles empleados por el enemigo así como
localizar sus emplazamientos. También pueden en algunos casos crear
interferencia electrónica. Esto permite tanto planificar las mejores rutas de
ataque así como las armas idóneas que deben emplearse para acabar o neutralizar
la amenaza para así reducir las bajas de la fuerza atacante.
La USAF
no tiene un avión especializado en guerra electrónica desde la retirada del
EF-111A Raven en 1998. Desde entonces la US Navy es responsable de proporcionar
esa capacidad con sus escuadrones expedicionarios de EA-18G Growler,
anteriormente equipados con los EA-6B Prowler retirados en 2019. Parece ser que
los dos servicios están investigando en drones de guerra electrónica que
realicen ese papel y mientras tanto los F-15E y los F-15EX de la USAF quizás
podrían recibir los mismos equipos de guerra electrónica de los EA-18. La
Fuerza Aérea de los EEUU ya está trabajando para reemplazar su flota de 14
EC-130H que se ha quedado obsoleta y pequeña ante la enorme demanda por una
versión del Gulfstream 550 Airborne Early Warning (AEW) como su nueva
plataforma EC-37B. Por su parte la Armada está actualizando la arquitectura de
los sistemas de misión y estructurales de los 160 aviones EA-18G Growler en
servicio. Esos Growler están especializados en la interferencia de señales de
radar y comunicaciones de las fuerzas enemigas, deshabilitando su capacidad
para detectar y rastrear los aviones estadounidenses y aliados.
Otras
armas
Los misiles de crucero, como el americano AGM-109 Tomahawk, también han sido empleados para atacar emplazamientos conocidos de radar, plataformas de misiles aire-superficie (SAM) y baterías de artillería antiaérea (AAA), minimizando los riesgos para pilotos y aviones sobre territorio hostil.
También
los drones pueden ser empleados en misiones SEAD, de hecho desde 1982 su empleo
es cada vez mayor y parecen ser el futuro de las misiones SEAD. En caso de ser
empleados como señuelos son tomados como aviones reales, con el objetivo bien
de saturar las defensas enemigas o hacer que estas delaten su posición haciendo
posible un ataque. En Líbano (1982) y en Kuwait (1991) los drones fueron
empleados con éxito como señuelos contra las baterías de misiles enemigos.
Rusia ha convertido viejos aviones An-2 en drones para engañar y saturar las
defensas ucranianas. China está haciendo lo mismo con viejos MiG-17 para
emplearlos contra las defensas de Taiwán.
Actualmente
los EEUU investiga el empleo de drones más avanzados, además de replicar el
patrón de vuelo de un avión real son capaces de devolver la señal radar del
avión simulado (B-52, F-15E, B-1, etc). Esto permite que la defensa aérea quede
expuesta a los aviones SEAD. Además se les empieza a dotar también con
capacidad SEAD de manera que de señuelos se conviertan en misiles que destruyan
los emplazamientos de la defensa enemiga. Adicionalmente, los drones cada vez son
más autónomos a la vez que en estos drones la conexión digital permitirá gran
flexibilidad, ya que los aviones de ataque o SEAD pueden ir dirigiéndolos a las
zonas más sensibles a medida que los aviones se internen en territorio enemigo.
Los drones en misión SEAD son muy interesantes ya que evitan arriesgar aviones
en misiones peligrosas, y hay que recordar que nadie que no sea la USAF cuenta
con la capacidad SEAD necesaria para lograr con certeza cierta seguridad frente
a la defensa antiaérea.
Tanto
China como los EEUU investigan la posibilidad de emplear en el futuro
"enjambres" de drones que saturen las defensas enemigas. Muchos
sistemas baratos y desechables podrían ser una mejor alternativa que varios
aviones tripulados costosos. Por tanto, el empleo de grandes números de drones
como armas SEAD es un área que verá muchos cambios futuros. Además en algunos
casos se han utilizado equipos de operaciones especiales en la lucha contra las
defensas aéreas.
La
doctrina soviética de la guerra fría llegaba a contemplar el empleo de
detonaciones de armas nucleares a gran altitud para que su pulso
electromagnético interfiriera los radares de la OTAN.
Actualmente
se contempla también el empleo de artillería como arma SEAD. Israel empleó en
1973 y 1982 artillería de largo alcance para atacar la defensa aérea. La
doctrina militar de los EEUU contempla emplear munición inteligente, disparada
por obuses o cohetes de largo alcance, que destruya emplazamientos SAM
enemigos. Incluso la precisión lograda por GPS puede ser suficiente para
destruir lanzaderas y radares móviles con disparos normales. Los lanzacohetes
MLRS e HIMARS pueden ser usados contra las baterías SAM enemigas una vez que
son localizadas. Su gran alcance les permite destruirlas. Además los EEUU los
diseñó para ser compatibles con el lanzamiento terrestre de misiles antiradar.
Los
avances en electrónica han visto como los aviones de combate más modernos han
sido equipados con sistemas de guerra electrónica automatizados para
autodefensa que identifican las amenazas y activan las contramedidas más
adecuadas. Un ejemplo es el sistema EPAWSS del F-15E Strike Eagle. Este sistema
mejora mucho al AN/ALQ-135, siendo capaz de afrontar los últimos avances en
defensas aéreas. Desde 2021 el Dassault Rafale ha disfrutado de un éxito
comercial significativo debido en parte a su sistema SPECTRA de guerra
electrónica. En combates simulados en Egipto sus Rafale lograron bloquear los
radares de sus Su-35.
Por
último los misiles antibuque son un caso curioso, ya que incluyen la capacidad
de localizar el radar de defensa aérea enemigo para dirigirse contra él. Esto
hace que el uso de misiles antiaéreos semiactivos contra ellos sea peligroso.
Operaciones
en combate
Los
radares son aparatos vulnerables a una amplia gama de tecnologías y armas. Las
primeras medidas fueron dejar caer las llamadas tiras metálicas que crearan
falsos reflejos y también simplemente saturar las frecuencias habituales
utilizadas por los radares. Como los radares más sofisticados pueden hacer frente
a esas maniobras, los sistemas de interferencias se han ido sofisticando para
ser capaces de interceptar las señales y enviar información falsa. Además desde
la guerra de Vietnam se han usado medidas para la eliminación física de los
radares, sofisticándose paulatinamente las armas empleadas.
Un
cuarto de las salidas de combate estadounidenses en los conflictos más
recientes han sido misiones SEAD.
Estas
misiones de ataque se pueden efectuar con aviones diseñados para misiones de
ataque profundo sobre territorio enemigo Avión de ataque a tierra, como el
SEPECAT Jaguar y el Panavia Tornado de Inglaterra, el F-18 Growler de los
Estados Unidos y antiguamente en plataformas como el Dassault-Breguet Super Etendard
de Francia, el Republic F-105 Thunderchief, General Dynamics F-111 Aardvark y
ocasionalmente el Lockheed Martin F-16 Fighting Falcon de los Estados Unidos,
que tienen buen rendimiento de vuelo a poca altitud, donde el aire es más
denso, húmedo y pesado, y es necesario volar bajo a gran velocidad, con vuelos
rasantes sobre el mar para esquivar las señales de radar enemigas, hasta
alcanzar el territorio enemigo y con vuelos entre las montañas para lanzar las
bombas convencionales de caída libre, bombas guiadas por láser y satélite GPS.
Segunda
Guerra Mundial
En esta guerra las defensa aéreas hicieron un amplio uso del radar en tierra y en aviones, haciéndose básico el anularlos para lograr el dominio del aire sobre territorio enemigo o al menos reducir las pérdidas de aviones propios. Las fuerzas aéreas desarrollaron técnicas para interferir en el los radares enemigos, mediante equipos activos o elementos pasivos.
Bombarderos de la RAF lanzando chaff durante un bombardeo.
En 1943
aparecieron los primeros aviones de guerra electrónica, se trataba de
bombarderos B-24 Raven, que operaban en el Pacífico preparando los mapas de
emisiones electrónicas del territorio enemigo para sus planes de operaciones.
En marzo de 1943 un B-24D Liberator equipado con un sistema APR-4 detectó y
localizó el radar japonés en Kiska, Aleutianas.
Posteriormente
en Europa operaron los B-17 Ferret. En 1943 4 B-17F, equipados con APA-24 y
otros equipos electrónicos instalados en la bodega de bombas, llegaron a Túnez
como parte del 16º Escuadrón de Reconocimiento. Se dedicaron a localizar
instalaciones de radar alemanas en el Mediterráneo. Los datos recogidos fueron
empleados para planificar operaciones anfibias (Husky, Avalanche, Shingle,
Dragoon) y organizar misiones de bombardeo de la 15ª Fuerza Aérea. Otros 35
B-17 fueron modificados para misiones Ferret. De mayo de 1943 a septiembre de
1944 se realizaron 184 misiones nocturnas y a baja altura en el Mediterráneo,
identificando 450 instalaciones de radar. En Inglaterra el 36º Escuadrón de
Bombardeo fue encargado desde agosto de 1944 de interferir la señal de radar
alemana, siendo la única unidad de este tipo de la 8ª Fuerza Aérea. Se
emplearon en este rol también los B-24J Crow. En el Pacífico los B-29 Raven
también fueron dedicados a la localización e interferencia de radares enemigos.
Sobre Japón los B-29 equipados para interferir los radares de la artillería
antiaérea fueron un gran apoyo en los raids nocturnos. En los raids diurnos los
B-29 en formación cerrada lograban apoyarse mutuamente al emplear sus equipos
de interferencias.
Aunque tecnológicamente los EEUU demostró estar por delante los ingleses también se aplicaron en la lucha contra los radares alemanes. La RAF en 1942 modificó algunos bombarderos Wellington para dedicarlos a guerra electrónica. El Vuelo Nº 1474 los empleó para conseguir las frecuencias de radar de los cazas nocturnos alemanes y así diseñar contramedidas. Los Escuadrones 214 y 223 del 100º Grupo de Bombardeo de la RAF se dedicaron a guerra electrónica, equipados con Fortress Mk.III (algunos cedidos por la USAF) y Liberator. Los aviones interferían los radares de la artillería antiaérea y los cazas nocturnos. En otro tipo de tácticas los británicos capturaron un radar Würzburg en la costa francesa durante febrero de 1942 y ese mismo año lanzaron la Operación Bellicose para bombardear la supuesta planta de fabricación del radar Würzburg. Además un caza nocturno Junkers Ju88R-1 fue capturado en un golpe de suerte en mayo de 1943. Con todo este trabajo se pudo conocer las frecuencias y longitudes de onda de los equipos de radar alemanes.
A
mediados de 1943 los británicos ya disponían de la suficiente información sobre
los diferentes sistemas de radar alemanes, tanto los empleados en tierra Freya
y Würzburg como los Lichtenstein de la caza nocturna. Las contramedidas
electrónicas aparecieron durante la guerra para reducir la efectividad del
radar. Los ingleses crearon dispositivos de interferencia para sus aviones:
Mandrel, Piperack y Jostle. Mandrel era un bloqueador de señal de los radar
Freya. En 1943, los ingleses equiparon a sus bombarderos con el sistema Boozer,
que detectaba las señales de los radares Liechtenstein, avisando a los pilotos
de la presencia de un caza nocturno que se aproximaba. También instalaron en
algunos cazas nocturnos Beaufighter el sistema Serrate, un receptor para
detectar los pulsos del radar Liechtenstein. Los Beaufighter volaban muy lento
junto a los bombarderos para engañar a los cazas nocturnos alemanes, y cuando
estos se acercaban trataban de ponerse en su cola para derribarlos.
En 1943
los aliados empezaron a usar en sus bombarderos equipos de interferencias y las
nuevas técnicas Window (chaff) para confundir la señal del radar alemán. Al
final del año 1943, los bombarderos americanos utilizaban ya masivamente
perturbadores activos y pasivos en sus misiones sobre Alemania. En noviembre de
1944 más del 50% de la 8ª Fuerza Aérea estaba equipada con “perturbadores”,
esto es equipos electrónicos y 50 kilogramos de “chaff”. Con un equipo similar
volaban los Stirling, Halifax y Lancaster de la RAF. Se cree que ayudaron a
reducir los derribos logrados por la artillería antiaérea alemana, dirigida por
radar. Más de 4.000 baterías antiaéreas dirigidas por radar Wurzburg defendían
los objetivos importantes, derribando muchos bombarderos aliados.
Sin
embargo la mayor parte de las acciones fueron de guerra electrónica y apenas
hay acciones organizadas de los aviones contra los radares o artillería
antiaérea enemigos, como fue el caso puntual de los ataques de la Luftwaffe
contra las estaciones radar inglesas en 1940. Se empleó la artillería y ataques
de bombarderos pesados contra la artillería antiaérea alemana en las grandes
operaciones aerotransportadas (Market Garden, Varsity), pero sin gran éxito.
Los británicos emplearon en las grandes operaciones la artillería contra los
radares y emplazamientos de artillería antiaérea, así en el Día D la artillería
naval británica destruyó las antenas del radar de Douvres, que después fue
tomado por los Royal Marines tras una dura lucha. Durante Market Garden los
P-47 Thunderbolt atacaron posiciones antiaéreas alemanas para proteger a los
aviones que llevaban a los paracaidistas. En Market Garden los aliados
reclamaron la destrucción de 118 posiciones antiaéreas y daños en otras 127,
pero perdieron 104 aviones derribados por los artilleros alemanes. Solo el
primer día de la operación fue un éxito en cuanto a supresión de defensas aéreas.
En el Pacífico los americanos destinaban los B-25J del 499º Escuadrón de la 20ª
Fuerza Aérea para trabajar en equipo, un avión localizaba el radar y guiaba a
los otros para destruir estaciones de radar de los japoneses. En Europa se
volaron misiones similares empleando los P-38. Los Beaufighter del Comando Costero
tenían secciones especializadas en atacar los barcos antiaéreos de los convoyes
alemanes.
La
mayor parte de proyectos que implicaban ataque deliberado a los radares no
llegó a probarse en combate: Abdullah (RAF) probado por el 1320 Special Duty
Flight, Perfectos (USAAF), Hookah (RAF) o la bomba guiada BV-246 Hagelkorn
(Luftwaffe). Los EEUU creó la bomba guida Moth, basada en la Mk7 Pelican de la
US Navy. La US Navy cedió el proyecto a la USAAF, que quería emplear la bomba
contra los radares alemanes.
La
Luftwaffe también empleó contramedidas. Después de Hamburgo la Luftwaffe fue
autorizada a utilizar Düppel (el nombre alemán para el Chaff) durante una
incursión nocturna en octubre de 1943. En las incursiones de 1943 y la
Operación Steinbock entre febrero y mayo de 1944 el empleo de Düppel permitió a
los bombarderos alemanes volar sobre Londres. Sin embargo el pequeño número de
bombarderos en relación con la gran fuerza de cazas nocturnos le quitó
efectividad. A los alemanes les fue mejor durante el ataque aéreo a Bari el 2
de diciembre de 1943, cuando los radares sí que fueron engañados por el Düppel.
Desde diciembre de 1943 la caza nocturna empleó el sistema Flensburg, que
informaba a los pilotos cuándo un radar enemigo los había detectado. Los
alemanes crearon varios equipos para interferir el radar: Caruso, Breslau II,
Karl II, etc.
En el
Pacífico la Armada japonesa creó su versión del Chaff, llamada Giman-shi. Se
utilizó por primera vez con cierto éxito durante las batallas nocturnas en las
Islas Salomón de mediados de 1943. Esta contramedida fue efectiva contra los
radares métricos, pero no con los centimétricos. La escasez de aluminio limitó
su fabricación y uso. En febrero de 1945 en Iwo Jima el Giman-shi se utilizó
con éxito para el ataque contra el USS Saratoga. Japón estudió un arma SEAD, El
I-Go Model 1 Hei. Era una bomba con un micrófono en la punta que debía
dirigirme contra los cañones antiaéreos Mk4 40mm de los buques americanos
shipboard anti-aircraft guns.
Corea
Aviones Douglas RB-26C Invader del 67ª Ala de Reconocimiento Táctico en Corea, 1951.
En
Corea se emplearon las mismas tácticas para suprimir la defensa aérea enemiga,
empleo de poder de fuego y ataque directo. Se sabe que se usaron con éxito los
aviones B-29, B-25 y B-26 como aviones de reconocimiento electrónico y
perturbadores. En 1951 se decidió empezar a montar equipos APA-24 de detección
de señales radar en aviones B-26. El B-29 era ya conocido como el “puerco espín”
por las numerosas antenas de sus equipos de interferencias. Los A-26 de la 67ª Ala
de Reconocimiento Táctico de la USAF equipados con sensores APA-24 localizaban
radares enemigos y dirigían a otros aviones contra las posiciones de la defensa
aérea coreana.
Para
los ataques nocturnos la USAF equipó a sus escuadrillas de B-29 con
dispositivos de saturación electrónica para interferir las radios y los radares
de guía y de artillería antiaérea de la defensa norcoreana. Además se asignaban
A-26 y Corsair para apoyar los ataques nocturnos de los B-29, suprimiendo los
reflectores mediante el empleo de bombas de fragmentación. Más éxito tuvo el
empleo de Chaff para cubrir las misiones de los B-29. La US Navy investigó
convertir algunas de sus bombas guiadas ASM-N-2 Bat para atacar las defensas
aéreas norcoreanas, pero la idea fracasó debido que no se contaba con
buscadores perfeccionados para guía.
Tras la
guerra de Corea las misiones SEAD se asignaron en la USAF al 9º Escuadrón de Reconocimiento
Táctico, que remplazó los A-26 por EB-47 y más tarde por RB-66 Destroyer. Una
lección de Corea fue que los equipos de interferencias no se debían instalar en
viejos aviones como los B-25, sino en otros más modernos que pudieran ir con
los reactores de ataque.
Guerra
Fría
Inicios
amenaza SAM
Antes
que nada hay que señalar que la Segunda Guerra Mundial supuso entre los aliados
el nacimiento de dos conceptos de aviación. Por un lado una aviación táctica
que golpeaba rápido, bajo y con relativa precisión, actuando conjuntamente con
unidades terrestres y navales en el frente de batalla. Del otro lado una Fuerza
Aérea distinta, que contaba con la capacidad de decidir sus propios objetivos,
equipos y existía como rama independiente. Ambas evolucionaron después de 1945 basándose
en las experiencias propias y misiones de combate vividas en la guerra. En los EEUU
se añadía además el arma aérea naval.
Los misiles comenzaron con los años a convertirse en armas más efectivas y reemplazaron a los cañones antiaéreos debido a que eran más efectivos frente a la amenaza de los bombarderos nucleares y los aviones a reacción. Los Estados Unidos introdujo los misiles Nike Ajax y la URSS el SA-2. Los misiles de corto alcance muy pronto siguieron el mismo camino. En la década de 1960 los ejércitos modernos empleaban ya muchos misiles antiaéreos. Las misiones SEAD se cargaron como consecuencia de componente tecnológico al implicar cada vez más electrónica, y la manera de afrontar las misiones cambió para siempre después de Vietnam. Allí la electrónica pasó a un nuevo estadio en que se buscaba emplear la tecnología para ayudar a destruir la defensa aérea enemiga, no solo interferirla.
La URSS comenzó enseguida a investigar en misiles tierra-aire (SAM) debido a que Stalin le obsesionaba que Moscú pudiera sufrir ataques aéreos de bombarderos americanos y británicos. En 1951 exigió contar lo antes posible con un sistema SAM que pudiera hacer frente a ataques aéreos, lo cual llevó al sistema antiaéreo S-25 Berkut (SA-1). Las primeras unidades entraron en servicio en mayo de 1955, y el anillo de SAM alrededor de Moscú se consideró completado en junio de 1956. Como el S-25 era estático la URSS se puso a trabajar en un sistema menor, más económico y más móvil, que acabó con la aparición del S-75 Dvina (SA-2 para la OTAN).
En 1960 un misil SA-2 derribó un U-2 de la CIA sobre la URSS. En 1962 dos U-2 fueron derribados por misiles SA-2, uno sobre Cuba y otro sobre China. Occidente ya sabía hacía tiempo del peligro que suponían los SA-2, de hecho durante la crisis de los misiles numerosos emplazamientos de SA-2 fueron fotografiados lo que fue interpretado correctamente como un medio de defensa de objetivos importantes, y en caso de invasión hubieran sido atacados. Fueron los comienzos de décadas de jugar al gato y al ratón entre las defensas antiaéreas y los aviones de ataque. La USAF conocía la amenaza y evolucionó las contramedidas empleadas por los bombarderos desde la Guerra de Corea. Muestra de los nuevos tiempos fue la aparición de los aviones espía U-2 fueron reemplazados por los SR-71, cuya velocidad y contramedidas le hicieron inmune a los misiles SAM y aire-sire que se dispararon contra ellos. Se crearon aviones de guerra electrónica específicamente dedicados a ayudar a los bombarderos nucleares a penetrar las defensas soviéticas, como los Boeing EB-47 o EB-66, y equipando a sus bombarderos nucleares B-52 continuamente con mejores contramedidas y señuelos. Un ejemplo es el paquete de guerra electrónica Phase IV y Phase V (Blue Cradle) que equipaba a los EB-47E a finales de los años 50, consistía en 16 equipos AN/ALT-6B montados en un contenedor que se instalaba en la bodega de bombas y permitía centrarse en frecuencias específicas. La USAF llevaba con extrema discreción su programa EB-47E, no hay números pero se estima que 40 B-47E fueron convertidos. Todo este esfuerzo e interés se debía en parte a que los altos mandos de la fuerza de bombarderos estratégicos eran conscientes de la importancia de la guerra electrónica, dadas sus experiencias en combate sobre Alemania o Japón. La experiencia de los B-29 en Corea ratificó su decisión de contar con contramedidas para interferir el radar y comunicación enemigos.
Antes
de 1960 ya se recibieron informes referentes a los misiles SA-2. En 1962 se
empleó un dron AQM-34 Ryan para sobrevolar Cuba y tratar de obtener señales
electrónicas de un SA-2 y su radar de guiado. Con datos obtenidos por la CIA en
Rusia e Indonesia se construyó un modelo del SA-2 en Tullahoma para simular su
vuelo y ensayar maniobras de vuelo para neutralizarlo. Como consecuencia de la
crisis de Cuba y la precisión de los SA-2 la US Navy decidió iniciar un
programa de misiles antirradiación, encargando a Texas Instrument la
investigación. La compañía Bendix recibió el encargo de la US Navy de crear un
aparato que avisara a los aviones cuando un radar de guiado de misiles les
había localizado.
Sin
embargo los cazabombarderos de la USAF dependían de un mando distinto y la
defensa contra misiles fue dejada bastante de lado hasta Vietnam. A los pilotos
no les gustaba cargar con un contenedor de contramedidas que perjudicaba las
prestaciones de sus aviones ni sus jefes habían pasado por una experiencia de
combate donde interferir los radares de la defensa aérea fuera necesario. No se
consideraba a los misiles SA-2 como una amenaza para las misiones tácticas. A
los caza bombarderos solo se les equipaba como mucho con equipos que les
advertían que habían sido detectados por los radares enemigos. Sin embargo la
inquietud existía entre algunos mandos y en 1964 en el ejercicio Goldfire se
ensayó con aviones F-100F Súper Sabre equipados con sensores QRC-253-2 para
localizar baterías de misiles MIM-23 Hawk. Ese mismo año las maniobras Desert
Strike tuvieron lugar en el desierto de California, enfrentando las fuerzas
aéreas a varios batallones de misiles Hawk del ejército que reforzaron al bando
que hacía el papel de defensores. Los resultados ratificaron que los SAM era
una amenaza a considerar.
En 1963
la USAF probó los equipos de contramedidas QRC-160, entre ellos uno diseñado
para interferir la señal del radar Fan Song. Estos equipos estaban destinados a
los aviones F-100D y Republic F-105. Se planificó equipar con equipos de
contramedidas también a los RF-101, F-4, RF-4 y F-111. Sin embargo los aviones
mejor equipados para guerra electrónica del Mando Aéreo Táctico (TAC) eran los
Douglas B-66 Destroyer. Se creó la variante de reconocimiento electrónico
RB-66C, que empleaba equipos de aviso de señal radar, detección de dirección,
análisis de frecuencias, chaff y equipos de interferencias. Los RB-66C solían
desplegarse en Europa para entrenarse volando a lo largo de las fronteras con
el Pacto de Varsovia. También estaba la versión RB-66B dedicada a la
interferencia de comunicaciones y señales electrónicas. El TAC creó una
doctrina táctica, donde los RB-66B debían escoltar a los bombarderos B-66. Pero
en 1965 los B-66 no estaban ya en primera línea y la doctrina no era compartida
por otras unidades. El TAC creía que estaba haciendo lo suficiente para
equiparse con contramedidas modernas suficientes, aunque se apostaba más por la
calidad que por la cantidad y ello supuso que no había ni pilotos ni aviones
preparados en gran número.
La US Navy y Marines por su parte investigaron el empleo táctico de contramedidas a los misiles y radares soviéticos. Así se contaba con aviones especializados en contramedidas electrónicas para enfrentarse a la defensa aérea soviética. A finales de la década de 1950, varios aviones F3D-2 de los Marines fueron convertidos en aviones de guerra electrónica F3D-2Q (más tarde EF-10B). Se investigaba también en armas que sus aviones pudieran emplear en un ataque nuclear a la URSS para destruir radares enemigos. El proyecto Corvus combinó la bomba guiada Bat con un buscador y una cabeza nuclear de 10kT nuclear para guiarse contra el radar de control aéreo de las bases rusas, y destruir la base entera. Buscando un arma que se pudiera emplear en una guerra convencional en 1963 se encargó el misil antiradar AGM-45 Shrike, uniendo una nueva cabeza buscadora al cuerpo de un misil AIM-7 Sparrow. No contenta con sus prestaciones la US Navy incorporó años después el AGM-45B, que mejoraba mucho las prestaciones, y siguió investigando hasta tener el misil AGM-78 Standard en 1968.
La URSS
asumió que en caso de guerra tendría que combatir sin superioridad aérea. En consecuencia
se dedicaron en dotarse de una potente artillería antiaérea, combinando
múltiples sistemas con tecnologías y características distintas, que les
permitiese neutralizar la prevista superioridad aérea de la OTAN. La doctrina
soviética buscaba crear un sistema de defensa aérea integral, este consistía en
una red integrada de radares que guiaba a los misiles SAM y los cazas. La
artillería antiaérea la complementaba, defendiendo a baja altura los objetivos
de valor. La doctrina occidental era más descentralizada. La OTAN entendía la
importancia de contrarrestar los radares soviéticos, pero tardaría años en
entender el concepto de defensa integrada soviética. La OTAN enfocaba hasta
Vietnam la guerra electrónica más al espionaje de señales enemigas que a luchar
contra los radares y defensas aéreas, empleando de modo ofensivo contramedidas
que permitieran penetrar las defensas enemigas. Se contemplaba solo la
interferencia de los radares.
Post
Vietnam
La
experiencia estadounidense en Vietnam, y posteriormente la israelí en octubre
de 1973, cambiaron totalmente la doctrina occidental introduciendo la
tecnología como arma de combate en todas las fuerzas aéreas. Aunque durante la
guerra de Vietnam las nuevas armas y equipos SEAD aumentaron la eficacia se
seguía viendo cómo algo táctico, esto es subordinado al éxito de cada misión
individual.
A finales de la década de 1960, el sistema de defensa soviético se componía de tres niveles de defensa, con diferentes misiles disponibles: SA-4 de largo alcance para defensa de área, SA-6 de alcance medio y del misil SA-8 de corto alcance. La defensa de punto era asumida por el misil SA-9 y el ZSU-23-4P. Todos ellos eran sistemas móviles, transportados por lanzaderas sobre ruedas y orugas. La experiencia de Vietnam mostró que era necesario realizar misiones SEAD, pero estas eran en Vietnam un medio de ayudar a los aviones de ataque. Las defensas aéreas atacadas eran las que estaban en la ruta de ataque y cerca del blanco. La guerra de 1973 demostró que las misiones SEAD debían ir más allá y buscar primero acabar con la defensa aérea para poder permitir a los aviones operar libremente.
La
experiencia en Vietnam llevó a la USAF a desarrollar sofisticados aviones
especializados destinados específicamente a atacar las defensas aéreas como el
F-105G/F. Este incorporaba un Oficial de guerra Electrónica (EWO) que manejaba
los complejos equipos. Era necesario un equipo ALR-46 RAHW que avisaba del
radar enemigo, gracias a su capacidad de gestionar simultáneamente hasta 16
señales radar de entre 2 y 18 GHz y priorizarlas automáticamente. Además el EWO
manejaba un equipo APR-35 para apuntar los AGM-78 Standard, un equipo de
adquisición de objetivos Bendix APS-107, un sistema de geolocalización de
emisiones Itek y un pod de interferencias AN-ALQ-105. El AGM-78 Standard,
gracias a los avances tecnológicos, tenía un sistema de guía preprogamable que
corregía automáticamente el rumbo y lo dirigía hacia su objetivo incluso si
había apagado el radar. Todo este despliegue tecnológico era impensable en
1965. Todo esto no era suficiente y eran necesarios aviones F-4 que los
acompañaran equipados con equipos ALR-46 y ALR-56 de geolocalización. En
Vietnam también los equipos norvietnamitas evolucionaron, operando en
frecuencias que los sensores de los aviones SEAD no estuvieran preparados para
escanear.
Además
de armas ofensivas Vietnam también hizo que evolucionarán las armas defensivas
contra la defensas aéreas. Así la USAF se equipó con los sistemas de
contramedidas ALQ-75, 77 y 87 y la US Navy con los ALQ-76 y 81, así como con
los detectores de radar APR-25 y ALR-46. Vietnam supuso un gran avance a las
capacidades de guerra electrónica de la aviación táctica. La experiencia llevó
también a incorporar los aviones EF-111A, F-4G Wild Weasel y el misil antiradar
HARM. La URSS logró en Vietnam hacerse con equipos de contramedidas
occidentales, lo cual unido a las lecciones de combate le ayudó a lograr en la
década siguiente un salto en calidad y prestaciones de sus misiles SAM.
Después
de la experiencia de Vietnam y de la guerra de octubre de 1973 la OTAN empezó a
contar con armas y tácticas más eficaces para afrontar los sistemas SAM
soviéticos, refinándose con las experiencias en el mundo árabe y África. De los
éxitos iniciales contra los israelíes en 1973 se pasó apenas 10 años más tarde
a graves bajas entre los SAM cuando se las vieron contra los nuevos aviones
SEAD, AWACS y equipos de guerra electrónica.
Finalizada
la guerra de Vietnam la USAF no solo no disolvió sus unidades SEAD, sino que
ante la eventualidad de una guerra en Europa las reforzó para poder hacer
frente a la defensa aérea del Pacto de Varsovia, equipando sus unidades SEAD
con el nuevo y mejor F-4G y el nuevo EF-111, y con el nuevo misil HARM. Los
F-4G Wild Weasel debían acabar con los radares en caso de guerra, privando a la
defensa área divisional soviética de sus medios de detección y obligándola a la
detección y adquisición de blancos visual. Dado que en Alemania las nubes
bajas, baja visibilidad y terreno con colinas es lo habitual depender de
adquisición visual aumentaría la supervivencia de los aviones de ataque como el
A-10 y posibilitaría la destrucción de las lanzaderas SAM. Inspirados en el
EA-6B los EF-111 daban la capacidad de interferir las señales, parte importante
de la doctrina americana, reemplazando a los ya anticuados aviones de guerra
electrónica EB-66 y EB-57.
Además los aviones tácticos a partir de entonces debieron contar con nuevas tácticas de vuelo y nuevos equipos para sobrevivir a los SAM. Pero instalar equipos de interferencia activos a los aviones diseñados en los años 60 no era tarea fácil. La gran mayoría se diseñaron sin pensar en las ECM. Era técnicamente factible, pero el coste era muy elevado y se tardaba demasiado tiempo por lo cual empezaron a aparecer los contenedores externos que contenían equipos de guerra electrónica. En Europa la USAF contaba con tres aviones que debían complementar sus capacidades para derrotar a las defensas aéreas enemigas: EF-111 Raven'', F-4G Wild Weasel y EC-130H Compass Call. Lo mismo pasó con la US Navy, que tras la experiencia de Vietnam decidió que cada portaviones debía embarcar un escuadrón de EA-6B Prowler, compuesto por 4 aviones. La experiencia israelí en Líbano demostró que las misiones SEAD no debían limitarse a apoyar las misiones de ataque sino que destruir la defensa aérea enemiga debía ser un objetivo principal para asegurar la victoria. Líbano también demostró la validez del dron como vector SEAD, por lo que los EEUU lanzó el programa Tacit Rainbow como complemento del misil antiradar AGM-88.
Para
mejorar la preparación de los pilotos en 1981 el USAF Tactical Air Warfare
Center inició los ejercicios Green Flag en Nevada, dando una experiencia
realista en guerra electrónica. La Pacific Air Force (PACAF) hizo lo mismo en
Filipinas con Cope Thunder y a finales de la década de 1980 le siguió la USAF
Europe (USAFE).
La
Unión Soviética también contaba con unidades SEAD. El MiG-25BM estaba dedicado
a supresión de defensas aéreas, era el equivalente al F-4G. Aunque la táctica
era muy diferente, armado con cuatro AS-11 Kilter el MiG-25 haría valer su
velocidad para zafarse de los cazas enemigos y acercarse a los radares para
disparar sus misiles antes de que se pudiera reaccionar. Las doctrina SEAD
desarrollada por los EEUU se tuvo en cuenta, pero más para mejorar las defensas
aéreas que para desarrollar una doctrina SEAD soviética. Se pensaba que
eliminar las defensas aéreas de la OTAN solo debería hacerse en caso de guerra
en Europa y como parte de una ofensiva planeada y coordinada. Así se
contemplaba incluso el empleo de misiles balísticos OTR-21 contra las
lanzaderas de misiles Hawk y Patriot de la OTAN, y de este modo abrir huecos en
la defensa aérea. La URSS tenía claro los objetivos de la OTAN que debía tomar,
por tanto su doctrina se basaba en ganar la superioridad aérea en los
corredores que llevaban a ellos. A lo largo de estos corredores operarían los
aviones SEAD del Pacto de Varsovia. Para las misiones SEAD los soviéticos
empleaban tácticas más pasivas que los Wild Weasel americanos, que hacían
hincapié en la iniciativa y empleo de sistemas activos. Cada oleada de ataque
aéreo contaría con 4-8 aviones dedicados a misiones SEAD, mezclados con los
aviones de ataque y no por delante como era la práctica de los Wild Weasels.
También se confiaba en los misiles antirradiación arma básica del arsenal SEAD,
pero de modo distinto. Dado que se esperaba que la artillería diera cuenta de
muchos emplazamientos SAM de la OTAN cercanos al frente, los misiles eran
importantes para destruir los emplazamientos SAM más alejados. Por ello, y por
el retraso tecnológico, los misiles soviéticos eran mayores que los
occidentales. El misil Kh-28 era cuatro veces mayor que el AGM-45, y cuatro veces
mayor alcance. Así como los Wild Weasel operaban dentro del radio de alcance de
los SAM los soviéticos contaban con operar más allá. El Su-24M era un ejemplo
de avión SEAD soviético, un avión grande capaz de cargar varios misiles KH-28 y
dispararlos lejos del radio de alcance del SAM. También los aviones ECM
soviéticos eran mayores que sus equivalentes de la OTAN. Así las misiones del
EF-111 y EA-6B las realizaban versiones de bombarderos como el Tu-22P.
La
experiencia de Vietnam y octubre 1973 hizo que a principios de la década 1970
estuviera claro para la URSS que una nueva generación de sistemas de defensa
aérea eran necesaria para hacer frente a los nuevos aviones de combate y las
capacidades de guerra electrónica y contramedidas. Surgió así por ejemplo el
nuevo sistema S-300V para reemplazar al SA-4. Estos sistemas llegaron ya en la
fase final de la Guerra Fría. Aún no se han enfrentado los avances SAM con los
nuevos SEAD occidentales en un conflicto abierto. Solo en la guerra civil siria
ha habido tanteos entre aviones israelíes y la defensa aérea siria. Contra la
amenaza de los misiles anti-radar se recurre en los nuevos misiles rusos a los
señuelos o falsos emisores y cortando la emisión de los equipos verdaderos ante
la detección del peligro. Los misiles anti-radar obligan al uso restringido de
las emisiones, llevando a cabo las misiones mediante combinaciones de equipos
con emisiones sectoriales o dirigidas.
Crisis
de Cuba
Los EEUU
ya conocía el SA-2, y su presencia en Cuba confirmaba que la CIA tenía razón en
cuanto a los misiles balísticos. Los rusos solían proteger con misiles SA-2
objetivos importantes. La URSS desplegó dos divisiones de defensa aérea en
Cuba, que totalizaban 114 lanzadores de SA-2.
Parte
de las misiones de reconocimiento de los EEUU era localizar las defensas aéreas
soviéticas, física y electrónicamente. Estas defensas comprendían 24
emplazamientos de misiles tierra-aire. En caso de ataque deberían ser
destruidas.
Los
rusos tenían órdenes de solo actuar en caso de amenaza directa. Por ello los
soviéticos no encendían sus radares. Esto dificultaba analizar las señales y
diseñar contra medidas.
Vietnam
Vietnam
del Norte fue recibiendo ayuda de la URSS y a medida que avanzaba la guerra
contaba con una cada vez más amplia red de radares para dirigir misiles SAM y
guiar a sus cazas MiG. También se recurrió a perturbadores de radar y
comunicaciones contra los americanos. Los misiles SAM no eran muy certeros,
pero derribaban aviones y obligaban a los americanos a cambiar sus tácticas,
haciéndolos más vulnerables a la artillería antiaérea y los MiG. Muchas veces
las baterías de misiles SAM tenían prohibido disparar para no derribar los MiG
vietnamitas, pero esto los americanos no lo sabían.
Los
estadounidenses se vieron obligados a mejorar sus contramedidas y crear nuevas
tácticas y armas para luchar contra las defensas aéreas. Las estadísticas
americanas acerca de la efectividad de la defensa aérea vietnamita reflejan
estos cambios:
- 1965: 194 disparos de misiles SAM. 11 aviones derribados. Ratio: 5.7% (1 derribo por cada 17 misiles).
- 1966: 1.966 disparos de misiles SAM. 31 aviones derribados. Ratio: 1.2% (1 derribo por cada 63 misiles).
- 1967: 3.202 disparos de misiles. 96 aviones derribados. Ratio: 3.0%. (1 derribo por cada 33 misiles).
- 1968: 322 disparos de misiles. 3 aviones derribados. Ratio: 0.9% (1 derribo por cada 107 misiles).
- 1972 (Linebacker): 4.244 disparos de misiles. 49 aviones derribados. Ratio: 1.15%. (1 derribo por cada 877 misiles).
Los
inicios de Operaciones SEAD: Rolling Thunder
El
reconocimiento fotográfico ya había detectado la presencia de lanzadores de
SA-2 en Vietnam. En julio de 1965 un misil SA-2 derribó su primer avión sobre
Vietnam. Aunque contaban por entonces todavía con pocos lanzadores los
vietnamitas los protegían moviéndolos y camuflándolos, creando señuelos y
colocando su artillería antiaérea de modo que los protegieran. Se estima que
Vietnam llegó a contar con una batería SAM real que rotaba entre unos 3
emplazamientos fijos, en los que no había misiles reales se colocaban señuelos.
Tras los primeros derribos los EEUU anuló la prohibición existente de atacar
las baterías SAM por miedo a matar a asesores soviéticos. En los primeros
ataques a los lanzadores de SA-2 se perdieron muchos aviones americanos.
La guerra
aérea sobre Vietnam cambió el 24 de julio de 1965, cuando un avión F-4C de la
USAF fue derribado y otros tres dañados por misiles SA-2. Los cuatro Phantom
realizaban una misión bajo el distintivo Leopard, protegiendo a los aviones de
ataque de los cazas enemigos (MiGCAP). Tres días más
tarde se lanzó una Operación Iron Hand para
atacar los emplazamientos SAM operacionales, desplegados principalmente
alrededor del área Hanói-Haiphong y hasta
entonces fuera de los límites marcados para ser atacados. Los vietnamitas
previeron el ataque y sacaron los misiles, reemplazándolos con señuelos,
mientras pusieron todos los cañones antiaéreos disponibles en las rutas de
aproximación. La táctica funcionó, causando fuertes bajas estadounidenses. A
largo plazo este incidente llevó a una revolución en el combate, desde entonces
los sistemas de misiles guiados por radar eran una amenaza para la aviación
táctica y se comenzó a hablar de crear un grupo especial entrenado y equipado
para combatir los misiles.
A pesar
de que la aviación militar táctica estadounidense era la mejor del mundo, la
amenaza de los misiles tierra-aire era todavía nueva y no era bien conocida. En
1965 no se había desarrollado ninguna táctica, ni entrenamiento, ni sistemas de
detección, advertencia o autoprotección a bordo de los aviones. Los pilotos de
combate simplemente no tenían idea de que al volar sobre una capa de nubes, era
imposible ver el lanzamiento de un misil SAM y que si volaban juntos en las
nubes no tenían ninguna posibilidad de evadir nada. Al principio la USAF no
estaba preparada para combatir los SAM y sus aviones EB-66C y EC-121 solo
recogían información acerca de las emisiones de radar de los vietnamitas,
pronto la misión cambió a realizar contramedidas electrónicas contra esos
radares y se destinaron aviones EB-66B a Tailandia. También se recurrió poco
después a interferir los radares de los MiG con barquillas ALQ-72 y AAQ-8
instaladas en los aviones de ataque. Sin embargo, esto no era suficiente ya que
Vietnam del Norte integraba sus radares con su red de alerta temprana, lo que
le permitía detectar a los estadounidenses y coordinar sus defensas: baterías
SAM, artillería antiaérea y cazas interceptores. Hacía falta algo más para
luchar contra la defensa aérea y reducir las bajas en los cazabombarderos. Los
misiles SAM norvietnamitas suponían de hecho que quien controlaba el aire era
Vietnam del Norte, al negar a los aviones americanos volar libremente.
Por
parte de la USAF no se contaba con aviones de guerra electrónica que pudieran
acompañar a los aviones atacantes e interferir los radares y comunicaciones de
la defensa aérea. Solo unos cuantos EF-10B de guerra electrónica de los Marines
estaban equipados con contramedidas electrónicas que pudieran interferir los
sistemas de guía y rastreo de los misiles superficie-aire SA-2,
sobrecargándolos con ruido de radiofrecuencia. El VMCJ-1 llevó a cabo en abril
de 1965 la primera misión de interferencia de radar. Los Marines pronto
desplegaron sus EA-6A, equipados con pods ALQ-86 de interferencias. La US Navy
le siguió destinando aviones EKA-3B con el mismo fin.
Impactos de bombas de racimo lanzadas durante una misión Wild Weasel sobre un emplazamiento de SA-2.
En
abril de 1965 hizo su aparición una nueva arma cuando un A-4E de la US Navy
disparó el primer misil anti-radar AGM-45. En octubre de 1965 la USAF creó
unidades especializadas en luchar contra los misiles SAM, los llamados Wild
Weasel. Su objetivo ya no era interferir sino atacar los radares y la
lanzaderas de los lanzadores SAM y lograr inhabilitarlos( por destrucción o que
desistieran de emitir o disparar). Los primeros aviones fueron F-100F Súper
Sabre equipados con equipos rudimentarios, que advertirían del lanzamiento de
un misil e indicaban la posición del radar que lo guiaba. Cada F-100F contaba
con un piloto, elegido de entre los mejores pilotos de caza, y un oficial de
guerra electrónica, elegido entre los mejores especialistas en uso de equipos
electrónicos de B-52.
Asimismo se emplearon aviones EB-66C, especialmente equipados para interferir
los radares enemigos, y drones Firebee para interferir los radares. La CIA
compró en Indonesia aviones MiG-21 y un radar Fan Song, lo cual ayudó a diseñar
contramedidas. Tras la guerra de 1967 Israel vendió a los EEUU una batería de
misiles SA-2 capturada en el Sinaí. Mediante drones se consiguieron en 1966 las
frecuencias de los SA-2 y sus radares de guiado. De este modo la USAF
desarrolló mejores equipos de contramedidas y de aviso de ser detectados por
SA-2. Asimismo gracias a un prototipo simulado de un SA-2 los pilotos
americanos aprendieron a evitar los misiles SA-2 que se les aproximaban
mediante maniobras bruscas. El 22 de diciembre de 1965 un F-100F logró
la primera destrucción de un SAM enemigo, en un ataque a Yen Bai.
En
julio de 1966 el F-105F Thunderchief tomó el relevo en las misiones Wild Weasel
en la USAF hasta el fin de la guerra. Era más apto ya que era más rápido, ágil,
con mayor cantidad de armamento y autonomía. Los F-105 empleaban también el
misil anti-radar AGM-45 Shrike desarrollado por la US Navy. El sistema de guía
del Shrike al ser programado solo podía reconocer y atacar una banda de radar
específica, o un conjunto limitado de bandas radar. Un AGM-45 solo podía atacar
por tanto a uno o unos pocos tipos de radar, porque no reconocía al resto. Así
que las misiones SEAD tenían que llevadas a cabo por varios aviones, cargados
con el mayor número de Shrike, cada uno calibrado de forma distinta para cubrir
la mayor cantidad posible de radares con los que la misión se podía encontrar.
En 1967 llegó el F-105G, con equipos mejorados y además entró en servicio un
nuevo misil, el AGM-78 Standard, con mejores características.
Por
parte de la Armada se realizaban desde abril de 1965 misiones Wild Weasel,
llamadas Iron Hand en la US Navy, incorporándose en 1968 el A-6B, versión
modificada especialmente para estas misiones que reemplazó a los A-4 y A-7 en
estas misiones. A diferencia de la USAF la US Navy no creó escuadrones
especializados, sino que aviones A-6B se asignaban a los escuadrones de ataque
equipados con A-6. Esto a su vez daba mayor flexibilidad ya que permitía
escoltar los ataques o emparejar a los A-6B armados con misiles anti-radar con
aviones de ataque (A-4 o A-7) armados con bombas para realizar misiones
específicas de ataque a las baterías SAM y radares de defensa aérea.
Maduración
de las misiones de supresión de defensas aéreas
La
movilidad de las baterías SAM y la presencia de artillería antiaérea
protegiendo a los misiles obligó a buscar la solución en la tecnología,
apareciendo los aviones Wild Weasel. Dado el funcionamiento de un misil SA-2 se
recurrió también al uso de contramedidas electrónicas. El proceso de disparo de
un SA-2 empezaba con el radar P-15 Flat face, este detectaba el blanco y lo
pasaba al radar P-12 Spoon rest de búsqueda. A su vez este pasaba la
información al radar Fan Song de guiado. Por ello interferir electrónicamente
cualquiera de los radares y señales significaba dejar a la batería fuera de
servicio. Por tanto los aviones de la USAF y US Navy comenzaron a equiparse con
pods de contramedidas que creaban falsa información electrónica para los
radares de los SA-2. Además pronto se descubrió que una formación cerrada de
F-105 aumentaba la efectividad de las contramedidas. Los aviones EB-66C de
inteligencia electrónica y drones Firebee habían logrado las frecuencia de los
radares de los SA-2, gracias a ello se mejoraron los equipos electrónicos. Los
equipos de aviso de radar informaban al piloto cuando su avión estaba siendo
iluminado, permitiéndole recurrir a maniobras evasivas para romper el contacto
del radar y escapar. Además los pilotos pronto aprendieron a maniobrar para
aprovechar la baja capacidad de maniobra de los SA-2. Versiones posteriores de
los equipos de aviso de radar podían además distinguir entre señales radar de
seguimiento y aquellas emitidas cuando se disparaba el misil.
Los aviones EB-66 podían llevar más equipo de contramedidas que un F-105 y se añadieron al grupo de ataque, combinando contramedidas que confundían a los radar con información falsa y con otras que sobrecargaban las frecuencias radar. Además los misiles anti-radar AGM-45 Shrike y el nuevo AGM-78 Standard cada vez se empleaban en mayor número y eficacia, contabilizarían el 46% de las lanzaderas SA-2 destruidas.
A-4Skyhawk armados con misiles Shrike, 1970.
En las
misiones SEAD se introdujeron mejoras con los aviones F-105G, que operaban
conjuntamente con aviones armados con bombas para localizar y destruir los
equipos de la defensa aérea vietnamita. Los equipos Wild Weasel muchas veces
involucraban a 4 aviones, a veces liderados por un F-105F/G al que acompañaban
3 F-105 o F-4 de ataque. Otras veces volaban en dos parejas que operaban en
forma independiente en modo Hunter-Killer, cada pareja compuesta por un
F-105F/G y un F-105/F-4. El F-105F era el señuelo, provocando el lanzamiento de
misiles antiaéreos que generaban el suficiente humo como para hacer posible a
los otros aviones ver las lanzaderas para realizar contra estas un ataque de
bombardeo en picada. Los aviones señuelos debían picar en forma abrupta o girar
bruscamente para evitar los misiles.
Los
Wild Weasel volaban por delante de la formación de ataque para destruir radares
o que estos se apagaran reduciendo así la vulnerabilidad de los aviones que les
seguían. Los Weasel eran los primeros en entrar y los últimos en salir ya que
trataban de neutralizar las amenazas antes que llegara la fuerza de ataque y
también cubrían a la fuerza de ataque al retirarse. Había que alternar el
provocar a la defensa antiaérea para que encendiera sus radares, el disparo de
misiles antirradar y localizar visualmente los enclaves SAM para atacarlos con
bombas. Una misión típica duraba casi tres horas y podía implicar una misión
Iron Hand, limpiando el camino de SAM para que la fuerza pudiera pasar sin
problema, o una misión Hunter-Killer. No era un trabajo fácil, los Weasels
tenían diez veces más probabilidades de ser derribados. Un ataque con Shrike
implicaba acercarse al SA-2, realizar una maniobra brusca de subida de 4.5G,
hacer un rizo, nueva maniobra brusca de 5G y lanzar el misil. Tras el
lanzamiento se picaba, fuera para escapar o para atacar con bombas el
emplazamiento SAM. Mientras los F-100F luchaban sobre Vietnam en los EEUU se
estableció en 1966 una escuela para entrenar en misiones SEAD a las
tripulaciones de F-105F/G. Esto ayudó a proporcionar tripulaciones entrenadas y
aviones adecuados en número cada vez mayor. La US Navy también introdujo sus
nuevos equipos ALQ-76 de interferencias en 1968. Los EB-66C de la USAF y EA-6A de los Marines
eran parte integral de los ataques, creando ruido electrónico
para dificultar el funcionamiento de los radares enemigos.
Gracias
a todos los recursos invertidos por los EEUU cada vez eran necesarios más
misiles por avión derribado. A medida que los americanos introducían nuevas
maneras de atacar a los misiles SAM los vietnamitas no se quedaban atrás y
mejoraban las tácticas empleadas por sus operadores de radar, variaban los
emplazamientos, simulaban disparos o disparaban los misiles en salvas de tres.
Los vietnamitas aprendieron pronto a apagar sus radares, o nuevas formas de
tenerlos apagados el mínimo tiempo para poder disparar. Como era necesario
reducir el tiempo en que el radar Fan Song estuviera encendido se modificó el
radar para poder dejarlo encendido pero sin transmitir. Otra innovación fue
cambiar la adquisición de blanco automática a manual en presencia de
contramedidas electrónicas, consiguiendo el primer derribo de este modo en
agosto de 1967. Los vietnamitas comenzaron a realizar lanzamientos de SA-2
guiados por la fuente de interferencias, algo no probado hasta entonces.
Los
aviones de ataque americanos empezaron a contar no solo con equipos que les
avisaban que habían sido detectados, sino también con contramedidas. Los equipos
ECM de la USAF fueron creados rápidamente y tenían ciertas limitaciones que los
SA-2 aprendieron deprisa y empezaron a aprovechar los momentos en que por la
posición del avión esas contramedidas no eran efectivas. En diciembre de 1967,
llegó el pod QRC-160-8, diseñado para interferir la comunicación entre el radar
y el misil. Los derribos logrados por los SA-2 se desplomaron hasta que en
febrero de 1968, un pod fue recuperado de un avión derribado y su análisis
llevó a modificaciones en los SA-2. Sin embargo, las operaciones aéreas se
detuvieron y recién se retomarían 4 años más tarde, en 1972, con el inicio de
la Operación Linebacker.
Solo
entre marzo de 1967 y marzo de 1968 más de 1.150 misiles antiradar Shrike
fueron disparados en unas 930 misiones. En ellas 14 aviones Wild Weasel fueron
derribados y se reclamaron impactos en 370 radares vietnamitas. Por suerte para
los pilotos americanos la URSS se resistió a enviar a Vietnam versiones
mejoradas del SA-2 y sus radares de guía o misiles SA-3 ante el temor de que
China pudiera crear sus copias tal y como habían hecho con los Mig-21.
En 1968 se estimaba que eran necesarios 48 misiles SA-2 por cada avión derribado, una mejora considerable respecto a los 15 misiles calculados en 1965. La presencia de aviones Wild Weasel y la necesidad de todos los aviones de contar con contramedidas ya era algo asumido como normal en los ataques americanos. Los aviones Wild Weasel ya estaban en la versión IV, y se trabajaban en una nueva basada en el F-4 Phantom. Al coincidir con la orden de parar las misiones sobre todo Vietnam del Norte no sería hasta 1972 que los norvietnamitas fueran totalmente conscientes de la capacidad de las nuevas armas estadounidenses. Prueba de la mejores tácticas americanas es que Vietnam del Norte debió recurrir a un mayor empleo de sus Mig para defenderse, lo cual resultó en combates y pérdidas para su Fuerza Aérea en 1967.
Los
aviones SEAD también fueron mejorando, no solo en experiencia y armamento. El
EF-4C Wild Weasel IV entró en servicio en marzo de 1969 con las unidades
destinadas en Asia. En 1971 el 67º TFS, equipado con EF-4C, fue destinado a
Tailandia y tomaría parte en Linebacker. El EF-4C se había desarrollado en
paralelo al F-105G Wild Weasel III, ofreciendo la ventaja de un avión más
moderno pero la desventaja de no poder usar el AGM-78. Un misil Shrike era
lanzado con hasta 30º de desviación hacia el radar enemigo y desde un radio de
25 km. La llegada del AGM-78 Standard permitió lanzamientos desde distancias
mucho mayores y atacar con hasta 180º de desviación del blanco. La carga normal
de un F-105G era un tanque de combustible central de 2.500 litros, dos AGM-78 y
dos Shrike. El misil Shrike también recibió mejoras, la versión AGM-45B tenía
mayor alcance y prestaciones. El EA-6A de los Marines se desplegó en Vietnam y
se unieron a los A-6B, una versión más optimizada para misiones SEAD del A-6A
Intruder. Varios aviones cisternas de la US Navy fueron convertidos en EAK-3B
que les daban la capacidad adicional de interferir los radares y comunicaciones
norvietnamitas.
Ofensivas
Linebacker
Tras el
ataque a Vietnam del Sur en 1972, Nixon decidió dar carta blanca a la ofensiva
aérea sobre Vietnam del Norte para detener la ofensiva y mejorar la posición de
los EEUU en las conversaciones de paz. Así se inició la operación Linebacker I.
Se estima que protegiendo Hanoi y Haiphong se encontraba la mayor parte de los
200 lanzadores de SA-2 norvietnamitas, con un inventario de unos 2.000 misiles.
Se estimaba que Vietnam del Norte contaba además con unos 200 MiG y 4.000
baterías antiaéreas de todos los calibres. Los objetivos más importantes
estaban protegidos por lo que entonces era la defensa antiaérea más densa y
veterana del mundo. Los EEUU empleó sus B-52, que estaban equipados con
modernos equipos de guerra electrónica pero nunca se habían enfrentado a una
red de defensa aérea integrada como la de Vietnam del Norte. Los aviones del
Tactical Air Force (TAF) si sabían cómo lidiar con esa defensa y los misiles
SA-2, pero nadie se preocupó de que compartieran esa experiencia con sus
compañeros de los B-52 del SAC. Los planificadores del SAC pensaron que sus
equipos de interferencias bastarían y no se molestaron en analizar mejoras. Las
pobres tácticas iniciales ignoraron las propuestas del SAC, el exceso de
confianza y el olvido en integrar la misión SEAD supuso el derribó de 11
aviones B-52 por misiles SA-2 en las cinco primeras noches de Linebacker II. El
cambio de tácticas y la inclusión de las lecciones duramente aprendidas de
Rolling Thunder supondría la derrota de la defensa aérea norvietnamita.
Para
responder a la ofensiva norvietnamita los EEUU desplegó sus equipos y aviones
más modernos para atacar los misiles SAM e interferir sus señales. A inicios de
1972 solo había un escuadrón Wild Weasel en la zona, que fue reforzado con un
segundo en mayo, equipado con EF-4C. Se recurrió al uso masivo de bombas
guiadas sobre objetivos estratégicos (puentes, trenes, depósitos de petróleo,
estaciones eléctricas, etc) muy bien defendidos. El empleo de armas guiadas
supuso que los aviones de ataque eran ahora menos vulnerables, tanto por hacer
necesarios menos aviones para asegurar la destrucción de un objetivo como por
atacar estos sin exponerse tanto a las defensas antiaéreas.
En
Linebacker las oleadas de ataques se diseñaron de manera que se minimizara la
amenaza de cazas y misiles enemigos
La
vanguardia del ataque se componía de cazabombarderos que lanzaban chaff. Se
formaba una nube de chaff en el rumbo hacia el objetivo que seguirían los
aviones de ataque y sobre el objetivo. Precedía a los aviones de ataque en unos
10-25 minutos. Esta fue una innovación de la USAF respecto a Rolling Thunder
solicitada por la experiencia del SAC en Corea. Debido a su éxito los Mig
trataron de enfrentarse a estos aviones por lo cual se incluyeron cazas de
escolta. Hasta ocho F-4 volaban en línea, relativamente lentos y a gran altitud
para crear la cortina de chaff y confundir los operadores de misiles SAM y la
artillería antiaérea.
La
siguiente parte del ataque eran los aviones SEAD. Precedían a los de ataque en
1-5 minutos haciendo que los radares enemigos se apagaran y destruyendo
aquellos cuyas emisiones se detectaran. Se estimó que su mera presencia suponía
que el 90 % de los radares de la zona en que operaban se apagaran. Entre abril
y octubre de 1972 se dispararon unos 800 misiles anti-radar.
Inmediatamente
detrás venían los aviones de ataque con su escolta de cazas y una escolta más
alejada que buscaba a los MiG sobre sus bases aéreas.
Por
detrás de los aviones de ataque orbitaban los aviones de interferencia de
señales radar. Trataban de situarse en el mismo rumbo de ataque y por detrás de
los aviones de ataque para maximizar el efecto de las interferencias.
Linebacker
I duró desde el 10 de mayo hasta el 23 de octubre y 104 aviones americanos
fueron derribados, de ellos 18 por misiles SA-2 y 56 por la artillería
antiaérea. Derrotada la ofensiva norvietnamita en el Sur y con buenos progresos
en las negociaciones de paz la ofensiva aérea se paró.
En
diciembre de 1972 se lanzó la campaña de bombardeo más intensa de la guerra,
Linebacker II, concentrada en el área de Hanoi y Haiphong. En los once días que
duró la campaña 207 bombarderos B-52 lanzaron más de 15.000 toneladas de bombas
en 729 salidas y los aviones tácticos otras 5.000 toneladas más. Fue el mayor
ataque aéreo desde la Segunda Guerra Mundial. Para golpear más fuerte se
decidió maximizar el empleo de bombarderos B-52, que se convirtieron en el
objetivo más preciado para los vietnamitas, lo que supuso que los ataques
diurnos recibieran menos atención por parte de los SAM y MiG.66 Las operaciones de
ataque nocturnas de los B-52 buscaban imposibilitar el uso de guiado óptico
de los SA-2 en caso de que las contramedidas anularan los radares. Los primeros
días los vietnamitas recurrieron al lanzamiento de salvas
de misiles en la ruta previsibles de las oleadas de B-52, recurriendo al guiado
manual de misiles quedaban menos expuestos a los aviones SEAD. Las pobres
tácticas de ataque de los B-52 y la veteranía e innovación de los vietnamitas se
cobraron varios B-52. Los derribos de los primeros días obligaron a la USAF a
mejorar las contramedidas de sus B-52 y a mejorar sus tácticas. Para saturar a
las defensas vietnamitas se cambiaron las olas de ataque de bombarderos B-52
por un ataque concentrado que no duraba más de veinte minutos con bombarderos
provenientes desde todas las direcciones. También para acabar con el número de
misiles SA-2 disponibles los almacenes y centro de ensamblado de misiles
pasaron a ser atacados por los B-52.
Gracias
a las contramedidas la efectividad de los misiles fue estimada en
aproximadamente un 2 %. Se estima que en diciembre fueron disparados unos 1.200
misiles SA-2 y solo 17 aviones americanos fueron derribados por ellos. En las
operaciones se dispararon unos 550 misiles anti-radar, muchos de ellos de modo
preventivo para obligar a apagar los radares enemigos. Se estima que en 1972
Vietnam del Norte tenía 95 baterías de SA-2, siendo destruidas 56 por los
americanos. La URSS suministró 7.658 misiles SA-2 durante la guerra, de los que
5.804 fueron disparados y al final de 1972 solo quedaban 852. Linebacker II fue
también la primera operación de combate de los EA-6B de la US Navy.
Guerra
de los Seis Días
Israel
lanzó su ataque aéreo la mañana del 5 de junio de 1967, comenzando la guerra.
En 1967 Egipto tenía en servicio 27 baterías de misiles SA-2. Sin embargo solo
dos aviones enemigos fueron derribados, habiendo disparado Egipto 22 misiles
SA-2. Esto llevó a la Fuerza Aérea de Israel a infravalorar la eficacia y
capacidad de los egipcios. Siria por su parte se cree que contaba con unas 18
baterías de SA-2 en 1967.
Dado
que la Fuerza Aérea Israelí apenas contaba con equipamiento electrónico para
interferir los radares los ataques iniciales contra las bases aéreas se
lanzaron a baja altitud.43
Parte del éxito israelí se debió
a que la defensa aérea egipcia tenía orden de no abrir
fuego por temor a derribar aviones propios, apenas se dispararon misiles SA-2
en los ataques iniciales y muchas de sus instalaciones resultaron dañadas.
El 6 de
junio los Vautour israelís volaron misiones contra los SA-2, contando con el
apoyo del par de Vautour IIN equipados para guerra electrónica.
Al
acercarse a la zona del Canal de Suez los aviones israelís entraron de nuevo en
el radio de alcance de los misiles SA-2 y un Mirage IIICJ fue derribado la
noche del 7 al 8 de junio mientras trataba de interceptar un Il-28. Unos pocas
misiones de ataque contra los SA-2 se llevaron a cabo ese mismo día 7, pero
hasta el día siguiente no comenzó una campaña para neutralizar las baterías
SA-2. Un Mirage III fue derribado durante una misión SEAD, pero la Fuerza Aérea
israelí no quiso arriesgar más recursos en atacar baterías SAM cuando la guerra
con Egipto habían concluido. Un batallón de SA-2 fue capturado en el Sinaí,
cerca del paso de Mitla, y el material incluyó radares, 12 lanzadores y un
número indeterminado de misiles. Este material sería vendido a los EEUU.
Tras la
derrota Egipto pidió ayuda a la URSS, tras ver como Vietnam hacía frente a los
ataques aéreos americanos. Reorganizó la defensa antiaérea y la situó en la
zona del canal de Suez y alrededor de ciudades y complejos industriales. Se
compraron misiles mejorados y personal ruso se encargó del manejo de las nuevas
unidades mientras se entrenaba a los egipcios. Estos sistemas se desplegaron
también a lo largo del canal de Suez. Los SA-2 se complementaron con SA-7,
ZSU-23-4 Shilka y otras armas antiaéreas. También se compraron misiles SA-3 y
SA-6, desconocido este último en occidente.
Guerra
de octubre de 1973
Los
años previos
Durante
los frecuentes enfrentamientos que Egipto e Israel tuvieron a lo largo del
canal de Suez entre 1968 y 1973 la creciente presencia de baterías de misiles
SAM se hizo cada vez más evidente. Israel protestó repetidas veces por la
presencia de asesores soviéticos manejando esas baterías de misiles. La URSS
suministró a Egipto lo más reciente en misiles antiaéreos, versiones del SA-2 y
nuevos misiles que Vietnam del Norte no recibió. Todo unido hizo que Israel
cada vez tuviera más dificultades en evadir y destruir esos misiles SAM. Egipto
disponía de los más modernos sistemas de defensa aérea de la época; y la Fuerza
Aérea de Israel tuvo que enfrentarse con el despliegue escalonado de los SAM
coordinados con un amplio despliegue de cazas destinados a protegerlos que
negaban a Israel la superioridad aérea.
Israel
realizó repetidos ataques contra las baterías de misiles, tanto ataques aéreos
como terrestres. Israel consiguió algunos éxitos y destruyó varias baterías SAM
egipcias, pero estas acciones esporádicas no habían sido suficientes para
retener la tan necesaria. En algunas incursiones se capturaron equipos de
defensa aérea, como el radar P-12 situado en Ras Gharib. A su vez los EEUU
permitió que Israel recibiera 100 misiles AGM-45A Shrike y equipos de
contramedidas AN/ALQ-71, algo vetado incluso a aliados muy cercanos, que
empezaron a llegar en 1971. En septiembre de 1971 un SA-2 Guideline derribó un
Boeing 377 Stratocruiser de vigilancia electrónica sobre el Sinaí. En el ataque
de represalia el AGM-45A debutó en combate en Israel con el lanzamiento de 12
misiles, ninguno de los cuales hizo blanco. A pesar del fracasó Israel empezó a
equipar a sus A-4E Skyhawk con misiles Shrike AGM-45A. Dado que Israel no
quería arriesgar sus aviones y las líneas israelíes quedaban cerca de los SAM
egipcios se pensó en la posibilidad de lanzar misiles Shrike desde tierra, el
llamado proyecto Potifar.
Tanto
la amenaza de los SAM y las tácticas a emplear eran bien conocidas por Israel
antes de la guerra. Además en febrero de 1971 los RF-4E israelíes sobrevolaron
el sur de Siria para obtener imágenes precisas de las nuevas baterías móviles
SA-6. Los SAM egipcios se cobraron con el tiempo un alto costo en aviones y hombres,
algo de lo que Israel no disponía en abundancia. A nadie se le escapaba que
Egipto y Siria estaban cambiando su estrategia y habían optado por el uso
masivo de baterías de misiles en vez de intentar disputar el dominio del aire
por medio de sus cazas.
La
guerra de octubre
Se
estima que en octubre de 1973 Egipto disponía de 20 baterías SA-6 Gainful y
unas 70 de misiles SA-2 Guideline, 65 de SA-3 Goa y más de 2.500 baterías de
artillería antiaérea de todos los calibres. Por si fuera poco hasta 3.000
lanzadores de misiles SA-7 se habían distribuido entre los soldados. Se estima
que Siria desplegaba unas 34 baterías SAM de varios tipos.
El 6 de
octubre de 1973 los países árabes lanzaron su ataque contra Israel. Los
israelíes perdieron más de un centenar de aviones de combate, la mitad de ellos
solo en los tres primeros días de la guerra. Las perdidas israelíes esos tres
primeros días eran 150 aviones, 25% de su fuerza de combate. La mayoría fueron
abatidos por la defensa antiaérea árabe. Los egipcios y sirios cogieron por
sorpresa a los israelíes debido a la densidad y al empleo de sistemas
antiaéreos desconocidos para los israelíes. Un paraguas de misiles SAM protegía
a las fuerzas terrestres árabes, protegiendo su avance de los ataques aéreos
israelíes que habían causado tantos daños en 1967. Los aviones israelíes,
a diferencia de 1967, se enfrentaron a una mortal combinación
de cañones ZSU-23 y misiles SAM de todo tipo, entre los que
destacó el nuevo SA-6 para los cuales las contramedidas electrónicas israelíes
no eran válidas. Los misiles fueron empleados por los egipcios en un número
mucho mayor que el dictado por la doctrina soviética. La situación desesperada e
inadecuada información llevó a los israelíes a cometer el error de lanzar a sus
aviones inicialmente sobre el avance enemigo, sin atacar previamente sus
defensas aéreas, lo que explica en parte el gran número de aviones perdidos.
Israel perdió cerca de cien aviones en las tres semanas de guerra, más del 80%
de sus pérdidas en los primeros días, entre ellos 53 A-4 Skyhawk y 33 F-4
Phantom. Las bajas israelíes al enfrentarse al escudo SAM egipcio y sirio
consistían en tres aviones perdidos por cada 200 misiones de combate, un ritmo
insostenible. Solo el 7 de octubre 7 F-4E fueron derribados y 2 gravemente
dañados, volando un total de 187 misiones de ataque. No les fue mejor a los A-4
Skyhawk, el mismo día 7 volaron 278 misiones de ataque, siendo derribados 10 aviones
y sufriendo daños graves 4 aviones. El 7 de octubre al amanecer Israel envió
dos formaciones de 4 A-4 Skyhawk para atacar el avance sirio en el Golán, 6
fueron derribados. Esto llevó a cancelar temporalmente las misiones de apoyo
aéreo en el frente Norte. Durante los tres primeros días de la guerra Israel
perdió unos 50 aviones en unas 1.220 salidas de combate, lo cual suponía una
tasa de pérdidas insostenible del cuatro por ciento.
Israel
conocía el SA-2 puesto que había capturado una batería completa en 1967. El
misil SA-6 en cambio fue una desagradable sorpresa, al ser misiles
maniobrables, veloces y para los que los sistemas de alerta de radar y de
contramedidas electrónicas de los aviones israelíes eran ineficaces. La primera
medida fue desplegar helicópteros que avisaban del disparo de los SA-6, lo que
daba a los pilotos la posibilidad de poder romper el contacto. Pronto se
descubrió que el punto débil del SA-6 era la trayectoria baja de sus misiles,
lo que le proporcionaba a los pilotos la posibilidad de atacarlos en una picada
muy pronunciada. Cuando las tropas israelíes capturaron algunos SA-6 y pudieron
analizar sus radares los israelíes recalibraron sus contramedidas y para el
final de la guerra la amenaza fue neutralizada. Los israelíes cubrieron parte
de sus pérdidas iniciales gracias a la ayuda de los EEUU, que transfirió solo
en los primeros días de la guerra a Israel dos escuadrones de caza bombarderos
F-4E Phantom equipados con sistemas de contra-medidas electrónicas. Además los EEUU
envió sus mejores y más avanzados equipos, probados en Vietnam. Entre esa ayuda
estaban docenas de misiles AGM-45B, con un alcance de 36 km. frente a los 15 de
la versión A. Las tácticas de vuelo cambiaron, pasando los pilotos israelíes a
volar más bajo para eludir el radar.
Los
ataques aéreos iniciales en el Sinaí se encontraron con la defensa aérea
egipcia, que en parte cruzó el canal para defender el avance egipcio. El 7 de
octubre la Operación Tagar trató de destruir las defensas aéreas egipcias a lo
largo del canal con 4 oleadas de ataques. En la segunda 8 Shrike fueron
lanzados, sin éxito. La tercera debía emplear misiles Shrike a gran escala pero
ante el empeoramiento de la situación en el Norte fue cancelada. Para algunos
generales este fue un error que costaría muchos aviones. Las operaciones SEAD
israelíes se reanudaron finalmente antes de cualquier ataque y lograron éxito
finalmente en el Sinaí. La coordinación ejército-fuerza aérea se mejoró y
también se recurrió también al empleo de la artillería autopropulsada y tanques
contra las baterías antiaéreas. De las 44 baterías SAM egipcias destruidas una
cuarta parte lo fue por ataques de artillería o el rápido avance de los tanques
en contraataques israelíes. Los ataques terrestres iniciales contra lanzaderas
SAM hicieron que los egipcios retrasaran la posición de algunas baterías. Esto
y los ataques a las baterías SAM crearon huecos en la pantalla antiaérea
egipcia y permitieron a la Fuerza Aérea Israelí atacar con menores riesgos. En
la noche del 15 de octubre los israelíes cruzaron el canal y en la orilla
egipcia atacaron convoyes de suministros, emplazamientos SAM, centros
logísticos y cualquier cosa de valor militar. La prioridad era destruir los
SAM, lo que ayudó a aumentar el agujero en la defensa aérea egipcia y permitió
a la Fuerza Aérea Israelí atacar con mayor agresividad. Los aviones israelíes
comenzaron a atacar más emplazamientos SAM y radares egipcios, lo que provocó
que el general Ismail diera orden de retirar a la orilla egipcia todos los
equipos de defensa aérea egipcios. Aviones israelíes también atacaron y
destruyeron los cables de comunicación subterráneos en el delta del Nilo, lo
que obligó a los egipcios transmitir mensajes de la radio, susceptibles de ser
interceptados.
En el
frente de Siria los tanques sirios atacaron también al amparo de sus baterías
SAM. A falta de tropas suficientes en tierra que hicieran frente a los sirios
la aviación tuvo que impedir el avance sirio. Al contrario que en el Sinaí no
fue el SAM-6 sino el cañón antiaéreo autopropulsado ZSU-23-4 Shilka el que se cobró
más derribos de aviones israelíes. Las arriesgadas misiones de apoyo cercano se
encontraron con la densa defensa aérea de los sirios, lo que convirtió algunos
ataques casi en suicidas. Hasta el final del 7 de octubre Israel había perdido
14 aviones en un total de 272 misiones de ataque, un ratio del 5%. Los pilotos
israelíes ante las perdidas cambiaron la ruta de ataque, volando bajo y sobre
Jordania hasta el Golán, logrando atacar a los sirios por el flanco y evitando
muchas de sus baterías SAM. En el segundo día de la guerra la Fuerza Aérea
Israelí trató de eliminar a las baterías antiaéreas sirias, lanzando la
operación Doogman 5. Este primer intento de atacar las baterías SAM sirias fue
un fracaso, solo se logró destruir una batería SAM y se perdieron seis aviones
F-4E. La batería SA-3 fue destruida por un Shrike disparado por un A-4E del
110º Escuadrón, y una de SA-2 fue dañada. Las baterías SAM eran objetivo
prioritario de los israelíes, que las atacaban en cuanto era posible. El 9 de
octubre los aviones israelíes destruyeron el Comando de la Fuerza Aérea Siria
en Damasco, centro que coordinaba la defensa aérea, lo que se unió a la
creciente destrucción de baterías SAM y a la escasez de misiles ante el elevado
consumo que habían hecho los sirios. Ese mismo día los sirios retiraron parte
de su defensa aérea para reforzar la zona de Damasco, que había sido atacada
por aviones israelíes. Esto, unido a que el avance sirio había ido más allá de
la protección de sus SAM, inclinó la balanza en la guerra terrestre al dar
mayor libertad de acción a la Fuerza Aérea de Israel. Sin embargo cuando el
contrataque israelí avanzó hacia Damasco acabó encontrándose de nuevo bajo el
paraguas de los SAM sirios.
Las
contramedidas electrónicas demostraron su eficacia durante la guerra. Israel
contaba con algunos helicópteros equipados para interferencia electrónica que
demostraron su eficacia en el Sinaí. En cuanto al uso de misiles anti-radar en
la guerra, según informes de los EEUU se logró la misma eficacia que en
Vietnam. Hay pocos datos acerca del empleo de misiles Shrike, pero se sabe que
Israel obtuvo al menos 200 misiles adicionales Shrike como parte de la
Operación Níckel Grass. Israel contaba antes de la guerra con unos 145 misiles
AGM-45 y disparó unos 200 durante la guerra. Además los EEUU también envió
equipos ECM, equipos ALE-29 de contramedidas para misiles guiados por infrarrojos
y asesoramiento técnico que ayudaron a mejorar las tácticas.
Menos
atención se presta al empleo egipcio de misiles Raduga KSR-2 (AS-5 Kelt para la
OTAN). En su versión antiradar KSR-11 los egipcios lanzaron 12 misiles el
primer día de la guerra y varios fueron derribados por Israel pero al menos dos
impactaron en estaciones de radar israelitas.
La
dolorosa experiencia obligó a Israel a innovar sus tácticas para la supresión
de las defensas aéreas enemigas. Hasta entonces volar bajo había valido como
táctica para eludir los misiles SA-2 y SA-3, pero con la aparición de los SA-7,
SA-6 y cañones ZSU-23-4 Shilka esto ya no era posible. La eliminación de la
defensa aérea se había vuelto necesaria como fase previa si los aviones de
ataque iban a operar sin perdidas prohibitivas. Ni los EEUU ni Israel dieron
detalles de cómo lograron interferir los SA-6, SA-3 y cañones antiaéreos
ZSU-23-4 durante la guerra. Sin embargo el análisis de los EEUU indicaba
deficiencias en la preparación de la Fuerza Aérea de Israel, al confiar
demasiado en volar bajo para eludir los SAM, infravalorar la capacidad del
enemigo y no contar con equipos suficientes de contramedidas (Avisadores de
radar, lanzadores de bengalas y chaff, equipos ECM, etc). Muchos de estos
equipos llegaron con la ayuda americana de Nickel Grass. Los EEUU analizó la
guerra, decidiendo potenciar sus tácticas y armas SEAD y la investigación en
aviones stealth, que llevó al F-117. Dado que la efectividad de las tácticas
SEAD con los SA-6 fue moderada se hizo necesario el estudio de los radares
soviéticos para poder neutralizarlos. De ahí surgió también la necesidad en los
EEUU de robar los secretos de los radares soviéticos, alguna vez llegando a
obtener los propios radares por diversos canales. Israel capturó el 18 de octubre
una batería de misiles SA-6 completa, que junto a SA-2 y SA-3 capturados fueron
analizados por los israelíes y los EEUU tras la guerra. Las consecuencias se
verían en la década de 1980.
Checoslovaquia
En 1968
la URSS empleó interferencias electrónicas para cegar los radares checos e
interferir las comunicaciones en el inicio de la invasión soviética. Se
emplearon aviones Antonov An-12 equipados para interferencia electrónica.
Guerras
India-Pakistán
Tras
los combates fronterizos con China en 1962 India había comprado en 1963
baterías de SA-2 para proteger Nueva Delhi y bases aéreas importantes. Se
compraron 17 batallones de SA-2 para desplegar 5 en el área de
Chandigarh-Ambala, 6 en Calcuta y otras 6 en Nueva Delhi.
Aun así
la defensa aérea se basaba principalmente en cañones Bofors de 40 mm. Por su
parte Pakistán contaba con un escuadrón de RB-57 Rivet Flash dedicado a
vigilancia electrónica.
En la
guerra de 1965 Pakistán empleó un par de RB-57F y sus RB-57B del 24º Escuadrón
para localizar e interferir radares durante los ataques sobre bases aéreas
indias. Lo más
parecido a misiones SEAD fueron los ataques infructuosos de F-86, F-104 y B-57
pakistaníes contra la estación radar de Amritsar.
Su radar P-30 dada su cercanía a la frontera podía
hacer de alerta temprana poco después
del alto el fuego de la guerra de 1965 un misil SA-2 fue lanzado contra un avión
de reconocimiento pakistaní RB-57F del 24º Escuadrón
que volaba a gran altura, averiándolo y obligándole a un aterrizaje forzoso. Curiosamente
los pakistaníes se limitaron a ataques a baja altura contra la base aérea de
Ambala, sabedores de que estaba protegida por lanzaderas de SA-2. La defensa aérea
india no fue muy efectiva y el único derribo
confirmado por los SA-2 fue un transporte An-12 Cub, que se creyó por error que
era un avión enemigo.
Los
ataques de la Fuerza Aérea de Pakistán contra las bases aéreas avanzadas y las
instalaciones de radar de la Fuerza Aérea India durante la noche del 3 de
diciembre de 1971 marcaron el inicio formal de la Guerra Indo-Pakistaní de
1971. India reforzó sus defensas aéreas desde 1965 y en 1971 muchas de sus
bases estaban defendidas por baterías de misiles SA-2, lo cual dificultó las
operaciones de ataque de los B-57 pakistaníes aunque no las impidió. Los SA-2
fueron disparados contra alguno de estos intrusos nocturnos. En el sector del
Punjab los pakistaníes emplearon globos como cebo, disparandose contra ellos
varios SA-2.
Sáhara
Occidental
En 1975
Marruecos y el Frente Polisario empezaron su lucha por el control del Sáhara.
Marruecos tenía como baza principal su fuerza aérea y contaba con apoyo de
Francia y Arabia Saudí, que pagó los aviones F-5E marroquíes.
En la
fase inicial de la guerra el Polisario luchó para que Mauritania quedara fuera
de la guerra. En esta etapa la actuación de la Aviación marroquí y de los
Jaguar franceses del EC.3/11 estuvo a punto de ocasionar la derrota del
Polisario. Los aviones franceses, cargados de bombas y equipos de contramedidas
electrónicas (ECM), fueron especialmente efectivos contra el Polisario. En mayo
de 1978 un Jaguar fue derribado por un SA-7.
En la
siguiente etapa los medios antiaéreos fueron, gracias a la ayuda de Libia y
Argelia, una parte esencial del arsenal del Polisario. El empleo de lanzaderas
móviles de misiles SA-6, SA-8 y SA-9 y de cañones ZSU-23-4 Shilka fue clave
para negar el dominio aéreo a Marruecos y permitir el movimiento de las
columnas del Polisario. La situación cambió dramáticamente en 1981 cuándo el
Polisario empezó a usar el SA-6 Gainful, que cogió por sorpresa a Marruecos. En
noviembre de 1981 el cambio se hizo patente cuándo el Polisario derribó un
F-5A, 2 Mirage F-1 y 1 C-130 en la batalla de Guelta Zemmour.
Desde
el inicio de la guerra los F-5A demostraron no ser efectivos contra la
guerrilla y además se perdieron varios a manos de los misiles SA-7 del
Polisario. Los marroquíes necesitaban para enfrentarse al Polisario los nuevos
Mirage F-1CH y además pidieron a Francia 24 Alpha Jet y a los EEUU 6 aviones
COIN OV-10A Bronco. Los aviones marroquíes de todos modos no contaban con
entrenamiento en las tácticas adecuadas ni con equipos de interferencias, chaff
o aviso radar para enfrentarse a la defensa antiaérea del Polisario. Muchos de
los aviones marroquíes empleados hasta entonces (T-6, Fouga Magister) quedaron
obsoletos por la aparición de los misiles. Los aviones más modernos también
tenían problemas y en agosto de 1979 se perdió el primer Mirage F.1CH,
derribado por cañones ZPU-23. Los OV-10 comprados para reconocimiento hubieron
de retirarse del Sáhara tras ser derribado uno. Todo esto supuso al Ejército
marroquí perder el apoyo aéreo y capacidad de reconocimiento que le daban hasta
entonces los aviones.
Los
Mirage F-1 contaban con equipos de aviso radar y en Italia se compraron algunos
equipos ECM para ellos. Adicionalmente 2 aviones Dassault Falcon 20 y un Falcon
50 fueron equipados con equipos ECM y jamming para tratar de compensar la falta
de equipos suficientes en los F-5 y F-1. Se solicitó ayuda a los EEUU para
afrontar el problema de los SA-6 y en 1987 durante 3 meses se entrenó en Meknès
a los pilotos de F-5. Pero la doctrina USAF no servía para Marruecos. Además la
USAF prestó temporalmente 10 barquillas ALQ-119 ECM y equipos ALE-38 de chaff y
bengalas.
Los SAM
derribaron varios Mirage F1 y F-5 marroquíes durante los años siguientes.
Afganistán
La
Unión Soviética empleaba sus Tupolev Tu-16 Badger para atacar posiciones de la
resistencia afgana. Cuando operaban cerca de la frontera eran seguidos por los
radares pakistaníes, por lo cual se planteó la posibilidad de atacarlos, o al
menos neutralizarlos. Para neutralizar la defensa aérea pakistaní se destinaron
algunos de Tu-22PD a Afganistán. El plan consistía
en emplear aviones Su-24M, pero se desistió debido al riesgo de
una guerra abierta con Pakistán.
Líbano
1982
Las
lecciones de la guerra de 1973
En 1971
Israel compró algunos drones de reconocimiento Ryan 147I, formando el 200º
Escuadrón de Drones. Esta unidad entró en combate en 1973 en misiones de
reconocimiento. El volumen de pérdidas sufridas en 1973 hizo evidente la
necesidad de innovar las tácticas de supresión de las defensas aéreas enemigas.
La nueva doctrina SEAD israelí combinó un mayor empleo aviones no tripulados
para ayudar a descubrir la posición exacta de las baterías antiaéreas enemigas
y engañar a sus radares. Israel produjo dos nuevos modelos de dron de
reconocimiento, el Tadiran Mastiff y el IAI Scout. Estaban equipados con una
cámara de video con la que detectar las baterías SAM y eran pequeños, por lo
tanto podían evitar las direcciones de tiro de las baterías sirias y no ser
detectados por los pilotos de los Mig Sirios. Para engañar a los radares sirios
se fabricó bajo licencia el dron Brunswick Model 290P, una especie de misil
dotado de alas con una velocidad y firma radárica parecida a las de un avión de
combate. Israel probó por primera vez su doctrina SEAD durante la invasión del
Líbano. Se incluía el empleo aviones no tripulados, para descubrir la posición
exacta de las baterías antiaéreas y engañarlas haciéndoles pensar que eran
aviones tripulados.
Israel
también mejoró sus equipos antirradar. La experiencia de la guerra de 1973
había dejado la impresión de que el F-4 Phantom y sus equipos de contramedidas
no se habían mostrado suficientemente eficaces contra los misiles. Los
cinturones de lanzaderas SAM podían proteger en el futuro baterías de misiles
tierra-tierra capaces de alcanzar el territorio israelí. Israel ya tenía AGM-45A
y AGM-45B (versión bastante mejorada) pero en 1975 los EEUU ofreció a Israel el
misil AGM-78 Standard. Como Israel no podía permitirse comprar un escuadrón de
aviones F-4G Wild Weasel se optó por modificar el último lote de F-4E recibidos
para poder emplear los misiles AGM-78D, que debieron ser adaptados por General
Dynamics para ser más automáticos. Desde hacía años se venía proponiendo la
idea de emplear lanzadores terrestres para los misiles Shrike, y tras la guerra
de 1973 se dedicaron recursos a la idea. Los misiles AGM-45A lanzados así solo
tenían un alcance de 11 km, así que se hicieron mejoras que acabaron en el
sistema Kahlilit, que lograba un alcance a 50-70 km. empleando AGM-45B y cuyo
lanzador era un chasis de tanque Sherman M-50. Con la compra del AGM-78 los
israelíes dieron con el misil ideal para ser lanzado desde tierra, dando origen
al sistema Keres.
Por
último no hay que olvidar que los EEUU analizó tanto los SA-2/SA-3/SA-6
capturados por Israel en 1973 como toda la información que le llegó de otros
países. Esto supuso la mejora de tácticas y equipos, así como mayor
conocimiento de las armas soviéticas.
Operación
Paz en Galilea
En mayo
de 1980 aviones israelíes destruyeron cerca de Sidón dos baterías móviles de
SA-9. En abril de 1981 aviones israelíes derribaron dos helicópteros sirios
sobre Líbano y Siria respondió desplegando sus primeros SAM en el Valle del
Bekaa. No eran en ese momento una amenaza directa para Israel, y de hecho ya se
habían desplegado antes baterías SAM sirias en el este del Líbano, pero esta
vez los fantasmas de 1973 se despertaron en muchos despachos en Israel ante el
temor de que sus aviones podrían no ser capaces de nuevo de lograr la
superioridad aérea contra una defensa aérea escalonada e integrada.
El
ejército sirio había desplegado misiles antiaéreos en 1981 en el valle de la
Bekaa, para disuadir a la aviación israelí. La fuerza aérea comenzó a entrenarse
para atacar lanzaderas de SA-6. A los israelíes no se les escapó que los SAM
sirios estaban emplazados entre dos cordilleras, lo que reducía su alcance de
detección. Durante los meses previos a la invasión Israel analizó las
frecuencias radar utilizadas por los sirios y localizó sus emplazamientos
gracias a sus aviones B-707 y E-2C. El conflicto fronterizo escalaba en
intensidad cada vez más, con un uso sistemático de artillería y cohetes contra
Galilea. Al iniciarse la ofensiva terrestre el 6 de junio de 1982 los aviones
israelíes intentaron no entrar en la zona protegida por los misiles sirios,
pero al seguir el avance terrestre esto ya era imposible. El valle de la Bekaa
era un objetivo israelí, por estar basadas fuerzas sirias y grupos armados palestinos.
Los sirios lo sabían y desplegaron baterías adicionales de misiles SA-6. Los
lanzadores móviles de misiles SA-3 y SA-6 eran controlados por drones y también
por tropas especiales insertadas tras las líneas enemigas.
Israel
decidió cambiar de táctica con respecto a 1973. Se había decidido ya atacar las
14 baterías SAM de la Bekaa, pero el 8 de junio, los drones habían descubierto
otros cinco baterías SA-6 desplegadas en el lado sirio de los Altos del Golán.
Los mandos militares israelíes creían que podrían atacar las baterías SAM y
eliminar las defensas sirias en Líbano sin llevar a Siria a una guerra más
amplia. El choque era inevitable y el 9 de junio de 1982 Israel lanzó la
Operación Mole Cricket 19 contra las baterías sirias. Está fue la primera vez
que las tácticas SEAD no eran reactivas sino que se planteaba la destrucción de
la defensa aérea enemiga en los movimientos iniciales de la guerra. Desde el
primer día los israelíes habían mantenido en el aire de modo constante al menos
dos drones para poder tener imágenes en tiempo real de la posición de las
baterías SAM del enemigo (una combinación de SA-2, SA-3 y SA-6), y además
vigilar las tres principales bases aéreas sirias. El inicio de la operación de
ataque consistió en hacer creer a los sirios que sufrían un ataque aéreo
utilizando como señuelo drones. Los drones estimularon el encendido de los
radares sirios, al simular ser aviones de ataque en las pantallas del radar.
Los sirios activaron los radares de dirección de tiro y dispararon sus misiles
contra los drones. Los operadores de radar sirios estaba entrenados para
enfrentarse a los misiles Shrike, apagando periódicamente sus aparatos. Sin
embargo esto no funcionaba con los AGM-78, que conservaba en la memoria la
fuente de emisiones. La reacción israelí fue aprovechar el momento para lanzar
desde tierra y desde el aire todos los misiles anti-radar AGM-78 y AGM-45 que
pudieron. La dirección de los aviones de ataque de la primera oleada, con el
sol a sus espaldas, hacía difícil el trabajo de los sistemas de adquisición
ópticos de los sirios y les obligaba a confiar en sus sistemas de radar. En los
primeros minutos diez de las diecinueve baterías fueron dañadas o se quedaron
temporalmente sin misiles por haberlos disparado.
A
continuación del ataque con misiles los israelíes empezaron a sobrecargar las
frecuencias de radar y una primera oleada de aviones atacó las baterías sirias
con misiles anti-radar y misiles aire-tierra. Los israelíes procedieron a
interferir los sistemas de mando y comunicación sirios. Un Boeing 707, varios
helicópteros CH-53 equipados con sistemas de interferencia y emisores
terrestres inundaron el aire con señales falsas. Los sirios habían ordenado
aterrizar a sus cazas para dejar el cielo libre a las baterías antiaéreas, con
lo cual no había protección aérea. A esta primera oleada le siguieron otras dos
que emplearon bombas de racimo y bombas guiadas por láser. La defensa aérea
siria había sido así suprimida físicamente. También se recurrió al uso de
artillería de largo alcance, empleando algunas baterías de obuses y cohetes
contra las lanzaderas sirias. El fuego de artillería israelí fue dirigido con
precisión por los UAV Mastiff. Los israelíes dispararon con todo lo que tenían
para asegurarse la destrucción. De las 19 baterías SAM los ataques eliminaron
15 (incluidas 11 de SA-6). Los puestos de mando y control de los SAM y todos
los radares de alerta temprana fueron también destruidos.
Cuando
la defensa aérea comenzó a ser destruida los sirios entraron en pánico y
ordenaron a sus aviones despegar para defenderla. Esto fue un regalo para
Israel, que empleó en este momento contra-medidas electrónicas que cegaron a
los radares enemigos e interfirieron la comunicación entre los cazas sirios y
los controles de tierra. Los cazas israelíes emboscaron a los indefensos
aviones sirios y los masacraron a placer. El día 10 los sirios enviaron 4
baterías SA-6 a Líbano para reforzar a las baterías supervivientes. Todas las
baterías sirias fueron destruidas.
Esta
fue la primera vez que un ejército occidental derrotaba de manera fácil y clara
a las defensas aéreas de fabricación rusa. Las tácticas SEAD cambiaron para
siempre. Los soviéticos investigaron inmediatamente que había pasado y quedaron
muy preocupados, introduciendo mejoras en sus misiles y tácticas. Hay que decir
también que los sirios ignoraron la doctrina soviética: no se preparó
posiciones falsas ni señuelos, no se aprovechó la movilidad del SA-6 para
cambiar de posición ni para tender emboscadas, se usó el radar de modo poco
selectivo y discreto y faltaron comunicaciones centralizadas. Cuando empezó el
combate los sirios además cometieron errores. Ante las interferencias algunas
baterías aumentaron la potencia de sus emisiones, facilitando que los misiles
los engancharan. Otras baterías entraron en pánico y se limitaron a guiado por
TV, lo que redujo el alcance y la precisión. Algunos dispararon sus misiles sin
guiar, quizás esperando asustar a los pilotos israelíes, pero solo lograron
delatar su localización y quedarse sin misiles y obligados a la maniobra de
recarga. Los sirios se defendieron asegurando que los asesores soviéticos nunca
consideraron que los drones pudieran ser usados como blancos y aconsejaron
prescindir de los SA-5, cuyo alcance habría obligado a restricciones en las
órbitas de vuelo de los E-2 y Boeing 707.
Malvinas
Durante
la guerra de las Malvinas los británicos estaban interesados en destruir el
radar de largo alcance TPS-43 de la Fuerza Aérea Argentina que controlaba las
operaciones en Malvinas. La Fuerza Aérea desplegó sus medios antiaéreos en la
zona del aeropuerto y en el improvisado aeródromo de Darwin. La Armada cubrió
el área del puerto. El Ejército ubicó sus medios antiaéreos en una amplia zona
que se extendía desde Moody Brook hasta el aeropuerto y emplazó 2 cañones de 35
mm y su radar de tiro en Darwin. La defensa aérea argentina contaba con misiles
Tigercat, Roland, cañones antiaéreos guiados por radar y cañones antiaéreos de
20 y 30 mm. La Real Fuerza Aérea británica era la responsable de atacar la
defensa aérea argentina, aunque esta suponía un riesgo solo para los aviones
que volaran a baja cota, y debido a la distancia decidió emplear bombarderos
Avro 698 Vulcan desde la Base Aérea de la Isla Ascensión y armados con misiles
AGM-45 Shrike.
En el
primer ataque SEAD los Harrier realizaron un ataque de distracción para
mantener activo el radar y distraer la atención del Vulcan, que lanzó dos
misiles Shrike. Los argentinos detectaron la jugada y operaban el radar en
pequeños intervalos por lo cual los misiles impactaron cerca de la antena pero
causando daños mínimos, el radar quedó fuera de servicio solo un día.
Un par
de días después la RAF lanzó un nuevo ataque pero cuando el Vulcan estaba cerca
los argentinos apagaron el radar. Los ingleses trataron de localizar al radar
pero finalmente desistieron y cambiaron de blanco, disparando al radar de una
batería Skyguard del GADA 601 que fue alcanzado y destruido, muriendo sus 4
sirvientes.
Guerra
Irán-Irak
Irán
contaba antes de la guerra con unas 36 baterías de misiles MIM-23 HAWK, así
como con misiles Rapier, Tigercat y sistemas antiaéreos rusos ZSU-23-4.
Iniciada la guerra destinaron sus misiles a proteger objetivos estratégicos
(bases aéreas, refinerías de petróleo, etc.). Además durante la guerra se
compró la versión china del SA-2. Irak también poseía una defensa aérea
moderna, equipada con misiles soviéticos. Por varias razones los misiles SAM no
fueron la amenaza que se preveía.
Durante
la guerra los aviones de ataque iraquíes emplearon barquillas de contra medidas
SPS-141, de fabricación rusa y pensadas para enfrentarse a los radares de los
aviones F-14 y misiles MIM-23 que tenía Irán. Los Mirage F-1 contaban con
equipos equivalentes comprados en Francia e Italia, así como misiles anti-radar
Armat. Para hacer frente a los misiles SAM iraníes se compraron misiles
anti-radar KH-28 en 1982. Posteriormente se compraron también misiles KH-25MP
rusos. A partir de 1984 las misiones de ataque de Irak se trataba que contaran
con aviones equipados para misiones SEAD.
Ocasionalmente
destacamentos de aviones rusos o egipcios parece ser que ayudaron a Irak a
enfrentarse a la defensa aérea iraní. Parece ser que la URSS envió
temporalmente en 1987 un destacamento de 4 Mig-25BM para evaluarlos en combate.
Operando desde la base H-3 se dedicaron a probar la eficacia de sus equipos de
contramedidas frente al radar del F-14 Tomcat y misiones SEAD contra los MIM-23
HAWK iraníes, con el misil antirradar KH-25MP y Kh-31. Por su parte los
iraquíes normalmente empleaban sus misiles KH-58 contra los HAWK iraníes, disparándolos
a unos 70 km de distancia y 7 km. de altura desde sus aviones de ataque
SU-22M2. Se desconoce el número de baterías SAM iraníes que fueron destruidas.
Los
iraníes a su vez emplearon las barquillas de contra-medidas AN/ALQ-109 y
AN/ALQ-119 compradas antes de la revolución. El entrenamiento recibido de los EEUU.
antes de la revolución acerca de cómo enfrentarse a misiles antiaéreos rusos
también fue aprovechado exitosamente por los pilotos iraníes al principio de la
guerra para hacer frente a los SA-2 y SA-3, y con menos éxito a los SA-6
iraquíes. Debido al desgaste y
falta de repuestos Irán limitó los ataques sobre
Irak, por tanto no hubo ya de enfrentarse a sus defensas.
Angola
La URSS
suministró a Angola un sistema de defensa aérea que incluía radares, misiles
SA-6 y cazas Mig. El objetivo era hacer frente a las incursiones de la Fuerza
Aérea Surafricana. Los surafricanos perdieron algunos aviones y varios drones
de reconocimiento, abatidos por la defensa antiaérea angoleña. Todos los lanzadores
SA-6 inicialmente suministrados fueron destruidos durante la Operación
Protea. Los cubanos posteriormente llevaron a Angola misiles SA-13, SA-6, SA-8,
SA-3 y cañones ZSU-23-2.
La
fuerza aérea surafricana atacó ocasionalmente radares y lanzadores de misiles,
empleando bombas ya que el embargo imposibilitaba comprar armas avanzadas.
También se emplearon contramedidas y señuelos para engañar a los misiles
angoleños. Para suplir sus carencias los surafricanos se esforzaron en recoger
e interpretar señales radar para poder localizar sus emplazamientos y evitarlos
o atacarlos si fuera necesario. Los equipos de los aviones Buccaneer eran
empleados en estas misiones.
También se emplearon aviones B-707, y DC-4 para interceptar las
comunicaciones y emisiones electrónicas de los angoleños, y entre los fines de
estas misiones estaba la de localizar los emplazamientos de radares y misiles
SAM gracias a sus emisiones.
A pesar
del embargo Sudáfrica contó con el apoyo de Israel (equipos electrónicos y
asesores) y de Chile (asesores para interceptar comunicaciones entre pilotos y
control de tierra en Angola). En
junio de 1988 los cubanos dispararon 6 SA-6 contra un globo atmosférico
que los surafricanos empleaban como cebo. Era el inicio de una operación SEAD. De este modo,
gracias a la observación del vuelo de los misiles, se pudo estimar la localización
de la batería de SA-6 y destruirla mediante el empleo de obuses G5.
Líbano
1983
Tras la
invasión israelí de 1982 los Estados Unidos, Francia e Italia enviaron una
fuerza de interposición. Cuando en diciembre de 1983 dos F-14 en vuelo de
reconocimiento fueron atacados por varios misiles SAM sirios se ordenó desde el
Pentágono una misión de castigo. Un grupo formado por aviones A-6E, A-7, F-14 y
EA-6B debía de atacar por la noche los emplazamientos de misiles sirios y otros
objetivos. Debido a decisiones políticas se produjo una descoordinación total
en el ataque, que acabó realizándose al amanecer. Los EA-6B que debían de
cubrir el grupo de ataque no consiguieron situarse en su posición a tiempo con
lo que parte del grupo quedó sin la protección de los Prowler, lo que
seguramente fue la causa principal del derribo de un A-6E Intruder. Esto llevó
al posterior derribo por un misil SA-7 de un A-7 Corsair que trataba de
localizar el avión derribado.
Chad
Francia
apoyaba a uno de las partes de la guerra civil en Chad. Libia apoyaba al otro
lado. Como parte de las
operaciones francesas para frenar a los libios los franceses enviaron en
febrero de 1986 un destacamento de 4 aviones de su escuadrón 3/3 Ardennes,
responsable de misiones SEAD. Eran aviones Jaguar equipados con misiles
antirradar AS-37 Martel y en enero de 1987 su misión fue atacar los radares
libios de la base aérea de Wadi Doum y Faya Largeau. Al estar el resto de
radares apagados solo uno de los aviones disparó sus misiles, destruyendo el
radar de una batería de SA-6 libia en Wadi Doum. Para hacer que el radar se
encendiera y poderlo atacar un Breguet Atlantique hizo de cebo en Wadi Doum.
Los franceses emplearon una pareja de Mirage F-1CR para tratar también de
provocar que el radar de Faya Largeau se activara.
Chad
fue una mina de oro de información para occidente. Los chadianos capturaron
lanzaderas SA-6 y SA-13 libios que vendieron a Francia y los EEUU. Además un
radar P-15 y un P-19 capturados fueron también analizados en occidente.
Libia
Reagan
Vs Gadaffi
En 1986
los estadounidenses atacaron Libia. Tras el éxito israelí en Líbano y su
fracaso ante los SAM sirios en Líbano la US Navy había estado refinando las
técnicas SEAD. Los portaviones de la US Navy navegaban por el Golfo de Sidra
reclamando libertad de negociación. El 24 de marzo Libia disparó varios misiles
SA-5 contra una patrulla de F-14A Tomcat, que se libraron del ataque gracias a
ir acompañados por un EA-6B Prowler. Como represalia los A-7 de la US Navy
atacaron la batería de SA-5. Se reclamó la destrucción de dos radares Square
Pair de guía de misiles SA-5 y de un número indeterminado de radares Fan Song
encargados del guiado de misiles SA-2.
En
abril los EEUU decidió atacar a los libios, que tenían una defensa aérea
bastante potente. Libia contaba con misiles SA-2, SA-3, SA-5, SA-6 y SA-8, con
artillería antiaérea defendiendo sus bases, como por ejemplo los ZSU-23-4.
Libia también contaba con algunos equipos occidentales, lo cual hacía el ataque
complejo. Las tácticas SEAD se basaron en la destrucción empleando misiles HARM
pero sobre todo en las interferencias. Además se sacó provecho de los avances
informáticos, que posibilitaron diseñar rutas de ataque que evitarán la defensa
aérea. Esta vez se emplearon primero los EA-6B que detectaron e interfirieron a
los radares libios. En ese rol operaron junto a 4 EF-111 de la USAF. Tras ellos
se lanzó contra Bengasi una oleada de aviones de ataque A-7 Corsair y F/A-18
Hornet armados con misiles antirradar que destruyeron varias baterías de
misiles SAM. Solo se perdió un avión de ataque, un F-111. Los EA-6B cubrieron
con sus emisiones a los F/A-18 y A-7E, que lanzaron misiles AGM-88 HARM cuyo
alcance era mayor a de los SAM. Esta acción conjunta anuló los misiles libios.
En los ataques se lanzaron unos 30 misiles AGM-88 y AGM-45, y según los EEUU se
interceptaron transmisiones libias informando que todos los radares de la zona
habían sido destruidos. El que Libia empleará misiles SAM conocidos permitió
que las interferencias fueran efectivas. Estos ataques supusieron además el
bautismo de fuego del misil anti-radiación AGM-88, un EA-6B del VAQ-131 lo
empleó por primera vez en combate contra una batería libia de misiles S-200 en el
Golfo de Sidra.
Dado el
precedente del Líbano en 1982 el alto mando soviético se comenzó a preocupar
por las capacidades SEAD occidentales en 1986, ya que el éxito del ataque a
Libia era mucho más preocupante que lo sucedido en 1982.
Guerra
civil libia
En 2011
durante la operación Odyssey Dawn la OTAN atacó los emplazamientos fijos de
radares y misiles de la defensa aérea libia, pero tuvo que estar atenta durante
el resto de la operación a la posible amenaza de los misiles móviles SA-2,
SA-3, SA-5, SA-6 y SA-8. Los SA-5 estaban inoperativos, aunque los EEUU no se
fiaba de los informes de inteligencia y ordenó atacar las lanzaderas. Debido a
la retirada del servicio de los misiles antiradar AS-37 Francia empleó bombas
guiadas AASM para destruir lanzaderas de misiles SA-3 durante la operación
Harmattan, aprovechando que los podían lanzar fuera del alcance de los misiles.
Los pilotos de los Rafale aprovecharon sus equipos para dar las coordenadas
exactas a las bombas. Durante las operaciones quedaron patentes las diferencias
en tácticas SEAD seguidas por la USAF y los franceses. Cinco EA-18G fueron
enviados desde Irak para apoyar las operaciones en Libia. La posición
de los sistemas fijos y semimóviles de misiles
libios SA-2, SA-3 y SA-5 era conocida tras semanas de operaciones de aviones
ELINT y fotos de satélite. La dificultad estuvo en localizar y neutralizar los
sistemas móviles de misiles SA-6, SA-8, SA-9, SA-13 y Crotale que tenía Libia.
Desgraciadamente para Libia años de embargo supusieron falta de entrenamiento y
de repuestos, que unidos a los problemas de la guerra civil suponían que en la
práctica apenas eran una amenaza real para los aviones occidentales.
Durante la guerra civil las operaciones siguieron. Turquía apoyó al GNA. Los turcos emplearon drones Bayraktar TB2 para eliminar los sistemas Pantsir (SA-22), de fabricación rusa. En mayo de 2020 los Pantsir-S1 se enfrentaron contra los drones Bayraktar TB2. Se cree que hasta 15 Pantsir podrían haber sido destruidos. En julio de 2020 se lanzó un ataque contra las tropas turcas en la base aérea de Al-Watiya. Aviones Mirage 2000-9 lanzaron varios ataques, precedidos por una misión SEAD que eliminó los radares del sistema MIM-23 Hawk que defendía la base.
Operación
El Dorado Canyon
Guerra
del Golfo
Durante
la invasión iraquí de Kuwait un Sukhoi Su-22 del 109 escuadrón iraquí disparó
un misil antiradiación Kh-25MP contra el radar de guiado de una batería de
misiles MIM-23B I-HAWK Kuwaití situada en la isla de Bubiyan. Esta batería
había derribado un Su-22 y un MiG-23BN anteriormente.
La
guerra del Golfo vio un gran incremento del peso de las misiones SEAD tras las
lecciones de Vietnam y Líbano. Debido a la nutrida defensa aérea iraquí, que
contaba con modernos misiles rusos y franceses no se creía que fuera fácil
neutralizar la defensa antiaérea iraquí, y se temía pérdidas considerables de
aviones. Sin embargo el uso que los iraquíes hicieron de su
defensa aérea dejó mucho que desear.
Aproximadamente 163 aviones SEAD y ECM se desplegaron en apoyo de las
operaciones:
- 60 F-4G.
- 13 F-16C.
- 9 Tornado ECR.
- 24 EF-111.
- 39 EA-6B.
- 18 EC-130H.
La
defensa aérea iraquí contaba con unos 154 emplazamientos SAM en Irak y otros 20
en Kuwait. Irak contaba con 160 lanzaderas SA-2, 140 SA-3, 100 SA-6, 40 SA-8,
40 Roland y 400 SA-9. El 65% de las defensas se situaba en los alrededores de
Bagdad. A ello se sumaba una gran cantidad de artillería antiaérea: 972
emplazamientos AAA, 2.404 cañones antiaéreos fijos y 6.100 móviles. La
cobertura del espacio aéreo la realizaban 478 radares de alerta temprana, 75
radares de alta frecuencia y 154 radares de adquisición. Todo se organizaba en
un sistema integrado de defensa aérea coordinado por un sistema informático
automatizado y dirigido desde el Centro Nacional de Operaciones de Defensa
Aérea, ubicado en un búnker subterráneo en Bagdad. Se dividió Irak en cuatro
sectores de defensa, cada uno con su Centro de Operaciones. Cada Sector
supervisaba el espacio aéreo local y era capaz de rastrear simultáneamente 120
aviones y seleccionar el arma apropiado para atacarlos, apuntando
automáticamente a los misiles de su sector. Eso significaba que los SAM no
tenían que encender su propio radar y revelar su posición. Bagdad estaba
fuertemente defendida, más que Hanoi durante la Guerra de Vietnam ya que estaba
protegida por el 65% de los misiles SAM y más de la mitad de sus piezas
antiaéreas de Irak. Una de las limitaciones era que la defensa fue planeada
contra la amenaza de la fuerza aérea iraní y la fuerza aérea de Israel. La USAF
atacaría desde Turquía y Arabia Saudita.
La campaña aérea se inició con una incursión de helicópteros AH-64 Apache que eliminaron las primera línea de radares de alerta temprana y crearon corredores seguros para las oleadas de ataque cuyo objetivo era Bagdad. La Task Force Normandy destruyó las estaciones de radar Nebraska y Oklahoma, en el desierto occidental Iraquí. Para ello se emplearon 8 helicópteros AH-64, divididos en dos equipos y guiados cada uno por un MH-53J Pave Low de la USAF. Los emplazamientos de radar iraquíes cerca de la Frontera de Arabia Saudita podrían haber advertido a Irak de un próximo ataque. Esto abrió un hueco en la defensa aérea de Irak, ciega a lo que viniera desde Arabia Saudita. Dos EF-111 cubrieron a 22 F-15E que aprovechando el hueco se lanzaron contra los aeródromos del oeste de Irak. Les siguieron los F-117 que se dirigieron a Bagdad. Debido al temor a las defensas aéreas se emplearon los F-117 de forma masiva y los aviones de ataque volaban a baja altura atacando bases aéreas, sistemas de defensa aérea y centros de mando de la defensa aérea. Los aviones de la coalición destruyeron los centros de mando de la red antiaérea y los radares de largo alcance por lo cual los iraquíes no pudieron coordinar la defensa aérea.
La
estrategia buscaba acabar con la defensa aérea y estructura de Mando iraquí.
Los F-117 atacaron estructuras de mando, los F-15E y F-111F puntos estratégicos
con los F-4G y EF-111 encargándose de las defensas aéreas. Los EC-130H se
encargaron de interferir las comunicaciones entre el mando y los cazas y
unidades SAM. Lo que no se podía interferir se enfrentaba a ataques de misiles
antiradar. Y si los misiles y las interferencias fallaban se enviaban misiles
de crucero. Por parte de la US Navy los EA-6B Prowler interfirieron los radares
enemigos y junto a los F-18 emplearon misiles Harm contra ellos. En total 39
EA-6B Prowlers se emplearon, disparando 150 misiles HARM y volando unas 1.600
misiones. La Armada de los Estados Unidos empleó aviones S-3 Viking equipados
con drones para lanzarlos como señuelos, así como EP-3 y EKA-3B.115 Como se ha indicado
por parte de la USAF se recurrió al empleo de sus
aviones Wild Weasel, F-4G y F-16, y a los EF-111 y EC-130H de interferencias
electrónicas. Se recurrió también al empleo de los RC-135, E-3 AWACS y E-2
Hawkeye para triangular la posición de los radares de los misiles SAM y así
enviar aviones contra ellas equipados con misiles antirradar. El misil AGM-88
HARM fue utilizado ampliamente por la Armada, el Cuerpo de Marines y la Fuerza
Aérea durante la Guerra del Golfo Pérsico. La configuración típica de un grupo
de ataque de la USAF era de 10 a 20 F-16C escoltados por 4 F-4G con misiles
HARM, varios F/A-18C o F-15 como escolta aérea y uno o dos EA-6B para perturbar
los radares. Francia empleó su misil Armat y la RAF el misil Alarm Las fuerzas
aliadas volaron 4.326 misiones SEAD, un 6 % del total de misiones realizadas, y
dispararon más de 2.000 misiles antirradares. Los iraquíes no siguieron la
doctrina soviética y cometieron errores como no apagar sus radares a tiempo,
renunciar a su movilidad o no crear señuelos. Para sorpresa y deleite de los
aviones SEAD los operadores de SAM iraquíes no apagaban el radar hasta justo
antes del lanzamiento, siendo presas más fáciles que lo que habían sido los
norvietnamitas. Las defensas antiaéreas fueron sorprendentemente ineficaces,
los aviones de la coalición realizaron más de 100.000 salidas y solo perdieron
en combate 42 aviones.
Los
meses de preparación permitieron realizar un detallado reconocimiento
electrónico que reveló la posición y tipos de SAM empleados por Irak. Esto hizo
posible planificar la estrategia SEAD y tener actualizadas las contramedidas
electrónicas. El empleo de modelos informáticos ayudó a tener una idea clara de
la red integrada de defensa, decidir cómo afrontarla y planificar rutas de
ataque que explotaran sus debilidades. Se estima que de los 1.000 radares de
todo tipo de defensa aérea que Irak tenía inicialmente un gran número fue
destruido. La defensa aérea iraquí vio como la coalición internacional destruía
su red de mando y control así como sus baterías de misiles. Debido a los
incidentes aliados con radares propios por el empleo inadecuado de los misiles
Harm se decidió restringir su empleo a los F-4G y EA-6B.
Durante
la guerra hubo un incidente de fuego amigo cuando el piloto de un F-4G Wild
Weasel, escoltando un B-52 confundió el radar de cola del arma defensiva con el
de un emplazamiento antiaéreo iraquí, después de que el artillero de cola del
B-52 hubiera dirigido el radar contra el F-4G al pensar que era un MiG iraquí.
El piloto lanzó un misil AGM-88 contra el B-52, que fue impactado, pero pudo
volver a la base con daños de metralla en la cola y sin víctimas. El B-52 fue
posteriormente renombrado In HARM's Way.
La
guerra fue el debut de los drones en misiones SEAD por parte de los EEUU. Tras
el éxito israelí de 1982 los EEUU decidió comprar el AGM-141 TALD. Este dron
debutó en combate en 1991, siendo empleado para engañar a la defensa aérea
iraquí para que encendiera sus sistemas de radar. En las horas iniciales de la
guerra unas 100 estaciones de radar se detectaron gracias a los señuelos BMQ-74
y ADM-141 TALD. Esto provocó una respuesta masiva con el lanzamiento de más de
500 misiles AGM-88 y ALARM esa noche. En algún sector esa noche fueron
disparados 67 misiles en apenas 20 minutos.
Posteriormente,
tras la guerra, se realizaron numerosas misiones SEAD para garantizar las zonas
de exclusión aéreas fijadas al norte y sur del país.
Balcanes
Bosnia
La OTAN
planificó la operación Dead Eye, era el plan SEAD contra las defensas aéreas
serbo-bosnias. En los meses previos
los misiles SA-6 serbios habían derribado dos
aviones de la OTAN. Se estimó para proteger las
misiones un mínimo necesario de 12 aviones de interferencias (Jammers)
y 24 de ataque SEAD (Harm Shooters). La USAF asignó dos EC-130H y seis
EF-111, a los que se unieron diez F-16 HTS. A ellos se unieron un escuadrón
de F-18 de los Marines y los S-3B, EA-6B y F-18 del portaviones USS Theodore Rooselvet,
que realizaron el 60% de las misiones SEAD. La Luftwaffe asignó 8 Tornados ECR
y los EF-18 españoles se asignaron ocasionalmente a misiones SEAD, armados con
misiles Harm.
Cuando
la operación Deny Flight se convirtió en Deliberate Force los primeros ataques
se dirigieron contra las defensas aéreas de la zona de Banja Luka. En los
ataques iniciales los F-14 lanzaron señuelos para tratar que los serbios
activaran sus radares y así quedaran expuestos a los misiles HARM de los F-18
que los acompañaban. Los operadores de misiles SAM serbios optaron por mantener
silencio radar el máximo posible, lo cual dificultó su destrucción. Las
misiones SEAD supusieron alrededor de un 22 % del total, aunque menos de un
tercio de esas misiones supuso lanzamiento de misiles contra los radares
serbios.
En
estas operaciones tuvo lugar el primer lanzamiento en combate real de un misil
AGM-88 Harm por un EF-18 español, destruyendo un radar de guiado de misiles
SA-6.
Kosovo
La OTAN
fue incapaz de neutralizar el sistema de defensa antiaérea tal y como deseaba.
Serbia tenía bien aprendidas las lecciones de la guerra del Golfo y siguió la
doctrina soviética, cambiando sus equipos SAM a menudo de emplazamiento,
empleando señuelos para engañar a la OTAN, camuflando sus misiles y artillería
antiaérea y manteniendo una férrea disciplina de empleo de radar.
Por el
lado de la OTAN se recurrió a un empleo mayor del esperado de aviones EA-6B
Prowler, RC-135V/W Rivet Joint, Tornado ECR y F-16CJ Weasel durante las
operaciones, que emplearon unos 750 misiles AGM-88 Harm (el 50 % tratando de
eliminar a los SA-6 serbios). La defensa aérea serbia obligó a realizar las
misiones de ataque a altura media, haciendo mayor uso del planificado de bombas
guiadas. La retirada de los F-4G y menor énfasis en entrenar misiones SEAD se
hizo sentir. El Pentágono envió a la base de Aviano 25 aviones EA-6B Prowler
que sacó de los escuadrones VMAQ-1 y 2 de los Marines y VAQ-134 y 138 de la
Armada, junto al VAQ-209 de la reserva. Los 4 EA-6B del VAQ-141 estaban
asignados al portaviones que operaba en el Adriático. Todas las misiones de
ataque contaron con escolta de aviones EA-6B. La OTAN empleó el misil HARM
Block 6, equipado con guía GPS que le llevaba donde se había detectado la
fuente de emisión de señal radar, sin importar que el operador de radar ya
hubiera apagado el equipo.
Solo
tres de los 22 radares Straight Flush de guiado de los misiles SA-6B Gainful
fueron destruidos por la OTAN. A su vez la OTAN reclama haber destruido once de
las 14 baterías de SA-3 serbias y el 66 % de las baterías de SA-2. En cuanto a
los serbios se estima que dispararon unos 800 misiles SAM, de los cuales solo
dos lograron derribos. Además empleando misiles SA-3 Serbia derribó un F-117 y
logró alcanzar a otro, que se vio obligado a realizar un aterrizaje forzoso en
Bosnia. Parece ser que Serbia combinó el uso de radares antiguos y la
interceptación de comunicaciones para saber dónde localizar a los aviones de la
OTAN. La OTAN se encontró con el problema que no sabía nada de la señal que
emitían los SA-2 y SA-3 modernizados yugoslavos.
Invasión
de Irak
Durante
los años que duraron las operaciones Southern Watch y Northern Watch de modo
casi diario patrullas aéreas de los EEUU y Gran Bretaña sobrevolaban Irak y
tuvieron frecuentes roces con la defensa aérea iraquí. Debido a ello en 2003 la
defensa aérea iraquí estaba debilitada, por el largo embargo y por los ataques.
Los principales aviones implicados en misiones contra la defensa aérea iraquí
fueron los EA-6B Prowler y F-18 Hornet de la Armada y los F16CJ Fighting Falcon
de la Fuerza Aérea. Contaban entre sus armas con los misiles AGM-88 Harm
antirradar, utilizados anteriormente por los EEUU en 1991 y en Kosovo y los
AGM-65 Maverick, ambos en las versiones actualizadas que ofrecían mayor alcance
y efectividad.
El 19
de marzo de 2003 comenzó la operación Iraqi freedom con el objetivo de derrocar
a Saddam Hussein. Los iraquíes sabían muy bien para 2003 los peligros de
encender los aparatos de radar. Apenas los encendieron y por ello la eficacia
de la defensa aérea fue mínima. Los EEUU conocía también muy bien los
emplazamientos de los centros de mando. Los primeros aviones en atacar fueron
dos F-117, escoltados por una pareja de EA-6B. A partir de ese momento los
EA-6B realizaron numerosas misiones protegiendo a los aviones de ataque así
como colaborando activamente en la destrucción de los radares y de los sistemas
antiaéreos iraquíes. Una de las acciones en que se vio involucrado un F-16CJ
fue un ataque a una batería MIM-104 Patriot del Ejército de los Estados Unidos.
El radar de control de tiro del sistema de defensa antiaérea Patriot fue dañado
por un misil antirradiación AGM-88 HARM disparado cuando el radar de control de
tiro adquirió la posición del F-16.
Guerra
Rusia-Georgia
En
agosto del 2008 la fuerza aérea rusa atacó con misiles KH-58 el radar 36D6-M
georgiano que controlaba la zona de operaciones, destruyéndolo.
Siria
Desde
que en 2007 Israel destruyó el reactor nuclear sirio es sorprendente que cada
vez que Israel lanza un ataque aéreo el sistema de defensa aérea sirio no
funciona, ni siquiera dando aviso de que el espacio aéreo haya sido penetrado.
Los S-200 sirios, debido a su estructura estática y tecnología obsoleta, no
sirvieron de nada en el ataque israelí contra el complejo nuclear de Al Kibar.
Sin embargo, hay informes que indican que estos sistemas fueron modernizados en
2016 por Rusia. Según algunas fuentes el éxito se debe a que Israel logró de
algún modo que el radar sirio identificara a los aviones de combate israelíes
como aviones amigos y no como aviones enemigos.
Durante
la guerra civil siria Israel ha atacado en más de un centenar de ocasiones
depósitos de armas y convoyes en Siria. Según algunas fuentes durante el ataque
a un almacén de armas en enero de 2017 los aviones israelíes habrían destruido
una batería de misiles S-300 siria a la que consideraron una amenaza. En
febrero de 2016 un F-16 israelí fue derribado por misiles SA-5 (S-200) sirio, a
lo que siguió el ataque de represalia contra varias instalaciones de la defensa
aérea siria. Los S-200 sirios fueron actualizados con ayuda rusa en 2016.
Israel ha practicado frecuentemente maniobras SEAD con los S-300 vendidos a
Grecia y ha intercambiado información con Ucrania. En 2018 un avión de
inteligencia ruso Iliushin Il-20 fue derribado por error por un S-200 operado
por Siria, lo que hizo que Rusia decidiera vender misiles S-300 al régimen
sirio y lanzar un programa de modernización de las defensas antiaéreas
vendiendo a Siria varios sistemas antiaéreos de altitud baja y mediana Pantsir
S-1 o SA-22 en denominación OTAN. Rusia formó a los operadores sirios y
controla esas baterías, aunque se sospecha que ha frenado su uso en combate,
tanto por evitar la mala prensa de que los S-300 fallen o sean destruidos como
por el hecho de que los ataques israelíes debilitan la posición iraní en Siria.
Para proteger sus bases en Siria los rusos desplegaron misiles S-400.
En 2018
Israel destruyó un lanzador de SA-22 situado en el Golán como represalia.
También se han destruido baterías de misiles SA-17 y SA-5 en diversas
ocasiones. Se estima que desde el inicio de la guerra civil cientos de misiles
SAM han sido disparados contra los israelíes. Que solo un avión israelí haya
sido derribado habla bien de las tácticas SEAD y de la gran y valiosa experiencia
que ha ganado Israel en lidiar con defensas aéreas.
Turquía
se atribuyó, mediante drones, la destrucción de varios sistemas antiaéreos
Pantsir (SA-22) y al menos un Buk (SA-17) en Siria. Rusia reconoció que dos
Pantsir sirios fueron dañados. No se sabe si los drones atacaron directamente a
estos sistemas, o dirigieron sobre ellos la artillería turca. En Siria y Libia
los drones Bayraktar TB-2 turcos se impusieron sobre los Pantsir. Israel
también empleó munición merodeadores contra la defensa aérea. A principios de
2019 se reconoció que un Skystriker destruyó un sistema antiaéreo móvil Pantsir
en Siria. El Harop también había destruido anteriormente sistemas Pantsir en
Siria.
Hay que
indicar que el personal sirio que opera los sistemas de defensa aérea rusos más
modernos se cree que carece de la capacitación necesaria para operar de manera
efectiva esos sistemas. Esto justifica en parte todo lo explicado anteriormente
Nagorno
Karabaj
Los
drones fueron empleados en el conflicto entre azerbaiyanos y armenios. Las
Fuerzas Armadas de Azerbaiyán emplearon drones Harop, de fabricación israelí,
en la llamada guerra de los Cuatro Días en 2016. Desde entonces Azerbaiyán
compró otros modelos israelíes como el Orbiter o el Hermes, y drones de
fabricación turca Bayraktrar TB2.
En
septiembre de 2020 se produjo la guerra entre Azerbaiyán y Armenia. La victoria
de Azerbaiyán fue debida en parte a la neutralización de las defensas
antiaéreas armenias con el empleo de drones de fabricación turca e israelí.
Las
defensas antiaéreas armenias eran en su mayoría obsoletas y pensadas para
enfrentarse a aviones tripulados, misiles de crucero y misiles balísticos. La
incapacidad para neutralizar los drones fueron claves para el colapso de la
defensa aérea armenia. Azerbaiyán hizo un empleo generalizado de drones en
misiones SEAD. Esto incluyó drones SEAD como el Harop y empleo de tácticas
señuelo. En estas últimas un dron activaba las defensas antiaéreas y otro dron
las neutralizaba. Se estima que alrededor del 60% de las defensas aéreas fueron
destruidas así.
La
fuerza aérea de Azerbakyán convirtió antiguos aviones An-2 en drones para ser
utilizados como señuelos. Los drones TB2, Harpy y Harop los acompañaban. La
defensa aérea armenia carecía de sistemas de guerra electrónica para
contrarrestar los ataques drones. Para hacerlo peor Armenia descuidó el
camuflaje de sus sistemas. Entre el 27 y el 30 de septiembre se estima que 30
sistemas de defensa antiaérea fueron destruidos.
Solo se
salvaron en el lado armenio los sistemas Buk-M1-2 (SA-11 Gadfly para la OTAN).
La razón fue que no fueron desplegados. Los sistemas antiaéreos desplegados por
Armenia y atacados eran los viejos 9K35 Strela-10, sus predecesores 9K311
Strela y los 9K33 Osa. Azerbaiyán también atacó los sistemas S-300 usados por
la defensa aérea armenia. Azerbaiyán se convirtió en el primer ejército del
mundo en destruir un sistema S-300. En concreto al menos un radar de alerta
temprana y uno de los lanzadores fueron destruidos. Se atacaron dos
emplazamientos de S-300, uno en Nagorno-Karabaj y otro en Armenia.
Azerbaiyán
se entrenó en la doctrina turca de guerra con drones. La lección aprendida fue
que los drones, especialmente el Bayraktar TB-2, fueron muy eficaces para
atacar las defensas aéreas. Solo en las dos primeras semanas de enfrentamiento,
Azerbaiyán reclamó la destrucción de unos 60 sistemas 9K33 Osa y 9K35 Strela.
La otra fuente importante del éxito de Azerbaiyán fueron las municiones
inteligentes israelíes. Se confirmó así a los que defienden que en espacios
aéreos relativamente permisivos los drones son activos SEAD muy efectivos. Otra
lección es que la mala preparación de las defensas antiaéreas frente a los
drones deberá evitarse en próximos conflictos.
Las
similitudes entre los sistemas de defensa antiaérea de Armenia y Argelia
hicieron que Marruecos comprara drones del mismo modelo que los empleados por
Azerbaiyán en Nagorno-Karabaj.
Ucrania
En la
doctrina militar actual uno de los principales aspectos para lograr la
superioridad aérea es destruir la defensa antiaérea del enemigo. Anuladas esta
se puede atacar con libertad otros blancos. Al fracasar Rusia en esta misión
SEAD también fracasó en lograr la superioridad aérea y le fue imposible cortar
las líneas de suministro ucranianas, como así también la destrucción de los
sistemas de artillería.
Esto
permitió que la Fuerza Aérea Ucraniana continuara volando, dando apoyo aéreo.
Además hizo que Rusia perdiera aviones a manos de la defensa aérea ucraniana y
por los riesgos de volar a baja altura.
Antes
de lanzar el ataque contra Ucrania el 24 de febrero de 2022 la Fuerza Aérea
rusa trasladó sus regimientos de aviación a bases aéreas próximas a Ucrania. Se
juntó una fuerza de unos 500 aviones, entre los que se incluían docenas de
Su-25 de ataque a tierra, Su-35 Flanker de superioridad aérea o Il-76 de carga.
Adicionalmente la aviación del Ejército de Tierra ruso trasladó docenas de
helicópteros de transporte Mi-17 Hip para los asaltos aéreos y para operaciones
de reabastecimiento. Junto a ellos se desplegaron decenas de helicópteros de
combate Mi-24/35, Mi-28 y Ka-52. Los analistas apostaban por una operación SEAD
aplastante que destruyera la defensa aérea ucraniana. Rusia conocía bien los
sistemas ucranianos y como enfrentarse a ellos.
Mientras
eso sucedía la Fuerza Aérea de Ucrania se dispersó en numerosas bases y la
misión de defender Ucrania fue asignada a la defensa antiaérea. Los ucranianos
desplegaron antes del ataque sus baterías SAM en posiciones de combate
dispersas para dificultar las tácticas SEAD rusas. Ucrania dependía de sus
sistemas SA-11 Gadfly (Buk-M1) de medio alcance y el SA-10 Grumble (S-300P)
para enfrentarse a los aviones rusos a altitudes medias o altas. A ellos, para
defensa a baja altura, se unían centenares de misiles antiaéreos Stinger, Grom,
Mistral o Starstreak. Iniciada la guerra llegaron muchos más. Esto era normal,
ya que el sistema de defensa aérea ucraniana se reforzó considerablemente como
consecuencia de la anexión de Crimea y la posterior guerra en Donbás. Por
contra la envejecida flota de cazas recibió pocos recursos.
Según
los analistas el objetivo de los ucranianos no era derribar aviones rusos, sino
crear una situación de riesgo creíble para cualquier avión ruso que quisiera
atacarles. Se quería forzar a los rusos a adoptar tácticas para evitar el
armamento antiaéreo, y así reducir la eficacia y libertad de sus ataques. Antes
de la invasión Ucrania contaba con unos 300 lanzadores S-300 y 72 sistemas
Buk-M1, junto a algunas unidades de Buk-M1 cedidas por Finlandia.
Nada
más comenzar la guerra los rusos trataron de acabar con la fuerza de cazas
ucranianos Su-27 en tierra. Misiles y aviones rusos atacaron sus bases aéreas,
logrando algunos éxitos. En el aire los Su-27 ucranianos que trataban de
defender Kiev no pudieron sobrevivir a los escuadrones de Su-30SM y Su-35
rusos, que con radares superiores y misiles de mayor alcance tenían toda la
ventaja. La guerra electrónica rusa degradó la defensa aérea ucraniana y muchos
radares fueron interferidos con éxito por los rusos. Además en su ataque
inicial los rusos lograron destruir 7 estaciones de radar y 12 baterías de
misiles SAM, principalmente Osa (SA-8 Gecko) y Strela de corto-medio alcance.
Los rusos solo lograron destruir 4 plataformas de tipo S-300 o BUK.
Sin
embargo la ofensiva SEAD rusa se paró allá. La doctrina rusa es distinta a la
occidental y la aviación está supeditada a los objetivos tácticos. Se daba por
hecho que Rusia lograría rápidamente el dominio en el aire pero la defensa SAM
ucraniana lo impidió y el fracaso ruso permitió con el tiempo a la fuerza aérea
ucraniana reagruparse y rehacerse. Ucrania se cree que perdió alrededor de 24
lanzadores S-300 y seis vehículos Buk-M1 en más de seis meses de guerra.
En las
fases iniciales Rusia lanzaba dos oleadas diarias de ataques aéreos cada día.
Algunas unidades, como los Su-30SM del 43º Regimiento de Aviación de Ataque
Naval Independiente, recibieron la misión de supresión de las defensas aéreas
enemigas. Cada oleada se componía de grupos de más de 20 aviones, liderado cada
uno por un Su-24MR que buscaba las defensas aéreas ucranianas. Este era seguido
por Su-30/Su-34/Su-35 armados con Kh-31 para atacar los radares y SAM
ucranianos. Los cazabombarderos de ataque les seguían. Sin embargo las tácticas
SEAD rusas no funcionaron (principalmente por la falta de entrenamiento previo)
y la defensa ucraniana se cobró varios derribos. Esto unido a los derribos a
manos de los SAM rusos y otros problemas hicieron que se abandonara el ataque
aéreo. En las operaciones además Rusia consumió todo su inventario de misiles
antiradar KH-31P y de otros más antiguos KH-58 y KH-25. El fracaso en eliminar
la defensa aérea ucraniana obligó a los helicópteros y aviones de apoyo aéreo
rusos a operar a muy baja altitud, donde fueron víctimas de los MANPADS. Además
los aviones rusos volaban bajo también para evitar ser abatidos por los misiles
S-300 y S-400 rusos. La descoordinación entre la aviación y las fuerzas en
tierra es enorme en Rusia. Los misiles antiaéreos S-300 de largo alcance
resultaron ser tan importantes para la defensa de Ucrania que los EEUU trabajó
en la obtención de S-300 adicionales para Ucrania de varias fuentes, incluida
Eslovaquia. La incapacidad de la aviación rusa de atacar a las tropas
ucranianas de modo eficaz se sintió en las operaciones, con el ejército
ucraniano persiguiendo a tropas rusas en desbandada y preparando tranquilamente
posiciones para emboscar a los refuerzos rusos. Se puso en evidencia que la
Fuerza Aérea rusa carece de capacidad de ejecutar una campaña aérea integrada
al estilo occidental.
Gracias
a las baterías S-400 y S-300 estacionadas en las fronteras ucranianas los rusos
a su vez lograron controlar buena parte del espacio aéreo. Eso obligó a
helicópteros y aviones ucranianos a volar muy bajo, para evitar ser detectados
y derribados. El sistema antiaéreo Tor-M1 ruso demostró ser tan peligroso para
los pilotos ucranianos como para los rusos. Sobre el campo de batalla se dieron
frecuentes casos de derribos por fuego amigo en ambos lados.
Ucrania
pronto lanzó ataques contra la defensa aérea rusa. Sus drones Bayraktar TB2
destruyeron sistemas de misiles tierra-aire Buk rusos para así poder operar con
mayor libertad con drones contra las columnas rusas. Los drones hostigaron
estás columnas y dirigieron el fuego de la artillería contra ellas. Sin embargo
los rusos mejoraron sus defensas antiaéreas y los drones ucranianos tuvieron
menos éxitos.
Los
drones fueron el arma SEAD ucraniana más efectiva hasta que a finales de agosto
de 2022 empezaron a usar misiles AGM-88 HARM. Fue una sorpresa ya que se creía
imposible que aviones soviéticos pudieran lanzar HARM al no contar con la
electrónica necesaria para conectar su sistema de tiro con el computador del
misil. Esto ayudó a que los SAM rusos dejaran de emitir y Ucrania pudiera
emplear sus aviones de ataque Su-25 y Su-24M. En el primer día de uso del
AGM-88 HARM se destruyeron tres radares 30N6E (SAM S-300) y un Pantsyr en el
área de Jerson.
La
misión SEAD también contó con el apoyo de la artillería de largo alcance,
obuses M777 y lanzacohetes HIMARS emplearon munición inteligente contra los SAM
rusos. Durante la ofensiva de septiembre Ucrania reclamó la destrucción de
numerosos sistemas de defensa antiaérea Tor, S-300, Buk-1, Buk-2, etc.
Los
rusos trataron de responder a la ofensiva ucraniana de agosto, con amplio uso
de drones e HIMARS, protegiendo sus puntos más sensibles con una combinación de
sistemas SAM (S-300, S-350, S-400, Buk, Tor y Pantsyr). Los ucranianos conocían
bien que cada batería de S-300 tiene un único radar 30N6E y solo puede atacar
simultáneamente 6 objetivos. Por ello los ucranianos combinaron 6 cohetes M32A1
de sus HIMARS con otros cohetes y drones. También combinaron el empleo de
misiles HARM. El S-400 teóricamente mejor sufrió de un inventario muy limitado
de misiles 9M96DM con radar activo. Por ello los S-400 desplegados en Ucrania
estaban equipados con radar semiactivo solamente, con mayor tiempo de reacción
y menor alcance efectivo ya que solo pueden detectar objetivos a 30 km de
distancia, y rara vez activaban su radar antes de que el objetivo estuviera a
menos de 20 km. Por ello en la defensa rusa el misil S-350 se volvió cada vez
más importante ya que está equipado principalmente con misiles con radar
activo. Pero desafortunadamente para los rusos hay muy pocos S-350 en servicio.
En esta fase el Buk M3 ruso ha demostrado ser muy eficaz, operando cada unidad
conjuntamente seis lanzaderas pueden atacar simultáneamente hasta 36 objetivos.
Septiembre
de 2022 vio también como Rusia desplegaba drones comprados en Irán. Entre sus
misiones estaba el ataque a las lanzaderas SAM ucranianas.
Durante
toda la guerra ambos lados siguieron la doctrina soviética de empleo de misiles
SAM. La necesidad hizo improvisar más a los ucranianos. La disciplina radar y
evitar sobreexponerse por emitir innecesariamente así como el no estar en la
misma posición demasiado tiempo fue seguido por ambos bandos. En cuanto se
disparaba el SAM cambiaba rápidamente de posición. En caso de no disparar era
raro estar más de 6 horas en la misma posición. A la defensa aérea rusa, que se
enfrenta a misiles antiradar en combate real por primera vez, le ha pasado
factura a la hora de enfrentarse a los HARM el no haberse entrenado y no tener
una doctrina que tuviera en cuenta las experiencias de los últimas décadas.
Técnicas
y operaciones
Misiones
SEAD
Las
misiones SEAD son complicadas y arriesgadas, como experimentaron los americanos
en Vietnam o los israelís en octubre de 1973. Con los años se han ido depurando
una serie de técnicas para ganar en efectividad y reducir riesgos, en la medida
de los posible ya que siempre existen muchos riesgos en este tipo de
misiones.137 Una misión
SEAD puede implicar desde interferencias que entorpezcan o cieguen los radares
enemigos hasta la destrucción de las defensas aéreas (DEAD). El óptimo es la
destrucción, ya que ese radar ya nunca más supondrá una amenaza y obliga a
extremar el silencio radar al resto de defensores para evitar también ser eliminados.
Normalmente
los aviones SEAD se integran en las formaciones de ataque. En las campañas
aéreas uno de los objetivos principales desde el primer día es la eliminación
de las red de defensa aérea del enemigo. El análisis de la naturaleza exacta de
la amenaza de la defensa aérea es importante para planificar adecuadamente y no
caer en los errores cometidos por Israel en 1973 por exceso de confianza y mala
evaluación de las capacidades enemigas. La supresión de defensas aéreas siempre
va más allá de la simple eliminación de radares y misiles, implica también
guerra electrónica y ataque a redes de comunicación y cadena de mando. Está por ver el
empleo futuro de los aviones Stealth F-35 en misiones SEAD.
En la
USAF la unidad táctica SEAD básica está formada por 4 aviones volando en dos
parejas. En la época del F-4G cada pareja se componía de un F-4G dedicado
exclusivamente a radares y un F-4E dedicado a DEAD, escolta y ataque. En la
actualidad se emplea F-16CJ, que al se puede turnar en ambas tareas.
Los
aviones SEAD emplean el terreno a su favor, ocultándose del radar hasta que les
conviene. Emplean equipos RAHW (Radar Homing And Warning) que reciben señales
de una amplia gama de frecuencias, las analizan y memorizan los datos
recogidos. Sus librerías electrónicas permiten clasificar las señales recibidas
y priorizar entre las que se deba elegir. Además se ubica el radar por
triangulación de la señal, incluso si el emisor se desconecta para evitar su
localización. Una vez detectado el radar se habrá memorizado sus señales y el
ordenador fijará su última posición conocida.
En
cuanto al empleo de misiles antirradar para eliminar la defensa aérea enemiga,
esta se ha demostrado una táctica eficaz pero que depende de la disciplina del
enemigo. En los casos en que se mantiene silencio radar es difícil que estos
misiles encuentren sus blancos. El empleo de señuelos intenta que la defensa
aérea active sus radares, pero no siempre funciona. El misil antiradar tiene
pocas posibilidades si el radar se apaga poco después de haber sido lanzado, de
hecho cuanto más tiempo esté apagado el radar potencialmente mayor será el
error de cálculo del rumbo. El AGM-88 memoriza la localización del radar y lo
geolocaliza, dirigiéndose hacia las coordenadas. Por contra el misil ALARM
tenía un modo de acecho, se paraba y un paracaídas le hacía descender
lentamente pero si el radar volvía a emitir el misil encendía de nuevo su
propulsor. Para evitar un misil antiradar desde la guerra de Vietnam la batería
SAM apagaba el rada y giraba su antena en dirección contraria. En la práctica
esto ya no está funciona con los últimos misiles AGM-88C y AGM-88D, si el radar
enemigo se apaga tienen memorizada su última posición o gracias al GPS pueden
atacar coordenadas predeterminadas.
La
campaña aérea sobre Kosovo fue un toque de atención acerca de la dificultad de
afrontar una defensa aérea preparada, disciplinada y profesional, justo lo
contrario de lo sucedido en repetidas ocasiones en Oriente Medio con Siria e
Irak. Una táctica empleada por la OTAN en Kosovo fue el disparo preventivo de
misiles HARM en las aéreas en que había la certeza que se encontraran baterías
SAM enemigas, táctica tradicional SEAD desde la guerra de Vietnam. Sin embargo
debido al precio actual de cada misil y a los incidentes de fuego amigo de la
guerra del Golfo no es una táctica que actualmente se favorezca demasiado.
Adicionalmente rusos y chinos han desarrollado también cebos, esto es, falsos
radares para atraer a los ataques SEAD.
US Army
y los Marines incluyen en su doctrina de supresión de defensas aéreas el empleo
de artillería convencional, cohetes y misiles superficie-superficie. El misil
ATACMS tiene un alcance de 300 km. que lo hace efectivo contra misiles de largo
alcance como los S-300PMU1/2. Se están probando nuevas versiones del HIMARS con
alcances mayores, misiles de crucero de lanzamiento terrestre o nuevos misiles
aire-superficie como el NSM. Las tácticas SEAD de los Marines incluye la
designación de blancos a través de aviones (E-2D, P-8, MQ-4, EF-18G, F-35B/C) y
combinar guerra electrónica con SEAD.
La
doctrina israelí SEAD también es distinta. Israel no ha optado por comprar
misiles AGM-88E sino que para SEAD ha impulsado el uso de munición merodeadora
combinada con contramedidas e interferencias. Este fue el modelo empleado en
Nagorno-Karabaj. A un precio barato se obtiene suficiente tiempo de permanencia
y no se depende de aviones ya que se lanzan desde tierra. En Líbano tuvo éxito
en 1982 y la ha tenido en las frecuentes incursiones en Siria, pero está
doctrina no valdría si algún día se decide atacar Irán.
Retos
futuros
En las
últimas décadas los militares occidentales se han enfrentado a defensas aéreas
de la era soviética y controlados por soldados deficientemente entrenados.
Estas defensas se basaban principalmente en componentes estáticos, fáciles de
rastrear y evitar. Sus misiles eran de corto alcance, comparados a los sistemas
modernos, y casi todos sus detalles técnicos se conocían. Los sistemas SAM más
recientes tienen mayor alcance y movilidad, sistemas de radar modernos,
sistemas avanzados de enlace de datos y la capacidad de cambiar de posición en
un período de tiempo muy corto. Además, la disponibilidad de soldados bien
capacitados ya no es crítica debido a los avances en automatización y
ordenadores que ha simplificado su manejo. Los militares de los EEUU aún no se
han encontrado en combate a un sistema de defensa aérea moderno.
Las
nuevas tecnologías y sistemas militares incrementan la dificultad de eliminar a
los misiles SAM más modernos, como los rusos SA-20, SA-21, SA-10 y SA-12 o el
americano Patriot PAC-2/3. Cada es más fácil dispersar los radares, lanzadores
de misiles y otras plataformas asociadas, pudiendo compartir información entre
lanzadores. Los radares se pueden cada vez utilizar con menos frecuencia y por
períodos más cortos. Adicionalmente proliferan los misiles portátiles y cañones
guiados por radar diseñados para proteger a los SAM y otros elementos de alto
valor de la defensa aérea. La defensa aérea también puede emplear bloqueadores
de GPS, que degradan o interrumpen las señales de orientación, reduciendo la
precisión de las armas empleadas por los aviones.
Los
sistemas antiaéreos más modernos hacen que el espacio aéreo del futuro sea
mucho más letal, con objetivos muy protegidos por densos sistemas de defensa
aérea. El número de defensores importará y cualquier atacante debería aceptar
fuertes pérdidas. Las tácticas de ataque actuales de pequeños grupos de aviones
furtivos que penetren hasta sin ser detectados podrían fracasar. Tampoco será
asumible utilizar una gran formación de aviones que sufran gran número de
bajas, tanto por los precios de los aviones actuales como por el hecho de que
los pilotos son difíciles de reemplazar. Aquí es donde entran en escena para
misiones SEAD los UCAV (Unmanned Combat Aerial Vehicle), diseñados para
acompañar a los aviones con piloto. Las nuevas tecnologías también significan
que los drones pueden tomar un papel más activo en misiones SEAD. De actuar en
el pasado como señuelos o realizando interferencias electrónicas pueden ahora
pasar a realizar misiones de supresión de defensas aéreas. Sistemas el IAI
Harop o el Harpy están diseñados para merodear, buscando y atacando objetivos.
Las
operaciones SEAD siguen de plena actualidad. La fuerza militar de los EEUU
sigue siendo la más poderosa, pero los rápidos avances tecnológicos y militares
de China unidos a las tensiones en el Mar del Sur de China han hecho que muchos
países potencien sus armas contra las defensas aéreas. Los EEUU y sus aliados
se encuentran que Rusia en el Báltico y China y Corea del Norte en el Pacífico
emplean las tácticas denominadas Anti-Access/Area Denial(A2/AD), consistente en
haberse equipado con densos y potentes sistemas de defensa aérea que
desgastarán a cualquier fuerza aérea que entre en su espacio aéreo de interés.
Los sistemas de misiles SAM chinos son numerosos y de tecnología moderna, algunos
misiles tienen en teoría un alcance de hasta 550 kilómetros. China cuenta con
hasta 46 diferentes sistemas SAM, que incluyen desde misiles avanzados (SA-15
desde el año 2000, SA-10, S-300 y últimamente también S-400) hasta otros
anticuados (HQ-2, copia del SA-2). China además produce y exporta sus propios
diseños de misiles SAM, así el HQ-18 es una evolución del S-300V ruso. Los EEUU
trata de mantenerse al día acerca de cómo enfrentar las amenazas potenciales.
Así los vuelos de sus aviones RC-135U son frecuentes, por ejemplo en Siria se
cree que han podido obtener abundante información de sistemas SAM de
fabricación rusa que emplean China o Irán.
En un
conflicto futuro el alcance de los misiles SAM superará el alcance de las armas
de cualquier avión que no esté equipado con armas de ataque a distancia. Además
los SAM modernos son de más alta precisión y tienen una alta probabilidad de
destrucción. Los aviones SEAD no podrán atacar a los misiles SAM antes de que
éstos las ataquen. Esto invalida la doctrina actual, que asume que los aviones
SEAD serán capaces de atacar a los SAM antes que éstos les puedan atacar. Para
mantener su posibilidad de destruir los SAM deberán estar equipadas con armas
de ataque a distancia suficiente para permanecer fuera del alcance de los SAM.
Los aviones solo pueden atacar un sistema de defensa aérea moderno acortando la
distancia a la que se las puede detectar o ampliando el alcance de sus armas.
Las drones y aviones F-35, aunque no son invisibles al radar, limitarán la distancia
a la que se les puede detectar y rastrear, pudiendo acercarse lo suficiente
para utilizar sus armas sin ser atacados primero. Esta suposición es importante
porque limita mucho las aeronaves SEAD y afectará el número total de aviones
disponibles para otras misiones. Cada F-35 asignado a destruir misiles SAM
sería retirado de misiones antiaéreas o de ataque. Los aviones que no sean
stealth y que estén equipadas con armas de ataque a distancia serán capaces
también de atacar un SAM antes de ser atacadas, pero representarían un avión
que se podría haber utilizado en una misión diferente.
La
respuesta lógica futura a los nuevos desafíos será incluir en las misiones de
supresión de las defensas aéreas enemigas un número cada vez mayor de drones
SEAD. Algunos están ya siendo ensayados como el sistema Neuron de Francia.
También se irán introduciendo armas hipersónicas de largo alcance y alta
maniobra que puedan destruir la defensa aérea de un adversario o erosionarla lo
suficiente para iniciar los ataques con aviones de combate, debidamente
protegidos por una escolta SEAD mixta de aviones y drones que combata los
radares enemigos. Si la campaña SEAD falla otros vectores entrarán en acción.
Cada vez más se emplearán en la ofensiva contra las defensas aéreas las
capacidades de ciberguerra que se están desarrollando ahora para el F-35 o el
J-20. Es previsible que se introduzcan armas electromagnéticas que podrían
desactivar los componentes electrónicos utilizados por los sistemas de mando y
comunicación del enemigo. Además los sistemas de artillería ofrecerán en el
futuro la capacidad de apoyo de fuego en las profundidades del territorio
enemigo, atacando con alta precisión y a largo alcance los radares y misiles
SAM del enemigo.
Fuerzas
Aéreas con capacidad SEAD
Arabia
Saudita
Entre
los roles principales de las unidades equipadas con F-15SA está la supresión de
defensas aéreas enemigas. Los Tornado pueden emplear el misil ARM Alarm, que
fue empleado en combate en Yemen.
Argelia
Se
compraron misiles antiradar Kh-31P para ser empleados por los Su-30MKA. Se han
usado en maniobras contra objetivos que simulan radares enemigos.
Australia
La RAAF
cuenta con un escuadrón equipado con aviones EA-18G de guerra electrónica y
misiles AGM-88B/E. Recientemente se ha equipado con 5 Gulftstream MC-55 SIGINT.
Los Boeing E/A-18G Growler de la RAAF cuentan con equipos AN/ALQ-99 de
interferencias, que serán reemplazados por AN/ALQ-249(V)1. Australia está en el
proceso de comprar misiles AGM-88E2 AARGM E2.
República
Popular China
La
marina ha adoptado aviones de guerra electrónica H-6G, creados en base a
bombarderos H-6. Se cree que podría estar trabajando desde 2018 en crear una
versión del Shenyang J-15D embarcado que incorpore la tecnología del J-16D de
guerra electrónica, aunque adaptado a la menor carga útil debido a las
limitaciones de los Ski Jump de los portaaviones chinos.
Se cree
que la Fuerza Aérea entrena regularmente misiones SEAD. China compró misiles
antirradar rusos Kh-31P, habiendo creado en base a ellos sus propios misiles
YJ-91. También se ha creado el misil antirradiación LD-10, derivado del misil
antiaéreo PL-12, y el CM-102 (según China con un alcance de 100 kilómetros y
una carga explosiva de 80 kilogramos). Se estaría ya incorporando en los
escuadrones un avión SEAD, el Shenyang J-16D (el J-16 es una copia china del
Su-30). De este modo China podría quizás ser el segundo país en contar con
escuadrones dedicados a misiones SEAD.
China
cuenta con una versión del biplaza JH-7 con capacidad de guerra electrónica,
aunque carece de equipos de guerra electrónica integrados en el fuselaje. Hace
unos años se presentó una versión SEAD del J-10, aunque se desconoce si para
exportación o se empleará por parte de China. China podría estar trabajando
también en una versión de guerra electrónica del avión J-20. China quiere tener
un avión equivalente al EA-18G Growler, este sería el J-16D, puesto que la
guerra electrónica sería clave para ganar cualquier conflicto con Taiwán,
desbordando la defensa antiaérea en las primeras y cruciales horas.
La
Fuerza Aérea cuenta con algunos Y-8GX e Y-9GX, equipados con equipos de guerra
electrónica y al igual que la marina cuenta con aviones de guerra electrónica
HD-6 basados en el bombardero H-6.
Corea
del Sur
El 121º
Escuadrón de Caza está equipado con aviones KF-16, en realidad F-16C/D block 52
con posibilidad de capacidad SEAD, y equipados con misiles AGM-88 HARM. Han
sido equipados con equipos ALQ-165 de guerra electrónica. En misiones SEAD
emplearían misiles AGM-88 y AGM-84, pero debían operar junto a los F-16 del 36º
Escuadrón de Caza de la USAF ya que a nivel de radar y equipos SEAD no cuentan
con todas los equipos que tiene la USAF en sus F-16 SEAD. Tras las últimas
actualizaciones esto podría ya no ser así. Corea también cuenta con otras
armas, como los IAI Harpy, 4 Hawker 800XP Baekdu y 4 Dassault Falcon-2000
Baekdu II dedicados a misiones SIGINT.
Emiratos
Árabes Unidos
Además
de los AGM-88 que emplea en sus F-16. Emiratos demostró la capacidad SEAD de
sus Mirage 2000-9 en sus operaciones en Libia.
Estados
Unidos
La USAF
es oficialmente la única fuerza aérea con unidades especializadas en SEAD. Se
cree que los EEUU dispone en el desierto de Nevada de una red simulada de
defensa aérea, que incluye algunos radares de fabricación rusa y china reales y
otros simulados, que se emplea en maniobras como Red Flag y Green Flag para dar
el mayor realismo posible. La US Navy y USAF han desarrollado modelos de
aviones con el objetivo específico de supresión de defensas aéreas.
Algunas
de las unidades que desarrollarían misiones SEAD en caso de guerra serían:
- USAF: los F-16CJ o F-16CM de los dos escuadrones de la 35ª Ala de Caza, basada en Japón están especializados en SEAD. También la 20ª Ala de Caza, con tres escuadrones y basado en los EEUU, y la 169ª y 52ª Ala de Caza, cada una con un escuadrón, son unidades SEAD equipadas con F-16. Los F-15E podrían colaborar con ellos en misiones SEAD.
- US Navy: los escuadrones de Boeing F/A-18E y EA-18G Growler pueden emplear los misiles AGM-88B y AGM-88E. La US Navy cuenta con 13 escuadrones de guerra electrónica, equipados cada uno con 4/6 EA-18G. La USAF paga parte de los EA-18G a cambio de que estos puedan dar apoyo a sus aviones, tal y como sucedía con los EA-6B.
- Marines: los escuadrones equipados con Lockheed Martin F-35 se encargarán de estas misiones tras la retirada de los últimos EA-6B.
Grecia
Los
F-16C bloque 50 del 341º Mira son los encargados de realizar misiones SEAD.
Para ello cuentan con misiles AGM-88 HARM. Para aliviar la carga de trabajo del
343º Mira fue asignado también a misiones SEAD.
India
Se
busca adquirir hasta siete aviones de espionaje y guerra electrónica, ante la
amenaza que representan China y Pakistán. También se quiere equipar los cazas
con equipos de guerra electrónica más modernos. Se cree que los Mig-27ML
cuentan con misiles antirradiación rusos Kh-25MP. India ha desarrollado un misil
antirradiación local NGARM o Rudram-1, con un alcance estimado de 100–150 km,
que equipará a los Mirage 2000, Sukhoi Su-30MKI y los HAL Tejas. Antes de
decidirse por su desarrollo se estaba negociando la compra de hasta 1.500
misiles AGM-88E. India compró a Israel 110 vehículos aéreos no tripulados Harop
para la supresión de la Defensa Aérea Enemiga. Parece que India aspiraría a
desarrollar una versión local del Su-30 que sea equivalente al J-16D y EA-18.
Israel
Entre
los roles principales de algunas unidades equipadas con F-15I, como el 69º Escuadrón
"Hammers", está realizar misiones SEAD. A pesar de ser secreto no se
duda que Israel cuenta con los equipos más avanzados, como prueban sus
incursiones en Siria. Aunque Israel ha creado sus propios misiles
antirradiación en 2013 los EEUU ofreció la venta de misiles AGM-88 por primera
vez. A día de hoy Israel es el país con más experiencia de combate real en
operaciones SEAD.
Japón
Japón
opera 4 Lockheed Martin EP-3C y 4 YS-11EA. Recientemente Japón ha empezado a
trabajar para estar mejor preparado en misiones SEAD y dotarse con los medios
necesarios para interferencia electrónica en ataques a gran escala. Se prevé
construir una versión de guerra electrónica del avión de transporte C-2 de la
Fuerza de Autodefensa Aérea y del avión de patrulla P-1. La decisión se debe a
las mejoras de China y Rusia en sus capacidades de guerra electrónica, y se
planea también mejorar la capacidad de la JSDF para recopilar información
electrónica.
Organización
del Tratado del Atlántico Norte
Las
fuerzas aéreas cuentan con entrenamiento y armamento SEAD.
- En el caso de España el Ala 15 es la unidad con mayor dedicación a entrenarse en misiones SEAD.
- Solo Italia y Alemania cuentan con aviones especializados en misiones SEAD, los Tornado ECR. Alemania decidió reemplazarlos con 15 EA-18G y 15 Typhoon ECR. Los F-35 que muchos países han comprado también tienen gran potencial SEAD.
- La RAF dotó de cierta capacidad SEAD a sus Tornado F.4. También unas pocas fuerzas aéreas de la OTAN cuentan con aviones de interferencias electrónicas.
- Para reemplazar a los Tornado ECR y EF.3 Airbus propone una alternativa europea al EA-18G, el Eurofighter ECR. Esta versión llevará dos pods de interferencia electrónica, dos sensores de localización de emisiones radar en las puntas de las alas y puede llevar 6 misiles Spear-EW, Meteor y/o Iris-T y tres tanques de combustible externos.
- La OTAN fijó como objetivo que en el año 2025 el 50% de las capacidades SEAD deben provenir de Canadá y los socios europeos.
Pakistán
Se
cuenta con tres aviones Dassault DA-20 de guerra electrónica. Se cree que
Pakistán prepara una versión del JF-17 Thunder para realizar misiones de
supresión de defensas aéreas. Irían equipados con misiles antirradiación MAR-1
o AL-10 y con el pod KG-300 de Guerra Electrónica. La compra por India de
baterías de misiles S-400 ha espoleado la necesidad de afrontar de modo creíble
las misiones SEAD/DEAD. Se podría estar desarrollando drones, entre cuyas
aplicaciones estaría atacar la defensa aérea. La compra de los aviones J-10C a
China reforzará las capacidades de Pakistán, incluidas las SEAD.
Rusia
Los
SU-25T y SU-30 pueden llevar misiles antiradar rusos en misiones SEAD.
Singapur
Los
Lockheed Martin F-16D Block 52 cuentan con equipos electrónicos israelíes y
misiles AGM-88.
Taiwán
Recientemente
se compraron misiles AGM-154C, AGM-88E y AGM-84H que podrán ser empleados por
los F-16V, que también cuentan con equipos de guerra eléctrica ALQ-184. El reto
será en caso de guerra que los F-16V puedan operar eficazmente. Se cree que
Taiwán ha fabricado su versión del dron Harpy, que puede ser empleado contra
radares enemigos. Los Mirage 2000-5 cuentan con pods ASTAC que permiten
recolectar información electrónica, algo que también hace el solitario C-130H
ELINT comprado en 1991.
Turquía
Los
F-16 bloque 50 del 151 filo basado en Merzifon están especializados en misiones
SEAD, armados con misiles AGM-88 HARM. Turquía ha empleado con éxito drones en
misiones SEAD en Libia y Siria.
Ucrania
Los MiG-29
y Su-27 ucranianos han sido armados por los EEUU con misiles AGM-88 HARM (se
cree que la versión D) y participado en misiones SEAD en el frente. Los drones
ucranianos han destruido varias lanzaderas SAM rusas y la artillería ucraniana
de largo alcance también se ha apuntado algunos éxitos
Fuente:
https://es.wikipedia.org