26 de noviembre de 2018
FILIP JÁNSKÝ COMBATIÓ EN LA GUERRA AÉREA CONTRA LOS NAZIS
El alumno de secundaria Filip Jánský se marchó de
la Bohemia ocupada por los nazis en abril de 1939. El pantalón corto de cuero
fue el mejor disfraz del muchacho en su peligroso viaje a Francia que hizo a
pie o como polizón en un tren. Por su atuendo se parecía a un joven
sudetoalemán y así pudo cruzar el territorio de la Alemania nazi sin despertar
sospechas. La suerte le favoreció también durante la Segunda Guerra Mundial
cuando se desempeñó como ametrallador de la Real Fuerza Aérea británica. Sobrevivió a ocho aterrizajes
forzosos.
Tras llegar a Francia, Filip Jánský se alistó en la
filas de la Legión extranjera, ocultando que no había cumplido todavía los
diecisiete años. Después de un duro entrenamiento en África fue destinado a un
pequeño fuerte fronterizo en el desierto del Sahara.
Pero el joven no aguantó la férrea disciplina de la
Legión extranjera y desertó. Una patrulla lo detuvo unos días después entre las
arenas del desierto.
De la temible penitenciaría de Colomb-Béchar, en
Argelia, le salvó la orden del ministro francés de Guerra que mandó liberar de
las filas de la Legión extranjera a todos los checoslovacos para que pudieran
incorporarse al ejército checoslovaco que se formaba en el exterior.
Adolf Hitler en Praga
Desde el 15 de marzo de 1939 las tierras checas
estaban ocupadas por la Alemania nazi. En Eslovaquia se estableció un régimen
clerofascista, patrocinado por Hitler. La lucha armada en el extranjero parecía
el único camino conducente a la liberación de Checoslovaquia.
El ministro checoslovaco de RREE en exilio, Jan
Masaryk, anunció este programa en las emisiones de la BBC, destinadas a la
patria ocupada:
”Nuestro programa es la Checoslovaquia libre en la
Europa libre y estamos dispuestos a sacrificar todo para conseguirlo. En breve
las unidades checoslovacas volverán a estar en primera línea al lado de
nuestros aliados. Llegará el día cuando el nazismo y con él todos nuestros
opresores desaparecerán de la faz de la tierra”.
Filip Jánský era el miembro más joven de las
fuerzas armadas checoslovacas en el extranjero. Después de la derrota de
Francia por Hitler, en junio de 1940, fue evacuado del territorio francés a
Gran Bretaña.
Para ser admitido en las fuerzas aéreas británicas
se declaró mayor de lo que era. En otoño de 1940 concluyó como uno de los
mejores alumnos el curso para ametralladores aéreos y fue destinado al 311
escuadrón checoslovaco que operaba en el marco de la RAF británica.
En Inglaterra servían tres unidades de aviación
checoslovacas: un escuadrón de bombardeo y dos de caza.
El ametrallador Filip Jánský pasaba momentos
escalofriantes a bordo del bombardero Welligton que efectuaba ataques aéreos
nocturnos a la Alemania nazi. Su puesto en la parte trasera del avión era muy
vulnerable cuando el Wellington atravesaba una verdadera muralla de fuego
antiaéreo al acercarse al objetivo del bombardeo.
El Wellington regresaba de sus misiones agujereado
por los proyectiles enemigos y frecuentemente con los motores fallando. En el
vuelo de vuelta Jánský escrutaba atentamente el cielo para avistar a tiempo
cazas alemanes. Defendía el Wellington disparando con sus dos ametralladoras.
Filip Jánský resultó dos veces herido. Por primera
vez fue en un duelo con un caza nocturno alemán al que había derribado.
Y por segunda vez aconteció en noviembre de 1941.
Al regresar al bordo del Wellington de una operación sobre la ciudad alemana de
Kiel, Jánský sufrió una lesión grave de la columna durante un aterrizaje
forzoso en la costa inglesa.
Película “Jinetes del cielo”
Las tripulaciones checas hacían el máximo esfuerzo
para cruzar con los aviones increíblemente destrozados el Canal de La Mancha y
tomar tierra en Inglaterra. El derribo o el aterrizaje forzoso en territorio
enemigo les costaría la vida. Los nazis no reconocían a los checos el estatuto
de prisioneros de guerra. Les esperaba un campo de concentración y la ejecución
por un pelotón de fusilamiento.
Después de su grave lesión de la columna, por
decisión de los mandos Jánský no debía participar más en misiones de combate.
Pero su espíritu le exigía seguir al lado de los compañeros. Sin que lo
supieran los mandos, el joven de vez en cuando relevaba a un compañero en el
puesto de ametrallador.
Cuando el escuadrón fue encargado de localizar
submarinos enemigos, Jánský volaba con sus compañeros sobre el Golfo de Vizcaya
y el Atlántico a bordo del bombardero Liberator.
Película “Jinetes del cielo”
El 6 de junio de 1944, al iniciarse el desembarco
de las unidades angloamericanas en las playas de Normandía, despegó de su
aeródromo también el Liberator X-975 en el que volaba sin el permiso de los
mandos el Sargento Filip Jánský.
La tripulación del Liberator localizó un submarino
alemán que intentaba acercarse a la flota angloamericana. Los tripulantes del
avión llamaron por radio a las corbetas aliadas que hundieron el submarino
nazi.
Después de cada operación, las tripulaciones
tuvieron que relatar su transcurso a un oficial de Inteligencia británico. Así
tras el aterrizaje del Liberator X-975 salió a la luz que en la misión había
participado sin el conocimiento de los mandos el Sargento Jánský. Por la
infracción del reglamento militar le esperaba un juicio.
Pero la suerte no le volvió la espalda. Pudo
incorporarse a un grupo de soldados checoslovacos trasladados vía Oriente
Próximo a la Unión Soviética para combatir en las filas del Primer Cuerpo del
Ejército Checoslovaco, formado en la URSS. Jánský se desempeñaría en el Frente
Este como instructor de ametralladores aéreos.
Película “Jinetes del cielo”
El lunes 16 de abril de 1945, las tropas soviéticas
y checoslovacas libraban con los nazis encarnizados combates en los accesos a
la ciudad de Ostrava, en el norte de Moravia. Filip Jánský decidió a última
hora relevar personalmente a un ametrallador novato.
Antes de subir al avión hizo algo inusual en él: pidió
un paracaídas que se colocó sobre el pecho. Habitualmente no lo usaba o se lo ponía
debajo de los pies en el puesto de ametrallador.
Los aviones checoslovacos fueron atacados por una
agrupación de los cazas alemanes Focke-Wulf. Jánský libró un duelo con uno de
ellos. Lo derribó y su piloto fue hecho prisionero.
La victoria sobre el contrincante alemán le salió
cara a Jánský. Sufrió lesiones en la cara, los brazos y las piernas. Pero, a
pesar de todo, tuvo suerte. Una esquirla del proyectil enemigo se clavó en la
seda del paracaídas. Si no lo hubiera llevado, no sobreviviría al fuego
enemigo.
Jánský fue hospitalizado en un hospital militar
soviético pero el 10 de mayo de 1945 ya estaba en Praga. Para poder celebrar el
fin de la guerra en la capital checoslovaca se escapó del hospital. Al terminar
la contienda, Jánský no había cumplido todavía los 23 años.
En 1964, Jánský debutó como escritor, publicando el
libro “Jinetes del cielo”. En él rindió un homenaje a los aviadores
checoslovacos, muchos de los cuales encontraron su tumba en el fondo del Canal
de La Mancha, el Golfo de Vizcaya o el Atlántico.
El protagonista de la obra, apodado El Guapo,
participaba como ametrallador del bombardero Wellington en los ataques aéreos a
la Alemania nazi y en los combates aéreos sobre el Atlántico y el Mar del
Norte. Después de un aterrizaje forzoso su avión estalló y El Guapo se quedó
sin rostro. En su cara quemada no había labios, nariz ni párpados. Parcialmente
recuperado y con un ojo de vidrio, el muchacho regresó a su puesto de
ametrallador.
”Jinetes del cielo” fue traducido a cinco idiomas y
en 1968 fue rodada su versión fílmica. El libro muestra que la guerra siempre
es horrible, aunque sea conducida por una causa justa.
Fuente: https://www.radio.cz