4 de febrero de 2019
PILOTO DE LA SAAF - ARTHUR DOUGLAS PIERCY
Nacionalidad: Sudáfrica
Lugar de nacimiento: Bulawayo, Zimbabwe
Cumpleanos: 7 de junio de 1959.
Residente: Pretoria, África del Sur
Estado: Soltero
Mis padres son de Sudáfrica por lo que en 1968
volvimos a Sudáfrica y nos instalamos en Pretoria. Toda mi escuela la pasé en
Pretoria, primero en la Escuela Primaria Robert Hicks y luego en Clapham High
School, donde me matriculé en diciembre de 1976.
Desde que tengo memoria, mi mayor ambición en la
vida era volar un avión. El suceso final que me convenció de que quería ser
piloto fue en 1971 cuando el padre me llevó a un espectáculo aéreo en el
antiguo aeropuerto Baragwaneth a las afueras de Johannesburgo. Ahí vi al Mirage
F1 realizar una exhibición aérea que me puso los pelos de punta y yo lanzaba
los brazos para arriba de la emoción.
Así que en enero de 1977 ingresé en la Fuerza Aérea
sudafricana y solicité la formación como piloto. Ese día me prometí a mí mismo
que volaría el avión, costara lo que me costara. Con la Fuerza Aérea he viajado
por todo el país, pero desde que me uní al 3 Escuadrón, en 1984, he estado
viviendo en Pretoria. Primero en Rietfontein y ahora en Lynnwood. SAAF
Por alguna extraña razón nunca me he casado. Desde 1995 he estado trabajando a tiempo completo. Antes de esto estuve manteniendo un pequeño negocio de mantenimiento de jardines de casa durante 4 años. No estaba suficientemente estimulado mentalmente, por lo que en 1995 me presenté a un puesto en una empresa de TI llamada INFOPLAN. En 1997, dejé INFOPLAN y me uní a una compañía llamada QTT (Tecnologías de capacitación de calidad). Se especializan en el entrenamiento computarizado para la aviación. Actualmente estamos escribiendo lecciones para el entrenamiento de pilotos, navegantes y controladores de vuelo para la Fuerza Aérea. También estamos dando los toques finales al Sistema de Entrenamiento de Pilotos (ATCOM) para la base AFB Langebaanweg. Una de nuestras divisiones está programando el entrenamiento para el helicóptero de ataque sudafricano ROOIVALK.
Carrera de vuelo
Piercy y el Jefe de la SAAF
En enero de 1977, comencé mis dos años de servicio
militar obligatorio. Naturalmente, ya había solicitado el curso de formación de
pilotos, pero fue recién en junio del mismo año que me enviaron para las
pruebas de aptitud necesaria y exámenes médicos.
Esto fueron seis semanas de pruebas y ese año
habían más de 450 aspirantes. En agosto me invitaron a asistir a una junta de
selección y en septiembre de 1977, era uno de 45 jóvenes pilotos aprendices y
entusiastas que fueron enviados al entrenamiento de vuelo en CFS Dunnottar.
Estaba a un paso más cerca de mi ambición de volar
ese Mirage F1.
Después de seis semanas de entrenamiento en tierra
me permitieron finalmente acercarme a una aeronave. Mi primer obstáculo era un
Harvard. Ahora sé por qué hay tanto énfasis en la coordinación. Ya el comenzar
a volar este viejo avión fue un logro.
16 horas de vuelo más, y yo ya estaba listo para mi
primer vuelo en solitario. Qué día!!!! El Harvard 7203. En marzo de 1978,
terminé la formación inicial en Harvards y ahora era tiempo de pasar a los
"grandes muchachos", los IMPALAS.
El sueño de Arthur es construir su propio avión y
volar alrededor del mundo. Y ha hecho parte del camino: Arthur de nuevo ha
obtenido la licencia de piloto y ha empezado a construir el avión de sus
sueños. Pero para apreciar el valor y la visión de Arthur Piercy, tienes que
escucharlo contar su historia, en su página web: Project Dreamwings
Todos fuimos transferidos a FTS en Langebaanweg para
la fase avanzada del curso de vuelo.
Total: 119 horas de vuelo.
Hice mi primer vuelo en avión a reacción en
solitario un mes después de cumplir los 19 años. MIRAGES, allá voy! En
diciembre de 1978 tuve el privilegio de estar delante al jefe de la Fuerza
Aérea, el General Bob Rogers, y recibir mis alas.
Total: 224 horas de vuelo.
El siguiente fue un curso de orientación para
oficiales. Por aquellos años el curso de oficiales se completaba después de los
vuelos de entrenamiento. En la actualidad se hacen antes del vuelo de
entrenamiento. Después del curso de oficiales me destinaron de regreso a FTS en
Langebaanweg como piloto de la base, mientras esperaba la oportunidad de ir al
Curso de Entrenamiento Operacional en Impala (OTC).
Total: 300 horas de vuelo.
En junio de 1979 me destinaron a AFB Pietersburg
para el curso OTC en el Impala.
Aquí pasé al Impala Mk.II, que es la versión
monoplaza operativa del Mk.I. Seis meses y 88 horas de vuelo más tarde ya
estaba cualificado operacionalmente. Pero solamente como copiloto.
Total: 388 horas
de vuelo.
Trasladado al 5° Escuadrón de la base de Durban.
Aquí pasé cuatro años, durante los cuales terminé los cursos de líderes de
vuelo, reconocimiento fotográfico, y numerosas misiones operacionales en Africa
Sudoccidental (Namibia).
Total: 988 horas de vuelo.
Piercy y el Mirage F1
En julio de 1983 di otro paso más cerca de mi meta.
Me destinaron de regreso a AFB Pietersburg para el curso de Mirages. Aquí tuve
el privilegio de volar los Mirage IIIDZ, D2Z y el monoplaza Mirage IIIEZ.
Fueron 75 horas de magia de alta velocidad. Velocidad máxima volada de Mach
2.1, o 2125 km/h.
Total: 1064 horas de vuelo.
En enero de 1984, 13 años después del espectáculo
aéreo en Baragwaneth y 7 años después de ingresar en la Fuerza Aérea, estaba
finalmente allí. De pie al lado del Mirage F1CZ como si fuera un sueño. Toda la
determinación y arduo trabajo por fin rindieron sus frutos. Sólo faltaba el
curso de conversión.
El 6 de febrero de 1984 mi sueño se hizo realidad.
A las 10:45, despegué en el Mirage 214 para mi primer vuelo en un Mirage F1.
Volé 22 horas de ese mismo mes. ¡Qué experiencia!
Pasé 3 maravillosos años en el 3 Escuadrón y
disfruté cada minuto. No mucha gente puede decir que están excitados al ir a
trabajar cada día. Pero yo podía.
Total: 1455 horas
de vuelo.
No podía saber todavía, que el avión de mis sueños
cambiaría mi vida tan dramáticamente.
Hice un total de 47 salidas de combate.
EL DERRIBO DEL MIRAGE F1 DE PIERCY POR UN MIG-23
CUBANO
Por Arthur Piercy
El accidente
Arthur Piercy Estoy seguro de que nunca olvidaré el
27 de septiembre de 1987. Para aquellos de ustedes que no lo saben, Sudáfrica
estuvo involucrada en una "guerra" con Angola. Nosotros, es decir, el
3er Escuadrón, estábamos desplegados en la base aérea de Rundu, al norte de
Namibia. Nuestro papel era patrulla de combate aéreo. Nuestras tropas estaban
siendo atacadas por los MiGs y helicópteros de combate angoleños y estábamos
allí para intentar detener sus ataques.
Detalles
SAAF Éste es mi recuerdo de los acontecimientos que
condujeron al accidente.
Eran aproximadamente las 15:00 local, del 27 de
septiembre de 1987 cuando estalló todo. Previamente se habían producido
numerosas salidas de combate por llamadas de ayuda, que demostraron que no
había nada, así que cuando empezó a sonar la alarma, hubo muy poca reacción.
Sin embargo, esta vez la llamada no exigía ir inmediatamente a esperar en la
cabina del avión como antes, sino a despegar inmediatamente.
La carta a casa que yo estaba escribiendo salió
volando cuando subí a la cabina. En cuestión de minutos estábamos corriendo por
la pista. Tuve la suerte de ser el número dos en la formación, había 45° C afuera,
y el despegue fue escalofriante. No sé cómo despegaron los números tres,
cuatro, cinco y seis.
Después del despegue nos mantuvimos a baja altura y
pusimos rumbo a la zona de combate. Teníamos la intención de permanecer a baja
altura tanto tiempo como fuera posible para evitar ser detectados por los
radares de Angola.
La orden nos llegó unos 10 minutos después del
despegue y nos espabiló como a ángeles con nostalgia. Nivelamos a unos 30000
pies y el controlador de misión sonaba como un comentador de carreras de
caballos, con todas las instrucciones necesarias para interceptar los
objetivos. Luego vino la orden de deshacerse de los tanques de combustible.
Esta orden me resultó extraña, porque nunca lanzamos los tanques en los
entrenamientos, así que sólo cuando vi un tanque de 1200 litros cayendo desde
el avión líder, me di cuenta de que esto no era un vuelo de entrenamiento. Era
en serio. La adrenalina fluía.
Lo siguiente que vi fue un Mig 23 volando a través
de la formación, a unos 300 pies debajo de nosotros. Mi primera reacción fue: !WOW!,
qué bien se ve ese avión. Esta era la primera vez que había visto uno en
persona, por así decirlo. Cuando él comenzó a girar, fue entonces que vi al
segundo Mig. Me preparé para el combate y comencé a girar. Estaba volando a
Mach 1.3, unos 1600 km por hora, y él iba como un diablo, así que el giro era tan
amplio, que casi lo perdí de vista.
Me sentí un poco frustrado. Durante 10 años me
entrené para este día y no me acuerdo de la mayoría de lo que aprendí. ¿POR
QUÉ!, de todos modos, lo siguiente que recuerdo es que aquel Mig ahora venía de
frente hacia mí, por la dirección, desde las 2 horas. Seguí girando hacia él,
recuerdo cómo cambiaba el seguro del gatillo a la posición de cañón. Si pasaba
volando por mi mira, le iba a disparar unos tiros. Por desgracia para mí, él
disparó primero.
De su ala izquierda salió un destello brillante de
color naranja, y luego ese “poste telefónico” increíblemente rápido vino
precipitándose hacia mí, dejando un rastro de humo blanco sólido. Giraba como
un sacacorchos, así que nunca estuve seguro de adónde iba.
En todos nuestros entrenamientos nos enseñaban a
romper hacia el misil. Esto podría, o debería crear un problema de seguimiento
para el misil, para que perdiera la señal.
Pero frente a realidad, vi que necesitaba de enorme
fuerza de voluntad para volar hacia algo que sabía que estaba tratando de
matarme. Sin embargo, yo seguí rompiendo hacia él y lo vi pasar sobre mi ala
derecha y desaparecer detrás de mí. Pensé que se había perdido, hasta que
escuché un sordo trueno y sentí un ligero golpe en el avión. Revisé inmediatamente
todos los instrumentos, pero no había indicación de algún daño. Cuando miré
para arriba otra vez, el Mig me pasó sobre la cabina y desapareció detrás de mí.
Inmediatamente informé al líder de que pensaba que
me podrían haber impactado, y su reacción fue: "OK vamos a casa." Yo
no necesitaba una segunda invitación, y giré el avión de vuelta y hacia abajo.
En retrospectiva perece que el combate duró no más
de 60 segundos, desde el momento en que lanzamos los tanques hasta la orden de
ir a casa.
Esta fue posiblemente la vez que me asusté por
primera vez. Yo no había aflojado el acelerador y estaba ansioso de pegarme a
tierra en un salto vertical. Cuando tiré el timón hacia mi estómago para
recuperar de la picada, todo lo que ocurrió al principio fue que el avión
cambió de actitud, pero no de dirección. La inercia era tan grande, que el
avión continuó descendiendo. Justo cuando pensaba que llegaba mi fin, el avión
tocó fondo, justo sobre la copa de los árboles.
Con todas estas maniobras me había separado de mi
líder, y no tenía ni idea de dónde podría estar. Entonces comenzó a sonar la
alerta de radar en mi casco en la posición de las 6 en punto, justo a mis
espaldas. Un radar me estaba detectando. ¿Era un radar antiaéreo, o el radar
del Mig? Llamé por radio al jefe y le dije, que pensaba que alguien estaba tras
de mí. Su reacción fue decirme que volara tan bajo como pudiera, tan rápido
como pudiera, y no volver la vista hacia atrás.
Mi primera reacción fue: yo estaba volando tan
bajo, que estaba levantando una nube de polvo como esos locos dibujos animados
del American Road Runner. El líder dijo que él debía poder ver cualquier nube
de polvo y que yo podía volar más bajo. El altímetro decía 50 pies, y la
velocidad era de aproximadamente 730/740 nudos.
En esta etapa estaba empezando a pensar que estaba
reaccionando con exageración, y que posiblemente no había sido impactado.
¿Había salido del combate demasiado pronto? El avión volaba como si no le
pasara nada. Sin vibraciones y ni dificultades de manejo. Bueno, mañana
regresaré, pensé.
Como cinco minutos más tarde y a medio camino a
casa, es que brilló el primer indicador. Fallo de la bomba de aceite. El
instinto debió actuar, porque pensé que mi primera reacción fue llamar al jefe
y decirle que tengo una rotura. Sacó su lista de chequeo de emergencia y
comenzó a leerme los procedimientos de roturas. Todos los interruptores
necesarios ya estaban bien puestos, no recuerdo haberlo hecho.
Mientras leía sobre el fallo de la bomba de aceite,
tengo un segundo fallo, la bomba de combustible de la derecha. Esto no es muy
grave en condiciones normales, porque el motor puede alimentarse con ayuda de
la gravedad. Mientras que el jefe leía el procedimiento para el fallo de la
bomba de combustible y yo le confirmaba que lo había hecho, apareció la luz
siguiente en el panel de advertencia. Un fallo del sistema hidráulico HYD 2.
Esto causó un poco de preocupación al principio,
porque los principales sistemas del avión usan líquido hidráulico. El tren de
aterrizaje, los flaps, controles, frenos de aire, y por supuesto, los frenos de
las ruedas. Después de un análisis rápido y cuidadoso de la situación, me
relajé un poco. El sistema hidráulico HYD 2 es básicamente un sistema de
reserva para el sistema hidráulico HYD 1, el principal. Todo lo que realmente
había perdido con la rotura del HYD 2, era la dirección de la rueda delantera. Podría
haber sido peor.
Ya estábamos lo suficientemente lejos de la zona de
combate y los peligros asociados con él, así que comencé a ascender para tratar
de ahorrar combustible.
Lo siguiente que ocurrió es que recibía una señal
de audio de alerta, pero sin ninguna advertencia visual cuando miré al panel.
Las horas de entrenamiento en el simulador me sugirieron, que iba a ocurrir un
fallo con el aceite. Esto me preocupaba un poco más que el resto de los fallos.
Hay dos componentes críticos que usan el aceite. El acelerador, la palanca del
motor y las aletas de la tobera del motor.
No es fácil volar el avión con la palanca de
emergencia del motor, que funciona con electricidad. La palanca es muy lenta y responde
poco.
En este momento el líder se acercó a mí para
examinar los daños. Me dijo que se estaba escapando combustible fuera del
avión, y que el paracaídas de freno no estaba. Diciéndome esto, se encendió la
luz de advertencia de los 500 litros. Los indicadores de combustible decían que
tenía todavía 1700 litros, así que alguno de los dos estaba fallando. Esto
aumentó mi preocupación.
Aterrizar un avión en perfectas condiciones en una
pista de 7500 pies requiere mucho trabajo. Pero yo debería hacerlo con la
palanca de emergencia del motor, y sin paracaídas de freno, una tarea que
sentía que podía resolver.
Tenía planeado aterrizar el avión en un nuevo tramo
de pista que estaba siendo construido. Esto me daría 500 pies adicionales para
usar los controles de aterrizaje. Posé el avión, pero cuando apreté los frenos,
lo único que cambió fue la expresión de mi cara. Subí la nariz para frenar
aumentando la resistencia aerodinámica, pero esto no ayudó. A unos 1500 pies
del fin de la pista apliqué el freno de mano de emergencia, con poco resultado.
La zona de frenos y el arenero tras el final de la pista eran mi siguiente
esperanza de detener esta máquina.
El avión atravesó el arenero como un cuchillo
caliente corta mantequilla. Ningún efecto de frenado. El próximo
"obstáculo" era la valla de seguridad.
¿Qué sentido tiene el humor en un momento así? Iba
a salirme de la base sin autorización para salir, con un avión que costaba
millones. El buró de seguridad probablemente iba a preguntarme quién autorizó
esta salida ilegal del área de seguridad. Al mismo tiempo yo temía que iba a
ahogarme en el río que estaba detrás de la valla. Mi asiento tenía un paquete
de supervivencia, pero sin chaleco salvavidas inflable!
Cuando traspasé la valla, recuerdo que me cubrí la
cara con las manos. Fue en este preciso momento que ocurrió una fuerte explosión.
Recuerdo que olía a pólvora o cordita, y luego todo se oscureció. Sentí la
brisa del viento en mi cara y la sensación de seda en la mejilla. En
retrospectiva, me di cuenta de que cuando se disparó el asiento eyectable, mi
casco debe haberse desprendido y que la seda que sentía en mi mejilla era el
paracaídas de estabilización del asiento eyectable, y no mi paracaídas
personal.
Cuando recuperé mis sentidos, estaba tumbado en la
arena sobre mi costado derecho. Lo primero que intenté hacer fue a rodar sobre
mi espalda, y cuando me apoyé en la arena con mi brazo izquierdo, sentí un
increíble penetrante dolor en el brazo. El brazo izquierdo estaba roto por
encima del codo. Entonces miré a mis piernas para ver por qué no se movían, y
no las pude sentir en absoluto. Me di cuenta de que estaba todavía atado al
asiento eyectable por la espalda y pensé que esto podría tener algo que ver con
la falta de movimiento en las piernas. No sabía que tenía el cuello dislocado.
Entonces empecé a mirar alrededor y lo primero que vi
fue que estaba enfrente de mi avión. Ahí había un Mirage F1 apuntando
directamente hacia mí. El problema no era que la aeronave estuviera apuntando
hacia mí, sino que le estaba saliendo fuego justo detrás de la toma de aire
izquierda. Sabía que allí había un depósito de combustible, pero lo peor era el
hecho de que los contenedores de municiones, con más de un centenar de
proyectiles de 30 mm, estaban justamente bajo el fuego. Si esos proyectiles
comenzaran a dispararse, yo estaba en la línea de fuego.
Cuando los bomberos llegaron al lugar, ellos
naturalmente primero vinieron en mi ayuda. Enseguida les advertí de que nadie
me tocara hasta que un médico me examinara, y ellos de inmediato se lanzaron a
apagar el fuego en el avión. Yo no quería que mi propio avión me disparara.
Cuando los médicos llegaron con la ambulancia, mi
primera preocupación fue que atendieran el dolor de mi brazo, y luego que se
preocuparan del resto. Incluso después de 2 inyecciones de morfina no se
aliviaba el dolor. Más tarde me dijeron que la adrenalina en el cuerpo estaba
tan alta, que la morfina no tenía efecto.
Justo antes de que me metieran en la parte trasera
de la ambulancia, me desmayé, sólo para despertar en el Hospital Militar en
Pretoria, 10 días más tarde.
Pasé otros siete meses en el hospital, con
fracturas C6 y C7 de la cervical del cuello, y confinado permanentemente a usar
una silla de ruedas.
Fotos
Las siguientes fotos fueron tomadas por la Comisión
de investigación. TODAS las notas y comentarios a las fotografías son sólo mis
pensamientos y opiniones. Ninguno de los comentarios de ninguna manera
representa a la Fuerza Aérea de Sudáfrica.
Fotografía del arenero tras la pista,
tomada desde el fin de la pista. Se suponía que detuviera a los aviones.
Esta fue tomada desde el extremo del arenero. El
camino en primer plano es en realidad el camino de acceso dentro de la valla de
seguridad
Mirando desde donde estaba la valla de seguridad.
La roca en el primero plano yo creo que fue la responsable de que colapsara
el tren de aterrizaje principal derecho. La persona al fondo con camisa
blanca está al lado del asiento eyectable. Es donde me encontraron aún atado a
la silla.
Vista atrás hacia la dirección por donde aterricé.
Como se puede ver, la gente parada en primer plano, a la derecha, están al lado
del asiento eyectable. Justamente en la línea de fuego de los proyectiles HE.
La persona a la derecha está junto a los restos de
la valla de seguridad.
Lamentable lugar para tan buena máquina
La roca puede verse bien en el primer plano y la
persona en la esquina superior izquierda con camisa blanca está al lado del
asiento eyectable. A una distancia del avión de aproximadamente 100 metros..Tengo entendido que estas fotos fueron tomadas una
hora después del accidente. El tiempo, era aproximadamente las 16:30
Una vista aérea de la distancia que viajé. Más
tarde se demostró que un impacto de 6,4 g en el avión, cuando la nariz tocó el
suelo, provocó la expulsión del asiento. El mango hace estallar hacia fuera así
que no intento una eyección como pensaba
Éste "radar de intercepción" probablemente
no será reparado o utilizado para piezas de repuesto.
Un primer plano del daño infligido a las aletas
de la boquilla. Observe el agujero vacío por encima de las aletas de la
boquilla donde debería haber estado el canal de arrastre. Fue expulsada cuando explotó
el misil.
La varilla telescópica que empuja el asiento
eyectable de avión. El asiento no va a través del dosel. Alrededor del borde de
la cabina hay cargas explosivas que rompen el vidrio cuando se inicia la
secuencia de eyección. La varilla telescópica fue encontrada doblada hacia
adelante. El g-meter indica +9.2 -1,1.
No puedo decirte donde se produjeron las 9 g. a lo mejor fue la
recuperación de la picada o durante el impacto en la arena. ¿Quién sabe?
Como se mencionó en la página anterior, ninguno de
estos daños había causado efectos malos en el manejo de la aeronave.
Solamente un trozo de metralla en un componente
crítico fue suficiente para provocar un accidente.
El aceite filtrado hacia fuera por este agujerito y
que produjo que no tuviera control normal sobre el motor. El acelerador
necesita aceite para funcionar correctamente. Tuve que usar el acelerador de
emergencia que es accionada eléctricamente y es muy insensible. Creo que si no
hubiese habido algún problema con el acelerador podría haber aterrizado el
avión con éxito, sin producirle cualquier arañazo adicional.
¿Esto salvó mi vida? El asiento eyectable acostado
sobre su espalda. El mango visible es que estaba entre mis piernas. Notá los
daños en el asiento, a la derecha donde estaba mi pierna derecha. El asiento
debe han impactado con la tierra en este lado. Sorprendentemente allí donde no
hay heridas en mi lado derecho. Además de un cuello dislocado, me había roto mi
brazo izquierdo.
Todas las marcas que ves en el fuselaje y la cola
son agujeros de metralla de los misiles que explotaron cerca de la cola. La
sección de quemado en la cola del jet fue causada por una fuga de aceite que
estaba en llamas. El daño puede verse también en la solapa derecha. Incluso con
todo lo que dañó, no había ni una sola vibración innecesaria en el avión y
había estado viajando en el 730 KTS o sobre 1360 kilos por hora.
La sección quemada en la entrada izquierda fue
causada por la valla que rompió el tanque de combustible. Sólo bajo esa sección
está el depósito de munición y en el avión había 150 rondas de munición de alto
explosivo (HE). Desde mi posición donde estaba tumbado en la arena,
directamente delante del avión, pude ver el fuego y me preguntaba si mi avión me
iba a tirar. Cuando llegó el equipo de rescate los envié a extinguir el fuego
primero.
Uno de mis recuerdos de vida, mientras se está
acostado en la UCI. Sally fue uno de los pocos que fueron absolutamente y quizá
brutalmente honestos conmigo acerca de mi condición. Por lo menos con ella supe
lo que estaba sucediendo. Sally
nunca te olvidaré!
Nota
Estos textos y fotos provienen del sitio web de
Arthur Piercy, quien nos dió cortésmente la autorización de su uso. Traducción
del texto: Rubén Urribares.
Fuente: http://www.urrib2000.narod.ru