15 de febrero de 2019
CAROLA LORENZINI “LA AVIADORA GAUCHA”
Nació
el 15 de agosto de 1899 en el entonces Cuartel 8, luego empalme San Vicente y
hoy ciudad de Alejandro Korn, provincia de Buenos Aires. Fue la séptima de ocho
hermanos, sus padres fueron José Lorenzini y Luisa Piana. Surgida en una
familia modesta, practicó deportes en su juventud, como equitación, atletismo y
hockey. Estudió taquigrafía y dactilografía, para tener un oficio. Más tarde
ingresó como taquígrafa en 1923, en la Compañía Unión Telefónica. En el año
1925 fue campeona de atletismo. Fue la primera mujer que manejó un auto en su
pueblo.
Carola
Lorenzini febrero 29 de 1940
Descubrió
la aviación, y desde entonces fue el centro de su vida. Conoció la aviación en
una visita al Aeródromo de Morón (*). Lorenzini hizo su primer vuelo, como
acompañante del piloto Victoriano Pauna, en el citado aeródromo, alrededor de
1930. Se asoció al Aero Club Argentino, el 2 de octubre de 1931.
Cuando
tuvo suficientes ahorros, luego de vender su bicicleta y un diccionario
enciclopédico, porque su pasión había acabado con sus ahorros, hizo el curso de
piloto civil, iniciado el 1 de agosto de 1933, con el instructor José
Cigorraga. Concurría al aeródromo y se adiestraba en las primeras horas del
día, para después concurrir a su trabajo. Obtuvo el título de piloto de
aviación civil el 4 de noviembre de 1933.
Su
primer vuelo fue hacia San Vicente. En ese tiempo, aviadoras extranjeras
actuaban en el exterior, y algunas llegaron al país, como la alemana Elly
Beinhorn, que aterrizó en Morón y fue homenajeada en Castelar, en 1932. Esto
pudo servir de ejemplo para Carola Lorenzini. (1)
Record
sudamericano femenino de altura
Carola
Lorenzini se propuso lograr el record de ascenso en avión. La operación se
cumplió el 31 de marzo de 1935 en el aeródromo Presidente Rivadavia de Morón.
Concurrió una comisión fiscalizadora, designada por el Aero Club Argentino,
autoridades y público en general.
Lorenzini
usó un avión Ae.c3, de fabricación nacional, producido por la Fábrica Militar
de Aviones. Era un avión de entrenamiento, y carecía de cabina presurizada, u
oxígeno auxiliar. Poco antes de la prueba, los fiscalizadores instalaron los
barógrafos en el avión. La aviadora estuvo aproximadamente 3 horas en vuelo, y
tocó tierra a las 11.40 horas.
Entrevistada
por los medios de prensa, manifestó haber alcanzado los 5800 metros de altura,
y sentirse bien de salud, aunque sintió algo de frío.
El
31 de marzo de ese año el Aero Club ratificó oficialmente el record de 5381
metros, recibió el carnet de piloto de aviador civil internacional N° 436 y una
medalla. (2)
Fue
la primera mujer que obtuvo el título de instructor de vuelo en América del
Sur.
Terminada
la prueba, el Coronel Zuloaga felicitó a la señorita Lorenzini, por su
meritoria performance. Fuente:
La Razón, 1° de abril de 1935
Ae.
C.3
Tipo:
biplaza de entrenamiento
Fabricante:
Fábrica Militar de Aviones de Córdoba
Producción:
1934, 16 unidades
Tripulantes:
2
Envergadura:
12,30 metros
Largo
de alas: 13,1 metros
Alto:
2,5 metros
Peso
total: 964 kilos
Planta
de potencia: 1 motor Armstrong Siddeley Genet de 7 cilindros en estrella y 145
Hp
Autonomía:
5 horas
Velocidad
crucero: 140 km/h
Alcance:
700 kilómetros
Techo
de servicio: 4500 metros
Techo
absoluto: 5500 metros
Carola
Lorenzini con sobrino, 24 de noviembre de 1941
Cruce
del Río de la Plata, de Morón a Montevideo
Un
nuevo objetivo de Lorenzini era cruzar el Río de la Plata, ida y vuelta y en el
mismo día. No obstante, el vuelo fue realizado por dos aviadoras, el miércoles
13 de noviembre de 1935. Carola Lorenzini llegó temprano al aeródromo y
comenzaron los preparativos de un avión Fleet 41, del Aero Club Argentino. La
aviadora levantó vuelo a las 7.45 rumbo a Uruguay. Mientras tanto, en otro
sector del aeródromo se hallaba la aviadora Isabel Gladisz, de nacionalidad
alemana, quien normalmente hacía vuelos de adiestramiento. Gladisz resolvió
partir también hacia Montevideo, como Lorenzini. Los técnicos del Centro
Universitario de Aviación prepararon un avión Ae C3, de nombre “Martín Fierro”,
con el que Gladisz despegó a las 8.55 horas.
Quedó
planteada una competencia entre ambas aviadoras. La niebla dificultó los
vuelos, pero Isabel Gladisz llegó primero a la meta, el aeropuerto Melilla de
Montevideo, Uruguay. Empleó 1 hora, 20 minutos en el vuelo. En Montevideo,
Gladisz recibió las atenciones de aviadores civiles y militares de Uruguay.
Levantó vuelo a las 13.30, y en 2 horas, 48 minutos regresó a Morón.
Por
su parte, Lorenzini llegó a la costa uruguaya, y por el mal tiempo, hizo varias
escalas hasta llegar a Montevideo a las 14.5 horas. Tras un breve descanso,
despegó a las 16.23, y 3 horas más tarde regresó a Morón. (3)
Otra
versión cuenta que, como su avión, no tenía brújula, Carola tuvo que apelar a
su intuición para sortear la bruma que había en los terrenos cercanos a
Carmelo, donde aterrizó.
Srta
Carolina Lorenzini Srta Isabel Gladisz
Prueba
de regularidad Seis de Septiembre-Lobos-San Vicente
El
Aero Club Argentino organizó una prueba de regularidad, el 21 de agosto de
1938. Consistía en el vuelo en El Triángulo Seis de Septiembre (Morón), Lobos y
San Vicente, para regresar a Seis de Septiembre. Participaron 12 pilotos, y
Carola Lorenzini era la única mujer. Despegaron en 4 turnos. Lorenzini lo hizo
en el tercero, algo después de las 12.30 horas, y ganó la prueba, con un tiempo
de 1 hora, 17 minutos y medio. Utilizó un Focke Wulf, modelo que sería el
normal en sus vuelos.
Los
medios destacaron que “una mujer” hubiese ganado la competencia de aviación.
(4)
Venció
a los hombres, 26 de agosto de 1938
Carola
Lorenzini, valiente y entusiasta aviadora argentina, 23 de abril de 1938
En
1939, aprobó un curso de vuelo con instrumentos, en la Base Militar de El
Palomar. Recibió reconocimientos en Uruguay y Paraguay.
En
ocasión de un vuelo a la República del Paraguay, tuvo un accidente en la
provincia de Corrientes, en la zona de Virasoro. Según los medios, el motor falló
y debió hacer un aterrizaje de emergencia. Luego caminó sola varios kilómetros,
por una zona de esteros, hasta llegar a un rancho. Allí obtuvo un caballo, con
el que siguió hasta un punto donde pudo informar del accidente.
El
piloto militar Santiago Germanó estuvo un tiempo como instructor en el Aero
club de Morón. En ese tiempo, enseñó técnicas de acrobacia a varios pilotos
locales, entre ellos Carola Lorenzini. Más tarde, hacia 1940 dirigió una
comitiva de aviadores argentinos invitada a Brasil. Carola Lorenzini fue una de
las tres designadas para hacer vuelos de alta acrobacia, junto a Santiago
Germanó. Sin embargo, la lluvia impidió esa exhibición.
Germanó
(izquierda) y Lorenzini (derecha) – Aeródromo de Morón, 18 de noviembre de 1938
Vuelo
a las 14 provincias
Carola
Lorenzini se propuso recorrer en avión las 14 provincias y 3 gobernaciones
argentinas. Para este fin, obtuvo autorización del Comando de Aviación Militar
para usar un Focke Wulf, el Nº 41. El avión fue adaptado para el raid, pues se
le quitó una de las plazas, colocando un tanque suplementario de combustible.
El
raid se cumplió entre marzo y abril de 1940. Partió el 24 de marzo, del
aeródromo Presidente Rivadavia, Morón, con destino a Rosario. Fue escoltada al
comienzo por 3 aviones, uno de ellos con la alumna Elisa Villalba. En cada
punto del trayecto realizó exhibiciones de acrobacia, y recibió homenajes.
En
su paso por Córdoba, rindió su homenaje en la tumba de la aviadora Myriam
Stefford.
El
domingo 21 de abril completó el raid, al regresar al aeródromo de Morón. Según
los medios, una muchedumbre se reunió en torno al campo de aviación, para
esperarla. El público llegó en autos y ómnibus, pues hubo un servicio especial.
Carola Lorenzini llegó a las 16.35, procedente de La Plata, hizo una exhibición
de acrobacia y hacia las 17.30 aterrizó.
El
público rebasó los controles policiales, e invadió el campo. Un grupo de
jinetes tradicionalistas le ofreció un caballo, con el que pudo llegar a las
instalaciones del Aero Club.
26 de abril de 1940
Focke
Wulf fw 44
Tipo:
biplaza de entrenamiento
Fabricante:
Fábrica Militar de Aviones de Córdoba (bajo licencia)
Producción:
desde 1938
Tripulantes:
2
Envergadura:
9.01 metros
Largo
de alas: 13,1 metros
Alto
(cola levantada) : 2,83 metros
Peso
máximo en despegue: 875 kgs
Planta
de potencia: 1 motor radial Siemens sh. 14 al.de 7 cilindros, 150 HP
Autonomía
máxima: 540 horas
Velocidad
máxima: 168 km/h
Por
este tiempo, la aviadora era una figura popular, y apareció varias veces en la
revista El Gráfico, con dos tapas. (5)
“HACE
PATRIA”
Carola
Lorenzini, que es uno de los más hábiles pilotos de la aviación argentina sin
distinción de sexo, ha acometido otra de sus grandes empresas. Por todos los
cielos del país va en el comando de un Focke Wulf, en misión patriótica y
desinteresada, para demostrar la bondad de las máquinas de construcción
nacional.
Fuente:
El Gráfico, abril 5 de 1940
Según
diversos testimonios, la aviadora quería hacerse profesional. Al efecto, en
1941 logró su licencia para servicio público comercial, pero después tuvo dificultades
para emplearse.
Una
de sus preocupaciones de ese tiempo era su estabilidad económica. La habían
despedido de la empresa telefónica, por sus reiteradas ausencias.
Otra
de sus inquietudes fue la disposición de las autoridades militares, de retirar
el avión Focke Wulf 44 J, usado en el Aero Club. Fue llevado a la Base de El
Palomar, para su desarmado e inspección general, conforme a los reglamentos
vigentes. Carola Lorenzini, al verse privada de la máquina que solía usar, se
indispuso con las autoridades militares.
Según
versiones que publicaron más tarde algunos medios, la aviadora se proponía
hacer un raid de largo alcance, por el continente americano, llevando un
mensaje de paz, de parte de la mujer argentina.
Muerte
de Carola Lorenzini
En
1941 tuvo una suspensión de 4 meses para vuelos de acrobacia, dispuesta por la
Dirección General de Aeronáutica Civil, por infracción a los reglamentos.
El
Centro de Aeronáutica del Uruguay dispuso el envío a la Argentina de una
escuadrilla de aviadoras uruguayas, en misión de confraternidad. Las aviadoras
llegaron al aeródromo de Morón el sábado 22 de noviembre de 1941, por la tarde.
Fueron recibidas por el embajador de Uruguay, autoridades aeronáuticas y
numeroso público. Por la noche se les ofreció una cena en la Capital, y el
domingo un almuerzo en Olivos.
Cecilia
Cianciarullo, Laura Machado Borges, Cora Cours de Mahler, Blanca Modernell y
Mirtha Vanni, las jóvenes aviadoras uruguayas que hoy regresaron en vuelo a su
Patria, 25 de noviembre de 1941
En
el aeródromo Presidente Rivadavia las aviadoras uruguayas son recibidas por
autoridades de nuestra aviación civil y también por el embajador del Uruguay,
Dr. Eugenio Martínez Thedy, 28 de noviembre de 1941
Cecilia
Cianciarullo, 28 de noviembre de 1941
Carola
Lorenzini estuvo con las aviadoras, y así lo muestran las fotos de los diarios.
No obstante, según la biografía de Bonvisutto, no fue invitada a la cena en
honor de aquéllas, ni al almuerzo del domingo. Esto la habría puesto de mal
humor. De todos modos, otro diario informó que los dirigentes argentinos le
habían solicitado previamente que suspendiese un proyectado vuelo por el
interior del país, a fin de incorporarse a la comisión de recepción de la
escuadrilla uruguaya.
La
popular aviadora argentina Carola Lorenzini confundida en un abrazo con la
aviadora uruguaya que nos visita Cora Cours de Mahler, 23 de noviembre de 1941
Con
relación al aeródromo, la Dirección General de Aeronáutica había dispuesto la
suspensión de los vuelos allí, mientras durase la visita de las aviadoras
uruguayas. En consecuencia, los aviones fueron llevados al predio de la
Dirección de Aeronáutica.
Carola
Lorenzini, entretanto, resolvió hacer maniobras acrobáticas, como homenaje a
las aviadoras, antes de su partida. No queda del todo claro si fue una
iniciativa propia, una decisión de común acuerdo con las autoridades del Aero
Club, o una propuesta de éstas. Con intención de entrenarse, la aviadora
concurrió al aeródromo el sábado, pero el instructor Cichetti no le permitió
volar. Adujo la orden superior de suspensión de vuelos, transmitida por el jefe
del campo, Luis Beltrami, y que la aviadora no portaba un permiso.
Según
Crítica, la aviadora reconocía que estaba “desentrenada” para esas pruebas, por
los 4 meses de suspensión, pero se sentía en condiciones físicas de hacerlas.
El día domingo, hizo un nuevo intento, pero Cicetti le denegó el vuelo, por
carecer de permiso. Ante la negativa, pidió al ingeniero Noble, titular del
Aero Club que hiciese gestiones ante dirigentes de la Dirección General de
Aeronáutica allí presentes. Concedieron el permiso para volar, pero ya era de
tarde, y no había tiempo de entrenarse.
El
avión disponible para la prueba era un Focke Wulf FW44, matrícula LV-DDC del
Ejército Argentino. Había sido traído pocos días antes de El Palomar, por
Cichetti. Tenía los carburadores normales, no los de acrobacia. Según la
biografía de Bonvisutto, Lorenzini fue informada de eso, y lo aceptó así. El
modelo a pilotar era el biplaza normal, no el convertido a monoplaza que solía
usar. Esto era significativo, por el aspecto del centrado de la nave. Como no
pudo hacer un vuelo de entrenamiento, Lorenzini no tuvo posibilidad de
adecuarse al avión. Por otra parte, puede afirmarse que el Focke Wulf era un
modelo apto para vuelos acrobáticos, y su condición de biplano le daba buena
sustentación y facilidad de maniobra. Después de la concesión del permiso, se
retiró parte del combustible del tanque.
En
consecuencia, hizo su vuelo de acrobacia sin contar con entrenamiento, ni haber
probado el avión.
El
domingo 23 estaba prevista la partida de la escuadrilla de aviadoras, escoltada
por algunas aviadoras argentinas, para las 15 horas. No obstante, como después
de un almuerzo en Olivos, se trasladaron a su alojamiento en la Capital, el
retorno a Montevideo quedó demorado. En esas circunstancias, según La Nación,
las autoridades del Aeroclub Argentino dispusieron que en el ínterin la
señorita Lorenzini hiciese una exhibición de acrobacia en honor de las
aviadoras.
Nuestra
infortunada Carola Lorenzini en compañía de las aviadoras uruguayas Blanca
Modernell y Laura Machado Borges. Fue la última foto que se tomó a la paloma
gaucha, que momentos después caería trágicamente, 28 de noviembre de 1941
El
estado del tiempo, el día del accidente, era bueno, aunque caluroso.
Carola
Lorenzini, según testimonio recogido por su biografía, tuvo el domingo un
almuerzo frugal, y sólo bebió soda. Esto interesa para desmentir un rumor de
que tuvo el accidente por estar alcoholizada. Con relación a su estado anímico,
según La Razón y Crítica estaba nerviosa, quizás por las gestiones realizadas
para obtener la autorización de vuelo.
El
vuelo acrobático fue breve, y concluyó con el accidente fatal. En efecto,
Carola Lorenzini levantó vuelo hacia las 16 horas, llegó a una altura de 500
metros y realizó algunas maniobras. Según los testimonios oculares, luego hizo
un looping invertido, con una parábola que se iba ampliando. El avión se
aproximó a superficie en posición invertida, con la aviadora debajo. Al
parecer, la piloto intentó un tonel para volver la nave a su posición normal,
pero la baja altura frustró su propósito. El avión cayó en la posición
invertida citada, cerca de una torre de hierro, al este de los hangares.
La
Prensa: noviembre 24, 1941
Comienza
el vuelo
“Durante
un rato el motor del avión se mantuvo en marcha y, finalmente, pocos minutos
antes de las 16, el aparato se puso en marcha hacia uno de los extremos de la
pista. Después de una breve corrida por el campo el avión despegó del suelo.
En
una línea ascensional acentuada, el LV-ODC, característica del aparato, comenzó
a subir, trepando hacia lo alto en un amplio semicírculo sobre el costado norte
del aeródromo. La curva se prolongó y al llegar al lado este de la misma base,
el aparato había logrado elevarse a medio millar de metros más o menos.
De
acuerdo con instrucciones impartidas por el jefe de la pista, en el sentido de
no evolucionar sobre el público y sí más bien, a cierta distancia de la base,
el avión se encontraba a unos 500 metros hacia el este de las instalaciones y
de los lindes del aeródromo. Allí comenzó una breve y trágica exhibición.
La
caída
El
Focke Wulf efectuó primero un rizo o “looping the loop”, completo para iniciar
en seguida un vuelo invertido. El público se había tornado en ese momento hacia
ese lado comprendiendo que la popular aviadora se aprestaba a realizar una de
sus exhibiciones de alta acrobacia.
El
vuelo invertido se prolongó en línea recta hacia el norte, por un trecho de 600
metros. A continuación, el aparato viró sobre su eje longitudinal y el ala
derecha, realizando un medio tonel para recuperar su posición normal. Alcanzada
ésta, enfiló hacia el oeste e inició una picada, es decir, orientó su proa a
tierra y comenzó a descender, acentuando la caída para convertirla en una
parábola con las ruedas hacia adentro. No sin cierta aprehensión, los
entendidos comprendieron que Carola Lorenzini intentaba un rizo o looping
invertido, prueba que requiere extrema pericia y dominio de la técnica de
vuelo. Desde el campo, a 300 metros de elevación más o menos, se vio claramente
la figura de la aviadora ubicada en su asiento, mientras el avión descendía ya
perpendicularmente a tierra. Eran las 16.3.
El
motor rugía a plena marcha. El aparato, siguiendo la parábola, comenzó a invertirse
en un ángulo de descenso de 75 grados más o menos. Sin embargo, la curva no se
cerraba y el zumbido del motor era cada vez más intenso. Comprendieron entonces
los aviadores allí presentes, que la tragedia era inevitable. Cuando el aparato
sólo estaba a 100 metros del suelo alguien dio un grito y comenzó a correr
hacia donde se precipitaba la máquina. Otros le siguieron. A unos 80 metros de
altura, antes de perderse tras de los árboles, aun fue perceptible que el avión
retornaba a la caída vertical y que sus alas insinuaban un giro que no llegó a
efectuarse. Luego se oyó un golpe sordo y la concurrencia se lanzó hacia el
lugar de la tragedia.
Los
restos
El
choque contra el suelo se había producido a unos 500 metros del aeródromo y del
camino de acceso al mismo, a unos 30 metros de la torre del radiofaro y a otros
tantos de la casilla de la estación radiotelegráfica de la Pan American
Airways, cuyos ocupantes fueron los primeros en llegar al sitio de la caída.
A
unos metros de una depresión en el terreno, producida por el impacto, estaba el
bloque del motor deformado. Más lejos, reducido a pedazos dispersos en un
círculo de varios metros, las alas y el fuselaje quebrado en dos. El cuerpo de
la aviadora, destrozado también, estaba allí adherido al paracaídas. Tres
enfermeras recogieron sus restos y los envolvieron en la tela del mismo y horas
más tarde se los trasladó en una ambulancia hacia esta capital.
Un
detalle técnico
Tras
de los primeros instantes de estupor, y cumplidas las providencias que eran del
caso, un técnico de la Dirección de Aeronáutica Civil examinó rápidamente los
restos principales. Pudo comprobar entonces que el mecanismo que regula el
ángulo de incidencia de planos marcaba la posición correspondiente al vuelo
normal, y que, en apariencia, no había sido llevado a la posición necesaria
para el vuelo invertido.”
El
público, al escuchar el estruendo detrás de la arboleda donde ocurrió la caída,
acudió al sitio para ayudar. Pudo comprobarse la destrucción total del avión,
con la muerte de la piloto. Su cuerpo estaba destrozado. De todos modos, no
hubo incendio, cumpliendo con lo que tantas veces había manifestado, no morir carbonizada,
lo que permitió la recolección de los restos, envueltos en el paracaídas de la
víctima. Éstos fueron llevados en cajón al Hospital de Morón, y más tarde a la
sede del Aero Club Argentino, para su velatorio.
“El
cuerpo envuelto en la alba tela del paracaídas. Era la mortaja que le
correspondía a la valerosa mujer que tanto hizo en favor de la aviación
argentina y que había conquistado, en base a capacidad y guapeza, un sitio en
el corazón de su pueblo y de otros vecinos.”
Fuente:
El Gráfico, noviembre 28, 1941
Una
asistencia de miles de personas, desde las 19 horas. Enviaron más de 150
coronas de flores, incluyendo la del Presidente de la Nación, Dr. Roberto M.
Ortiz. El ataúd fue depositado finalmente en el Cementerio del Norte (Recoleta,
en la Capital Federal). Actualmente se halla en el cementerio de San Vicente.
Con
respecto a las aviadoras uruguayas, suspendieron su retorno a Montevideo.
Asistieron por turno al velatorio y despegaron finalmente del aeródromo de
Morón el martes 25. Fueron escoltadas por aviadoras argentinas. (6)
Sobre
las causas del accidente, en primer lugar, conviene descartar algunas opciones:
1.
El tiempo: era bueno, aunque caluroso.
2.
La piloto: era experta en vuelo acrobático, y tenía experiencia
3.
El avión era confiable y con diseño apto para acrobacia
Luego,
pueden citarse hipótesis de algunos medios de ese tiempo:
1.
Desvanecimiento: el corresponsal de La Razón supuso que la piloto tuvo un
desvanecimiento, por lo cual perdió por unos instantes el control del avión.
2.
Vértigo: en un sentido próximo, el aviador Vicente Almandos Almonacid,
entrevistado por La Nación, descartó el argumento de la fatalidad. Propuso en
cambio que el looping invertido indujo un flujo de sangre del piloto hacia su
cabeza, en razón de la fuerza centrífuga. Esto le pudo causar un vértigo,
máxime si se consideraba que había almorzado hace poco.
3.
Falta de entrenamiento: la piloto venía de una suspensión de 4 meses, y no pudo
probar el avión biplaza.
4.
Error de procedimiento del piloto: pilotos y técnicos que presenciaron el
vuelo, o revisaron los restos del avión, propusieron que Carola Lorenzini no
había corregido el ángulo de incidencia de planos, para adecuarlo al looping
invertido. El aviador Chourrout sostuvo que la aviadora no tomó precauciones en
cuanto a la corrección de incidencia, y, en consecuencia, el centrado de la
máquina. En un sentido general, los errores surgieron de un “exceso de
confianza”. Según el piloto Nobúa, el uso de carburadores normales sugiere que
la aviadora no planeaba al comienzo un looping invertido. Sólo en la fase
final, intentó un looping invertido rasante, pero venía con excesiva velocidad,
y sin corregir la incidencia a negativa. 5. Responsabilidad de las autoridades:
los dirigentes del Aero Club, y de la Dirección de Aeronáutica contribuyeron al
accidente, en nuestra opinión, pues hicieron posible un vuelo de riesgo
conscientes de la falta de entrenamiento de la piloto. El cumplimiento de los
reglamentos, y el mantenimiento de la decisión inicial tal vez le hubiera
salvado la vida.
Secuelas
A
mediados de 1942 se decidió el retiro de las actividades deportivas y civiles,
del aeródromo de Morón.
Conclusión
Carola
Lorenzini contribuyó al fomento de la aviación civil, y confirmó la presencia
de la mujer en una actividad con predominio masculino. Su vocación la impulsó a
superar las limitaciones de género y condición social, y obtener diversos
logros.
(*)
Detalles del Aeródromo de Morón
El
aeródromo de Morón surgió en la década del 20. El presidente Marcelo T. de
Alvear autorizó al Servicio aeronáutico del Ejército a arrendar un campo, al
sur de Morón, para levantar allí un aeródromo. El Coronel Luis Cassinelli tomó
posesión del campo el 2 de enero del año siguiente, 1926. En febrero, el
gobierno aplicó al aeródromo en construcción el nombre de “Presidente
Rivadavia”, por decreto del 5 de febrero. Formaba parte de la conmemoración del
centenario de la presidencia de Bernardino Rivadavia (1826-1827).
El
nuevo aeródromo tenía funciones comerciales, deportivas y militares, y estaba
en una zona rural. Se establecieron allí el taller aeronáutico de Sfredo
Paolini, el Aeroclub Argentino, el Centro universitario de aviación, el
Aeroclub los Patos, la Sociedad Argentina de aeronavegación Jorge Luro, y otras
entidades.
Según
Pablo Potenza, el aeródromo de Morón ocupaba un campo de 74 hectáreas,
arrendado al principio, y no tenía pistas marcadas. Fue utilizado por el
Aeroclub Argentino y la misión Junkers, a fines de la década del 20.
Por
1929, llegaron al país las empresas norteamericanas Nirba y Panagra. Hacían
vuelos comerciales, y operaron sus aviones terrestres desde Morón. Panagra, o
“Pan American Grace Co.”, contaba con hangar propio en el aeropuerto.
Coexistió
por unos años con el aeródromo de Castelar, al noroeste de la estación de
ferrocarril homónima. Este surgió por iniciativa de la Asociación Italo
Argentina de aviación, que arrendó un campo. El aeródromo, que contaba con
hangar, fue utilizado después por el Centro de Aviación Civil. Aunque la citada
entidad decidió su traslado a La Matanza, el campo se seguía usando por algunos
aviones en la primera mitad de la década del 30.
En
la década del 30, el aeropuerto de Morón siguió con los vuelos civiles y
comerciales, junto a los de Quilmes y Pacheco. En 1938 se inauguró un sistema
de iluminación, y tiempo después se le cambió la denominación, por Seis de
septiembre.
El
director general de aeronáutica civil, Dr. Samuel Bosch dispuso a mediados de
1942 el retiro del aeródromo de Morón de entidades de vuelo deportivo.
El
gobierno de Juan D. Perón dispuso la construcción de un aeropuerto
internacional, en Ezeiza. Inaugurado en abril de 1949, recibió desde entonces
los vuelos comerciales de Morón y otros puntos. El aeropuerto de Morón quedó
restringido a uso militar exclusivamente, y en 1951 se constituyó en VII
Brigada aérea. (1)
El
Aeroclub Argentino
Fue
una institución privada, dedicada al fomento de la aviación civil. Fundada en
1908 por Jorge Newbery y A. de Anchorena, estuvo primero en Palermo, y luego se
trasladó a San Isidro, provincia de Buenos Aires. Se mudó más tarde a Morón.
Allí tuvo una escuela de pilotos, y utilizó el campo del aeródromo Presidente
Rivadavia. En 1943 se trasladó a San Justo. (2)
Notas
(1)
La Razón – 26 de junio de 1932, “en el aeródromo de Castelar fue objeto de un
homenaje la aviadora señorita Elly Beinhorn”.
(2)
La Razón – 31 de marzo de 1935, “ascendió a 5.800 metros de altura en 6 de
septiembre la aviadora Lorenzini”
(3)
La Nación – 14 de noviembre de 1935, “hicieron ayer dos aviadoras el cruce del
Río de la Plata.”
(4)
La Nación, 22 de agosto de 1938, “una mujer ganó la prueba organizada por el
Aero Club”; El Gráfico, septiembre de 1938, “valiente y entusiasta aviadora
argentina.”
(5)
La Nación, 25 de marzo de 1940, emprendió ayer su raid la aviadora Srta.
Lorenzini; 22 de abril de 1940, una concurrencia extraordinaria se reunió en
Seis de Septiembre para recibir a la aviadora Lorenzini; El Gráfico, abril 5 de
1940, “hace Patria”; abril 26 de 1940, “cóndores peruanos.”
(6)
La Nación – 24 de noviembre de 1941, “Mientras hacía acrobacia aérea murió ayer
la aviadora Carolina Lorenzini”; La Prensa, 24 de noviembre de 1941, “Pereció
la aviadora Lorenzini al precipitarse a tierra el avión que piloteaba”; La
Razón, 23 de marzo de 1941, “Mientras efectuaba una exhibición acrobática murió
la aviadora Carola Lorenzini”; El Mundo, 24 de noviembre de 1941, “Honda
consternación causó la muerte de Carola Lorenzini”; Crítica, 23 y 24 de
noviembre de 1941; El Gráfico, 28 de noviembre de 1941, “la paloma gaucha plegó
sus alas.”
Fuente:
http://www.3040100.com.ar