9 de febrero de 2019
EL MISTERIO DEL HÉROE ANÓNIMO DE LA II GUERRA MUNDIAL ENTERRADO EN UNA PEQUEÑA CIUDAD DE CÓRDOBA - ARGENTINA
León Switon fue un piloto que combatió en la
batalla de Inglaterra, Su nombre está grabado en el monumento memorial dedicado
a los aviadores a orillas del Támesis en Londres. Pero también está en una
placa en el cementerio de San José, en la ciudad de Toledo. La sorprendente
historia que trajo al héroe hasta nuestro país.
Por Claudio MEUNIER REUS
Sargento de Vuelo León Switon, piloto de la Royal
Air Force. Recientemente Polonia rindió homenajes a sus héroes realizando un
film sobre los pilotos del Escuadrón 303 en la Batalla de Inglaterra, unidad en
la que él integró durante ese mismo período de guerra, Peter Sikora
Sargento de Vuelo León Switon, piloto de la Royal
Air Force. Recientemente Polonia rindió homenajes a sus héroes realizando un
film sobre los pilotos del Escuadrón 303 en la Batalla de Inglaterra, unidad en
la que él integró durante ese mismo período de guerra (Peter Sikora)
La información llegó desde la lejana Polonia, hoy
tan cercana a través de la tecnología y las comunicaciones. Un escueto mensaje
enviado por un colega historiador de aviación me informo sobre lo impensado: la
tumba de un piloto polaco que participó en la Batalla de Inglaterra podía estar
en nuestro país.
Su última morada era casi desconocida, aún para su
único bisnieto que, durante años, desde Polonia, intentó establecer el paradero
de su bisabuelo en Argentina.
En el cementerio San José, que pertenece a la
pequeña ciudad de Toledo, ubicada a pocos kilómetros de Córdoba Capital, se
puede visitar una tumba entre las primeras erigidas en dicho camposanto. Las
placas revelan dos nombres: León Switon y León Wroblewicz, fallecidos en 1978 y
1981 respectivamente.
El nombre de León Switon también se encuentra
grabado en el monumento memorial dedicado a los aviadores de la Batalla de
Inglaterra, a orillas del Río Támesis, Londres, que miles de turistas visitan
año a año.
Los primeros interrogantes se plantearon: ¿Era el
mismo piloto que voló en aquella terrible batalla?
Ante el hallazgo y el misterio, Víctor Toledo,
intendente de la ciudad cordobesa, puso a disposición el certificado de
defunción de Switon. El documento certificó que el hombre murió a los 62 años
víctima de una insuficiencia cardíaca, el 22 de diciembre de 1978, en el
hospital de Río Tercero. Su año de nacimiento coincidía con el del piloto.
En el cementerio comunal, la tumba está en perfecto
estado. Unas simples baldosas conforman la base de la sepultura, muy lejos de
los monumentos con placas conmemorativas a la batalla que existen en el Reino
Unido y señalan su paso por la guerra. Aquí, en Toledo, solo se encontró una
placa con su nombre grabado y debajo, otra placa con el nombre de León
Wroblewicz, cuyos familiares son los dueños de la parcela.
El Cabo Primero León Wroblewicz posa delante de un
Havilland DH 98 Mosquito del Escuadrón 305
A 79 años de la Batalla de Inglaterra, se conoce
por primera vez que uno de los héroes nacionales de Polonia se encuentra
sepultado en la pequeña ciudad cordobesa.
Junto a la historiadora cordobesa Alicia Panero,
comenzamos a tejer redes de búsqueda que incluyeron visitas al cementerio, a la
vieja casa de Switon el Barrio Empalme de Córdoba, a la familia de Wroblewicz,
y a contactar a Bart, el bisnieto de Switon.
¿Porque está allí León Switon? Las respuestas
fueron apareciendo en los Archivos nacionales británicos que guardan
microfilmada su impecable foja de servicio.
León Switon nació el 10 de octubre de 1915 en la
localidad de Osiek, Polonia. Recibido en una escuela de oficios como mecánico,
se interesó en la aviación, convirtiéndose en mecánico de aviones, y luego en
piloto civil, formado en el Aero club polaco de Lodz. Entre marzo de 1937 y
febrero de 1938 trabajó como instructor.
Invitado por la Fuerza Aérea Polaca fue enviado a
la escuela central de Deblin para entrenar aviadores. Cuando se encontraba en
la escuela de Krosno, Alemania invadió Polonia. Switon escapó. Cruzó a Rumania,
llegó a Francia y allí se subió a un avión de transporte que lo llevó hasta
Gran Bretaña. Ni bien pisó suelo inglés, se presentó en la RAF para ofrecerse
como piloto de combate. Luego de un arduo entrenamiento calificó para volar el
caza más avanzado de su época, el Spitfire.
El monumento a los pilotos de la Batalla de
Inglaterra a orillas del Támesis
¿Qué significó la Batalla de Inglaterra entre los
hechos sobresalientes de la II Guerra Mundial? Al finalizar la invasión a
Francia por parte de Alemania, Adolf Hitler puso en marcha la siguiente etapa:
invadir las islas británicas, un hecho que marcaría el comienzo de la derrota
en los siguientes años de la guerra.
Los pilotos exiliados de los países ocupados de
Europa lograron reunirse para combatir en esta batalla decisiva. Checoslovacos,
polacos, franceses, belgas y también voluntarios provenientes de Norte América,
Canadá, Jamaica, Argentina, Rhodesia, Sudáfrica y Nueva Zelandia despertaron la
admiración mundial.
Los héroes resistieron, sobre Londres y el Canal de
la Mancha, combatiendo en una desventaja numérica notable a la Luftwaffe
alemana. La Fuerza de Hitler poseía 3600 cazas y bombarderos listos para
arrasar las islas mientras la RAF tenía, para su defensa, solo 871 aparatos de
combate.
Cada piloto combatió en una desventaja de 7 a 1.
Tanto que el tiempo estimado de vida de cada aviador era solo de dos semanas. A
pesar de esta terrible estadística, combatieron con hidalguía y arrojo, incluso
operando desde aeroclubes luego de haber sido bombardeados los aeródromos
militares de la RAF.
Este núcleo de pilotos voluntarios logró imponerse
a la "guerra relámpago" ordenada por el Mariscal del Aire Hermann
Göring, conductor de la Fuerza Aérea Alemana. Enardecido por las bajas, Göring
ordenó el bombardeo masivo de las ciudades británicas: una "nueva
modalidad" que buscó ablandar la moral de la población. Pero ocurrió lo
contrario: la resistencia fue cada vez más fuerte.
Hitler, impresionado por las bajas de su aviación, 1733
aviones perdidos, ordenó el aplazamiento de la operación León Marino: la
invasión a las Islas Británicas. Gran Bretaña, entonces, respiró. Al concluir
la batalla el Primer Ministro Winston Churchill pronunció sus famosas palabras
sobre los valientes pilotos: "Nunca tantos, le debieron tanto a tan
pocos".
La desconocida tumba en Toledo que guarda los
secretos de la Segunda Guerra Mundial
¿Y cuál fue el rol del héroe enterrado en Toledo?
León Switon fue enviado al Escuadrón 312 de cazas
Spitfire compuesto de voluntarios polacos y quedó en espera. Ante la gran
cantidad de pilotos muertos, se lo destinó en forma urgente al Escuadrón 54,
unidad en la que participaban dos famosos ases neozelandeses Al Deere y Colin
Gray. Los problemas no tardaron en llegar para el polaco que apenas entendía el
inglés, un verdadero escollo cuando la escuadrilla volaba con mal tiempo y
debían guiarse por la radio.
El piloto polaco participó en patrullas de combate
contra los cazas ME109 alemanes en el mes de agosto, uno de los momentos más
duros en la Batalla de Inglaterra. Luego de sobrevivir ese mes, superando así
los 15 días de vida que marcaba la triste estadística, abandonó el Escuadrón 54
y se unió al Escuadrón de Spitfire 303 Ciudad de Varsovia, donde siguió volando
en misiones no operativas.
El 25 de septiembre de 1940 dejó ese último
escuadrón por problemas de salud. Uno de sus superiores descubrió su capacidad
de instructor y la RAF lo envió rápidamente a entrenar pilotos polacos en la
Escuela de Hucknall, de allí a la escuela de Montrose y finalmente a Canadá.
Luego, Switon regresó a Gran Bretaña para unirse a
otra escuela de vuelo. Se casó y tuvo dos hijos a quienes envió a la recién
liberada Polonia con la esperanza de reunirse con ellos, pero jamás los
volvería a ver.
La política impuesta al finalizar la guerra fue un
trago amargo para los aviadores de los países ocupados. Luego de combatir en la
Batalla de Inglaterra y sobrevivir a otros cuatros años a combates aéreos por
la liberación de sus países, como Checoslovaquia y Polonia, vieron con
frustración cómo sus esfuerzos se habían vuelto inútiles cuando sus tierras,
sus hogares y calles pasaron al control de la Unión Soviética liderada por
Josef Stalin. En la Conferencia de Yalta, Churchill, Stalin y el presidente
americano Franklin D. Roosevelt repartieron como una torta en porciones los
nuevos territorios de Europa.
Los pilotos polacos clamaron ante el primer
ministro Churchill con una nueva frase: "Nunca tantos, hemos sido
traicionado tanto, por tan pocos".
La situación era clara, significaba que los pilotos
jamás podrían volver a sus tierras pues allí eran considerados traidores por el
nuevo estado que regía sobre Polonia. Muchos de ellos, convencidos de que nada
sucedería, volvieron a sus países para ser encarcelados durante décadas
soportando vejaciones similares a las impuestas por Alemania en los años de la
invasión.
Pilotos de la RAF corren hacia sus Spitfire ante un
despegue de emergencia haciendo frente al enemigo. La imagen corresponde a una
toma del épico film La Batalla de Inglaterra rodado durante 1968
El 9 de noviembre de 1948, León Switon de 33 años
desembarco del buque a vapor Entre Ríos proveniente de Southampton en el Puerto
de Buenos Aires.
Dejó asentado ante las autoridades de inmigración
que su profesión era la de aviador, traía tan solo unas valijas. Se perdió
caminando entre el gentío del puerto de Buenos Aires, como uno más entre tantos
buscó el anonimato.
Un largo viaje a través de Argentina lo llevó a
Córdoba. Cerca de Toledo armo un pequeño hangar y con un avión civil comenzó a
ganarse la vida como piloto fumigador.
Switon admiró las extensas llanuras argentinas, la
vegetación, la montaña, los ríos. Ni en sus sueños más ambiciosos había podido
imaginar lo que era Argentina. Sonrió por primera vez en muchos años y sus manos,
acostumbradas a llevar con brutalidad y rapidez los comandos de un Spitfire
durante la Batalla de Inglaterra, se relajaron por primera vez en años al
pilotear su avión.
Pero una pregunta sigue sin respuesta: ¿por qué
Switon está enterrado junto a un hombre de apellido Wroblewicz?
La familia Wroblewicz tiene parte de la respuesta
porque la historia parece repetirse con León Wroblewicz. Él fue otro de los
polacos en la RAF que eligió Argentina como su nueva tierra de esperanzas y
anhelos. El hombre era mecánico de cazas bombarderos Mosquitos en el Escuadrón
305. Su foja de guerra lo destaca como una persona muy capaz en el esfuerzo por
ganar la guerra.
Janusz, su hijo, le contó a la historiadora Panero
que León Switon había vivido cerca de ellos en Córdoba. Recordó las visitas y
las reuniones entre ellos, pero que nunca los escuchó hablar delante de otros
sobre las atrocidades de la guerra.
Al morir Switon, su camarada Wroblewicz quiso que
fuera enterrado en la parcela familiar. Tres años más tarde el dueño de la
parcela, sería sepultado junto a su compañero.
Bart, bisnieto de León Switon, buscó durante años
saber qué había sido de la vida de su bisabuelo y su desconocida historia en
Córdoba. El joven aun atesora las pocas cartas que León envió a su familia y
que lograron cruzar a Polonia a través del muro de hierro erigido por el
régimen comunista.
Con la noticia del hallazgo de la tumba de Switon,
Bart no ocultó su emoción: "Finalmente sé dónde descansa en paz",
dijo. Y solo pidió, para conservar viva
la memoria, que a esa placa sencilla con el nombre de su bisabuelo le graben
cinco palabras: "Con amor, tu bisnieto Bart".
Fuente: https://www.infobae.com