23 de julio de 2022

AVIACIÓN NAVAL: DESDE LA SEGUNDA A LA TERCERA GENERACIÓN DE AVIONES CAZAS DE LOS EEUU.

 

 

¿Cómo respondieron los estadounidenses a los retos de su época? En su mayoría, como todos los demás, pero con más entusiasmo, al estilo estadounidense.

 

A mediados de 1930, en los EEUU y en Gran Bretaña, el portaaviones era considerado un arma muy poderosa, pero tenía la desventaja de casi no tener defensas. Sin embargo, los estadounidenses llegaron a diferentes conclusiones de ese hecho. Mientras que los británicos decidieron añadir al portaaviones a la flota de batalla y protegerlo con los cañones antiaéreos de los acorazados y con cruceros escolta, los estadounidenses pensaron que sería mejor hacer que los portaaviones fuesen independientes y permitirles operar de esta forma, lejos de la fuerza principal de la flota. Los estadounidenses estimaron que un portaaviones con varios barcos escolta sería más difícil detectar que un escuadrón enorme.

 

En un intento de darle cierta protección a los portaaviones, la Marina y el Departamento de Aeronáutica (la contraparte estadounidense del Ministerio del Aire británico) organizaron competencias para probar un nuevo caza embarcado casi cada año. Lo que más dificultaba la evaluación de su eficacia era entender cómo un caza podía proteger a la flota en primer lugar. Por esta razón, los requerimientos de diseño cambiaban todo el tiempo: de dos asientos o de un asiento, de largo alcance o de corto alcance, un caza bombardero o un caza de reconocimiento. A veces, los requerimientos eran bastante extraños, como sucedió con el caza ultra ligero jockey.

 

De vez en cuando, los monoplanos formaban parte de las competencias. Sin embargo, los requerimientos de la Marina hacían que fuese imposible ganarle a los biplanos. Dos aviones debían entrar en un mismo elevador y los monoplanos no podían usar alas plegables debido a su debilidad estructural. Además de eso, la velocidad de aterrizaje no podía exceder los 100 km/h, el avión debía realizar la carrera de despegue en una zona muy pequeña de la cubierta, etc. No se necesitaba una gran velocidad.



 

Tras todas las inconsistencias de diseño, tanto en los EEUU como en Gran Bretaña, muchos expresaron sus preocupaciones por la necesidad de contar con un caza "puro". Los ejercicios y los estudios teóricos demostraban sistemáticamente que un avión como este no sería útil en enfrentamientos navales reales. Sin embargo, los estadounidenses no pudieron renunciar del todo a este tipo de avión debido a la situación estratégica.

 

Empecemos con su plan general para la guerra naval contra su potencial adversario: Japón. Los estadounidenses creían que si estallaba una guerra, empezaría con los japoneses atacando las Filipinas. Los EEUU tenían una base poderosa ahí con una guarnición de 100.000 hombres y era una molestia si se considera lo cerca que estaba de Japón. Por cierto, los estadounidenses no se equivocaban: ese era el plan japonés para dar comienzo a la guerra en ese entonces.

 

En respuesta a esa acción, el plan de los EEUU era enviar a las fuerzas principales de la Marina a través del Océano Pacífico hacia el archipiélago japonés. El objetivo era encontrar, atacar y destruir a la flota enemiga en el camino. Los ingleses tenían planes similares. Pero, en su caso, su preocupación era Singapur, y sería la flota mediterránea británica la que llevaría a cabo el plan.

 

En un enfrentamiento naval a gran escala, los Estados Unidos tendrían una ventaja numérica significativa. Según las limitaciones de los tratados existentes, la Marina Japonesa era más pequeña que la estadounidense por un ratio de 3:5 en términos de números y tonelaje.

 

Los japoneses aceptarían la batalla en algún lugar de sus aguas, pero intentarían neutralizar la ventaja estadounidense antes de eso. Otra vez, Japón intentó hacer justamente eso, deshacerse de la flota enemiga de camino. Los estadounidenses usaban el término "descarapelar" para describir el mismo proceso.

 

Aquí se presenta una diferencia fundamental respecto del escenario británico. El camino desde Malta a Singapur era un viaje en sus propias costas para los británicos. "El imperio donde el sol nunca se pone" era realmente vasto. En cambio, era mucho más difícil para los estadounidenses.

 

Japón estuvo entre los ganadores de la Primera Guerra Mundial y había recibido las antiguas colonias alemanas del Pacífico: una cantidad de islas de varios tamaños, desperdigadas a través de un enorme cuerpo de agua. Según el Tratado de Versalles, estas islas debían ser desmilitarizadas, pero no había medidas de control establecidas para verificarlo. Los estadounidenses pensaron que los japoneses convertirían estas islas en puestos de avanzada: aeródromos, bases de submarinos y centros para suministrar a las flotas. De nuevo, los japoneses hicieron exactamente eso.

 

Entonces, para poder llegar al continente japonés, la flota de los EEUU debía pasar a través de las "islas del Mandato del Pacífico Sur" e inevitablemente ser objeto de ataque de la aviación terrestre. Mientras los bombarderos en picada y los torpederos podían ser repelidos con la ayuda de artillería, los bombarderos de alta velocidad "horizontal" de la nueva generación eran un blanco mucho más difícil. Ningún caza biplano podía alcanzarlos, no importaba qué tanto lo intentara. Un escuadrón de cazas ligeros (los jockeys mencionados anteriormente) podían interceptarlos, pero no era muy probable que pudieran desestabilizar el asalto, ya que se esperaba que el ataque fuese bastante considerable.

 

La Marina de los Estados Unidos creía que era posible impactar a un barco de guerra con una bomba a vuelo horizontal a una altitud alta, solo si navegaban en línea recta. Si el barco maniobraba, sería imposible. Pero las maniobras bruscas romperían la formación de la flota. Otras unidades enemigas, como los submarinos y los cruceros pesados, podrían tomar ventaja de esto y "descarapelar" a las fuerzas estadounidenses. Vale la pena mencionar que este era, efectivamente, el plan japonés.

 

Así que, ¿cuál sería la solución? La flota principal debía asegurar el descubrimiento de una amenaza aérea a la mayor distancia posible para darle al portaaviones tiempo suficiente para preparar la intercepción. No olvidemos que el portaaviones debía actuar de forma independiente de los acorazados y estar bastante alejado de ellos. Con un posicionamiento como este, se necesitaría una velocidad muy alta para interceptar a las fuerzas enemigas. Además, era vital reducir el tiempo de preparación antes del vuelo. Esto significaba que los cazas debían estar apostados en la cubierta, expuestos a los elementos, de ahí el requisito de contar con un diseño totalmente de metal. Por otro lado, la capacidad de maniobrar no sería necesaria porque los enemigos serían bombarderos lentos volando desde lejos y, por ello, no serían escoltados por cazas.

 

Este razonamiento originó un conjunto de especificaciones que se convirtieron en la base de la competencia para diseñar el "caza embarcado del año 1936". Fue la primera vez que se les pidió a los ingenieros crear un avión de alta velocidad. Los aspirantes debían superar velocidades de 400 km/h. Dos prototipos llegaron a la final: el XF2A de Brewster y el XF4F de Grumman. Curiosamente, Grumman quiso proponer un biplano al principio: una variación del F3F. Pero, luego, los organizadores exigieron un aumento en la velocidad a 440 km/h y Grumman finalmente aceptó lo inevitable: la era de los biplanos había llegado a su fin. Se apresuraron para hacer una nueva propuesta. Sin embargo, el proyecto resultó fallido debido a la rapidez y a su parentesco con los biplanos. Como resultado, ganó el vehículo propuesto por Brewster. Era más ligero, más barato y con mejor velocidad de ascenso.

 


 

Pero, entonces, en los Estados Unidos, como en Gran Bretaña, ocurrió un cambio de paradigma. Antes se creía que era más fácil atravesar las islas del Mandato del Pacífico Sur de un tirón y continuar avanzando hacia el archipiélago japonés. Pero la segunda guerra sino-japonesa estalló en 1937. Empezó con la rápida y total derrota del ejército chino, y con la veloz captura de varias ciudades, incluyendo el puerto más grande en Shanghái y la capital Nanjing. El éxito japonés hizo que el ejército estadounidense los reconsiderara como adversarios y que cambiaran su estrategia en consecuencia. Ahora creían que era imprudente dejar las bases japonesas en la retaguardia y las Filipinas estaban muy lejos para poder llegar a tiempo para repeler un ataque. Significaba que, en caso de guerra, los estadounidenses deberían capturar una isla tras otra usando marines, construir sus bases y avanzar hacia Japón un paso a la vez, en lugar de hacerlo en un ataque rápido.

 

Como resultado, se le pidió a Brewster hacer "pequeños" cambios a su proyecto. Ahora, el caza debía proveer defensa antiaérea no solo a la flota, sino también a las bases de la isla, además de proveer cobertura para los bombarderos cuando atacaran las bases de la isla. Incluso era necesario proveer apoyo inmediato a los marines en el campo de batalla y, posiblemente, atacar transportes de desembarco enemigos si decidían recuperar las islas. Además, los ingenieros necesitaban tomar en cuenta la experiencia del combate aéreo en España y las batallas libradas en China por voluntarios internacionales. Debían incrementar el alcance y la duración del vuelo, mejorar el campo de visión en la cabina de pilotos desde el frente y hacia abajo (para los ataques de baja altitud), reforzar el armamento, instalar blindaje y proteger los tanques de combustible. Sería necesario montar un motor más poderoso (y pesado) para que pudiera volar. El avión se volvió 1.5 veces más pesado y perdió contra su antiguo rival durante la siguiente competencia. Los diseñadores de Grumman habían rediseñado el F4F y superaron al F2A en todos los aspectos. Al principio de la Guerra del Pacífico, los Brewster estaban siendo reemplazados por los Grumman. Los primeros de la tercera generación estadounidense en ser concebidos fueron eliminados de los portaaviones y transferidos a centros de entrenamiento y al Cuerpo de Marines. También fueron vendidos en el extranjero y los británicos fueron su mejor comprador. Fueron ellos quienes le dieron su apodo histórico: el Búfalo. Muchos otros países compraron el avión: Finlandia, Los Países Bajos e incluso Bélgica. 

 


El Búfalo vio su buena parte de acción en la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, en Finlandia era venerado y respetado. Aunque, inicialmente, no lo llamaron Búfalo, sino Taivaan Helmi, lo que significa "perla de los cielos". Comparado con el resto de la flota arcaica era un avión bastante moderno. Asimismo, obtuvieron la variante de exportación, que era más simple y, por lo tanto, más ligera. Sin embargo, los estadounidenses y los británicos no fueron tan afortunados.

 

Al defender Singapur, los Búfalo británicos se enfrentaron a los nuevos aviones del ejército japonés: los cazas de ejército Tipo 1. Para evitar nombres largos, los japoneses llamaron al avión Hayabusa: el halcón. El resultado de las batallas fue deplorable para los británicos.

 

¿Por qué? "Los problemas de pocos" es la mejor respuesta. Los británicos implementaron todas las mejoras técnicas y la experiencia de la Batalla de Inglaterra en el Búfalo I. Instalaron un extinguidor de incendios automático, un sistema para llenar los tanques de combustible con gas inerte, vidrio blindado, parte trasera blindada, estaciones de radio poderosas con baterías pesadas y nuevas miras. Los motores, sin embargo, eran de la variante de exportación, que eran 200 hp menos poderosos que el prototipo estadounidense. Tuvieron que reequipar a algunos aviones con motores de los transportes DC-3 debido a ciertas dificultades con las piezas de repuesto. Como resultado, a pesar de tener velocidades similares, los Falcon japoneses superaban radicalmente a los Búfalo británicos pesados en términos de maniobrabilidad horizontal y en velocidad de ascenso. Era incluso peor con la maniobrabilidad vertical: los Búfalo británicos ni siquiera podían dar un giro.

 

Sin embargo, a pesar de todas las dificultades, pilotos de cientos de cazas británicos aseguraron haber derribado 80 aviones enemigos, aunque más que nada fueron bombarderos y cazas de tipos obsoletos. Pero cuando los Falcon llegaron, los japoneses rápidamente diezmaron a los Búfalo británicos. Incluso la "degradación" de primera línea no pudo salvarlos. Las tripulaciones le quitaron al avión todo lo que no necesitaban en batalla: blindaje, emisoras de radio y equipo de salvamento. Incluso las ametralladoras pesadas fueron reemplazadas por las de pequeño calibre. Como resultado, ¡el Búfalo perdió alrededor de media tonelada! Por desgracia, no afectó el resultado. Antes de la caída de Singapur, dos docenas de aviones volaron a la India y nunca volvieron a ver acción.


 

Luego, tuvo lugar la célebre batalla entre los F2A del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos y los Zero japoneses en el atolón de Midway. Vamos a citar a uno de los pocos pilotos sobrevivientes estadounidenses, el Teniente Segundo Charles S. Hughes. Al terminar su reporte sobre la batalla dijo: "Estoy seguro de que si nuestros aviones hubiesen sido la mitad de buenos que los Zero, habríamos rechazado el ataque por completo".

 

No hay mejor forma de describirlo. Así que, ¿por qué pasó así? Primero, el Zero era varios años más joven y la aviación estaba progresando de forma muy rápida en ese entonces. Segundo, como recordaremos, el Búfalo inicialmente no fue diseñado para oponerse a los cazas, y una multitud de mejoras solo empeoraron su maniobrabilidad. Tal vez por eso los británicos le dieron ese sobrenombre. Hay un dicho, "un bote navega de acuerdo a su nombre". Y, por desgracia, los búfalos no vuelan.



 

Bromas aparte, incluso el mal rendimiento del Búfalo tuvo un efecto positivo. Sin importar la retroalimentación negativa, hubo quienes encontraron ventajas en el pesado y lento Búfalo. Los pilotos se dieron cuenta que podían perder a los Zero cuando se aventaban en picada y podían derribar a los enemigos desde lejos sin enfrentarse en un duelo aéreo, usaban su velocidad de picada y sus tácticas de grupos aéreos de combate. Estas ideas fueron generalizadas e implementadas en los portaaviones y hechas famosas por el piloto estadounidense John Thach. Pronto, el F4F Wildcat, similar al Búfalo en términos de maniobrabilidad, se convertiría en un arma formidable.

 

Fuente: https://worldofwarships.com