15 de abril de 2019
BOMBARDEO DE WILHELMSHAVEN – 4 SEPTIEMBRE DE 1939
El 3 de Setiembre de 1939, después de la invasión
de Polonia, tanto Francia como Inglaterra declararon la Guerra a Alemania en honor
al tratado de Defensa Mutua que ambos países tenían con el gobierno
polaco. Ambas naciones esperaron la
retaliación alemana en la forma de grandes acciones de bombardeo, pero no
ocurrió así. Los únicos bombardeos
alemanes fueron acciones tácticas en el frente, efectuadas por los Stuka en
apoyo a las Panzer Divisionen en Francia, Holanda y Bélgica.
Guerra de palabras
Por parte de la Gran Bretaña, las primeras acciones
tampoco fueron de ataques con bombas explosivas o incendiarias, sino más bien,
con millones de panfletos que fueron arrojados sobre las principales ciudades
alemanas. Pero luego de ese tímido
comienzo, la RAF planificó una incursión aérea en la Bahía de Wilhelmshaven y
el río Elba.
Mapa de la operación
Plan de bombardeo
El ataque diurno contra la flota alemana fue
ejecutado el día 4 de Setiembre de 1939, con la participación de 15 bombarderos
Bristol Blenheim, entonces los más veloces de la RAF y 14 Vickers Wellington. En
realidad, sólo participaron 10 Blenheim pues cinco de ellos, luego de volar
erráticamente por varias horas, regresaron sin haber cumplido su misión. El ataque debía centrarse en la flota
alemana, que según los reconocimientos aéreos se encontraba fondeada en el Elba
y Wilhelmshaven.
Bristol Blenheim IV
Entre los Blenheim que salieron de Wattisham en
Suffok, se encontraba el avión del Sargento Piloto Albert Stanley Prince quien
en esa misión resultó ser el primer canadiense muerto en la guerra.
Poca tecnología
La aviación había hecho grandes adelantos en cuanto
a motores y arquitectura de los aviones, pero en aquel entonces, en los
bombarderos británicos, las ayudas de navegación eran las mismas que se usaron
en la I Guerra Mundial, es decir, sólo se usaba la brújula, el reloj,
velocidad, el buen juicio y la suerte de los pilotos.
En vuelo hacia el objetivo
Un día antes de la operación un Blenheim hizo un
reconocimiento de la zona y confirmó la presencia del Admiral Scheer. El día 4, hubo mal tiempo, con un techo de no
más de 100 metros, mientras el viento empujaba las nubes hacia el territorio
alemán. Los escuadrones 107, 110 y 139
despegaron de sus bases. Luego de
recorrer la mayor parte de la ruta, los pilotos comenzaron a ver los primeros
islotes; se estaban acercando al objetivo.
Como era natural, los navegantes comparaban lo que veían desde sus
aviones con los mapas que llevaban, para de esa forma, constatar su posición verdadera
y asegurarse de atacar el blanco que les habían asignado.
Objetivo a la vista
Es así, que, por un golpe de suerte, el jefe de la
primera escuadrilla verificó que, en aquella oportunidad, sí estaban en el
lugar correcto. Ante ellos se encontraba
la isla de Hegoland, luego, al sur, la Bahía de Wilhelmshaven. Los Wellington se dirigieron al Sureste rumbo
al Elba.
Alemanes desprevenidos
Al llegar la primera escuadrilla a Wilhelmshaven,
constataron que lo que estaba anclado en la rada, era nada menos que el
acorazado Admiral Scheer, en compañía de otros barcos menores. Los marinos
alemanes pensaron que eran Stuka y se acomodaron para verlos pasar.
Acorazado de Bolsillo Admiral Scheer
Se inicia el ataque
Sin más preámbulo, el primer avión lanzó sus dos
bombas de 250 kilos, de las cuales, una se incrustó en el buque y la otra
rebotó en la cubierta cayendo en segunda instancia al mar. No hubo explosiones. Ya en ese momento, los artilleros alemanes
estaban en sus puestos. El segundo avión lanzó una bomba que cayó en el mar,
mientras la artillería antiaérea disparaba contra los bombarderos. El tercer Blenheim, no logró pasar cerca al
objetivo y las bombas fueron a caer muy lejos del buque. Lo mismo ocurrió con
el cuarto y quinto avión, pero uno de los atacantes fue alcanzado por la
artillería antiaérea y se precipitó al mar.
El Scheer en pleno bombardeo
Segundo pase
La segunda escuadrilla la pasó peor. Cuatro
aparatos fueron derribados, de los cuales, uno se estrelló contra el costado
del crucero Endem, al que abrió una brecha y causó los primeros 9 muertos en la
marina alemana. Del último Blenheim
derribado, fueron rescatados los tripulantes, pero el Sgto. Prince, murió en el
hospital. Los demás con heridas menores
fueron curados y enviados a prisión hasta que terminó la guerra, siendo
rescatados del Stalag 17. Los cinco
aparatos que quedaban emprendieron la huida con su carga de bombas completa,
refugiándose en las nubes.
Me-109
Ataque en el Elba
Mientras eso ocurría, los Wellington atacaban el
segundo blanco en el Elba, el Gneisenau y el Schanhorst anclado en Brunsbuttel,
con el resultado de un total fracaso pues la artillería antiaérea de la marina
alemana desbarató el ataque inglés derribando un bombardero. Luego de eso, la aviación de caza alemana
hizo su aparición derribando otro aparato Wellington, en lo que constituyó, el
primer derribo de un bombardero por un caza.
Desbaratado el ataque
Durante la persecución de los atacantes, los cazas
alemanes, Me109, derribaron otro de los aparatos Blenheim dando por terminada
la operación. Los 16 aviones británicos
que sobrevivieron la refriega, regresaron a sus bases con más pena, que gloria.
Mira inglesa de bombardeo 1918
Resultado final
Los Bristol Blenheim, tripulados por un piloto, un
copiloto y un bombardero, que era a la vez navegante y radiotelegrafista, eran
bimotores con dos motores de 840 HP cada una y podían transportar 500 kilos de
bombas a una distancia de 625 Kms y a una velocidad de 400 Km/hora. Estaban equipados con un transmisor y
receptor de radiotelegrafía, como únicos equipos electrónicos a bordo. El visor de puntería para bombardeo era tan
rudimentario que el bombardero, echado boca abajo, debía estimar la velocidad y
dirección del viento, para aplicar "correctamente" una de las tres
escalas, que estaban calibradas para operar a 6000, 10000 y 15000 pies de
altura. Él debía decidir el momento del
lanzamiento cuando el blanco pasara sobre la retícula calibrada "a
mano". En esa temprana época de la
guerra, los aviones británicos cumplían su cometido, más a base de coraje de las
tripulaciones, que por ayuda del equipo que usaban.
El día 4 de setiembre, el Ministerio de
Informaciones británico, entregó a los periodistas extranjeros una nota
diciendo lo siguiente:
Londres, 4. - Esta tarde, se ha efectuado un
ataque, con éxito, por unidades de la Royal Air Force sobre navíos de la flota
alemana en Wilhelshafen y Brunsbuttel, a la entrada del Canal de Kiel. Varias bombas de gran calibre han hecho
blanco en el navio "Rade Schilling" (sic), fondeado en Wilhelshafen
(sic), causándole importantes averías.
En Brunsbuttel, el ataque se realizó contra un buque de guerra que se
hallaba anclado cerca al rompeolas, causándole averías importantes. Durante la operación, realizada con tiempo
desfavorable, nuestra aviación ha sido atacada por aparatos enemigos y por la
D.C.A., experimentando algunas pérdidas.
Por su parte el OKW informó en Berlín sobre el
ataque a Wilhelmshaven el día 4 de setiembre:
Berlín 4 - En la costa del mar del Norte, aviones
británicos de construcción moderna atacaron Wilhelmshaven y Cuxhavem, así como
a los buques que se encontraban en las desembocaduras. Los aviones de caza y la artillería antiaérea
contraatacaron tan rápidamente y con tal eficacia que se impidió la agresión
contra Cuxhavem, mientras que las bombas arrojadas sobre Wilhelmshaven no
causaron daños. Más de la mitad de los
aviones enemigos atacantes fueron derribados.
Fuente: https://www.exordio.com