9 de noviembre de 2018
MUJERES GENIALES - JACQUELINE COCHRAN
Jacqueline Cochran, nacida en 1908 en Estados
Unidos, marcó importantes hitos en la historia de la aviación. Primero, por su
condición de mujer, que la obligó a abrir nuevos caminos hasta entonces vedados
a la condición femenina; después, por destacarse como piloto, consiguiendo
numerosos reconocimientos internacionales.
Jacqueline Cochran, la mujer que rompió la barrera
del sonido
“Flexiona tus
músculos mentales y haz que tu propio poder se ponga en marcha. Obtén
satisfacción de un buen intento y luego de otro y otro e incluso de otro,
aunque los primeros intentos fallen” (J. Cochran).
Vida
Jacqueline Cochran nació en el año 1908 al noroeste
de Florida. Su nombre era Bessie Lee Pittman, era la más joven de los cinco
hijos de Mary Grant e Ira Pittman, un carpintero que se mudaba de pueblo en
pueblo estableciendo y modificando molinos.
Bessie Pittman contrajo matrimonio con Robert
Cochran, un joven mecánico de aviación de la base naval cercana en Pensacola,
en Blakeley, Georgia.
Tras su divorcio, Cochran consiguió un empleo en
Pensacola como peluquera, hasta que decidió mudarse a la ciudad de Nueva York.
Allí, usó su apariencia y personalidad ambiciosa para obtener un empleo en un
prestigioso salón de belleza en Saks Fifth Avenue. En esa época, se cambió el
nombre de Mrs Bessie Cochran por el de Miss Jackie Cochran.
Poco después de conseguir el empleo en Saks,
Cochran conoció a Floyd Bostwick Odlum, fundador de Atlas Corp. y CEO de RKO
Pictures en Hollywood. Catorce años mayor que ella, se decía que era uno de los
diez hombres más ricos del mundo; Odlum se enamoró de Cochran y le ofreció
ayudarla a establecer un negocio de cosméticos. Se casó con él en el año 1936.
Después de que un amigo le ofreció un paseo en una
aeronave, Cochran comenzó a tomar lecciones de vuelo en el Campo de Vuelo
Roosevelt, en Long Island, a principios de la década de 1930. Aprendió a
gobernar un avión en solo tres semanas. Luego, siguió aprendiendo por sí misma,
y en dos años obtuvo su licencia de piloto comercial. Cochran fue la primera
mujer que hizo volar un avión bombardero a través del Atlántico y ganó cinco
trofeos Harmon por ser la piloto mujer más destacada del mundo. A veces llamada
“la reina de la velocidad”, al momento de su muerte, en 1980 a la edad de 74
años, ningún piloto había superado sus récords de mayor velocidad, distancia o
altitud en la historia de la aviación.
Durante el curso de su larga carrera en la aviación
utilizó con regularidad el aeropuerto Thermal, que fue renombrado como Desert
Resorts Regional y más tarde como Aeropuerto Regional Jacqueline Cochran en su
honor.
Contribuciones a la aviación
Trabajó en conjunto con Amelia Earhart para lograr
que permitieran mujeres en la carrera aérea de Macrobertson. Ese año,
estableció también un nuevo récord nacional de velocidad femenino. Para 1938,
era considerada la mejor piloto mujer de los Estados Unidos; había ganado la
Bendix Race y había establecido un nuevo récord de velocidad transcontinental,
además de récords de altitud.
Antes de que los Estados Unidos entraran en la
Segunda Guerra Mundial, Cochran formó parte de “Alas por Gran Bretaña”, una
organización que transportaba aeronaves construidas en los Estados Unidos hacia
Gran Bretaña, por lo que fue la primera mujer que pilotó un bombardero a través
del Atlántico.
Cochran escribió a Eleanor Roosevelt para
proponerle fundar una división aérea femenina en el Ejército estadounidense:
opinaba que las pilotos calificadas podrían hacer todos los trabajos de
aviación domésticos y no combativos que se necesitaran para enviar más pilotos
hombres a combate.
También, en 1940, Cochran escribió una carta al Teniente
Coronel Robert Olds, quien estaba ayudando a organizar el Air Corps Ferrying
Command para la Fuerza Aérea en ese momento. En la carta, Cochran sugería que
se empleara a mujeres piloto, para el nuevo comando, para volar en misiones que
no fueran de combate.
Para solucionar la escasez de pilotos, el Teniente General
Henry H. Arnold era la persona a la que necesitaba convencer de que las mujeres
pilotos eran la solución para sus problemas de personal. Arnold, jefe de los Cuerpos
Aéreos, continuaba como Comandante General de las Fuerzas Aéreas desde su
creación en junio de 1941. Sabía que las mujeres estaban trabajando de forma
exitosa en la Air Transport Auxiliary (ATA) en Inglaterra. En junio de 1941,
Arnold sugirió a Cochran que reuniera a un grupo de mujeres piloto calificadas
para ver cómo les iba a los británicos y, en marzo de 1942, un total de
veinticinco mujeres fueron a Gran Bretaña con Cochran para unirse a la ATA.
Mientras Cochran estaba en Inglaterra, en
septiembre de 1942, el General Arnold autorizó la formación del Women’s
Auxiliary Ferrying Squadron (WAFS) bajo la dirección de Nancy Harkness Love. La
WAFS comenzó en la base aérea Castle, en Wilmington, Delaware, con un grupo de
pilotos mujeres cuyo objetivo era transportar aeronaves militares. Una vez
enterada de la existencia de la WAFS, Cochran regresó inmediatamente de
Inglaterra. Su experiencia en Gran Bretaña con la ATA la había convencido de
que las pilotos mujeres podían entrenarse para hacer mucho más que operaciones
de transporte. Después de convencer a Arnold, con maña, para que ampliara las
oportunidades para las pilotos mujeres, el General impulsó la creación del
Women’s Flying Training Detachment (WFTD) y puso a Cochran a la cabeza. En
agosto de 1943, el WAFS y el WFTD se fusionaron para crear Women Airforce
Service Pilots (WASP), con Cochran como directora y Nancy Love como jefa de la
división de transporte.
Por sus contribuciones durante la guerra, recibió
la Medalla por Servicio Distinguido de la Fuerza Aérea y la Cruz de Vuelo
Distinguido.
Después de la guerra, Cochran fue la primera mujer
que rompió la barrera del sonido, con Chuck Yeager como copiloto, y la primera
mujer que dirigió un jet a través del océano, entre muchos otros récords de la
aviación. Comenzó a volar en aviones con motor de reacción y estableció
numerosos récords; se convirtió en la primera mujer piloto en “ser supersónica”,
la primera mujer en romper la barrera del sonido.
En 1948, Cochran se unió al Mando de Reserva de la
Fuerza Aérea, donde finalmente alcanzó el grado de Teniente Coronel.
Ambiciosa políticamente, Cochran se postuló como
congresista, en 1956, para el distrito 29 de California como la candidata del
Partido Republicano, pero fracasó y nunca lo intentó de nuevo.
En la década de 1960, Cochran auspició el programa
Mercury 13, uno de los primeros intentos para poner a prueba la habilidad de
las mujeres para ser astronautas. Trece mujeres pilotos pasaron las pruebas
preliminares, pero al final se canceló el programa.
Se la considera una de las mujeres más destacadas
de la historia de la aviación y una de las aviadoras más importantes; fue una
mujer que usó su influencia varias veces para sumar derechos para las mujeres
en el campo de la aviación.
Bendecida por la fama y la fortuna, Cochran dedicó
grandes cantidades de tiempo y dinero a realizar obras caritativas,
especialmente con las personas que provenían de hogares empobrecidos, como ella
misma.
Cochran recibió premios y distinciones de varios
países de todo el mundo. En 1949, el Gobierno de Francia reconoció su
contribución en la guerra y a la aviación y le otorgó la Legión de Honor, y en
1951, la Medalla Aérea Francesa. Es la única mujer que ha obtenido la medalla
dorada de la Fédération Aéronautique Internationale. Más tarde, sería elegida
miembro del comité de directores de ese cuerpo y directora de Northwest
Airlines en los Estados Unidos. En su país, la Fuerza Aérea le otorgó la Cruz
de Vuelo Distinguido y la Legión al Mérito.
Fuente: http://www.huellasdemujeresgeniales.com