24 de julio de 2022

EL ARMA DE ZEPPELINES ALEMANA DURANTE LA I GUERRA MUNDIAL


 

Por Rafael Morilla San José

 

El 2 de julio de 1900, centenares de espectadores se reunieron en la ciudad alemana de Friedrichshafen, a orillas del lago Constanza, para ver como una aeronave de 128 metros de largo, diseñada por el conde Ferdinand von Zeppelin se levantaba del suelo. El dirigible ascendió y permaneció en el aire cerca de 18 minutos, moviéndose a una velocidad de 32 kilómetros por hora, antes de realizar un comprometido aterrizaje.

 

Después del gran éxito del diseño de Zeppelin, la palabra zeppelín pasó a ser sinónimo de todas las aeronaves rígidas. Los zeppelines fueron utilizados comercialmente por primera vez en 1910 por la Deutsche Luftschiffahrts-AG (DELAG), la primera aerolínea del mundo en utilizar estas aeronaves. A mediados de 1914, DELAG había transportado ya más de 10.000 pasajeros en más de 1,500 vuelos. Al estallar la Primera Guerra Mundial en 1914, tanto la naciente fuerza aérea como la marina de guerra alemanas tenían varias unidades de zeppelines.

 

El conde Zeppelin y otros militares alemanes creyeron haber obtenido el arma ideal para contrarrestar la superioridad naval británica y poder atacar en suelo inglés. Otros, quizás más realistas, pensaron que el zeppelin era un elemento valioso para la exploración y el ataque naval.

 

La frenética carrera constructiva fomentada antes de la Primera Guerra Mundial hizo que Alemania estuviera a la cabeza en este campo aeronáutico y que contara con tripulaciones muy experimentadas en el manejo de este tipo de aeronaves. La posibilidad de utilizar dirigibles como bombarderos se había pensado en Europa desde mucho antes que ello fuera posible.

 

H. G. Wells describe la destrucción de flotas y ciudades enteras por ataques de dirigibles en “La guerra del aire” (1908), y textos de otros escritores británicos no tan famosos sostenían que el dirigible alteraría para siempre el escenario de los conflictos mundiales.

 

Pero, ¿Cómo era un dirigible?

 

La característica principal del diseño de Zeppelin estaba en un marco de metal rígido cubierto de tela compuesto por anillos transversales y vigas longitudinales que contenían una cantidad variable de bolsas de gas individuales. La ventaja de este diseño era que la aeronave podía ser mucho más grande que los dirigibles no rígidos, que dependían de una ligera sobrepresión dentro de la envolvente de presión única para mantener su forma. Esta estructura estaba hecha en duraluminio (una combinación de aluminio y cobre, así como de dos o tres metales más; su contenido exacto se mantuvo en secreto durante años), resistente y muy ligero. Los primeros zeppelines utilizaban algodón cauchutado para las bolsas de gas, pero en la mayoría de las embarcaciones posteriores fueron sustituidas por bolsas hechas con membranas animales, normalmente provenientes de los intestinos del ganado. Los primeros zeppelines tenían cascos cilíndricos largos con extremos cónicos y aletas multiplano complejas. Durante la Primera Guerra Mundial, el diseño cambió a la forma aerodinámica más familiar con las superficies cruciformes de la cola, como lo utilizan casi todos los dirigibles posteriores.

 

El primer vuelo de LZ 1 sobre el lago de Constanza (Bodensee) en 1900

 

Eran propulsados ​​por varios motores, montados en góndolas o coches de motor unidas a la parte exterior del marco estructural. Algunos de estos podrían proporcionar un empuje inverso para maniobrar durante las maniobras de amarre. Los primeros modelos tenían una góndola comparativamente pequeña montada externamente para los pasajeros y la tripulación que se situó en la parte inferior del marco. Este espacio nunca se calentó (el fuego fuera de la cocina se consideró demasiado arriesgado en una aeronave repleta de gas altamente explosivo) por lo que los pasajeros, durante los viajes por el Atlántico Norte, se vieron obligados a envolverse en mantas y pieles para mantenerse calientes. No obstante, los alemanes avanzaban veloces en las técnicas de construcción de sus dirigibles y durante la construcción del Hindenburg se habían producido ya varios cambios importantes: el espacio del pasajero había sido reubicado en el interior del buque, abandonando la parte exterior inferior del dirigible, por lo que las habitaciones de pasajeros estaban aisladas del exterior por el área de comedor, y el aire caliente proveniente del agua con el que se enfriaban los motores podía circular calentando las estancias; todos estos cambios hicieron que viajar fuera mucho más cómodo, aunque privó a los pasajeros de las vistas desde las ventanas de sus literas que habían sido una de las grandes atracción en el Graf Zeppelin ( tanto en los buques más antiguos como en los más nuevos, a menudo se disponía de ventanas externas que se abrían durante el vuelo).



 

El techo de vuelo era tan bajo que no era necesaria la presurización de las cabinas, aunque el Hindenburg mantenía una sala presurizada para fumadores (sin llama, un encendedor eléctrico se mantenía permanentemente dentro de la habitación). El acceso al zeppelin se efectuaba a través de la góndola mientras el buque estaba en el suelo, mediante pasarelas. También disponían de acceso desde una escotilla de acceso exterior a través de su sala eléctrica destinada únicamente para tripulación.

 

Ferdinand von Zeppelin

 

El gran interés del conde Ferdinand von Zeppelin en el desarrollo del dirigible comenzó cuando visitó los Estados Unidos como observador militar durante la Guerra Civil estadounidense. El conde Zeppelin comenzó a perseguir seriamente su proyecto después de su jubilación anticipada del ejército en 1890 a la edad de 52 años. Convencido de la importancia potencial de la aviación, comenzó a trabajar en varios diseños patentados el 31 de agosto de 1895. Sin embargo los intentos del conde Zeppelin de obtener fondos del gobierno para su proyecto no tuvieron éxito. No obstante conseguirá el apoyo de la Unión de Ingenieros Alemanes y del industrial Carl Berg.

 

En 1898 fundó la Gesellschaft zur Förderung der Luftschiffahrt (Sociedad para la promoción del vuelo del dirigible), aportando más de la mitad de su propio capital social de 800.000 marcos del Reich. Del diseño detallado se ocupará Kober y posteriormente Ludwig Dürr, iniciándose la construcción del primer dirigible en 1899 en un hangar en la bahía de Manzell cerca de Friedrichshafen.

 

El LZ 1 (Luftschiff zeppelin, o aeronave zeppelin) tenía 128 metros de largo con una capacidad de hidrógeno de 11.000 m3; estaba impulsado por dos motores Daimler de 15 caballos de fuerza cada uno y un par de hélices montadas a ambos lados de la envolvente. El primer vuelo tuvo lugar el 2 de julio de 1900 sobre el lago de Constanza; dañado durante el aterrizaje, fue reparado y modificado y demostró su potencial en dos vuelos posteriores realizados el 17 y el 24 de octubre de 1900, mejorando su velocidad. A pesar de este desempeño, los accionistas se negaron a invertir más dinero, por lo que la compañía fue liquidada por lo que el propio conde von Zeppelin compró el dirigible y todo el equipo aunque finalmente desmanteló la nave en 1901.

 

Las donaciones, los beneficios obtenidos de una lotería especial, algunos fondos públicos, una hipoteca de la propiedad de la esposa del conde von Zeppelin y una contribución de 100.000 marcos de su propio capital le permitieron la construcción del LZ 2, que hizo un solo vuelo el 17 de enero de 1906. Después de que ambos motores fallaran, realizó un aterrizaje forzoso en las montañas de Allgäu, donde una tormenta lo dañó posteriormente.

 

Incorporando todas las partes utilizables de LZ 2, su sucesor LZ 3 se convirtió en el primer zeppelin verdaderamente exitoso. Esto renovó el interés del ejército alemán y tras el vuelo del LZ 4 un gran interés se despertó en el público junto con un creciente orgullo nacional ante lo avanzado de la tecnología alemana, pionera. Las donaciones espontáneas del público comenzaron a llegar (más de seis millones de marcos del Reich) lo que permitirá al Conde fundar la Luftschiffbau Zeppelin GmbH (Compañía de construcción Zeppelin).



 

1 LZ1

2 LZ13 Hnasa, entra en servicio el 30 de julio de 1913

3 LZ14 comisionado en la Marina de Guerra como L1

4 LZ24 , primero del tipo M, comisionado como L3

 

Antes de la Primera Guerra Mundial la compañía Zeppelin fabricó otras 21 aeronaves. El Ejército Imperial Alemán compró el LZ 3 y el LZ 5 (gemelo del LZ 4 que se completó en mayo de 1909) y los designó Z 1 y Z 2 respectivamente. En abril de 1913, su nueva nave hermana LZ 15 (Z 4) penetró accidentalmente en el espacio aéreo francés debido a un error de navegación causado por los fuertes vientos y la escasa visibilidad. El comandante juzgó apropiado aterrizar la aeronave que permaneció en tierra hasta el día siguiente, lo que permitió un examen detallado por parte de expertos en dirigibles franceses.

 

En 1909 von Zeppelin fundó la primera aerolínea del mundo, la Deutsche Luftschiffahrts-Aktiengesellschaft (Corporación alemana de viajes en avión), conocida generalmente como DELAG, para promocionar sus aeronaves inicialmente utilizando LZ 6 que esperaba vender al ejército alemán. dirigibles no proporcionaban un servicio programado entre ciudades sino que operaban vuelos especiales (chárter diríamos hoy) de placer, con veinte pasajeros.

 

El 24 de abril de 1912 la Armada Imperial alemana ordenó su primer zeppelin – una versión ampliada de las aeronaves operadas por DELAG – que recibió la designación naval Z 1 e ingresó al servicio de la Armada en octubre de 1912. El 18 de enero de 1913 el Almirante Alfred von Tirpitz, Secretario de Estado de la Oficina Naval Imperial Alemana, obtuvo el visto bueno del Kaiser para un programa de construcción de cinco años mediante el cual se preveía la expansión de la fortaleza naval alemana, incluyendo la construcción de dos bases de aeronaves y la construcción de una flota de diez zeppelines.

 

El primer dirigible del programa. L 2, se ordenó el 30 de enero. L 1 se perdió el 9 de septiembre cerca de Heligoland cuando fue atrapado en una tormenta mientras participaba en un ejercicio con la flota alemana. 14 miembros de la tripulación se ahogaron, las primeras muertes en un accidente de zeppelin.

 

Menos de seis semanas después, el 17 de octubre, LZ 18 (L 2) se incendió durante sus pruebas de aceptación, matando a toda la tripulación. Estos accidentes privaron a la Armada de la mayor parte de su personal experimentado: el jefe del Departamento Aéreo del Almirantazgo falleció en el L 1 y su sucesor murió en el L 2. El próximo zeppelín de la Armada de la nueva clase M ( L 3) no entró en servicio hasta mayo de 1914.

 

Un Zeppelin volando sobre SMS Seydlitz

 

En agosto de 1914, Zeppelin había comenzado a construir las primeras aeronaves clase M, que tenían una longitud de 158 m con un volumen de 22.500 metros cúbicos y una carga útil de 9.100 kilogramos. Sus tres motores Maybach C-X producían 470 kilovatios (630 CV) cada uno, lo que les permitía alcanzar velocidades de hasta 84 kilómetros por hora. 

 

Cuando estalló la guerra el ejército se hizo cargo de las tres naves de la DELAG operativas en ese momento. Las aeronaves fueron operadas por el Ejército y la Armada alemana como dos organizaciones completamente separadas.

 

Las incursiones se iniciaron a fines de 1914, tuvieron su cenit en 1915, y fueron más esporádicas después de 1917. 

 

Los zeppelines de la Marina se usaron principalmente en misiones de reconocimiento. Las primeras misiones de estos gigantescos aerostatos fue la observación de los movimientos del enemigo, especialmente en el mar del Norte y el Báltico donde controlaban rutas y descubrían los campos de minas que los ingleses colocaban contra sus submarinos. Pero pronto fueron utilizados como una nueva arma de guerra. Pocas semanas después del comienzo de las hostilidades, uno de ellos dejó caer varias bombas sobre la ciudad de Amberes, Bélgica, causando seis muertos. Y durante el otoño de 1914, varias ciudades belgas y francesas –especialmente París- fueron visitadas, casi siempre de noche, por aquellas alargadas y silenciosas aeronaves que lanzaban bombas de todo tipo.

 



A principios de 1915, el káiser Guillermo II aprobó realizar una campaña aérea contra objetivos estratégicos ingleses, excluyendo zonas residenciales y edificios civiles sin valor militar como palacios reales o museos. Heredero de las tradiciones caballerescas de sus antepasados, en un primer momento también prohibió bombardear Londres.

 

Tras un par de tentativas infructuosas por las adversas condiciones meteorológicas, el 19 de enero dos zeppelines, el L3 y L4, lanzaron 50 kilos de explosivos y unos 3 kilogramos de bombas incendiarias en Great Yarmouth, Sheringham, y otras poblaciones vecinas, con tanta imprecisión que los 4 muertos y los 16 heridos fueron civiles.

 

A partir de entonces, siempre que la niebla y el viento lo permitían, los dirigibles con base en la costa belga bombardearon industrias y poblaciones. La táctica era sencilla, amparados por la noche, ascender hasta diez mil pies, algo que ningún avión de la época podía hacer, dejarse llevar por el viento, aprovechando la capa de nubes que cubre el canal de la Mancha para no ser detectados y descender por sorpresa para bombardear el objetivo. 

 

Tras unos meses de incursiones sobre diferentes ciudades del sur de Inglaterra, la implacable lógica militar se impuso y el káiser autorizó el bombardeo de Londres, que paso a convertirse en el objetivo preferente de los alemanes. El 31 de mayo un zeppelín bombardeó por primera vez la capital británica arrojando alrededor de 120 bombas y causando siete muertos.

 

Las incursiones más destructoras de la flota de zepelines se realizaron durante el año 1915. La más mortífera, en la noche del 13 al 14 de octubre cuando cinco dirigibles mataron a 71 londinenses. Después fueron sustituidos progresivamente por los aviones Gotha, bombarderos de largo alcance con mayor capacidad para sembrar el terror –el 13 de junio de 1917 mataron a 162 civiles, el más letal ataque aéreo en Gran Bretaña durante la Primera Guerra Mundial – más rápidos y más económicos de fabricar, utilizando una menor cantidad de recursos, de los que Alemania no se encontraba muy sobrada en este momento de la guerra.



 

1 LZ47, Zeppelin tipo P con camuflaje para operaciones nocturnas derribado el 20 de febrero de 1916 en Verdún

2 LZ62, L30, primero de los Superzeppelines clase R que comenzó a operar en Mayo de 1916 principalmente en operaciones de bombardeo estratégico

3 SL3,diseñado por Schütte-land competencia de la LZG de von Zeppelin, comisionado en la Marian de Guerra alemana

4 LZ112-L70, primero de los zeppelines clase X

 



Las misiones de bombardeo, especialmente las dirigidas a Londres, capturaron la imaginación del público alemán aunque tuvieron poco el éxito material; no obstante los ataques con zeppelin, junto con los bombardeos posteriores llevados a cabo por aviones, causaron la desviación de hombres y equipos del Frente Occidental, donde eran más necesarios, y el temor a los ataques tuvo algún efecto sobre la producción industrial.

 

Lo cierto es que los alemanes durante los primeros meses de la guerra se obstinaron en convertir los dirigibles en un arma estratégica, confiados en los modelos cada vez más sofisticados y blindados que les proporcionaba la fábrica del conde Zeppelin. Pero las naves eran lentas, pesadas, fáciles de detectar y muy vulnerables en cotas bajas (el hidrógeno que los mantenía en el aire era altamente inflamable). 

 

La inexistencia de radar acababa de facilitar la navegación, ya de por sí bastante silenciosa, de los zeppelines. Aun así, los británicos no dudaron en emplear a personas ciegas, seleccionadas por la agudeza de su oído, como vigías a lo largo de la costa sur de Inglaterra. Pero los ingleses aprendieron que podían derribarlos poco después de que despegaran de sus bases en Bélgica o de los navíos alemanes que navegaban en el canal de la Mancha.

 

También la mejora tecnológica de los nuevos aviones y el desarrollo de la artillería antiaérea, desconocida hasta entonces, marcó el ocaso de los zeppelines. Los pilotos ingleses se atrevieron a entablar combates a mayores altitudes, conscientes de que sus balas incendiarias podían hacer explotar el gas encerrado en la bolsa del dirigible. Aunque estos raids no tuvieron un impacto militar significativo, el efecto psicológico fue considerable. El escritor D. H. Lawrence describió una incursión en una carta a Lady Ottoline Morrell:

 

“Luego vimos el zeppelin sobre nosotros, justo delante, en medio de un destello de nubes: en lo alto, como un dedo dorado y brillante, bastante pequeño (…) Luego hubo destellos cerca del suelo, y el ruido de la sacudida. Fue como Milton, luego hubo una guerra en el cielo. (…) No puedo superarlo, que la luna no es la Reina del cielo por la noche, y las estrellas las luces menores. Parece que el Zeppelin está en el cenit de la noche, dorado como una luna, tomando el control del cielo; y las conchas explosivas son las luces menores”.

 

En diciembre de 1915, se entregaron zeppelines clase P adicionales y la primera de las nuevas aeronaves clase Q. La clase Q fue una ampliación de la clase P con techo y carga de bomba mejorados. Por su parte, en Inglaterra, el ejército tomó el control total de las defensas terrestres en febrero de 1916, y una variedad de cañones de calibre inferior a 4 pulgadas (menos de 102 mm) se convirtieron en cañones antiaéreos. Se introdujeron reflectores, inicialmente tripulados por la policía y a mediados de 1916, había 271 cañones antiaéreos y 258 reflectores operativos en toda Inglaterra. Las defensas aéreas contra zeppelines se dividieron entre el RNAS y el Royal Flying Corps (RFC), con la Marina atacando naves enemigas acercándose a la costa, mientras que el RFC encargaba una vez cruzaban la costa. Inicialmente, la Oficina de Guerra había creído que los zepelines usaban una capa de gas inerte para protegerse de las balas incendiarias, y favorecía el uso de bombas o dispositivos como el dardo Ranken. Sin embargo, a mediados de 1916 se había desarrollado una mezcla efectiva de munición explosiva, trazadora e incendiaria. Hubo 23 raids alemanes en 1916, en los que se arrojaron 125 toneladas de bombas, matando a 293 personas e hiriendo a 691.

 

Aunque, de acuerdo con las fuentes oficiales, el número total de víctimas civiles británicas por los raids aéreos durante toda la guerra fue relativamente pequeño: 1.413 muertos –de ellos, cerca de 530 imputables a los zeppelines–, la extensión de la guerra en el aire y el comienzo del bombardeo de poblaciones tuvo consecuencias reveladoras. El enemigo era capaz de atacar ciudades muy alejadas de las zonas de conflicto, de destruir recursos vitales para la industria de guerra y de convertir a los civiles en objetivo militar para quebrantar su moral. También sirvió para desarrollar nuevas formas de defensa: restricciones de iluminación, alarmas para la población, refugios subterráneos, reflectores de búsqueda o desarrollo de la artillería antiaérea. Aspectos que durante la Segunda Guerra Mundial se convirtieron en determinantes para resistir con éxito los blitz de la Luftwaffe nazi.

 



El Spähkorp era un dispositivo que permitía operar en condiciones climáticas adversas de nubosidad. La aeronave era invisible para los observadores de tierra, aunque esto también impedía bombardear o desarrollar tareas de observación. El Spähkorp o coche bajo las nubes, se descolgaba mediante un cable de 750 m de longitud y estaba equipado con línea telefónica.

 

Los zeppelines eran muy difíciles de atacar con éxito a gran altura, aunque esto también imposibilitaba los bombardeos precisos. Los aviones intentaban alcanzar una altitud de 10.000 pies (3.000 m) y disparar consiguiendo pequeños agujeros que causaron minúsculas fugas de gas. Gran Bretaña desarrolló a finales de 1916 nuevas balas con fósforo para encender el clorato de potasio y, por lo tanto, el hidrógeno del zepelín.

 

Para contrarrestar las defensas cada vez más efectivas, se introdujeron nuevos Zeppelines con una altitud de operación incrementada de 16.500 pies (5.000 m) y un techo de 21.000 pies (6.400 m). El primero de estos zeppelines clase S, LZ 91 (L 42) entró en servicio en febrero de 1917. Básicamente eran una modificación de la clase R, sacrificando fuerza y ​​potencia para mejorar la altitud. Los Zeppelines de la clase R supervivientes se adaptaron mediante la eliminación de uno de los motores. La seguridad mejorada fue compensada por la tensión adicional en las tripulaciones del dirigible causada por el mal de altura y la exposición al frío extremo y las dificultades operativas causadas por los fuertes vientos fríos e impredecibles que se encuentran en la altitud.

 

Peter Strasser - Führer der Luftschiffe (F.d.L.) - Marine-Luftschiff-Abteilung

 

No obstante, el uso principal de estas aeronaves fue en reconocimiento sobre el Mar del Norte y el Báltico y la mayoría de las aeronaves fabricadas fueron utilizadas por la Armada alemana. Peter Strasser (1 de abril de 1876 – 5 de agosto de 1918) será nombrado comandante en jefe de la fuerza de Zeppelines de la Armada Imperial Alemana durante la Primera Guerra Mundial. Los dirigibles eran todavía una tecnología experimental y el Korvettenkapitän Strasser se convirtió en el nuevo comandante en jefe del arma de zeppelines navales después de que su predecesor, el Korvettenkapitän Friedrich Metzing se ahogara en el accidente de la primera aeronave de la armada, la L 1.


Strasser completó estudios teóricos sobre aeronaves y obtuvo experiencia práctica en el pilotaje de la aeronave civil LZ 17 Sachsen. Otra aeronave, LZ 13 Hansa fue contratada para entrenar a las tripulaciones navales mientras se construían nuevos buques. 

 

Al comienzo de la guerra, la Armada tenía solo una aeronave operacional, la LZ 24 (designación de la Armada L 3). L 3, bajo el mando personal de Strasser, fue el único en participar en las maniobras de la Armada Imperial justo antes de la guerra.  El 28 de noviembre de 1916, Strasser fue nombrado por decreto imperial como “Líder de dirigibles” (Führer der Luftschiffe).

 

Pero Strasser no vivió para ver el final de la guerra. El 5 de agosto de 1918, durante un ataque nocturno contra Boston, Norwich y el Estuario Humber, el L 70 de Strasser se encontró con un avión británico D.H.4. que derribó el zeppelin justo al norte de Wells-next-the-Sea en la costa de Norfolk. Ninguno de los 23 hombres a bordo sobrevivió. Resultó ser la última incursión de un dirigible sobre Gran Bretaña.

 

El impacto de Strasser tanto en la guerra aérea como en la historia militar fue importante en el futuro, ya que jugó un papel decisivo en el desarrollo de los bombardeos de largo alcance y el desarrollo de las aeronaves rígidas como una aeronave eficiente, de gran altitud y para todo tipo de clima. Fue un gran defensor de la doctrina de los bombardeos contra objetivos civiles y militares, como un medio tanto de propaganda como para desviar recursos de la línea del frente enemigo. “Nosotros, que golpeamos al enemigo donde late su corazón, hemos sido calumniados como asesinos de bebés … Hoy en día, no existe ningún animal como no combatiente. La guerra moderna es guerra total”, diría Strasser.

 

Insignia de piloto del Arma de Zepelines

 

Patrullar tenía prioridad sobre cualquier otra actividad del dirigible. Durante la guerra, casi 1.000 misiones volaron solo sobre el Mar del Norte, frente a las 50 misiones de bombardeos estratégicos. La Kriegsmarine alemana disponía de 15 zeppelines en comisión a fines de 1915 y pudo tener dos o más patrullas continuamente en cualquier momento en el aire.

 

Sin embargo, sus operaciones fueron limitadas por las condiciones climáticas. El 16 de febrero, L 3 y L 4 se perdieron debido a una combinación de fallos de motor y vientos fuertes; el L 3 se estrelló en la isla danesa de Fanø sin pérdida de vidas y el L 4 cayó en Blavands Huk; once tripulantes escaparon de la góndola de proa, después de lo cual la nave con cuatro miembros de la tripulación que quedaban abordo fue lanzada al mar y se perdió.

 

En 1915 las patrullas solo se llevaron a cabo en 124 días, y en otros años el total fue considerablemente menor. No obstante estas operaciones impidieron que barcos británicos se acercaran a Alemania, observaron cuándo y dónde estaban tendiendo minas los británicos y ayudaron en la destrucción de esos campos de minas. En ocasiones aterrizaban en el mar junto a un dragaminas, subirían a bordo a un oficial y obtenían las ubicaciones de las minas.

 

La Marina Imperial arrojó 360.000 kg de bombas, la mayoría en las Islas Británicas. 307.315 kg fueron destinados a buques, puertos y ciudades enemigas; Se arrojaron 58.000 kg sobre Italia, el Báltico y el Mediterráneo. Las aeronaves del ejército lanzaron unos 160.000 kg de bombas a sus objetivos designados: 44.000 kg golpeaban a Bélgica y Francia, 36.000 kg a Inglaterra y 80.000 kg a Rusia y el sudeste de Europa. Sin embargo, aún hoy se discute sobre si hubiese sido estas aeronaves (y más importante aún, sus tripulaciones irreemplazables) habrían sido mejor utilizadas como un arma puramente naval.

 

 

Peter Strasser y sus Capitanes de cielo, 1917.

 

En 1917, la armada británica comenzó a tomar contramedidas efectivas contra las patrullas de aeronaves sobre el Mar del Norte: comenzaron a operar los hidroaviones de largo alcance Curtiss H.12 “Large America”,en julio de 1917 entró en servicio el portaaviones HMS Furious y se instalaron plataformas para el lanzamiento de aviones en las torretas delanteras de algunos cruceros ligeros. El 14 de mayo, L 22 fue derribado cerca del Terschelling Bank por un H.12 que había sido alertado después de la interceptación de su tráfico de radio.

 

Los alemanes se daban cuenta ahora de que había una nueva amenaza para sus operaciones y Strasser ordenó a los dirigibles que patrullaban en el área de Terschilling mantener una altitud de al menos 4.000 metros, reduciendo considerablemente su efectividad, para mantenerse a salvo de la aviación británica.

 

Dentro de las acciones llevadas a cabo por dirigibles durante la Gran Guerra cabe destacar la del dirigible militar alemán Zeppelin LZ-104, que el 21 de noviembre de 1917 partió de Yambol (Bulgaria) en una misión sin regreso para abastecer a las fuerzas del Comandante Paul von Lettow-Vorbeck destinadas en el África Oriental Alemana, la cuales se hallaban en una situación muy apurada rodeadas por fuerzas inglesas muy superiores y sin acceso a avituallamientos.

 

El zepelín LZ-104, que para la Armada Imperial sería el L-59, había sido diseñado para realizar vuelos de largo recorrido (16.000 kilómetros). Era el segundo de la nueva clase de zeppelines (Afrika), de la que se construyeron únicamente dos ejemplares. El primero, LZ-102 (L-57), salió de la fábrica de Friedrichshafen el 9 de septiembre de 1917 y, al mes siguiente, el 7 de octubre se incendió durante la maniobra de entrada en el hangar; afortunadamente no hubo víctimas, pero el dirigible no sobrevivió al accidente. El segundo, LZ-104 (L-59), se construyó en la fábrica de Staaken y voló por primera vez el 19 de octubre de 1917. Eran los dos dirigibles más grandes que jamás se habían construido, su longitud alcanzaba los 226,5 metros, el diámetro del cuerpo era de 23,9 metros, pesaban en vacío 27.400 kilogramos y podían transportar una carga de 52.100 kilogramos; en los depósitos cabían 21.700 kilogramos de combustible; su velocidad máxima superaba los 100 kilómetros por hora y en régimen de crucero volaban a 80 kilómetros por hora. Sin embargo, los cinco motores Maybach de 240 HP suministraban, con sus hélices, un empuje insuficiente para las dimensiones de aquellos gigantescos aparatos que controlaban a bordo, con dificultad, 22 tripulantes.

 

El LZ-104 se cargó con fusiles, ametralladoras, cartuchos, medicinas, equipamiento médico y de comunicaciones, material de repuesto, ropa, víveres y agua potable, a lo que hubo que añadir el peso del lubricante y combustible para el viaje que ascendía a unas 23 toneladas y otras 9 toneladas de agua. Como el dirigible no regresaría a Alemania, la envoltura del zepelín se emplearía para hacer tiendas de campaña y prendas de abrigo, con las bolsas que almacenaban el hidrógeno se podrían confeccionar sacos de dormir, los motores servirían para alimentar los generadores eléctricos y la estructura de duraluminio para construir edificaciones: un hospital y barracas. Todo podría ser de utilidad para las tropas de aquel General que luchaban en solitario. 

 

Tras no pocos problemas y recorrer más de la mitad de su viaje (6800 km), a la altura de Jartum, en Sudán, la tripulación recibe un mensaje cifrado del comando naval alemán para que abortasen la misión y regresasen a su base debido a que las tropas coloniales que iba a abastecer se habían rendido. Lo que desconocía el comandante del aparato es que los ingleses habían roto hace tiempo los códigos navales secretos alemanes, emitiendo un falso mensaje sobre la capitulación de Lettow-Vorbeck. Y es que esa rendición nunca llegó a producirse ya que fue este el único frente de batalla en las colonias donde Alemania no sería derrotada. Bien al contrario.



 

El conde von Zeppelin había muerto en 1917, antes del final de la guerra. El Dr. Hugo Eckener, que durante mucho tiempo había previsto los dirigibles como buques de paz más que de guerra, tomó el mando del negocio de Zeppelin, con la esperanza de reanudar rápidamente los vuelos civiles.

 

Tras su fracaso como arma estratégica de guerra, los zepelines volvieron a ser utilizados para lo que había sido inventados: un medio de transporte civil, que en sus inicios se creía desplazaría al avión. Pero la derrota final en 1918 marcó el final de los dirigibles militares alemanes, ya que los Aliados victoriosos exigieron la prohibición de las fuerzas aéreas alemanas y la entrega de las aeronaves restantes como reparaciones. Aunque DELAG estableció un servicio diario programado entre Berlín, Múnich y Friedrichshafen en 1919, las aeronaves construidas para este servicio finalmente tuvieron que ser entregadas bajo los términos del Tratado de Versalles, que también prohibía a Alemania construir grandes aeronaves. Temporalmente, la compañía tuvo que recurrir a la fabricación de utensilios de cocina de aluminio.



 

1 LZ121 Bondensee, segundo lo los zeppelines clase Y entregado a Italia en 1921 como parte de las reparaciones de guerra

2 LZ126 fabricado en Alemania para los Estados Unidos, como parte de las reparaciones de guerra y comisionado en la US Navy como Los Ángeles

3 LZ127 Graff Zeppelin comisionado en 1928

4 LZ128 Graff Zeppelin II sobrevivió hasta 1940,siendo desmantelado por orden del Mariscal del Reich Göering

 

En 1926 se levantaron las restricciones a la construcción del dirigible y con la ayuda de donaciones del público, se comenzó a trabajar en la construcción del LZ 127 Graf Zeppelin. Esto permitió que durante la década de 1930 los enormes dirigibles Graf Zeppelin y Hindenburg operasen vuelos transatlánticos regulares desde Alemania a América del Norte y Brasil.

 

El Hindenburg sobrevolando la ciudad de Nueva York en 1937

 

La aguja art déco del Empire State Building se diseñó originalmente para servir como mástil de amarre para Zeppelines y otras aeronaves, lo que convertiría a este edificio en una auténtica terminar internacional de zeppelines en el mismo corazón de Nueva York. Debido a los fuertes vientos el plan tuvo que ser abandonado.



 

El Graff Zeppelin (LZ 127) volará por primera vez el 18 de septiembre de 1928 y fue la mayor aeronave de su tiempo, con una longitud total de 236,6 m. El 29 de agosto de 1929, comandado por Hugo Eckener, completó su primer vuelo alrededor del mundo al aterrizar en Lakehurst, Nueva Jersey, Estados Unidos. Su viaje duró 21 días, durante los cuales recorrió 34.600 km. Salió de Lakehurst, atravesando el Atlántico, hizo su primera escala en la ciudad alemana de Friedrichshafen, tras cruzar Europa, sobrevoló los Urales y atravesó Siberia hasta alcanzar Tokio donde hizo escala. Posteriormente cruzó el Pacífico rumbo a los Estados Unidos, el 26 de agosto, tras 79 horas y 22 minutos de navegación, aterrizó en Los Ángeles, California. Finalmente el 29 de agosto retornó a Lakehurst, su punto de partida. El LZ127 batió el récord de vuelo sin tocar tierra, estableciéndolo en 128 horas. La nave consiguió realizar otra misión espectacular en julio de 1931, con un viaje de investigación al Ártico, duró cuatro días y medio, desde las 8 horas del 26 de julio hasta las 18 horas del 30. El Graf viajó unos 10.600 km, siendo el tramo más largo sin reabastecimiento de 8.600 km.



 

El LZ 129 Hindenburg y su gemelo el LZ 130 Graf Zeppelin II fueron los dos mayores dirigibles construidos, y las aeronaves más grandes jamás construidas. El Hindenburg fue nombrado en honor del Presidente de Alemania Paul von Hindenburg; 245 m de largo, 41 m de diámetro, 16 bolsas (14 de hidrógeno y dos balones de aire) con una capacidad de 200.000 m³ de gas, con un empuje útil de 112,1 t (1099 MN), gracias a cuatro motores diésel Daimler-Benz DB 602 de 1200 CV (890 kW). Alcanzaba una velocidad máxima de 135 km/h. El Hindenburg era más largo que tres Boeing 747 juntos. Originalmente, tenía capacidad para 50 pasajeros —siendo aumentada hasta 72 en 1937—, y una tripulación de 61 personas.



 

El 6 de mayo de 1937, tras haber cruzado el Atlántico, el Hindenburg se acercó a la base de amarre en la Estación Aeronaval de Lakehurst (Nueva Jersey), después de esperar varias horas a que el tiempo tormentoso le permitiera las maniobras de atraque. A las 19:25, mientras el Hindenburg ya había largado los amarres y se acercaba a la torre, se observó a popa un destello de fuego de San Telmo, que son chispas extensas e inermes de electricidad estática (había una tormenta eléctrica y el aire estaba cargado eléctricamente). Repentinamente, se prendió fuego en la parte superior de la popa, extendiéndose casi instantáneamente por todo el dirigible mientras la estructura caía lentamente sobre los pasajeros que saltaban desde una altura de 15 m y marinos que ayudaban en las maniobras. Quedó destruido por completo en menos de 40 segundos y su esqueleto permaneció largo tiempo en el suelo hasta que fue vendido como chatarra.

 

El desastre del Hindemburg, junto con cuestiones políticas y económicas, aceleraron la desaparición de los Zeppelines.

 

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