Por Hugo A. Cañete
Con el
acontecer de los primeros estadios de la Segunda Guerra Mundial, hubo pilotos
de caza que comenzaron a alcanzar un número singularmente alto de derribos: los
experten.
Para los primeros estadios de la campaña rusa el líder aventajado era Werner Mölders, que tras un breve periodo de tiempo en el frente, en el que se convirtió en el primer piloto en alcanzar las 100 victorias, fue ascendido y se le encomendó el mando de la Jagdwaffe. Su retirada del frente dejó vía libre para que otros lucharan por batir su récord.
Había
muchos pilotos con un alto número de derribos, pero el primer hombre en
alcanzar las 150 victorias, el 29 de agosto de 1942 fue el piloto de Me-110
Gordon Gollob. De ellas, no menos de 144 las había obtenido en el frente ruso.
Gollob, que era austríaco de padre escocés (McGollob), fue entonces ascendido a
Líder de la Caza en el Oeste, sin que volviera a participar más en las
operaciones. Acabaría sucediendo a Adolf Galland como General de la Caza en
enero de 1945.
Hermann Graf superó el récord de Gollob solo 6 días después, y en el mes de octubre alcanzaría las 202 victorias. Esta marca de Graf era notable. Tras servir como instructor de vuelo, fue destinado a la 9/JG 52 con el grado de Sargento en julio de 1941, obteniendo su primera victoria el 3 de agosto y no parando ya de obtener derribos. Durante las 4 semanas anteriores a su marca de las 200 victorias derribó no menos de 75 aviones soviéticos. Fue su mayor logro. Herido poco después, volvió a volar en la defensa aérea del Reich, donde derribó 10 bombarderos. Hacia el final de la guerra volvió a la JG-52 con el grado de Coronel, aunque no consiguió nuevas victorias.
Gerhard
Barkhorn tuvo su debut de combate en la Batalla de Inglaterra, y no hizo
presagiar en absoluto su trayectoria futura. No solo fracasó a la hora de
obtener una victoria, también fue derribado dos veces, saltando en una de las
ocasiones sobre el Canal. No fue hasta su salida número 120, el 2 de julio de
1941, que obtuvo su primera victoria. Pero una vez abierta la veda, sus
resultados fueron constantes. Su victoria número 100 llegó el 19 de diciembre,
y su mejor misión, tuvo lugar el 20 de julio de 1942, cuando obtuvo 4
victorias. Luego su ritmo de derribos decreció, obteniendo su victoria número
200 el 30 de noviembre de 1943. Algunas de las impresiones de Barkhorn son
reveladoras:
“Algunos
pilotos rusos volaban sin mirar a sus lados, o detrás en sus colas. Derribé a
un montón de ellos de esta manera, ni si quiera se enteraron que yo estaba allí.
También había algunos que eran buenos, igual que los pilotos europeos
occidentales, pero la mayoría no eran flexibles en su desempeño en el combate
aéreo”.
En
realidad, Barkhorn era un maestro del ataque sorpresa picando desde el sol, o
la aproximación desde atrás y un poco bajo. En cualquier caso, tampoco evitaba
el combate clásico de maniobras, especialmente cuando volaba con los Bf-109F,
que le gustaban especialmente, incluyendo la variante con cañón de 15 mm. Pero
no todos los pilotos rusos eran fáciles:
“Una
vez sostuve un combate de cuarenta minutos en 1943 con un aguerrido piloto ruso
y simplemente no podía hacerme con él. Sudaba por todos los poros de mi cuerpo,
como si acabara de salir de la ducha, y me preguntaba si él estaría en las
mismas condiciones. Volaba en un Lagg-3, y ambos realizamos todas las maniobras
acrobáticas que sabíamos, a la vez que inventamos algunas más durante el
combate. No lograba tocarlo y él a mí tampoco. Pertenecía a uno de los
regimientos de la guardia, en los que los rusos concentraban a sus mejores
pilotos”.
La
verdad en que un combate uno contra uno que durara 40 minutos es algo fuera de
lo común. Normalmente otros cazas estarían en los alrededores y serían
proclives a intervenir, o en las raras ocasiones en que se encontraran dos
pilotos solitarios, normalmente uno de ellos tendría algún tipo de ventaja de
partida como la altura o la posición. En
el mes de mayo de 1944, con 273 victorias, agotado por las misiones fue
derribado por un caza soviético, resultando herido y teniendo un periodo de
convalecencia de 4 meses.
A su
vuelta al servicio en la JG 52, subió su marca hasta las 301 victorias, y luego
fue transferido al Oeste con el grado de Coronel de la JG 6. No obtuvo ya más
éxitos, uniéndose luego a la TV 44 de Galland y volando los Me 262. Un fallo de
motor en su segunda misión acabó en un accidente del que salió una vez más
gravemente herido. Tras la guerra, Barkhorn volvió a volar en la nueva
Luftwaffe. A mediados de los años 60 cayó al suelo probando un XV-6A Kestrel
(primeras versiones del Harrier). Cuando lo ayudaban a salir de entre los
hierros retorcidos, se dice que murmuró “drei hundert und zwei [trescientas
dos]!” en relación a sus derribos.
Rall y Scheen
De todos los Experten, Gunther Rall fue probablemente el más certero, capaz de alcanzar al enemigo desde distancias extremas (aunque prefiriera atacar a corta distancia) y ángulos imposibles.
Su maestría en el tiro de deflexión era algo instintivo, y sorprendía a aquellos que lo vieron. Su primer derribo fue un Hawk 75 francés el 12 de mayo de 1940, pero, tal como Barkhorn, voló durante la Batalla de Inglaterra con poco éxito. Es un hecho extraño que la Ala de Caza más laureada de la guerra, con pilotos de la talla de Barkhorn, Rall, Beisswenger, Dickfeld, Grislawski, Dammers y Eichel-Streiber, que entre todos sumaron unas 1.000 victorias, no se convirtieran en Experten durante este periodo de la guerra. Sin embargo, en los primeros días de Barbarroja, las cosas cambiaron drásticamente.
Rall
comenzó la guerra en Constanza, Rumania, con la misión de proteger las
refinerías de petróleo. Su primer encuentro fue con una formación de bombarderos
soviéticos DB-3:
“Cuando
nos vieron ir a por ellos, estábamos todavía por debajo y ascendiendo, viraron
hacia el este, soltando algunos de ellos su cargamento de bombas. Comenzando la
persecución, observamos que estaban todavía pintados de blanco o plata. Atacamos
desde abajo y desde atrás y derribamos a bastantes. Yo apunté al motor
izquierdo de uno y lo incendié. Se fue hacia el suelo haciendo una espiral.
Continuamos nuestros ataques hasta que nos quedamos sin combustible y tuvimos
que volver a la base. Debido a que no tenían escolta de cazas, fue sencillo”.
En los
siguientes días, la unidad de Rall se anotó entre 45 y 50 bombarderos rusos.
Luego volvieron a la Gruppe III/JG52, y tomaron parte en la ofensiva en el sur
de Rusia. El Experten en ciernes incrementó pronto su marca hasta las 36
victorias, derribando a un caza soviético en la tarde del 28 de noviembre. Casi
anocheciendo, la tentación de observar cómo se desplomaba del cielo se hizo
irresistible. Distraído por la escena, y asombrado por la trayectoria de cometa
de su víctima, fue derribado por la cola por otro caza ruso.
En el
aterrizaje forzoso subsiguiente Rall se rompió la espalda. Tuvieron que pasar
ocho meses antes de que volviera al frente, y afortunado de él que lo hizo,
pues podía haberse quedado en una silla de ruedas. Sin embargo, pronto recuperó
el tiempo perdido. En poco menos de dos meses Rall se anotó 64 victorias rusas,
que lo hicieron alcanzar los 100 derribos. Para el mes de agosto de 1943 había
alcanzado las 200 victorias y, tras derribar otros 40 aviones soviéticos en el
mes de octubre, alcanzó las 250 victorias en el mes siguiente, siendo el
segundo piloto en conseguirlo, seis semanas después que Walter Nowotny (258).
Aunque
ya hemos hablado de las increíbles habilidades de Rall con el armamento de sus
aviones, una de sus victorias se produjo como consecuencia de una colisión en
el aire (Uno de los pilotos de las escuadrillas azules también consiguió una
victoria con una colisión, ver aquí). No estando seguro de si un avistamiento
era un avión ruso o un nuevo FW-190, que era nuevo en el frente por ese tiempo,
se acercó para asegurarse:
“No
podía ver los emblemas e insignias del otro aparato, solo su silueta. Así que
lo perseguía a gran velocidad, ascendí, y en ese momento vi al avión contra la
tierra en vez de contra el sol. Allí estaba la estrella roja en su fuselaje. No
podía virar, porque de hacerlo solo tendría que virar también y derribarme como
si fuera un pato. Hice un giro a izquierda y hacia abajo, apreté el gatillo, y
en ese momento hubo un tremendo crujido. Había colisionado. Choqué contra él
desde arriba. Corté su ala con mi hélice, y él cortó mi fuselaje con la suya.
El piloto ruso se llevó la peor parte, porque mi hélice atravesó su ala como
una motosierra”.
Herido
de muerte, el ruso cayó del cielo en barrena, mientras Rall buscaba un sitio
para aterrizar y posaba su avión de panza, saliendo de su fuselaje ileso. Con
273 victorias, Gunther Rall fue destinado al Oeste en el mes de marzo de 1944,
como comandante del II/JG77. No tuvo suerte en su nuevo destino. Al igual que
muchos de sus camaradas del frente del Este, no fue capaz de alcanzar gran cosa
contra los enjambres de bombarderos y cazas norteamericanos, y el 12 de mayo
fue derribado por un P-47, perdiendo su pulgar izquierdo en el trance. La
infección de la herida lo dejó fuera de combate hasta noviembre de ese año, a
lo que siguió un destino de estado mayor. Su último destino de combate fue como
coronel del JG 300 en marzo de 1945. Fue derribado 5 veces en el curso de 671
salidas, y su marca final fue de 275 victorias, siendo el tercer as con más
derribos de todos los tiempos.
Tampoco
debemos olvidarnos de Gunther Scheel, que aunque no consiguió el número de
victorias de los anteriores y tuvo una muerte prematura, consiguió un récord
nunca superado de destrucción en masa. Pocos Experten tuvieron periodos tan
fecundos en derribos que pudieran siquiera acercarse a la marca de Scheel, y
solo después de haber adquirido la experiencia necesaria fruto de sus abultadas
cifras de derribos.
Scheel
fue destinado al 3/JG54 en la primavera de 1943 y casi inmediatamente comenzó a
conseguir derribos de manera continua, tan continua que en 70 salidas consiguió
71 victorias confirmadas, un récord que no ha sido nunca superado. La suerte de
Scheel se acabó el 16 de julio, cuando chocó con un Yak-9 cerca de Orel a baja
cota y su avión se estrelló contra el suelo.
Muchos de los principales Experten de la campaña 1940-41 en el Canal de la Mancha eran viejos veteranos, curtidos en Francia y en la Batalla de Inglaterra. Experimentados en el combate contra la RAF, continuaron por donde lo habían dejado el verano anterior. Otros, fueron destinados al frente del Este para la operación Barbarroja y volvieron al Oeste más tarde.
Las
condiciones en el Este eran tan diferentes, y la calidad de los oponentes tan
baja, que acabaron bajando la guardia. Esa actitud casi innata y natural les
pasaría factura luego a los pilotos al combatir en el Oeste contra el Comando
de Caza, y a menudo no duraron mucho tiempo en el cielo. Aunque los Experten
que quedaron en el frente occidental continuaron subiendo su número de
victorias en la costa del Canal, a duras penas anotaron marcas verdaderamente
altas en este teatro de operaciones.
Siegfried
Lemke (96 victorias) fue destinado al I/JG2 en otoño de 1942. Wilhelm-Ferdinand
(Wutz) Galland, hermano de Adolf Galland, obtuvo 55 victorias con el II/JG 26
entre el 27 de julio de 1941 y acabaría muriendo en combate a manos del as
norteamericano Walker Mahurin en agosto de 1943. Gerhard Vogt, de la misma
unidad, consiguió 48 victorias entre el 6 de noviembre de 1941 y el 14 de enero
de 1945, cuando fue cazado por un Mustang mientras volaba a baja cota. De igual
manera, el tercer hermano de Adolf Galland, Paul, fue derribado por un Spitfire
el 31 de octubre de 1942 después de haber conseguido unas respetables 17
victorias.
Kurt
Bühligen fue destinado al II/JG 2 como un simple Suboficial en el mes de julio
de 1940. Su primer triunfo tardó en llegar, consiguiéndolo el 4 de septiembre.
Pero a partir de ahí su número de derribos comenzó a aumentar lentamente hasta
el día 13 de junio de 1941. Ese día volando en su Bf-109F interceptó un Circus
(ataques de pequeñas unidades de bombarderos con escolta de cazas utilizados
para divertir cazas y alejarlos de las formaciones principales) cerca de
Boulogne:
“Piqué y luego subí rápido con el comandante, eligiendo cada uno de nosotros un Spitfire. Vi como mi colimador se llenaba con la envergadura del aparato que se iba acercando más y más. Apunté abajo, el Spitfire era rápido, y cuando estuve muy cerca abrí fuego. El comandante hacía lo mismo con el otro. Entonces comenzó un duro combate aéreo, traté de mantenerme en su cola rociándolo con mis ráfagas. Trozos de avión comenzaron a saltar, luego salió humo negro y comenzó a caer. No vi paracaídas alguno.
Creo que el comandante derribó al otro Spitfire también, pero para entonces nos habíamos separado. Vi a mi víctima caer y luego miré alrededor. Vi al comandante tratando de hacer una pasada sobre otro Spitfire. Se acercaba demasiado rápido y en vez de pasar por debajo del avión británico, alzó el morro y pasó sobre su cola y luego subiendo hacia la izquierda, como si fuera a dar la vuelta para volver a la carga. Pero el piloto del Spitfire también viró a la izquierda, para situarse en su cola.
Yo estaba en posición para maniobrar y seguir al Spitfire desde atrás, de manera que haciendo un marcado giro me puse en su cola. Mientras éste trataba de derribar al comandante. Cuando estuve muy cerca abrí fuego otra vez y vi los impactos casi de inmediato. Comenzó a salir humo blanco y yo no paraba de disparar. Entonces vi como se le desprendía la mitad de la cola”.
Poco
después Bühligen dio un quiebro y se fue a por un Hurricane, acercándose una
vez más desde abajo, consiguiendo su tercera víctima de su misión. El 4 de
septiembre de 1941 alcanzó las 21 victorias. Tras ser equipados con los FW
190A, el II/JG 2 fue transferido a Túnez en noviembre de 1942, donde
enfrentándose a un enemigo muy superior en número, Bühligen consiguió otros 40
derribos en cinco meses. Volviendo al frente occidental en 1943, alcanzó su
victoria número 100 en junio de 1944, siendo ya Coronel y habiendo obtenido
reputación como cazador de bombarderos pesados. Solamente fue derribado en tres
ocasiones durante un total de 700 misiones, y su marca de 112 derribos en el
frente occidental solamente sería superada por dos pilotos.
Walter “Guile” Oesau fue uno de los grandes líderes de la caza alemana. Combinaba su habilidad para el combate con el liderazgo y la capacidad para enseñar sus métodos a otros. Johannes Steinhoff lo llamó el piloto de caza más duro de la Luftwaffe, un gran piropo del hombre que regiría los destinos de la fuerza aérea alemana de posguerra. Cuando comenzó la guerra ya tenía 8 victorias conseguidas en España, cifra que fue incrementando en Francia y la Batalla de Inglaterra. Como comandante del III/JG 51 desde agosto de 1940, consiguió su victoria número 20 de la guerra el 18 de ese mismo mes, el quinto piloto en conseguirlo.
El 5 de
febrero de 1941 se convirtió en el cuarto piloto en alcanzar las 40 victorias.
Transferido al III/JG 3 para participar en la operación Barbarroja, se anotó 44
derribos en cinco semanas antes de volver al frente occidental como Coronel del
JG 2 en julio, y se convirtió en el tercer piloto alemán en alcanzar las 100
victorias (tras Molders y Lützow) el 26 de octubre.
Como ya
hemos dicho, muchos de los Experten del Frente del Este fracasaron a la hora de
hacer la transición a la guerra en el Oeste. El ritmo de victorias de Oesau
descendió, aunque eso no evitó que se convirtiera en el tercer Experte en
alcanzar las 100 victorias el 26 de octubre de 1941. Sin embargo, sus marcas
empezaron a ser muchas menos y más distanciadas en el tiempo.
En
junio de 1943 fue destinado a una posición de estado mayor. En otubre de ese
mismo año volvió al combate a la cabeza de la JG 1, atacando a grandes
formaciones de bombarderos y derribando al menos a 10 de ellos. El 5 de mayo de
1944 se le acabó la suerte, siendo derribado por unos P-38 norteamericanos
sobre la región de Eifel y perdiendo la vida en el trance. Tenía 123 victorias,
conseguidas en un total de 300 salidas.
Fuente:
https://www.gehm.es